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El ordenamiento sustentable del territorio



Partes: 1, 2, 3

  1. Resumen
  2. Discusión de los conceptos
    básicos
  3. La
    práctica actual del ordenamiento del
    territorio
  4. Avances conceptuales para la nueva
    planificación
  5. Análisis de los intereses objetivos que
    subyacen en la práctica del ordenamiento del
    territorio
  6. Propuesta de ordenamiento sostenible del
    territorio
  7. Bibliografía

Resumen

El presente trabajo aborda el reto de iniciar la
formulación de un modelo de plan de ordenamiento
sustentable del territorio, para lo cual propone algunas premisas
fundamentales tales como las bases filosóficas y
conceptuales que sustentarían científicamente dicha
tarea. El autor pone en consideración una
definición propia de lo que es un ordenamiento sustentable
del territorio, las políticas generales que debería
adoptar y poner en práctica un país que se
decidiera sinceramente por hacer sustentable su vida en el
planeta Tierra en las condiciones actuales; y el procedimiento
metodológico general que debería orientar un plan
de ordenamiento con esas características.

Para cumplir esa tarea, el autor empieza estudiando de
manera detallada y crítica lo que se ha venido haciendo
desde principios del siglo pasado en términos de
planificación física del territorio en sus
distintas escalas y modalidades; sus bases conceptuales, sus
distintas metodologías, sus condicionamientos
económicos, políticos y administrativos y, los
resultados obtenidos en el corto y largo plazo. Estudia la
relación entre las determinantes económicas, las
condicionantes políticas y las prácticas de
planificación. El análisis crítico indicado
le permite desvelar los intereses objetivos que subyacen en la
práctica del ordenamiento del territorio.

A continuación estudia los nuevos aportes con la
denominación de ordenamiento ecológico o
sustentable del territorio. Con todo lo cual redacta las
propuestas indicadas en el primer párrafo.

LAND USE PLANNING FOR SUSTAINABILITY

ABSTRACT

This paper addresses the challenge of starting the
development of a model of sustainable management plan of the
territory, for which he proposes some fundamental premises such
as the philosophical and scientific concepts that would support
this task. The author puts into consideration its own definition
of sustainable management of the territory, the general policies
which should adopt and implement a country that sincerely decides
to make sustainable its life on planet Earth in the current
conditions, and general methodological procedure that should
guide a management plan with those features.

To accomplish this task, the author began studying in
detail and review what has been done since the beginning of last
century in terms of physical planning of the territory in
different scales and modes, its conceptual basis, its different
methodologies, their economic, political and administrative
constraints, and the results in the short and long term. Study
the relationship between economic determinants, policy
conditionality and planning practices. Critical analysis
indicated lets reveal the objective interests that underlie the
practice of land use planning.

Then study the new contributions under the name of
ecological or sustainable territory.

All of that analysis let the author to draft the
proposals outlined in the first paragraph.

DESARROLLO

Discusión
de los conceptos básicos

1.1. ANÁLISIS DE LOS ENUNCIADOS
EXPLÍCITOS

En las asignatura anteriores se ha demostrado y puesto
en evidencia las siguientes realidades:

1. El calentamiento global es una realidad y es,
fundamentalmente, antropogénico,

2. La anterior evidencia permitió demostrar que
todo el universo constituye un sistema integrado y que cualquier
alteración que se produzca en él producirá
transformaciones de alguna naturaleza y gravedad en todos sus
componentes.

3. La manera como la sociedad humana ha vivido desde que
sus actividades alteraron alguna de las características de
la naturaleza, inició un proceso de cambio en el
funcionamiento del subsistema natural que, desde la
revolución industrial, se convirtió en
irreversible.

En consecuencia, parece claro que hay que cambiar los
paradigmas referidos a la relación entre el ser humano y
la naturaleza. Entre aquellos paradigmas están los
siguientes, que serán analizados y, eventualmente, re
definidos: desarrollo, sostenibilidad, desarrollo sostenible,
territorio y suelo como parte del hábitat.

Previamente al análisis de los documentos, es
necesario dejar establecida la posición de partida del
autor respecto de los términos indicados, la cual se
expresará en los comentarios a las definiciones
tradicionalmente aceptadas.

En la medida en que la acción humana consciente
está orientada por valores (positivos, o negativos o
antivalores), por conceptos o definiciones, parece válido
empezar por examinar aquellos que han guiado su acción en
los últimos años.

Empecemos por algunas definiciones que se difunden desde
una página web de reconocido prestigio
mundial[1]

"El Desarrollo humano, es la conclusión de
capacidades que permitan a las instituciones y personas ser
protagonistas de su bienestar".

Comentario: Se plantean allí dos indicadores,
primero: "la conclusión de capacidades", pensemos que se
refieren a la posesión y ejercicio pleno de las
capacidades físicas y mentales de los seres humanos, pero
puesto que "conclusión" significa término, no
parece adecuado. El ejercicio pleno de las capacidades del ser
humano, ¿cuándo se efectiviza? ¿A partir de
la adolescencia o de la edad madura? Segundo, "ser protagonistas
de su bienestar". Un desempleado, puede afirmarse que es
protagonista de su bienestar? La enorme población mundial
que apenas sobrevive en la plena miseria, ¿puede afirmarse
que es protagonista de su bienestar? La inmensa mayoría de
la población de los países que presumen de
democráticos, y que solamente es convocada a votar y nunca
a decidir, ¿puede afirmarse que son protagonistas de su
bienestar? Y, además, ¿cómo se define
"bienestar"? La situación crítica del mundo a
partir de la revolución industrial ha obligado a
introducir el factor tiempo en el estado de bienestar: las crisis
recurrentes y cada vez más frecuentes anulan –en los
pocos que lo disfrutaron- ese bienestar. Por lo anterior, todas
las falencias anotadas sugieren que la definición citada
es poco objetiva y precisa.

"El Desarrollo social, es el que mejora de la calidad de
vida y bienestar en la población."

Comentario: O sea que cualquier mejora, por
mínima que sea, ¿ya es desarrollo?

"El Desarrollo local, es el aprovechamiento de los
recursos y potencialidades endógenos de una
comunidad."

Comentario: Desde la demostración de que el
calentamiento global y la degradación de la naturaleza son
antropogénicos quedó claro que la palabra
"aprovechamiento" en todas sus acepciones (emplear, servirse,
sacar utilidad, abusar, desperdiciar, disfrutar, monopolizar,
etc.) debe ser eliminada del contexto de las actividades humanas,
y reemplazada por "uso sostenible".

"El Desarrollo económico, es el desarrollo de la
riqueza económica de países o regiones, para el
bienestar de sus habitantes".

Comentario: Primero, hay un error conceptual
básico, y es que una definición no debe contener la
palabra que se quiere definir: "el desarrollo es… el
desarrollo". Y esta definición solamente contempla el
bienestar de sus habitantes, o sea de un único componente
del sistema.

"El Desarrollo sostenible, es el fortalecimiento de
capacidades en las poblaciones más vulnerables para la
generación de oportunidades para crecer por ellas mismas,
y dejar atrás la situación de pobreza en la que se
encuentran".

Comentario: La palabra "fortalecimiento" hace
alusión únicamente a aspectos cuantitativos. Igual
la palabra "crecer". Y lo sostenible lo refiere únicamente
a la autonomía o autarquía de las
poblaciones.

Como se puede ver, si las mismas definiciones son
precarias, la práctica nace también precaria y los
resultados serán lamentables.

Examinemos otra definiciones de "desarrollo"
[2]

"Se entiende como desarrollo, la condición de
vida de una sociedad en la cual las necesidades auténticas
de los grupos y/o individuos se satisfacen mediante la
utilización racional, es decir sostenida, de los recursos
y los sistemas naturales. Para ello se utilizarían
tecnologías que no se encuentran en contradicción
con los elementos culturales de los grupos involucrados. Este
concepto integra elementos económicos,
tecnológicos, de conservación y utilización
ecológica, así como lo social y político. La
esfera de poder, dentro del contexto social se hace necesaria
como forma organizativa y de cohesión legítima,
legal y funcional dentro de grupos sociales y como instancia de
toma de decisiones entre individuos".

Comentario: La inclusión de los términos
"utilización sostenida de los recursos y sistemas
naturales" parecería incorporar en el pensamiento una
visión más integral; pero hace sinónimos
"racional" y "sostenida", lo cual es subjetivo, habida cuenta que
también se puede decir que hay mucha "racionalidad" en la
búsqueda del máximo beneficio al menor
precio.

"Un sentido con mayor aplicabilidad y concreción
en la definición de desarrollo establecería que el
mismo está caracterizado por condiciones en las cuales los
bienes y servicios se encuentran crecientemente al alcance de los
grupos sociales que conforman la sociedad.

Esta característica implicaría una mayor
integración social y económica dentro de las
sociedades, y por ello se disminuiría la existencia de
grupos viviendo en condiciones de marginalidad".

Comentario: Es importante el reconocimiento de la
necesidad de la distribución equitativa o equilibrada de
los beneficios o de la riqueza entre todos los miembros de la
colectividad. Al hacerlo se reconoce que la desigualdad social es
un factor determinante de la degradación humana y, por
ende, de todo el sistema. Es lógico que las personas que
no tienen satisfechas sus necesidades básicas no tienen
posibilidades de dejar de depredar los recursos porque en ello se
juegan la supervivencia.

"Por otra parte el desarrollo establecería una
condición de acceso a los servicios sociales y a la
participación social activa. En el primero de los casos se
hace referencia a los sistemas de educación, y a la
satisfacción de las necesidades de sobrevivencia en
términos de alimento, vivienda, vestido, salud y
seguridad. En el caso de la participación social activa se
refiere a la capacidad del individuo y de las instituciones
sociales a garantizar que las agrupaciones de poder sean
instancias de intermediación entre los sujetos y actores
en la toma de decisiones".

Comentario: Aquí se establece la necesidad de la
distribución equilibrada de los beneficios de la
civilización, entre ellos, de los equipamientos y
servicios urbanos; que contribuyen a la satisfacción de
las necesidades básicas. En el caso de la
participación activa, la triste realidad es que no se
conoce país en el mundo en el cual sea efectiva; en el
mejor de los casos las personas son convocadas a votar para
elegir, pero nunca son convocadas a tomar decisiones ni a juzgar
la rendición de cuentas de quienes resultaron favorecidos
en la votación. Esta es una materia pendiente de las
sociedades.

Al respecto vale recordar que Aristóteles
definía como ciudadano a aquella persona que participaba
en la toma de decisiones de su sociedad. O sea que,
históricamente, el mundo ha carecido de
ciudadanos.

"De conformidad con los conceptos dados a conocer como
fundacionales en términos del desarrollo por la
Organización de Naciones UnidasONU-, en su Informe Anual
de Desarrollo Humano de 1990, se tiene que el desarrollo en
general es básicamente un proceso de vida que permite
contar con alternativas u opciones de selección para las
personas. Las aspiraciones de las personas pueden ser muchas,
pero fundamentalmente se refieren a tres: (a) la búsqueda
de conocimientos; (b) la posibilidad de tener una vida prolongada
y saludable; y (c) tener acceso a los recursos que permitan un
aceptable nivel de vida. Es a partir de estas tres finalidades
que se derivan muchas otras".

Comentario: Es lamentable comprobar lo limitado y
ambiguo del pensamiento de la ONU al respecto. En efecto, incluso
aquellos que se debaten en la más absoluta miseria
"cuentan con alternativas u opciones de selección", aunque
siempre en el ámbito de su miseria.

Podríamos mejorar los conceptos de la ONU
respecto de las tres aspiraciones, diciendo que el desarrollo es
tal siempre y cuando asegure a todas las personas la posibilidad
de: (a) adquirir conocimientos; (b) tener una vida saludable; y
(c) tener acceso a los recursos que le permitan un nivel de vida
que le asegure la satisfacción de las dos necesidades
anteriores, pero de manera que conserve y no altere el
funcionamiento del sistema del cual el ser humano forma
parte.

Monografias.com

En la figura anterior[3]se pone en
relación tres aspectos: la sociedad; una de sus
instancias, la económica; y el medio ambiente. En el caso
en que la economía distribuya sus frutos entre todas las
personas de manera equilibrada, sería equitativa. Si la
economía de las sociedades no afecta la perdurabilidad del
medio ambiente, sería viable. Y si la ocupación y
uso que hace la sociedad del medio ambiente no altera su
funcionamiento, lo mantiene vivible.

De manera que la simultaneidad de la existencia de una
economía socialmente equitativa y ambientalmente viable
con un medio ambiente vivible, produciría un desarrollo
sostenible.

Comentario y Definición Propia: Completando las
ideas contenidas en el esquema anterior, definiríamos al
desarrollo sostenible como aquel en que la economía de la
sociedad distribuye sus frutos de manera equitativa entre todos
sus miembros, sin afectar al funcionamiento y reproducción
natural del sistema universo del cual forma parte,
manteniéndolo, de esta manera, vivible permanentemente. En
pocas palabras, sería un modo de vida de la sociedad
humana integrado de manera simbiótica[4]en
el sistema universo al que pertenece.

Pero aquí subsiste un problema que no se puede
soslayar más, y es que la distribución equitativa
de los frutos de la economía entre todas las personas,
puede significar que hay que producir más todo tipo de
bienes y servicios, para que alcance para todos. Y la realidad es
que no es posible, pero afortunadamente no hace falta. Primero,
una realidad que es parte de la evidencia del calentamiento
global irreversible es que el planeta –como sistema vivo y
autoregulable- no soporta más producción de bienes
ni, fundamentalmente, de energía (al menos aquella
generada mediante la quema de combustibles fósiles y,
hasta el conocimiento actual, la generada por tecnologías
alternativas no alcanza a cubrir la demanda actual, ni el acceso
de todos a ella y, peor aún, la demanda futura). Segundo,
es una realidad aceptada a hurtadillas, pero cuya difusión
es cuidadosamente limitada, que las personas que tienen lo
necesario, lo tienen en exceso y que lo desperdician y dilapidan;
y que con menos de la producción actual de bienes y
servicios del planeta alcanza para que todos disfruten de ellos
en abundancia, al menos todos los actuales habitantes del
planeta; (que hay que controlar el crecimiento poblacional
también es innegable).

De manera que hay que reformular aquella última
definición del desarrollo sostenible, para lo cual se
propone lo siguiente:

El desarrollo sostenible es aquel en que la
economía de la sociedad distribuye sus frutos -obtenidos
en los volúmenes y cantidades actuales- de manera
equitativa entre todos sus miembros, y restringe el aumento de la
producción en el convencimiento de que mediante la
reducción, reutilización y reciclaje de los bienes
y servicios la población actual puede vivir y sobrevivir
de manera digna sin afectar al funcionamiento y
reproducción natural del sistema universo del cual forma
parte, manteniéndolo, de esta manera, vivible
permanentemente.

1.2. EL ROL DEL TERRITORIO EN EL DESARROLLO
SOSTENIBLE

Hasta hace unos pocos años, con anterioridad a la
demostración de que el calentamiento global es
antropogénico y que, en consecuencia, los seres humanos
deben cambiar de manera radical la concepción de su lugar
en el mundo y de la manera como han venido desarrollando todas
sus actividades, el ser humano tenía una visión
antropocéntrica y, se podría decir con propiedad,
"antropoúnica" (soy lo único que existe y lo
único importante).

La concepción heliocéntrica del universo,
si bien supuso una conmoción que incluso costó la
libertad a Galileo, al poner al sol en el centro del sistema
solar, no cambió la presunción del ser humano de
considerarse la causa de todas las cosas y el único ser
que merecía la vida y al servicio del cual estaba todo el
universo.

La investigación del espacio exterior al sistema
solar contribuyó en mucho a introducir en la mente del ser
humano la idea de que "tal vez" el no es el único que
importa y que, más aún, es una criatura casi
insignificante en el universo, y que su aparición y
existencia no pasa de ser, tal vez, una pura
casualidad.

Una de las contribuciones más importantes de la
demostración de que el calentamiento global es
antropogénico es que introduce la visión
sistémica en el pensamiento humano, es decir, que hay una
sola realidad, el universo, en la cual el sistema solar, el
planeta Tierra y el hombre son componentes indisolublemente
unidos en ese todo; y que cualquier cambio, alteración,
transformación o -peor- desaparición de uno solo de
los innumerables (para la capacidad mental humana) de componentes
del sistema, afecta a cada uno de todos los demás y al
sistema en su conjunto.

Partiendo de una evidencia que ya puede ser utilizada
como postulado, de que son las actividades del ser humano las que
han provocado el calentamiento global y el cambio
climático, y han puesto en serio riesgo la supervivencia
de la especie, parece que estamos autorizados a proponer la
hipótesis de trabajo de que aquel cambio mental
trascendental apenas ha comenzado; es más, casi nadie lo
ha adoptado. Y que, como consecuencia de la permanencia del
pensamiento antropocéntrico y antropoúnico, el
territorio es todavía concebido como un simple soporte de
las actividades humanas. Y que se piensa además, que el
territorio es inerte, insensible, inmutable, eterno, inacabable.
Esa concepción hace que el ordenamiento del territorio
(tema del presente trabajo) tenga como única finalidad la
"racional" distribución de las actividades en el mismo; y
se entiende como "racional" simplemente que aquellas actividades
funcionen más o menos bien; y se mide la "calidad,
eficiencia y eficacia" de ese funcionamiento por la mayor
rentabilidad que produzca.

Para puntualizar el rol del territorio en el desarrollo
sostenible es pertinente comentar otra definición muy
importante, y esta vez contenida en el Glosario de un libro muy
completo sobre la planificación, que se examinará
detalladamente más adelante [5]

"Ecodesarrollo: modelo de desarrollo especialmente
conciliador con el medio natural" (subrayado
mío).

Comentario: El significado de la palabra "conciliar"
es:

Poner de acuerdo sobre algo a dos o más personas
entre las que hay desacuerdo, enfrentamiento o lucha. O: Hacer
compatibles o aproximar cosas inmateriales que aparentemente son
contradictorias o diferentes.[6]

O sea que los autores del libro conciben al desarrollo
como un ente o realidad separada del medio natural y
extraña a el. Pero ya está por demás claro
que el hábitat (y el territorio como parte de él)
es un sistema integrado e indivisible, en el cual los seres
humanos y sus obras (incluso las inmateriales) son componentes
del mismo, junto con el medio natural; forman parte de una sola
realidad. No se trata de ponerles de acuerdo o hacerles
compatibles, se trata de comprenderles como partes de una sola
realidad. Ese problema de concepción hará imposible
todo desarrollo sustentable,

La
práctica actual del ordenamiento del
territorio

2.1. LA PRÁCTICA TRADICIONAL
INSTITUCIONALIZADA

Existe una práctica de planificación
institucionalizada a partir de la aceptación y, en algunos
casos, imposición desde los organismos mundiales de
control y las agencias de cooperación internacional "para
el desarrollo". Esta se basa, obviamente, en nociones, sustentos
teóricos y metodológicos. En el objetivo de partir
del "estado de la cuestión" y caminar a su
superación, a continuación se procede a analizar
aquellos, que sustentan la mayoría de planes de
ordenamiento del territorio redactados y aplicados en el mundo,
para verificar, matizar o rectificar, la hipótesis
anterior.

Empecemos con las definiciones citadas en un libro muy
completo[7]sobre ordenación del territorio
OT:

"Es el estudio interdisciplinario y prospectivo de la
transformación óptima del espacio regional, y de la
distribución de esta transformación y de la
población total entre núcleos urbanos con funciones
y jerarquías diferentes con vistas a su integración
en áreas supranacionales"[8].

Comentario: 1) De manera que solamente sería un
estudio, no una práctica. 2) Sus objetos de estudio son
-únicamente- el espacio regional y la población. 3)
No es una definición fidedigna, porque contiene un
término de múltiple interpretación:
"óptima".

El OT es "Una política de planificación
física, referida a los hechos a los que se confiere valor
estructurante en territorios de ámbito regional y
comarcal"[9]

Comentario: Es tan ambigua y general que valdría
para todo: "los hechos de valor estructurante",
¿cuáles son?¿el planificador
específico lo decide?. Y limita la acción a los
ámbitos regional y comarcal.

La Carta Europea de Ordenación del Territorio lo
define como "la expresión espacial de las políticas
económicas, sociales, culturales y ecológicas de la
sociedad… cuyo objetivo es un desarrollo equilibrado de las
regiones y la organización física del espacio
según un concepto rector"[10]

Comentario: Sería simplemente UN HECHO: la
expresión espacial es, a fin de cuentas, el efecto o los
efectos de lo que se hace, de lo que se ha hecho. Y, ese hecho,
no puede tener un objetivo, ya que es una consecuencia o
resultado final. Sin embargo, se puede conceder el beneficio de
la duda, de que el "desarrollo equilibrado" signifique algo
integral. De todas maneras, es una definición
precaria[11]

Según dicha Carta Europea, los objetivos
fundamentales son los siguientes:

  • El desarrollo socioeconómico equilibrado de
    las regiones.

  • La mejora de la calidad de vida.

  • La gestión responsable de los recursos
    naturales y la protección del medio
    ambiente.

  • La utilización racional del
    territorio.

Primero, como se ha demostrado en las discusiones
anteriores, siempre que se adscriba una temática aislada
al "desarrollo" (socioeconómico), objetivamente se lo
está haciendo imposible. Segundo, "la mejora de la calidad
de vida" en abstracto, no significa nada, para constituirse en un
objetivo verificable debe cuantificarse y referirse a la
totalidad de la población. Tercero, en términos
declarativos el tercer objetivo parece válido. Pero creo
que caben unas observaciones. A.- el término "responsable"
amerita, también, una objetivación. B.- el
término "protección" implica el reconocimiento de
que existen amenazas al medio ambiente, las cuales le ponen en
situación de riesgo; en mi criterio, tratándose de
una Carta de Conducta para las futuras actuaciones debería
más bien orientarse a la eliminación de las
amenazas y riesgos, con lo cual no se requeriría de
protección. Claro que aceptar aquello implicaría la
necesidad de un cambio radical en las concepciones,
metodologías y prácticas.

A continuación se indica que el objetivo
último es "ordenar los múltiples usos… impuestos
por las actividades desarrolladas por el hombre" (Pág.12).
O "asignar usos específicos y diferenciados al mosaico de
subdivisiones del territorio".

Lo anterior implica, obviamente, que no se pone en
discusión el modelo o sistema económico
tradicional, impuesto desde la revolución industrial, el
cual a su vez determina la existencia y necesidad de cada tipo
específico de actividades, para el funcionamiento de las
cuales es necesario determinado tipo, cantidad, calidad y
ubicación de suelo. Por ejemplo, el tipo de agricultura
(intensiva e industrializada) y que a modo de enclave se impone
en el territorio, no se cuestiona; sino que únicamente se
busca acomodarla "racionalmente" en el territorio. Otro ejemplo
es el tipo de relación entre vivienda y trabajo. Hasta la
revolución industrial la vivienda estaba integrada en el
mismo objeto arquitectónico con el taller productivo, de
manera que la relación entre ellas no ocupaba espacio ni
demandaba de otro inmenso espacio para la movilidad entre las dos
actividades. A partir de aquella transformación
económica y productiva, la separación física
entre vivienda y trabajo transformó sustancialmente el uso
y ocupación del suelo con desmedro evidente del medio
natural. Esos modelos no se pone en duda ni cuestión, de
manera que el ordenamiento del territorio debe limitarse a
asignar suelo para cada actividad. Un tercer ejemplo es el tipo o
modelo de asentamientos humanos, los cuales existen entre dos
polos: o son concentrados hasta el hacinamiento, con sus secuelas
de insalubridad y contaminación extrema de todo tipo, o
son de dispersión máxima dilapidadora de territorio
tanto para ellos mismos como para la relación entre ellos
y el resto de actividades.

En suma, pero obviamente, no se cuestiona la esencia del
problema, sino solamente su fenómeno, el aparente
"desorden"; el cual no es más que la expresión
física del desorden y la anarquía
intrínsecos del modelo económico.

Esa falta de cuestionamiento a la esencia del problema
parecería que se quiere institucionalizar o sacramentar
cuando, en el texto citado se afirma que "la actividad de los
profesionales de la ordenación del territorio está,
y estará en el futuro, mucho más cerca de la
práctica planificadora y de la toma de decisiones
políticas que del análisis científico del
territorio…" (subrayado mío). Dicho en otras
palabras, "ya todo está discutido, no hay nada que pensar,
ustedes, los planificadores limítense a aplicar las
técnicas, absténgase de pensar, reflexionar y
cuestionar". Con ello se especializaría y limitaría
a dichos profesionales a la práctica empírica y se
los divorciaría (o prohibiría el ejercicio) del
pensamiento crítico.[12]

Pero bueno, "algo es algo" y no debe dejar de
agradecerse la inquietud por ordenar ese algo.

Luego viene el objetivo, enunciado como "para qué
se ha de ordenar", y se declara que "para impulsar el desarrollo
económico, mejorar la calidad de vida y proteger el medio
natural". (Pág. 12)

Se mantiene la duda anterior, en el sentido de que
"proteger" implica la aceptación de la permanencia de
amenazas y riesgos; y una nueva pregunta: ¿Son compatibles
esos 3 objetivos? El mero hecho de separarlos ya siembra dudas de
que no necesariamente lo son, ni se los concibe como integrados y
consecuentes. Es decir que se mantiene un pensamiento
fragmentario. En nuestra propuesta de definición de
desarrollo integramos o hacemos sinónimos al desarrollo
con la calidad de vida y ponemos como característica de
ambos a la calidad ambiental.

Respecto del sistema medio ambiente, los avances se
reducen a permitirle que "constituya una parte muy sustancial del
cuerpo doctrinal de la ordenación del territorio".
(Pág.17). O "la introducción de las cuestiones
medioambientales en el cuerpo doctrinal" (Pág.19). Parece
evidente que algo se ha adelantado, pero subsiste la
concepción fragmentada de la realidad, no hay una
visión holística-sistémica. sino la
yuxtaposición de los componentes para ser tratados en
algún orden y jerarquía a voluntad del planificador
y de la instancia para la que trabaje.

La frase "La inclusión de los temas medio
ambientales dentro de la ordenación del territorio"
(Pág. 25), revela nuevamente la concepción
fragmentada de la realidad: se incluye un tema más, no se
piensa en que no es un "tema" sino el sistema, uno de cuyos
componentes es el territorio.

Otro indicio de que no hay una concepción
integral de la realidad es el tratamiento de la escala
territorial: "La escala nacional sería el campo propio de
la planificación económica, mientras que la
ordenación del territorio se desarrollaría al nivel
regional y el planeamiento urbano al nivel local/municipal"
(Pág.19). Lo anterior implicaría que se planifica
la economía de un país como una disciplina
autónoma e independiente y, lo que es más grave,
que determina a todos los otros factores. Además, la
economía se planificaría sin un conocimiento de las
potencialidades y limitaciones del territorio (y de sus distintos
componentes) y de la población. La consecuencia obvia es
que los componentes subordinados y determinados por el
único importante tendrían que someterse y atenerse
a las consecuencias de las demandas aplicadas sobre ellos. En la
escala regional, se asignaría usos del suelo para
"acomodar" las actividades y sus relaciones y "buscar el
funcionamiento" de la economía ya planificada en el nivel
anterior. Las características geológicas,
topográficas, agrológicas, meteorológicas,
ecológicas, etc., del territorio se tendrían que
adaptar mal que bien a las necesidades de las funciones que le
fueron asignadas en el nivel anterior, lo que, obviamente,
afectará e impactará en su equilibrio natural y,
viceversa, esas funciones verán obviamente limitada su
eficiencia por las limitaciones del territorio en que fueron
implantadas. Finalmente, el planeamiento urbano se
limitaría a un maquillaje funcionalista de las expresiones
espaciales singulares. Las personas, al igual que los espacios,
se someterían a las necesidades de la economía,
ajustándose y "acomodándose" como mejor puedan.
Este es el ejemplo tipo de la planificación vertical
impositiva.

Ejemplos típicos y trágicos de este tipo
de desarticulación, jerarquización equivocada de
las prioridades y subordinación de unos componentes al
servicio de otros son los enclaves de explotación
petrolera, de extracción de minerales, de plantaciones de
productos de exportación de alta rentabilidad, de
agricultura intensiva, etc., en zonas que al cabo de pocos
años han terminado devastadas e inutilizadas por siglos,
con su población expulsada a engrosar los cinturones
miseria de las ciudades.

Otra desarticulación difícil de entender
es la siguiente: "La política regional es un cuerpo bien
diferenciado de la planificación física, con la que
mantiene unas interrelaciones bastante menos directas de las que
existen entre las tres modalidades de planificación
física analizadas con anterioridad (se refiere a las
planificaciones territorial, sectorial y urbana)" (Pág.23)
Si bien es cierto que la política es una instancia
diferente de la planificación, no por ello pueden
concebirse como relacionados de manera "menos directa".
Deberían ser instancias diferentes del mismo proceso y con
los mismos objetivos; así: la política debe asignar
los objetivos que orientan a los distintos tipos de
planificación, entre ellas la planificación
física.

Se encuentra que todo el discurso de los distintos tipos
de planificación está atravesado por una
tácita concepción de que las transformaciones del
territorio son más o menos inocuas o inofensivas a la
naturaleza, y que basta con evaluar los impactos al medio
ambiente y escoger la alternativa que menos impactos
supuestamente produzca. Y siempre se afirma que esa
evaluación va junto "al análisis costo-beneficio" a
la hora de escoger "la mejor alternativa". Lo que no se declara
es cuál de las dos evaluaciones debe tener mayor peso a la
hora de la selección final. El solo hecho de separar esas
dos evaluaciones ya revela la concepción parcelaria de la
realidad. En efecto, ¿acaso no es un "costo" el impacto o
afectación a la naturaleza? ¿Acaso no es el "costo"
más alto puesto que es irreversible? Y, en consecuencia,
el costo es de largo plazo, y el beneficio es de corto plazo.
(Pág.24).

En la esencia del problema del ordenamiento del
territorio y de todos los tipos de planificación, desde la
económica hasta la física urbana está,
primero la ausencia absoluta de la más mínima idea
respecto de que la especie humana no pasa de ser una más
de las innumerables que forma parte del sistema universo; y que
no es ni la única ni la más importante, simplemente
es una más del sistema[13]A partir de
allí, surge un problema mayúsculo y que aún
no ha sido ni siquiera advertido, peor formulado ni medido, y es
conocer el exacto nicho ecológico que corresponde a esa
especie en el sistema, de manera de delimitar con
precisión los límites en el interior de los cuales
debe vivir y reproducirse y a los cuales debe restringir su
actividad. Algo así como la huella ecológica
máxima de la especie, pasada la cual, su propia
supervivencia y la supervivencia del sistema universo corre
peligro.

De manera que el ordenamiento del territorio debe
empezar por conocer la delimitación de ese nicho o huella
ecológica, en el interior del cual va a actuar de manera
exclusiva, sin extralimitarse, bajo riesgo de extinción.
Es una situación muy similar a la delimitación del
territorio de un Estado: si la población del mismo se sale
de él, se declara la guerra. La única diferencia es
que en las guerras entre estados hay un ganador y un perdedor, o
se pueden producir acuerdos. En el caso que se estudia, todos
serán perdedores. Y la verdad es que esa guerra entre
especies comenzó hacia los años 1760-1780 en
Inglaterra, se denomina la "Cruzada mundial del hombre contra la
Tierra" (en realidad contra todo el sistema universo) y la
especie humana está ganando, pero su triunfo definitivo
será su propia
desaparición.[14]

Entonces, el ordenamiento del territorio debe empezar
por la delimitación del objeto sobre el cual se va a
actuar; pero no se trata de delimitar únicamente el
ámbito físico superficial de ese territorio, sino
la huella ecológica máxima de las actividades que
se pretende implantar en él; la cual se mide, no solamente
en hectáreas globales, como últimamente se ha
acostumbrado a hacer, sino además, en otros indicadores,
tales como la máxima alteración de la
composición cuantitativa y cualitativa de la
atmósfera, los mínimos y máximos de
temperatura y de humedad que pueden variarse, los máximos
volúmenes o cantidades de apropiación por parte de
los seres humanos de individuos de cada especie animal, vegetal y
mineral; entre otros indicadores.

El partir de esa delimitación o
cuantificación incluso trae aparejada otra ventaja, y es
que se puede conocer con alguna precisión los umbrales del
crecimiento económico máximo; así, los
países más depredadores (Los Emiratos Árabes
Unidos 9.5, Estados Unidos 9.4, La China, la India, etc.)
deberán reducir su crecimiento económico o su
desarrollo, puesto que casi cuadriplican su consumo y
depredación, ya que hasta el año 2005 se
consideraba que la huella ecológica mundial máxima
era de 2,1 hectáreas globales (hectáreas
bioprodutivas) por persona, cuando la población total era
de 6.476 millones de personas. De manera que se puede afirmar con
respaldo cuantitativo que esos países están
-claramente- poniendo en riesgo el futuro de su propia
población y del resto de la especie humana.

Incluso si tomamos las definiciones doctrinales del
ordenamiento tradicional del territorio, podemos enfatizar en
que, si se aplicasen al pie de la letra, se daría un
tratamiento integral al mismo; así: "La ordenación
del territorio tiene la voluntad de corregir problemas
territoriales… aunque se podría añadir
también la voluntad de prevenir problemas territoriales"
(Pág.25).

Comentarios: Primero, parece poco afortunado el empleo
de la palabra "corregir problemas", habría sido mejor
poner "resolver problemas".

Segundo y fundamental: la visión integral y
sistémica de los procesos incluye la variable "tiempo", es
decir, el convencimiento y prevención de que en la
naturaleza nada es estático, sino que solamente para el
conocimiento de cualquier aspecto, elemento o fenómeno de
ella los científicos hacen una imagen congelada de ellos,
pero si se contentan con la información que se puede
obtener de ella, su conocimiento no se corresponderá con
la compleja integralidad del objeto que están observando.
En consecuencia, y refiriéndonos al tema en estudio, el
ordenamiento del territorio, en la medida en que comporta una
intervención y transformación de una parte de la
naturaleza, necesariamente deberá contener el estudio de
esa alteración y de la reacción de cada uno de los
componentes de ella. Además, las actividades y los seres
humanos que las practican también están sujetos a
la variable "tiempo" y más temprano que tarde
requerirán otro tipo de relación entre sí,
con el espacio construido por ellos y con el espacio natural.
Como consecuencia de todo ello, si la visión es, de esta
manera, holística e integral, la prevención de los
problemas es obvia e imprescindible. La frase citada,
tácitamente reconoce que esto no se ha practicado
tradicionalmente.

Tercero, dado que, las experiencias de la
práctica corriente de la disciplina demuestran que los
beneficios de esos ordenamientos tienen muy corta duración
y al cabo de poco tiempo se ponen en evidencia más bien
degradaciones del territorio, va a ser de muchísima
utilidad incorporar la prevención de los problemas, y
entre ellos, el más importante, la degradación del
medio ambiente.

El análisis de esta fuente parecería
revelar la existencia de un problema trascendental en la
práctica corriente de la ordenación del territorio;
en nuestro criterio es tan grave el problema que vale la pena
transcribir la cita completa:

"El análisis territorial tiene una vertiente
teórica importante, proporcionada por las disciplinas
científicas con incidencia territorial, así como un
instrumento amplio de instrumentos de análisis que se han
de dominar y utilizar correctamente, pero la elección de
las alternativas es una decisión que queda completamente
en el campo de los juicios de valor" (Subrayado mío.
Pág. 25)

Realmente es insólito. El contenido de la frase
subrayada indica que, en último término, luego de
todo un trabajo técnico apoyado en disciplinas
científicas y cuantificado mediante técnicas
matemáticas, lo que finalmente se ejecutará en la
práctica es decidido de manera subjetiva, "por los juicios
de valor", es decir sin respetar los frutos de los
análisis técnicos. Aquello significaría que,
a fin de cuentas, todo el trabajo técnico no sirve sino
para avalar o enmascarar las decisiones políticas que
persiguen fines predefinidos. Menos mal que se lo admite de
manera explícita.

A renglón seguido los autores citados confirman
esa situación, al escribir lo siguiente:

"El cuerpo ideológico y doctrinal hará
optar por unas alternativas y rechazar otras, sin que exista
ningún método científico objetivo y
definitivo para decidir cuál es la mejor"

Y esto se lo afirma a despecho de que sí existen
instrumentos técnicos de ponderación cuantitativa
que permitirían escoger de manera objetiva la mejor
alternativa; lo que obstaculiza ese proceder es la existencia de
intereses materiales encarnados en sectores sociales definidos,
que los técnicos y políticos a su servicio deben
preservar.

La funcionalidad de los autores citados a los intereses
dominantes, y que es compartida por la mayor cantidad de
bibliografía del tema, se apoya en errores conceptuales
que son utilizados como verdaderos paradigmas, como el
siguiente:

"D. Keeble (1976) define el plannig como el
arte y la ciencia de ordenar el uso del suelo y el emplazamiento
de los edificios con el máximo grado posible de
economía, comodidad y belleza" (Pág. 27)

Para empezar, la planificación nunca puede ser un
"arte", en la medida en que desde el primer enfrentamiento con la
realidad, a través de todos los frutos de la
investigación hasta las decisiones que se toman en
aquella, están regidos por las condiciones objetivas
externas y extrañas a la pura concepción del
planificador y a sus puros deseos y aspiraciones. Por lo tanto de
ninguna manera el planificador puede hacer lo que surge de sus
deseos, aspiraciones y gustos personales, con lo cual la
planificación nunca puede ser un "arte", sino que
está determinada materialmente.

Partes: 1, 2, 3

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