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La muerte del coronel Alfonso Ugarte




Enviado por PERCY ZAPATA MENDO




    La muerte del coronel Alfonso Ugarte Arica, 1880. Guerra
    del Pacífico – Monografias.com

    La muerte del coronel Alfonso Ugarte
    Arica, 1880. Guerra del Pacífico

    El coronel Alfonso Ugarte, acaudalado empresario
    salitrero, es uno de los héroes peruanos de la guerra del
    pacífico, fallecido en la batalla de Arica el 07 de junio
    de 1880, el cómo, es hasta la fecha un hecho
    polémico según el cristal nacionalista con el que
    se le mire, pues para nosotros los peruanos, murió al
    lanzarse desde lo alto del morro, montado en su caballo y con una
    bandera peruana en la mano.

    Algunos han puesto en duda y han considerado como
    "romántica" esta forma en que acabó su vida, otros
    consideran que no hubo versiones directas, sino que es un "mito
    peruano fabricado muchos años después", otros
    señalan que no falleció en la cima del morro,
    algunos dicen que nunca fue encontrado su cadáver porque
    fue arrojado al mar después de muerto.

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    De tal modo lo expresa Benjamín Vicuña
    Mackenna en su libro Historia de la Campaña de Tacna y
    Arica:

    "El infortunado cuanto doble i esclarecido Alfonso
    Ugarte, que había pasado la mitad de su vida en
    cariñosa hospitalidad en Chile, era arrojado por manos
    chilenas, después de muerto, a las cavernas del mar en que
    las olas penetran con lúgubre gemido por entre calizas
    grietas, verdaderas sepulturas de su terrible furia, menor empleo
    que la del hombre que combate i mata. Los deudos del inmolado
    héroe ofrecieron una fortuna por un botón siquiera
    de su casaca para memoria, pero ni esto quedó del bravo
    tarapaqueño"
    (recordemos que en esa época,
    Tarapacá era territorio peruano, el cual pasó a
    poder de Chile como botín de guerra).

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    Mientras que el historiador y militar chileno Francisco
    Machuca, señala:

    "No terminaremos el presente capítulo, sin
    dejar en claro una leyenda peruana, inventada para inmortalizar
    la memoria del comandante don Alfonso Ugarte, muerto en el Morro,
    en unión de Bolognesi, Moore, Blondel, y otros jefes
    peruanos. Dice la leyenda que Ugarte, se arrojó del Morro
    de Arica, en los momentos en que los chilenos se apoderaban de
    él. La absoluta verdad es la siguiente: El señor
    Narciso Castañeda desempeñaba en Arica el empleo de
    Administrador de Aduanas y el cargo de primer alcalde, desde
    1892. Un día, se presentó el caballero peruano don
    Carlos M. Ortaloza que necesitaba permiso para exhumar los restos
    del ex comandante don Alfonso Ugarte, depositados en el
    cementerio en su sepultura de familia; y que estaba convenido con
    el gobierno de Lima para enviarlos privadamente a esa capital.
    Pedía al señor Castañeda, que le diera el
    permiso de la extracción, y autorizara el embarque y que
    todo se hiciera con el mayor silencio. El señor
    Castañeda accedió a tan justas peticiones, y
    aún más, aceptó su invitación para ir
    al cementerio. Vio los deformes restos y reconoció
    una… El cadáver fue encajonado a la vista de don
    Fermín Federico Soza, y de un señor Portocarrero, y
    dos horas después, embarcado en un vapor mercante con
    destino al Callao. El lanzamiento al mar es mera fantasía
    peruana."

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    Para probar que la muerte de Ugarte debido al salto
    desde el morro, es "mera fantasía" menciona como se
    encontraron los restos años después, pero no da
    ninguna versión de su muerte, lo cual no prueba la forma
    en que murió y mucho menos que sea mentira o verdad la
    versión del salto

    El militar chileno Nicanor Molinare, en su libro "Asalto
    y Toma del morro de Arica", basándose en el testimonio de
    Ricardo Silva Arriagada, nos dice:

    "Es mentira la grandiosa muerte de Bolognesi y pura
    invención el que se arrojase al mar con caballo y todo
    Alfonso Ugarte… El cadáver de Alfonso Ugarte se
    encontraba en una casucha ubicada cerca del mástil, al
    lado del mar, mirando hacia el pueblo; en ese lugar, las rabonas
    del Morro cocinaban el rancho; y ahí, esas pobres mujeres,
    tenían oculto el cadáver de Alfonso Ugarte; era un
    hombre chico, moreno, el rostro picado de viruelas, los dientes
    muy orificados, de bigote negro. Aquellas mujeres tenían
    profundo cariño por Ugarte, y para guardar su
    cadáver, lo habían vestido con un uniforme quitado
    a un muerto chileno. Pude saber que era el coronel Ugarte, porque
    el doctor boliviano Quint cuando lo vio, exclamó:
    ¡Pobre coronel Ugarte; no hace mucho, lo he visto vivo!
    Más tarde se dio la orden de arrojar al mar todos los
    cadáveres; sin duda que botaron también el de
    Alfonso Ugarte, porque no se pudo encontrar. En ese mismo
    día, ofreció su familia 5.000 soles plata por los
    restos del coronel; se buscaron mucho; di noticias,
    detallé lo ocurrido, pero nada se
    descubrió".

    La versión del libro de Molinare es la más
    discutible de todas, ya que, tal como lo señala Gerardo
    Vargas Hurtado, no es verosímil que en medio de la
    batalla, ante miles de soldados chilenos ya dueños de un
    área bien delimitada que fue el campo de batalla, unas
    mujeres desvistieran a un soldado chileno, y con ese uniforme
    vistieran a Ugarte.

    A pesar que algunos señalan que su cadáver
    nunca fue encontrado, es fácil desmentir este supuesto,
    basándonos en la nota escrita por el Cura de
    Arica:

    "Año del Señor de mil ochocientos
    ochenta. En quince de junio: Yo el Cura propio y Vicario de esta
    ciudad de S. Marcos de Arica, sepulté de Cruz Alta en el
    panteón de esta el cuerpo Mayor del Coronel Alfonso
    Ugarte, que fue encontrado al pie del Morro, y de allí se
    depositó en su respectivo nicho, hijo legítimo de
    Narciso Ugarte y de doña Rosa Vernal; y para que conste lo
    firmo.- José Diego Chávez".

    Lo importante que expresa es primero que sí fue
    encontrado el cadáver, y segundo, que fue encontrado al
    pie del Morro, haciendo posible los supuestos de que o
    falleció combatiendo en lo alto del morro y fue lanzado
    una vez muerto, o Ugarte se lanzó
    voluntariamente.

    Si revisamos los partes oficiales peruanos, tampoco han
    sido muy claros al respecto

    Parte de Roque Sáenz Peña:

    "La oficialidad y tropa del medio batallón
    que logré subir estaba ya diezmada; los tres jefes
    subalternos no pudieron seguirme, y yo me hallaba herido, desde
    el principio del combate, de un balazo en el brazo derecho, que
    me permitió mantenerme a caballo desde los últimos
    momentos en que tuve que abandonarlo por serme imposible darle
    dirección; fue entonces que nos reunimos con V. S., los
    señores coroneles don Francisco Bolognesi y don Guillermo
    Moore, cayendo a nuestro lado estos dignos jefes atravesados por
    el plomo de una fuerte descarga. Habían ya caído
    los señores coroneles Ugarte y Bustamante, como
    también el teniente coronel don Ramón Zavala,
    quedando el que firma como Comandante General de la 8ª
    División".

    Parte de Manuel C. de La Torre:

    "Han sucumbido en la lucha los coroneles don
    Francisco Bolognesi, don Juan Guillermo Moore, don Alfonso
    Ugarte, don José I. Inclán, don Justo Arias y
    Aragüés, don Mariano E. Bustamante; los tenientes
    coroneles don Ricardo O' Donovan, don Ramón Zavala, don
    Francisco Cornejo y don Benigno Cornejo; los sargentos mayores
    don Armando Blondel, don Felipe A. Zela y don Fermín
    Nacarino, y muchos señores oficiales. Quedan heridos
    algunos y prisioneros los demás, de todo lo cual
    encontrará V. S. adjunta una relación
    detallada."

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    Parte de Manuel Espinoza:

    "Ordenó el señor Comandante General
    que se suspendiesen los fuegos, lo que no pudiendo conseguirse de
    viva voz, fue el señor coronel Ugarte personalmente a
    ordenarlo a los que disparaban sus armas al otro lado del
    cuartel, en donde dicho jefe fue muerto. Al mismo tiempo, el que
    suscribe ordenó al capitán don Daniel Nieto que se
    reventaran todos los cañones de la
    batería."

    Los partes de Sáenz Peña y De la Torre,
    sólo señalan que Alfonso Ugarte sucumbió en
    combate, no indicando la manera en que lo hizo, Espinoza aclara
    que fue "al otro lado del cuartel" – lugar donde no se encontraba
    Espinoza, por lo que éste tuvo que haberse basado en
    relato de otra persona– cuando se disponía a comunicar la
    orden de Bolognesi, lo que hace suponer que para hacerlo con
    rapidez necesitaba montar un caballo.

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    Pero, ¿Desde cuándo empieza a circular la
    versión del salto montado en un caballo y con la bandera
    en mano? ¿Hay testimonios peruanos o chilenos que lo
    respalden? ¿Hubo testigos de aquel hecho o sólo fue
    conocido de manera indirecta?

    A pesar que para algunos aquella versión de su
    muerte fue creada con posterioridad, se puede apreciar que no fue
    así, que ya desde el mismo junio de 1880, se tenía
    noticia del hecho.

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    El historiador Jorge Basadre en su Historia de la
    República del Perú, en el capítulo sobre la
    batalla de Arica, transcribe las que sería las dos
    primeras fuentes:

    Un telegrama oficial fechado en Quilca el 15 de junio de
    1880 que recogía los datos suministrados por el vapor
    inglés Columbia, que acababa de llegar del Sur:

    "El coronel Alfonso Ugarte, como los demás,
    no quiso rendirse y, habiéndosele acabado la
    munición, echó mano de su revólver,
    empleando bien sus tiros; pero como fue acosado por gran
    número de chilenos, pereció al fin en un caballo
    blanco".

    El siguiente testimonio recogido por Basadre es un
    artículo de La Patria de Lima, del día 21 de junio
    de 1880:

    "El último acto de la corta pero interesante
    carrera de Alfonso Ugarte revela cuanto era capaz esa alma
    verdaderamente grande. Acosado por innumerables enemigos, vencido
    ya en la cumbre del Morro histórico, presenciando la
    mutilación de los caídos, la profanación de
    esas reliquias sagradas del heroísmo, quiso sustraerse a
    las manos enemigas y clavando las espuelas en los ijares de su
    caballo, se lanzó al espacio desde aquella inmensa altura
    para caer despedazado sobre las rocas de la orilla del
    mar".

    Pero no fueron las únicas referencias, ya que en
    El Comercio de Lima, fue publicado en el mismo junio de 1880 el
    opúsculo escrito por Luis B. Cisneros, el cual
    señala:

    "…nacido en la ciudad de Iquique, había
    vivido niño y hombre. En esa playa histórica, con
    el recuerdo imperecedero del noble sacrificio de la roca. Esa
    visión apareció sin duda a sus ojos en las
    angustias supremas del honor militar, y superando a aquellos
    mártires, arrojó centellante su espada al abismo,
    tornó brida, espoleó su caballo y se lanzó
    con él en el espacio, siguiendo los vívidos rayos
    del acero. La cabalgadura rodó hasta la orilla del mar; el
    cadáver de Ugarte quedó sobre una roca del
    despeñadero. Allí está aún a las
    miradas del enemigo, del navegante extranjero, de nuestros
    propios hijos, del universo entero.

    Esa roca es casi un altar. Constituye de hoy en
    adelante la más sublime lección para las
    generaciones peruanas del presente y del
    porvenir.

    -Ah! Felices los que saben morir engrandeciendo el
    nombre de la patria."

    Estos tres primeros testimonios datan de fines de junio
    de 1880, mientras que en Arica por aquellos días, ya se
    comentaba el hecho, tal como en el libro "La Batalla de Arica" de
    Gerardo Vargas Hurtado, nos dice:

    "No habían transcurrido quince días de
    la ocupación de Arica, por parte de las armas de Chile, y
    ya el autor de estas líneas, acompañado de sus
    padres, regresaba a este puerto procedente de Tacna, a donde nos
    habíamos dirigido huyendo de los diarios bombardeos de la
    escuadra chilena. Desde el primer instante de nuestra llegada
    oímos narrar la muerte del valeroso tarapaqueño en
    la misma forma que lo han hecho los historiadores imparciales.
    Recordamos con este motivo haber visto la osamenta de un caballo
    desbarrancado durante muchos días, detenido en los
    peñascos fronterizos al actual parque, sobre el camino
    conocido con el nombre de La Cinta. Se decía que ese
    caballo era en el que el coronel Ugarte se había
    precipitado desde la cumbre del Morro."

    Tal vez basándose en aquellos testimonios el
    inglés Clements Markhams, en su libro Historia del
    Perú, nos señala:

    "A este valeroso jefe (Bolognesi) lo
    acompañaban el valiente More, el joven Ugarte y muchos
    otros, Bolognesi fue atravesado por una bala de rifle, y
    después destrozado el cráneo. Ugarte murió
    precipitándose del Morro; y aunque su desconsolada madre
    ofreció una fuerte suma porque le trajeran, aunque fuesen
    sus arreos militares, nada se pudo encontrar."

    Todos estos testimonios llegaron de manera indirecta,
    ninguno de ellos estuvo presente durante la batalla y se basa en
    relatos de terceros.

    Por lo que resulta muy importante el ubicar los relatos
    de aquellos que presenciaron tal hecho y su relato del
    mismo.

    En el archivo del Centro de Estudios Histórico
    Militares del Perú, se encuentra el expediente de Dionisio
    Vildoso, combatiente peruano en la batalla de Arica, en el
    batallón Artesanos de Tacna n° 27, el cual dice entre
    otras cosas:

    "Seguimos haciendo fuego en retirada al morro para
    tomar posesión del parapeto que está a la entrada
    del morro, nos reconcentramos todos los jefes y tropa aquí
    se hizo el último esfuerzo… En este grupo estaba el
    coronel Alfonso Ugarte que llegó momentos antes con su
    división a protegernos, de ahí nos
    retirábamos los pocos que quedábamos al centro del
    morro siempre haciendo fuego, los chilenos avanzaba por ambos
    costados de cerro gordo y por la coronación del mismo.
    Llegamos al plano donde estaban los cañones yo
    llegué al mismo borde del morro y retrocedí
    inmediatamente al ver el abismo que no se veía mas que el
    mar. Regresé a donde estaban los estanques de agua
    En este momento aparece el coronel Alfonso Ugarte en su caballo
    con una bandera peruana gritando muchachos viva el Perú y
    echaba las espuelas a su caballo y desaparece en el abismo. Mi
    compañero ya estaba herido y a mí me dieron un
    culatazo para hacerme botar el rifle y quedé prisionero
    desde este momento."

    Este testimonio escrito algunos años
    después, (y que es muy importante pues señala que
    vio aquel hecho) al parecer no fue muy difundido, ya que no se le
    hace referencia directa en los libros de historia.

    En la recopilación de documentos que realiza don
    Pascual Ahumada, en el tomo III pág. 200 y 201, publica
    una carta de un oficial del 3° de línea, la que nos
    menciona lo siguiente:

    "Inmediatamente que se restableció la
    tranquilidad, fuimos en ayuda del 4°, que atacaba el Morro,
    pues en el otro fuerte el enemigo hizo muy poca resistencia y se
    replegó a aquél; pero en el Morro la resistencia
    fue floja por el desaliento que se había apoderado de
    nuestros enemigos, así en pocos momentos quedó en
    poder del 4° es formidable obra de la naturaleza. Ahí
    pereció el bravo Bolognesi, el comandante Moore, el
    coronel Ugarte, que al huir se despeñó. Por
    casualidad escapó herido el coronel argentino Sáenz
    Peña y el coronel La Torre".

    Este testigo chileno, afirma que Alfonso Ugarte, al ser
    enemigo le atribuye que estaba huyendo, pero lo más
    importante que lo vio despeñarse.

    En una entrevista realizada a tres veteranos peruanos de
    la batalla de Arica, publicada en "El Comercio" de Lima, domingo
    7 de junio de 1953, el sargento primero Juan de Dios Ulloa
    responde:

    • "¿A qué cuerpo o batallón
      perteneció usted, sargento Ulloa?

    Al batallón Iquique, Ejército en
    Arica. El batallón Iquique y el Tarapacá formaron
    la octava división de la cual era jefe Ugarte. La
    división de Ugarte estaba encargada de la Defensa de la
    zona del río San José y sus
    baterías…

    • ¿De tal modo que su batallón no
      estuvo en el Morro?

    Claro que estuvo, Alfonso Ugarte llegó a
    caballo e inmediatamente movilizó a nuestras tropas.
    Subimos fatigados los cerros por donde se peleaba y combatimos
    encarnizadamente, como todos en Arica, pues estábamos
    decididos a morir…

    • ¿Combatió Ugarte al lado del
      Iquique y el Tarapacá?

    No que lo recuerde pues más bien creo
    siguió a caballo en dirección al Morro, desde donde
    el Estado Mayor impartía las órdenes. Ya
    después, cuando todo había terminado, el Coronel
    Ugarte, el bravo entre los bravos, se lanzó desde la
    cumbre del Morro, envuelto en la bandera de la patria a la muerte
    y a la gloria. Su alma subió a la inmortalidad junto con
    las del coronel Bolognesi y demás héroes de esa
    jornada inolvidable."

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    Aquí conviene transcribir, una entrevista
    realizada a un veterano chileno, por la revista chilena Vea, de
    1959, veamos lo que responde Juan Bautista Palma
    Flores:

    "-No recuerdo si fueron 408 chilenos por cada mil
    peruanos1, pero la valentía de los chilenos pudo
    más y se ganó la batalla, y se clavó la
    bandera allá arriba en lo alto del cerro

    Los vívidos recuerdos hacen saltar
    lágrimas a los cansados y enceguecidos ojos de Juan
    Bautista, el héroe desconocido.

    -No recuerdo qué superior peruano, cuando se
    vio acorralado por los chilenos arriba del Morro, no quiso
    entregarse prisionero y se tiró con su caballo al mar…
    se hizo pedazos abajo.

    La escena, que la historia consigna, impresiona
    aún hoy a Juan Bautista. El superior peruano, era el
    valiente coronel Alfonso Bolognesi (sic), que prefirió la
    muerte la derrota."

    El reportero, entra en error al señalar que el
    apellido fue Bolognesi, debiendo haber consignado Alfonso Ugarte,
    pero los datos que proporciona, coinciden con la versión
    de su muerte.

    La muerte de Alfonso Ugarte quedó grabada en el
    consciente chileno de fines del siglo XIX, tanto así que
    hace poco fue descubierto una pieza teatral chilena impresa
    años después de la Guerra del Pacifico y que
    representa la acción del coronel peruano en los precisos
    momentos en que se arroja del morro de Arica. La imagen es
    bastante implícita (en el 2010 fue portada de la
    reedición del libro "Arica Sus Fortificaciones, asalto,
    defensa y ruina por un testigo y actor")

    Alfonso Ugarte, es un héroe peruano, no por la
    forma en la que murió, sino por toda su actuación
    durante la guerra. Todos estos relatos de los que participaron en
    la batalla, tanto de origen peruano como chileno, nos hacen ver
    que el salto desde el morro de Arica, se encuentra dentro de lo
    posible, coronando de esta forma, aquella destacada labor en
    defensa de su Patria.

    • 1. El soldado chileno hace referencia que tal
      vez fueron "408 chilenos por cada mil peruanos",
      permítanme corregir este desliz involuntario o
      consciente para incrementar su cualidad de "héroe
      victorioso", he aquí la distribución de las
      fuerzas chilenas y peruanas el día de la batalla, el 7
      de junio de 1880:

    Ejército chileno:

    Regimiento "Buin" 1º de Línea: 885
    hombres

    Regimiento 3º de Línea: 1053
    hombres

    Regimiento 4º de Línea: 941
    hombres

    Regimiento Lautaro: 1000 hombres

    Batallón Bulnes: 400 hombres

    Carabineros de Yungay: 300 hombres

    Cazadores a Caballo: 300 hombres

    Baterías de Artillería: 600
    hombres

    La artillería chilena estaba compuesta de 3
    brigadas que agrupaban 22 cañones Krupp de campaña
    de calibres de 78,5 mm y 75 mm, además de 2
    ametralladoras.

    Total: 5179 hombres (no se cuentan las dotaciones de los
    barcos y blindados chilenos)

    Ejército peruano:

    Jefatura de la Plaza y del Detall: 15 hombres

    Comandancia General de la 7° División: 4
    hombres

    Batallón Artesanos de Tacna N°29: 426
    hombres

    Batallón Granaderos de Tacna N°31: 249
    hombres

    Batallón Cazadores de Piérola: 221
    hombres

    Comandancia General de la 8° División: 4
    hombres

    Batallón Tarapacá N°23: 247
    hombres.

    Batallón Iquique N°33: 337
    hombres.

    Baterías del Morro, Este y Norte: 400
    hombres.

    Las baterías peruanas de Arica tenían la
    siguiente distribución:

    Baterías del Morro, al mando del capitán
    de navío Juan Guillermo Moore, divididas en:
    batería Alta, que apuntaba al mar, con un
    cañón Vavasseur de a 250, dos Parrott de a 100 y
    dos Voruz de a 68, y la batería Baja, que apuntaba al mar
    y a tierra, con 3 Voruz de a 68.

    Baterías del Este, que apuntaban a tierra hacia
    el este, al mando del teniente coronel Medardo Cornejo, divididas
    en: batería Ciudadela, en el cerro Chuño, con un
    Voruz de a 68 y dos Parrott de a 30, y la batería Este, en
    el cerro Aniani, con tres Voruz de a 68.

    Baterías del Norte, que apuntaban todas al mar,
    al mando del teniente coronel Juan P. Ayllón, divididas
    en: batería San José, al norte de la desembocadura
    del río San José, con dos Parrot de a 150;
    batería Santa Rosa, con un Vavasseur de a 250, y la
    batería Dos de Mayo, con un Vavasseur de a 250.

    Total: 1903 hombres.

    Es evidente que los bravos chilenos estaban en
    mayoría respecto a las fuerzas peruanas: 5179 contra 1903,
    una proporción aproximada de 3 a 1.

     

     

    Autor:

    Percy Zapata Mendo

     

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