Monografias.com > Arte y Cultura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Las influencias en la obra del pintor cubano Carlos Enríquez (Cuba)



  1. Resumen
  2. Desarrollo

Resumen

El presente artículo trata las influencias
plásticas que recibió el pintor cubano Carlos
Enríquez (1900-1957) y que conllevaron a la
conformación de su estilo. Este creador, uno de los
principales representantes del movimiento vanguardístico
en Cuba, se vio influido por diversos movimientos o tendencias
artísticas del siglo XX como: fauvismo, impresionismo,
expresionismo, o surrealismo. También se analiza la
trascendencia para su obra de algunos maestros del arte universal
tales como: El Bosco, Goya y El Greco.

Hacia 1927 irrumpe en el escenario cultural cubano una
generación de artistas plásticos que revoluciona
los presupuestos estéticos sustentados hasta la fecha por
la Academia. La nueva hornada de creadores vuelve su mirada hacia
las fuentes nutricias de la nacionalidad y encuentra su
expresión en temas novedosos. Nombres como Marcelo
Pogollotti, Fidelio Ponce de León, Lorenzo Romero Arciaga,
Víctor Manuel y Carlos Enríquez figuraron entre los
representantes de este arte nuevo. Son ellos los primeros que,
con un estilo personalísimo, rompen las formas
tradicionales del retrato, pintando a sus modelos en poses
desenfadadas, y realizan un tratamiento más amplio y
expresivo del paisaje, explorando la vertiente urbana y empleando
una gama cromática vibrante.

Desarrollo

Carlos Enríquez (1900-1957) es una de las figuras
cimeras en este contexto artístico debido a su abundante
producción pictórica y especialmente a su serie
"Romancero guajiro", inspirada en las leyendas y tradiciones del
campo cubano. Obras como El rapto de las mulatas,
Campesinos felices, Las bañistas de la laguna o el Rey
de los Campos de Cuba, entre otras,
componen esta famosa
colección, considerada por la crítica como la
cúspide de la carrera de Enríquez y son parte
imprescindible de la historia del arte cubano.

Sin embargo, la formación artística de
Carlos Enríquez fue prácticamente autodidacta. El
primer acercamiento del pintor al mundo de las formas y los
colores, la tuvo de la mano de su abuelo Carlos Enríquez y
López, quien a modo de pasatiempo realizaba algunas
piezas. En el hoy Museo "Hurón Azul", antiguo lugar de
residencia de este pintor, se conservan dos pequeñas
acuarelas: una marina y la otra titulada La Santa
María
, testimonios de sus pasos iniciales bajo el
filial tutelaje en 1910.

Años más tarde, en 1924, tiene otra
aproximación a su formación artística en los
Estados Unidos. Al terminar los estudios universitarios, su
familia consiente en que se matricule en un curso de verano en la
Pennsylvania Academy of Fine Arts, de la cual fue expulsado al
poco tiempo por no ajustarse a la enseñanza
académica.

No obstante, esto no impidió el logro de sus
aspiraciones artísticas. Es a partir de este momento que
Enríquez comienza su verdadera formación como
pintor, bajo el influjo de las obras de los grandes maestros y
estudiando algunas tendencias estéticas que captan su
atención, primeramente en el país de Lincoln y
más tarde en Europa.

Inicialmente, es el impresionismo quien atrapa la
atención de este incipiente artista. Su permanencia en los
Estados Unidos entre 1920 y 1924 coincide con la preeminencia de
esta línea en los círculos rectores del arte en ese
país. En 1913 transitó por ciudades de New York,
Chicago y Boston la exposición del Arsenal, conocida como
"Armony Show", con obras de los maestros impresionistas,
post-impresionistas y cubistas, lo que provocó la
irrupción de la modernidad a esa nación.

En ese contexto, al cubano le interesó,
más que el sustrato científico del movimiento
iniciado por Eduard Manet, sus temas y métodos de
creación. Con tales supuestos realiza paisajes y retratos
con pinceladas gruesas y estructuradoras, colores brillantes y
una técnica pastosa. A esta etapa corresponden sus
cuadros: Rincón (1924), Herrería (1924),
Autorretrato (1925) y Retrato de Marcelo Pogolotti
(1925),
facturados en Cuba.

En 1927 el pintor se traslada por segunda ocasión
a los Estados Unidos. Volcado esta vez hacia cauces
expresionistas, ejecuta una serie de grabados en la
técnica del aguafuerte que se caracterizan por el empleo
de líneas incisivas y angulosas, cargadas de un fuerte
dramatismo, con énfasis en las deformaciones humanas y
arquitectónicas. Son obras de un violento contraste de
luces y sombras donde predominan las áreas de color negro.
De ese período se puede mencionar su serie "Apuntes de la
cárcel". La dureza de estos trabajos refleja la asfixiante
situación que vive el cubano en New York, la cual
debió acrecentarse por la lamentable pérdida de su
pequeña hija Santillana, fruto de su unión con la
pintora norteamericana Alice Neel[1]a causa de la
difteria.

Luego de un corto retorno a La Habana en 1930, Carlos
Enríquez parte hacia Europa, donde radica hasta principios
de 1934. Allí alterna su residencia entre Francia y
España, y hace breves visitas a Inglaterra e Italia. En el
Viejo Continente conoce de primera mano las nuevas corrientes
vanguardistas y visita los museos del Prado y el Louvre
según afirma el periodista José Sergio en su
artículo "Carlos Enríquez: pintor, bohemio,
antimachadista y hambriento, en Madrid": "… me lo
encontraba en las salas de los Museos, frente a Goya o a
Velázquez; también lo veía en los barrios de
baratas conquistas, tomando en unión del poeta Riquelme o
del compositor Verneuil aguardiente, de aquel que costaba 15
céntimos la copa."(Archivo Hurón Azul, Scrap
Book)

En su acápite dedicado a Carlos Enríquez
en el libro Arte en Cuba: 1902-1958, la investigadora
Luz Merino Acosta, resume en tres incisos las principales
influencias que recibió la obra de Enríquez durante
estos años formativos, y la manera en que fueron
incorporadas para la conformación de su estilo
inconfundible:

  • a) El Greco en cuanto a la espiritualidad que
    presentan las figuras.

  • b) Goya en el manejo de la sátira y la
    ironía.

  • c) El surrealimo como lenguaje formado.
    Será un medio de expresión en sus obras.
    (1983,p. 48)

Tomando como punto de partida el criterio de Merino
Acosta, y refiriéndonos al primer inciso, encontramos que
la producción de El Greco, no solo es representativa por
el empleo de un canon particularmente estilizado que lo
caracteriza dentro del universo artístico internacional,
sino que también está dotada de la rara cualidad de
espiritualizar la materia.

Si hacemos un análisis de la creación de
este artista griego radicado en España, desde una
perspectiva formal, se puede apreciar que esta peculiaridad se
logra mediante el tratamiento de varios aspectos. En primer
lugar, la temática religiosa, resultado del hondo sentido
evangélico que animaba el alma de este autor; luego, la
selección de las poses y los gestos de sus personajes,
generalmente vírgenes, ángeles o seres insuflados
de un aire celestial en acto de contemplación a la deidad
suprema; y por último, la especial manera de representar
la luminosidad, que emana de los personajes de sus cuadros, como
si estos fueran las propias fuentes no solo de luz, sino
también de paz interior.

En la obra de Carlos Enríquez, la
estilización de las figuras constituye un recurso que si
bien no aparece tan acentuado como en el pintor manierista,
sí permanece a lo largo de su trayectoria
artística. La estilización abarca, como constante,
los diversos temas o etapas de su carrera, puesto que la
encontramos en retratos y desnudos, en sus inquietos caballos y
aún en las palmas que pueblan su temática
paisajística.

Los ambientes logrados en las imágenes del autor
de El entierro del conde de Orgaz son un tanto
tenebrosas y oscuras aunque las figuras se erijan sutiles fuentes
luminosas. En el cubano, la luz entraña un estudio aparte.
Esta baña toda la superficie transformada en color y los
personajes se tornan cuerpos transparentes que se dejan atravesar
por esa luz, permitiendo ver otros objetos a través de su
espesor. La luminosidad es la que distribuye los
volúmenes, los resalta, marca el ritmo de la
composición emitiendo notas de color, permitiendo que todo
el cuadro vibre y se mueva, creando una atmósfera
mágica o sobrenatural.

En Enríquez a su vez, la luz del trópico
proviene de todos lados, todo lo ilumina, todo lo inunda y lo
transparenta. Esta iluminación no obedece a la
visión que la realidad nos tiene acostumbrados. Por
demás, sus figuras, como dato característico y en
contra de la lógica, no proyectan sombras. Aún
así, sus creaciones traslúcidas no semejan
espectros incorpóreos, sino que exhalan vida. La
transparencia es el recurso que identifica su trabajo y
ésta es tributada por la luz, puesta en función de
lograr una mayor expresividad. De ahí que sea este, otro
elemento de apoyo para definir la espiritualidad en la obra de
nuestro pintor.

Por último diremos que los ambientes de los
personajes carlosenriqueños, tienen el misticismo
propio del imaginario rural cubano, situados dentro de su
contexto, donde nada de lo que allí ocurre es sorprendente
y, donde la diafanidad crea la sensación de lo
sobrenatural, de "algo" existente que no se ve, pero se siente y
provoca intranquilidad. Esta sensación fue descrita por el
poeta Felix Pita Rodríguez entrañable amigo del
artista:

De aquel universo lleno de chipojos malditos, de tojosas
cargadas de augurios, de jutías escurridizas, a
través de cuyos movimientos fugaces, se transparenta el
porvenir; de aquel mundo por el que corrían ríos en
lo que siempre había un "recodo del ahorcado" y
guásimas a las que al pasar cerca de ellas se
volvía la cabeza para no mirarlas, porque era la
"guásima del ahorcado" y caminos que nadie quería
pasar después de ponerse el sol, porque eran los caminos
de la viuda, y cada una de aquellas denominaciones tenía
detrás como un vitral multicolor una leyenda compleja y
siempre aleccionadora.

[…] El punto de partida de esa
mitología criolla, insular, que es la fuerza fascinadora
de su pintura está allí. (Pita, 1978,
p.56)

Con respecto a la influencia de Goya en Carlos
Enríquez en cuanto al manejo de la sátira y la
ironía
, es sorprendente el adecuado uso que hace el
pintor de El rapto de las mulatas de estos medios
expresivos. Aunque no encontramos una amplia muestra de los
mismos, sí se define como un ejemplo significativo, su
lienzo Campesinos felices. En este cuadro la fina
ironía toma su más alto vuelo pues Campesinos
Felices
, obra deprimente en tanto que magistral y de
innegable trascendencia, ha devenido incesante denuncia de la
pobreza del hombre de campo en la etapa republicana (1902-1958).
Aquí los personajes fueron pintados en la más
conmovedora imagen de la miseria que haya tenido nuestro arte
hasta ese momento y todos los elementos artísticos
están puestos en función de lograr una mayor
expresividad a la par que reflejan la crudeza de la
realidad.

Este cuadro ha sido catalogado como un exponente
representativo en el empleo de la ironía como recurso, y
no es menos cierto, al relacionar el pintor en una imagen, dos
conceptos completamente opuestos: la representación
inclemente de la realidad desgraciada y estéril de la
pobreza, en contraposición con el término
felices del título, el cual encierra un
significado contrapuesto y paradójico.

Otras particularidades corroboran la presencia del
más representativo pintor del XVII español en la
obra del cubano. En la exposición de 1931 en Patronato
Nacional del Turismo de Madrid, Enríquez exhibe tres
desnudos femeninos en los que advertimos la influencia que
debió ejercer la visión de La maja desnuda
sobre su sensibilidad, pues los tres constituyen recreaciones
inspiradas en el famoso cuadro español.

El título de uno de ellos, Goyesca, no
sólo nos brinda un alusivo punto de partida, sino que al
detenernos en el rostro y el cuerpo de la mujer, reconocemos los
rasgos que la emparentan con la Duquesa de Alba. El pelo negro
enmarañado, la recurrencia al controvertido detalle del
seno ingrávido introducido por Goya, la pose contemplativa
y la expresión de los ojos, aunque interpretados de forma
particular nos remiten una y otra vez al óleo de la
desprejuiciada dama.

Goyesca es además, una
pieza sensual donde predominan las líneas onduladas y
curvas, que aportaron el erotismo característico de sus
desnudos femeninos entre 1927 y 1930, pero lo cierto es que
Enríquez, inmerso en nuevas tendencias de las vanguardias
europeas, como el surrealismo, va a ir perdiendo esa
libidinosidad, para sustituirla por lo que él mismo llama:
"producir una sensación abstracta por medio de la
expresión subjetiva valiéndose subcoscientemente de
las formas de la naturaleza y sus resultados." (Korsi,
p.74)

No han faltado opiniones que enmarquen a Carlos
Enríquez como un pintor surrealista, a pesar de su
criterio particular contrario a esta denominación. Sin
embargo, aunque el reniegue su filiación lo cierto es que
esta tendencia tuvo gran impacto en su creación y
llegó a erigirse, como plantea Merino Acosta, "en medio de
expresión, como lenguaje formado".

Una idea utilizada por el surrealismoy que será
desarrollada por el artista Salvador Dalí, es la actividad
visionaria nombrada imagen múltiple o paranoica que
él mismo define de siguiente forma:

A base de un proceso netamente paranoico ha sido posible
obtener una imagen doble, es decir, la representación de
un objeto que sea al mismo tiempo, y sin sufrir la menor
variación figurativa o anatómica,
representación de otro objeto absolutamente distinto,
despojado también de cualquier tipo de deformación
o anormalidad que se pudiera ocultar con algún arreglo. El
resultado de tal imagen es posible gracias a la violencia del
pensamiento paranoico, el cual se sirve con astucia y destreza de
los pretextos, coincidencias, etc., necesarios,
aprovechándolos para hacer aparecer la segunda imagen, que
en este caso ocupa el lugar de la idea obsesiva. La imagen doble,
cuyo ejemplo puede ser la de un caballo que al mismo tiempo es
una mujer, puede prolongarse […][2]

Esto, explica Dalí, es: "método
espontáneo de conocimieto irracional basado en la
asociación interpretativo-crítica de los
fenómenos del delirio."18 Si recordamos por ejemplo
Mujeres y caballos, El rapto de las mulatas o
Héroe Criollo (1947), hallaremos que no pocas
veces Carlos Enríquez, más que interpretar, parece
ilustrar estos conceptos.

El propio artista en conferencia dictada en La Habana,
en 1944 precisa:

El surrealismo es una manera de sentir, una manera de
expresarse que a través de los tiempos y
espontáneamente se ha manifestado de manera
esporádica, pero inquietante.

La revelación surrealista, antes que sus propios
promotores la analizaran en las estrechas formas tan
dogmáticas propias de las escuelas […] ha chocado
siempre frente a un mundo de realidades inmediatas al cual
estamos reducidos por la esclavitud tradicional de ver las
cosas.

Como vemos, el surrealismo ha hecho el tremendo hallazgo
del método para desdoblar nuestro interior a través
de la poesía y la pintura […]

[…] Pude decirse que uno de los aspectos más
revolucionarios del surrealismo es haber ampliado, hasta el
infinito, el "objeto interior", el cual, a más de aportar
en sí mismo un valor plástico, al representarlo
pictóricamente, da expresión al mundo interior que
su originalidad despierta en el artista.

Lo formidable de estas elaboraciones y concepciones de
"objetos" en general, es que representan un paso decisivo para el
triunfo de la imaginación, y bien visto, es el plan
más perfecto para desorganizar, desmoralizar y perturbar
el sentido común de lo racional
burgués.[3]

Estos fragmentos ilustran sintéticamente el punto
de vista de Enríquez acerca del surrealismo y expresan en
qué medida se vale de sus conquistas para lograr su obra
o, qué puede haber de surrealista en su trabajo, lo cual
se refuerza en su carta a Alfred H. Barr, director del Museo de
Arte Moderno de New York:

Creo que mi obra se encuentra en un constante plano
evolutivo hacia la interpretación de imágines[sic]
entre la vigilia y el sueño, las cuales pueden tener la
realidad de un recuerdo involuntario, o la irrealidad de las
cosas embrionarias. Sin Embargo[sic] esto no quiere decir que soy
surrealista aunque acepto la libertad mecánica de la
creación. Actualmente me interesa interpretar el sentido
cubano, americano o continental del ambiente pero
alejándome del método de las escuelas europeas[…]
me interesa la forma humana, el paisaje y sobre todo la
combinación de ambos pues todo hombre tiene su paisaje
interior[…][4]

La corriente surrealista, ayudó a Carlos
Enríquez a ver lo fabuloso de las creencias y los mitos
del campo cubano, a tener una visión alucinada de la
realidad y a captar la magia dentro de la realidad cotidiana.
Encontró un método de enfrentar y "epatar" al
burgués "de acá", desde la máxima de la
libertad individual, llevada hasta las últimas
consecuencias.

Luego de realizar esta valoración de las
influencias en la obra del llamado "Rey de las transparencias" a
partir de lo planteado por la investigadora Luz Merino, queremos
señalar otros influjos, a nuestro juicio, no menos
importantes, percibidos en su producción
artística.

El pintor cubano sentía gran admiración
por el arte de Hieronymus Bosch conocido como el Bosco. Este
artista, sembrado en la ya lejana Edad Media, extiende sus ramas
a través del tiempo y engendra frutos en la
creación de Enríquez. En el legado de aquél,
tan lejano temporalmente del Movimiento surrealista, hay un mundo
de seres, cosas fantásticas y extrañas: "un
substrato en fermentación de terrores, esperanzas,
angustias y creencias que se respiraban en la atmósfera de
finales del Medioevo. Toda una selva prolífera de
obsesiones y simbologías infernales, místicas,
alquimistas y sexuales brota de ese mundo suyo, bullente y
abigarrado […]" (Guicciardini, 1966, s.p.), que incide en el
imaginario del criollo. Sensualidad y misticismo van a
caracterizar el oficio de estos pintores. Probablemente sea el
Bosco el que mayor seducción haya ejercido sobre el
dueño del Hurón Azul.

El Bosco, mediante la plasmación de "costumbres
desenfrenadamente licenciosas, obsenidades, éxtasis[…]"
(Guicciardini, 1966, s.p.) representa una realidad poblada de
seres con un trasfondo natural, en una definición abierta
del paisaje campestre, donde la sensualidad se escurre sobre toda
la superficie. Los trabajos de Enríquez, fundamentalmente
la serie del "Romancero guajiro" poseen una fuerte sensualidad
que tiene por escenario el campo cubano, y donde la fuerza de la
naturaleza y la soledad exuberante de los parajes se convierte en
cómplice de guardias rurales que raptan y casi poseen a
las jóvenes mujeres sobre la grupa de sus caballos y de
voyeurs que acechan los ríos y pozas en espera de alguna
bañista confiada.

Sin embargo el pintor siempre manifestó su
preferencia por el expresionismo, lenguaje que también lo
acompañó a lo largo de su carrera artística,
tomando diversos matices en diferentes momentos de su
trayectoria. Con él conforma un estilo propio, donde la
línea es protagonista, que a la vez que deforma, estiliza
y abulta, se tuerce, ensancha y reduce, es curva y ondulada,
dotando a su creación de un acento típico a la hora
de evaluarla: su carácter sensual.

La intensidad a ratos de la paleta de Enríquez,
nos remite a otra corriente en la cual bebe: la explosión
del color que significó el fauvismo. En Carlos, este
afán por la vehemencia cromática lo produce la luz
chispeante del trópico. Recurre a menudo a la
utilización de los primarios: rojos, azules y amarillos,
secundados por verdes intensos, violetas y destellos blancos de
luz. Esta necesidad de aprehender nuestra realidad, saturada de
color, es lo que hace que luego de su estancia en Europa la
redescubra y la plasme para siempre en su telas.

Para concluir queremos enfatizar que las huellas de
estilos y/o tendencias en la obra de este destacado pintor de la
vanguardia cubana, no deben llevarnos a encasillarlo como
impresionista, surrealista, expresionista o fauvista. Por el
contrario, la presencia de todos estos "ismos" que coexisten al
mismo tiempo en su carrera, provocan que Carlos Enríquez
sea un artista difícil de clasificar dentro de uno solo de
estos cauces, como también lo fueron los maestros ya
mencionados.

En la obra del Bosco no se advierte a un autor que
tipifique el arte Gótico, sus imágenes nos revelan
a un artista de excepción, bien ilustrado en sus temas de
representación y de rico imaginario. El Greco, representa
más que un estilo, una actitud en el arte, pues el
Manierismo, etapa en la cual se le sitúa para su estudio,
constituye un tránsito entre el Renacimiento y el Barroco.
Respecto a Goya, su amplia y versátil producción
que abarca casi un siglo de avatares y en el que transitó
por diversas etapas antes de anunciar el expresionismo, hacen
difícil su enmarcación dentro de un solo concepto
artístico.

Al parecer, Enríquez también hereda esta
característica en su oficio. Así va construir, con
estos influjos, tanto de artistas como de estilos, un lenguaje
propio, asociado al vital uso de las transparencias como recurso
de ilimitadas posibilidades y ofrecernos una nueva visión
del paisaje cubano con sus personajes, leyendas y
tradiciones.

 

 

Autor:

Ms. C. Dayami Cué Cedeño

se licenció en Historia del Arte en el año
2002 y se graduó de Master en Estudios Cubanos y del
Caribe en 2009. Actualmente es profesora asistente de Historia
del arte y la literatura en la Universidad de Granma,
Cuba.

Lic. Liubis Armando Rosales Comas

se licenció en Historia del Arte en el año
2002. Actualmente es Profesor de pintura y dibujo de la Academia
de Artes Plásticas "Oswaldo Guayasamín", Bayamo,
Granma.

Cuba, Granma, 2012

[1] otas Alice Neel (1900-198?), pintora
norteamericana de filiación expresionista, con marcado
acento izquierdista. Su obra está dedicada
fundamentalmente a los marginados sociales y a la mujer. Es
considerada una figura importante del arte de su país en
la pasada centuria por los valores sociales de su
amplísima producción. En 1925 Alice Neel contrae
matrimonio con Carlos Enríquez. De esta unión son
fruto dos niñas, Santillana del Mar que muere de
difteria, e Isabetta que fue criada por una tía del
pintor cubano. Durante su estancia en Cuba, Neel participa en
el XII Salón de Arte Nuevo resultando ser su
envío y el de su esposo calificados por la
crítica, de los más valiosos. En 1927, cuado la
pareja se marcha al país norteño, lo precario de
la situación y la muerte de la hijita, deteriora la
relación y se divorcian en el propio año.

[2] Citado por Marx Ernst en “Le
surréalisme au service de la révolution”,
p.44 apud Mario de Micheli. Las vanguardias artísticas
del siglo XX, p. 231-232.

[3] “Estética de Carlos
Enríquez” en Lunes de Revolución. La
Habana, 18 de septiembre de1961. Ramón Vázquez,
en “Cronología de Carlos Enríquez”,
refiere que esta conferencia se tituló “El
surrealismo” y fue dictada por el pintor en 1944 en el
Frente Nacional Antifascista con motivo de la exposición
de dibujos “Nuestro tiempo” de Marcelo
Pogolotti.

[4] Carlos Enríquez. “Carta a
Alfred H. Barr”, La Habana, 1943, p.3. Scrap Book.
Archivo Casa Museo Hurón Azul. Bibliografía
Batet, J. (1996). Vanguardia identidad y utopía. Arte
Cubano, no.1, p.7-12. Caballero, R. (2000). Voces de una
galería. Revolución y Cultura, no.6, p.34-41.
Enríquez, C. (1961, 18 de septiembre) Acerca del
surrealismo. LUNES DE REVOLUCIÓN, p.5. Fuentes, E.
(2000). El siglo de Alice Neel. Revolución y Cultura,
no.2, p.27-33. Guicciardini, L. (1966). Pinacoteca de los
genios 85. El Bosco. Buenos Aires, Editorial Codex S.A.
Pintores cubanos. La Habana, Ediciones Revolucionarias. [s.f.]
Ibarra, J. (1981). Nación y cultura nacional. Ciudad de
La Habana, Editorial Letras Cubanas. Korsi, D. (2000). El
talento encadenado por la miseria. Unión, no.40,
p.72-73. Merino, L. (1983) Arte en Cuba: 1902-1952. Ciudad de
la Habana, Facultad de Artes y Letras, Universidad de la
Habana. Micheli, M. de (1972). Las vanguardias
artísticas del siglo XX. 2ª. edición
(“Colección Arte y Sociedad). La Habana, Instituto
cubano del libro. Novás, L. (2000) En torno a nuestros
artistas: Carlos Enríquez. Unión, no.40, p.73-74.
Pita, F. (1978). Apuntes para una valoración de Carlos
Enríquez. Islas, no.60, p.49-62. Pita, F. (2000). Carlos
Enríquez. La Gaceta de Cuba, no. 3, p. 4-5.
Sánchez, Juan: Carlos Enríquez. La Habana,
Editorial Letras Cubanas, 1996. Vázquez, R. (1976-1977).
Cronología: Carlos Enríquez 1900- 1957.
Revolución y Cultura, no. 4, p.80-84. .

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter