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Instituciones políticas (página 2)



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La ideología puede ser formulada como una pauta
de objetivos que tiene la autoridad o un programa político
que tiene el gobierno para tomar acciones en el presente para un
futuro. Esta pauta de objetivos ayuda a que los miembros que
acepten integrar la ideología, tengan esperanzas y
aspiraciones. Es decir, la ideología ayudaría a que
los individuos tomen decisiones seguras para creer en las normas
y valores presentes en la ideología política y las
integra en sus hábitos con la expectativa que el futuro
les traerá mejores condiciones de vida, comportamiento
ajustados a la realidad social y a la integridad como individuo,
de tal forma que se adquiera conciencia.

Procesos para la consolidación de la
institucionalidad venezolana

La Constitución de 1999 ayuda a caracterizar la
acción social del Estado para la construcción de
una ciudadanía de contenido social fundamentada en la
universalidad de los derechos sociales, esenciales para elevar la
calidad de vida, y en el reconocimiento de los sujetos de estos
derechos sin ningún tipo de
discriminación.

La búsqueda de la equidad como objetivo supremo
del ordenamiento económico y social, para hacer efectiva
la universalización de los derechos y una justa
distribución de la riqueza. El rescate de lo
público como espacio para el ejercicio de una verdadera
democracia que deberá sustentarse en la
participación protagónica de todos en
función del interés de todos.

Para poder cumplir con tales objetivos consagrados en la
constitución de 1999, el Primer Plan de Desarrollo
Económico y Social planteará 5 equilibrios: i) el
equilibrio económico que buscaba fomentar el desarrollo
productivo; ii)el equilibrio social que tenía como
objetivo promover un mundo multipolar; iii) el equilibrio
político que buscaba desarrollar una democracia
participativa y protagónica; iv) el equilibrio
territorial, que intentaba alcanzar una mayor justicia social; y
v) el equilibro internacional que tenía por objetivo
avanzar en la integración del territorio con fines de
seguridad interna y protección de la soberanía
nacional (Plan 2001-2007).

Esta visión siguió los lineamientos de la
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999 para superar la exclusión y la
desigualdad y garantizar los derechos sociales declarados en este
texto Constitucional, actuando dentro del orden institucional,
fortaleciéndolas y mejorándolas. Igualmente,
dándoles a los ciudadanos la posibilidad de participar en
la formulación, ejecución y control de la
gestión pública, donde las instituciones
políticas comienzan su protagonismo en la sociedad, se
conjuga su importancia como garante de la estabilidad de las
corrientes políticas.

Por lo tanto, para que una institución
política logre transformar sus condiciones de emergencia
en condiciones de persistencia necesita primeramente construir
confianza y cumplir con las expectativas de los individuos y
reducir complejidad. Si la institución es exitosa para
regular la incertidumbre, si genera expectativas positivas, la
normatización se probabiliza y corre con la posibilidad de
estabilizarse para que el presente dure para futuras acciones.
Para que el presente del futuro, como mencionamos más
arriba, sirva como lugar determinado para el cumplimiento de la
promesa.

Relacionando la semántica con la
ideología, ésta última proviene de una
selección de textos, conceptos o comunicaciones que son
reutilizables para proponer un programa político, con
ellas se crean formas (socialismo o liberalismo), se crean pautas
de objetivos o representaciones de ideas, con la intención
de que sea aceptado por los individuos y lo integren en sus
experiencias y acciones.

Uno de los aspectos esenciales que permite distinguir a
los teóricos del funcionalismo es el de la importancia que
conceden a las estructuras como las instituciones
políticas. Un sistema social goza de legitimidad en la
medida en que en él se desarrolla el proceso de
diferenciación social permitiendo que nuevos grupos
accedan a los beneficios que ésta otorga, así este
teórico reseña la importancia de la existencia en
el sistema político de instituciones de este orden como
benefactoras del equilibrio de las sociedades.

El Estado es el responsable del Sistema Político
y tiene la función de regular los riesgos sociales y
cumplir con las expectativas de los ciudadanos. "Se le atribuye
la capacidad del Estado para responder en un territorio
claramente delimitado a todos aquellos problemas que
requerirían una respuesta centralizada del poder
político". En la política, los valores o las normas
se pueden ver reflejados en la ideología.

Sistema político en la sociedad
venezolana

En un sentido, un sistema político es el conjunto
de instituciones públicas, organizaciones de la sociedad,
comportamientos, creencias, normas, actitudes y valores que
mantienen o subvierten el orden del que resulta una determinada
y, por lo general, desigual y conflictiva distribución de
utilidades. La expresión "sistema político" y su
plural según Cohen (2007) se ha instalado no sólo
en el lenguaje de la ciencia política, sino también
en el lenguaje común de un modo tan arraigado como
términos políticos de mayor tradición como
ideología, Estado o partidos. No obstante, es bastante
más difícil precisar qué denota exactamente
este vocablo.

El término fue traído al campo de la
ciencia política, desde el terreno de la
informática, la teoría cibernética de las
comunicaciones y de la llamada teoría de los sistemas
generales, pasando por la sociología de Parsons, con el
propósito expreso de construir categorías de
análisis y enfoques conceptuales novedosos que permitieran
romper con el enfoque jurídico e institucional dominante
en los estudios políticos hasta la mitad del siglo
XX.

Uno de los más citados trabajos en este sentido
es el David Easton, quien más que una teoría
política en sentido estricto aporta un esquema para el
análisis que consiste más en un compendio de
conceptos y de definiciones de términos nunca antes usados
por los politólogos, que en la construcción de una
teoría empírica sobre los fenómenos
políticos.

El uso extenso del concepto de sistema político
en mucho está asociado con el nacimiento y desarrollo de
la ciencia política como disciplina autónoma del
derecho y de la sociología general. Pero, lamentablemente,
tal emancipación no necesariamente se ha traducido en una
mayor clarificación y desarrollo de una teoría
general de los sistemas políticos. A lo sumo, se han
obtenido diversos enfoques analíticos, tipología y
organizaciones de conceptos que tienen una amplia
aplicación descriptiva, pero que todavía
están muy lejos de una teoría científica en
sentido estricto.

En su acepción más abstrusa, un sistema
político es el conjunto conductual integrado por las
interacciones que generan la asignación autoritaria de
valores en una sociedad. Una asignación es autoritaria,
según Easton, "cuando las personas que hacia a ella se
orientan se sienten obligadas por ella. Y las personas, miembros
del sistema, se consideran obligados por tres razones: 1) la
coerción o la amenaza de coerción física o
psicológica severa; 2) el interés personal y 3) la
lealtad, el sentido de la legalidad o de la legitimidad.
Pero al margen de cuál sea la razón por la que
alguien se somete a la autoridad, lo que caracteriza como
político a un sistema es el hecho de que sus asignaciones
sean obligatorias.

Esta definición para algunos de sus
críticos, más que abstracta, es indeterminada. Es
decir, no se trata, como aspira su autor, de un concepto
aplicable a cualquier forma de organización social en
cualquier momento histórico y en todo espacio
geográfico, sino más bien de una creación
terminológica que no permite distinguir lo que realmente
es un sistema político.

Al asumir el enfoque de sistemas para describir la
política, Easton privilegia la estabilidad como un
requisito esencial del sistema político. Para algunos de
sus críticos esto introduce un sesgo excesivamente
conservador en su esquema. Cierto es que se ocupa más de
la estabilidad del sistema que de sus transformaciones, sin
embargo, el esquema eastoneano permite comprender que, en
principio, en los sistemas políticos existen mecanismos
que permiten manejar las tensiones emanadas del ambiente logrando
adaptaciones que pueden llevar incluso a cambio de importancia,
sin que necesariamente se produzca una ruptura revolucionaria o,
en sus términos, una perturbación severa de sus
variables fundamentales.

En segundo lugar, su enfoque también permite
describir procesos de cambio que conducen a perturbaciones tan
importantes del sistema político que no conducen a su
transformación en un sentido positivo o revolucionario,
sino a su deterioro, a la merma severa de sus capacidades e
incluso a su desaparición, con lo cual se refuerza la idea
de que no necesariamente los cambios políticos radicales
son progresistas. Estas dos ideas han sido especialmente
útiles en Iberoamérica, donde por décadas
han proliferado las propuestas optimistas de cambios radicales y
revolucionarios para superar los problemas de eficacia y
eficiencia del Estado.

Dentro del sistema político las instituciones
políticas desempeñan las siguientes funciones,. Por
el lado de los insumos: 1) socialización y reclutamiento
político (es decir, la formación de unas
determinadas actitudes, valores y creencias para la posterior
incorporación de los sujetos al sistema); 2)
articulación de intereses (mediante la cual los grupos
sociales llevan al sistema sus acciones); 3) agregación de
intereses (mediante la combinación de intereses en
formulaciones generales y por medio del reclutamiento de personal
comprometido con una cierta orientación política) y
4) comunicación política (por medio de la cual se
realizan todas las demás funciones). Por el lado de
productos el sistema realiza tres funciones que se explican por
sí mismas: 1) elaboración de normas; 2)
aplicación de normas y 3) juicio conforme a las normas.
Habría que decir que estas tres funciones evocan, a la
clásica división del poder público en tres
ramas.

Las reflexiones sobre el cambio político provocan
una prodigiosa proliferación de teorías, así
como un uso poco esmerado de algunos conceptos
politológicos esenciales. No obstante, un análisis
general de las diversas teorías aparecidas desde entonces
desvelan la existencia de las instituciones políticas como
entes que velan por el orden de la sociedad. Tras decenios de
años resulta algo dominante la tesis que afirma que si
bien existen factores estructurales de índole
política, subjetivos y cualitativos que manejan y regulan
la orientación de una nación.

Entre las teorías más enunciadas se
comprende: Merkel, (1996) plantea en su teoría sobre "El
Sistema Político" Uno de los aspectos esenciales que
permite distinguir a los teóricos del funcionalismo es el
de la importancia que conceden a las estructuras como las
instituciones políticas. Un sistema social goza de
legitimidad en la medida en que en él se desarrolla el
proceso de diferenciación social permitiendo que nuevos
grupos accedan a los beneficios que ésta otorga,
así este teórico reseña la importancia de la
existencia en el sistema político de instituciones de este
orden como benefactoras del equilibrio de las
sociedades.

Así, para Parsons, (1996) destaca El
establecimiento de unas estructuras que permitan una
diferenciación social de carácter racional es
garantía de orden tanto para el presente como para el
futuro. Es el caso de las instituciones políticas como
entes que permiten la evolución de las acciones en
conjunto vinculándolas con el desarrollo de las sociedades
con la participación igualitaria en su sistema dirigido a
los cambios.

Almond, (1996) en su planteamiento teórico
dirigido a la estabilidad política como el centro de
atención que se desplaza un tanto a los cometidos que han
de desempeñar los sistemas políticos, admitiendo la
pluralidad de estructuras para ejecutar funciones con eficacia,
como tal las instituciones políticas como entes eficaces
pertenecientes al sistema político.

En respuestas a estas teorías, el enfoque
Parsoniano y por extensión, de toda la teoría de
sistemas políticos, permite tratar el problema de la
legitimidad y de la eficacia, por su parte, Merkel y para Almond,
un sistema político es eficaz cuando sus estructuras
internas, sean cuales fueren, logran dar cumplida respuesta a los
retos que se les plantean. Dentro aún del campo de los
estudios macro-orientados se enfocan también con el
enfoque estructuralista, representado principalmente por Moore.
(1966) Este modo de abordar las transformaciones
sistémicas coloca en un plano de cierta igualdad tanto a
actores como a estructuras, siendo por lo tanto necesario
estudiar ambos aspectos para comprender cabalmente la
dinámica política.

En realidad, estas teorías aportan un
procedimiento especial de análisis advierten de la
necesidad de introducir nuevas variables en el estudio de los
procesos de cambios políticos. La forma en que se haga
dependerá de la sagacidad de cada órgano
político. En un sentido, un sistema político es el
conjunto de instituciones y organizaciones de la sociedad,
comportamientos, creencias, normas, actitudes y valores que
mantienen o subvierten el orden del que resulta una determinada
y, por lo general, desigual y conflictiva distribución de
utilidades.

La expresión "sistema político" y su
plural se ha instalado no sólo en el lenguaje de la
ciencia política, sino también en el lenguaje
común de un modo tan arraigado como términos
políticos de mayor tradición como ideología,
Estado o partidos. No obstante, es bastante más
difícil precisar qué denota exactamente en todo el
compendio las instituciones políticas como estructuras
pertenecientes en su totalidad a la sociedad de una
nación.

La construcción de una sociedad
democrática requiere, entonces, de una estrategia de
varias coyunturas, ya que hay que promover declaradamente las
bondades de los valores democráticos, a la vez que
impulsar la construcción de instituciones que funcionen a
partir de los principios de legalidad, pluralidad, competencia,
responsabilidad política, es decir, a partir de principios
democráticos.

De la relación hipotética entre
institucionalización y participación se deduce las
diferencias entre dos tipos básicos de sistemas
políticos siendo los sistemas cívicos los que gozan
de un alto nivel de institucionalización respecto de su
nivel de participación, tienen bajos niveles de desarrollo
institucional y elevados niveles de participación que se
expresan en el hecho de que las fuerzas sociales, usando
métodos propios, actúan directamente en
política.

Los niveles de desarrollo institucional y de
participación son variables de una sociedad a otra por lo
que los sistemas pueden darse en diversos niveles de
participación política, pero en definitiva es el
resultado de un nivel de participación mayor que aquel que
las instituciones políticas pueden enfrentar.

Las instituciones políticas en su relación
con otros entes son restricciones diseñadas por el hombre
para reducir la incertidumbre que supone la interacción
humana. La incertidumbre surge debido a la información
incompleta que se tiene con relación al comportamiento de
la gente y a las limitaciones computacionales del individuo para
procesar, organizar, y utilizar información. Al
estructurar la interacción humana, el marco institucional
limita el conjunto de elecciones de los actores y reduce la
incertidumbre.

En el Nuevo Socialismo Bolivariano, el Estado tiene que
avanzar hacia una institucionalidad en la que el poder popular
(Consejos Comunales, Misiones Sociales), el poder armado (La
Fuerzas Armadas) y poder político (Partido Socialista
Unido de Venezuela y el Estado) sean uno solo, bajo la disciplina
de los valores revolucionarios. De esta manera, implicaría
que el Estado represente a los intereses bajo un arreglo
institucional típico-ideal para vincular los intereses
organizados en asociaciones de la sociedad civil con las
estructuras decisionales del Estado.

En otras palabras, los recursos disponibles para
construir confianza institucional desde un programa
corporativista estatista estaría en que el Estado tenga la
capacidad de subordinar a las organizaciones de la sociedad civil
desde una institucionalidad específica. En el caso
venezolano esta subordinación la observaremos a
través de la estructura administrativa que tienen las
Misiones Sociales y los Consejos Comunales. La posibilidad de
construir confianza institucional desde el Nuevo Socialismo
Bolivariano la encontraríamos en un principio en las
Misiones Sociales. Estas cumplirán un papel importante en
el intento por institucionalizar los planes de acciones que se
fueron ejecutando en años anteriores para atender las
necesidades básicas de los sectores populares
primordialmente en el área de la salud, la
educación, la vivienda, el trabajo y la
alimentación

Las instituciones políticas venezolanas cuentan
con un apoyo en los sectores populares, sabe que los planes de
acción ejecutados en fechas anteriores han traído
efectos positivos hacia los sectores más vulnerables y por
lo tanto, sabe que existe un compromiso y una cooperación
entre el gobierno y el pueblo. En ambas partes la confianza ha
solucionado una situación específica de riesgo; por
un lado el gobierno ha logrado que sus selecciones sean aceptadas
y por otro, para muchos se han estabilizado las
expectativas.

Hay confianza, hay apoyo y por lo tanto, emerge la
posibilidad de que los valores que definen al gobierno
bolivariano bajo la visión cívico-militar sean
integrados en los hábitos y en las prácticas
sociales para futuros presentes. Los recursos disponibles del
gobierno bolivariano se observan en la creación de una
nueva estructura administrativa para poner en marcha a las
Misiones Sociales. Esta estructura administrativa se caracteriza
porque el Presidente de la República tenga la capacidad de
crear las misiones sociales, de decretar planes presupuestarios
extraordinarios provenientes principalmente de los recursos
petroleros y de designar las Comisiones Presidenciales para cada
misión.

La nueva estructura administrativa permite dinamizar los
programas sociales que, si hubiese pasado por el orden
institucional tradicional hubiese implicado tiempo para llegar a
acuerdos y ejecutar tales acciones, tiempo para que las
experiencias se generalicen y se estabilicen en un futuro que
siempre puede ser de otra manera. Las Comisiones Presidenciales
normalmente están integradas por los Ministerios y
Organismos Públicos, las Fuerzas Armadas, Petróleos
de Venezuela (PDVSA), miembros de las Organizaciones Sociales de
la Revolución y en algunos casos personal cubano
(Misión Barrio Adentro).

Este conjunto de instituciones políticas converge
en las sociedades y complementa en su estructura el sistema
político venezolano el cual en sus funciones debe procurar
la estabilidad social.

La función principal de esta estructura
administrativa será de estimular a los sujetos
individuales a aceptar esta oferta comunicativa (integrarse a las
misiones sociales) para que se siga estabilizando el nuevo tipo
de socialización desde la visión
cívico-militar. Se tiene como propósito generalizar
la confianza de la comunidad que acepta las intenciones del
gobierno para que éste último pueda seguir operando
y para que ambas partes solucionen una situación
específica de riesgo.

Las acciones realizadas por las instituciones
políticas permite que los participantes conozcan la
situación exacta y sepan que otros también la
conocen por lo que se lograría estabilizar la indiferencia
ante la variación en la medida en que rinden
satisfactoriamente la prueba. En otras palabras, en la
disposición en que la estructura administrativa se
compromete en procesar los problemas (pobreza, educación,
salud, vivienda, seguridad alimentaria), en el orden en que son
capaces de regular la incertidumbre o los riesgos sociales y en
la medida en que traen resultados efectivos para los sujetos
individuales que han aceptado el riesgo de confiar en el proyecto
político del gobierno, existe la posibilidad de que las
instituciones políticas se mantengan.

Es decir, se crean las condiciones de posibilidad de que
se generalicen las expectativas y que se estabilicen con respecto
a un entorno seguro, estable y complejo de aceptación
social. Se ha enfatizado que la intención que tiene el
gobierno bolivariano con las instituciones políticas es de
poder crear un nuevo orden social revolucionario, ha logrado
cumplir con una solución de problemas generalizados en una
comunidad que acepta las intenciones del gobierno.

Con esta capacidad, emerge la posibilidad de que los
individuos se motiven a integrar un programa de normas y valores
en sus prácticas sociales. Sin embargo, para poder
integrarlas se requiere de un proceso de aprendizaje que
está mediado por las experiencias del que aprende consigo
mismo y es controlado por la identidad del desarrollo propio del
que aprende.

En este sentido, las instituciones políticas no
controlan al sistema psíquico, no controlan su aprendizaje
pero sí los estimulan a formar parte de esta nueva
socialización en la medida en que éstas traen
resultados efectivos. Emerge la posibilidad de aceptar los
valores revolucionarios e integrarlas en la identidad propia del
que aprende prácticas sociales a través de un
proceso de auto-aprendizaje, emerge un tipo de
identificación emocional hacia la persona que dirige las
instituciones de este orden

La generalización de expectativa a través
de un proceso de aprendizaje que integra estos valores
revolucionarios a partir de una identidad emocional implica que
lo externo sea negado como posibilidad. Es decir, se excluyen
todos los demás objetos o los relegan a una
posición de relativa insignificancia, aún si en
aspectos particulares producen resultados iguales o mejores .
Esta "refutación externa" se debe a la misma seguridad que
existe en la situación específica de riesgo que es
co-experimentada.

La relación entre el pueblo y el presidente
reduce complejidad, ya que éste último tiene la
capacidad de generalizar las expectativas. Por lo tanto, se
reducen las posibilidades del entorno, estableciendo la
preferencia en un objeto y en consecuencia al mismo tiempo
establecen posibilidades internas de procesar la experiencia. Las
instituciones políticas son un mecanismo para procesar las
experiencias a través de la participación y el
pueblo se identifican con la capacidad de regular y asegurar la
formación de la socialización.

De esta manera, resulta posible que las instituciones
políticas logren generalizar la confianza de una comunidad
que ha aceptado las intenciones del gobierno y esta
aceptación le permite a tener la posibilidad de
seleccionar nuevos presentes para seguir consolidando el proyecto
político bolivariano como lo es ahora el Nuevo Socialismo
Bolivariano del Siglo XXI.

Las instituciones políticas han tenido la
capacidad de seleccionar nuevos presentes para hacer penetrar las
Misiones Sociales y los Consejos Comunales en el tejido social
justamente porque éstas han logrado extender suficiente
confianza hacia los ciudadanos en el contexto venezolano. La
posibilidad de construir confianza institucional en el Nuevo
Socialismo Bolivariano del Siglo XXI está justamente en
que el horizonte temporal del Estado, bajo la visión
cívico-militar que ha logrado extender suficientemente la
confianza para avanzar hacia una nueva institucionalidad en la
que el poder popular (Poder Comunal, Misiones Sociales), el poder
armado (Milicias Bolivarianas y La Fuerzas Armadas) y poder
político (Partido Socialista Unido de Venezuela y el
Estado) sea uno solo, bajo la disciplina de los valores
revolucionarios.

La cultura política da sustento a un conjunto de
objetos y acciones políticas observables, es decir, a
instituciones políticas, al igual que a aspectos
políticos de las estructuras sociales. Todo sistema
político está compuesto por unidades interactuantes
e interrelacionadas, cuyo rasgo distintivo es su incidencia sobre
el proceso político. Mientras las estructuras
políticas dictan la acción política, la
cultura política es el sistema de creencias
empíricas, símbolos expresos y valores que definen
la situación donde la acción política se
lleva a cabo. En otros términos, la cultura
política afecta, a la vez que es afectada por, la forma
como operan las estructuras políticas. De tal manera,
sólo la vinculación entre ambos aspectos puede
integrar al conjunto de las funciones políticas, es decir,
dar cuenta del sistema político en su
totalidad.

Es casi un lugar común entre los estudiosos de la
cultura política afirmar que hay un círculo cerrado
de relaciones entre cultura y estructura políticas, de
suerte que si bien las experiencias de los individuos acerca de
los procesos e instituciones políticas ayudan a configurar
cierta cultura, ésta define a su vez la dirección
de aquéllos.

Los niveles de desarrollo institucional y de
participación son variables de una sociedad a otra por lo
que los sistemas pueden darse en diversos niveles de
participación política, pero en definitiva es el
resultado de un nivel de participación mayor que aquel que
las instituciones políticas pueden enfrentar.

Las instituciones políticas en su relación
con otros entes son restricciones diseñadas por el hombre
para reducir la incertidumbre que supone la interacción
humana. La incertidumbre surge debido a la información
incompleta que se tiene con relación al comportamiento de
la gente y a las limitaciones computacionales del individuo para
procesar, organizar, y utilizar información. Al
estructurar la interacción humana, el marco institucional
limita el conjunto de elecciones de los actores y reduce la
incertidumbre.

De la relación hipotética entre
institucionalización y participación se deduce las
diferencias entre dos tipos básicos de sistemas
políticos siendo los sistemas cívicos los que gozan
de un alto nivel de institucionalización respecto de su
nivel de participación, tienen bajos niveles de desarrollo
institucional y elevados niveles de participación que se
expresan en el hecho de que las fuerzas sociales, usando
métodos propios, actúan directamente en
política.

No obstante, sus esquemas de análisis revelan la
primacía que otorgan a los factores culturales sobre los
estructurales, justamente porque lo cultural tiene un mayor grado
de penetración y de persistencia. No cabe duda que los
distintos componentes de la realidad social son interdependientes
y que la estructura política impacta a la vez que es
impactada por las creencias, actitudes y expectativas de los
ciudadanos; sin embargo, si se conviene en que la cultura
política es la forma en que los miembros de una sociedad
procesan sus propias estructuras o instituciones
políticas.

Dado que las democracias más estables se
asentaron en sociedades caracterizadas por un alto nivel de
industrialización y, en general, de desarrollo
económico, esto se consideró un prerrequisito para
la implantación cabal de las instituciones
democráticas. No cabe duda de que el desarrollo industrial
ayuda a debilitar las tradiciones, y de que los niveles altos de
vida pueden incrementar la confianza interpersonal que es un
componente de la cultura democrática. También se ha
probado que los niveles elevados de escolaridad y un mayor acceso
a la información son elementos que impulsan la
participación política de los
ciudadanos.

La socialización sería más bien un
tipo de auto-socialización que configura al sistema
psíquico por lo que los sujetos individuales en el
aprendizaje pueden aceptar o negar dependiendo de la oferta que
se propone la institución a cumplir. Si las instituciones
son eficaces para hacerse cargo de las decepciones, si se
generalizan estas experiencias, se pueden desarrollar y
estabilizar las normas y valores, ya que los sujetos individuales
confían en sus instituciones.

En este sentido, las instituciones dependen de la
confianza cooperación y compromiso para que se transformen
las condiciones de emergencia en condiciones de persistencia. Al
confiar en las instituciones políticas, existiría
un tipo de "libertad institucionalizada, es decir, la libertad
coartada y moderada por el orden social; la libertad como un
complejo de acciones o aspecto de acciones por los cuales uno es
personalmente responsable" Las instituciones políticas no
controlan nuestras expectativas pero sí motivan a aceptar
el riesgo y a confiar en éstas, y así uno
personalmente responsable por las acciones o las decisiones que
uno toma

Desde una perspectiva de reivindicación de los
modelos culturalistas trabajos empíricos sobre cultura
política en diferentes naciones desarrolladas del mundo
occidental, han demostrado que el desarrollo económico por
sí mismo no necesariamente conduce a la democracia;
solamente puede hacerlo si lleva consigo, en forma paralela,
cambios en la estructura social y en la cultura
política.

De acuerdo con ella, el hombre tiene necesidades
prioritarias que satisfacer y, en ese caso, no se plantea sino
cubrir necesidades elementales de orden sicológico. A esto
le denomina valores materialistas. En cambio, cuando tiene
garantizadas su seguridad y su subsistencia descubre necesidades
de otro orden, como la pertenencia a un grupo social.

Dado que las democracias más estables se
asentaron en sociedades caracterizadas por un alto nivel de
industrialización y, en general, de desarrollo
económico, esto se consideró un prerrequisito para
la implantación cabal de las instituciones
democráticas. No cabe duda de que el desarrollo industrial
ayuda a debilitar las tradiciones, y de que los niveles altos de
vida pueden incrementar la confianza interpersonal que es un
componente de la cultura democrática.

El sentido de confianza interpersonal es un ingrediente
necesario para la vida democrática porque alimenta la
capacidad organizativa de una sociedad y, con ella, la
posibilidad de que se desarrolle una participación
política eficaz. Es también un factor indispensable
para el buen funcionamiento de las reglas democráticas del
juego, esto es, para que se reconozca al otro como un adversario
con el que hay que convivir, para que se considere a los partidos
contendientes como oposición leal, que actúa en
función de las disposiciones normativas establecidas. La
confianza interpersonal es, entonces, un requisito para la
construcción de un compromiso de largo plazo con
instituciones democráticas que promueven el pluralismo y
la competencia institucional.

Las instituciones son mecanismos de orden social y
cooperación que procuran gobernar el comportamiento de un
grupo de individuos que puede ser reducido o coincidir con una
sociedad entera, en dicho sentido trascienden las voluntades
individuales al identificarse con la imposición forzosa de
un propósito en teoría considerado como un bien
social. Su mecanismo de funcionamiento varía ampliamente
en cada caso, aunque se destaca la elaboración de
numerosas reglas, comúnmente inflexibles.

El institucionalismo es un enfoque particular o
tendencia de algunas corrientes dentro de estas ciencias
sociales, instituciones políticas son aquellas que se
refieren a la sociedad política y que regulan la
estructura y órganos del gobierno del Estado.

De acuerdo con el enfoque conductista en el que se
desarrolló la teoría sobre la cultura
política, las creencias y las lealtades políticas
básicas se aprenden en la infancia con la familia, pues es
el periodo en el que las personas son más maleables y
receptivas. A la familia se la ha reconocido como la cuna de las
identidades clave de una persona, las cuales, en fases
posteriores, como la adolescencia, se van refinando, y llegan a
servir de base para la interpretación que el adulto hace
de la información que va recibiendo en el curso de su
desarrollo.

Así, las orientaciones hacia la autoridad social
que adquieren los niños durante su infancia provienen de
sus interacciones con los padres, es decir, de relaciones que no
tienen que ver directamente con la política, pero si con
la autoridad y que, por ello, dejan una huella sobre las
relaciones que en el futuro sean específicamente
políticas.

En este sentido, la socialización llamada
primaria, temprana o latente, se hace a través de los
patrones que guían las relaciones familiares. Así,
por ejemplo, la socialización de los niños
mexicanos se lleva a cabo por la vía de pautas
autoritarias como las que privan en las familias del país,
por lo que difícilmente puede pensarse que en el seno
familiar se esté forjando un pensamiento
democrático. Desde luego que esto no quiere decir que
¡as herencias familiares no puedan ser modificadas por
influencias sociales posteriores o por la acción de las
instituciones que influyan en el individuo en el curso posterior
de su desarrollo.

El término institución política las
describe como quienes regulan y vigilan normas de conducta y
costumbres consideradas importantes para una sociedad, como las
particulares organizaciones formales de gobierno y servicio
público. Como estructuras y mecanismos de orden social en
la especie humana, son uno de los principales objetos de estudio
en las ciencias sociales, como la antropología, la
sociología, la ciencia política, la economía
y la administración entre otras, son también un
tema de estudio central para el derecho.

El sistema de las instituciones políticas,
según Cordova, P (2007), se caracteriza por la
formación de unas determinadas actitudes, valores y
creencias para la posterior incorporación de los sujetos
al sistema social; articular intereses en la sociedad mediante la
cual los grupos levan al sistema sus acciones, reclutar personal
comprometido con una cierta orientación política,
desarrollar comunicación política con liderazgo por
medio de la cual se realizan todas las acciones de
interrelación social.

Las instituciones políticas, tienen determinadas
expresiones formales identificables en el régimen
jurídico, en relación con un cierto nivel de
participación que se manifiesta en conductas observables
empíricamente y referidas al ejercicio del poder
político por medio de las demás instituciones y los
actos del gobierno. Por ello, tras la búsqueda de regular
y velar las conductas sociales se enfatiza que estas van en
función a preservar la normativa legal, dirigida al
cumplimiento de normas y reglas que permiten la evolución
social en términos de cumplimiento en función de
que las sociedades se comprometan a regirse y se dejen dirigir
para consolidar los sistemas políticos de una
nación.

El institucionalismo es un enfoque particular o
tendencia de algunas corrientes dentro de estas ciencias
sociales, instituciones políticas son aquellas que se
refieren a la sociedad política y que regulan la
estructura y órganos del gobierno del Estado. Según
el criterio presentado por la Unesco en 1948, referente a los
objetos de estudio de la ciencia política, las
instituciones políticas guardan relación con los
aspectos de orientabilidad y prosecución de la estabilidad
social e integral de las sociedad con el fin de preservar su
evolución.

Una primera aproximación a la noción de
institución puede lograrse a través de tres
enfoques complementarios, se refiere a la institución como
entidad unificadora de la comunidad humana, que presenta dos
fases: su organización interna y su
individualización externa y una compleja red relacional
que vincula a sus componentes entre sí y al conjunto de la
institución con su entorno. Es la llamada
institución-cuerpo o institución-persona. – El
segundo se refiere a esa colectividad individuada o persona en
tanto cumple una función necesaria para el sistema social
global.

Es la llamada institución-órgano. – El
tercero se refiere al producto más estable de las dos
anteriores: las instituciones-normas, que regulan aspectos
fundamentales de la vida colectiva. La institución
sobrevive a los hombres que la habitan en un momento dado. Es una
entidad autónoma, por medio de la cual el agregado humano
se transforma en una comunidad actuante. Una institución,
una vez establecida no puede ser negada, salvo en un proceso
disruptivo.

Por lo tanto, tiene estabilidad, perdurabilidad en el
tiempo, y continuidad jurídica en caso de cambios; tiene,
por último, una personalidad propia frente a sus miembros
y a los extraños, lo que le permite establecer relaciones
de hecho y de derecho con otros sujetos e instituciones y esas
relaciones pueden ser a su vez institucionalizadas.

El término institución política las
describe como quienes regulan y vigilan normas de conducta y
costumbres consideradas importantes para una sociedad, como las
particulares organizaciones formales de gobierno y servicio
público. Como estructuras y mecanismos de orden social en
la especie humana, son uno de los principales objetos de estudio
en las ciencias sociales, como la antropología, la
sociología, la ciencia política, la economía
y la administración entre otras, son también un
tema de estudio central para el derecho, el régimen formal
para la elaboración e implantación de
reglas.

La construcción de una sociedad
democrática requiere, entonces, de una estrategia de
varias coyunturas, ya que hay que promover declaradamente las
bondades de los valores democráticos, a la vez que
impulsar la construcción de instituciones que funcionen a
partir de los principios de legalidad, pluralidad, competencia,
responsabilidad política, es decir, a partir de principios
democráticos.

De acuerdo con ella, el hombre tiene necesidades
prioritarias que satisfacer y, en ese caso, no se plantea sino
cubrir necesidades elementales de orden sicológico. A esto
le denomina valores materialistas. En cambio, cuando tiene
garantizadas su seguridad y su subsistencia descubre necesidades
de otro orden, como la pertenencia a un grupo social

Las instituciones políticas en su relación
con otros entes son restricciones diseñadas por el hombre
para reducir la incertidumbre que supone la interacción
humana. La incertidumbre surge debido a la información
incompleta que se tiene con relación al comportamiento de
la gente y a las limitaciones computacionales del individuo para
procesar, organizar, y utilizar información. Al
estructurar la interacción humana, el marco institucional
limita el conjunto de elecciones de los actores y reduce la
incertidumbre.

Los niveles de desarrollo institucional y de
participación son variables de una sociedad a otra por lo
que los sistemas pueden darse en diversos niveles de
participación política, pero en definitiva es el
resultado de un nivel de participación mayor que aquel que
las instituciones políticas pueden enfrentar.

Glosario de
Términos

Cultura política: se forma a partir de la
forma en la que la comunicación ocurra entre los sujetos
que la crean. La cultura entonces denota todas las
manifestaciones materiales e inmateriales de la
comunicación que existe en la vida social al haber una
interacción entre los individuos que la conforman
políticamente.

Estructuras políticas: son instituciones u
organismos al ejercicio del poder político.

Evolución social: es una alteración
apreciable de las estructuras sociales, las consecuencias y
manifestaciones de esas estructuras ligadas a las normas, los
valores y a los productos de las mismas, determinación de
las causas o factores que producen el cambio social.

Instituciones políticas: se aplica por lo
general a las normas de conducta y costumbres consideradas
importantes para una sociedad.

Organizaciones: son sistemas sociales
diseñados para lograr metas y objetivos por medio de los
recursos humanos o de la gestión del talento humano y de
otro tipo. Están compuestas por subsistemas
interrelacionados que cumplen funciones especializadas

Sistema político: es la plasmación
organizativa de un conjunto de interacciones estables a
través de las cuales se ejerce la política en un
contexto limitado.

Socialización Política: se refiere
a la relación que un individuo tiene con las instituciones
políticas, en el marco de la promoción de actitudes
que deben realizarse para el bienestar del sistema
político.

Sociedad: es el conjunto de individuos que
comparten una cultura y que se relacionan interactuando entre
sí, cooperativamente, para formar un grupo o una
comunidad.

Conclusiones

Partiendo de la perspectiva de que las instituciones
políticas forman parte del sistema político que
rige a un país, se vinculan con la importancia de la
evolución de una nación, ya que estas interfieren
en las normas y reglas que contemplen la estabilidad de la
ciudadanía, donde se parte de la fusión de la
socialización política que hace referencia al tema
de cómo, qué y cuándo aprende la
población acerca de la visión del sistema
político, visto desde un proceso de aprendizaje e
interiorización de valores, símbolos y
actitudes.

Se trata de un proceso eminentemente cultural en la
medida en que intenta insertar al individuo en su sociedad al
hacerlo partícipe del código de valores y actitudes
que en estas sirven de lazo de unión entre las
orientaciones de una población hacia los procesos
políticos y las normas que el sistema reclama como las
guías de su desempeño.

En un sentido, se contempla un sistema político
como el conjunto de instituciones y organizaciones de la
sociedad, comportamientos, creencias, normas, actitudes y valores
que mantienen o subvierten el orden del que resulta una
determinada y por lo general, desigual y conflictiva
distribución de utilidades, para que un país
evolucione ante los cambios estructurales.

La investigación se perfiló ante un tema
de importancia en el Derecho, puesto de que las instituciones
políticas pertenecen a un ámbito que compone la
integridad de un gobierno, siendo pieza fundamental en las
instituciones políticas y el cambio institucional, ocupa
un lugar sobresaliente en el análisis de la
investigación, ya que el funcionamiento social
óptimo de una ciudad sólo puede lograrse en un
ambiente institucional propicio para que surjan soluciones
cooperativas y socialmente productivas, que se forjen ideales
para la transformación necesaria entre los ciudadanos, con
el fin de preservar el orden y la convergencia requerida en la
política venezolana.

Se puede concluir citando que el estudio de las
instituciones políticas es necesariamente, un
análisis con un alto grado de subjetividad, que reflejan,
directa o indirectamente en lo inmediato o mediato, una
visión y valoración del entorno social dichas
subjetividades y prácticas influyen de manera
significativa en la configuración del sistema
político de un país en una relación actor y
estructura.

Es necesario tener en cuenta que la democracia no es un
factor que en sí mismo sea indispensable y suficiente para
que exista un cultura política participativa en los
individuos; con base a los beneficios o perjuicios tanto
materiales como simbólicos, que los individuos obtienen en
sus relaciones cotidianas, éstos formulan evaluaciones
sobre el sistema y el gobierno, donde perciben la eficiencia de
éste y tienen presente la influencia que tienen sobre
estos las instituciones políticas.

La existencia de las instituciones políticas
confirman que estas forman parte de las organizaciones de una
forma tal, que sin estas no estaría conformado el poder
político o sistema de este orden El conjunto de personas
de una organización política constituye una unidad
basada en una relación especial, cual es la
relación política. En virtud a ella el conjunto se
transforma de un conglomerado social, en una organización
política con una base estructural propia, en mérito
de lo cual, sus integrantes dejan de lado su individualidad y
asumen la calidad de miembros de la organización, con la
denominación de afiliados.

En este sentido, la importancia del estudio de la
cultura política es el evidenciar dichos factores y
encaminarlos a un fin común, la consolidación de la
democracia en el país. En la consolidación de un
régimen democrático, la cultura política de
los ciudadanos es tan importante como las instituciones y los
actores estratégicos; la democracia debe estar sustentada,
al menos en parte, por una cultura política, por una
ciudadana participativa, crítica y comprometida con las
prácticas y el régimen
democrático.

Recomendaciones

Abordar este tipo de temáticas como una forma de
adquirir juicios enriquecedores para la evolución
intelectual en términos al manejar conceptos valederos que
compongan estructuras dirigidas al nuevo conocimiento.

Desarrollar este tipo de contenidos con la perspectiva
de su análisis en función de darle la debida
aplicabilidad en su debido contexto.

Establecer criterios y análisis propios con la
objetividad de la comprensión de este tipo de
investigaciones.

Realizar este tipo de investigaciones con la perspectiva
del aprendizaje funcional dirigido a su aplicabilidad en el
derecho.

Referencias
Bibliográficas

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modernización.
Amorrortu. Argentina

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PARSONS, Talcott (1996). Sistema Politico.
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Autor:

Johana Andreina Araujo
Quintero

 

Partes: 1, 2
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