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Origen de la igualdad y causa de la desigualdad humana; la dignidad humana



  1. Introducción
  2. Aspectos legales sobre la
    igualdad
  3. Origen
    de la desigualdad humana
  4. Punto
    de vista bíblico sobre la igualdad
    humana
  5. La
    dignidad humana. Los Derechos Humanos
  6. La
    igualdad humana
  7. La
    fundamentación cristiana de los
    derechos
  8. La
    promoción de los valores de la persona
    humana
  9. Conclusiones

Introducción

"La casa, la mujer y el buey robusto"
porque

El pobre no tiene más esclavo que
el buey. Así,

Pues, la asociación natural mas
constante es la

Familia. "Allí, dice Carondas,
todos comen en la

Misma mesa". "Allí, dice
Epiménides de Creta,

Todos se calienta en el mismo
hogar."

Aristóteles. La Política,
libro Primer. Cap. Primero.

El origen de la igualdad y la causa de la desigualad
humana es el tema central de todo trabajo que tenga como norte,
meta y objetivo el propósito desentrañar la
diferencia existente entre personas nacida con la vocación
de ser iguales. La sociedad moderna, no solo tolera, sino que
alienta y fomenta el dominio del hombre sobre el hombre, al
extremo de que se ve como un logro el hecho de que utilicemos al
prójimo como escalón para nuestro ascenso. A
sabiendo de que en la familia o en el Estado alguien debe mandar,
se debe entender que quien manda en la familia es el que trabaja,
y en el Estado, el Primer Mandatario es un servidor. En la
Democracia, el menos malo de los gobiernos de los hombres, debe
su poder al hecho de que es "…el gobierno del pueblo, por
el pueblo y para el pueblo", como dijera Lincoln.

A pesar de que las leyes son los eslabones que mantienen
unidas las sociedades en procura del bien común y la
igualad entre los hombres, ellas mismas en forma irónicas
han venido a crear fronteras, cavar fosos y levantar murallas de
separación. Si bien es cierto que el hombre para vivir en
sociedad debe tener leyes que le regule, pues como dice el
Filosofo del Liceo:" De aquí puede concluirse que el
Estado es un hecho natural; que el hombre es un ser sociable, y
que aquel que permanece salvaje por organización y no por
acaso es, o un ser superior a la especie humana, o un monstruo a
quien puede decirse el reproche de Homero:"Huid del hombre que
sin leyes vive, sin familia ni hogar, sin afecciones…" El
individuo así degradado es indomable como los
pájaros salvajes y puede decirse que está en guerra
con su propia naturaleza".

Adjunto a los fundamentos legales de la igualdad, a los
razonamientos filosóficos de la desigualdad,
también presentamos las razones bíblicas con
implicaciones teológicas tendientes a la
condenación de la diferencias entre los seres humanos. La
Biblia establece en forma diáfana y meridiana que Dios no
hace acepción de persona.

Con el presente trabajo esperamos llenar un vacío
existente en la Literatura Evangelica que sea capaz de llenar los
aspectos legales, filosóficos y escriturarios en torno al
origen de la igualdad y a las causas de la desigualdad entre los
hombres. Todos somos llamados a ser iguales ante Dios, y el
prójimo; esta en nuestras manos y voluntades el
mantenernos dentro de los parámetros de igualdad y
dignidad del genero humano, para cumplir con la soberana
vocación de ser llamados hijos e hijas de Dios.

Aspectos legales
sobre la igualdad

Que sean mis primeras palabras aquellas que se
encuentran en el libro Primero de la Política de
Aristóteles, en el capitulo segundo, donde tratando de la
esclavitud dice el Sabio: "Se sostiene, por una parte, que hay
una ciencia, propia del señor, la cual se confunde con la
del padre de familia, con la del magistrado y con la del rey, de
que hemos hablado al principio. Otros, por lo contrario,
pretenden que el poder del señor es contra naturaleza; que
la ley es la que hace a los hombres libres y esclavos, no
reconociendo la naturaleza ninguna diferencia entre ellos; y que,
por último, la esclavitud es inicua, puesto que es obra de
la violencia".

 La igualdad, como definición
práctica, podría ser: "ausencia de total
discriminación entre los seres humanos, en lo que respecta
a sus derechos". Pero consideramos que no basta con esto, sino
que es un tema mucho más amplio, y que abarca tantos
factores, que puede, en muchos casos, llegar a determinar nuestra
situación en la saciedad, nuestro statu de vida y la vida
misma en esta tierra, sino también puede determinar
nuestra situación en la vida eterna o la perdición
perpetua.

El 26 de agosto de 1789, el pueblo francés,
reunido en asamblea, votó en el artículo primero de
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
lo siguiente: "Artículo primero.- Los hombres nacen
y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones
sociales sólo pueden fundarse en la utilidad
común."

En la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, firmados por las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de
1948, nos dice en su Preámbulo: "Considerando que la
libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos
iguales e inalienables de todos los miembros de la familia
humana; Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de
los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes
para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como
la aspiración más elevada del hombre, el
advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del
temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de
la libertad de creencias."

Si fuéramos a extractar algunos artículos
de esa Declaración Universal de los Derechos del Hombre
encontraríamos que en el articulo Primero se establece en
forma tajante y categórica que los hombres nacen libres e
iguales en dignidad y derechos; en el artículos Segundo se
nos recuerda que todos los derechos y libertades de esta
Declaración son iguales para todas las personas, sin
distinción de raza, color, sexo, idioma, etc. El
artículo Séptimo consagra la igualdad de todos ante
la ley; y en el Décimo se proclama que todas las personas
tienen derechos, en condiciones de plena igualdad a ser
oída en justicia.

Como nuestro país es firmante de la
Declaración Universal de los Derechos del Humanos, por esa
razón, consignó en el artículo 39 de la
Constitución el Derecho a la Igualdad. En ese
artículo se declara que todas las personas nacen libres e
iguales en derecho ante la ley; también se establece que
no habrá discriminación por razones de
género, raza, color, edad, lengua, religión,
etc.

Origen de la
desigualdad humana

Los primero que debe aportar, cuando hablo de la
desigualdad humana, es que el pecado, la caída del hombre,
es la causa natural y suficiente de la desigualdad existente.
Cuando apuntamos que es el pecado el origen de la diferencia
entre los iguales creados por Dios, estamos diciendo con esto que
la diferencia es de origen teológico; pero si el pecado ha
sido causa de estudio entre los teólogos, el origen de la
desigualdad no le ha quitado el sueño a ellos, sino que
han sido los filósofos los que se han desvelado por motivo
de esa desigualdad.

El origen de la desigualdad puede ser fácilmente
planteada, pero sumamente difícil de resolver. Para los
filósofos, lo hombres en su estado primitivo son iguales
entre sí, pero es a medida que se civiliza, que progresa,
que sale de su estado de barbarie, que va acentuando su
diferencia el uno con el otro. Para Juan Jacobo Rousseau:
"Mientras mayor es el número de conocimiento que
acumulamos, mas difícil nos es adquirir los medios de
llegar a poseer el mas importante de todos; y es que, a fuerza de
estudiar el hombre, lo hemos colocado fuera del estado
conocible."

Debemos decir, que aunque la naturaleza no hace
distinción entre los hombres, esto es que no les hace
libres ni esclavos, en su estado natural, tal como salio de la
mano de Dios, existen desigualdades, como es el caso de la edad,
del sexo, de las disposiciones de animo y espíritu, de las
fuerzas físicas y de la salud; en cambio son las leyes
humanas las que establecen los privilegios de que unos hombres
gozan en perjuicios de otros hombres. Esa es la razón por
la cual es rico, por su riqueza tiene mas poder que el pobre, y
por ese poder se hace respetar, se hace obedecer. Y es que la
posesión es una causa de desigualdad. En sus Pensamientos,
Pascal nos dice, refiriendo en tema en cuestión: "Este
perro es mío, decían esos pobres niños;
aquél es mi puesto al sol. He aquí, el origen y la
imagen de la usurpación de toda la tierra". Pero si Pascal
pone la propiedad privada como causa de distinción,
Rousseau no es menos drástico al hacer la siguiente
afirmación: "El primero que, habiendo cercado un terreno,
descubrió la manera de decir: Esto me pertenece, y
halló gentes bastantes sencillas para creerle, fue el
verdadero fundador de la sociedad civil".

Es que el primer sentimiento que el hombre como hombre
siente, partiendo desde el punto de vista filosófico es el
de su existencia, por eso para Descartes: "Si pienso, luego
existo", lo que no es menos cierto para el obispo George
Berkeley, de quien se resume su ideología en esta frase:
esse est percipi aut percipere («ser es ser
percibido o percibir»). Luego de comprobar su existencia,
el primer cuidado del hombre es su conservación, que vino
a ser seguida por la de perpetuar su especie, que en
teología conocemos como: "Multiplicaos".

Con el nacimiento del contrato social, aquella etapa de
la humanidad cuando nuestros primeros padres cedieron parte de
sus derechos para conservar la otra parte y así poder
vivir en sociedad, y con ello el nacimiento de las primeras
leyes. Es siguiendo ese camino, trazado por las rutas
antropológicas y con ella los distintos tipos de
gobiernos, que vamos a encontrar la distinción y la
desigualdad entre los hombres. Por lo cual no es aventurado es
afirmar con el sabio de Ginebra: "Si seguimos el progreso de las
desigualdades en estas distintas revoluciones, encontramos que el
establecimiento y del derecho de propiedad fue su primer paso; la
institución de la magistratura el segundo y el tercero y
último cambio del poder legítimo en poder
arbitrario: de suerte que la condición de rico y de pobre
fue autorizada por la primera época; la de poderoso y
débil por la segunda, y por la tercera la de amo y
esclavo, ultimo grado de la desigualdad y fin hacia el cual
tienden las demás…"

Punto de vista
bíblico sobre la igualdad humana

Hasta ahora hemos abordado la igualdad de la persona
humana desde el punto de vista filosófico, jurídico
desde las perspectiva de la Francia revolucionaria y de desde la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, hasta
llegar a nuestro suelo, pero, ¿Que dice la Biblia sobre la
igualdad del hombre? ¿Como ve Dios a los
hombres?

Si partimos de la declaración de convencimiento
del apóstol Pedro, encontramos cuando este visitó a
Cornelio y vio que el Espíritu Santo le visitó dice
en su informe oral ante los hermanos de Cesarea, según la
cita de Hechos 10:34: "Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En
verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,"
con lo cual nos dice que ante el Eterno, todos las personas son
iguales. Es por eso que cuando escribe su primera
epístola, en el Cáp. Primero, verso 17 escribe:"
 Y si invocáis por Padre a aquel que sin
acepción de personas juzga según la obra de cada
uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra
peregrinación;"

En Deuteronomio 10:17, Moisés nos dice que Dios
es un Dios de dioses, grande y temible, que no hace
acepción de persona ni acepta soborno.

En su discurso en la colina de Ares, en Atenas, Pablo
dice en esta asamblea: que Dios, "…de una sangres ha hecho
todo el linaje de los hombres", como se lee en la antigua
versión de Reina-Valera, otra versión dice que un
solo hombre. En su carta a los Romanos, Cáp. 2 Versos 10 y
11, Pablo dice: "pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo
bueno, al judío primeramente y también al griego;
porque no hay acepción de personas para con Dios." En
Gálatas 2:6, el mismo apóstol reitera:"  Pero
de los que tenían reputación de ser algo (lo que
hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace
acepción de personas), a mí, pues, los de
reputación nada nuevo me comunicaron." Cuando el
Apóstol le escribe a los Efesios les dice a los hermanos
que tenían esclavos en el Cáp. 6:9:" Y vosotros,
amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo
que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos,
y que para él no hay acepción de personas." A los
colosenses, se les recuerda en el Cáp. 3, versos 23 y 24
"sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de
la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
 Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia
que hiciere, porque no hay acepción de personas." No
olvidemos que el consejo que el Apóstol Santiago le da a
los hermanos que podría discriminar al pobre para
congraciarse con el rico:" Hermanos míos, que vuestra fe
en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin
acepción de personas.

La dignidad
humana. Los Derechos Humanos

Este primer punto relativo y en torno a los Derechos
Humanos, me voy a tomar la libertad de tratarlo desde el punto de
vista filosófico, pues basta con que se diga hombre, con
ese sustantivo común se están nombrando todos los
derechos que puedan existir. Es por eso que cuando hablamos de la
dignidad humana, con este sustantivo, del cual se desprenden una
serie de adjetivos calificativos con una gama de acepciones
cromáticas, designamos el valor y la distinción de
la persona o el objeto nombrado. Veamos.

La palabra dignidad proviene del latín
(dignitas,atis) y con ella designamos la cualidad de digno, con
ella también designamos la excelencia, y el realce la
gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse, en
las catedrales y colegiatas, prebenda que corresponde a un oficio
honorífico y preeminente, como el deanato, el arcedianato,
y también a la persona que posee una de estas prebendas,
como es la prebenda del arzobispo u obispo.

Quiero resaltar, ya que es propia de la dignidad, que
cuando se hace una ofensa, la gravedad de ella radica, en que es
mayor, cuando quien la recibe es una persona digna, aunque la
haga un descastado; y cuando se hace un honor, la grandeza de ese
honor radica en la dignidad de la persona que la hace, no en
quien lo recibe. Por ejemplo, cuando se ofende a una persona
noble, es grande el agravio, sin importar quien ofende;
así también cuando se hace una distinción,
sin lo hace un noble es grande la distinción, pues su
valor reside en el ejecutante, no en quien lo recibe. Pero cuando
hablamos de la dignidad humana tiene su fundamento en el acto
divino de la creación, pues la raza humana fue creada a
imagen y semejanza de Dios, y por esa imagen, Imago Dei, no que
lo diga el hombre, es Dios quien lo dice, el hombre comparte con
Dios, aunque en forma ya opaca, limitada y borrosa, algunos de
los atributos divinos.

El salmo 100 nos dice que Dios nos hizo, y no nosotros a
nosotros mismos, por lo cual la dignidad y el respeto que el
hombre debe tener para si mismo y para con el prójimo
sobrepasa el limite de su carácter finito y caído
en el pecado. Yo soy digno porque son un hijo de Dios, a quien
Dios creo, se le revelo y los compro por un gran precio, por la
sangre de su Hijo Jesús, la segunda persona de la
Trinidad, y en mi mora el Espíritu Santo, dador de vida y
sustentador de la especie humana; pero yo no soy un genero
único, todos los hombres, mi prójimo, goza de las
mismas prerrogativas que yo, pues Dios los ha creado, se les ha
revelado, y le ha dado su Espíritu, después de
haberle rescatado.

La igualdad
humana

Que sean mis primeras palabras aquellas que se
encuentran en el libro Primero de la Política de
Aristóteles, en el capitulo segundo, donde tratando de la
esclavitud dice el Sabio: "Se sostiene, por una parte, que hay
una ciencia, propia del señor, la cual se confunde con la
del padre de familia, con la del magistrado y con la del rey, de
que hemos hablado al principio. Otros, por lo contrario,
pretenden que el poder del señor es contra naturaleza; que
la ley es la que hace a los hombres libres y esclavos, no
reconociendo la naturaleza ninguna diferencia entre ellos; y que,
por último, la esclavitud es inicua, puesto que es obra de
la violencia".

 La igualdad, como definición
práctica, podría ser: "ausencia de total
discriminación entre los seres humanos, en lo que respecta
a sus derechos". Pero consideramos que no basta con esto, sino
que es un tema mucho más amplio, y que abarca tantos
factores, que puede, en muchos casos, llegar a determinar nuestra
situación en la saciedad, nuestro statu de vida y la vida
misma en esta tierra, sino también puede determinar
nuestra situación en la vida eterna o la perdición
perpetua.

El 26 de agosto de 1789, el pueblo francés,
reunido en asamblea, votó en el artículo primero de
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
lo siguiente:

Artículo primero.- Los hombres nacen y
permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones
sociales sólo pueden fundarse en la utilidad
común.

En la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, firmados por las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de
1948, nos dice en su Preámbulo: "Considerando que la
libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos
iguales e inalienables de todos los miembros de la familia
humana; Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de
los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes
para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como
la aspiración más elevada del hombre, el
advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del
temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de
la libertad de creencias."

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos y, dotados como están de razón
y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los
otros.

Artículo 2

1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades
proclamados en esta Declaración, sin distinción
alguna de raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política o de cualquier otra índole,
origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición.

2. Además, no se hará distinción
alguna fundada en la condición política,
jurídica o internacional del país o territorio de
cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata
de un país independiente, como de un territorio bajo
administración fiduciaria, no autónomo o sometido a
cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 6

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al
reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin
distinción, derecho a igual protección de la ley.
Todos tienen derecho a igual protección contra toda
discriminación que infrinja esta Declaración y
contra toda provocación a tal
discriminación.

Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena
igualdad, a ser oída públicamente y con justicia
por un tribunal independiente e imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones o para el
examen de cualquier acusación contra ella en materia
penal."

Como la República Dominicana es miembro y
signataria de las Naciones Unidas, vamos a transcribir el
artículo 39 de la Constitución de la
República, es cual dice de la siguiente manera:

Artículo 39.- Derecho a la igualdad. Todas
las personas nacen libres e iguales ante la ley, reciben la misma
protección y trato de las instituciones, autoridades y
demás personas y gozan de los mismos derechos, libertades
y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de
género, color, edad, discapacidad, nacionalidad,
vínculos familiares, lengua, religión,
opinión política o filosófica,
condición social o personal. En consecuencia: 1) La
República condena todo privilegio y situación que
tienda a quebrantar la igualdad de las dominicanas y los
dominicanos, entre quienes no deben existir otras diferencias que
las que resulten de sus talentos o de sus virtudes; 2) Ninguna
entidad de la República puede conceder títulos de
nobleza ni distinciones hereditarias; 3) El Estado debe promover
las condiciones jurídicas y administrativas para que la
igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas para
prevenir y combatir la discriminación, la marginalidad, la
vulnerabilidad y la exclusión; 4) La mujer y el hombre son
iguales ante la ley. Se prohíbe cualquier acto que tenga
como objetivo o resultado menoscabar o anular el reconocimiento,
goce o ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos
fundamentales de mujeres y hombres. Se promoverán las
medidas necesarias para garantizar la erradicación de las
desigualdades y la discriminación de género;5) El
Estado debe promover y garantizar la participación
equilibrada de mujeres y hombres en las candidaturas a los cargos
de elección popular para las instancias de
dirección y decisión en el ámbito
público, en la administración de justicia y en los
organismos de control del Estado."

Hasta ahora hemos abordado la igualdad de la persona
humana desde el punto de vista filosófico, jurídico
desde las perspectiva de la Francia revolucionaria y de desde la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, hasta
llegar a nuestro suelo, pero, ¿Que dice la Biblia sobre la
igualdad del hombre? ¿Como ve Dios a los
hombres?

Si partimos de la declaración de convencimiento
del apóstol Pedro, encontramos cuando este visitó a
Cornelio y vio que el Espíritu Santo le visitó dice
en su informe oral ante los hermanos de Cesarea, según la
cita de Hechos 10:34: "Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En
verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,"
con lo cual nos dice que ante el Eterno, todos las personas son
iguales. Es por eso que cuando escribe su primera
epístola, en el Cáp. Primero, verso 17 escribe:"
 Y si invocáis por Padre a aquel que sin
acepción de personas juzga según la obra de cada
uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra
peregrinación;"

En Deuteronomio 10:17, Moisés nos dice que Dios
es un Dios de dioses, grande y temible, que no hace
acepción de persona ni acepta soborno.

En su discurso en la colina de Ares, en Atenas, Pablo
dice en esta asamblea: que Dios, "…de una sangres ha hecho
todo el linaje de los hombres", como se lee en la antigua
versión de Reina-Valera, otra versión dice que un
solo hombre. En su carta a los Romanos, Cáp. 2 Versos 10 y
11, Pablo dice: "pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo
bueno, al judío primeramente y también al griego;
11 porque no hay acepción de personas para con Dios."
En Gálatas 2:6, el mismo apóstol reitera:"
 Pero de los que tenían reputación de ser algo
(lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace
acepción de personas), a mí, pues, los de
reputación nada nuevo me comunicaron." Cuando el
Apóstol le escribe a los Efesios les dice a los hermanos
que tenían esclavos en el Cáp. 6:9:" Y vosotros,
amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo
que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos,
y que para él no hay acepción de personas." A los
colosenses, se les recuerda en el Cáp. 3, versos 23 y 24
"sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de
la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
 Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia
que hiciere, porque no hay acepción de
personas."

No olvidemos que el consejo que el Apóstol
Santiago le da a los hermanos que podría discriminar al
pobre para congraciarse con el rico:" Hermanos míos, que
vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin
acepción de personas.

No quiero terminar mis palabras sin antes definir ante
ustedes lo que es la Ética Teológica, que es la
ética a la altura de los cuales debe vivir los cristianos,
porque cuando decimos ética teológica estamos
reconociendo que los juicios éticos no emanan de ser
humano, sino que su vigencia y criterio de verdad se basan en la
existencia de un Dios bueno, santo, justo en incontrovertible,
porque los fallos emanados de su carácter no tienen donde
ser apelados, y ese Dios justo nos dice en Proverbio 28:21 :"El
que hace acepción de personas no es bueno, pues por un
trozo de pan entregará al hombre."

La
fundamentación cristiana de los derechos

Particularmente no diría que es la
fundamentación cristiana de los derechos, pero
hablaría de la fundamentación judeo-cristiana de
los derechos, ya que el cristianismo, una rama del
judaísmo en sus inicios, pasó al mundo y a la
cultura Occidental los principios bíblicos, los cuales
fueron los modeladores del Derecho. Los principios
bíblicos se mezclaron con el derecho romano, y de ellos
nació el Derecho Canónico, y fue ese derecho el que
se aplico en Europa por más de mil años. Hasta la
redacción de los códigos napoleónicos en
Francia, el derecho canónico era el derecho vigente, y en
Alemania, ese derecho los rigió hasta épocas
recientes.

Las lecciones que van desde la 7 hasta la 13 del libro
Ética Cristiana, de Francisco Lacuela, son una
fundamentación de los principios bíblicos del
antiguo Israel, el Decálogo, el ministerio
profético, Jesús, Pablo y los escritores del Nuevo
Testamento, en el establecimiento de una ética cristiana,
y sus trascendencia hasta nuestros días.

Quiero reiterar aquí, lo que dije en clase el
martes 30 de agosto En cuanto a las posturas sociales que la
Biblia adopta, muchas de ellas hoy podrían ser
incomprensibles y hasta obsoletas, pero en su tiempo fueron
revolucionarias y avanzadas por miles de años. La Ley del
Talión puede ser nuestro primer ejemplo. Esta ley refleja
una proporcionalidad entre los delitos y las penas, como hubiese
dicho el Marques de Becaria. El canto de Lamec, el descendiente
de Caín, en el capitulo 4, verso 23 del Génesis, es
un fundamento para la legitima defensa. El trato que se le
debía dar al esclavo israelita, el cual debía
quedar libre en el año del jubileo, o la obligatoriedad
del día de reposa, Sábado, es una prueba del trato
al empleado y aun a la bestia de carga.

En el Nuevo Testamento, el capitulo 13 de Romanos, es
una invitación al mantenimiento del statu quo, ya que se
nos invita al respeto a las autoridades y al pago de nuestros
impuestos, así como la invitación a estar en
armonía con el prójimo. En la primera carta de
Pedro, en el capitulo 2: 11-17, es una reiteración al
sometimiento y a la obediencia a las leyes civiles y a las
autoridades.

Sabemos que el cristianismo no abolió la
esclavitud, pero suavizo las condiciones del esclavo, ya que hizo
hermanos a amos y esclavos, y en su momento preciso puso fin a la
esclavitud. Recuérdese que el cristianismo vino a
dignificar el trabajo y a elevar el rol de la mujer,
sacándola del estado de servidumbre y haciéndola
hermana del hombre.

La
promoción de los valores de la persona
humana

Se entiende por valor moral todo aquello que lleve al
hombre a defender y crecer en su dignidad de persona. El valor
moral conduce al bien moral. Recordemos que bien es aquello que
mejora, perfección, completa.

    El valor moral perfecciona al
hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su libertad, en
su razón. Se puede tener buena o mala salud, más o
menos cultura, por ejemplo, pero esto no afecta directamente al
ser hombre. Sin embargo vivir en la mentira, el hacer uso de la
violencia o el cometer un fraude, degradan a la persona, empeoran
al ser humano, lo deshumanizan. Por el contrario las acciones
buenas, vivir la verdad, actuar con honestidad, el buscar la
justicia, le perfeccionan.

     El valor moral te lleva a
construirte como hombre, a hacerte más humano.

         Estos
valores perfeccionan al hombre de tal manera que lo hacen
más humano, por ejemplo, la justicia hace al hombre
más noble, de mayor calidad como persona.

Cuando hablamos de valor, generalmente nos referimos a
las cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones,
derechos civiles, etc., que permiten al hombre realizarse de
alguna manera. Dos valores que debemos promover y cultivar
son:

     La libertad: La libertad parece
ser el bien más preciado que posee el hombre. Libertad de
conciencia, para alcanzar una vida coherente y equilibrada desde
el interior, libertad de expresión, para poder difundir
nuestras ideas y promover el debate y la discusión
abierta.

La solidaridad: Surge cuando mi libertad, mi desarrollo
y mi bienestar ya no son compatibles con las necesidades y
desgracias de los demás. Ya no nos limitamos a compartir
en el seno familiar, sino con los demás.

Conclusiones

El pecado, el cual entro en el mundo por la
desobediencia de Adán, nuestro ancestro común a
todos los hombres, creo una separación entre Dios y los
hombres, no porque Adán pecó, sino porque todos los
hombres hemos pecado, y esa es la causa de la desigualdad humana.
Por causa de esa desigualdad, los hombres hemos creado leyes que
mantienen la división de clase, ya que el propósito
original del Creador era que debíamos ser
iguales.

Modernamente los hombres han buscado la forma de crear
leyes que establezcan la igualdad entre todos, pero estas leyes
no son más que manifestaciones semánticas, ya que
las brechas crecen cada entre los humanos. La propiedad privada,
las leyes y los gobiernos, sean estos el de la plutocracia, la
oligarquía, o la monarquía, son sistemas que nos
separan de la autentica democracia, creando una utopía en
la cual, el paraíso es solo para unos pocos afortunados
que pueden respirar el limpio aire del Nirvana.

En las Sagradas Escrituras encontramos expresadas en
forma apodíctica, las reglas, ordenanzas, mandamientos y
preceptos para el advenimiento de un mundo en el cual los seres
humanos podríamos vivir sin distinción de razas,
sexos o condición social. Porque es a la altura de la
Palabra de Dios que se ha de crear la atmósfera para que
todas las naciones vengan y adoren en la presencia de Dios, pues
se han de manifestar sus obras justas, no habrá
distinción, ni acepción de personas, y mucho menos
injusticia social. Entonces se convertirá en una realidad,
la cual se extenderá como un presente continuo, porque
llegará el día que no tendrá noche, y en el
cual exclamaremos como el séptimo ángel del
Apocalipsis: "¡El reino del mundo ha llegada a ser de
nuestro Señor y de su Cristo, y Él reinará
por siempre y para siempre¡"

 

 

Autor:

Humberto R. Méndez
B

 

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