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Algunas consideraciones sobre la estantería abierta. Bibliotecas – UNAM



  1. Las bibliotecas y
    la Universidad Nacional Autónoma de
    México
  2. Estantería
    abierta: ventajas y desventajas
  3. Algunas sugerencias
    para implementar estantería abierta en las
    bibliotecas
  4. Recursos
    humanos
  5. Servicios
  6. Recursos
    documentales
  7. Notas

Este articulo refleja la situación de las
Bibliotecas y la Universidad Nacional Autónoma de
México, por tal motivo lo he compilado y quiero compartir
con todos mis lictores. La situación política,
social, cultural y económica por la que atraviesa el
país ha provocado un cambio en la imagen de las
bibliotecas, el bibliotecario y el acceso al material
bibliohemerográfico. Los servicios bibliotecarios, bajo la
modalidad de estantería abierta, han permitido a los
usuarios tener acceso directo a las colecciones, lo que ha
permitido un incremento sustancial en el uso y demanda de los
mismos. Gracias al apoyo recibido de parte de las
administraciones se han logrado cambios significativos en la
prestación de servicios bibliotecarios que demanda la
comunidad universitaria, integrada por alumnos de nivel medio
superior, nivel profesional, en el sistema escolarizado como en
el abierto, investigadores, profesores y personal, tanto
académico como administrativo. La comunidad universitaria
no sólo demanda calidad en los servicios, sino que
también proporciona recursos financieros a través
de las campañas de apoyo a sus bibliotecas en donde se
reflejan mejores servicios. Un avance importante en la vida
bibliotecaria del país es el establecimiento del
Reglamento General del Sistema Bibliotecario, donde se hace
partícipe a toda la comunidad universitaria, para mejorar
cada día la biblioteca universitaria.

Las bibliotecas y la
Universidad Nacional Autónoma de
México

La modernización educativa demanda más y
mejores apoyos a la educación y requiere cambios en las
estructuras educativas y en sus bibliotecas, ya que es un
elemento indispensable en el desarrollo cultural y educativo del
país. Al respecto la Universidad Nacional Autónoma
de México, cumpliendo sus objetivos, hace esfuerzos por
mejorar cuantitativa y cualitativamente sus servicios
bibliotecarios. Como muestra del interés por apoyar de
manera oportuna y eficaz a la comunidad universitaria,
entró en vigencia el 27 de julio de 1990 el Reglamento
General del Sistema Bibliotecario, que en su artículo 5
establece: "adecuar los servicios bibliotecarios a los avances de
la ciencia y tecnología; orientar al usuario en el uso
efectivo de los servicios bibliotecarios, de tal forma que se
estimulen el estudio, la investigación, la difusión
de la cultura y la extensión universitaria." 1

El compromiso de la actual rectoría, que en su
programa de trabajo, contempla los servicios bibliotecarios como
una de las tareas de mayor importancia y plasma en el documento
"Programa de trabajo" lo siguiente: "Las principales
líneas de acción para superar la calidad de los
servicios bibliotecarios serán equipar a las bibliotecas
para mejorar su capacidad de almacenamiento, transferencia y
diseminación de información, particularmente en lo
referente a los apoyos de cómputo; incrementar las
partidas destinadas a la adquisición de material
bibliográfico; mejorar las facilidades de consulta
mediante la generalización de los sistemas abiertos;
mejoría en el control de préstamos por medio de
sistemas electrónicos y propiciando una extensión
gradual de horarios de servicio en las bibliotecas que aún
tienen restricciones en este sentido; la adecuación de los
espacios físicos destinados a las bibliotecas y
fortalecimiento de programas de capacitación de personal
que presta sus servicios en esas instalaciones." 2

Ante un compromiso de tanta relevancia y
responsabilidad, es una necesidad apremiante eliminar barreras,
abrir las estanterías y poner al alcance, del que lo
requiera, toda la riqueza cultural contenida en los materiales
documentales, que por cierto, se han incrementado de manera
sustancial. Gracias a la respuesta favorable de las
campañas de cuotas voluntarias, dinero que se ha destinado
a aumentar las partidas presupuestales para adquisición de
materiales bibliográficos. Con lo anterior se ha obtenido
elevar el nivel de satisfacción de las demandas de los
usuarios, principalmente en las bibliotecas que conforman el
nivel medio superior y superior.

Por lo antes expuesto es reiterativo que las bibliotecas
universitarias no pueden permanecer trabajando con
estanterías cerradas ante la difícil tarea
planteada por el Dr. Sarukhán, Rector de la Universidad
Nacional Autónoma de México, de: "formar
profesionales que conozcan la situación nacional, que
tengan capacidad de autoaprendizaje y de adaptación a los
cambios, que posean un espíritu científico y
humanístico, una sólida información
básica y una amplia cultura universal; hombres y mujeres
críticos e innovadores, intelectual y emocionalmente
maduros, con sentido de responsabilidad, formados en la libertad
y la pluralidad." 3 El compromiso, es pues, no quedar al margen
de los cambios que exige la sociedad.

Esbozo histórico del libre acceso a
la estantería

Al dar una mirada retrospectiva a las bibliotecas, en
cuanto a la disposición de sus acervos, encontramos que
permitir el libre acceso a la estantería tiene una
estrecha relación con los sistemas de
clasificación, aun cuando no ha quedado claro, sobre todo
en las bibliotecas antiguas, si era permitido el consultar los
materiales documentales directamente, aunque puede suponerse que
les era permitido el acceso a los no bibliotecarios que
necesitarán consultar la colección, tomando en
cuenta que las bibliotecas eran utilizadas, en su mayoría,
por un público muy selecto que eran los productores y
consumidores de la información, como en Mesopotamia que
sus usuarios eran sacerdotes o archivistas; en esta biblioteca se
arreglaron los materiales ya no por autor, sino que se
catalogaron basándose en la literatura contenida en sus
propias colecciones y no en el conocimiento universal. En
Alejandría pudo ser menos posible ofrecer servicios con
estantería abierta debido a lo amplio y complejo de sus
colecciones; dividieron los temas y los arreglaron por poetas y
filósofos y bajo algunos temas, pero la subdivisión
más importante fue por autor. En las bibliotecas griegas y
helénicas la catalogación no excedió de los
límites teóricos y se acomodaron los materiales por
los temas más representativos. En la Edad Media y el
Renacimiento parece evidente que las colecciones encadenadas
requirieron acceso directo al acervo ordenado por materia. A
medida que crecían las colecciones se buscó la
facilidad para preparar ya no sólo listas de las unidades
bibliográficas de sus colecciones, sino que se
necesitó crear registros que permitieran localizar
fácilmente los materiales dentro de la colección y
tuvieron que ordenar el acervo, más que por los formatos y
características de los libros, por los temas. De
aquí han resultados patrones bibliográficos cada
día con más divisiones: índices de autores,
de títulos, en donde se han tomado en cuenta detalles
más específicos relacionados con los registros
bibliográficos.

En las bibliotecas universitarias, las colecciones
basadas en la currícula, fueron consideradas como
"prácticas" en contraste con la moderna filosofía
bibliotecaria o "científica" basada en la taxonomía
del conocimiento, resultado de la producción de
múltiples publicaciones con los más diversos
contenidos y la introducción de nuevas clasificaciones
teóricas que han hecho muy difícil la
ampliación de los esquemas de clasificación a pesar
de los grandes esfuerzos de muchos bibliotecarios en el Siglo
XIX.

Las bibliotecas de las universidades comenzaron dando
servicio con estantería cerrada, ante el asombro de los
intelectuales, debido a que la administración ponía
énfasis especial en salvaguardar la colección. Para
el establecimiento de estanterías abiertas en las
bibliotecas de Estados Unidos y británicas se adoptaron
esquemas para el arreglo de estantería y catálogos.
En el inicio del último cuarto de siglo XIX, se da libre
acceso a los estantes respondiendo a argumentos
sociológicos, como son: "la democratización
política, la urbanización, la ampliación de
la educación, el crecimiento del comercio e industria, la
migración y la emigración, especialmente en los
Estados Unidos, la rápida proliferación de los
medios de transporte y los medios masivos de
comunicación." 4

El establecimiento de la estantería abierta, como
toda innovación, tuvo sus críticas y argumentos en
contra, y se vertieron comentarios como el de Frederick Venton en
1886 quien dijo que "Una biblioteca es un diccionario, pero si
las palabras en el diccionario se mueven, cómo
podría utilizarse dentro de poco." 5

Los guardianes de la estantería consideraban esta
nueva disposición como un peligro para las colecciones. Se
pensaba que el hecho que todo mundo conociera las colecciones y
todos los temas de las novelas sobre moral y política
podrían tener efectos perniciosos en la moral,
inteligencia y comportamiento de sus lectores.
Simultáneamente también se dieron opiniones de
bibliotecarios liberales quienes consideraban que los buenos
libros también tendrían efectos benéficos en
el pensamiento de los lectores y que éstos
ayudarían a formar adultos íntegramente.
También se sostuvo que "tanto para los bibliotecarios y
usuarios el mejor catálogo eran los libros propiamente, ya
que en ellos se muestra directamente su calidad." 6

Otro comentario interesante de George T. Little
(1857-1915) que se vertió fue el siguiente: "Un estudiante
mueve de la estantería 4 ó 5 libros sobre un mismo
tema, da una mirada a sus contenidos y selecciona uno, esto sirve
más a sus propósitos ya que no sólo toma lo
más importante, si no que avanza un escaño, y se
dirige a un experimento, y al anhelo de la información.
También emplea sus facultades de la mejor manera se adapta
y refuerza su poder crítico estimulando su
percepción de la realidad." 7

La relación con el catálogo y la
localización de los libros en la estantería por
temas similares se ha preservado. Ahora la estantería debe
ser ordenada para investigar, consultar, explorar el
conocimiento, y la selección de las lecturas por los
mismos lectores.

Estantería
abierta: ventajas y desventajas

Antes de iniciar con las consideraciones de la
estantería abierta, es pertinente tener en cuenta que el
principal objetivo de las bibliotecas es hacer llegar a los
usuarios el conocimiento y la cultura que la humanidad ha
acumulado y que las bibliotecas preservan, diseminan, procesan,
organizan y difunden. Para lograr este propósito es
indispensable llevar a cabo una serie de tareas, que implican
inversión de recursos físicos, financieros, humanos
y tiempo. La serie de rutinas que se realizan para poner en la
estantería los materiales documentales son desconocidas
por los usuarios, poco valoradas y costosas. Cuando se trabaja
con estantería cerrada y se hace una evaluación del
uso de la colección se encuentra material
bibliográfico con contenidos de calidad que jamás
se han utilizado o bien que sus contenidos han sido superados;
las razones son diversas y entre otras, pueden ser: que el autor
no sea renombrado, la obra no haya tenido publicidad editorial,
sea una obra inédita, el título no refleje su
contenido y en el peor de los casos, que no haya estado dentro de
una bibliografía. Cabe mencionar una interesante
reflexión hecha por la maestra Estela Morales, en la
conferencia "Educación de usuarios en los noventas" con
respecto a los libros que jamás se han utilizado:
"¿qué tendrá más costo, que los
materiales se pierdan, se desencuadernen, se mutilen o que
jamás sean consultados?; ¿tendrán
algún costo en dinero los beneficios que proporciona la
consulta de los acervos?"

Lo anteriormente mencionado son sólo algunos
argumentos para reaccionar y convertir las bibliotecas en centros
dinámicos, activos, de fácil acceso y abierto, con
horarios amplios, con aspecto agradable, acogedor y familiar. Y
finalmente coadyuvar a que los materiales documentales sean
leídos y se participe activamente en el logro de los
objetivos de la Universidad. Es conveniente recordar qué
es la estantería abierta, observar sus ventajas y conocer
y prevenir las desventajas; Juan Iguíñiz define a
la Estantería Abierta como "Franquicia que se da
a los lectores de tener libre acceso a los anaqueles de ciertas
bibliotecas para que ellos mismos elijan y tomen las obras que
necesiten." 8

La estantería abierta significa libre acceso al
usuario para llegar a los estantes, tomar, comparar los
contenidos de las unidades documentales y seleccionar los que
más se apeguen a sus necesidades de información.
Los objetivos que se persiguen con el libre acceso a la
estantería son despertar el interés innato del
usuario y motiva el uso y aprovechamiento óptimo de los
recursos documentales.

Ventajas

  • Permite el contacto directo entre el usuario y las
    colecciones facultándolo para seleccionar los
    materiales documentales de su interés.

  • El usuario conoce la colección completa ya
    que tiene contacto directo con ella.

  • Ofrece la oportunidad de conocer alternativas de
    estudio aparte de su bibliografía básica,
    libros de texto o recomendaciones del profesor.

  • Se ofrece la oportunidad de utilizar las obras que
    requieren sin llenar solicitudes.

  • Ahorra tiempo al lector, evitando que después
    de determinado tiempo se le informe que el libro no se
    encuentra.

  • Se propicia el estudio espontáneo, motivando
    al usuario a leer, ya que puede localizar información
    de interés personal.

  • Ofrece al usuario la información contenida en
    el catálogo, así como toda la que pueda
    localizar directamente de los libros agrupados por materias
    similares a las que requiera.

  • Colabora en la obtención de usuarios
    satisfechos, propiciando la asistencia regular a la
    biblioteca y el aprendizaje del uso de los materiales
    documentales y los servicios de la biblioteca.

  • Se evita la subutilización de los acervos,
    por el desconocimiento de la existencia de obras valiosas
    pero sin publicidad comercial.

  • Se garantiza la no suspensión del
    préstamo interno por falta de personal de
    guardia.

  • Es posible un ahorro de recursos materiales, ya que
    las papeletas de préstamo sólo se
    utilizarán para los préstamos a domicilio, si
    no se cuenta con un programa de préstamo
    automatizado.

  • Se garantiza que el uso de la colección sea
    imparcial, evitando los préstamos
    especiales.

  • El personal bibliotecario tiene la oportunidad de
    interactuar con el usuario de manera directa,
    situación que le permite conocer más, para
    quién se realizan todas las actividades
    bibliotecarias.

Desventajas

  • Es posible que aumente el riesgo de robo y
    mutilación del material
    bibliográfico.

  • Es necesario planear rutinas para mantener el orden
    de la colección y tener siempre a disposición
    de los usuarios la totalidad del acervo.

  • Es difícil llevar controles
    estadísticos de préstamos por volumen y
    títulos.

  • La disposición de la estantería exige
    más espacio que el que se requiere en
    estantería cerrada.

  • El material bibliográfico se desencuaderna y
    deteriora porque aumenta el uso de los acervos, como
    consecuencia se requiere también que se aumenten los
    presupuestos para encuadernación y mantenimiento de
    los acervos.

  • Es necesario que todo el personal bibliotecario
    conozca el sistema de clasificación utilizado, por lo
    que quizá se le deba capacitar al respecto.

Las desventajas mencionadas anteriormente son evitables,
a través de la retroalimentación con experiencias
de bibliotecas que ya trabajan con estanterías abiertas, y
en el transcurso de las vivencias cotidianas de cada biblioteca,
además de implementar programas de formación de
usuarios como tarea inmediata, a fin de conseguir que los
usuarios sepan conducirse en las instalaciones. Una vez formados,
implementar programas de educación de usuarios para lograr
cambios de actitud hacia las bibliotecas. Esto puede lograrse
cuando el usuario haya disfrutado plenamente de los servicios de
la biblioteca. De lo expuesto anteriormente, se deduce que el
responsable de la biblioteca requerirá, entre otras cosas,
elaborar planes de trabajo tomando en cuenta todas las variables
que intervengan para abrir la estantería, como preparar
las colecciones, al personal, a sus usuarios y hacer
petición de recursos, bien fundamentados, necesarios para
abrir la estantería. Con el propósito de colaborar
un poco con esta difícil y ardua tarea, se mencionan a
continuación algunas sugerencias para prever algunos
problemas que se presentan al abrir las estanterías, con
los recursos físicos y humanos, además de
considerar que los usuarios no cuentan con formación
bibliotecaria y tienen pocos hábitos de
investigación.

Algunas sugerencias
para implementar estantería abierta en las
bibliotecas

Un requisito esencial de toda biblioteca es que cuente
con documentos de organización como manuales, donde el
personal encontrará información sobre la historia
de la biblioteca; objetivos de la misma; y también un
organigrama de la biblioteca que permita conocer la estructura de
la institución; los departamentos que integran los
servicios bibliotecarios y las jerarquías que guardan
dentro de la organización. Debe contener además los
procedimientos de las rutinas propias de la biblioteca,
así como las políticas que permitan conocer la
línea a seguir en ciertas actividades. Además de un
reglamento que norme el funcionamiento de las actividades
bibliotecarias. Existe la posibilidad de abrir la
estantería sin estos instrumentos, es factible dar acceso
directo con sólo modificar y establecer los lineamientos a
observar con la apertura a la estantería. Sin embargo se
considera importante contar con estas herramientas que
ayudarían a realizar con mayor facilidad y efectividad las
labores bibliotecarias con estantería abierta o cerrada,
teniendo en cuenta que el fin próximo es hacer un uso
directo de la colección por parte de los usuarios de
manera efectiva.

Es muy importante incluir dentro del
reglamento:

El uso y acomodo de los materiales bibliográficos
consultados, tomando en cuenta que los usuarios no deberán
devolverlos a su lugar, aunque conozcan el sistema de
clasificación; esto ayudaría a tener la
colección bien ordenada y a realizar estadísticas
de los materiales consultados.

La utilización de mesas de trabajo,
cubículos de estudio, máquinas de escribir,
número de documentos que se consultarán a la
vez.

La normalización en cuanto a las sanciones debe
ser muy específica y clara, respecto a los recursos
documentales; esto para evitar al máximo el marcado, las
mutilaciones y el hurto de los materiales
documentales.

Muchos problemas pueden evitarse difundiendo por todos
los medios posibles los derechos y obligaciones de los usuarios,
que deberán plasmarse en el reglamento, en cuya
elaboración deberá participar la Comisión de
Bibliotecas.

Es responsabilidad de los jefes de la biblioteca
desempeñar un papel importante en la Comisión de
Bibliotecas, con el fin de que la Comisión sirva de canal
entre las necesidades de información y la comunidad
universitaria y la biblioteca.

Recursos físicos

Al implementar el sistema de estantería abierta
se requiere, en la mayoría de las bibliotecas
universitarias que trabajan con estantería cerrada,
reubicación de áreas, remodelación o
ampliación de los locales y en algunos casos
construcción de nuevos edificios. Para planear la
redistribución de los acervos, remodelaciones o nuevos
edificios es conveniente consultar las normas establecidas por la
Asociación de Bibliotecarios de Enseñanza Superior
e Investigación y las normas de espacio del Mtro.
José Orozco Tenorio, para planear los espacios que deben
proveerse para usuarios y personal. Es recomendable aprovechar
las remodelaciones, para instalar salidas de emergencia, rampas
para minusválidos, colocar sistemas de detección de
incendios, si no se cuenta con ellos.

Con respecto al espacio requerido para estantería
con libre acceso a usuarios, Thompson y Metcalf ilustran que es
posible la circulación si se determina desde .910 m hasta
1.730 m de espacio entre estante y estante (uno frente de
otro).

Factor importante en los sistemas de estantería
abierta son los señalamientos para la ubicación
física de las áreas y la
estantería.

En algún lugar visible de la biblioteca
(mostrador de préstamo, catálogo de consulta, etc.)
se deben exhibir los requisitos para hacer uso de los servicios
bibliotecarios, además de colocar el directorio con
nombres y cargos del personal de la biblioteca. Antes de ofrecer
el libre acceso a los usuarios es conveniente instalar equipos de
seguridad en las salidas de la biblioteca, como los equipos de
seguridad electrónico: Sensormatic, Checkpoint, 3M o
cualquier otra marca; en la UNAM se optó por instalar
equipo de seguridad Sensormatic. Con la instalación de
este equipo se salvaguarda la colección pero hay que
aclarar que no es requisito para permitir el libre acceso a la
estantería. Sin embargo, se considera que es una
herramienta útil que proporciona beneficios como
prescindir de un guarda objetos y personal que lo atienda, y por
otro lado exige un vigilante en la puerta de salida. Para
instalar el equipo deberá colocarse etiquetas
magnéticas a cada unidad bibliográfica e instalar
protección en las ventanas. Si se decidiera instalar los
equipos de seguridad en la salida de la biblioteca e implementar
el programa "Circula" para las rutinas del préstamo,
será necesario planear el pegado de etiquetas
magnéticas en las colecciones; levantar un inventario del
acervo y la actualización de los registros de usuarios
para alimentar el programa "Circula". Además se sugiere
que se aproveche para actualizar los catálogos, hacer
descarte y darle mantenimiento a la colección.

Recursos
humanos

De vital importancia es hablar de las
características del personal que deberá supervisar
la orientación a usuarios y es pertinente, que el
responsable de servicios al público sea un profesional con
vocación de servicio, sensato, con madurez para
enfrentarse y resolver los problemas disciplinarios que pudieran
surgir; que tenga conocimiento del sistema de
clasificación utilizada, para que pueda capacitar acerca
de: el arreglo estricto de la colección y que cualquier
miembro del personal localice una unidad documental mal ubicada
en la estantería; el manejo de los catálogos; la
interpretación rápida, oportuna y acertada de las
necesidades de información. Las características del
personal que oriente al usuario deberán ser: contar con
excelente memoria, ser sociables, amables, corteses, flexibles,
con don de gentes, sin problemas de comunicación, con
iniciativa, con amplio criterio, personas que no se limiten a
ofrecer información con sus propios recursos, sino que
conozcan y manejen instrumentos que les permitan orientar al
usuario en la consulta con otros acervos. La orientación
adecuada del usuario requiere que los responsables hagan captar a
sus colaboradores y usuarios lo que representa tener libre acceso
a la estantería, que haga notar las repercusiones y el
trabajo que conlleva trabajar con este sistema. La
capacitación para el personal que oriente a los usuarios
podrá tener como objetivo hacer que el personal sea capaz
de proyectar sus conocimientos del acervo hacia las demandas de
información de los usuarios. Aunque es un trabajo
laborioso, es conveniente pensar en realizar estudios de tiempos
y movimientos para todas las rutinas y muy especialmente en la de
la colocación de los materiales utilizados, para lograr
mantenerlos siempre en su lugar y a disposición del
usuario. Dentro de las peticiones es necesario incluir que se
envíe un vigilante por turno, ex profeso para la
biblioteca.

Usuarios

Es necesario preparar para los usuarios programas de
formación y educación de usuarios.

La vigilancia en los acervos deberá ser discreta
y psicológica, con una actitud de cooperación, de
orientación en el uso de los materiales documentales y en
las búsquedas bibliográficas.

Servicios

Las rutinas de préstamos se simplifican,
instalando programas computarizados para el control de usuarios y
de préstamos como el programa "Circula" o cualquier otro
programa para este fin. La Dirección General de
Bibliotecas de la UNAM está enviando a las bibliotecas del
sistema equipos de cómputo incluyendo el programa
"Circula".

Es necesario aclarar que la implementación de
este programa no es requisito indispensable para proporcionar
libre acceso a la estantería; sin embargo, es recomendable
para simplificar los trabajos de préstamo y así
poder reforzar la tarea de orientación en el uso
óptimo de los recursos documentales y de los servicios
bibliotecarios.

Recursos
documentales

Es importante que la colección general de todas
las bibliotecas se abra al público; sin embargo,
habrá colecciones de bibliotecas especiales como acervos
históricos, bibliotecas de arte, o con material exclusivo,
delicado, muy costoso, que requiera preservarse y que se
pondría en riesgo si se ofreciera la consulta a todo tipo
de usuario.

La sección de consulta en la mayoría de
las bibliotecas ya tiene libre acceso. Este servicio no
representa mucha dificultad pues el uso de los materiales suele
ser rápido.

La sección de reserva en las bibliotecas de
enseñanza media superior es muy importante y delicada,
porque debe garantizarse que todos los usuarios tengan las mismas
oportunidades de disponer del material de esta sección y
realizar las lecturas asignadas, ya que este servicio es de los
más solicitados, por proporcionar lecturas a grandes
grupos de estudiantes. Es conveniente que se localice en una sala
aparte, y estudiar la conveniencia de tener la estantería
cerrada o abierta, dependiendo de los recursos humanos y
bibliográficos con que se cuente.

Para proporcionar este servicio de manera eficiente es
pertinente retomar las recomendaciones que ofrece Wilson en su
libro "Bibliotecas Universitarias" y que a continuación se
mencionan:

"1. Hacer que los profesores se aseguren que los libros
que solicitan en las bibliografías se encuentren en la
colección de esta sección.

2. Pedir de manera formal que cuando cambien o se
actualicen los programas de estudio se solicite la
adquisición de material bibliográfico con el tiempo
pertinente para que la biblioteca los ponga a disposición
de los usuarios.

3. Insistir en que los profesores sean cuidadosos en la
selección de las obras recomendadas, es decir, que se
localicen materiales que puedan adquirirse en el
mercado.

4. Procurar que el número de ejemplares repetidos
sean suficientes para satisfacer a los usuarios que requieran del
servicio." 9

Se sugiere que los materiales de la sección de
reserva tengan marcas identificables, que guíen a las
personas responsables del préstamo externo, si no es
posible tener el acervo aparte. Si se decide prestar a domicilio
el material de ésta sección es conveniente que se
haga solamente con préstamo nocturno, o sólo el fin
de semana. Una recomendación más: los acervos
pueden adaptarse a los ciclos de estudios. Si se trabaja por
semestres en la institución, conteniendo en el acervo los
materiales bibliográficos correspondientes al semestre,
los cambios en el acervo pueden realizarse en el periodo
intersemestral.

Es necesario aclarar que las sugerencias plasmadas en
este documento no son todas las que debieran hacerse, ya que la
situación de cada una de las bibliotecas es diferente en
cuanto a recursos y sus necesidades, por lo tanto, serán
distintas. En espera de que esta modesta aportación sirva
para que los responsables de las bibliotecas que aún
trabajan con estantería cerrada, tomen en cuenta estas
sugerencias y abran la posibilidad de unir esfuerzos con las
metas planteadas por la actual Rectoría, y aprovechar la
oportunidad de reafirmar el importante papel de las bibliotecas
en el sistema educativo.

Notas

1.       Reglamento
General del Sistema Bibliotecario de la Universidad Nacional
Autónoma de México. En: Gaceta UNAM : suplemento
especial. Julio, 26, 1990. p.2

2.       Sarukhán
K., José. Programa de trabajo de 1990. En: Gaceta UNAM:
suplemento especial. Febrero 14 de 1990.

3.       Sarukhán
K., José. Proyecto de Universidad: mensaje a la comunidad
universitaria con motivo de la ceremonia del día del
maestro. México: UNAM, 1990. p. 5

4.       Richard Joseph
Hyman. Access to library collections: An inquiry into the
Validity of the direct shelf approach, with special reference to
browsing Metuchen, N.J. Screcrow, 1972. p. 73

5.       Winsor, Justin.
"Library Buildings" in: U.S. Bureau of Education. Public
Libraries in the United States of America: their history,
condition and management. Special Report, part I. Washington:
Govt. Print Off., 1876. p. 466

6.       Cutter, Ch. A.
Close classification with special reference to Messrs. Perkins,
Schwartz and Dewey. Library Journal 11, July 1886, o,
180

7.       Little, George T.
School and college libr4aries. In: U.S. Bureau of Education.
Report of the Commissioner for Education for 1892-1893, 2v.
Washington: Govt. Print Off., 1985. 2:294

8.       Iguiñiz,
Juan B. Léxico bibliográfico. 2ª. Ed.
México: UNAM, Instituto de Investigaciones
Bibliográficas, 1987. p. 20

9.       Wilson, L.R. y
Tauber, M.F. La biblioteca universitaria su organización,
administración y funciones. Washington: Secretaría
General, Organización de los Estados Americanos, 1953.
(Manuales del bibliotecario, NO. 4) p. 161

Bibliografía

1.       Reglamento
General del Sistema Bibliotecario de la Universidad Nacional
Autónoma de México. En: Gaceta UNAM : suplemento
especial. Julio, 26, 1990. 8 p.

2.       Sarukhán
K., José. Programa de trabajo 1990. En: Gaceta UNAM:
suplemento especial. Febrero 14 de 1990. 12 p.

3.       Sarukhán
K., José. Proyecto de Universidad: mensaje a la comunidad
universitaria con motivo de la ceremonia del día del
maestro. México: UNAM, 1990. 18 p.

4.       Garduño
Vera, Roberto. La estantería abierta en la biblioteca
universitaria. Documento mecanografiado.

5.       Hyman, Richard J.
Self access in libraries. Chicago: American Library Association,
1982 (ALA studies in librarianship; No. 9)

6.       Iguiñiz,
Juan B. Léxico bibliográfico. 2ª. ed.
México: UNAM. 1987. 306 p.

7.       Jornadas
Mexicanas de Biblioteconomía, 12, San Luis Potosí,
S.L.P., 1981. Memorias. México: AMBAC, 1982. 178
p.

8.       Jornadas
Mexicanas de Biblioteconomía. Bibliografía y Canje.
1, México, D.F. 1956. Informe final. México, D.F. :
Asociación Mexicana de Bibliotecarios y Centro de
Documentación Científica y Técnica de
México, 1957. p. 102-106.

9.       Wheeler, J.L. y
Goldhor H. Administración práctica de bibliotecas
públicas. México: F.C.E., 1970. 603 p.

10.   Wilson, L.R. y Tauber, M.F. La
biblioteca universitaria: su organización,
administración y funciones. Washington: Secretaría
General, Organización de los Estados Americanos, 1963. 389
p.

 

Enviado por:

Javier Mejía T.

Tomado de: Ma. Esther Mendoza Zavala

Blanca Estela Solís
Valdespino

Dirección General de Bibliotecas

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