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Hacia un concepto de publiperiodismo: una propuesta desde el periodismo de calidad



    INTRODUCCIÓN

    Los medios de comunicación masivos son efectivas
    instituciones que aportan a la sociedad entregando, sobre todo,
    información. Así, no es muy difícil pensar
    por qué han logrado el grado de penetración del
    cual hoy somos testigos, influyendo fuertemente en la
    creación de opinión pública y, en
    definitiva, del desarrollo de un territorio
    determinado.

    En este contexto, la transformación que las
    empresas periodísticas lograron en los últimos
    años, podemos decir de forma muy preliminar, ha sido el
    reflejo de una sociedad que también ha ido cambiando. Si
    hacemos un pequeño recorrido por la historia de los
    medios, al analizar la época de los noventa, nos
    percataremos cómo la empresa privada lentamente
    comenzó a llenar carillas de los
    periódicos.

    Desde esos años fueron noticia las fusiones entre
    grandes compañías, las quiebras, las estrategias de
    uno y de otro, y la verdad es que la recepción en el
    público no fue nada de mala. No pasaría mucho
    tiempo más hasta que los medios y las empresas se dieran
    cuenta de todo el provecho que se podía dar al
    fenómeno, con claros beneficios para ambos. Así
    nacieron los publirreportajes; textos pagados que tenían
    por objetivo dar a conocer las bondades de un determinado
    producto, servicio, compañía o
    ejecutivo.

    Este fenómeno es el que analiza el presente
    seminario, sin otro objetivo que dejar testimonio de una
    situación que en algún momento se vio como un vicio
    en el trabajo periodístico pero que, creemos, tiene todo
    un potencial explotable tanto para dar trabajo a los
    profesionales, entregar beneficios a las empresas que pagan por
    publicar y, finalmente, dotar de información útil a
    un lector que sabe perfectamente qué está leyendo y
    qué no.

    Así, luego de analizar textos, sostener
    entrevistas con periodistas que están insertos en los
    medios y de pensar hasta dónde podríamos llegar con
    nuestra investigación, pudimos definir un
    problema concreto: la falta de rigurosidad. Este será el
    tema principal que inspira el presente documento, dejando un
    registro de la carencia de profesionalismo que aqueja este tipo
    de publicaciones tanto en cuanto a rigurosidad, aspectos
    informativos, éticos y de formato. Así, muchas
    veces, tiene muy poca veracidad para el lector y no logran
    cumplir su objetivo propuesto.

    Para hacer el presente análisis se realizó
    un marco de antecedentes, que vino a constituir el primer
    capítulo del seminario. Aquí se ahondó en el
    nacimiento del periodismo y cómo poco a poco fue
    interactuando con la publicidad. La estrategia de trabajo
    propuesta hizo que, en primer lugar, se contextualicen estos
    hallazgos a nuestro país y luego a Temuco.

    En primer lugar, recurrimos a la publicación de
    la Universidad Católica de Chile, de Jacqueline
    Dussaillant Christie, titulada "Breve historia de los avisos
    publicitarios en los principales periódicos chilenos,
    1850-1920". Así pudimos visualizar cómo se
    estructuraban los primeros avisos que llegaron al país,
    cómo se redactaban y qué tipo de productos se daban
    a conocer.

    El autor, Carlos Barrera, con su libro "Historia del
    Periodismo Universal", nos aportó con antecedentes claro
    que permitieron contextualizar datos de los comienzos de esta
    profesión, cómo se materializaron los primeros
    medios de comunicación y cuál fue el rol que
    tuvieron en la sociedad. Así obtuvimos datos tan
    básicos que hablaban sobre la creación de la
    imprenta y cómo ayudó a la fundación de los
    primeros periódicos hasta otros más complejos como
    los distintos formatos de redacción que actualmente se
    utilizan.

    El siguiente paso era hacer un sólido marco
    teórico. Allí se hizo un recorrido por autores que
    hablan sobre el periodismo de calidad. Desde la mirada de
    Lasswell con su modelo básico de comunicación hasta
    la teoría un poco más dura de Martín Vivaldi
    que analiza formas narrativas contribuyeron a crear una base para
    analizar posteriormente lo que este seminario denomina
    "publiperiodismo".

    Con todo esto, se realizó una propuesta sobre
    este concepto que une de forma amigable, el periodismo con la
    publicidad, en que la primera disciplina pone en servicio de la
    otra toda su credibilidad, medios de comunicación y formas
    narrativas, pero con una sólida base ética de la
    cual se hacen algunos esbozos dentro del marco
    teórico.

    El tercer capítulo aborda la metodología
    que se utilizó para el seminario, dejando en claro que se
    utilizaron métodos cuantitativos para hacer encuestas
    donde se analizó la calidad informativa de los medios. Los
    métodos cualitativos también estuvieron presentes
    en la investigación, con entrevistas
    semi-estructuradas.

    Parte de la metodología fue, además, una
    revisión documental que se realizó en dependencias
    de la Biblioteca Municipal de Temuco. El análisis se
    concentró en el mes de noviembre de 1926, además de
    mayo, junio y julio del año 1932, con la finalidad de
    observar y concluir cómo el periodismo y la publicidad
    interactuaba en la prensa escrita de La Araucanía con El
    Diario Austral.

    I. MARCO DE
    ANTECEDENTES

    1.1 Historia y orígenes del
    periodismo

    Durante épocas pasadas existían distintos
    tipos de comunicación y formas de narración, que
    sin duda se pueden categorizar como una forma primitiva del
    periodismo. Como explican los libros de historia universal, cada
    una de las civilizaciones deseaba relatar y dejar registro de
    todos aquellos hechos que reconocían como importantes y
    relevantes para su cultura.

    En este contexto se encuentran los romanos y los
    griegos, pueblos emblemáticos que han marcado la historia,
    gracias a los vestigios políticos y
    religiosos que hasta hoy se mantienen. Alejandro Magno
    llevaba a sus campañas escribas o cronistas para que
    narraran sus hazañas, es por esto, que grandes
    historiadores como Homero, Jenofonte, Heródoto y
    Túcidides han sido comparados con periodistas.

    El soporte que utilizaban en esos años, era el
    papiro, una especie de papel extraído de una planta
    acuática muy común en la cuenca
    mediterránea, además de cuero que también
    fue llamado "pergamino". Sin embargo, la producción de
    estos últimos tenía un alto precio, ya que cada
    libro de 18 páginas, necesitaba al menos 15 ovejas de
    cuero muy fino.

    Por otro lado, los chinos ya conocían el papel
    desde el año 105 antes de Cristo y habían guardado
    el secreto durante siglos. Su elaboración se basaba en los
    desechos de la seda, de cáñamo e incluso del
    algodón. Este gran invento se le atribuye a Cai Lun, un
    consejero imperial chino de la dinastía Han. El secreto se
    mantuvo hasta el siglo IX, cuando una expedición
    árabe dio cuenta de él y pronto lo llevaron a las
    que hoy son España y Sicilia. La elaboración de
    papel se extendió a Francia, el siglo XII,
    donde lo producían utilizando
    lino.1

    Esta reservada cultura oriental, también
    poseía un método de imprenta en el año 500
    después de Cristo, basada en la xilografía o la
    impresión por medio de caracteres grabados en
    madera.

    Jaime Guillamet, destacado periodista español,
    señala que esto no podía ser considerado
    periodismo, pues para esto se deben cumplir ciertos
    requisitos: "(…) la palabra periodismo deriva de la
    existencia de publicaciones periodísticas. La

    periodicidad comporta una actividad regular y
    continuada de captación y difusión de

    noticias, la adopción de unos criterios de trabajos
    y la aparición de un ejercicio
    profesional."2

    De acuerdo a la visión de Guillamet,
    podríamos decir que el antecedente más
    próximo a la actividad periodística, es el de las
    noticias manuscritas que circulaban por Europa desde el
    año 1200. Éstas, generalmente, eran
    correspondencias privadas de militares, eclesiásticos y
    hombres de negocios.

    Ya en el siglo XIV, las noticias manuscritas lograron un
    buen mercado en Francia y, gracias a su posición
    comercial, Venecia se convirtió en el mayor centro de
    difusión. Allí es donde surgen las primeras
    "gacetas". Según muchos periodistas de la época,
    éstas "eran hojas manuscritas que tenían data y
    lugar donde se escribían, además en algunas de
    ellas se escribía el nombre del compilador.
    Éstas
    continuaron escribiéndose y
    publicándose hasta 1577".3

    Los encargados de su difusión, por así
    decirlo, fueron artesanos y mercaderes que provenían de
    apartados lugares y despertaban el interés de quienes
    escuchaban sus relatos. Esta necesidad de la gente de tener
    "nuevas", los convirtieron en los mercaderes de la noticia,
    quienes supuestamente vendían certeza y exactitud en
    cualquier información a un grupo de clientes reducidos y
    poderosos.

    No obstante, entrado el siglo XV, se conocieron las
    primeras bases del periodismo. Esto fue gracias al invento de la
    imprenta en Alemania, país donde Johan Gänsefleisch,
    Gutemberg, desarrolló su invento. El hijo de un orfebre,
    se trasladó a Estrasburgo donde desarrolló algunas
    técnicas nuevas y más prácticas. A penas
    surgió el primer ejemplar de esta nueva invención,
    no tardaron en multiplicarse por toda Europa las
    máquinas similares.

    Así nacieron importantes centros de
    impresión, tales como los germanos de Mainz y los
    italianos de Venecia. Es precisamente en estos centros donde
    surgieron los primeros indicios de las noticias impresas, como
    por ejemplo los avissi. Éstos tomaron mucha
    fuerza incluso en lugares distantes, por su buena calidad y por
    su carácter internacional, ya que incluían noticias
    de guerras que asolaban a Europa, además de otros temas de
    importancia.

    Estos primeros intentos de periódicos,
    ciertamente respondían a un afán de informar y
    entregar hechos de actualidad al lector, sin embargo, no dejaban
    de ser hojas sueltas sin periodicidad.4

    Pese a todo esto, la imprenta no logró destronar
    por mucho tiempo a las noticias manuscritas, ya en el año
    1486, 32 años después de su invención, la
    imprenta sufrió una censura impuesta por los gobiernos y
    religiones. Estos, se oponía a la difusión de
    ideales que pusieran en juego su gobierno y que pudieran traer
    una revolución del pueblo en contra suya, por lo que
    censuró a todos los tipos de impresos que
    existían.

    Para Jaime Guillamet, "la censura aseguraba
    indirectamente la pervivencia del comercio privado de noticias
    manuscritas en los artículos más restringidos del
    poder político y
    económico."5

    Más tarde, en 1609, aparecieron en Alemania los
    dos primeros periódicos semanales: "Aviso", en
    Wolfenbuttël, y "Relation", en Stranburgo. Estas
    gacetas incluían noticias precedentes de
    distintas ciudades, que generalmente se referían a
    política exterior y a guerras, en tanto que los
    asuntos internos eran apenas
    mencionados.6

    En 1610 comenzaron a elaborarse pequeños
    cuadernos impresos con noticias de no más de diez
    páginas, siendo los primeros periódicos que tomaron
    las formas que hoy conocemos. Ellos fueron los encargados de
    diferenciar las tres áreas del periodismo que conocemos
    hasta nuestros días: la noticia o "relaciones", la
    opinión o "libelos" y los relatos de hechos curiosos o
    "canards".

    Además de la periodicidad de los escritos era muy
    importante su circulación, ya que sin ésta, el
    crecimiento del periodismo se hubiese visto truncado. Es
    aquí donde el servicio público de correo toma
    protagonismo. En 1409 el servicio alemán "Thurn und Taxis"
    estableció una red de correos que unía a toda
    Europa y semanalmente hacía llegar correspondencia, eso
    sí, con una tardanza de una semana, ya que debía
    recorrer más de 12 kilómetros.

    "Es así como la imprenta y la posta, he
    aquí reunidas las dos condiciones necesarias para los
    comienzos del periódico"7. Por
    lo tanto, el desarrollo de la imprenta y el servicio postal
    hicieron que no sólo, el periódico se
    perfeccionara, sino que también existiera una periodicidad
    de las hojas impresas.

    Muchos años después, comenzó a
    participar el ferrocarril, el barco a vapor y sobre todo el
    telégrafo que logró, entre otras, agilizar el
    proceso de comunicación.

    En 1615, en Francfort del Meno,
    nació el "Frankfurten Journal"; en 1640,
    en Italia, la "Gazzeta pública"; en
    1641, en Barcelona, se fundó la "Gaceta semanal",
    en 1661; en Madrid, nació "la Gaceta"; en
    1695, en Inglaterra, el "Stanford Mercury", modelo que
    sería copiado en México, años más
    tarde, y que daría como resultado la
    publicación de "El Mercurio
    Volante".

    Las gacetas pusieron interés en la
    publicación de noticias de actualidad, mientras que los
    mercurios se dedicaron, preferentemente, a los artículos
    de opinión y comentarios sobre acontecimientos culturales
    y políticos.

    La mayoría de estos impresos utilizaban distintos
    géneros o formas de narración para expresarse, pues
    no sucedía, como hoy en día, que dentro de un mismo
    periódico existen varios géneros.

    Pese a los grandes avances y proliferación de los
    periódicos el mundo entero, la llegada de la libertad de
    imprenta fue tardía y escalonada. Primero la obtuvo
    Inglaterra en 1695, luego Estados Unidos en 1786, Francia en 1789
    y, por último, España en 1810.

    En Francia la libertad de prensa
    llegó gracias a la revolución. No obstante
    en 1805 el gobierno jacobino no admitió esta
    libertad y ejerció un fuerte control de los medios de
    comunicación, obra de la que se aprovechó
    Napoleón dominando toda la prensa Francesa.

    Inglaterra, que se había caracterizado en el
    siglo XVIII por el control de la prensa según
    planteamientos burgueses, en 1792 aprobó la Libel
    Act
    , que explica José Sánchez Aranda, profesor
    de la facultad de comunicación pública, de la
    Universidad de Navarra, España y autor de la Historia del
    periodismo Universal. "…Esta tenía un aspecto de
    transición: reforzaba el sistema para acabar con el
    líbelo y junto con esto se instauró la libertad de
    prensa y el principio de que el jurado podía entender en
    cuestiones de derecho y no sólo de hecho, y además
    podía absolver de
    un delito y no
    sólo determinar que una persona lo había
    cometido".8

    Así, gran cantidad de periódicos pudieron
    circular, pero el problema era conseguir apoyo financiero para
    poder subsistir. La prensa se tornó cara y
    sólo estaba al alcance de una minoría.
    Los dueños tuvieron que subir los precios de sus
    periódicos y la publicidad escaseaba, ya que aún no
    se establecía como un modo de financiamiento.

    El caso de Estados Unidos fue totalmente diferente.
    Desde su fundación como país, la libertad de prensa
    comenzó a funcionar. Sánchez explica que "ya antes
    de la aprobación de la constitución del año
    1789, los estados habían aprobado declaraciones en las
    cuales se afirmaba la necesidad de una prensa libre, y por tanto,
    su defensa […] en la declaración de Virginia de junio de
    1796 se afirmaba solemnemente que < la libertad de prensa es
    uno de los grandes baluartes de la libertad y nunca puede ser
    restringida, salvo por gobiernos despóticos
    >".9

    Luego de la instalación de los regímenes
    más liberales en el mundo, la prensa fue ganando un lugar
    gracias a la libertad otorgada. Sin embargo, libertad al modo
    burgués, ya que controlaban esta liberación medial
    a través del factor económico y asegurándose
    que sólo ellos tuvieran la posibilidad de publicar. La
    respuesta organizada a esta situación no se hizo esperar;
    nacieron periódicos clandestinos, formados generalmente
    por la sociedad adinerada, quienes compraban una supuesta
    libertad.

    Los burgueses crearon publicaciones de carácter
    popular que, nacidas en el siglo XVII, adquirieron un amplio
    desarrollo a lo largo del XVIII: los almanaques y
    pronósticos. Eran libros de aspecto inofensivo, adornados
    con imágenes, que se distribuían a miles de
    personas por los pueblos y ciudades. Ofrecían, bajo el
    pretexto de informar del tiempo, los más
    variados contenidos.10

    1.2
    Orígenes de la prensa popular

    Pasado el tiempo la aparición de los
    periódicos clandestinos, trajo grandes consecuencias
    económicas para el periodismo, transformando radicalmente
    el trabajo. Las empresas periodísticas introdujeron
    innovaciones técnicas, establecieron una infraestructura
    informativa para la recogida de noticias y mejoraron los sistemas
    de distribución, a medida que se desarrollaron las redes
    del ferrocarril.

    Pronto aparecieron empresarios con una nueva mentalidad
    y, gracias a sus fines lucrativos, modernizaron sus empresas,
    redujeron costos y aumentaron la capacidad productiva. Esto se
    logró gracias al nacimiento de la prensa
    noticiera,
    desligada supuestamente, de los poderosos,
    "…del aumento de las tiradas, que fue posible en la medida en
    que fueron desapareciendo las cargas fiscales y administrativas
    típicas del liberalismo burgués, se
    desarrolló especialmente la venta callejera o al
    número. Apareció, de este modo, lo que algunos
    denominan la primera prensa popular, que tuvo mucho que ver con
    el aumento de publicidad: no en vano la
    prensa
    se difundió más porque era más barata que
    antes".11

    En este aumento, también influyeron los avances
    de los métodos de fabricación, lo que hizo posible,
    tirar un gran número de ejemplares en menos tiempo y con
    mejor calidad. El otro factor que incidió fue la
    aparición de agencias informativas como empresas dedicadas
    al comercio de la información.

    El periódico popular surgió con "The New
    York Sun", en Estados Unidos en el año 1833, que se
    posicionó como la primera prensa barata. Esta
    invención poseía dos características
    innovadoras: nuevos temas y la consideración de publicidad
    como elemento fundamental de la actividad informativa. Como
    señala José Javier Sánchez, "en
    concreto, el Sun se presentó como un diario barato… para
    contrapesar las pérdidas relativas que suponía
    costar menos que los competidores, buscaba una tirada grande que
    se convirtiera en objeto deseado por los anunciantes. Estos,
    en
    efecto, valoraron positivamente ese
    soporte y llenaron sus páginas".

    Surgió así la certeza de que sólo
    se podía sustentar un periódico -no
    político- con publicidad. Con ello, se dio pie al
    nacimiento de un gran entramado empresarial, que favoreció
    la incorporación de departamentos encargados de captar
    publicidad al interior de los periódicos.

    Este modelo pronto se comenzó a imitar por todo
    New York, traspasando las fronteras para llegar a Europa.
    Allí el editor francés, Emile de Girardin,
    sacó adelante la publicación "La Presse", que
    abrió a los avisos comerciales. Logró 10 mil
    suscriptores en los primeros seis meses. Girardin señalaba
    que era necesario reducir al máximo el precio de venta
    para lograr la máxima cantidad de compradores, ya que la
    publicidad pagaría por el lector. Y así fue hasta
    nuestros días.

    Al mismo tiempo se crearon las "agencias de noticias".
    La sociedad, en general, había aumentado su necesidad de
    conocer cosas y demandaba cada día más
    información. Se producían más noticias y con
    mayor rapidez en lugares cada vez más lejanos. Los medios
    de comunicación, por motivos económicos, no eran
    capaces de cubrir tantos sucesos en lugares tan distantes, por lo
    que dispusieron de los medios humanos y técnicos para
    estar presente en todos aquellos focos mundiales que
    producían información.

    Las primeras agencias de información aparecieron
    en los países con intereses coloniales: Associated Press
    en Estados Unidos, Agence France-Presse en Francia, Reuters en
    Gran Bretaña y Wolf en Alemania.

    Los factores que influyeron para que en esos
    países se diera el periodismo como empresa fueron, la
    industrialización a gran escala, los problemas laborales,
    el acelerado proceso de urbanización con desplazamiento de
    numerosas personas a las ciudades y el desarrollo de las
    comunicaciones.

    José Javier Sánchez señala que en
    esta época, se intentó pasar de un liberalismo de
    minorías a otro de masas, para hacer que todos los hombres
    llegaran a ser ese hombre nuevo que proclamaba la
    ideología liberal.

    En estos años se modificó el concepto de
    periódico, en cuanto a su función social. Varios
    periodistas sentían que debían cambiar lo que
    estaba incorrecto, se sentían llamados a mejorar las
    condiciones sociales y económicas.

    En el libro Historia del Periodismo Universal,
    Sánchez explica que las características más
    destacables de los periódicos en esos tiempos
    eran:

    a) Las grandes redacciones: Estaban formadas por
    equipos de personas, con distribuciones de funciones y jefatura
    intermedias que aglutinaban tanto a redactores de calle como de
    mesa.

    b) La ampliación en sus contenidos:
    Necesario por la incorporación de nuevas facetas de la
    actualidad a las páginas de los diarios. Como por ejemplo,
    los deportes.

    c) La mejora de la presentación externa de los
    periódicos
    : debida a la mejora de las técnicas
    de composición e impresión del
    periódico.

    d) El papel de las mujeres: Famosas periodistas
    de entonces como Neille Bly y Annie Lurei parecían poco
    menos que imprescindibles para cualquier diario que se preciase
    de tal.

    En plena edad de oro del periodismo, que
    abarcó desde la segunda mitad del XIX hasta
    la Primera Guerra Mundial, Joseph Pulitzer lanza el New York
    World
    en 1883, y renació el periodismo
    de masas sensacionalista, bautizado como el "New
    Journalism". El World batió todos
    los record, vendiendo un millón de ejemplares en
    1897. Además, impuso la edición dominical en
    la prensa, dedicada al entretenimiento. Con esto
    Pulitzer introdujo un nuevo modo de elaborar la
    información para alcanzar a sectores de la
    población aún ajenos al periodismo. Esta modalidad
    tuvo un gran éxito y potenció el periódico
    de antes, haciéndolo más glamoroso.

    A fines de siglo, Pulitzer se enmarcó como uno de
    los máximos representantes del nuevo sensacionalismo
    norteamericano. Este nuevo periodismo tenía un precio
    más barato, lenguaje sencillo, presentación formal
    llamativa, autopromoción constante del periódico,
    búsqueda de identificación con el lector,
    provocación de la noticia y la mejora de los elementos
    informativos.

    Pronto se convirtió en defensor de los intereses
    de los lectores. En sus periódicos tocaban contenidos
    humanos, capaces de atraer a un público amplio,
    defendiendo aquellos principios comunes de la mayoría de
    sus lectores. Pronto comenzó a instaurar campañas
    de defensa humanitarias, denuncias de situaciones injustas,
    mejoras higiénicas, inmigración, etc. convirtiendo
    a la prensa en agitadora del grupo social.

    En la época de los noventa, en el siglo XIX, el
    liderazgo de Pulitzer se vio truncado por Randolph Hearst, quien
    publicó el San Francisco Examiner y el New
    York Morning Journal.
    Con estos periódicos se
    convirtió en el máximo representante del
    sensacionalismo periodístico y el presunto responsable del
    "Yellow Journalism" o prensa amarilla. Esta es definida por sus
    detractores como "el periodismo sin alma" y "sin ética".
    Además Hearst, para lograr vender más
    periódicos que Pulitzer, bajó el precio de sus
    productos en un centavo y utilizó las técnicas
    sensacionalistas hasta la exageración. La mayor fama la
    logró gracias a las guerras o asesinatos, modificando y
    utilizando recursos amarillistas.

    En 1901 fue asesinado por un desconocido, presuntamente
    motivado por uno de los escritos de Hearst. Posteriormente, en
    Europa se conocieron casos similares al periódico
    amarillista, como por ejemplo el Daily Mirror inglés y Le
    Matin de Francia.

    Luego del enfrentamiento de estas dos corrientes
    periodísticas –las de Joseph Pulitzer y Radolph
    Hearst- nacieron los periodistas de investigación que se
    abanderaban por los más desposeídos de poder. Estos
    profesionales recibieron el nombre de Muckrakers o
    "escarbadores de mierda". Utilizaron un estilo de calidad e
    hicieron que la prensa contribuyera eficazmente al amplio
    movimiento progresista de comienzos del siglo. Sin embargo, la
    fórmula amarillista comenzó a agotarse ya que sus
    lectores notaron que era de inferior calidad, que poseía
    mucha opinión y pocos hechos informativos.

    Finalmente en toda Europa y Estados Unidos
    comenzó a tomar revuelo la antigua visión de
    Pulitzer, en donde los medios no podían opinar, sino
    sólo dar a conocer hechos noticiosos, es decir, ser
    objetivos. Luego los periódicos no sólo
    vendían los ejemplares sino que les otorgaba el plus de la
    credibilidad.

    1.3 Historia y
    orígenes de la publicidad

    Según textos de publicidad, los primeros indicios
    de esta disciplina se encontraban en inscripciones en tablas,
    pinturas rupestres y papiros con mensajes que informaban sobre
    los productos que se encontraban disponibles, además de
    sucesos de importancia para la sociedad.

    Las historias contadas por Heródoto, el griego
    considerado padre de la historiografía, muestran que
    debido al alto grado de analfabetismo que existía antes de
    la llegada de la imprenta, las caravanas de mercaderes
    babilónicos se valían de pregoneros, hombres
    heraldos de voz potente y clara pronunciación para
    anunciar sus productos. Sánchez Guzmán explica
    acerca de los personajes de la época, "las acciones de
    los charlatanes tienen dos partes, saber el fin y los medios
    para
    conseguir ese fin; el fin es vender v los
    medios son el embuste, la farsa y la
    comedia"12

    Luego, en 1440 la comunicación tuvo un cambio
    rotundo con la invención de la imprenta. Johan Gutenberg
    abrió paso a la comunicación de masas, con lo cual
    aumentó el alfabetismo, gracias a que los medios impresos
    llegaban a un mayor número de personas, lo que
    influyó en que los anunciantes quisieran estar presentes
    en carteles, letreros y anuncios clasificados de los
    periódicos. Fue en 1472 cuando el impresor William Caxton
    redactó la primera publicidad impresa en inglés, la
    cual anunciaba un libro religioso.

    Como bien menciona Jacqueline Dussalllant Christie en su
    Tesis, "Breve historia de los avisos publicitarios en los
    principales periódicos chilenos 1850 –
    1820", existen otros indicios de la publicidad. Ejemplo de
    esto fueron algunos proyectos consignados a establecer oficinas
    que tuvieran como objetivo unir las ofertas y las demandas. El
    padre de Montaigne dijo en uno de sus ensayos, demostrando su
    interés en la creación de esas oficinas, que
    "cierto lugar designado, al cual pudieran acudir aquellos que
    tuvieran necesidad de alguna cosa y que anotara su asunto un
    oficial establecido para este efecto; como quiero vender perla,
    busco perlas que vender. Uno quiere ir a Paris, otro necesita un
    servidor de tales cualidades, otro un maestro, otro necesita un
    obrero; ya esto, ya aquello, cada uno

    según su
    necesidad".
    13

    En el año 1611 dos cortesanos del Rey de
    Inglaterra, Jacobo I, obtuvieron permiso para establecer
    relaciones entre compradores y vendedores. Esto lo
    hacían mediante una oficina donde se
    establecían los informes de compra y venta. Sin embargo,
    no prosperó.

    No fue hasta 1655, como señala el libro14
    "Publicidad, principios y prácticas", que la palabra
    publicidad hizo su primera aparición. La Biblia fue la
    pionera en utilizar este término como forma de prevenir
    algún suceso. Desde ahí que los anunciantes
    comenzaron a ocupar el término, hasta que en el año
    1660 ya era utilizado por todos los que quisieran dar
    información sobre sus productos y servicios. Cabe destacar
    que en esta época los mensajes eran expuestos de manera
    informativa y sencilla.

    Luego, la revolución industrial trajo consigo
    maquinarias que facilitaban la producción masiva de
    productos, los que a su vez necesitaban de una venta,
    también masiva. Es en este punto, donde la publicidad tuvo
    que contar con un vehículo que informara a los
    consumidores y comenzó a utilizar a la prensa.

    1.4 Simbiosis
    Periodismo-Publicidad

    La prensa escrita se estableció con
    periódicos de publicación constante en diferentes
    continentes y por lo tanto, fechas. Es aquí, donde estas
    dos disciplinas comienzan a necesitarse mutuamente.

    Europa

    En el viejo continente los periódicos, como tal,
    comenzaron a gestarse antes que en el resto del mundo, por lo
    tanto, los primeros indicios de publicidad en prensa
    escrita también surgieron ahí.

    Hay diversas opiniones sobre dónde y
    cuándo fue el primer anuncio en prensa escrita. Algunos
    señalan que fue publicado en febrero de 1625 en el
    periódico Mercurios Britanicus. Por otro lado, el
    historiador Henry Sampson considera que el primer aviso
    apareció en la publicación Several
    Proceedings
    . Otra versión, dice que el primer
    periódico se publicó en 1631 y se llamó
    La Gazzete. Este surgió gracias a la inquietud
    del doctor francés, Théophraste Renaudot, quien
    solía entretener a los enfermos leyéndoles algunas
    cartas que le enviaba un amigo. Pronto se dio cuenta que estas
    cartas era un excelente medio de comunicación y el 30 de
    mayo de ese año se publicó el primer número
    de "La Gazzette"; el primer diario oficial del mundo.

    La gaceta francesa, publicaba cada semana, desde relatos
    o acuerdos con otras potencias hasta reseñas de batallas
    militares; todo esto en pliegos de 8 a 12 páginas que se
    insertaban formando dos cuadernillos: la gaceta, propiamente
    dicha, y las noticias. No fue hasta la edición
    número seis cuando se insertó el primer anuncio
    dando pie a la mezcla de publicidad con
    información.15

    En un principio, incluir publicidad en los
    periódicos fue una tendencia que no se siguió con
    mucha facilidad. Era, incluso, motivo de burlas por ser algo
    desconocido. Tuvo que pasar un tiempo para que otras
    publicaciones se aventuraran con esta nueva práctica, que
    solo podían ser leídas por las minorías
    más adineradas.

    Londres: Public Advisor, publicado
    el año 1657 por Needham.

    España: La gaceta de Madrid
    publicada en el año 1661, origen del actual B.O.E. Diario
    Oficial del Estado.

    Londres: Morning chronicle and
    London advertiser, publicado el año 1669 por
    Woddfull, agrupó el negocio publicitario, la
    información comercial con la información
    política.

    Londres: The spectator, publicado
    el año 1711 por Addison quien
    aprovechó el apogeo financiero de la
    publicidad.

    Estados Unidos: Pennsylvania Gazzete, publicado
    el año 1729 por Franklin quien insertaba anuncios y los
    redactaba en función de los beneficios y ventajas que se
    derivaban del uso de ese producto, lo que hoy podría
    llamarse "publicidad sugestiva". 16

    La primera etapa de los anuncios consistía en
    informaciones comerciales referidas a libros, remedios
    medicinales, robos, recompensas, caballos, llegada de trenes y
    otros datos con precios y productos disponibles.

    Según han descrito distintos historiadores, los
    anuncios sobre objetos perdidos y robos funcionaban con una clara
    utilidad pública. Respecto de las publicaciones sobre
    libros, se explica que los impresores de anuncios, además
    imprimían libros en sus talleres, por lo tanto
    aprovechaban de promocionarlos de esta manera. Aquí se
    encuentra un punto muy importante, el objetivo de este tipo de
    comunicación era informar más que
    persuadir.

    La publicidad se fue haciendo más y más
    importante, muchos se instalaron con oficinas como las que
    describía el padre de Montaigne. Theophraste Renaudot, al
    tener muy desarrollado el sentido de la publicidad, llevó
    los pensamientos, descritos en los textos de Montaigne, a la
    práctica con su oficina de informaciones O Bureaux D`
    Adresses.

    Al ver que su negocio era bastante lucrativo, Renaudot
    extendió sus oficinas instalando una sucursal en Lyon,
    Francia. Esta idea fue seguida por varios personeros y así
    las oficinas de informaciones, para relacionar vendedores
    y compradores, se fueron masificando en toda
    Europa.

    A pesar de esta nueva tendencia de negocios, los avisos
    aparecieron entre los textos informativos de los
    periódicos y nunca se volvieron a separar. Hubo un tiempo
    en que incluso existieron publicaciones donde el contenido
    sólo pertenecía a publicidad, pero luego, en el
    siglo XVII se produjo una mezcla entre ambos géneros y los
    medios albergaron noticias, opiniones y publicidad.

    Alrededor de veinte años después de la
    primera publicidad en prensa, la forma de hacer anuncios dio un
    giro. Es desde aquí que podemos ver cómo la
    publicidad fue cambiando su objetivo. Ya no era informar, sino
    derechamente vender un producto o servicio usando, muchas veces,
    exageraciones y afirmaciones absurdas. Las técnicas que se
    comenzaron a utilizar para ofrecer productos y servicios son las
    mismas que usa la publicidad en la actualidad.

    Un ejemplo claro de esto es un anuncio publicado en el
    periódico Mercurius Politicus en el año 1658. "El
    dentífrico más excelente y aprobado para limpiar y
    blanquear los dientes, dejándolos blancos con
    marfil".17

    Lo mismo este aviso que apareció en
    periódicos europeos, norteamericanos, e incluso chilenos
    varios años más tarde. "…Collares
    anodinos para la cura de las fiebres y convulsiones en los
    niños… se previene a todas las madres que
    jamás podrán perdonarse a sí mismas si su
    hijo perece sin un collar…"

    18

    Según el autor de Advertaising as
    Communication,
    Gillian Dyer, hubo ciertos personajes que
    supieron leer las necesidades de la gente, a los cuales Dyer
    denominó Charlatanes. Estos hombres supieron
    exponer su arte en los avisos y así persuadir a los
    lectores para comprar los productos anunciados. Eran muy bien
    considerados socialmente a pesar de engañar a las personas
    inventando enfermedades que supuestamente sus
    productos podrían curar.

    Usando técnicas como las de atacar a sus
    competidores, testimonios de enfermos falsos que se curaban
    milagrosamente, acudir a la emotividad de las personas y usar
    exageraciones, ya eran técnicas de antiguos publicistas
    que se mantienen hasta ahora.

    Durante el siglo XVIII se presentó un
    fenómeno muy interesante de mencionar. En el año
    1730 apareció el Daily Advertiser,
    publicación exclusivamente publicitaria que logró
    permanecer hasta el siglo XIX.

    Como ya hemos visto en la historia, fueron los anuncios
    los que se incorporaron a los periódicos de noticias,
    aquí ocurrió lo inverso. En ésta y otras
    publicaciones de avisos publicitarios se fueron agregando
    informaciones no publicitarias hasta llegar a cubrir el 50 por
    ciento del espacio.

    Estados Unidos

    En Norteamérica el proceso de unión entre
    el periodismo y la publicidad fue más tardío que en
    Europa, pero más rápida su aceptación.
    Mientras que en el viejo continente, como ya vimos, la gente
    temía a esta práctica desconocida, en Estados
    Unidos las mentes fueron más abiertas.

    El primer aviso en prensa escrita apareció en
    1704, en el Boston Newsletter. El anuncio
    correspondía a la oferta de una recompensa por la captura
    de un ladrón. Estos textos fueron pocos hasta 1804, cuando
    la revolución industrial hizo que los mercados se
    ampliaran y la publicidad se hiciera necesaria.

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