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El Socialismo: ideal y realidad (página 2)



Partes: 1, 2, 3

"En una fase superior de la sociedad comunista,
cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora,
de los individuos bajo la división del trabajo, y con
ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el
trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de
vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo
de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también
las fuerzas productivas y corran a chorro llenos los manantiales
de la riqueza colectiva, solo entonces podrá rebasare
totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la
sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada
cual, según su capacidad; a cada cual, según sus
necesidades!" [15]

Estas palabras no dan espacio a la duda, se va a
trabajar para producir lo necesario para vivir y aunque los
niveles intelectuales entre los individuos sean diferentes va a
existir la igualdad de derechos.

Ahora, el carácter revolucionario no es exclusivo
de la clase obrera, pues la burguesía lo fue en su momento
frente a los señores feudales y a las capas medias. La
clase proletaria, al ser producto de ella se convierte en
revolucionaria y por tanto, esa capa media que queda en el aire
se transforma en revolucionaria cuando se va a convertir en
proletariado. El carácter revolucionario se va moviendo
entre estos espacios, pero es revolucionario por un
condicionamiento: la burguesía porque se enfrenta con una
calaña que la critica, el proletariado porque es producto
de ella, porque hereda sus características en este sentido
y porque se ve ante la necesidad de subvertir el orden y esa capa
media porque se ve obligada a asumir un bando.

Pero la lucha que va a protagonizar el proletariado para
subvertir el orden, para lograr su libertad, primero debe
organizarse a niveles internos, a nivel nacional,
estaríamos hablando entonces de una lucha de clase
nacional; pero no debemos de olvidar que Marx consideraba que el
actuar de la clase obrera, su máxima aspiración,
debía ser que esta lucha fuese escala internacional para
así expresar el sentir de todos los obreros. Esta
movilidad de los obreros no depende de la existencia de una
organización internacional para hacerlo, porque su
existencia es solo un intento por darle un organismo
representativo a la lucha, es decir, por dotar de
organización a la lucha.

Marx señalará también, que el deseo
de los obreros por conformar una producción colectiva en
toda la sociedad, es una expresión de la necesidad del
cambio del orden existente; pero esto no se asocia para nada con
la creación de cooperativas con ayuda del Estado.
Además, se pronuncia a favor de una educación libre
de las influencias y artimañas del Estado y de la Iglesia,
a favor de un horario laboral consecuente con las necesidades
peculiares del país en cuestión; así como
hacia una reglamentación adecuada del horario laboral y de
las condiciones de trabajo para las mujeres y sobre la
prohibición del trabajo infantil, más bien
considero que refiere a que la combinación del trabajo y
del estudio no es algo negativo, por el contrario, esto
facilitará que esto niños que algún
día serán trabajadores, sepan valorar su trabajo en
su justo valor.

Él no deja de lado a aquellos que cometen actos
delictivos, cree que la mejor forma de corregirlos es
encaminarlos a que realicen trabajos productivos, de esta forma
se respeta un derecho de los mismos. Los individuos encargados de
la supervisión, deben ser letrados de las ciencias
médicas y los obreros tendrán el derecho de
denunciarlos pero solo podrán ser sancionados por el
Estado. Así como señala en páginas
posteriores que el sectarismo no ha de conducir a nada, no va a
poderse vislumbrar la unidad parados desde ese
escalón.

No estaría de más decir, que las
deficiencias que Marx señala al programa para nada pueden
ser menospreciadas, pues demuestran sin margen a error que estas
pueden ser las bases a tener en cuenta para modificar la
sociedad, subvertir el orden y arriesgarnos al menos a intentar
conformar una sociedad mejor; con toda la igualdad y justicia que
le podamos adjuntar.

Estos apuntes conducen a estar de acuerdo con Marx y
Engels cuando refieren en "La Ideología Alemana"
que no consideran que el comunismo sea un estado que deba
implantarse, sino que debe ser un ideal al cual la realidad se
pueda sujetar. Pero no debe de olvidarse, como nos explica Adolfo
Sánchez, que el socialismo tiene un fundamento objetivo
que debe ser conocido para fundar racionalmente la acción,
que es un resultado necesario históricamente y que es un
ideal por el cual vale la pena organizarse y luchar.

"Los Manuscritos económicos y
filosóficos de 1844"
resaltan de manera significativa
la relación entre la propiedad privada y la
construcción de una nueva sociedad, pero no se limita a
sí mismo cuando declara que se puede llegarse a un
comunismo tosco y despótico, algo así, como que
cuando la clase obrera esté en el poder puede que haga lo
mismo que su antecesora.

Marx es capaz de confrontar la realidad, de recrearla,
pues llega a precisar que la autodestrucción del Estado,
la democracia real y la autogestión social son rasgos que
visualiza en la Comuna de París. Por lo que ha
consideración he de presentarles a su reflexión
que:

"…el socialismo es para Marx una sociedad de
transición o primera fase de la sociedad comunista y, por
tanto, una sociedad comunista que no descansa sobre sus propias
bases y construye lo nuevo con materiales de la sociedad
burguesa…"
[16]

Por cuanto, podemos asegurar sin temor a equivocarnos
que Carlos Marx ha de considerar inevitable la
transformación de la sociedad capitalista en socialista y
ve como motor impulsor de esta transformación al
proletariado, quien es engendrado por el propio capitalismo. La
batalla que el proletariado va a entablar llega a transformarse
en una contienda en busca del poder político.

Para alegría de nosotros, nos informan que acaba
de arribar al barco en el que viajamos otro invitado de honor, un
teórico del marxismo que promete animar mucho más
la "fiesta." Estamos hablando de Vladimir Ilich Lenin, de quien
creían cuando pequeño que padecía de
algún tipo de retraso y hoy es conocido como uno de los
grandes hombres que ha propiciado el desarrollo de la historia de
la humanidad tal y como hoy la conocemos, ¿tamaña
ironía esta, eh?

Lenin, como hacen la mayoría de los grandes
hombres, también se quita el sombrero ante la elocuencia
de las palabras de Marx y Engels; por lo que no le han de
resultar ajenas sus ideas, de ahí que parta de muchas de
ellas para expresarse, así como les felicita por otros
pensamientos sentenciosos y sin margen de error. De esta forma me
complace presentarles un pasaje que constituye una muestra de
ello:

"El genio de Marx está en haber sabido
deducir de ahí y aplicar consecuentemente antes que nadie
la conclusión implícita en la historia del mundo
entero. Esta conclusión es la doctrina de la lucha de
clases.

…Y para vencer la resistencia de esas clases,
sólo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos
rodea, educar y organizar para la lucha a las fuerzas que puedan
-y, por su situación social, deban- formar la fuerza capaz
de barrer lo viejo y crear lo nuevo.

Sólo el materialismo filosófico de
Marx señaló al proletariado la salida de la
esclavitud espiritual en que han vegetado hasta hoy todas las
clases oprimidas. Sólo la teoría económica
de Marx explicó la situación real del proletariado
en el régimen general del capitalismo."

[17]

Evidente es, que en Lenin también se va a
continuar la idea de revolución, de cambiar el orden
porque lo cree correcto y necesario por lo que nos viene como
anillo al dedo la siguiente expresión:

"El cambio de un paradigma a otro, a través
de una revolución, ocurre porque las teorías que
generaba el viejo paradigma se muestran incapaces de resolver las
presionantes anomalías. Cuando tiene lugar una
revolución, es decir, cuando se cambian los presupuestos,
surge una nueva manera de ver las cosas, una nueva visión
del mundo…"
[18]

De eso se trata todo, de esa necesidad de encontrar la
otra visión del mundo, de encontrar la otra cara que
muestra que es posible ver otro orden de las cosas, de ver todo
con la misma lupa pero con diferentes perspectivas y anhelos.
Lenin sobre esta cuestión ahondará en su obra
(donde consideraría que la clase obrera solo puede madurar
y formarse cuando se organiza en los límites de la
nación), yo solo pretendo lograr captar la esencia de esta
y presentársela a ustedes de la forma más
comprensible posible.

Lenin coincide con Marx, en que el socialismo conduce a
la supresión de clases y de esta forma a la
abolición del Estado y coincide con Engels, con respecto a
que lo primero que hace el Estado en representación de
toda la sociedad (la toma de posesión de los medios de
producción en nombre de toda la sociedad) va a ser lo
último que haga como Estado independiente.

Por otra parte, va a hacer referencias sobre la
espontaneidad y la conciencia que debe tener este movimiento, de
ahí que comente que los primeros motines son una
expresión de lo consciente, porque los obreros ya no
estaban conformes con el orden imperante y comenzaban a entender
la necesidad de presentar una resistencia masiva ante el mismo y
romper con el servilismo; pero esto se tenía como una
tendencia a ser pasos desesperados más que una lucha en
sí. Estos motines y huelgas que van a suceder no
representan más que embriones de lucha, es decir, ya
estaba formándose un pensamiento diferente que en
algún momento saldría a la luz.

Resulta interesante como Lenin logra precisar que la
clase obrera solo es capaz de agruparse en sindicatos, luchar
contra el patrón y pedir la promulgación de leyes,
pero para gestar una conciencia socialdemócrata es
necesario que venga desde fuera.

Sin embargo, la teoría del socialismo ha sido
producida por los intelectuales y teóricos instruidos
pertenecientes a las clases poderosas, la doctrina de la
socialdemocracia en Rusia ha surgido independiente al ascenso
espontáneo del movimiento obrero y como resultado natural
del desarrollo del pensamiento de los intelectuales
revolucionarios socialistas. Pero se hace necesario, que el
movimiento obrero deje a un lado la tendencia espontánea
del tradeunionismo de cobijarse bajo la saya de la
burguesía y dirija su atención hacia la
socialdemocracia revolucionaria, pues es en esta línea,
según Lenin, por donde anda el mérito
histórico de Lasalle ante el movimiento alemán:
apartó a ese movimiento del camino tradeunionismo
progresista y del cooperativismo.

Lenin nos alerta de la necesidad de alejar al movimiento
obrero de lo espontáneo debido a que esto
conduciría a la burguesía a su supremacía, y
al respecto señala:

"…la ideología burguesa es mucho
más antigua por su origen que la ideología
socialista, porque su elaboración es más completa y
porque posee medios de difusión incomparablemente
más poderosos. Y cuanto más joven es el movimiento
socialista en un país, tanto más enérgica
debe ser, por lo mismo, la lucha contra toda tentativa de
afianzar la ideología no socialista, tanto más
resueltamente se debe preservar a los obreros de los malos
consejeros, que chillan contra la exageración del elemento
consciente…" [19]

Rosa Luxemburgo también delibera al respecto en
"Huelga de masas, partido y sindicatos de 1906" donde
expone que la huelga de masas es vista como un paso del
proletariado industrial, emprendido durante un hecho
político entre las direcciones de los partidos y los
sindicatos; que la socialdemocracia está llamada a asumir
la dirección política y tenían que dar la
consigna de lucha, orientar, tener una táctica adecuada
para brindar confianza a las masas. La socialdemocracia como
vanguardia del proletariado, no puede esperar de brazos cruzados
que se desarrolle una situación revolucionaria, más
bien debe provocarla haciéndole entender a las masas de
que las condiciones para ello están dadas; en esto
coincide con Lenin quien consideraba que la revolución
había que hacerla y ahora, porque las condiciones
objetivas estaban dadas.

Por otro lado, Lenin deja claro que esas huelgas y
motines solo estaban en un momento inicial; por lo que para
obtener una conciencia entre los obreros, por todo lo ya
explicado, era necesaria la intervención de fuera, solo
desde fuera podría abrirse camino esta conciencia y
señala esto como una cuestión de primordial
importancia puesto que :

"Sin teoría revolucionaria, no puede haber
tampoco movimiento revolucionario…"

[20]

El énfasis de esto viene dado porque Lenin
considera que la teoría para la socialdemocracia ocupaba
un lugar relevante, pues el partido era muy joven, apenas estaba
en sus inicios y el movimiento socialdemócrata por
naturaleza era internacional, lo que implicaba que este
movimiento podía lograr el éxito solo teniendo en
cuenta las experiencias de otros países y hasta el momento
las propuestas que había hecho la socialdemocracia de
Rusia eran únicas. Sobre como adquirir la conciencia de
clase reflexiona Lenin en páginas posteriores y concluye
que:

"La conciencia política de clase no se le
puede aportar al obrero más que desde el exterior, esto
es, desde fuera de la lucha económica, desde fuera de la
esfera de las relaciones entre obreros y patronos. La
única esfera en que se puede encontrar estos conocimientos
es la esfera de las relaciones de todas las clases y capas con el
Estado y el gobierno, la esfera de las relaciones de todas las
clases entre sí…Para aportar a los obreros
conocimientos políticos, los socialdemócratas deben
ir a todas las clases de la población, deben enviar a
todas partes destacamentos de su ejército."
[21]

Ya para esta fecha y con las pertinentes intervenciones
de Bernstein, Lenin se pronuncia diciendo que el marxismo y el
reformismo se diferencian en que el reformismo lucha por reformas
dentro del sistema y el marxismo lucha también por
reformas pero esto no es suficiente, por lo que aspira a hacer la
revolución. El reformismo es una crítica al
marxismo desde el mismo marxismo y ve al reformismo como una
teoría burguesa con ideología burguesa.

En la lógica histórica luego de esta
delimitación, tienen lugar una serie de congresos de la II
Internacional previos a la primera guerra mundial:

– El VII Congreso se desarrolló en Alemania,
donde por primera vez se va a hablar de militarismo y van a
formarse dos posturas al respecto: los oportunistas, que
consideran que una vez que estalle la guerra en Europa solo van a
existir agresores y agredidos por lo que los obreros tiene que
defender su patria (obrero contra obrero) y otra posición
que planteaba que si esta era una Asociación Internacional
de trabajadores, cómo iban a luchar los trabajadores en
una guerra que no es de ellos y por intereses burgueses.
Relacionado a esto se aprueba el acuerdo de Stuttgart promovida
por Lenin y Rosa Luxemburgo donde declaraban que la guerra era
imperialista y de expansión territorial, que los obreros
no tienen nada que hacer en esa guerra porque sus intereses no
están reflejados, que se debía evitar la guerra por
todos los medios y si llegaba a estallar se debía
aprovechar para hacer la revolución en cada
país.

– VIII Congreso de Copenhague: se ratifica la
Resolución de Stuttgart.

– IX Congreso de Basilea: se aprueba un manifiesto que
ratifica la Resolución de Stuttgart y agrega que en
vísperas de guerra los gobiernos de Europa tenían
que aprobar un presupuesto ante lo que nuestros parlamentarios
votarán en contra.

Pero esto último sucede de forma contraria cuando
el parlamento alemán habla de esta situación el
partido vota a favor del crédito de guerra y apoyan al
gobierno burgués, ante tal situación la Segunda
Internacional pierde su interés de clase y muere como tal
de ahí que se esté asistiendo a su bancarrota. No
obstante, el partido ruso elabora un manifiesto donde ratifica la
Resolución de Stuttgart, este documento presenta la
ruptura de la II Internacional y propone crear una III
Internacional.

Ante tal panorama Lenin va a calificar a los dirigentes
de la II Internacional como chovinistas que profesan una falsa
idea sobre la defensa de la patria y que esto solo justificaba la
colaboración de clases.

Todo ese contexto proporciona una imagen de un Lenin que
se mueve en la práctica política y revolucionaria,
que desea una fuerza social anticapitalista, un nuevo bloque
histórico que logre unir a los obreros, que ve a la guerra
mundial como la continuación de la política y de
los intereses clasistas del imperio por otros medios; por tanto
debemos ser consecuentes entonces con lo que nos ha de exponer
Rosa Luxemburgo en su texto "Utopías Pacifistas"
cuando señala que quien desee realmente la paz y quitarse
el peso de las armas de encima, deberá desear
también el socialismo.

Grande era el insulto de Lenin con aquellos que de una u
otra manera intentaban mitigar el aspecto revolucionario de la
doctrina, haciendo pasar al frente todo aquello que podía
ser de buen grado para la burguesía y refiere que ante
tamaño embuste no tenía otra tarea más
importante que "restaurar la verdadera doctrina de Marx
acerca del estado,"
[22] donde se va a ver una
estrecha relación entre la sociedad de clases y el
estado.

Apuntará Lenin que el Estado ha de ser un
producto del carácter irreconciliable de las
contradicciones de clase, que este hace su aparición en el
mismo instante en que las contradicciones de clase no pueden
resolverse y que su propia existencia está dada por esta
no conciliación. Lo que suscitará la
aparición de dos líneas: una que reconocerá
que el Estado solo existirá allí donde existan
antagonismos entre clases y lucha de clases y otra que
promulgará (teniendo en cuenta a Marx) que el Estado ha de
ser un órgano de dominación de clases, de
opresión de una clase por otra. Todo esto solo hace
evidente que la clase oprimida solo será libre a partir de
una revolución violenta que se proponga subvertir el orden
y por tanto contemple la destrucción del aparato estatal
que ha sido creado por la clase opresora.

Lenin haciendo un análisis de lo que considera
una de las obras más populares de Engels (El origen de
la familia, la propiedad privada y el Estado
), expone un
fragmento que deja entrever que el Estado no siempre
existió, que debido solo a un nivel de desarrollo
alcanzado por la humanidad se experimentó la
división de la sociedad en clases y por tanto se hizo
necesario el Estado, pero que en el proceso de evolución
se ha de llegar a un punto en que esa división de clases
solo nos retarda, por lo que desaparecerán tal y como
aparecieron una vez; pero al desaparecer las clases lo
hará también el Estado y la sociedad
fomentará un nuevo modo de ver la vida de los hombres y
todo lo que le atañe a ella. Esto, les adelanto, que no es
más que un preámbulo de una idea fundamental que
Lenin ha de desarrollar en páginas posteriores.

Por lo que comenzaremos a hablar de una "Dictadura
del Proletariado"
que no tendría como protagonista a
otro más que al Estado (el proletariado organizado como
clase dominante), aquí veríamos la efectividad de
la lucha de los grandes teóricos en cuanto a que la clase
obrera tuviese una "conciencia de clase".

Teniendo en cuenta la consideración de que el
proletariado sólo necesita de un Estado que se extinga y
que los trabajadores han de necesitar llegar a postularse como
Estado; si este va a ser una organización especial de
fuerza, de violencia para reprimir a una clase cualquiera, luego,
el proletariado reprimirá a la burguesía; es decir,
los trabajadores sólo necesitan de un Estado para acabar
con los explotadores y esto solo lo podrá hacer el
proletariado como clase organizada y revolucionaria que
es.

Los oprimidos van a necesitar del poder político
para eliminar todo vestigio de ese puñado de burgueses que
los oprimían. Por lo que quitar del poder a la
burguesía, solo será posible con la
participación del proletariado organizado como clase
dominante. El proletariado ha de necesitar para ello de todo el
poder que otorgan las altas posición, esta será la
única forma de organizarse en contra de la
burguesía y de organizar a las grandes masas. Hemos de
hablar entonces de la necesidad de educar al partido obrero que
será la vanguardia de la lucha y permitirá obtener
el éxito.

Lenin apunta también que aunque se dice que lo
esencial en la doctrina de Marx es la lucha de clases, no es tan
así, puesto que esta tendencia es producto de la
tergiversación oportunista, pues según Lenin, la
lucha de clases no fue creada por Marx sino por la
burguesía antes de Marx y no es marxista aún quien
reconoce sólo la lucha de clases; un verdadero marxista ha
de ser aquel que va desde el reconocimiento de la lucha de clases
hasta el reconocimiento de la dictadura del proletariado. Esto
que refiere Lenin se patentiza con la carta que redactó
Marx dirigida a Joseph Weydemeyer[23]el 5 de marzo
de 1852.

"La idea de Marx consiste en que la clase obrera
debe destruir, romper, la máquina estatal existente y no
limitarse simplemente a apoderarse de ella."
[24]

A partir de esto que presenta Lenin sobre un pensamiento
de Marx, la madeja comienza a ser más fácil de
zafar, pues incontrovertible es que el mejor consejo que ha de
recibir el pueblo oprimido es destruir a esta máquina que
les hace tener una vida sufrida y sustituirla a su vez por ese
proletariado organizado como clase dominante.

Pero esta represión que va a ser ejercida por
parte del proletariado tiene que constar de precisión y
firmeza para garantizar el éxito y evitarse así el
rotundo fracaso de la Comuna de París. Ya en el momento
dado de que la represión es ejercida por una
mayoría, deja de ser necesaria la existencia de una fuerza
especial de represión; está entonces el Estado
comenzando a extinguirse. Se ha de pasar de experimentar una
democracia burguesa con todo lo que conlleva para experimentar
una democracia proletaria (por ejemplo: libre elegibilidad y
revocabilidad de funcionarios, los salarios serán
reducidos al de un obrero común y la transformación
de la propiedad privada en propiedad social). Sólo el
proletariado es quien tiene el inmenso poder de derrocar a la
burguesía y sólo cuando lo hace es que está
dando pasos para acercarse a la transformación
socialista.

Entonces, según Lenin, no tenemos que remitir a
Engels y a cuando habla de su extinción de Estado y la
revolución violenta, lo que aparece en un fragmento que
Lenin presenta como noción analizada que refiere
que:

"…El Estado burgués no se "extingue",
según Engels, sino que "es destruido" por el proletariado
en la revolución. El que se extingue, después de
esta revolución, es el Estado o semi-Estado
proletario."
[25]

Se infiere entonces que lo que se debe producir es
que "esa fuerza especial de represión" ejercida
sobre el proletariado por parte de la burguesía debe ser
sustituida por "esa fuerza especial de represión"
de la burguesía por parte del proletariado y cristalizando
de esta forma la destrucción del Estado e
imponiéndose la dictadura del proletariado.

Esta extinción del Estado solo tendrá
lugar luego de que los medios de producción sean
considerados una propiedad social. Solo cuando sea el
proletariado quien protagonice el papel de Estado existirá
una democracia, lo que también constituye un Estado. Si el
Estado burgués solo puede ser destruido por medio de la
revolución entonces esta democracia solo puede
extinguirse, porque es la más completa democracia
imperante durante un Estado que solo puede extinguirse. Pero en
realidad nunca se ha de estar ante un Estado libre y popular
porque la consigna de "Estado popular libre" expresa lo bello de
la democracia burguesa y no entiende la crítica socialista
de todo Estado en general.

Luego, ante el carácter inevitable de la
revolución violenta por ser la única vía
para destruir a la burguesía y en espera de esa
extinción del Estado después de que se declare el
carácter social sobre los medios de producción, se
hace necesario, para que todo ocurra en este orden, que se
realizase un proceso de educación de las masas para que
comprendan que no hay otra forma que la revolución
violenta para sustituir al Estado burgués y la
eliminación del Estado proletario se dará a partir
de un proceso de extinción. No queda duda entonces, que
para Lenin concluir tales ideas hubiese de recurrir al
pensamiento teórico de Marx y Engels.

Lenin, que era más dado a la práctica,
consideraba que en este proceso de educar a las masas en cuanto a
la revolución violenta, el partido jugaba un papel
importante y que no había que esperar a que la
revolución llegará por su paso natural para
subvertir el orden y quedarse ahí, pues consideraba que
este nuevo orden podría evolucionar a un nivel superior
donde la violencia y la subordinación no serían
elementos necesarios en una sociedad para vivir; esto es lo que
se entiende de estas palabras de Lenin:

"Nosotros nos proponemos como meta final la
destrucción del Estado, es decir, de toda la violencia
sobre los hombres en general. No esperamos el advenimiento de un
orden social en el que no se acate el principio de la
subordinación de la minoría a la mayoría.
Pero, aspirando al socialismo, estamos persuadidos de que
éste se convertirá gradualmente en comunismo, y en
relación con esto desaparecerá toda necesidad de
violencia sobre os hombres en general, toda necesidad de
subordinación de unos hombres a otros, de una parte de la
población a otra, pues los hombres se habituarán a
observar las reglas elementales de la convivencia social sin
violencia y subordinación."
[26]

Por lo que podemos coincidir con Lenin cuando expresa
que la transición de una sociedad capitalista hacia la
sociedad comunista ha de ser imposible sin un período
político de transición o una dictadura del
proletariado.

Retomando el tema de la democracia, Lenin precisa que en
la sociedad capitalista la democracia existente favorece a la
minoría, a los ricos, mientras que durante la dictadura
del proletariado la democracia por primera vez favorece a los
pobres, a la mayoría, pero este tipo de democracia que
excluye a una minoría es la democracia de la
transición del capitalismo al comunismo. Sólo en el
comunismo, donde no existirán las clases sociales, se
hablará de la desaparición del Estado y de la
existencia de libertad; sólo aquí podrá
hablarse de una democracia que no sea excluyente y de una
democracia que se extinguirá paulatinamente puesto que los
hombres no han de necesitarla porque serán capaces de
respetarse y convivir a partir de nociones elementales del orden.
Mientras mayor sea la democracia que se experimente durante el
comunismo más rápido nos libraremos de necesitarla
y por consiguiente, más rápido desaparecerá
por sí misma. Sólo durante el comunismo la
necesidad del Estado se puede suprimir totalmente, pues ya no
constituye una obligación reprimir a las personas. Luego,
ante los excesos de algunos individuos, existirá un pueblo
armado y preparado para mantener el orden, pero estos excesos
desaparecerán también al no tener que lidiar con
las causas que más los provocaban, por tanto, no se ha de
necesitar del aparato especial de represión.

Mientras se está a la espera de esta fase se debe
de establecer un adecuado control por parte de la sociedad y del
Estado, que debe comenzar con la declaración del
carácter social de los medios de
producción.

Lo importante de la teoría de Marx, según
Lenin, es que éste es capaz de extender el paño del
materialismo dialéctico hasta el comunismo,
sacándolo a la luz como una consecuencia del capitalismo.
Bajo las alas del comunismo ha de existir el Estado
burgués sin burguesía, es decir, posee el comunismo
vestigios de esa vieja sociedad.

El socialismo, rebatiendo la idea burguesa, representa
un movimiento vivo, de progreso donde la democracia es para la
mayoría, democracia que implica igualdad entre los
ciudadanos y su igualdad de elección. Donde mientras mayor
sea la democracia, mayor serán las probabilidades de que
desaparezca el Estado.

Entonces, en esa sociedad superior, todos los ciudadanos
han de convertirse en empleados a sueldos de Estado para que
trabajen por igual y ganen equitativamente, va a imperar una
disciplina que constituirá el paso necesario para librar a
la sociedad de las penurias de la explotación
capitalista.

La mayor parte de las deliberaciones aquí
presentadas aparecen en "El Estado y la
revolución
", texto que escribe Lenin en julio de
1917, donde proporciona a mi criterio un verdadero manual para
ver a la hora de la revolución.

Es Octubre de 1917, está sucediendo la
Revolución, Lenin refiere que se tiene que pasar en un
mismo momento histórico de la burguesa (se tenía
que deponer a la monarquía) a la socialista (aunque no se
consideraban fuertes como para tomar el poder había que
organizarse).

Como tema central se tiene la cuestión del poder
que experimenta dos vertientes: la primera consideraba que una
vez eliminada la monarquía y con la existencia de un
gobierno provisional, se debía usar la maquinaria estatal
existente y otra que proponía eliminar el gobierno
provisional y formar un nuevo Estado: la dictadura del
proletariado. Todo queda en que los soviets convocan a una
insurrección contra el gobierno provisional, pues
consideraban que ellos eran los que debían tomar las
decisiones, con este pretexto se cita al Segundo Congreso de los
Soviets.

Por otro lado, el mismo día de la
revolución se aprueban los decretos de la paz, de la
tierra (aprobado por Lenin en ese mismo momento) y el decreto
acerca de las nacionalidades (derecho a la
autodeterminación).

Aunque esta revolución no viene como la esperaba
Lenin debido a que él consideraba que se debía
esperar a que la revolución en occidente triunfase para
que así viniese a ayudar a la de Rusia, la misma ha de
constituir una expresión acabada del pensamiento de Lenin
y aunque él por su salud y el atentado que le hacen pasa a
un segundo plano, no debemos olvidar que fue una figura
emblemática para la gestación de este proceso
así como para su manifestación y
desarrollo.

Sobre esto, refiere Rosa
Luxemburgo[27]que esta revolución echa por
tierra la teoría de Kautsky (importante e influyente
teórico del socialismo) y los socialdemócratas de
que Rusia por ser un país atrasado en varios aspectos no
estaba preparada para una revolución, que los dirigentes
de la revolución Lenin y Trotsky dieron un paso de magna
trascendencia para Rusia que implicó una gran violencia y
su actuar constituyó un ejemplo de política
socialista para la Internacional y que el partido de Lenin fue el
único en comprender cuál era su papel en ese
momento y vieron el camino correcto a seguir cuando hablaron de
una dictadura del proletariado para realizar el
socialismo.

Epígrafe 3. Ideal y realidad.

Uno de los elementos que patentizan la genialidad de
Lenin como conductor de un proceso revolucionario tan interesante
como el ruso es que desde un principio se percató de que
no era factible eliminar por completo la influencia
económica de la cual gozaba la burguesía, por lo
que consideró pertinente apocar dicho poder para
así fortalecer el poder político del
proletariado.

El primer impulso de construcción de socialismo
en Rusia se ve frustrado a partir de la intervención
extranjera y de la guerra civil, situación que se tradujo
en lo que se considera el "Comunismo de Guerra", momento que el
autor Fidel Vascós refiere como: "…la
aplicación más estricta del igualitarismo en la
distribución, la reducción de la
estimulación material de los trabajadores, la
rápida extensión de la propiedad estatal a costa de
la reducción de la pequeña producción
mercantil…"
[28]

Han transcurrido los días desde el último
de contienda, Lenin considera que la situación ya debe
cambiar por ello presenta una propuesta conocida como la Nueva
Política Económica[29]la cual va a
tener como objetivo aliviar la difícil situación
que quedó como legado de la guerra. Frente a esta nueva
propuesta se registran dos aspectos importantes: se observaba la
recuperación económica del país y a su vez
el enriquecimiento de algunos campesinos y dueños de
tierras; situación ante la cual Trotsky muestra su
desacuerdo pues entendía que estas medidas eran de tipo
capitalista y frenaban el desarrollo de ese socialismo al que
aspiraban llegar, pues consideraba al "comunismo de guerra" como
el método a adoptar por parte del Estado por ser el
adecuado para el desarrollo del país; aunque en febrero de
1920 Trotsky propuso al Comité
Central[30]cambiar los criterios de este
método, pues consideraba que no satisfacía las
necesidades por lo que era necesario modificarlo para revivir la
economía.

Con Bujarin es otro el asunto, pues primero era
partidario del "comunismo de guerra", luego que Lenin define la
NEP se hace partidario de este método y se interesa por
definir si esta última nace como un accidente
histórico debido las condiciones existentes o si era el
primer paso en una camino de transformaciones que apuntaban hacia
el socialismo. Por su parte Preobrajensky refiere que la
única posibilidad de supervivencia del socialismo parte de
garantizar la acumulación ampliada de la industria estatal
tomando los recursos del sector no socialista de la
economía. En fin, Trotsky y Bujarin apoyaban la idea de
que la NEP eventualmente debería desaparecer dando paso
así a una economía estatal mientras que Bujarin
consideraba que la construcción del socialismo se
realizaría a partir del funcionamiento parejo de la
economía estatal y la privada.

Pero llega el año 1922 y Lenin se retira del
poder debido a que sufrió un ataque de apoplejía,
por lo que se experimenta una tensión entre Stalin y
Trotsky ante la cuestión de quién asumiría
el poder. Lenin expresó su inclinación porque lo
sucediese Trotsky a su muerte y es entonces en el año 1924
cuando se asiste a tan triste episodio.

Antes de continuar avanzando, debemos precisar que este
proceso transformador en Rusia cumple con el modelo ideal de
socialismo, porque es la primera experiencia socialista que
puntualizará precedentes para el futuro y contó con
la presencia física de Lenin, quien aportó ideas
importantes a la teoría, pues a su muerte muchos fueron
los cuestionamientos a cerca de cómo se debería
construir el socialismo y todas las relaciones concernientes a
él. Lo cierto es que el proceso en Rusia coincide con la
teoría, pues la clase obrera subvierte el orden para luego
establecer una dictadura proletaria, que en Rusia tendría
un desarrollo específico e inigualable por las
características propias de la conducción general
del país a partir del fallecimiento de Lenin.

Stalin haciendo gala de sus influencias y
aliándose con Zinoviev y Kamenev logró imponerse a
Trotsky. La lucha por el poder se disfrazó de argumentos
ideológicos: con la construcción del socialismo en
un solo país (Stalin) y contra la revolución
permanente a escala mundial (Trotsky). Lo cierto es, que Stalin
logró su acometido, tomó el poder y se deshizo de
todos los elementos que lo comprometían: a Trotsky lo
envió al exilio y posteriormente lo ordenó
asesinar, así como se deshizo de Zinoviev y
Kamenev.

Para la fecha la situación de Rusia era
comprometedora, pues el cerco capitalista estaba empeñado
en ahogar al primer país socialista de la historia; como
determinación fundamental ante tal asunto se señala
la marcada necesidad de elevar el nivel da la producción
industrial en general, así como los medios de
producción.

Lógico es entonces que Stalin no estando de
acuerdo con la política existente comenzó a
realizar transformaciones como: abandonar la NEP y darle otro
rumbo a la economía, modificó la vida de pueblos en
función de un objetivo nacional, instauró la
colectivización forzosa y sometió al sistema
productivo a una disciplina de planificación central
obligatoria; tal vez estas sean las razones de que algunos
autores le atribuyan a Stalin la realización del proyecto
socio-económico en Rusia. Aunque la población no
estaba complacida con las mejoras en los servicios no se
expresaban debido a la eliminación de libertades y por
ende de la represión.

Stalin fue un dirigente movido por la ambición
que no dudo en ceder territorios en pactos con el fin de tener
sus fronteras tranquilas y la resistencia por parte de E.U hacia
su política de extensión del comunismo a
países con movimientos revolucionaros provocaron la Guerra
Fría (clima de tensión bipolar a nivel mundial
entre dos grandes bloques: el comunista y el capitalista, lo que
duraría hasta la disolución de la
U.R.S.S.).

Luego de la Segunda Guerra Mundial el panorama no era
muy favorable para Rusia quien había sufrido considerables
pérdidas de vidas humanas. Súmesele a eso la
connotada tensión que provocó la Guerra
Fría, la cual abrió el paso hacia un período
de mayor tensión entre 1961 y 1962 con relaciones
internacionales más complejas. Definitivamente se
deteriorarían las relaciones entre los soviéticos y
los americanos en el año 1980 luego de la invasión
soviética a Afganistán.

Posterior a la muerte de Stalin en 1953 la lucha por el
poder tuvo un giro interesante, sus colaboradores salieron
derrotados; mientras, Nikita Jrushchov denunciaba las atrocidades
cometidas por Stalin y sus ideas que respondían al culto
de la personalidad. Entre sus palabras pronunció reformas
cuyo fin era obtener mejoras en las condiciones de vida del
país. En el año 1964 Nikita Jrushchov es destituido
por el Comité Central del Partido Comunista a partir de
cuestiones tales como: "la crisis de los misiles en Cuba" y "el
Cisma chino-soviético".

Durante el mandato de Brezhnev la situación se
tornó difícil: las mejoras en construcción y
producción de alimentos no fueron suficientes. La naciente
cultura del consumismo y la escasez en bienes de consumo,
inherentes a un sistema de precios no regulado por el mercado,
fomentó el robo de propiedades estatales y el crecimiento
de un vigoroso mercado negro y en consecuencia con el
espíritu revolucionario que acompañó al
nacimiento de la Unión Soviética, el estado de
ánimo que predominaba en la élite soviética
al morir Brezhnev en 1982 era el miedo al cambio.

A partir de esta fecha las marcadas tendencias en Rusia
fueron el desmoronamiento de las estructuras económicas y
políticas y los intentos por invertir ese proceso mediante
reformas improvisadas. Después de la rápida
sucesión de Yuri Andrópov y Konstantín
Chernenko, le siguió Mijaíl Gorbachov quien
logró cambios importantes en la economía y en el
liderazgo del partido. Su política de glasnost
liberó el acceso público a la información
después de décadas de represión
gubernamental. Pero Gorbachov fracasó al tratar de
enmendar la crisis esencial del sistema soviético; en
1991, cuando una conspiración de personas próximas
al gobierno (Golpe de Estado de 1991 en la URSS) reveló la
debilidad de la posición política de Gorbachov, el
fin de la Unión Soviética estaba
próximo.

Después de la Primera Guerra Mundial el panorama
no era favorable, solo el imperio ruso se organizó bajo el
liderazgo de los bolcheviques, Stalin condujo a Rusia por el
camino de la industrialización y frente a la amenaza nazi
solo se fortaleció convirtiéndose en el rival de
los E.U.

En el intento de reformar la economía Gorbachov
propone "La Perestroika" que permitiría salir de la
ineficiencia económica y degradación social en que
se estaba, constituye además un proceso de reforma basado
en la reestructuración de la economía, se
desarrolla con la ayuda del Primer Ministro de Japón y se
parte del objetivo de reformar y preservar el sistema socialista
para otorgar a la U.R.S.S un espíritu de empresa e
innovación.

Este proceso, acompañado también de una
cierta democratización de la vida política, trajo
varias consecuencias a nivel económico y social que
provocaron el fin de la era de Gorbachov y el colapso y
desintegración de la URSS. A pesar del desenlace que tuvo
el asunto la reforma del sistema implicaba la ruptura con la
inmovilidad y aceptaba la posibilidad de moverse hacia el
socialismo en nuevas condiciones.

Con la desintegración de este modelo de
Socialismo, el futuro se llena de incertidumbre en lo referido a
la alternativa socialista; consecuente con ello se habla de un
descrédito de la idea de socialismo, de que no se crea en
que exista una alternativa diferente al capitalismo en la
actualidad y de que las condiciones del obrero se hayan
agudizado.

A pesar de todo esto, cuando el campo socialista
cayó no todos los ejemplos cayeron con él;
quedó una llamita encendida que con los años
permitió encender una gran hoguera que calienta hoy a
muchos.

Después del derrumbe se pudo observar que la
estrategia a seguir en cuestiones de socialismo debía ser
sometida a análisis y reflexión con el objetivo de
que su aplicación no constituyera un rotundo fracaso.
Países como China, Corea de Norte y Viet Nam estaban
inmersos en este proceso para la fecha, cada cual con sus
peculiaridades y aspectos distintivos; resaltando China tanto por
su potencialidad geográfica como económica, lo que
en su momento llegó a establecer una connotada
tensión entre Rusia y China.

Una China que aplicó un proceso de reformas que
estuvo precedido por la descentralización de
gestión económica a todos los niveles y la
creación de una economía mixta. Deng Xiaoping
inicio este proceso de reformas y aperturas para construir un
socialismo con características propias, proyecto que
continuó desarrollo bajo la dirección de Jiang
Zemin (1993) y Hu Jintao (2004). Estas transformaciones le
permitieron demostrar a China su potencialidad económica
que va de la mano de la idea de que los países deben
respetarse mutuamente, de que se debe evitar la exorbitante
polaridad entre ricos y pobres y de que se debe trabajar en base
a obtener el florecimiento cultural.

En la actualidad los expertos consideran que China es un
ejemplo del logro de una configuración preliminar de una
economía de propiedad pública como cuerpo principal
que se desarrolla a la par de la individual, la privada y los
elementos de economía no estatal. Es evidente entonces,
que se trabaja por elevar la capacidad para manejar la
economía de mercado socialista y de configurar los
mecanismos que permitan asegurar el desarrollo acelerado,
sostenido, coordinado y sano de la misma.

Por su parte, el pueblo de Viet Nam tiene como base de
lucha la independencia, la libertad, el socialismo y la felicidad
de la patria; por ello siguen las ideas de Lenin de que luego de
realizar la revolución democrático-burguesa el
pueblo debe encaminarse a la revolución socialista. En
base a esto se habla de un partido como instrumento conductor del
proceso, el cual fue capaz de concretar sus acciones
(fundó la liga Vietminh y organizaciones de masas para la
salvación nacional en 1977, así como agrupó
las fuerzas patrióticas en un solo bloque contra el
fascismo y el colonialismo).

Viet Nam, un país que a pesar de estar implicado
en contiendas bélicas, a partir de 1954 se propuso la
reconstrucción económica (aunque esta idea empieza
en el 1953 con el Primer Plan Trienal, donde se habló de
la transformación económica como primera fase de la
Revolución Socialista de Viet Nam del Norte).

En el período de la reconstrucción
económica se comprendió la transformación
social de la economía. La constitución de una
industria estatal y del monopolio de comercio exterior que se
emprendieron desde principios de la revolución nacional
forman parte de la construcción del socialismo. Para el
desarrollo rápido de la producción agrícola
así como la introducción de la
modernización, consideran los vietnamitas que se
debería resolver el asunto con una agricultura
cooperativista; pero lo más trascendente de la
cuestión es que reconocen que la política de
transformación no será coercitiva. Gracias a todo
esto ya para el año 1957 la economía estatal
adquiere un carácter complementario en la economía
nacional. Esta transformación con los años se
traduce en una evolución del pensamiento social así
como en el mejoramiento de los índices de calidad de vida
de la población vietnamita.

Corea del Norte, por su parte, reflexiona acerca de que
el derrumbe del socialismo en varios países proporciona
lecciones a analizar. Ven al socialismo como una sociedad
progresista que refleja las exigencias de las masas populares por
la independencia y el avance de la humanidad hacia el rumbo de la
marcha de la historia. Además, le confieren al partido un
enorme valor por su papel conductor en dicho proceso, por su
labor en cuanto a la consolidación de la base
ideológico-organizativa y como representa a las masas,
lógico es que no puede vivir al margen de ellas, por lo
que tiene que dotarlas de un modo firme con las ideas
socialistas.

También expresan a partir de la
"Declaración de Pyongyng" que el socialismo es el ideal de
la humanidad y de una sociedad que representa el futuro, una
sociedad verdaderamente popular, donde la idea socialista es el
ideal de la clase obrera; pero que representa una idea universal
de la humanidad que refleja la naturaleza social del hombre, la
liberación nacional y humana que encierra la
aspiración de todas las naciones y seres humanos a la
soberanía. La verdad justa del socialismo declara el
carácter inevitable de su victoria e inspira a los pueblos
del mundo a que luchen por la independencia.

En este contexto también llama la atención
Cuba y su proceso revolucionario que alcanza un momento
importantísimo con el triunfo en 1959 de la
Revolución Cubana. Original como nosotros solos
pretendíamos crear una revolución diferente, sin
precedente y mucho menos con ataduras a tendencias
ideológicas (debido en parte al sentimiento anticomunista)
lo cierto es, que desde la "Primera Declaración de la
Habana" se habla de una sociedad justa, igualitaria, de todos y
para el bien de todos; así que la historia patentiza que
fuimos una revolución con un sentimiento de entrega
profundo y presto a conseguir las premisas propuestas.

Pero nos complicó la vida el enemigo, cuanto acto
se podía ejecutar para hacernos daño
ahí estaba su mano. Es entonces, a partir de esta
coyuntura social y también económica, que en el
año 1961 se declara el carácter socialista de la
Revolución Cubana; pues si se estaba de acuerdo con las
declaraciones, como afirmó a viva voz el pueblo reunido en
una plaza, entonces se estaba de acuerdo con el socialismo. Un
socialismo original, que parte de las bases clásicas y que
en los próximos años se nutriría de los
parámetros internacionales y de las relaciones con
otros.

Hasta ahora esta es la carga histórica que
atañe al siglo XX, solo a él y a nadie más.
Un siglo que vio desde los primeros destellos de esplendor de la
humanidad hasta sus momentos más inhumanos y despiadados.
Pero no debemos caer en depresión por ello, al contrario,
el corazón nos debe dar un vuelco de alegría; sin
esperarlo el siglo XXI ha llegado… diferente, original,
con su propia cadencia y elegancia. Avizora cambios, movilidad,
esperanza para muchos, incredibilidad para otros; solo resta
esperar, vivir, escuchar, reflexionar sobre todo lo que
viene… sobre lo que está siendo.

Considero que todo este recorrido debe contribuir a
fortalecer la idea de que una alternativa siempre es posible
porque es la mejor oferta y está presentada para favor
nuestro desde la raíz de nuestra historia: el
Socialismo.

Capítulo II.

El Socialismo en el
siglo XXI

Epígrafe 1. Continuidad y
ruptura.

El derrumbe del modelo socialista en Europa tiene
consecuencias trascendentales en la historia por la
connotación social, cultural, política,
ideológica y económica que representaba el
socialismo como proyecto. Pero no debemos marginarnos y
apropiarnos solamente de este patrón, pues cierto es que
cambió el contexto mundial ante tal suceso y los cinco
aspectos aquí mencionados (sobre los que todo
teórico habla) sufrieron grandes transformaciones; pero
debemos ver más allá de la limitante física
y como buenos estrategas y aprendices, es esa la labor en la cual
se enfrascan hoy un número de países que batallan
por proveer y condicionar un mundo donde se respete la igualdad
entre los hombres.

Como explicaba anteriormente, el derrumbe del modelo
socialista en Europa no significa que el socialismo como sistema
no sea factible ni sostenible, esto solo indica que el proceso
debe ser sometido a un análisis detallado para no cometer
los mismos errores a la hora de aplicarlo, que debemos repensarlo
teniendo en cuenta un conjunto de variables si deseamos obtener
resultados positivos; pues el desarrollo del socialismo en la
U.R.S.S. representó la posibilidad de que países
atrasados entraran en la etapa de construcción sin pasar
primero por el capitalismo y esta es una lección digna de
apreciar.

Esta labor de construcción solo ha podido ser
lograda a partir de revoluciones entendiendo estas como un
proceso de transformación de la realidad existente. Una
revolución que va a suceder a partir de elementos
puntuales, de sus propias especificidades y particularidades, lo
que conducirá a una evolución diferente del proceso
en cada país; pero no por diferente se aleja de los
aspectos fundamentales que debe conservar la idea de
socialismo.

En nuestros días se habla de un socialismo de
nuevo tipo o socialismo en el siglo XXI. Los diferentes
países que se encuentran en esta faena y cuyos gobiernos
conducen tal asunto, han logrado sostener un fuerte movimiento
social que los apoya y que es casi posible afirmar que a eso se
debe el éxito del proyecto. Si hasta hace un tiempo se
consideraba que era necesaria la presencia del partido para
secundar dicho proyecto, ahora se necesita de ellos; pero
también se cuenta con la intervención
extraordinaria de hombres como Fidel Castro en Cuba, Hugo
Chávez Frías en Venezuela y Evo Morales en
Bolivia.

Cierto es que si una conducción acertada es
importante y en gran medida garantiza el triunfo de cualquier
proyecto, no se deben dejar desatendidas cuestiones que muchas
veces estos mismo dirigentes en su actuar las perciben y por ende
trabajan en función de resolverlas.

Queda claro que el interés de replantear,
reelaborar lo que se conoce hasta el momento como socialismo
responde al hecho de que ya la humanidad distingue que el
capitalismo en su incesante avance no le otorga a los seres
humanos el papel protagónico mientras que si lo hace con
las relaciones sociales de producción, en esta idea se
apoya el autor Lebowitz para afirmar que lo que se necesita es el
"desarrollo consciente de una sociedad civil"[31],
en lo que coincido con él; pues es necesario repensar la
idea, pero también ajustar la aplicación de la
misma al contexto que le atañe así como ajustar el
actuar de los individuos a los cuales va a afectar de forma
directa dicha aplicación.

En otras palabras, es necesario en este nuevo espacio de
construcción hacer un llamado a la individualidad para que
deje de ser, para que propiciada las condiciones el
egoísmo no se manifieste, el interés personal no
encuentre cobija y así ir dejando sin techo a todo rasgo
individualista confluyendo de esta forma en un punto donde va a
primar la solidaridad, el amor y el respeto por el
prójimo, el querer hacer por los demás, el
interés consciente de hacer por todos y para todos lo
mejor.

Entonces coincidiríamos en que en el proceso de
crear una nueva sociedad que va a partir de la anterior
existente, que va a deponer a un sistema fuerte que favorece a
los pocos para presentar un sistema nuevo, diferente, que va a
favorecer a los muchos; si se está realizando un proceso
de análisis al estilo kantiano, debemos ver como
lógico que si se analiza el proyecto en sí se
analicen las bases que lo sostendrán(entiéndase:
los individuos que apoyarán el proyecto); pues un nuevo
sistema que nace de lo viejo, que pretende rescatar lo que
desprecia el sistema anterior(poner en el centro de
atención al hombre) debe ser cauteloso y flexible, pero a
la vez firme en cuanto a sus ideas.

Fomentar un ideal socialista en nuestros días en
cualquier sociedad, herederos de la tendencia bipolar del mundo,
de escoger bandos por sobrevivencia o conveniencia
política es realmente toda una labor, puesto que en un
mundo prácticamente capitalista con excepciones
características la expresión de que "sólo
sobreviven los más fuertes" llega perfecta para seguirla.
Todas aquellas sociedades que deseen ser socialistas deben ser
fuertes para resistir los embates que les han de
venir.

Por ello, si se garantiza que la autoproducción
del sujeto responda a los lineamientos que traza el socialismo
como sistema, estoy segura que gran parte de la tarea ya
está realizada. Si se garantiza la creación
adecuada del hombre nuevo[32]se garantiza por ende
una transformación de la sociedad y de su realidad
consecuente al proyecto socialista.

Fomentando los valores correctos trazamos el camino a
seguir para que todos los individuos y todos los países
interesados puedan hacerlo, pero no se debe caer en el error de
porque se proponga un esquema de socialismo todos deban adoptarlo
tal cual es sin detallarlo. No, esta no es la idea. Quien desee
ponerlo en práctica debe de contar con sus propios
instrumentos lógicos para tomar la propuesta y realizarle
las transformaciones pertinentes que le garantizarán el
éxito, lo que refuerza la idea de que todo modelo parte
desde puntos diferentes pero que a su vez son los individuos
quiénes escogen cómo, cuándo y bajo
qué condiciones aplicarlo.

Ahora, Marx en su teoría expresó que era
el proletariado y solo él quién podía hacer
el cambio, quién tenía la labor histórica de
subvertir el orden, la realidad imperante e imponer otra. Pero el
decursar de la historia nos ha demostrado otra cosa; la
revolución social no se restringe a ser puesta en escena
sólo por el proletariado, pues según la variedad de
realidades que existen se tendrá actuantes para llevarla a
cabo. Actuantes que podrían coincidir con los libros (una
clase trabajadora organizada) o podrían ser de un
ejército de campesinos organizados, o un frente de
liberación nacional (electoral o armados), o rebeldes del
ejército o una alianza contra la
pobreza.[33] Cuando se reconoce esto se
está siendo consciente del proceso de cambio, se
está abriendo las puertas a la evolución del
pensamiento sobre un proyecto que necesita de transformaciones a
cada momento.

Luego, la sociedad socialista no se construye sola,
sabemos que necesita de una situación para partir de ella,
de protagonistas para que la hagan entrar en escena y de un
instrumento ideológico que la dote con argumentos
irrebatibles. A partir de ello se debe escoger un camino a
seguir, pero en este camino a seguir debe encargarse del control
y la transformación el nuevo Estado; pues el Estado
capitalista reproducirá las relaciones sociales
capitalistas y por ende los recursos que posea serán
utilizados para frenar cualquier elemento que constituya una
amenaza. Para el nacimiento y desarrollo de la nueva sociedad es
necesario la existencia de un Estado que crea en ella.

En todo este proceso de construcción juega un
papel fundamental la praxis revolucionaria, pues en el intento de
resolver sus necesidades, se lucha por una nueva sociedad, la
cual se va a gestar dentro del sistema capitalista no fuera de
él. Es en este espacio de lucha donde los trabajadores se
percatarán de que tienen intereses comunes y de que
necesitan unirse para luchar. Es entonces que se
percatarán de que luchando por sus necesidades se apropian
de una nueva necesidad (la necesidad de la sociedad) y que
sólo a partir de años de lucha se logrará el
cambio, se logrará la
autotransformación.

Podemos considerar que el socialismo no estará a
la vuelta de la esquina en una tienda para ir a comprarlo, no va
a ser algo fácil de adquirir, sólo se podrá
disfrutar plenamente de él cuando quien desee aplicarlo
luche por ello.

En este punto sería válido preguntarnos
¿Cuándo sabemos que ha progresado el proceso de
construcción socialista? A mi criterio se podría
considerar que se ha avanzado en la construcción
socialista cuando todos los índices apunten hacia la
satisfacción plena del individuo y de sus necesidades,
cuando para desarrollar las potencialidades del hombre
estén creadas todas las condiciones, cuando las relaciones
entre los hombres rijan los procesos de la sociedad y no otra
cosa, cuando se apropien los individuos de una conciencia social
que les permita analizarse a sí mismos y a la sociedad
donde viven y a partir de ello sean capaces de proponer ideas que
la renueven y la transformen.

Entonces hemos de entender que este socialismo nuevo del
que hablamos, que esta nueva sociedad que nace va a tener
particularidades propias y entre ellas hemos de concebir que no
va a ser una sociedad donde se impongan los criterios desde el
alto mando, ni donde la iniciativa sea propiedad de los mismos;
no va a ser una sociedad víctima de un Estado que provee
todos los recursos y soluciones a los problemas sin fomentar, por
tanto, el desarrollo de las capacidades humanas; no va a ser una
sociedad que en la persecución desenfrenada del desarrollo
económico alce pedestales para la tecnología;
será una sociedad que luche para que ese desarrollo
tecnológico favorezca a todos y donde se respeten las
diferencias. En síntesis, esto es una modesta
exposición de aspectos importantes del socialismo nuevo
que se pretende construir y del que ya está siendo, un
socialismo que comprende al hombre y es para el
hombre.

Donde el hombre o el sujeto protagonista del cambio
social y político no se ajusta a las estructuras
prefijadas, sino que responde a su historia consecuentemente,
pues se manifiesta y desarrolla en función de su realidad;
su pensamiento y actuar es la muestra fehaciente de un
pensamiento alternativo, interesante y diferente, donde coinciden
elementos de la vieja teoría e ideología y a su vez
se nutre de lo nuevo y fresco surgente.

El siglo XXI es testigo de una movilidad social
diferente en América Latina (digamos que porque los
sucesos acaecidos rompen con los modelos conocidos hasta el
momento), cuyas ideas se pueden considerar gestadas en todos los
procesos revolucionarios del siglo XX pero de los cuales capta
nuestra atención la Revolución Cubana por su
empeño imperecedero de demostrar que otro mundo mejor es
posible y que para lograrlo solo hay que tenderle la mano a
nuestros hermanos.

Según criterios expresados en el año 2002
por economicistas e intelectuales, "los pueblos del sur" que han
seguido nuestros pasos y a los cuales hemos ayudado de alguna
forma tenían la función histórica, para
patentizar la viabilidad del nuevo modelo que estaban adoptando,
de ser consecuentes con un número de elementos
interesantes tales como: garantizar la supervivencia del Estado
como identidad independiente y autodeterminada, el modelo a
aplicar debía ser eficiente en el plano económico y
social, se debía desarrollar la ciencia y la
tecnología, abogar por el desarrollo humano y unir al sur
y promover la colaboración y la integración
regional. Hoy en el año 2011 sin temor a equivocarme puedo
decirles que esos pueblos hermanos superaron las expectativas o
al menos las mías, pues desde hace tiempo parecía
que estaban ocurriendo hechos diferentes a los cotidianos en el
mundo y me preguntaba, ¿bueno si se atrevieron a hacer las
cosas que estaban haciendo durarán o en el camino
cambiarán? Para mi alegría no me defraudaron,
demostraron que si es posible crear una sociedad justa en un
mundo competitivo.

Epígrafe 2.Los destellos de luz en una
penumbra incierta.

a) El caso cubano.

En páginas anteriores hicimos alusión al
"caso cubano" de una forma breve para dar una panorámica
general y para dejar claro que se entiende que Cuba es un
país cuyo proceso revolucionario se desarrolla
fundamentalmente en el siglo XX. Este acápite pretende
recrear dicho proceso de forma general y de alguna forma explicar
por qué yo considero que es un país que puede
ubicarse cerca de aquellos que se agrupan en países en
fase de construcción del socialismo en el siglo XXI. Es
importante señalar que Cuba constituyó y constituye
una fuente teórica de experiencia para los países
que se encuentran en la fase constructiva, a pesar de la forma en
que se desarrolló y de las nuevas transformaciones que
está adoptando.

Debemos destacar que la revolución se
gestó en un mundo donde existía la bipolaridad
política y militar de las fuerzas imperialistas y la
acción de los dirigentes de estos círculos de poder
que les interesaba proceder hacia un nuevo orden mundial donde
imperaran sus principios ideas y valores capitalistas. En este
mundo un proceso revolucionario en Cuba de la magnitud que
aconteció, constituyó un exabrupto para los planes
imperialistas.

"Cuba fue el último país
latinoamericano que se liberó del yugo colonial
español y el primero en alcanzar la liberación
definitiva al calor de un movimiento revolucionario. La lucha por
la independencia de la Patria y la construcción de una
nueva sociedad se unieron estrechamente hasta convertirse en
tareas indisolubles."[34]

A pesar de los pronósticos internacionales
desfavorables sobre el proceso revolucionario en Cuba y la
sorpresa nacional ante los acontecimientos, la revolución
cubana sucedió y llegó para quedarse; al menos eso
se demuestra cada día cuando se sale a la calle y se mira
a los ojos de los ancianos tratando de descubrir en dónde
y cuándo están pensando, si en la milicia cuando la
inauguraron o en la noticia de que se había caído
el campo socialista. Lo cierto es que sus acciones nos aseguraron
el presente, pero presente por el que los jóvenes
también hemos luchado cuando reclamamos al niño
Elián o a los cinco cubanos, porque nuestro pasado cercano
nos asegura el presente y el futuro que ha de venir y para el
cual la juventud es un pilar importante cuando se intenta
alcanzarlo.

Nuestra historia es interesante, no es de glamour o
más bien, nos somos una Grecia o Venecia; somos una Cuba
libre y soberana y cuya libertad la lograron todos aquellos que
desde siglos pasados de una forma u otra levantaron la nariz para
ver más allá y apreciar que su entorno no era un
lecho de rosas; que su entorno era sangriento por la sangre negra
que corría cuando el esclavo no quería trabajar,
que era de sangre mambisa, que era de sangre virginal y joven,
que fue por último de hombres barbudos. Nuestro proceso
revolucionario fue concebido hace mucho, se concretó ese 1
de enero de 1959, día que el pueblo a viva voz aclamaba a
los rebeldes y a Fidel.

Si en la "Historia me absolverá" Fidel
explicó todos los males sociales que aquejaban al pueblo
de Cuba cuando le preguntaron que por qué se encontraba en
esa lucha, ese 1 de enero sería el momento inicial de una
segunda etapa de lucha: la de crear una sociedad para todos y que
efectivamente los años demostraron que fue así;
pues hoy somos una sociedad mejor con hombres y mujeres fuertes,
trabajadores, que no cejan en el empeño de llevar esta
revolución adelante y que ayuda a otros pueblos a hacer la
suya.

Este pueblo, cubano que logró resolver junto a la
acertada dirección revolucionaria los problemas sociales,
que garantizó casa, estudios, trabajo, ha tenido que ser
más fuerte que lo que se esperaba; pues coincidiendo con
el comandante Fidel señalo que aquello que los
imperialistas no pueden perdonarnos es que hayamos echo una
revolución en sus narices y por ello nos han castigado con
todo tipo de artilugio legal o no; el tema es hacer sufrir al
pueblo cubano hasta el punto que sea el mismo quien derroque al
gobierno. ¡Qué ilusos, aquí estamos! Luchando
por nuestras conquistas, después de resistir la Helms
Burton, la Torriccelli, la ley de Ajuste cubano y los
apéndices migratorios propuestos, la campaña
mediática, la difamatoria y todo lo que se les ocurre.
Pero aquí estamos porque somos un pueblo convencido de que
nuestra lucha es digna y con principios, de que esto es lo que
queremos para nuestros hijos y que construir el socialismo es la
voluntad del pueblo cubano.

Cuando Fidel declara el carácter socialista de la
Revolución Cubana, lo declara en base a que el pueblo
estaba de acuerdo con las "Declaraciones de la Habana", a partir
de ese momento los aires serían otros; no se
pretendía instaurar un modelo prefijado, se quería
partir de lo propio. Así que los años han
demostrado la originalidad del proceso que en su marcha es
solidario con los pueblos amigos, que refleja sus conquistas con
orgullo y que no se niega a la reformulación, a la
renovación del mismo. Cada día como "milagro" le
demostramos al mundo que existimos, demostramos que somos el
fruto del esfuerzo de los hombres y mujeres cubanos y que basados
en los conceptos de solidaridad y de desarrollo humano un mundo
mejor es posible y que sí existe una alternativa en este
mundo donde la mayoría que prima es
capitalista.

A partir de este estudio realizado se constata la
posibilidad de existencia y sostenibilidad del sistema socialista
y para marcar la diferencia con un capitalismo aplastante, desde
que la sociedad cubana comenzó la construcción de
su proceso social, el hombre estuvo en el centro. Nosotros como
sociedad que se encuentra construyendo el socialismo cubrimos con
las aspiraciones de Marx, Engels, Lenin, Che y otros; pues se ha
trabajado en la base de una educación política
adecuada, de la creación de ese hombre nuevo y con valores
nuevos y de la conducción correcta por parte del partido.
El socialismo es una obra del hombre y como creación suya
este debe preparar el terreno para su desarrollo pleno y
así establecer la sociedad justa que propone.

Esta sociedad justa va a respetar los derechos humanos
de los hombres tanto desde que para dirigir no se tiene que tener
dinero y hacer una gran campaña hasta el hecho de que los
males sociales no aquejen a los hombres: que no tenga una mujer
que prostituirse por falta de estudios, que no esté un
padre sin trabajo para dar comida a sus hijos, que hayan
programas de salud para atender al enfermo, que todo sea "hay"
gracias a la existencia de un orden socioeconómico y
político interesado en establecer una sociedad justa e
igualitaria.

Todos estos ejemplos que demuestran la veracidad del
proyecto socialista en Cuba, indiscutiblemente serían
comentados por todo el mundo, pues cómo un país de
"este mundo" que se encuentra cada día ante una serie de
deficiencias económicas, puede tener un índice de
natalidad comparable con los países del primer mundo, no
tener analfabetos, luchar porque todos tengan empleos y contar
con una esperanza de vida de 75 años; estas
estadísticas auguran a nuestro favor y a favor de que no
es imposible construir el socialismo.

Tales datos a pesar del constante empeño de los
imperialistas de desacreditarnos como país y como
sociedad, de una u otra forma recorren el mundo y son en la
actualidad valores que persiguen estos países que en los
últimos años han transformado su realidad. Cuba
juega un papel importante en el desarrollo y aplicación de
un número de programas que intentan apoyar dichos procesos
y por lo cual estos pueblos se sienten agradecidos con el pueblo
cubano, que ha cedido sus titulados para ayudarlos a construir su
sociedad.

Cuba demuestra cada día que este mundo necesita
cambios y que estos cambios son posibles. Cuba es la esperanza,
es la luz que muchos pueblos han esperado. Pero la pregunta que
se deben estar haciendo es ¿por qué incluir a Cuba,
un país cuyo proceso revolucionario data del siglo XX,
entre los países en fase constructiva del socialismo en el
siglo XXI?

En nuestros días se han estado hablando de
transformaciones interesantes cuyo objetivo va enfilado al
fortalecimiento de nuestro socialismo y así defender las
conquistas alcanzadas hasta hoy. Todo este proceso de
rectificación, de reformulación de nuestro
socialismo, primero que todo, parte de las bases propias del
socialismo pero se torna interesante a partir del punto de que el
llamado está hecho para perseguir la eficiencia y
productividad y por consiguiente se plasmara en la historia la
tipicidad de nuestro proceso. Esta idea se ratifica en las
palabras del comandante en jefe cuando expresó:

"Revolución es sentido del momento
histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es
igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los
demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros
mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas
fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y
nacional; es defender valores en los que se cree al precio de
cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo,
solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia,
inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar
principios éticos; es convicción profunda de que no
existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la
verdad y las ideas. Revolución es unidad, es
independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia
para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo,
nuestro socialismo y nuestro
internacionalismo."[35]

Esto es lo que venimos haciendo hace muchos años,
una revolución con colores de patria y de socialismo que
se ha interesado por nutrirse de nuevas experiencias. Una
revolución que en sus primeros años tenía
unas características y ahora cuando ha corrido medio siglo
tiene otras; se transforma, se mueve con paso firme, se hace
sentir en el mundo con valores positivos y se empeña en
demostrar que es el socialismo sin atreverse a imponer un modelo
oficial. Esta revolución cubana es la expresión
acabada de la llegada del pueblo al poder y de la
realización de su voluntad.

Las palabras de Fidel alientan a obtener el derecho a la
autodeterminación a aquellos pueblos que las escuchen,
alientan a que deseen ser independientes y autosuficientes,
alientan a estar unidos ante lo que puedan venir y deja recaer la
responsabilidad en los cubanos de que para pertenecer a esta
revolución, se debe ser consecuentes con dicho proceso,
debemos estar dispuestos a aceptar los cambios, a ser
desinteresados, a querer ayudar al pueblo hermano sin esperar
nada a cambio. Cumpliendo con todo esto, cumplimos con el modelo
socialista en que vivimos con los principios y valores morales en
los que hemos crecido.

Somos entonces un país en fase constructiva del
socialismo que clasifica en el socialismo del siglo XXI por el
hecho de que no nos hemos negado al devenir histórico,
estamos transformando nuestra realidad a nuestro ritmo, con
nuestros recursos, a partir de nuestras relaciones
internacionales creadas por medios de acuerdos y de intercambios
y no por la coacción de grupos movidos por intereses
económicos; en fin, somos autónomos en plenitud de
la palabra, lo que nos garantiza una independencia en pensamiento
y actuar.

Este proceso de lucha y reformulación ha tenido
como bandera una batalla de ideas, pues la contienda en que
participamos tiene como campo el de las ideas y no el de las
armas que arrastra consigo las economías y a las almas.
Consecuente con ello en los últimos años contando
con la dirección de Raúl Castro; pues Fidel se
retiró de la presidencia (por problemas de salud) pero no
de la revolución y lo que ello implica, ya que a partir de
sus reflexiones nos orienta y nos informa del acontecer nacional
e internacional y presenta valoraciones personales interesantes y
nutridas de los años vividos y de experiencias pasadas;
seguimos viviendo en una revolución dinámica que se
autotransforma y se autoconfirma.

Así lo demuestran las acciones realizadas en los
últimos años, pues se han trazado estrategias que
atribuyan a la consolidación del nuestro sistema,
dígase: el ahorro de combustible, la producción de
alimentos, la elevación de la productividad, la
recuperación de la industria, la sustitución de
importaciones y el aumento de las exportaciones. Todas estas
tareas tienen su inicio hace algunos años por lo que se
aplican a partir, primero de la concepción de Fidel y
luego con la dirección de Raúl.

Ahora, la nueva movilidad social aclama la
atención sobre otros asuntos, tal vez consecuente al hecho
de que se considere, coincidiendo con Benito Juárez, que
si el socialismo es la tendencia natural a mejorar la
condición o el libre desarrollo de las facultades
físicas y morales[36]¿por qué
hemos de negarnos a ello? Para nada, nosotros como sociedad
evolucionamos y nuestros dirigentes propician las condiciones
para una adecuada transformación (puede tener matices
interesantes, pues las condiciones creadas por la
revolución atribuyen un tránsito hacia una
economía basada en el conocimiento partiendo de la
preparación de los individuos ya que se han creado las
bases de capital humano necesarias y no solamente por la
acumulación de conocimientos técnicos, sino por la
siembra de valores éticos que contribuyen al proceso de
construir el socialismo por nosotros mismos no a esperar que
surja y que toque nuestras puertas para conocerlo).

El papel diario que representa cada cubano y la labor
con la que se identifican es un grano de arena, es el apoyo, es
el sí estoy de acuerdo, es el sí vamos a avanzar;
para ello transformamos nuestra realidad y los aspectos legales
que la rigen, pues si los enemigos del norte creen que a partir
de las necesidades y por ende del desespero el pueblo cubano
depondrá el gobierno, esta es la oportunidad perfecta para
demostrarles que aún con problemas económicos
latentes existe una conciencia social tal, que va a ser el pueblo
cubano junto a sus dirigentes quienes defiendan las conquistas de
la revolución y confirmen al mundo una, vez más,
que un mundo mejor es posible.

Se nos ha impuesto históricamente tener una
campaña de confirmación de nuestro proceso por
todos los hechos históricos (muchos para ser contados
aquí) que nos hacen hoy ser diferentes, pero estoy segura
que marcamos más la diferencia a partir año pasado
con la propuesta de los lineamientos que pretenden, como lo
indica su nombre, señalar nuevas disposiciones que
contribuyen a la "actualización" del
socialismo[37]en pocas palabras, la idea es
preservar como sistema el socialista, el cual nos ha
acompañado en todos estos años de
revolución, donde la planificación tendrá un
lugar importante y como consecuencia se pretende mantener y
elevar las conquistas de la misma.

Este replantear del asunto se inclina por lograr "una
descentralización progresiva de las
decisiones,  ahorros sustanciales de recursos, aumentar
exportaciones, sustituir importaciones, potenciar la oferta de
productos al mercado interno, hacer que el salario remunere de
veras los resultados, elevar la productividad en relación
con el salario medio, instaurar un sector de trabajadores por
cuenta propia y microempresarios como fuente de empleo para
cientos de miles que quedarán disponibles en las
nóminas infladas del Estado y como palanca creadora
de producciones y servicios  que la empresa
estatal no ha podido solventar;  trasformar en
cooperativas numerosas empresas públicas como
peluquerías, talleres de mecánica automotriz,
servicios gastronómicos y de
taxis."[38]Esta modificación del modelo
económico cubano nos garantiza un lugar entre los
países socialistas en el siglo XXI, primero porque es en
este siglo que ocurren los cambios y segundo, ¿si lo
nuevo, fresco y transformador entra en ese marco, no pertenecemos
entonces a uno diferente, no? Somos un país que se
encuentra inmerso en un proceso de evolución y
transformación, no nos quedamos asentados en mecanismos
retrógrados, avanzamos tal y como lo hacen los
años, avanzamos con el siglo.

Además, partimos del análisis de lo
precedente y aunque no copiaremos tal y como aparece no hemos de
desechar la experiencia o enseñanza positiva que se pueda
apreciar del error de otros, sino que nos autoanalizamos en busca
de nuestras deficiencias para enmendarlas y a la vez que nos
miramos hacia adentro, transformamos nuestra forma de pensar y
por ende nuestro actuar; seguimos buscando al hombre nuevo y
mejorado dentro de un hombre un poco viejo pero no
acabado.

Las diferentes intervenciones que ha protagonizado
Raúl constituyen un análisis crítico y
autocrítico importantísimo, pues no sólo
representa un análisis distintivo de la economía
sino que presenta interesantes reflexiones sobre la
construcción del socialismo en Cuba. Socialismo el cual se
nutre y se fortalece de experiencias pasadas, así como se
renueva y se asienta mejores bases a partir de las relaciones con
otros países que se encuentran en el mismo
proceso.

La historia cubana inculca en su pueblo un sentido de
pertenecía típico, las conquistas obtenidas por las
diferentes generaciones que han luchado y vivido la
revolución son un punto del cual enorgullecernos ante el
mundo y el cual defendemos. El socialismo cubano,
partícipe de estas conquistas por estar cerca cada vez que
logramos decirles al mundo que sí podemos, es hoy un
ejemplo de la entereza y firmeza de un pueblo, de la
expresión plena de igualdad y justicia, de una sociedad
donde el "todos" está en primer lugar.

Estas líneas no pretenden ser un estudio de caso
sino que se encaminan a esclarecer que Cuba como país
inmerso hace cinco décadas en el proceso de desarrollar un
nuevo modelo social, constituye un punto de referencia para el
mundo y sobre todo para aquellos países que decidan
alejarse del capitalismo y de esta forma adentrarse en la
construcción de un socialismo nuevo y diferente. Como
muestra de ello, en la actualidad, se establecen lazos
fraternales entre Cuba y los países que se interesan por
internarse en el proceso de construcción del socialismo a
partir de proyectos y convenios. Venezuela y Bolivia son los
protagonistas que aclaman nuestra atención.

b) Las experiencias actuales: Venezuela y
Bolivia.

La Venezuela que se conocía hasta hace unos
años era esa que exportaba cacao, luego café
(productos con muy buena aceptación en el exterior) en sus
primeros años y que con el desarrollo de la humanidad se
ha incorporado a otras actividades económicas tales como
la explotación y exportación de petróleo.
Esto es la panorámica general de un país
suramericano con grandes riquezas naturales.

Cuando uno ahonda en su historia se encuentra con que
Venezuela es algo más que eso; es la casa del Libertador
que deseaba y luchaba por una Gran Colombia, es uno de los
lugares que nuestro Martí nombró en sus textos con
aprecio por dar hijos tan nobles como Bolívar. Venezuela
es el escenario natural de la novela "El General en su
Laberinto"
de Gabriel García Márquez, donde de
una forma muy amena nos relata la vida de Bolívar pero no
sólo reflejando al general sino también al
hombre.

Partes: 1, 2, 3
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