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Oratoria y predicacion




Enviado por carlos



  1. Introducción
  2. Oratoria
  3. Características de la
    oratoria
  4. Uso de
    la voz
  5. Historia de la
    predicación
  6. Diferencia entre predicar y
    enseñar
  7. Tipos
    de sermones
  8. Conclusiones
  9. Referencias
    bibliográficas

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¡Sean gratas las palabras de mi
boca, y el susurro de mi corazón, sin tregua ante ti,
Yahveh, roca mía, mi redentor!. Salmo 100:14

Introducción

El hecho de hablar en público representa un gran
temor para la mayoría de las personas, algunos autores
indican que es un miedo casi patológico comparable con el
temor a la muerte; lo que es algo que llama la atención,
puesto que la comunicación con otros es parte fundamental
de la vida; la transmisión de información de manera
formal y/o informal forman parte del acontecer
cotidiano.

Sin embargo, es cierto que no es igual establecer una
conversación informal sobre cualquier tema que pararse
ante un público con conocimientos previos a dar un
discurso o enseñanza de un tema que necesita bases para
fundamentarse, y sobre el cual se pueden presentar diferentes
opiniones e incluso disertaciones por parte del público
escucha.

En este sentido, se desarrolla el presente informe con
la finalidad de abordar de manera concisa el tema de la oratoria;
para lo cual primeramente se da la definición del
concepto. Luego, se explican las características de la
oratoria y el uso de la voz.

Seguidamente, se relata una breve historia de la
Predicación, tópico de vital importancia para todos
los Cristianos que deseen estar en el pulpito de sus Iglesias
brindando orientación y Palabra a sus hermanos. Asimismo,
se realiza una comparación entre la Predicación y
la Enseñanza que permita establecer diferencias entre las
mismas, por último se desarrollan los Tipos de
Sermones.

Se finaliza el compilado documental con las
conclusiones, referencias bibliográficas y
anexos.

Oratoria

En referencia a la definición de oratoria
Albán (2005) explica que esta puede concebirse como el
"Conjunto de principios y técnicas que permiten
expresarnos, principalmente de manera oral, con claridad,
facilidad y sin temores, ante un público numeroso y
variado, con la intención de transmitir determinado
mensaje" (p.19).

Por su parte, Hormazábal (2010) indica que la
oratoria es el arte de hablar con elocuencia y también un
género literario que se concreta en distintas formas,
entre las cuales se encuentran las siguientes: el discurso, la
disertación, la conferencia y el sermón.

Finalmente, Verderber (2011) señala que la
oratoria es importante para tener éxito en casi todos los
aspectos de la vida; son presentaciones orales que por lo general
se llevan a cabo sin interrupción, ya sea en ocasiones
formales, donde el público se ha reunido expresamente para
escuchar, en contextos de empleo menos formales y durante las
conversaciones cotidianas informales.

Características de la
oratoria

Explica Gutiérrez (2006) que para que la oratoria
cumpla su cometido de persuadir y convencer, el orador debe
poseer las siguientes características:

Integridad: Un discurso será eficaz
solamente si el comportamiento del orador testimonia su mensaje,
de lo contrario sus acciones desmentirán sus palabras. El
auditorio descubre muy fácilmente cuando el orador tiene
intenciones turbias o propósitos ocultos.

Conocimiento: Es necesario que el que habla en
público posea una cultura general amplia, que le permita
contar con un vocabulario variado y adecuado a los receptores,
que le apoye a convencer, como para tener razonamientos y
argumentos suficientes que puedan defender sus ideas y refutar
las contrarias.

Confianza: La confianza en sí mismo y la
verdad de los argumentos despertarán el interés en
el auditorio. Una persona reservada, cauta y siniestra no inspira
confianza ni predispone a escucharle.

Destreza: La comunicación oral se
beneficia cuando es apoyada por la facilidad de palabra, el
control de la voz y la coordinación de los movimientos
corporales.

Uso de la
voz

Plantea cabrera (2008) que el orador se apoya en su voz
y desarrolla habilidades para dominar adecuadamente las pausas,
la rapidez al hablar o leer, la entonación, la
pronunciación y la respiración. Puede ser que posea
un timbre de voz estridente o agradable. De todas formas es
importante conocer que la voz es un conjunto de sonidos que el
aire expelido por los pulmones produce en la boca del hombre. Se
caracteriza por su intensidad, su altura, su timbre y su
duración.

Premisa fundamental es la educación de la voz
porque así es más agradable la intervención
ante el auditorio. Una voz equilibrada, bastante fuerte, pero sin
matices de gritería, proporcional a la cantidad de oyentes
es lo aconsejable, porque si es chillona molesta
rápidamente y suena de un modo desagradable en los
oídos, cansa y agota a los que la escuchan.

La voz debe ser clara para que todas las palabras y
sonidos sean percibidos adecuadamente. Ella, junto a otros
factores, logra despertar el interés del auditorio.
Además, si el orador la utiliza, la modela y la proyecta
bien, podrá brindarle a los oyentes un placer tan
significativo que desearán escucharlo y su voz
quedará grabada en ellos.

La voz presenta defectos o limitantes. Estos problemas
se dan algunas veces de forma voluntaria e inconscientemente y
también por su uso inadecuado. Por eso es de suma
importancia aprender dos cosas: su utilización
fisiológica para que esta no falle debido a un recargo de
trabajo y la aplicación consciente de sus medios para
lograr determinados efectos. Con relación a estos aspectos
es recomendable hablar con la presión de aire
óptima y hablar pausadamente, evitando así
cansancio, agotamiento y, por supuesto, una deficiente capacidad
de expresión, la cual provoca a su vez, que los oyentes
pierdan, cedan en su capacidad de
concentración.

En síntesis, las características de la voz
son:

  • El tono: suave, duro, dulce, seco, autoritario,
    etc.

  • La altura: grado entre agudo y grave. El primero
    suele asociarse con un estado de agitación o
    alteración, el segundo con climas de mesura y
    afecto.

  • El ritmo: la velocidad con la que nos
    expresamos.

  • El volumen: con él demostramos si
    permanecemos tranquilos y controlados o hemos perdido la
    serenidad.

  • Evitar la monotonía. La inflexión
    inadecuada al comenzar o terminar una frase.

Historia de la
predicación

Tomando los postulados de Ramos (2010):

Los profetas juntamente con los escribas, deben de ser
considerados como los exponentes más elevados de la
predicación hebrea. El legado de ambos es innegable. Por
su lado, la retórica antigua empezó a gestarse en
Sicilia alrededor del año 465 a.C. con Corax y Tisias, su
discípulo. La retórica griega también tiene
mucho que ver en la formación de la homilética. En
este punto, Aristóteles (384-322 a.C.) y su
Retórica, tienen una gran cuota de aportación. La
obra del filósofo griego fue una de las más grandes
en el mundo antiguo. También debe de resaltarse la
contribución de los retóricos latinos. Entre ellos
encontramos a Cicerón (106-43 a.C.) y su obra De Oratore y
Quintiliano (35-95 d.C.) con Instituciones Sobre Oratoria. De la
simbiosis de ambas fuentes del "arte de hablar", en un proceso
que duró algunos siglos, emergió la
Homilética cristiana, llegando a convertirse en el arte de
la predicación bíblica y cristiana.

En el Nuevo Testamento, la predicación tiene que
ver directamente con la proclamación pública del
evangelio del Reino. Este evangelio no es un simple discurso
religioso, es el plan divino de salvación ejecutado a
través de Jesús, el Hijo de Dios, que ha sido dado
gratuitamente a la humanidad caída por causa del pecado.
En la predicación no hay astucia ni adulteración (2
Cor.4:2). Los predicadores del Nuevo Testamento no rehúsan
predicar "todo el consejo de Dios" (Hch. 20:27). La figura
principal de la predicación neotestamentaria es sin duda
Jesucristo mismo. Nadie puede opacar la luz dominante de su
presencia en la predicación. Jesús es un predicador
itinerante que se desplaza y predica por aldeas, ciudades (Mt.
11:1), casas (Mt.9:10 9:23 9:28 13:36 17.25 26:6) e incluso
sinagogas (Mt. 4:23 9:35 13:54 Mr.1:39 6:2 Lc.4:15 4.44 6:6 13:10
Jn.6:59 18:20). El núcleo de su mensaje es evangelio del
reino de Dios (Mc. 1:14 Lc.4:42, 8:1, 9:10), pues se convierte en
la columna vertebral de su kerygma .

Al parecer la predicación en la iglesia primitiva
fue influida poderosamente por el método de
predicación utilizado por los escribas y los ancianos de
la sinagoga. La presentación del evangelio
constituyó una homilía simple y rústica.
Pero más adelante, después de que el evangelio fue
presentado a los gentiles, se pudo notar que: Gradualmente la
forma del mensaje empezó a cambiar. En poco tiempo,
bastantes retóricos preparados estuvieron entre los
creyentes y algunos de ellos respondieron al llamado divino a
predicar. El evangelio fue ahora presentado en formas ya
familiares a estos predicadores. Las reglas de la retórica
empezaron a remodelar la presentación del mensaje
Cristiano.

Entre los autores medievales que escribieron en torno a
la teoría homilética, podemos citar a Isidoro de
Sevilla (d. 636) y su obra Etimologías, compuesta por
veinte volúmenes y donde discute a cerca de la
predicación. Sus principios utilizados son más
retóricos que homiléticos, por lo tanto no tiene
mucho que aportar al arte de la predicación.

En general, durante la Edad Media se dio poco
interés a las Escrituras como la base de la
predicación. El método escolástico
reinó, vigoroso, sobre la predicación, de
allí que el análisis minucioso diera como resultado
numerosas y tediosas divisiones y subdivisiones dentro de la
estructura del sermón. Todo esto devino en sermones
fríos y sin vida.

Los reformadores procuraron recuperar, no sólo la
predicación, sino que, por encima de ello, la
predicación bíblica. No obstante esto, ni Lutero,
Zuinglio, Calvino, Knox o Latimer, escribieron un tratado
específico sobre la teoría de la
predicación. Sin embargo se puede advertir, en sus obras,
algunas instrucciones con relación a la
predicación. Por ejemplo Lutero (1483-1546) en su obra
Table Talk, presenta una sección titulada "Sobre los
Predicadores y la Predicación". Allí Lutero declara
que todo predicador debería tener las siguientes virtudes:
(1) enseñar sistemáticamente (2) tener
discernimiento (3) ser elocuente (4) buena voz (5) buena memoria
(6) saber cuando terminar (7) estar seguro de su doctrina (8)
aventurarse y comprometer cuerpo y sangre, salud y honor, en la
palabra, y (9) sufrir el hecho de ser objeto de burla y mofa de
parte de todos.

Uno de los que más impactó la historia de
la predicación en Europa y los Estados Unidos en el siglo
XVIII, fue John Wesley (1703-1791). Wesley fue predicador
incansable, se menciona que él Predicaba dos veces al
día, y a menudo tres y cuatro veces. Lo grande de Wesley
es que llevó a cabo su predicación, en las
condiciones más adversas que se puedan imaginar. A menudo
era apedreado y había contra él innumerables
intentos de homicidio. Las cifras en torno a su vida, inspiran
mucho a los predicadores que han vivido después de
él: Se calcula que en los últimos cincuenta y dos
años de su vida predicó más de cuarenta mil
sermones. Wesley trajo a pecadores al arrepentimiento en tres
reinos y dos hemisferios.

En general, durante la primera mitad del siglo XX, no
hubo muchos cambios significativos en la teoría de la
predicación, la tendencia fue "ser más
inspiracional en contenido. Los libros siguieron el formato
siguiente: (1) el predicador, (2) su propósito, (3) su
mensaje, y (4) su método (ibíd.). Algunos aspectos
de la predicación –como es el caso de la
elaboración de las ilustraciones- recibieron aportes
importantes, se puede mencionar aquí el trabajo de Dawson
Bryan y su Arte de ilustrar sermones (1938), W. E. Sangster y La
habilidad de ilustración de sermones (1946) e Ian
Macpherson con El arte de ilustración de sermones (1964).
También se le dio importancia a la relación entre
la predicación y la teología. La obra titulada La
predicación apostólica y su desarrollo (1936) de C.
H. Dodd resaltan en este punto.

En la segunda mitad del siglo XX, se le ha dado mayor
importancia a la estructura y organización del
sermón, dentro de la teoría homilética. En
ese sentido, hay algunas obras que han contribuido a tal fin,
ellas son: La preparación de sermones (1948) de A. W.
Blackwood, Principios y práctica de la predicación
(1956) de Ilion T. Jones, Diseño para la
predicación (1958) de Grady Davis, Pasos para el
sermón (1963) de Brown Clinard y Northcutt. Pero
podríamos decir que la mayor contribución, durante
la segunda mitad del siglo XX, sería el énfasis en
el uso de las Escrituras en la predicación. En buena
cuenta, "Esto representa una recuperación del modelo de la
iglesia primitiva y de la Reforma". El que más
aportó en este sentido, fue A. W. Blackwood con sus obras
Predicando desde la Biblia (1941) y Predicación expositiva
hoy (1953). No podemos dejar de mencionar al Dr. Martyn
Lloyd-Jones y su obra Preaching and Preachers.

En América Latina hoy conviven variados estilos
de predicación, sin embargo, debido a la fuerza de su masa
poblacional, son las predicas de los Carismáticos y los
Pentecostales, las que más se pueden ver y escuchar en los
medios de comunicación. Basta con acceder a la
televisión por cable para poder visualizar una variada
gama de predicaciones espectaculares, con voces en el
límite del volumen y un desplazamiento escénico
impresionante.

La predicación Pentecostal, desde su nacimiento,
fue espectacular y fundado sobre la bases de las señales,
milagros y la interacción con los oyentes mediante
respuestas a arengas religiosas. En un sentido rompió con
la tradición reformada, que había devenido en
institucional, intelectualista y árida. La
predicación Pentecostal se diferenció
rápidamente de la Reformada, en el lugar que le daba a la
congregación. En esta, los oyentes no eran meros
receptores pétreos, sino que ´participaban´
del sermón e interactuaban con el predicador mediante sus
espontáneas respuestas. Ellos no asistían al culto
sino que participaban de el. Por eso es que lo sensorial
llegó a ser uno de los componentes más resaltantes
de la adoración, el culto y la predicación
Pentecostal. Sentir el mensaje llegó a ser más
importante que entender una declaración teológica
muy elaborada. De ahí se explica también la
simplicidad de los sermones de la mayoría de los
predicadores pentecostales.

En cuanto al estilo del predicador Pentecostal, este es
muy dinámico. Hay un constante desplazamiento
escénico y se gesticula cada palabra que se profiere. Se
le da mucho valor al volumen, se cree que, mientras más
eleve la voz, mayor será el impacto de su
predicación. En general, hay estilos muy variados, que van
desde los que son muy ordenados en sus ideas, los que improvisan,
hasta los que terminan convirtiéndose en verdaderos
showmans del púlpito.

La predicación Carismática se diferencia
de la predicación del Pentecostalismo clásico, en
su forma más que en su fondo. Los carismáticos
todavía guardan el componente sensorial y emotivo en su
predicación. La utilización de frases es
común durante el culto y la predicación
Carismática. El predicador interactúa con sus
oyentes mediante ellas, es el puente que conecta al predicador
con sus oyentes, hay un diálogo constante con la
congregación y entre la congregación.

Diferencia entre
predicar y enseñar

Caballero (2011) explica las conceptualizaciones de
predicación y enseñanza antes de plantear las
diferencias entre estos conceptos.

Primeramente la Predicacion es cuando Dios nos da una
Palabra para una vida o vidas y en obediencia anunciamos el
mensaje. Esta Palabra puede ser y debe ser por medio de las
Sagradas Escrituras. Aun cuando la Palabra venga a nosotros en
forma profética, esta debe ser totalmente respaldada por
las Sagradas Escrituras, de no serlo, entonces no es Palabra de
Dios sino que es simplemente palabra de hombre.

Por otra parte, enseñar es informar a las vidas
de cosas que ellos desconocen. Por ejemplo, el enseñar
sobre el bautismo, o la santa cena, o el plan de redención
de Dios hacia el hombre. Aquí se trae conocimiento
bíblico a las vidas y se les saca de una vida de confusion
y de oscuridad. La enseñanza ungida liberta al cautivo. Le
hace conocer la Verdad y la Verdad le hace libre.

En atención a lo planteado, se resumen las
diferencias entre predicación y enseñanza en la
siguiente tabla.

Tabla 1: Diferencias entre
Predicación y Enseñanza

Predicación

Enseñanza

Anuncia un mensaje actual y personal

Informa sobre conocimientos bíblicos
establecidos

Es dar un mensaje en general o sea para todos los
niveles y para que todos entiendan y pueda hacer un
impacto

Significa conducir al hombre a la experiencia
más íntima con la voluntad divina, puesto que
la doctrina afecta tanto al intelecto como a la voluntad
humana.

Puede darse a la Iglesia en general sin importar
grupos o edades

Es específica, es decir, va hacia un
determinado grupo de acuerdo a lo que se desee informar:
mujeres, niños, ancianos.

Fuente: Alfonzo (2012).

Tipos de
sermones

De acuerdo al Ministerio Apostólico y
Profético Sendas de Gloria y Poder (2011) "se denomina
sermón al género de la oratoria que consiste en un
discurso de tema religioso, por lo general pronunciado por un
predicador quien se dirige a una audiencia con el objeto de
instruirla y persuadirla". Un sermón es un discurso
sistemático, dirigido y adaptado a la mente popular y
basada en verdades bíblicas, elaborado cuidadosamente, con
el propósito de persuadir al ser humano.

Hoy día existen muchas formas de exponer la
Palabra de Dios. Todas válidas y, en su mayoría,
eficaces. Para que tengamos una mejor comprensión de
cuáles y cuántas son las clases de sermones,
hacemos a continuación una breve
descripción:

El Sermón Textual: toma como base un
texto específico, generalmente un solo versículo.
Por ejemplo, Juan 3:16. Sobre este escrito entramos a desarrollar
la enseñanza. El propósito es desglosar su
estructura, haciendo particular énfasis en palabras en el
sentido particular de las frases.

El Sermón Expositivo: este género
de Sermón se desarrolla fundamentado en un pasaje
bíblico. Las ideas que se exponen guardan un orden
lógico. El predicador no fuerza un versículo para
que concatene con otro o quizá para que diga lo que
él quiere. Por el contrario, toma con naturalidad cada una
de las ideas y puntos que van surgiendo en cada versículo.
Es uno de los estilos más complejos pero a su vez, de los
más enriquecedores. Charles Spurgeon es uno de los mejores
ejemplos de esta forma de predicación. N el siglo XIX
ejerció una poderosa influencia en Inglaterra y Estados
Unidos con sus poderosos mensajes.

El Sermón Temático: toma un tema
y lo desarrolla. Por ejemplo, el pecado. Se analizan todos los
versículos en los cuales la palabra pecado ejerce un papel
preponderante. Se requiere una exploración bíblica
con el propósito de definir sus orígenes, causas,
evolución y consecuencias. Tenemos allí un tema
expuesto. Este género es muy frecuente en las
congregaciones.

El Sermón Biográfico: a
diferencia de los anteriores, que se predican desarrollando un
tema central, el Sermón Biográfico toma su base en
un personaje de la Biblia y es el más apropiado para
adelantar predicaciones en serie, es decir, para varios servicios
religiosos. Del personaje objeto de estudio, se buscan aspectos
positivos, los negativos, qué principios espirituales
aplicó a su existencia y cuáles son válidos
hoy día, entre otros.

Conclusiones

Es de vital importancia conocer las pautas
mínimas para realizar un discurso frente a un
público que espera recibir una enseñanza, y de ser
posible, interactuar con el ponente, para así complementar
el proceso; y quedar satisfechos en la
comunicación.

Ahora bien, un orador debe hacer uso de una cantidad
considerable de recursos audiovisuales que den apoyo a su
ponencia; pero principalmente es él mismo su mejor
recurso. La proyección de su imagen como una persona
segura, confiada, con templanza permite que el público
capte a un emisor que conoce el tema y es capaz de dominarlo;
asimismo, su voz que transmita seguridad, que sea capaz de
oírse en todo el recinto, que sea clara y
cónsona.

Por otra parte, es relevante conocer las diferencias
entre una prédica y una enseñanza; en la que
fundamentalmente la primera es dictar a un público una
palabra de la Biblia desde un punto de vista personal,
transmitiendo un mensaje. Mientras que la segunda, es llegar al
público con el tema específico que se quiere
mostrar.

Finalmente, todo Cristiano tendrá la oportunidad
de dar un Sermón en el pulpito, por lo que es necesario
que conozca que es un Sermón y los tipos existentes, entre
los que destacan textual, expositivo, temático y
biográfico.

Referencias
bibliográficas

Albán, A. (2005). Manual de
oratoria.
México: Marketing Mix Editores.

Caballero, P. (2011).
Homilética. [Documento en línea].
Disponible en: http://pentecostal.bizland.com/id73.html.
[Consulta: 2012, octubre 30].

Cabrera, N. (2008). Oratoria
Selección de Lecturas. [Documento en línea].
Disponible en: http://www.fondemi.gob.ve/documentos/modulo_oratoria.pdf.
[Consulta: 2012, octubre 31].

Gutiérrez, J. (2006). La
Oratoria.
[Documento en línea]. Disponible en:

http://archivo.abc.com.py/2006-02-24/articulos/235556/la-oratoria
.
[Consulta: 2012, octubre 31].

Hormazábal, R. (2010). Manual de
Retorica, Oratoria y Liderazgo Democrático. [Manual en
línea]. Disponible en:
http://mazinger.sisib.uchile.cl/repositorio/lb/instituto_de_asuntos_publicos/h20059271617manualoratoria.pdf
.
[Consulta: 2012, octubre 30].

Ministerio Apostólico y
Profético Sendas de Gloria y Poder. (2011). La
Homilética.
[Página web en línea].
Disponible en: http://sendas.jimdo.com/la-palabra/el-arte-de-predicar/
[Consulta: 2012, octubre 31].

Ramos, F. (2010). Brevísima
Historia de la Predicación.
[Documento en
línea]. Disponible en:
http://www.webselah.com/brevisima-historia-de-la-homiletica-y-la-predicacion
.
[Consulta: 2012, octubre 31].

Dedicatoria

"Jesús recorría todas las ciudades y
las aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el
evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia".
Mateo 9:35

Dedico a Dios, Padre Amado, porque fue Tu Mano
sosteniéndome, Tu Voz guiándome, Tu Abrazo
rodeándome. Cristo, sin ti no sé que sería
hoy de mí. Eres mi roca y castillo.

A mis hijos, Carlos Alberto, Cristian David y Valeria
Anaís, mis tesoros más preciados.

A mi Padre, Alejandro Humberto, porque en esta nueva
etapa de mi vida, donde nací de nuevo por la gracia de mi
Señor, ha sido apoyo fundamental.

Agradecimientos

A Dios, mi guía, mi Padre, mi amigo; por escuchar
mis oraciones, porque un corazón contristo y humillado
ante Ti, es visto con misericordia y escuchado.

A mi Familia, por su apoyo, no es fácil asumir
una nueva vida basada en los caminos bíblicos, no es
fácil poner la otra mejilla ni ser entendido en este nuevo
nacimiento; pero ellos siempre han estado allí,
bridándome su apoyo y compresión.

A mi Prof. Carlos Salas, por su orientación,
enseñanzas, palabras de sabiduría.

A mi Iglesia, Emanuel y mi Pastor Otoniel
Martínez, por su acogimiento, desde mi llegada
sentí que algo cambió; ahora formo parte de una
familia espiritual que me apoya y bendice.

Gracias,

Carlos

 

 

Autor:

Alfonzo, Carlos

Ciudad Ojeda, noviembre de 2012

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