Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Soledad y género viviendo en soledad (página 2)



Partes: 1, 2

Resulta interesante que en la literatura se hace
referencia a que las personas jubiladas necesitan redefinir sus
méritos como seres humanos. Necesitan encontrar otros
intereses para que tomen el lugar del trabajo que había
dado dirección y estructura a su vida. . Las personas
tienen la mayor probabilidad de permanecer con vitalidad si
pueden estar orgullosas de sus atributos personales más
allá de su trabajo. Necesitan reconocer que su ego es
más rico y diverso que la suma de sus tareas laborales.
(Papalia y Wendkos, 1998, p. 602)

Quizá la respuesta de nuestros sujetos aparece
como una manifestación que aflora de los viejos esquemas
relacionados con los roles asignados históricamente a
hombres y mujeres, que imprimían un fuerte sello a la
esfera motivacional y a la autovaloración de los
desempeños individuales y sociales, según el sexo,
en el caso del masculino, directamente vinculados a la esfera
laboral.

Mucho se ha comentado acerca de los protagonismos en el
adentro y el afuera del hogar, respectivamente, de hombres y
mujeres. Esto con alta probabilidad determina que ellos se
centren y enorgullezcan del desempeño en el área
laboral, en la que les correspondía brillar, en la que
eran juzgados con mayor fuerza que en un espacio
predominantemente femenino como la familia, los hijos y
nietos.

Ello se refuerza en los casos que se presentan, donde
resulta bastante cuestionable el ejercicio mostrado por los
sujetos de los roles concernientes al espacio más
doméstico, más hacia lo interno.

En la mencionada investigación de Arés
Muzio P. (2002) acerca de algunas determinantes
psicológicas importantes para la conformación de
una pareja estable, la investigadora subrayó la
importancia de la autovaloración, del sentimiento de la
propia estima, cómo el individuo se percibe a sí
mismo y a los demás, ya que una adecuada valoración
y estima personal son condiciones necesarias para aceptar al otro
con sus propias características, para admirar al otro
desde un reconocimiento de las diferencias.

Nótese en estos hombres que viven solos, la
imposibilidad para estabilizar una familia, para encontrar
satisfacción en los repetidos intentos de búsqueda
de pareja, para mantener vínculos estrechos con los hijos
en los casos en que estos existen.

Otro hallazgo notable al analizar la esfera de la
autovaloración, fue la inclusión espontánea,
por parte de los varones que viven solos, del sexo contrario en
la autovaloración. Nueve de los once sujetos, incluyeron a
las mujeres. ¿Lo más notable? En siete de estos
casos de forma negativa, atribuyéndole cualidades
censurables a su actuación e incluso con epítetos
de fuerte connotación negativa y hasta soeces. ("Mujeres y
brujas, es lo mismo", "Todas caen al final en lo mismo,
son……")

Monografias.com

Siete de las mujeres estudiadas disfrutan de relaciones
integrales con las familias que crearon en algún momento
de sus vidas, fundamentalmente hijos y nietos, o sea, existen
entre ellos vínculos afectivos y económicos. Cinco
se relacionan con sus ex-esposos. Las dos que no se casaron nunca
se relacionan con hermanos y hermanas, fundamentalmente de manera
parcial afectiva. Una persona de este grupo mantiene relaciones
nulas con sus parientes.

Por contraste, de los hombres solos estudiados, seis
mantienen una relación afectiva con su familia de origen,
el resto se relaciona de manera formal o no mantienen ninguna
relación. Solo tres han creado familia y mantienen una
relación integral con sus hijos, de ellos dos tienen
relación nula con la madre de estos.

Monografias.com

En la observación realizada se constató el
predominio de un hábito externo limpio en las mujeres, con
las lógicas diferencias individuales. La mayoría
destaca por especial cuidado en esta área. Tres de ellas,
sin maquillaje ni uñas pintadas, más sencillas en
su atuendo, igualmente exhiben muy buena higiene
personal.

La señora que menos relaciones interpersonales
reporta, con vínculos nulos con familiares y pobres
contactos en su comunidad, es la que presentó problemas de
desaliño en su apariencia personal, con pelo y uñas
francamente descuidados, ropa descuidada y olor
desagradable.

En los hombres que viven solos, por el contrario,
predominó el hábito externo sucio, presente en
siete de los sujetos estudiados en mayor o menos grado. Los
indicadores que aparecieron con mayor frecuencia en el polo
negativo de la valoración fueron: pelo (sin corte
definido, con puntas quemadas, grasoso), la cara (con espinillas
y restos de secreciones diversas), bigote (sin recortar, con
manchas indefinidas), uñas (sin recortar, sucias) y
vestimenta (descuidada).

Aunque no constituyó objetivo de nuestro trabajo,
nos resultó curioso apreciar que el cuidado e higiene
de las viviendas también permiten hacer distinciones entre
ambos sexos
, porque lógicamente, su estado se asemeja
extraordinariamente al de sus dueñas y dueños: Las
damas mantienen por lo general sus hogares limpios, bien
dispuestos, ordenados y en ellos se desarrolla la rutina usual de
una familia en cuanto a los horarios para realizar las diferentes
actividades.

De los hombres que viven solos, excepto cuatro sujetos,
el resto ha descuidado ostensiblemente la higiene y el cuidado
del hogar, aun en cuestiones elementales como la
acumulación de basura en lugares insólitos de la
casa, muebles y utensilios con restos de suciedad abundante,
entre otras. Refieren que sus horarios son irregulares y no
obedecen a una planificación ordenada, mas bien se
realizan acciones concretas para satisfacer las necesidades
vitales elementales en el aquí y ahora en que
aparecen.

¿Cómo explicar estas diferencias? Pienso
que no están divorciadas de los argumentos expresados al
analizar el acápite de la autovaloración, pues
tienen igualmente un fuerte componente social, determinados por
los aprendizajes tan contrastantes que han predominado en las
familias y otros espacios, en función de la pertenencia a
uno u otro sexo.

Desde el momento mismo del nacimiento, a las
féminas se les estimula la delicadeza, el esmero en el
cuidado y embellecimiento de su figura, se les estimula que
aprendan a realizar con rapidez y calidad todas las tareas
domésticas, se les aplaude el tomar responsabilidad en la
conducción adecuada de la rutina del hogar. Son las
encargadas de secundar a las madres, abuelas y otras
(generalmente féminas) en todo tipo de actividad de
limpieza y ordenamiento: casa, ropa, utensilios varios;
así como la confección de los alimentos.

Los varones no cuentan con estos espacios de aprendizaje
en la inmensa mayoría de los casos, sólo en fechas
más recientes se ha comenzado a estimular la
participación conjunta de ambos miembros de la pareja en
la realización de las tareas del hogar, lo que estimula un
poco, en algunos contextos, la cooperación de los varones.
Esto aún no implica acciones educativas concientes que
preparen a los niños varones en tal sentido, más
bien queda a cierta espontaneidad, a disminuir la crítica
a tales comportamientos.

Pensemos entonces en la historia personal de esta
generación de hombres que hoy pertenecen al grupo de la
tercera edad, casi pudiéramos pensar que al quedarse
solos, luego de la separación de sus familias de origen y
de las transitorias que en algunos casos constituyeron, fue que
comenzó para ellos el capítulo de llevar adelante
la arista doméstica de su existencia, de realizar un grupo
de tareas, quizá por primera vez… Los resultados
encontrados no resultaron entonces totalmente
insospechados.

En cuanto a los antecedentes patológicos
personales (APP), los más frecuentes dentro de la muestra
masculina fueron las enfermedades pulmonares (3) y dentro de las
féminas la hipertensión arterial (6). Se
reportó un mayor número de necesidades subjetivas
de salud, por parte de las mujeres y un mayor consumo de
medicamentos del tipo: ansiolíticos y analgésicos,
fundamentalmente.

Se reporta en la literatura que ciertamente las mujeres
reportan más casos de enfermedad, van al médico con
más frecuencia y guardan cama más a menudo que los
hombres, pero esto se revierte en indicadores objetivos de salud
más favorables, pues más atentas y pendientes de
los malestares de su cuerpo, demandan atención de salud
más a tiempo para ser tratadas. (Papalia y Wendkos,
1998)

En cuanto a los antecedentes patológicos
familiares (APF) se encontró una prevalencia de las
enfermedades cardiovasculares tales como: hipertensión
arterial e insuficiencia cardiaca en todos los sujetos, sin
distinciones importantes según el
género.

Monografias.com

Otro de los aspectos indagados fue el estado de salud
bucal. En este sentido encontramos notables diferencias. En los
varones, de los 11 sujetos examinados, sólo 2 presentan
prótesis totales en buen estado, el resto presenta dientes
para extraer, caries, prótesis defectuosas y
desdentamiento.

En el caso de las mujeres, sólo una presenta
desdentamiento inferior total sin prótesis, el resto
presentó en todos los casos prótesis totales o
parciales pero en buen estado (una en arreglo en el momento del
examen bucal) e higiene bucal aceptable o buena. Se observaron
algunas caries en cuatro de los casos.

Igualmente se encontraron diferencias en cuanto a los
conocimientos que poseían los sujetos acerca de los
cuidados necesarios para mantener la salud bucal. En su
mayoría (9) poseen un conocimiento bajo en relación
con la actitud asumida o por asumir acerca de los cuidados
necesarios para garantizar el bienestar bucodental, mientras que
de las 10 mujeres, seis presentaron un nivel de conocimiento
alto, el resto medio y una, bajo.

Al analizar de conjunto, por los especialistas en
medicina, estomatología y la propia psicología, los
resultados obtenidos en esta parte del trabajo, llegábamos
a la conclusión de que son un reflejo de los complejos
mecanismos que determinan la influencia de la sociedad sobre el
hombre, las cuales definen la necesidad de la
investigación multidisciplinaria en las ciencias sociales,
como una vía esencial para ofrecer un cuadro coherente, no
sólo de las regularidades psicológicas del
individuo estudiado, sino también de aquellas
regularidades de su vida social que determinan el desarrollo
individual desde todos los puntos de vista: biológico,
psicológico y social.

Puede apreciarse la coherencia entre estas dimensiones
de la vida de los sujetos, particularmente en cuanto a la salud,
en su sentido más amplio: Los miembros del sexo femenino
atienden su apariencia, su salud corporal y bucal, conocen los
mecanismos para hacerlo, demandan la atención
médica, la estomatológica y disfrutan de ella,
mientras los del sexo masculino, por lo general, muestran un
comportamiento hacia el polo opuesto.

Los hombres solos estudiados han descuidado su higiene,
el cuidado de su apariencia física y de sus condiciones de
vida. Aunque cuentan con idénticas posibilidades de acceso
a los servicios de salud en todas las variantes: atención
primaria y de todo tipo, pues no la utilizan al mismo nivel de
las féminas. No poseen conocimientos acerca de cómo
cuidar su salud bucal, desatienden la misma y como consecuencia
los resultados de los exámenes bucales arrojan indicadores
disfuncionales.

Monografias.com

Al inicio referíamos que la presente
investigación tuvo su génesis en las salas de los
hospitales donde se percibió que los hombres que
vivían solos, al ingresar, mostraban una marcada tendencia
al hospitalismo positivo, o sea, complacencia ante la
prolongación de la estancia en el hospital y la referencia
a nuevos síntomas cuando aquellos que provocaron la
hospitalización mostraban franca
mejoría.

Por ello se indagó en ambos sexos la actitud
hacia la posibilidad de un internamiento en hospitales. En los
hombres, incluso en la mayoría de los que finalmente
integraron la muestra que no estaban ingresados en el momento del
estudio, predominó una opinión favorable acerca de
las condiciones de vida en los hospitales, aceptación de
la posibilidad de ser internados ante trastornos diversos y en
ningún caso apareció rechazo a aversión a
los mismos. ("Allí me siento bien, me atienden"; "Por lo
menos tendría las cosas allí cuando las
necesite")

Por el contrario, en las mujeres de la muestra
encontramos un predominio del rechazo marcado a los hospitales,
que se subraya por la fuerte carga afectiva que imprimen a sus
respuestas sobre el tema ("El hospital lo detesto, no lo
soporto"; "Lo último sería caer en un
hospital")

Todo continúa teniendo coherencia lógica:
para los hombres es un problema atenderse a sí mismos:
mantener la higiene, elaborar sus alimentos, realizar todas las
tareas que en el hogar son necesarias para mantener la vida. En
el hospital ninguno de estos esfuerzos son necesarios pues se les
brindan los alimentos a las horas previstas, elaborados; se les
cambia la ropa de cama, entre otras cuestiones cotidianas. Estas
cuestiones trascienden en su valoración otras
implicaciones negativas asociadas a las mencionadas instituciones
de salud.

Para las mujeres por el contrario, no significa un
problema realizar todas las labores del hogar que se precisan en
la rutina diaria. Se han mantenido toda la vida como responsables
y ejecutoras de las mismas, por lo que el hospital no significa
una alternativa favorable desde este punto de vista; entonces al
valorarlo se centran en sus aristas negativas, de pérdida
de privacidad, de su relación con enfermedades y
muerte.

Monografias.com

Los hombres que viven solos reiteran en su totalidad las
connotaciones negativas que tiene para ellos la soledad: ("Uno se
siente abandonado", "Es difícil no tener a nadie para
compartir las buenas y las malas") No apareció en ninguno
de los sujetos estudiados referencia alguna acerca de
prerrogativas o aristas positivas que pudiera brindarles su
condición de vivir solos o el propio fenómeno de la
soledad en abstracto.

Las mujeres coinciden al valorar las incomodidades y
displaceres que les provoca la soledad, pero más bien
predomina un estilo encubierta en sus valoraciones negativas,
como se mencionaba anteriormente, porque de manera manifiesta
aparece frecuentemente la valoración de la soledad
también a partir de diferentes facetas positivas, como la
de tener la posibilidad de dedicarse a si mismas, realizar
actividades propias, más tiempo libre para ellas, y tomar
todas sus decisiones. ("Siento estar sola, pero la mayoría
de las veces es mejor cuando estoy sola", "Es cómodo
cuando no tienes a nadie diciéndote lo que tienes que
hacer")

¿Cómo explicar tales diferencias de
género encontradas en nuestra investigación? Pues,
retomando algunas ideas que ya se esbozaron al analizar algunos
indicadores de comparación, si analizamos la historia,
podemos comprobar que a partir del surgimiento del matrimonio
monogámico, toma forma cierto estilo de esclavitud
doméstica más o menos disimulada de la mujer, sobre
quien recaen las responsabilidades de garantizar las necesidades
básicas de la familia y el hombre solo actúa como
proveedor desde el afuera. "La higiene, el cuidado y la
alimentación de los niños es responsabilidad
materna, el lavado de la ropa, la limpieza y orden del hogar, son
tareas femeninas, así como el cuidado de los enfermos y la
atención de la salud". (p. 18)

Como confirmara Arés, (1990) esta cultura
patriarcal, conformadora de concepciones y prejuicios
tradicionales, tuvo una gran influencia en nuestro país,
donde las condiciones socio históricas, antes de la
revolución de 1959, estimularon que el hombre fuera la
cabeza legal de la familia, ganador del pan y autoridad suprema,
mientras la mujer se mantenía vinculada a las tareas del
hogar.

Estas condiciones culturales y económicas,
enraizaron valores muy sólidos en la vida familiar y
social, que adjudicaban funciones bien diferentes a los hombres y
a las mujeres, los cuales han sido transmitidos de
generación en generación hasta la actualidad. Del
acatamiento de estas funciones ancestrales ha devenido la
conformación de los arquetipos femenino y masculino bien
delimitados.

"El rol masculino y femenino con todos sus atributos
culturales, sociales, psíquicos y sexuales están
representados en la familia de acuerdo con la cultura en la que
se desenvuelven y así los van a transmitir a sus miembros.
Es evidente que estos patrones psicosexuales le permiten al
individuo una adaptación integral al medio." (p.
23)

Una de las tareas fundamentales de la familia es
estimular el aprendizaje y la creatividad de sus miembros. Todo
ser humano tiene la necesidad innata de aprender, pero esta puede
ser desestimulada o incrementada por la familia. Desde el punto
de vista material, el niño necesita tener acceso a los
materiales requeridos para realizar adecuadamente las acciones
que se desea aprenda a ejecutar, desde el punto de vista
emocional, necesita ser incitado, estimulado en sus esfuerzos por
aprender. ¿En cuántos hogares se validan
positivamente e incentivan los aprendizajes domésticos de
los niños varones?

De acuerdo a los arquetipos sexuales mencionados
anteriormente, se promueve en las familias una educación
diferenciada por sexos con límites rígidos: a la
niña se le prepara para su futuro papel de madre y ama de
casa con juguetes apropiados para tales fines, mientras que al
varón se le prepara para la vida en sociedad, se le
entrena su fuerza física y valentía, con juguetes
proporcionales, igualmente a estos otros fines y donde la
domesticidad, generalmente queda excluida.

Y así van creciendo mujercitas y hombrecitos,
marcados desde el principio de la vida por estas diferencias de
roles, en modelos rígidos e inmutables, en valores sobre
el papel de la figura masculina y femenina en el hogar, muy
diferentes. Todo ello deviene en prejuicios y por ende, en
desempeños machistas, que limitan a los hombres en su
validismo doméstico y que pudieran estar influyendo en la
respuesta, que a partir del presente estudio, usted podría
dar a la pregunta que le da título: Viviendo en
soledad… ¿Cuál es el sexo
débil?

Conclusiones

Al concluir la caracterización individual de los
hombres que viven solos y las mujeres que viven solas y
compararlos entre sí, en una aproximación al
análisis del fenómeno de la soledad desde una
perspectiva de género, se encontró en la muestra
investigada:

  • La soledad se manifiesta equitativamente en hombres
    y mujeres, aunque de manera esencialmente
    diferente.

  • Existen aspectos comunes a hombres y mujeres que
    viven solos, tales como:

  • Principales frustraciones relacionadas
    con la situación de soledad.

  • Necesidad de
    compañía.

  • Decepción y rechazo a los
    miembros del sexo contrario como parejas
    potenciales.

  • Autovaloración
    positiva.

  • Existen diferencias entre hombres y mujeres que
    viven solas tales como:

  • Los principales motivos de ellas se
    concentran en la familia que formaron: hijos y nietos,
    búsqueda de compañía y cultivo de otras
    relaciones interpersonales con amigos y vecinos. Los de ellos
    aparecen centrados en la figura materna y la búsqueda
    de placer personal.

  • El conflicto fundamental de ellas es
    encubierto: Entre las vivencias negativas por la soledad y la
    necesidad de aparentar satisfacción con la misma. El
    de ellos es manifiesto: Entre la situación de soledad
    que sufren y las dificultades para establecer relaciones
    interpersonales.

  • Ellas se abstienen de incluir a los hombres en la
    valoración de sí mismas, mientras que
    ellos las incluyen, con criterios totalmente
    negativos.

  • Ellas mantienen relaciones integrales
    con otros familiares, ellos, relaciones
    parciales.

  • El hábito externo de ellas es
    predominantemente limpio, igualmente el cuidado e higiene de
    sus viviendas es adecuado, mientras que en ellos predomina el
    hábito externo sucio y falta de cuidado e higiene en
    sus viviendas.

  • Predomina en ellas el cuidado de su salud
    bucal
    , en ellos, el descuido.

  • En la valoración de los hospitales, se
    aprecia un rechazo marcado a estos y a las enfermedades en
    ellas, mientras que ellos expresan una valoración
    positiva que se corrobora en la práctica con la
    tendencia al hospitalismo positivo.

  • Al emitir juicios acerca de la situación de
    soledad, ellas expresan rechazo encubierto y valoran algunas
    aristas positivas. La valoración de ellos es
    totalmente negativa.

Bibliografía

  • 1. Arés Muzio P. (1990) Mi familia es
    así. Edit. De Ciencias Sociales. La Habana.

  • 2. ____________. (2002) Psicología de
    familia. Una aproximación a su estudio. Edit.
    Félix Varela. La Habana.

  • 3. Arraigada I. Latinoamericanas a fin de siglo
    XX: familia y trabajo.

http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Arriagada/LatinoamericanasFS.htm

  • 4. Co. De autores. (1994) ¿Constituyen
    un grupo de riesgo los ancianos que viven solos? British
    Medical Journal (B.M.J) Edición España. Vol. 9.
    Septiembre, Pag.- 15

  • 5. Colectivo de autores (Círculos de
    Abuelos de Ciudad de La Habana) (1996) La persona de edad y
    la familia. I Encuentro de Asociaciones de Adultos Mayores.
    La Habana.

  • 6. Dell"Ordine J L. Soledad:
    antropológica. www.monografias.com.

  • 7. Eriksson E y Kivnick H. (1986) Vital
    involvement in old age. New York: Norton.

  • 8. García Rodríguez C. M. (1998)
    Aspectos Psicosociales a considerar por el médico de
    la familia en la tercera edad. Boletín de
    psicología. Nro.3. Vol.9. Septiembre-
    Diciembre.

  • 9. González Rey F L. (1994)
    Personalidad, forma de vida y salud. Editorial. Ciencia y
    Técnica. Cuba.

  • 10. ______________. (1990) Psicología de
    la personalidad. Editorial. Pueblo y Educación. Ciudad
    de la Habana. Cuba.

  • 11. http://www.cimacnoticias.com/noticias/01dic/01122103.html

  • 12. http// www.cubana.cu/envejecers.html

  • 13. http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Arriagada/LatinoamericanasFS.htm

  • 14. Martínez C. (2001) Salud familiar.
    Editorial Científico-Técnica. La
    Habana.

  • 15. Orosa Fraíz T. (2003) La tercera
    edad y la familia. Una mirada desde el adulto mayor. Edit.
    Félix Varela. La Habana.

  • 16. Papalia D y Wendkos Olds S. (1998)
    Desarrollo humano. Sexta edición. Edit. Martha Edna
    Suárez. Colombia.

  • 17. ______________________ Psicología.
    Edit. McGraw-Hill. México. 2001.

  • 18. Roca Perara MA. (2002) Psicología
    Clínica. Una visión general. Edit. Félix
    Varela. La Habana.

  • 19. Ryff C. (1989) Subjective organization of
    personality in adulthood and aging. Journal of Personality y
    Social Psychology. 44 (4).

  • 20. Salvarezza L. (1995) El fantasma de la
    vejez. Ed. Tekne. Argentina.

  • 21. Steinbach U. (1992) Social Networks,
    institutionalization and mortality among erderly people.
    Journal of Gerontology 47(4).

  • 22. www.lavozdegalicia.com/entrevistas/noticia.jsp?TEXTO=100000025315

Anexos

Anexo # 1: Consigna.

Nosotros somos investigadores que estamos haciendo un
trabajo acerca de personas que viven solas. Este consiste en la
aplicación de un grupo de técnicas que usted
deberá, si decide colaborar, contestar. Algunas
serán orales, otras escritas.

Para usted también sería de gran
beneficio, pues dichas técnicas le permitirán
conocerse mejor a sí mismo y otros aspectos de su vida
familiar y relaciones interpersonales. Además que se le
haría un diagnóstico de salud para su consultorio
del médico de familia en el que se tramitará el
tratamiento que usted necesite.

Realmente sería muy valiosa su ayuda para la
realización de nuestra investigación.

Anexo # 2: Test de completar frases.

Instrucciones para la prueba: Complete
o termine cada frase:

  • 1) Me
    gusta……………………………………………………………………………………

  • 2) El tiempo más
    feliz……………………………………………………………………………..

  • 3) Tener
    compañía……………………………………………………………………………

  • 4) Quisiera
    saber……………………………………………………………………………..

  • 5) En el
    hogar………………………………………………………………………………..

  • 6) Los
    hijos……………………………………………………………………………………

  • 7) Lamento……………………………………………………………………………………

  • 8) A la hora de
    acostarse……………………………………………………………………

  • 9) Los
    hombres………………………………………………………………………………

  • 10)  Cuando estoy
    con…………………………………………………………………………

  • 11) 
    Molestia……………………………………………………………………………………

  • 12)  La
    gente……………………………………………………………………………………

  • 13)  Una
    madre………………………………………………………………………………

  • 14) 
    Siento………………………………………………………………………………………

  • 15)  El
    hospital………………………………………………………………………………….

  • 16)  El mayor
    temor……………………………………………………………………………

  • 17)  Un
    amigo…………………………………………………………………………………..

  • 18)  Yo
    prefiero…………………………………………………………………………………

  • 19)  Vivir
    solo(a)………………………………………………………………………………

  • 20)  Mis
    nervios…………………………………………………………………………………

  • 21)  Las otras
    personas……………………………………………………………………….

  • 22) Fracaso……………………………………………………………………………………..

  • 23) 
    Necesito……………………………………………………………………………………

  • 24) 
    Trabajo…………………………………………………………………………………….

  • 25)  La
    mente…………………………………………………………………………………..

  • 26)  Se
    sufre…………………………………………………………………………………….

  • 27)  El
    futuro……………………………………………………………………………………

  • 28)  Estar casado(a)
    ………………………………………………………………………

  • 29)  Es mejor
    cuando………………………………………………………………………….

  • 30)  Algunas
    veces…………………………………………………………………………….

  • 31) 
    Duele……………………………………………………………………………………….

  • 32)  El mejor
    amigo……………………………………………………………………………

  • 33) 
    Aquí…………………………………………………………………………………………

  • 34) 
    Odio………………………………………………………………………………………..

  • 35)  Estoy
    muy…………………………………………………………………………………

  • 36) 
    Preocupación……………………………………………………………………………..

  • 37)  Quisiera
    ser……………………………………………………………………………….

  • 38) 
    Deseo………………………………………………………………………………………

  • 39)  Un
    padre…………………………………………………………………………………..

  • 40)  Mis
    hijos……………………………………………………………………………………

  • 41) 
    Yo…………………………………………………………………………………………..

  • 42)  Uno se
    divierte……………………………………………………………………………

  • 43)  Yo
    secretamente………………………………………………………………………….

  • 44)  El
    sexo……………………………………………………………………………………..

  • 45) 
    Problema…………………………………………………………………………………..

  • 46) La mayoría de las
    mujeres……………………………………………………………….

  • 47)  Me
    desahogo………………………………………………………………………………

  • 48) 
    Amo…………………………………………………………………………………………

  • 49)  Me pone
    nervioso(a)……………………………………………………………………

  • 50) 
    Soledad……………………………………………………………………………………

  • 51)  Cuando era
    joven…………………………………………………………………………

  • 52)  Mi principal
    ambición……………………………………………………………………..

  • 53)  No
    puedo………………………………………………………………………………….

  • 54)  Si pudiera
    volver………………………………………………………………………….

  • 55) Ser
    feliz……………………………………………………………………………………..

  • 56)  Mi
    vida……………………………………………………………………………………..

ANEXO # 3: Guía de observación.

Monografias.com

Anexo # 4: Instructivo de la
observación.

INDICADORES:

Monografias.com
Monografias.com
Monografias.com

 

 

Autor:

Dra. C. Mayra Ordaz
Hernández

Prof. Universidad de Pinar del Río,
Cuba.

 

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter