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El Socialismo: ideal y realidad



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Precedentes teóricos del
    socialismo
  3. El
    Socialismo en el siglo XXI
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Introducción

Nací en el año 1988 y solo he oído
hablar desde entonces de Patria, de Socialismo, de ¡Vencer
o morir! Como joven de estos tiempos muchas veces me he
interesado en analizar mi realidad, examinarla y reflexionar
acerca de ella. A partir de este ejercicio, llamó mi
atención el modelo social que se desarrolla en la sociedad
cubana; pero mi curiosidad no quedó ahí, pues en
los últimos años son disímiles los procesos
sociales que se desarrollan en otros países, que de una u
otra forma se conectan con el nuestro y que además,
declaran que construirán el socialismo en su país
como nuevo sistema social, por considerar esto como la
única posibilidad de salir adelante, de progresar. Es a
partir de estas percepciones, que decidí realizar mi
trabajo de diploma sobre el socialismo y sus momentos, que a lo
largo del trabajo podrán apreciar.

Para ello, con ayuda de muchos libros (consulte para
dicha investigación textos clásicos así como
literatura reciente) y de las canas de unos cuantos individuos,
me propuse realizar un viaje. Me he trasladado hacia la
génesis del asunto y de la mano de una que otra
página (amarilla por los años o blanca por ser
digital) he considerado navegar en un barco que zarpa de un
puerto viejo y carcomido por los años a uno fresco, lleno
de vida y movimiento.

El inicio de este camino está conformado por el
análisis sencillo de textos clásicos del
pensamiento social, donde se buscan aquellos rasgos que apuntan
hacia una sociedad donde los hombres contemplan la idea de la
igualdad, de la justicia social y de otras cuestiones, para
llegar a otros que van ya a expresarse de forma más
concreta. Estos serían los primeros pasos a considerar,
luego nos adentraríamos en opiniones, criterios y
literatura más cercana a nuestros días para
así ver la continuidad de tal asunto en la historia y por
ende su carácter actual.

Por tanto he de presentar esta investigación en
dos capítulos. El primero responderá al nombre de
"Precedentes teóricos del socialismo" (lo que se
calificaría como su momento teórico) que se
complementa con tres epígrafes que señalan los
antecedentes fundamentales y el segundo, que se denomina
"Socialismo en el siglo XXI" (lo que constituirá el
momento práctico del socialismo), el cual está
integrado por tres epígrafes y en él se resuelve la
problemática que se plantea para la
investigación.

Por supuesto, atendiendo las cuestiones estructurales de
una tesis debo expresar que esta investigación ha de
partir del siguiente problema investigativo: ¿En
qué medida el "Socialismo en el siglo XXI" constituye una
alternativa para los países de la periferia del capital?
Luego, he considerado que la hipótesis que ha de
corresponder a dicho problema investigativo es: El socialismo en
el siglo XXI representa una alternativa a seguir frente al
capitalismo. Los objetivos trazados son:

Objetivo general:

– Demostrar cómo se ha producido la
transformación del socialismo como ideal en una
alternativa real frente al capital.

Objetivos específicos:

– Capítulo 1: exponer los precedentes
teóricos del socialismo.

– Capítulo 2: demostrar que el socialismo en el
siglo XXI constituye una alternativa frente al modelo
liberal.

Pero como siempre y esta no será la
excepción, deberíamos comenzar por lo
básico, por lo que les hago una modestia invitación
para que hagan este viaje conmigo. La técnica de
análisis de textos será la estructura
metodológica que hemos de usar en este proceso
investigativo.

Luego, es importante recalcar que las utopías
sociales constituyen clásicos importantes a analizar y
consultar, cuando en materia de socialismo nos vamos a adentrar,
pues establecen una concepción social que luego
tendrá un papel significativo en la historia de la
humanidad; aunque el "Socialismo" como término en su
variante histórica se introduce desde el siglo XVI por
Tomás Moro con su obra Utopía. Ya para siglo XIX se
utiliza para denominar aquellas teorías y acciones
políticas que defienden un sistema económico y
político basado en la socialización de los sistemas
de producción y en el control estatal (parcial o completo)
de los sectores económicos, lo que se oponía
frontalmente a los principios del capitalismo.

Con el paso de los años, dicho término
adquiere una variedad de significados que se van a corresponder
con la coyuntura social que le compete. Cierto es, que en todas
estas variantes coinciden elementos importantes a establecerse
como son la justicia y la igualdad social para todos; ya sea
lograda por la institución e instauración de leyes
que permitan establecer un orden social estable y armónico
donde todos los hombres alcancen la felicidad o porque a partir
de una cooperación entre los que poseen y los que no, se
logre el bienestar popular.

Otro matiz le otorgan al término socialismo las
ideas de Marx, Engels, Lenin y otros teóricos que
espacialmente coincidieron con ellos o fueron muy cercanos a sus
días, pues ellos introducen la idea de cambiar el orden
social existente; pero con la peculiaridad de que este
debía sufrir dicha transformación de forma violenta
y por las manos del proletariado, que dejaría atrás
la vieja sociedad capitalista para establecer una nueva, salida
de ella, donde tendría lugar la dictadura del proletariado
y que constituiría la antesala de una etapa de desarrollo
superior: el comunismo.

Por otra parte, cuando seguimos dando pasos por la
historia, nos hemos de encontrar con el mismo término pero
más definido por su temporalidad, por ocurrir en mis
días y por poderlo ver con mis ojos: "el socialismo en el
siglo XXI". Esta contextualización le da otra tonalidad al
asunto. Se va a hablar de un socialismo que no es comparable con
ningún manual; que tiene sus propios basamentos
teóricos sin negar, por supuesto, los que le preceden y
que tiene su propia ética para el hombre y para el planeta
donde este concibe su vida. Se va a vivir un socialismo
completamente diferente, nuevo y que comprende en sí lo
fundamental para establecer un régimen social para todos,
un régimen social que no se cree la antesala de nada, se
cree que llegó "para ser" por un tiempo aún no
definible por su cualidad creativa, original y sobre todo por
estarse construyendo en estos momentos; el cual se enriquece de
nuevos proyectos que defienden la igualdad, la justicia social y
el desarrollo equilibrado de la humanidad sin destruir nuestro
planeta.

Partiendo de la presentación de la idea general
que se ha de seguir para el desarrollo de este trabajo
investigativo, así como de una breve
conceptualización del término socialismo, podemos
declarar que estamos listos; ustedes por haberse empapado en el
asunto que trataremos y yo por corroborar que mi elección
del tema a investigar satisface mis intereses a plenitud. Pues,
conocer las raíces de un sistema en el cual vivo, del cual
escucho hablar desde pequeña me da una perspectiva mayor
del asunto y me dota de herramientas para analizarlo, para
tenerle fe y lo más importante es que esta
investigación puede ser un grano de arena más en
fomentar el interés de otros por conocer lo que es
Socialismo.

Capítulo I.

Precedentes
teóricos del socialismo

Epígrafe1. El pensamiento
utópico pre-marxista.

Uno de los aciertos más grande de los hombres en
toda la historia de la humanidad ha sido el hecho de recoger con
recelo todo tipo de información, se muestre ésta en
su forma tradicional (los libros) o se presente en el formato de
nuestros días (lo digital). Lo que sí es cierto es
que a nuestros tiempos ha llegado un pensamiento para degustar
tan exquisito como el vino más añejo que se pueda
pagar, un pensamiento que presenta la opinión sabia de los
grandes intelectuales de la historia.

El pensamiento utópico ha de ser una de las copas
de ese caro y exquisito vino que ahora tendremos el gusto de
beber, a punto tal, que será bienvenida la embriaguez de
conocimiento que vamos a padecer; esperando, por supuesto, que se
mantenga por mucho tiempo en vena la presencia de este
conocimiento, pues dotaría de un pleno dominio de
argumentos para entender el pasado, llegar al presente y ser
capaces de visualizar el futuro; perspectiva a considerar por
todo individuo que desee entender un poco la sociedad en que vive
u otro tipo de sociedad. Saber cuál es la relación
entre ese pasado, presente y futuro ha de ser una cuestión
para nada despreciable, pues dominar tal asunto puede modificar
la proyección de su poseedor.

El primer momento que la historia registra una
manifestación de este pensamiento es con "La
República"
de Platón, quien ha de proponer una
utopía social, es decir, un sistema optimista que en el
momento de su formulación se presenta irrealizable o como
diría Adolfo Sánchez:

"…con su estado ideal, República
perfecta, inmutable e intemporal y, a la vez, precisamente por su
perfección, imposible e irrealizable."
[1]

En las páginas de este diálogo
Platón nos deleita con la presentación de todo un
andamiaje, que en función de lograr una armazón
social asentada en las bases de la justicia, la virtud, la
educación, la moral y la estratificación social;
pretende establecer una sociedad donde cada individuo
tendrá su lugar y un desempeño propio del mismo, lo
que contribuirá a la conformación de esa
sociedad.

En el proceso de desarrollo de esta sociedad la
instrucción de los hombres (desde pequeños)
estará orientada a fomentar valores de justicia, pero sin
proponérselo ha de presentar una moral social que a muchos
hombres de estos tiempos los escandalizaría: la idea de
condicionar la unión entre hombres y mujeres de la misma
categoría, (hombres guardianes y mujeres con las aptitudes
para ser guardianes) para obtener descendientes vigorosos y
saludables.

Por supuesto, el origen de la ineficacia de esta obra,
como apreciaría el mismo Platón, se debe a que los
individuos de esa época no contaban con un nivel de
desarrollo adecuado para abrir los brazos a un ideal de
carácter político-social tan elaborado; no por
gusto se ha de decir que con las concepciones platónicas
se vislumbra el primer sistema filosófico de la
historia.

La visión de utopía de San Agustín
de Hipona se exhibe a partir de un punto de vista religioso en su
obra "La Ciudad de Dios", espacio donde hemos de
apreciar un dualismo platónico cuando se nos habla de un
hombre de dos ciudades; situación común para los
hombres religiosos, pues muchas veces vivían en torno a
una autoridad indiferente a sus creencias por lo que
preferían ese reino que Dios ofrecía.

Los hombres solo eran capaces de concebirse cerca de sus
posesiones terrenales por lo que todas sus reflexiones
tendrían que contemplar a los mismos, lo cual no
dará libertad a la voluntad individual por estar en una
sociedad cargada de males por lo que el único espacio de
calma para los hombres ha de ser esta ciudad donde se ha de poder
encontrar al bien y a Dios como máximo rector, hasta este
momento las ciudades se mantuvieron mezcladas para luego
experimentar tal separación donde la primicia la ha de
tener esta ciudad ideal-espiritual que va a perpetuar la paz, el
amor y la justicia.

Realmente hasta ahora hemos hablado de utopía con
toda soltura y sin pedir permiso, pero ya es tiempo de hacer los
honores. Cierto es que aunque estos dos pensadores presentados
anteriormente escribieron obras clásicas que hoy en
día exponen ese pensamiento utópico naciente, es
Tomás Moro quien da a luz el término en
cuestión en su obra denominada
"Utopía".

Este libro ha de proponer una narración que
refleja el deseo de alcanzar la felicidad plena a partir de una
organización política enfilada a hacer desaparecer
la propiedad privada (la consideran la raíz de todo mal
social), al hecho de establecer cierta igualdad entre los
hombres, a ser tolerantes si de asuntos religiosos se trata y a
la opción de ofrecerse una preparación militar en
caso de guerra con un carácter completamente voluntario.
Lo que constituye una muestra fidedigna de que en esta sociedad
ha de imperar el interés colectivo (el social) por encima
del individual (el particular). Ciertamente, todo gran proyecto
necesita de una conducción adecuada, rol que van a jugar
los magistrados quienes tendrán bajo su dirección
asuntos referidos al estado.

A partir de esto, los individuos de esta sociedad no van
a adquirir artículos a partir del intercambio con moneda
solo la van a utilizar para casos especiales, por lo que van a
desarrollar la capacidad de aprovechar lo que se tiene, van a
potencializar el trabajo agrícola con el fin de obtener
sustento y van a ser capaces de aprovechar las regalías
que ofrece la madre naturaleza, pero solo tomarán de ella
lo que necesiten lo que no dejaría espacio para el
acaparamiento y la avaricia.

Se va a hablar de una ciudad donde lo que interesa es el
bienestar público frente a la ambición y al
interés personal por lo que se ha de conformar un sistema
político jerárquico (al cual se accede por
habérselo ganado el individuo) en función de poder
garantizar esto.

En cuestión de línea de tiempo con el fin
de dar cierta belleza contextual quien ha de seguir a Moro en
nacimiento es Francis Bacon quien fue el creador de un
clásico titulado "La Nueva Atlántida", se
hace necesario señalar que las memorias de la humanidad
reconocen a Bacon como uno de los primeros pensadores del
pensamiento científico moderno de ahí que no
resulte extraño su expresada preocupación por la
aplicación práctica del conocimiento
científico en aras obtener una mejor calidad de vida para
los hombres.

En las páginas de dicho libro se podrá
apreciar la propuesta de un modelo ideal al igual que lo hizo
Platón, donde deberá existir una estructura
gubernamental y hasta social, lo que ha de permitir que ante la
llegada de extraños se tomen las debidas providencias.
Estos individuos que arriban a la isla después de estar
errando en el mar son atendidos cortésmente y se les
explica el funcionamiento de la isla de forma general,
funcionamiento cuya factibilidad estaba dada gracias a la
organización que poseían.

Los habitantes de la isla no le otorgaban importancia al
dinero pero no por ello se mantenían ajenos a su utilidad
y aunque estemos hablando de un lugar con carácter
anónimo, el cual se esforzaban por mantener, les
ofrecían a los extraños que llegaban a sus orillas
que se quedaran y de no desearlo así le propiciaban los
medios y las condiciones para que se retiraran sin poner en
peligro el desconocimiento de la misma por el mundo. No obstante,
se presenta interesante el hecho de como lograban una
apropiación de los adelantos que se producían en el
mundo que los rodeaba lo que les permitía desarrollarse
(crearon todo un sistema de oficio que respondía a sus
intereses, aunque esto también demuestra que le otorgaban
un papel importante al trabajo y por tanto al hecho de producir),
vivir en bonanza y abundancia.

Otra vez más nos tropezamos con el hecho dado de
que todo ideal tiene un mentor y aquí va a ser la Casa de
Salomón, la cual instruye de acuerdo a preceptos propios y
cuyo fin no ha de ser otro que el bienestar social.
También contribuye a esto el establecimiento de reglas que
rijan el orden interno sin dejar de un lado el externo que les
completa, lo que permitirá tener un pueblo
feliz.

Esta va a ser una propuesta de una isla ideal a la que
todos se pueden acercar (ya sea por casualidad o por otra
vía) y tener la libertad de elegir quedarse o irse por
libre voluntad, pues es un lugar que va a ofrecer condiciones de
bienestar, de organización, de productividad, de
instrucción y de conocimientos sobre la ciencia cuestiones
que promoverán tranquilidad entre los habitantes de la
isla.

Por otra parte, sobre "La Ciudad del Sol" de
Tomasso Campanella algunos autores se han de referir a ella como
la actualización renacentista de la "República de
Platón" idea que considero que para nada deberíamos
obviar; pues, Campanella al igual que Platón, aboga en su
cuidad utópica (por ser producto de su concepción
idea) por una propiedad de carácter común porque
considera que la propiedad privada vuelve a los hombres
egoístas y mezquinos mientras que la comunidad de bienes
obliga a todos los individuos a que se preocupen por todos.
Igualmente refiere que la procreación debe tener en su
base un exquisito proceso de selección con el fin de tener
una descendencia lo más perfecta posible y que para evitar
que alguien se disgustara se le debe explicar que las uniones son
productos de sorteos.

La máxima representación de esta ciudad
caerá en los hombros de una organización
política de carácter teocrático, es decir,
la ciudad va a estar regida por un príncipe-sacerdote que
se llama Sol (jefe de todos) y los príncipes que le
asisten se llamarán Pon, Sir y MOR (Potestad, Sapiencia,
Amor) quienes llevarán a cabo actividades consecuentes con
su nombre.

Los inquilinos de esta ciudad, conscientes de que la
propiedad privada es un mal van a convenir en que la propiedad ha
de ser comunitaria y aunque todos han de trabajar los altos
funcionarios serán los que distribuyan las
riquezas.

Con esta actitud hemos de apreciar que Campanella le
confiere un valor y un lugar importante al trabajo, lo que lo
diferencia de Platón, pues como el ocio ha de ser la madre
de todos los vicios esta ciudad no es lugar correcto para
fomentarla. Esta sociedad va a estar en manos de hombres sabios
que solo pretender el bienestar popular.

Ya para el siglo XIX se van a respirar aires de cierta
forma diferentes, pues se va a comenzar a hablar sobre un
conjunto de doctrinas de reformas sociales que han de ser
conocidas por nosotros como Socialismo utópico,
término acuñado por Federico Engels en el texto
"Del socialismo utópico al socialismo
científico"
y aunque la expresión no es nueva
él le da otra acepción, porque les impugna por
proponer un ideal irrealizable y los agrupa a todos como un
momento previo al "socialismo científico. Las figuras que
ilustran este instante de la historia han de ser Robert Owen en
Inglaterra y Henri de Saint-Simon, Étienne Cabet y Charles
Fourier en Francia.

Engels escribió unas palabras que exponen a
plenitud las peculiaridades de los años que estamos
comentando:

"…El auge de la industria sobre bases
capitalistas convirtió la pobreza y la miseria de las
masas trabajadoras en condición de vida de la
sociedad…" [2]

Por lo que no debe de resultar ilógico que Owen,
conocido como el padre del cooperativismo, se planteara la
empresa de desarrollar un sistema económico alternativo
basado en la cooperativa y aunque esta concepción se
podía ver como utópica para nada se podía de
tildar de irreal, pues pretendía sustituir el sistema
capitalista para anular los problemas existentes.

Para ello, era necesaria la unión de los obreros
para transformar la realidad y lograr que el sistema de
cooperativas fuese más rentable que el de la industria.
Aunque el proyecto fracasa por una situación interna
agravada por las externas, este proyecto demostraba que era
realizable y que podía practicarse una alternativa
diferente a la que ofrecía el sistema capitalista.
También se pronunciará en contra de elementos que
él considera que limitaban la libertad del individuo (la
familia, la religión, la herencia) y se mostraba
convencido de que la solución a los problemas sociales
estaba en manos de la propia sociedad.

El panorama de Francia no distaba mucho del de
Inglaterra, así lo reflejan las palabras del propio Engels
en el escrito "Del socialismo utópico al socialismo
científico
":

"…La revolución fue el triunfo del
tercer estado, es decir, de la gran masa activa de la
nación, a cuyo cargo corrían la producción y
el comercio, sobre los estamentos hasta entonces ociosos y
privilegiados de la sociedad: la nobleza y el clero. Pero pronto
se vio que el triunfo del tercer estado no era más que el
triunfo de una parte muy pequeña de él, la
conquista del poder político por el sector socialmente
privilegiado de esa clase: la burguesía poseyente. Esta
burguesía, además, se desarrolla rápidamente
ya en el proceso de la revolución, especulando con las
tierras confiscadas y luego vendidas de la aristocracia y de la
iglesia, y estafando a la nación por medio de los
suministros al ejército…"
[3]

Saint- Simon el "hijo de la Gran Revolución
francesa"[4]
como lo nombraría Engels,
ha llegado a ser considerado como el primer teórico de la
sociedad industrial que va a darse la tarea de someter a
crítica a esta sociedad y va a esperar del gobierno
acciones encaminadas a mejorar la situación moral y
material de los trabajadores, así como terminar con la
pobreza y las guerras. Él cree con seguridad que para ello
hay que dirigir la mirada hacia los sectores productivos e
improductivos.

Saint- Simon va a distinguir a la
industrialización como un suceso valioso para la humanidad
e inclusive ve en él un espacio que podría conducir
hacia un nuevo modelo social y aunque no se opone a la propiedad
privada si se pronuncia en contra del derecho de herencia para
evitar la acumulación, pues opina que cada individuo ha de
tener lo que por esfuerzo propio obtiene.

En fin, él va a entender que la
industrialización como proceso debe encargarse de
organizar la sociedad, tarea la cual el estado debe propiciar su
plena realización. Su propuesta va dirigida a organizar la
sociedad sobre la base de la ciencia y de la
industria.

El pensamiento de Étienne Cabet se va a ver
influenciado por las ideas de Owen lo que se notará en lo
referente a la educación y la moral. Su novela
utópica "Viaje a Icaria" (libro influyente en
Europa) recrea un reclutamiento de personas que luego
partirán hacia América para asentarse en colonias
agrícolas comunitarias que fracasan por diversos motivos;
pero es un revés que lo va a superar a partir de que sus
panfletos, conceptos propuestos sobre la igualdad y su idea de un
mundo sin dinero llamen la atención.

Sobre Charles Fourier, Engels se expresó de esta
forma en líneas de su escrito ya aquí
mencionado:

"…Fourier coge por la palabra a la
burguesía, a sus encendidos profetas de antes y a sus
interesados aduladores de después de la revolución.
Pone al desnudo despiadadamente la miseria material y moral del
mundo burgués, y la compara con las promesas fascinadoras
de los viejos ilustradores, con su imagen de una sociedad en la
que solo reinaría la razón de una
civilización que haría felices a todos los hombres
y de una ilimitada perfectibilidad humana…"
[5]

Estamos entonces ante un hombre que va a describir una
alternativa cooperativista donde si todos los individuos
realizaran con libertad lo que desean se estaría gozando
de una calma inigualable y en base a esto se podrían crear
comunidades con el fin de establecer una sociedad justa, en la
cual las ganancias obtenidas serían repartidas entre los
miembros de la comunidad y los capitalistas que invirtieron para
construir dicha comunidad; este modelo sería tan tentador,
que llegaría el momento en que los capitalistas
invertirían más aquí en un proyecto de corte
social que en empresas personales y de esta forma con el paso de
los años se establecerían fuertes lazos
económicos y se respiraría una libertad
económica, legal, cultural y hasta sexual.

¿Ha sido un tramo agotador, eh? Nada, este es un
buen momento para sentirse sin presión y recrearse con
ideas puntuales y contundentes que han de ser aspectos
distintivos expresados en todas estas obras que hemos analizado.
Para ello hemos de oír las palabras de un sabio de
nuestros tiempos, Adolfo Sánchez Vázquez, quien
refiere que los rasgos[6]fundamentales de
las utopías han de ser:

  • 1- La utopía remite imaginativamente a
    una sociedad futura, inexistente hasta ahora. En el presente,
    no hay lugar para ella: "utopía" significa
    literalmente, según la traducción de Quevedo,
    "no hay lugar".

  • 2- La utopía no es, pero debe ser. En
    contraste con la contrautopía (la de Orwell, por
    ejemplo), es asumida por sus autores y propuesta a sus
    lectores como valiosa y, por tanto, deseable.

  • 3-  La utopía es valiosa y deseable
    justamente por su contraste con lo real, cuyo valor rechaza
    y, por consiguiente, considera detestable. Toda utopía
    entraña, en consecuencia una crítica de lo
    existente. Y sólo porque se halla en relación
    con una realidad que, por detestable, es criticada, se hace
    necesaria.

  • 4-  La utopía no sólo marca
    –con su rechazo y crítica- un distanciamiento de
    lo existente, sino también una alternativa imaginaria
    a sus males y carencias.

  • 5- La utopía no sólo anticipa
    imaginariamente esa alternativa, sino que expresa
    también el deseo, aspiración o voluntad de
    realizarla. Lo cual significa a su vez que esa sociedad
    utópica que se desea o aspira a realizar se tiene por
    posible.

  • 6- Al tratar de realizarse la utopía se
    muestra la impotencia o imposibilidad de realizarla. Pero
    esta impotencia –absoluta en ciertas utopías- es
    relativa y condicionada en otras. El fracaso de hoy puede ser
    el éxito de mañana. El sueño y la
    ilusión presentes pueden ser una realidad en el
    futuro. Pero subrayemos: pueden ser…

Detengámonos entonces aquí un segundo,
pues la palabra utopía y alternativa son recurrentes y
casi siempre asociadas entre sí y es que amigos
míos la situación se presenta de esta forma porque
en el momento histórico del que hemos estado hablando
todavía nadie hablaba de "subvertir el orden" (esto se
concreta con Marx), pero lo que sí se hace evidente es que
ya para esta fecha los hombres se preguntaban si un futuro mejor
era posible, un futuro donde la igualdad fuese plena, la
educación y la cultura se hincara a los pies de todos
aquellos que pudiesen poseerla; en fin, que el poder
personalizado en una clase o institución no tuviese patio
trasero particular para jugar, porque este patio iba a estar en
manos de la comunidad. Las utopías fundan las bases para
subvertir el orden o al menos querer hacerlo, porque muestran un
espacio donde los hombres pueden ser mejores o al menos intentar
serlo.

"…Las limitaciones y la impotencia de este
socialismo "utópico" se deben, pues, para Marx y Engels, a
una doble inmadurez: teórica, por la ausencia del
conocimiento científico adecuado, y práctica, por
la inatención al sujeto histórico -el proletariado-
que con su acción ha de traer en el futuro la nueva
sociedad…
[7]

Estas palabras no son más que la
exposición de la crítica de Marx y Engels al
socialismo utópico, pues consideran que para realizar un
proceso como el que pretendían los socialistas
utópicos era necesario e indispensable conocer las
circunstancias y las condiciones que les rodeaban al proyecto
para ponerlo en marcha, así como quién
tendría el peso en sus hombros por tener que
hacerlo.

Tanto es así, que Engels va a comenzar a hablar
de realizar la transformación del socialismo
utópico en científico, pues creía que esta
era la única vía para que el socialismo fuese
realizable porque se partiría del conocimiento
científico de la realidad social, de las posibilidades que
se desprenden de ella, de los medios adecuados y del sujeto
histórico-social de su transformación. Se resalta
así el momento la importancia del "conocimiento"
para la práctica, para llegar a la nueva
sociedad.

Pero no se desanimen, no crean que este sueño fue
en vano, por el contrario; de no haberlo soñado ellos,
seríamos nosotros tal vez quienes estuviésemos
soñando y preguntando entonces ¿si un futuro mejor
es posible? Ahora nos hacemos la pregunta pero ya tenemos
referencias para ver y sentenciar airosos que sí lo es.
Por supuesto, no hemos terminado aquí, pues Marx, Engels y
Lenin son otros teóricos que aportaron deliberaciones
importantísimas que han permitido cambiar el curso de la
humanidad.

Epígrafe 2. El pensamiento
clásico marxista-leninista.

Dice un refrán popular o al menos yo lo conozco
como un refrán popular, "que todo gran hombre tiene tras
de sí un gran mujer", yo diría que Marx no solo
tuvo a una gran mujer sino también un gran
compañero de pluma: Engels.

Pero esto no siempre fue así, debido a que el
primer encuentro entre estos dos individuos no tuvo un desarrollo
meritorio; pues Marx dirigía un periódico al cual
Engels enviaba artículos, pero en la ocasión que
Engels se personalizó ante Marx como que no le
prestó mucha atención porque creía que su
presencia era un intento de insertar un espía; pero nada,
no por azar desde lugares diferentes ambos se vinculan a una
organización obrera secreta llamada "La Liga de los
Justos". De ahí que cuando corría el año
1844 (ambos se encontraban en Francia), la sospecha y
desconfianza que pesaba sobre Engels ante los ojos de Marx se
declaraba no viable, pues cada quien por su lado había
concretado ideas teóricas que coincidían y como
perseguían el deseo de darles a conocer a los obreros
dichas ideas, las explican a la liga.

Tiempo después un representante de la liga
señala a esta producción intelectual como acertada
por lo que les propone que fuesen al próximo congreso para
presentarla, al aprobarse esto la liga adoptó el nombre de
la "Liga de los Comunistas" y le encargaron a Marx y a Engels que
redactaran un manifiesto con las ideas aceptadas por ellos, las
cuales serían una línea a seguir; de esta forma ve
la luz en febrero de 1848 el conocido "Manifiesto del Partido
Comunista
." [8]

La misión de este manifiesto, dirían sus
creadores en el prólogo a la edición alemana de
1890, era proclamar a viva voz el carácter decadente y en
picada de la propiedad burguesa, aunque todavía
existía una Rusia hundida en el más profundo
atraso, por lo que no debe resultar raro e inclusive para
mí parece hasta un juego gracioso de palabras, el
clásico inicio de este manifiesto:

"Un fantasma recorre Europa: el fantasma del
comunismo. Contra este fantasma se han coligado en santa
jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y
el Zar, Matternich y Guizot, los radicales franceses y los
polizontes alemanes."
[9]

Demás está decir que el comunismo sonaba y
lo hacía fuerte, porque tenía ocupado a un
quito importante (yo diría que le temían a
cualquier cosa capaz de desestabilizar su estilo de vida) por lo
que ya era tiempo de presentarse, de hablar con su voz, de decir
su objetivo y que mejor forma de hacerlo que a través de
este manifiesto, el programa de lucha de la clase
obrera.

"La historia de toda sociedad humana, hasta nuestros
días, es la historia de las luchas de clases."

[10]

Esto no es más la representación literal
(por citarse aquí las palabras originales que aparecen en
el manifiesto) del carácter histórico que tiene el
tránsito de sociedad feudal a sociedad burguesa y se
determina como histórico debido a la espontaneidad con que
este fluye. Esta lucha de clases siempre se ha de dar entre
opresores y oprimidos desde que la historia se registra, pero es
en la sociedad burguesa donde esta lucha va a adquirir un matiz
de lucha entre dos clases antagónicas: la burguesía
y el proletariado.

La burguesía en su camino de ser revolucionaria,
porque tiene que estar constantemente pendiente a las
modificaciones positivas de los medios de producción para
así obtener siempre mayor plusvalía, va aplastando
todo lo concerniente a las relaciones humanas no respeta credo,
religión, relación familiar, decisión
personal alguna, no respeta absolutamente nada.

Pero en este afanoso y aplastante andar, o más
bien, a la par de este desgarrador paso nace la clase obrera, ese
grupo de individuos que solo poseen como suyo la fuerza de
trabajo y de la cual se ven enajenados, expropiados, porque
recibir un salario por su fuerza de trabajo no creo que sea de
carácter opcional si se vuelve obligatorio cuando uno
forma parte de las relaciones sociales de producción.
Sólo con un salario devengado se podrá hacer un
intercambio por medios de consumo; pero eh ahí la
cuestión, digamos que el burgués le da 20 pesos al
obrero a cambio de su fuerza de trabajo este obrero va a comprar
pan… a un burgués, no creo que haya que decir
más.

Por tanto llegará el momento en que este
proletariado producto de la burguesía se vea en la
necesidad subvertir el orden, de eliminar a la burguesía y
aquí viene la pregunta, ¿si el proletariado elimina
a la burguesía como clase no se elimina así mismo?
Pues la respuesta a esta interesante pregunta mejor que yo la dan
Marx y Engels en el manifiesto:

"…Tan pronto como, en el transcurso del
tiempo, hayan desaparecido las diferencias de clases y toda la
producción esté concentrada en manos de los
individuos asociados, el Poder público perderá todo
carácter político. El poder político no es,
en rigor, más que el poder organizado de una clase para la
opresión de otra. El proletariado se ve obligado a
organizarse como clase para luchar contra la burguesía; la
revolución le convierte en clase dominante; mas tan pronto
como en cuanto clase dominante, destruya por la fuerza las viejas
relaciones de producción, con éstas hará
desaparecer las condiciones que determinan el antagonismo de
clase y las clases mismas y, por tanto, su propia
dominación como clase."

[11]

Nada, que la labor histórica del proletariado
como clase (teniendo de antemano una conciencia de clase) es
protagonizar una revolución, es perturbar el orden
imperante para establecer otro, donde se va a transformar ella en
clase dominante que va a destruir de forma violenta a las viejas
relaciones de producción destruyendo así lo que la
condicionaba y por consiguiente esa distinción de clases y
a su vez la dominación que regía sobre ella. Menudo
problema al que se enfrenta la burguesía. Pero este
carácter revolucionario de la clase proletaria, o
más bien, esta visión revolucionaria, es la muestra
de un profundo deseo de hacer el bien para todos los hombres sin
importar su procedencia.

Sobre las alusiones a las propuestas socialistas del
momento que corría cuando estos hombres producen con su
pluma, se ha de hablar del socialismo reaccionario, del
socialismo conservador o burgués, y del socialismo y
comunismo crítico-utópico.

Van a entender como socialismo reaccionario a un
conjunto de inclinaciones socialistas (socialismo feudal,
socialismo pequeño-burgués, socialismo verdadero o
alemán) que aunque aspiraban a representar los intereses
de los obreros, terminaban representando los intereses de las
clases pre-capitalistas; donde el socialismo feudal (la
aristocracia desplazada del poder por la burguesía, con
los que confluían sectores del clero) va a ser:

"…un socialismo que de vez en cuando asestaba
a la burguesía un golpe en medio del
corazón… pero que casi siempre movía a risa
por su completa incapacidad para comprender la marcha de la
historia moderna." [12]

Sí, porque al mostrarse ignorante del movimiento
que se daba a su alrededor como que se queda impotente, pues no
va a poder hacer nada al respecto, no podrá evitar el
tránsito espontáneo que va a tener lugar,
pero:

"Lo que más reprochan a la burguesía
no es engendrar un proletariado, sino el engendrar un
proletariado revolucionario."
[13]

El "socialismo pequeño-burgués" (sectores
de las clases medias, condenadas a engrosar el proletariado, que
critican al régimen burgués desde los intereses de
los pequeños burgueses y los campesinos) se destaca por
hacer una crítica acertada al régimen de
producción burgués y sus consecuencias
antisociales; pero en lo que se refiere en sus fórmulas
positivas, aspira a restaurar los medios de producción y
de cambio y con ello el régimen de propiedad y de sociedad
tradicional.

El "socialismo verdadero o alemán", como
solían llamarlo, surge a partir de la importación
en Alemania de la literatura socialista y comunista francesa, el
cual:

"…veía cada vez más claro que
su misión era la de ser el representante empingorotado de
esa baja burguesía." [14]

Sobre el "socialismo conservador o burgués",
hemos de decir que aquí se aprecian dos posiciones de la
burguesía: unos se muestran interesados en disminuir las
injusticias sociales y así garantizar su existencia en el
tiempo y otra que es calificada como más práctica
porque pretende alejar a la clase obrera de todo movimiento
revolucionario; a partir de la explicación que para su
mejora como clase solo hay que mejorar las condiciones materiales
y económicas, excluyendo por tanto, la posible
abolición del régimen burgués que solo puede
realizarse a través de la vía
revolucionaria.

En lo referente al "socialismo y comunismo
crítico-utópico" es el espacio donde se enmarcan
las corrientes de Saint-Simon, Robert Owen o Fourier, quienes se
percatan del antagonismo de clases, pero no llegan a visualizar
al proletariado como un movimiento revolucionario a suceder;
porque además del antagonismo de clases que hace su
aparición a la par del desarrollo industrial, consideran
que el proletariado no posee las condiciones materiales adecuadas
para lograr su libertad. Pero es importante señalar, que
para lograr su cometido apelan a la sociedad e inclusive a los
poderosos con la esperanza de que al mostrar una alternativa ante
el desgarrador capitalismo, se viesen tentados y pasasen a formar
parte de ella.

Estos socialistas utópicos aunque rechazan toda
actividad política van a desarrollar una crítica
interesante, pues han de atacar las bases de toda sociedad
existente.

Por otra parte Marx y Engels van a avizorar que en
Alemania estaban todas las condiciones dadas (se refieren a un
mayor desarrollo) para una revolución burguesa y por
consiguiente para una proletaria. Están así
concretando la idea de que la revolución proletaria se va
a dar primero en donde estén todos los elementos
dispuestos porque consideran que Francia e Inglaterra no
tenían las condiciones favorables para que esta
revolución tuviese lugar; claro está que esto
recibe su vuelco histórico tiempo después cuando
triunfa la revolución proletaria en Rusia, un país
atrasado y con rasgos feudales.

La "Crítica del Programa de Gotha" va a
ser otro espacio donde hemos de apreciar el pensamiento marxista.
A continuación he de presentarles nociones que considero
necesarias de dominar cuando estamos reflexionando acerca del
socialismo e inclusive acerca de la sociedad.

En líneas anteriores, me refería a la
fuerza de trabajo y a su expropiación. Quisiera a estas
alturas retomar la idea, pues a esto también se refiere la
primera tesis de este texto.

Lo que ha de quedar en claro es que aunque la fuerza de
trabajo ha de ser la propiedad más valiosa para el hombre,
ésta no es la que proporciona riquezas sino la naturaleza;
la fuerza de trabajo humana es, según Marx, la
manifestación de una fuerza natural. Pero el hombre, que
solo ha de tener por propiedad su fuerza de trabajo está
obligado a ser esclavo de otros hombres, de aquellos que posean
los medios de producción. El trabajo de cada hombre va a
ser útil para la sociedad, va a permitir estructurar la
sociedad; aparejado al desarrollo de riquezas y cultura
también se desarrollará la pobreza y el desamparo
del obrero.

Si se experimenta interés por lograr libertad en
lo referente al trabajo entonces los medios de trabajo no
podrán continuar con su título de privados, van a
tener que buscar un nombre más asociado a propiedad
común y entonces el obrero obtendría por completo
el fruto de su trabajo; pero ahora se hablaría de un fruto
colectivo del trabajo, un producto social global. Entonces, en
una sociedad de propiedad colectiva sobre los medios de
producción las palabras "el fruto del trabajo"
carecerían de sentido, porque no va a existir el
intercambio de productos entre productores, no se verá al
trabajo invertido como muestra de valor y el trabajo individual
va a formar parte del trabajo común de forma directa. Se
habla entonces de una sociedad comunista que posee
características de su madre por haberse gestado en su
vientre, aunque paulatinamente esto cambiará y será
entonces que:

Partes: 1, 2, 3

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