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Las inercias del tiempo en el espacio: una propuesta de interpretación para el uso y ocupación del suelo actual



  1. Resumen
  2. La
    propiedad como espacio vital del hombre
  3. Sinopsis de la génesis y de la historia
    de la formación de la propiedad en la península
    de Setúbal
  4. La
    propiedad rústica en el municipio de Palmela
    después del primer tercio del siglo
    XX
  5. Apuntaciones finales
  6. Bibliografía

Resumen

Palmela, por más paradojal e inusitado pueda
parecer, a quién mire su poblamiento y sus actividades
económicas actuales, tienen una estructura territorial
con cerca de 150 años. Así, los
comentarios relativos a los padrones de dispersión de su
edificado en contexto rural, a la pulverización de sus
propiedades agrícolas y al relativo estrangulamiento de su
dimensión, "pecan" por falta de información y
rigor, titubeando explicaciones erigidas en prejuicios y lugares
comunes, sin tener en consideración que este territorio es
mucho más antiguo en su génesis y padrones de
ocupación del suelo de lo que parece a primera
vista.

Palabras-Clave: Palmela, Tiempo, Espacio, Uso y
Ocupación del Suelo.

Abstract

THE INERTIA OF TIME IN SPACE: A PROPOSAL
FOR THE INTERPRETATION OF CURRENT LAND USE AND OCCUPATION IN
PALMELA MUNICIPALITY

Palmela, however it may seem paradoxical and unusual,
who look at its current settlement and economic activities have a
territorial structure with about 150 years.

Thus, comments regarding the patterns of dispersion of
housing in rural context and agricultural properties
pulverization and downsizing, result from lack of information and
rigor, offering explanations erected on prejudices and
clichés without taking into consideration that this
territory is much older in its genesis and land use patterns than
appears at first sight.

Keywords: Palmela, Time, Space, Land Use and
Occupation.

1. INTRODUCCIÓN

Immanuel Kant (1724-1804), conocido filosofo (¡y
menos conocido Profesor de Geografía en la Universidad de
Königsberg!), en su obra Critica de la Razón Pura
(publicada originalmente en 1781 con el título "Kritik
der reinen Vernunft
"), presenta los conceptos
de "Espacio" y "Tiempo" como formas esenciales
de la existencia y acepta la premisa de que todo lo conocimiento
se produce a partir de la experiencia1.

Para Kant, las condiciones establecidas a priori para
que un determinado fenómeno pueda ser intuido radican de
la interacción entre el "Espacio" y el
"Tiempo". Así, sin admitir un "espacio interior"
y un "tiempo exterior" ninguna percepción es posible, no
se puede decir que algo está "fuera" de nosotros, porque
eso resultaría en excluirlo del "Tiempo", ni
"dentro", porque eso resultaría en excluirlo del
"Espacio", suprimiendo en ambos los casos su existencia
empírica, que según el autor, consiste precisamente
en estar en el "Tiempo" y/o en el
"Espacio".

En el Municipio de Palmela, el mayor en términos
territoriales de la Área Metropolitana de Lisboa con cerca
de 460 Km2 y que fue durante cerca de ocho siglos la sede de la
rama portuguesa de la Orden de Santiago (¡una feliz
coincidencia en el ámbito del presente Coloquio
Ibérico de Geografía realizado, precisamente, en
Santiago de Compostela!), también los efectos del
"Tiempo" (es decir de la Historia) se entrecortan
íntimamente con los efectos del "Espacio" (es
decir de la Geografía).

De hecho, Palmela, por más paradojal e inusitado
pueda parecer, a quién mire su poblamiento y sus
actividades económicas actuales, tienen una estructura
territorial con cerca de 150 años. Así, los
comentarios relativos a los padrones de dispersión de su
edificado en contexto rural, a la pulverización de sus
propiedades agrícolas y al relativo estrangulamiento de su
dimensión, "pecan" por falta de información y
rigor, titubeando explicaciones erigidas en prejuicios y lugares
comunes, sin tener en consideración que este territorio es
mucho más antiguo en su génesis y padrones de
ocupación del suelo de lo que parece a primera
vista.

Justamente, fue en la segunda mitad el siglo XIX que
grandes propietarios latifundistas, como José Maria dos
Santos (1832-1913), entre otros, aplicaran una política de
transferir, a través de préstamo o de usufructo,
las tierras menos productivas a los campesinos, garantiendo la
fijación de una reserva de mano de obra, pues estos
arrendatarios o enfiteutas no conseguían asegurar su
subsistencia solamente con la explotación de esas
pequeñas propiedades agrícolas.

El maestro mayor de la Geografía Portuguesa del
siglo XX, Orlando Ribeiro, presentó una ponencia en el
primero Congreso Internacional de Geografía después
de la Segunda Guerra Mundial (1949) con el título "Les
transformations de l"habitat et des cultures dans la
contrée de Pinhal Novo
" en que aborda esta
temática de una manera clara e inequívoca (RIBEIRO
y LISBOA, 1998).

En resumen, es esta perspectiva de "dialogo" entre la
Geografía y la Historia que preside al presente trabajo,
una "tentativa" de contribuir para la (re)dinamización de
la Geografía Histórica, una rama de la ciencia
geográfica poco desarrollada en Portugal. También
en términos mas operativos y pretendiendo buscar
soluciones para los problemas contemporáneos, hay
aportaciones relevantes para la Ordenación del Territorio,
a saber para el Plano Director Municipal (equivalente al Plan
General de Ordenación Urbana en España) de Palmela
en proceso de revisión.

2. LA PROPIEDAD
COMO ESPACIO VITAL DEL HOMBRE

La cuestión de la propiedad, mientras espacio
vital, a un tiempo único y colectivo, es quizás uno
de los conceptos clave en la formación y
transformación de lo que llamamos en nuestros días
el territorio y por lo tanto una de las piezas mayores para su
lectura, comprensión y descripción.

La identidad entre el objeto y el sujeto llévalo
a entender todo y cualquiera acción sobre la propiedad que
considera como suya, como una acción sobre sí mismo
o el grupo al que se puede identificar.

Para Teresa Barata SALGUEIRO, «tanto na sua
dimensão material como simbólica, o
território é o espaço socialmente produzido
pelos grupos humanos nas suas práticas associadas à
produção e à reprodução
social. Apesar de ser um produto, o território comporta-se
simultaneamente como condicionante das práticas sociais
subsequentes, as quais se configuram também na sua
relação com esse mesmo espaço que as
suporta. Deste modo, práticas sociais e espaço
são duas realidades em constantes
interacção
» (1999: 65).

Por extensión de este entendimiento, toda la
acción ejercida sobre un individuo o grupo se materializa
en su propio "yo" individual y colectivo. Así podemos
identificar como territorio, es decir, como un determinado
espacio marcado por medio de símbolos, tangibles o
intangibles, fenómenos abstractos, como objetos, pero
concretos como una materialización de nuestras
identidades. El idioma es quizás lo que más
claramente se nos presenta como tal y que también de una
manera más directa se puede delimitar
geográficamente. El idioma de un país, de una
región, de un pueblo. El idioma es como una marca sonora
codificada de una experiencia en un tiempo y en un espacio muy
particulares.

Decimos que la propiedad de un territorio se manifiesta
en diferentes formas y en línea con las estrategias que
los diferentes individuos o grupos han acumulando a lo largo de
su experiencia con el medio envolvente, fueron construyendo a lo
largo de su búsqueda de resultados con el fin de dar
satisfacción a sus impulsos más básicos de
alimentación, de defensa, de procreación, impulsos,
en resumen, de vida.

Pueden ser sedentarios, nómadas o expatriados,
pero todos se revisan en un espacio y también en un
tiempo, en una Historia, que es la de sus experiencias, de sus
vivencias, de sus éxitos y fallas, de sus resultados
concretos, en un determinado territorio, relativamente a un dado
contexto, en el tiempo de su vida, de las de sus ancestrales y de
la que proyectan para si a través de sus descendientes.
Pueden coexistir, chocar, complementarse, ignorarse, aniquilarse,
pero todos sin excepción se reivindican de un espacio y de
un tiempo, aunque sólo sea por su contradicción,
mismo por su negación.

Como señalado por Rogério
Gomes,

«[…] "o sedentarismo foi um
pré-requisito para o cultivo cerealífero e os dois
factores foram necessários para o desenvolvimento da
pecuária". Ou seja, como defende Soja, pode muito bem ter
acontecido que em ocasiões diversas
[…]
tenha sido a gradual densificação
demográfica urbana e o sinecismo a provocar a necessidade
do desenvolvimento acelerado da agricultura e não ao
contrário. Esta seria assim uma consequência directa
da dinâmica urbana, o que atestaria a tese da
importância decisiva da espacialidade para o
desenvolvimento humano desde o surgimento do espaço urbano
e sobre
[o] qual imperariam necessariamente os
símbolos, as decisões e os padrões
necessários ao desenvolvimento urbano
. […]
Tal empreendimento exigiu capacidades
artísticas, conhecimentos ambientais, tecnologia e
organização social. Elementos não
explicáveis no contexto das necessidades simples de um
pequeno grupo de agricultores sedentarizados "intramuros". Ganha
por isso mais interesse a tese de Soja
[…] o
espaço urbano foi concebido e edificado como uma
expressão auto- consciente de uma cultura local e
regional, uma zona simbólica materializada, para usar o
termo de Iain Chambers, na qual o real e o imaginário se
conjugavam para abranger, definir e celebrar uma escala de
relações sociais e uma comunidade mais alargada, o
início do modo de vida urbano
» (2011:
55-56).

Gitanos, judíos, beréberes, libres o
cativos, todo se reivindican de un territorio. Territorio
poligonal, o de geometrías no angulares, territorio de
paisajes plurales o singulares, pero siempre "tierra".
Tierra-madre, tierra-patria, tierra-nación, tierra-
terroire, pero siempre tierra, y hasta mismo en el Cielo
crearan una tierra, un jardín, lo de las "Delicias" o
también llamado del "Paraíso" y así
identificaran un lugar, una cosa que es simultáneamente
inmaterial pero materializada a través de una tierra de
sueño, porque impalpable, quimérica, sin embargo
deseada y como tal prometida como suprema recompensa. El
jardín repositorio de sensaciones fruidas con
voluptuosidad en la captación de olores, en lo
enmaravillamiento de la visión y de las caricias antes de
las explosiones de formas, texturas y colores, antes de los
sabores de las pulpas y de los zumos, hasta que finalmente, los
sonidos de las olas y lo cantar harmonioso de los
pájaros.

Así nuestras discusiones, nos guste o no, tienen
mucho que ver con lo planteado y con la inamovible voluntad de
cada vez más hemos construyendo, materializando, el Cielo
en la Tierra, porque esta, que es también la obra de Dios,
seguramente contendrá todo lo que puede agradar a los
justos, merecedores del Éden y nosotros, con ella, hacemos
parte de un mismo y único designo, sin que nos haya dado
cuenta.

¿O será que hemos estado construyendo una
imagen como a la semejanza de nosotros y del entendimiento que
este territorio, terreno, en que vivimos y habitamos, nos tiene
posibilitado por impulso de nuestros deseos de vida?

La cuestión de la propiedad es fundacional y
erige naciones en la geometría de sus transformaciones, en
la agrimensura de sus extensiones. Desde Kant, con quien
empezamos, pasando por Hegel, Marx, Bergson, que se viene a
construir la noción de que «na base, da
instituição da propriedade está uma
negação: a negação do direito do
outro sobre um determinado objeto, que é constitutiva da
afirmação do meu direito sobre o mesmo
objeto
» (BRANDÃO y ROWLAND, 1980:
176).

3. SINOPSIS DE LA
GÉNESIS Y DE LA HISTORIA DE LA FORMACIÓN DE LA
PROPIEDAD EN LA PENÍNSULA DE
SETÚBAL

En el Municipio de Palmela, el mayor en términos
territoriales de la Área Metropolitana de Lisboa con cerca
de 460 Km2, tienen una estructura territorial con cerca de 150
años, por más paradojal e inusitado pueda parecer,
a quién mire su poblamiento y sus actividades
económicas actuales.

De hecho, algunos han sido los comentarios y las
apreciaciones relativas a los padrones de dispersión de su
edificado en contexto rural, a la pulverización de sus
propiedades agrícolas y al relativo estrangulamiento de su
dimensión. Sin embargo y cuando se profundiza el estudio y
la análisis de estos aspectos, progresivamente
comprendemos que todos estos comentarios y apreciaciones "pecan"
por falta de información y rigor, titubeando
explicaciones erigidas en prejuicios y lugares comunes, sin tener
en consideración que este territorio es mucho más
antiguo en su génesis y padrones de ocupación del
suelo de lo que parece a primera vista. Y se es verdad que
presenta vastas áreas de edificación dispersa y de
propiedades agrícolas de pequeña dimensión,
pero no en resultado de un pasado reciente, por el contrario, con
un origen ya relativamente lejos en el tiempo.

Empecemos por referir los antecedentes históricos
de Palmela, sus orígenes y su génesis.

La propiedad de la tierra siempre ha sido
sinónima de poder y prestigio. Los que ahí
vivían y trabajaban debían, hasta mediados del
siglo XIX, congruas, diezmos y foros a la iglesia, a la corona o
a la aristocracia. El territorio se moldea de acuerdo a sus
intenciones e intereses. Palmela no es la excepción
convertirse, sin embargo, en un espacio de toda la nación,
con una mayoridad hay antigua de ocho siglos.

El primero fuero atribuido a sus habitantes
cristianos, por D. Alfonso I de Portugal, es de
11852, pocos años después de la reconquista del
territorio.

Este acto de autonomía política y
administrativa, luego y sucesivamente renovado en varias
ocasiones, reafirma progresivamente – a la gente y al territorio
-, una identidad y una distinción, que habían de
culminar con la donación de este último a la Orden
de Santiago, por servicios prestados a la corona en el proceso de
reconquista, designadamente de Lisboa, donde tuvieran su primera
casa y domicilio en el convento de Santos-o-Velho (cf. MATTOSO,
1993).

Por lo tanto, es prácticamente hasta el
Renacimiento que esta Orden asume el control de un vasto
territorio al sur del Tajo (ver figura 1), donde se
incorporó desde el principio, la actual Península
de Setúbal, en que Palmela, desde el siglo XIII, con la
excepción de una breve interrupción para
Alcácer do Sal, fue su sede.

Sin embargo, después de la muerte en 1550 del
"hijo natural" y predilecto de D. Juan II de Portugal, D. Jorge
de Lencastre, su último gran-maestre no-real, aquella es
prácticamente anexada a la corona y queda debajo su
dependencia, pero con pocas o ningunas consecuencias en
términos de configuración de su territorio, donde
uno de sus núcleos urbanos más antiguos, la Villa
de Palmela, observaba una vasta llanura dónde eran
inexistentes gentes y culturas. Con la excepción de
Marateca (ahora designada por Águas de Moura), ya poblada
desde los tiempos de los romanos, sólo en meados del siglo
XVIII surgen otros lugares como Aldeia (presentemente Quinta do
Anjo) y Hospício (actualmente Cabanas).

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Figura 1: Dominios de las
Órdenes Militares en Portugal después de
1272

Fuente: MATTOSO (1993: 212)

Sólo después de la gran "tormenta" de la
Revolución Francesa; con todas las consecuencias y las
implicaciones derivadas de ella, en particular en Portugal y sus
dominios3 y con la victoria definitiva en 1834, del pensamiento
urbano, burgués y capitalista, sobre el "Antiguo
Régimen", terrateniente, feudal y absolutista; es que se
viene a verificar, como corolario de lo que ya se ha se
pronunciaba como una institución de privilegios coevos y
ya vacíos de utilidad, la extinción de las Ordenes
Religiosas4, con la transferencia de sus bienes para la Hacienda
Pública, por mano del entonces Ministro de los Negocios
Eclesiásticos y de la Justicia de D. Pedro IV5, Joaquim
António de Aguiar, llamado por eso "el mata frades" y que
durante la gobernación absolutista de D. Miguel, fue uno
de los mayores activistas junto de la emigración
portuguesa y exilados políticos liberales portugueses en
Londres, colaborador de D. Pedro de Sousa Holstein6, futuro Duque
de Palmela, de quien llegó a ser Ministro de Justicia, en
algunas de las ocasiones en que este fue Presidente del Consejo
de Ministros.

Así se posibilitó a la corona
obtener una fuente de rendimientos y la oferta de
prebendas a lo status quo liberal vencedor, como
compensación de desmanes y perdidas infligidas por D.
Miguel y sus secuaces. Además este proceso de
extinción de las órdenes religiosas en Portugal,
seria incluso reforzado y ampliado, alredor de 30 años
después, ya en 18637, con la extinción del
régimen de mayorazgo y el derrumbe de
vínculos que libertaran la tierra de leyes, reglas y
normas que, durante siglos, habían impedido
su venda y división y, consecuentemente, el dinamismo del
mercado de suelos. Así, en la segunda mitad del siglo XIX,
la tierra cambia de propietario aún que no de apariencia,
permaneciendo en muchas regiones, integrada mayoritariamente en
grandes propiedades. Así ocurre en el Alentejo y de alguna
manera en las "tierras de Santiago". A pesar de las discusiones
políticas sobre la necesidad de hacer un mejor reparto de
la tierra (división al sur y concentración al
norte) y mismo sobre su colonización interna, el suelo
permanecerá inalterado y el sur despoblado e
improductivo.

Pero tal cambia en la Península de
Setúbal. La apuesta en la agricultura y la proximidad a la
Capital, bien como canales privilegiados de transporte,
incentivan a la exploración del suelo y los nuevos
propietarios parcelan y arriendan la tierra, dándola a
trabajar y a habitar, fomentando la llamada "colonización
espontánea". Como ya referido, esta no sólo
pagará servicios a la corona – Duque de Palmela,
Marqués de las Minas – como también
será el soporte de la Regeneración que
apuesta en el capitalismo agrario, liderado, especialmente, por
hombres como José Maria da Fonseca en
Azeitão.

Así lo hacen también, entre los más
importantes, la Casa de Palmela, en Quinta do Anjo, el Vizconde
de Tojal, en Cabanas, el Vizconde de los Olivais, en Aljeruz y
José Maria dos Santos en el vasto territorio que es hoy
Pinhal Novo y Poceirão. No es una sorprenda, pues, que
vamos a encontrar, a D. Pedro de Sousa Holstein,
concomitantemente con sus contemporáneos, como los mayores
propietarios de la Península de Setúbal, fundadores
de casas detentoras, hasta nuestros días, de un enorme
territorio donde se incorpora la cuasi totalidad de la Sierra de
la Arrábida y una parte significativa de la
Península de Setúbal.

Estos nombres y figuras que ocuparán un lugar
destacado en nuestra historia, van aparecer como la base de la
última estructura de propiedad del territorio,
inmediatamente antes de su débacle de meados del
siglo pasado, designadamente con el surgimiento de lo que hoy
designamos eufemísticamente como "clandestinos", en
resultado de la apropiación y posterior
pulverización por parte de agentes intermediarios y
oportunistas, de las antiguas grandes posesiones de la nobleza,
vendidas por sus descendientes, cada vez más alienados y
desinteresados de su patrimonio rustico y poco rentable,
especialmente después de los cambios sociales y
económicos traídos por la revolución de 05
de octubre de 1910. Esta situación llevó a que de
una forma ineluctable y espontánea se registrase una
transición de la vieja nobleza latifundista hacia la nueva
orden urbana y republicana, aunque no de una forma programada e
intencional por parte de lo cuerpo social organizado,
política y administrativamente, en la nueva orden del
estado.

Llegados al Estado Novo, las cercanías
de las grandes propiedades agrícolas ya presentan centenas
de glebas, muchas con menos de 1 hectárea, parceladas para
dar vivienda a una mano de obra que se quería cierta y
cercana para trabajar en los viñedos y en los arrozales.
José Maria dos Santos, al final del siglo XIX, fue uno de
los precursores y empresarios más activos en la
implantación de una política de transferencia, a
través de prestimos o aforamientos, de las tierras menos
productivas, como manera de obtener algunos rendimientos,
así como fijar una populación agrícola que
no podía renunciar compensar el propietario por la
oportunidad brindada, sino también para compensar sus
ingresos incompletos, alquilando estacionalmente su fuerza de
trabajo.

El territorio empieza así a ser finalmente habitado,
pero de una manera muy dispersa. La tierra se divide, pero
no se liberta de contradicciones.

Si la mayoría de los propietarios facilita su
adquisición, otros perpetúan los contratos de
arrendamiento, lo que da una considerable incertidumbre a quien,
ya hay tres generaciones, ahí trabaja y habita.
Así, topónimos como Pinhal do General, Pinhal da
Marquesa, Quinta do Conde y Quinta da Torre, reflecten esta
problemática de la posesión ausente de la tierra y
su administración intermediaria por arrendatarios y
enfiteutas, muchas veces vulnerables a expoliaciones y
engaños por parte de los propietarios.

La Junta de Colonización Interna, en los
años 50 del siglo pasado, con un proyecto de
evaluación y pacificación de este territorio,
intervino en un diferendo, que mereció interés y
debate a nivel nacional, hablamos del caso de los arrendatarios
de la Quinta da Torre que fueran intimados por el nuevo
propietario8, a pagar rentas con valores actualizados y muy
superiores a sus posibilidades.

Por lo tanto y tan intenso fue el debate, que en una
acción única e inédita hasta entonces, el
gobierno expropia el legitimo propietario, facilitando su compra
por los arrendatarios a precios justos. Una intervención
semejante ocurrió aún en los foros de Fernão
Ferro, en el municipio vecino de Seixal.

4. LA PROPIEDAD
RÚSTICA EN EL MUNICIPIO DE PALMELA DESPUÉS DEL
PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX

Los documentos más antiguos (figura 2) que
consultamos sobre esta misma problemática, publicados por
la Junta de Colonización Interna, datan de los inicios de
los años cuarenta del siglo pasado (CASTRO CALDAS, 1943),
posteriormente fue comparado con otro (figura 3), de la autoria
del Profesor Orlando Ribeiro y de João Ribeiro Lisboa, el
resultado de una ponencia en el primero Congreso Internacional de
Geografía después de la Segunda Guerra Mundial
(1949) con el título "Les transformations de l"habitat
et des cultures dans la contrée de Pinhal Novo
",
dónde se refiere «a transformação
da paisagem rural que resultou do parcelamento da grande
propriedade
» com base no estudo «em
inquéritos locais e na comparação da Carta
Agrícola de 1892 com as
[…] cartas
militares na escala de 1:25.000
» cartas militares
estas, presúmase por la data referida en la
publicación, que de 1942 (RIBEIRO y LISBOA, 1998:
15).

Allí se muestra que esta estructura de
poblamiento disperso, en la área central- oriental del
municipio, presentando ya inequívocamente su actual
configuración, empezó a delinearse en el medio del
siglo XIX, resultado de diversas acciones de aforamiento y
enfiteuse a la populación procedente de
diferentes partes del país, tanto del norte, como del sur
en busca de trabajo asalariado en la agricultura, ofrecido en esa
época por José Maria dos Santos, gran propietario,
Par del Reino y agente innovador de la transformación y
prosperidad agrícola del territorio, conocido como las
heredades de Rio Frio y Barroca D"Alva, esta ultima a norte de la
primera y ya localizada en el municipio de Montijo9.

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Figura 2: Extracto cartográfico de
zonificación de los diferentes tipos de "hábitat"
rural en la Península de Setúbal

Fuente: CASTRO CALDAS (1943: 45)

Figura 3: Comparación entre el
poblamiento de 1892 y la de 1942 en la área
de

Arraiados/Algeruz/Lau/Lagameças

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Fuente: RIBEIRO y LISBOA (1998: 18,
20).

Figura 4: Sobreposición
cartográfica entre la situación de 1942 y la de
1971

Monografias.com

Fuente: RIBEIRO y LISBOA (1998: 18, 20) y
Serv. Cartográficos do Exército, Carta Militar de
Portugal

5. APUNTACIONES
FINALES

Por lo tanto, contrariamente a lo que llegó a
transmitirse por varias veces, esta estructura no es el resultado
de cualquier acción espuria y menos cuidada o atenta, por
parte de las administraciones recientes del territorio, ya tiene
más de un siglo y es antes la consecuencia de estrategias
agrícolas empresariales y de políticas de
poblamiento que tienen por objeto la fijación de
población en la agricultura y el aumento de productividad
de amplias áreas incultas o poco exploradas,
designadamente tierras poco ricas de brezal o, por el contrario,
en algunos casos, de pantano. Por otra parte, si nos fijamos en
algunos de los significados de los topónimos en la
área – Lagameças, Terras do Pó, Fonte
Barreira, Sesmarias do Pato, etc. – así como en el
rastro de actividades de extracción de arena, grava y
arcilla, más queda reforzada nuestra lectura de la
zona.

Así que por un lado, el interés, la
transformación y el desarrollo, económico y
empresarial, por otro, los objetivos y medidas de política
y aún las consecuencias colaterales de las vicisitudes y
coyunturas nacionales, fueran moldando y encaminando el
territorio, al largo de varias décadas y hasta hoy, la
forma en que hoy se nos presenta y lo leemos, este último
aspecto – lo de la lectura -, es comprometido, porque es
resultado de las circunstancias y los acontecimientos de los
últimos años, especialmente desde la
construcción del primer puente en la desembocadura del
Tajo, es decir, más o menos desde finales de los 60 del
siglo pasado10.

BIBLIOGRAFÍA

BRANDÃO, F. y ROWLAND, R. (1980):
«História da propriedade e comunidade rural:
questões de método», Análise
Social
, vol. XVI (61-62), 1980-1.º-2.º, p.
173-207. CASTRO CALDAS, E.Q. de (1943): «Aspectos do
Habitat Rural na Mancha Pliocénica ao sul do Tejo»,
en Problemas de colonização: Volume I – A
zona pliocénica ao Sul do Tejo, Junta de
Colonização Interna.

GOMES, Rogério (2011): Um Modelo de
Organização Regional para Portugal
, Faculdade
de Ciências e Tecnologia da Universidade Nova de Lisboa,
Monte da Caparica.

LEITE, P.P. (2010): Rio Frio: Memórias duma
Herdade Agrícola
, Marca D'Água:
edições e projetos, Lisboa.

MATTOSO, J. (1993) (dir. y coord.): História
de Portugal, Vol. II: A Monarquia
Feudal
(1096-1480
), Circulo de Leitores, Lisboa.

RIBEIRO, O. y LISBOA, J. Ribeiro (1998) [1949/1951]:
As transformações do povoamento e das culturas
na área de Pinhal Novo
, Junta de Freguesia de Pinhal
Novo, Coleção Origens e destinos (Volume 1), Pinhal
Novo.

SALGUEIRO, T. Barata (1999): «Ainda em torno da
fragmentação do Espaço Urbano»,
Inforgeo, 14, APG, p. 65-76.

NOTAS:

1 Ya el Geógrafo y Explorador
Portugués Duarte Pacheco Pereira (1460 -1533), en su obra
Esmeraldo de Situ Orbis de 1506, raciocinaba sobre esto cuando
escribió "A experiência é a madre de todas as
cousas, per ela soubemos radicalmente a verdade" (p.
196).

2 Porque el primero es de 1170, pero
atribuido a la población indígena de la fe
musulmana.

3 Después de 1807, con el traslado
de la familia real y su corte hasta Brasil.

4 Extintas precisamente en 1834
dándose solo a las ordenes femeninas la posibilidad de se
conservar en los conventos hasta la muerte de la última
religiosa.

5 Posteriormente hice parte también
de los gobiernos de su hija, D. María II, y de los hijos
de esta, D. Pedro V y D. Luís. Ver también,
http://www.arqnet.pt/dicionario/aguiarjoaqant.html .

6 Ver también,
http://www.arqnet.pt/dicionario/palmela1d.html .

7 Durante el reinado de D. Luís I y
precisamente en el gobierno del Duque de Loulé.

8 Plantações do Sul –
SARL, por compra a los herederos del Vizconde del
Tojal.

9 La heredad de Rio Frio fue parte de la de
Barroca D"Alva y eran dos de muchas otras propiedades de
José Maria dos Santos, donde se incluía, por
ejemplo, la heredad de Palma adquirida a la casa de Óbidos
y Sabugal (CABRITA, apud LEITE, 2010: 37-38).

10 El puente sobre el Tajo en Lisboa, se
inauguró el 6 de agosto de 1966 en cumplimiento de un
proceso que comenzó ocho años antes, con la
aprobación de su construcción por el gobierno de
entonces..

 

 

Autor:

Antunes, João
Carlos

Câmara Municipal de Palmela –
Gab. de Planeamento Estratégico

Prata, Cristina

Câmara Municipal de Palmela –
Div. de Património Cultural

Pereira Marques, Bruno

Câmara Municipal de Palmela –
Gab. de Planeamento Estratégico

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