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"Hacia la Edad de Oro"



Partes: 1, 2, 3

  1. Prefacio
  2. Introducción
  3. Restaurando El
    Cimiento
  4. Adquiriendo
    Fuerzas
  5. La
    Ciencia
  6. La
    Templanza
  7. La
    perseverancia
  8. El temor de
    Dios
  9. El
    compañerismo
  10. Amor
  11. Bibliografía

Prefacio

Estoy seguro de no equivocarme al decir que Dorian
Molina ya no es un escritor en ciernes, ahora es un
escritor.

He leído con mucho interés el libro
´´ Hacia la Edad de
Oro´´

Agradezco mucho a su autor; mi amigo y combatiente en la
huestes cristianas, Dorian Molina, por la deferencia de permitir
escribir el exordio de su libro, que tendrá estoy seguro,
una gran acogida entre el público amante de la buena
lectura.

El libro de Dorian se presenta sin la presunción
de que esté libre de defectos, pero con el deseo ferviente
de que pueda despertar interés entre los lectores como
queda dicho.

Es muy cierto que el hombre se encuentra en una gran
crisis espiritual y ha buscado solucionarla creando nuevos
sistemas de gobierno, aumentando los logros científicos,
huyendo al espacio o haciendo la guerra; en esta alocada carrera
armamentista, el hombre no hace otra cosa que labrar su propia
desgracia.

Es muy paradógico que el hombre que ha dominado
casi todo lo que está a su alcance, no se haya dominado
así mismo. El hombre, desgraciadamente, no se conoce
aún.

. Este es el motivo de la gran cisis espiritual que hoy
vivimos, si el hombre llegara a comprenderse un poco, todo
sería diferente y los logros hacia una edad de Oro, fueran
factiblemente, una realidad.

El propósito del libro es bien claro, simple
dicho ya, y vale la pena leerlo dos veces.

Hoy podemos preguntarnos: Qué le ha pasado al
hombre?

¿Qué se han hecho sus valores? Qué
rumbo ha tomado la vida del hombre?

El hombre es la imagen de Dios, es su obra maestra, pero
a donde va el hombre? A una pérdida total de sus valores
más nobles: sus valores éticos. Sabemos que el
hombre viene de Dios.

Luchemos para que alcance la edad de oro sugerida por el
autor.

Hemos dicho que la pérdida de valores es
elocuente, es visible y desgraciadamente el hombre nada hace para
detener el deterioro moral que lo agobia.

Por todo esto es importante leer ´´ Hacia
la Edad de Oro ´´

Porque nos señala con precisión los
consejos y la fórmula para alcanzarla.

El hombre tiene que volver sus ojos a Dios, su hacedor y
sostenedor y no pensar en el desgobierno de su vida. Tiene que ir
al encuentro personal con Jesucristo. ´´ El que a mi
viene no lo echo fuera ´´ dice en su
palabra.

El libro imparte algunas orientaciones prácticas
respecto a la mejor manera de encontrar un camino, una vía
hacia la consecución de la Edad de Oro.

En cada caso, la fuente de la cita ha sido indicada
fielmente en las notas que aparecen al calce de la página
respectiva.

Finalmente, desde ya, hacemos votos por el éxito
total del libro, una pieza simple, sin muchos remilgos
literarios, pero con la clave latitante para alcanzar la edad de
Oro, meta final sugerida por el autor.

Ojalá que todos estemos planeando ahora cuando
hay tiempo, emprender la carrera para alcanzar la ´´
Edad de Oro ´´ son mis más caros
deseos.

Cúcuta-Julio 26 de 1988

Etálides Lamar Reslen.

Introducción

Como lector y humilde estudiante de la Biblia, que cree
firmemente que ella es la palabra fiel y eterna de Dios, he
soñado con escribir un libro que ayude a mis hermanos a
comprender que no es el deseo de nuestro Salvador que nosotros
lleguemos y entremos al reino de los cielos ´´ a
duras penas ´´
o con dificultad, como habiendo
escapado con vida de un incendio en el que perdimos todos
nuestros bienes como decía Pablo. ´´ Aunque
así como por fuego ´´ (1 Co 3:15) sino en un
triunfo amplio y generoso, producto de vivir la vida abundante.
(2 P 1:11) en el cual podamos con gozo, el día del
tribunal de Cristo, recibir nuestra corona.

Y este sueño permaneció en mí y por
fin se hizo realidad y ahora lo encomiendo a la bondad de los
lectores, a quienes de antemano expreso mis agradecimientos
sabiendo que la gloria de Dios, por el fortalecimiento del cuerpo
de Cristo, que es la Iglesia, se hará notoria entre los
incrédulos y los pseudocristianos por el cambio radical y
profundo que producirá en los creyentes deseosos de servir
al Señor con sinceridad el aceptar y practicar las
verdades sencillas que contiene esta obra, que se desprende
naturalmente de la palabra de Dios. He aquí que
emprendemos una jornada y quizás sea la más
importante que nos hayamos propuesto, en este camino de ascenso
sólo, nos podrá detener la muerte o la venida de
Jesucristo. La meta propuesta es conseguir una pepita de
oro.

Hemos de seguir fielmente las directrices que
están claramente señaladas en las Escrituras,
porque ´´ Dios es el que ordena nuestros pasos y
así aprueba nuestro camino ´´. Terminando este
trabajo, ten confianza que nos presentamos delante del
Señor con un fruto que permanecerá.

Si en medio de un jardín, vemos una flor entre
muchas otras, no resaltaría, como si la
apreciáramos en un desierto entre los cardos y espinas,
igualmente pura, delicada y despidiendo su fragante olor,
ahí en ese ambiente si llamaría nuestra
atención. Igualmente precioso es el creyente a los ojos de
Cristo. ´´ Como el lirio entre los espinos,
así es mi amiga entre las doncellas ´´ (Cnt
2:2). de modo que somos importantes para Dios, ´´
somos su especial tesoro ´´, por el nuevo nacimiento
que es la obra del Espíritu Santo que se opera cuando la
persona acepta a Cristo como su Salvador personal, en esta cambio
se le restablece al alma la semejanza con Dios, que había
perdido en el pasado con el pecado de desobediencia. Lo que
significa que se produce la regeneración que es
´´ el principio de la vida de Dios en el alma del
hombre ´´. No es un cambio de la naturaleza, como
enseñan algunos, porque da a entender por la
expresión que se refieren al cambio de la naturaleza
humana, piensan que el corazón del hombre, pudiera ser
transformado o mejorado para dar frutos de justicia, pero la
palabra de Dios objeta esa presunción diciendo:
´´ Por cuanto la intención de la carne es
enemistad contra Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios; ni
tampoco puede ´´. (Ro 8:7)

Nuestra vieja naturaleza he de ser ´´
desechada ´´ y no cultivada y mejorada. Puesto que
ahí una nueva naturaleza en nosotros que es la divina, la
cual debemos desarrollar. A veces hay confusión y
perplejidad cuando se trata este tema del ´´
lavamiento. de la regeneración ´´. (Tit 3:5).
Por esto quiero dejar claro este concepto con el siguiente
ejemplo que grabé de un mensaje. Supongamos que usted
venda un terreno, desde el momento que firma las escrituras y la
entrega ya no es suyo, pasa a ser completa posesión del
comprador, pero casi siempre la ocupación por parte del
comprador no se verifica en el mismo momento; sino que el
comprador empieza a construir y a cultivar la parte baldía
poco a poco. Es parecido la operación al entregar nuestra
vida a Dios, y El regenerarla es completa, es decir, ya no es
nuestra como en el caso anterior (1 Co. 6:19). luego viene la
renovación, que es ese cultivar poco a poco de que
hablemos en el ejemplo, ese terreno baldío o sea la nueva
naturaleza.

Pero y ¿Cómo se desecha la vieja
naturaleza y se desarrolla la nueva?

Esto se explica por el sello del Espíritu Santo.
Cuando creímos ´´ fuimos sellados por el
Espíritu Santo ´´. (Véase Ef. 4:30 y 2
Co. 1:22), que son las arras de nuestra herencia, para entender
cabalmente la afirmación anterior, quiero que
detenidamente estudiemos a nuestro modelo cuando fue sellado por
el Espíritu Santo, ´´ porque a este
señalado Dios el padre ´´ (Jn
6:27).

Cuando Jesús estaba en el Jordán siendo
bautizado, ´´ el Espíritu Santo
descendió sobre el en forma corporal, como paloma (Lc
3:22).

´´ Y Jesús lleno del Espíritu
Santo volvió del jordán ´´ (Lc. 4:1). Y
luego ´´ Vino del desierto por el poder del
Espíritu ´´ (Lc 4:14); y dijo en la sinagoga
´´ El Espíritu tu del Señor está
sobre mí ´´ (Lc 4:18). Esto aconteció
antes de que iniciara su ministerio, durante el mismo; y al final
de sus días aquí en la tierra lo vemos
ofreciéndose sin mancha al Padre celestial por el
Espíritu Santo.

De modo que la vieja naturaleza fue crucificada con
Cristo como dijera Pablo en Ro. 6:6 ´´ sabiendo esto
que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con El para
que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que nos sirvamos
más al pecado. Lo que significa que cuando recibamos a
Cristo por fé, la naturaleza de Adán muere, para
que viva la naturaleza divina. ´´ Ya no vivo yo,
más vive Cristo en mí, y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios, el cual me amó y
se entregó a si mismo por mí´´.
(Gá 2:20). Queda claro entonces que no es con la
naturaleza vieja, que vamos a proseguir, porque no la
reeducaremos, sino con la naturaleza divina en nosotros. Por el
sello y el poder del Espíritu Santo que vimos en el
ejemplo del Señor Jesús, que vamos a renovarnos.
´´ Por la renovación del Espíritu Santo
´´. (Tit 3:5).

Esto no significa que tengamos que ser crucificados
diariamente una vez fue suficiente, note que Pablo señala
cuidadosamente que nuestra crucificación con Cristo es un
hecho ya cumplido y no algo que tengo que realizar a diario o
tratar de que Cristo lo haga en mí en alguna oportunidad
de la vida cristiana. Quizá quizás tengamos un
vicio que no es consecuente con el testimonio evangélico,
o una actitud interna como: celos, lujuria o amargura y deseamos
fervientemente erradicarlo y en diversas oportunidades hemos
planeado y puesto en práctica soluciones que finalmente
nos han llevado a un rotundo fracaso por haberlos atacado o
combatido desde el punto de vista del esfuerzo humano. Y es que
la naturaleza humana no está solvente, es como un
pagaré de uno que está en bancarrota. Así lo
afirmo Jesús: ´´ el Espíritu a la
verdad está presto, pero la carne es débil
´´.

¿Cuál es, la solución para aplicar
la obra de Cristo en la cruz, a nuestro andar
cotidiano?

Sobre está revelación es que trataremos en
este opúsculo haciendo la diferencia entre la
regeneración y la renovación, comprendiendo primero
esto: que la salvación de nuestras almas y el sello del
Espíritu Santo no es la meta, sino el comienzo de una
nueva era, como dice Pedro: obteniendo el fin de nuestra
fé, que es la salvación de nuestras almas
´´. (1P 1:19).

Amable lector, todo camino empieza con el primer paso,
como dice el proverbio popular: ´´ Un viaje de quince
kilómetros empieza con un solo paso ´´. Y para
alcanzar la meta que nos hemos propuesto, daremos siete
pasos.

Así que animo, ascendamos hacia la Edad de Oro,
puesta la mirada en nuestro modelo y santificándonos para
El, como dijo: ´´ Por ellos yo me santifico a
mí mismo, para que también ellos sean santificados
en verdad ´´ (Jn 17:19)

Capitulo 1

Restaurando El
Cimiento

Una vez, estábamos perdidos en el error, sin Dios
y sin esperanza en el mundo, siendo enemigos de Dios, tratando
inútilmente de ordenar nuestros pasos, y escuchamos el
mensaje divino, el mensaje de la palabra de Dios, éste
tocó nuestras vidas y pudimos apreciar en toda su magnitud
nuestra triste situación y la horrible imagen del pecado
desde el punto de vista de Dios y desde su santidad comprendimos
´´ Que no hay justo, ni aún uno ´´
(Ro 3:10) ; que ´´ Por cuanto todos pecaron,
están destituidos de la gloria de Dios ´´ (Ro
3:23) ; que nuestras ´´ Iniquidades habían
hecho división entre nosotros y Dios ´´ (Is
59:2 );que nuestras ¨´´ Justicias son como trapos
de inmundicia" ; y nuestros sacrificios eran para el demonio y no
para Dios ´´(1 Co 10:20). Entonces fue cuando nos
sentimos tremendamente culpables y supimos que estábamos
condenados y nos preguntamos entonces ¿Qué debo
hacer? .

Fue cuando oímos las palabras que revelaban el
plan de Dios para el pecador perdido ´´ Cree en el
Señor Jesucristo y serás salvo ´´ (Hch
16:31), y que Jesús dijo: ´´ Yo soy el
camino
, Y si Jesús, es el camino, no te puedes
perder, la verdad, y si Jesús es la verdad, nadie
te puede engañar, y la vida, y si Jesús es
la vida , nadie te la puede quitar, y nadie viene al padre
sino por mi
´´ (Jn 14:16), y que Dios muestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros ´´ (Ro. 5:8) y luego
´´ El que a mi viene yo no lo echo fuera
´´; fue cuando entendimos que Cristo era nuestro
sustituto, que la Justicia de Dios estaba satisfecha por el
sacrificio de Cristo y que sólo era necesario, apropiarnos
de esta forma sencilla de la salvación, y se produjo la
fé y dijimos: ´´ Señor, creo en ti me
arrepiento de mis pecados y te acepto como mi salvador
personal, Fue aquí cuando pasamos de:

La Edad de las Tinieblas

A la Edad de la luz y ahora,

Caminamos hacia la Edad de Oro, para luego ser
introducidos

En la Edad Celestial.

Qué momento tan glorioso, qué paz interior
¡qué gozo! Ninguna persona que ha tenido esté
encuentro personal con Cristo, lo podrá olvidar
jamás, quizá olvide el día, la hora el mes
el año incluso, pero jamás el momento de dar este
paso transcendental ´´ De la muerte a la vida
´´. Queda claro entonces, después de recordar
esta hermoso momento, que fuimos rescatados de nuestra vana
manera de vivir por la fé, que tampoco, era nuestra, sino
que vino: ´´ por el oír, y el oír de la
palabra de Dios ´´ (Ro. 10:17) porque la
salvación es por gracia por medio de la fé, no por
obras que nadie se glorié y esto no de vosotros pues es
don de Dios ´´ (Ef 2:8,9).

También por la fé, fuimos justificados,
´´ Justificados púes por la fé, tenemos
paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo"
(Ro.5:1).

Escribo: fuimos justificados. Porque efectivamente esto
sucedió en el pasado cuando aceptamos al Señor.
Definitivamente debemos establecer este hecho en nuestra vida; de
otra forma, pensaríamos que nuestra relación con
Dios, estaría sometida a un riesgo constaste, porque no
siempre (aunque quiero) practico la vida cristiana correcta,
entonces viviría preguntándome si Dios
estará disgustado conmigo por mí actuación y
mi vida sería una ruina de nervios imaginando a Dios con
un garrote, esperando que yo pegue para él vengarse.
Definitivamente no es así. Ya fuimos justificados.
Recuerde el ejemplo del ladrón el la cruz, entregó
su vida a Cristo, y Cristo le dijo:´´ hoy
estarás conmigo en el paraíso
´´.

¡No tuvo que bajar de la cruz y hacer sacrificios
o buenas obras par ser justificado. No; fue justificado en el
momento que creyó.

Cuando hicimos el acto de fé, aceptando a Cristo,
inmediatamente fuimos perdonados, porque la deuda de pecados que
el hombre tenia con Dios, fue cancelada mediante la obra
redentora de Cristo ´´ perdonándonos todos los
pecados ´´ (Co 2:13) y en esto de todos los pecados
quiero hacer énfasis, porque hay la creencia de que Dios
perdonó los pecados que cometimos antes de recibir a
Jesús solamente. Cuando voy al templo donde nos
congregamos, siempre al llegar miro detenidamente la fachada de
éste, porque en ella en concreto armado, se encuentra
fijada la figura de la cruz, pero lo que me llama la
atención es que la cruz tiene un solo brazo, de modo que
el otro parece estar introducido en el templo; este ejemplo para
aclarar la afirmación anterior que me hace recordar lo que
escuché de labios de un siervo de Dios ´´
Parece que los creyentes pensaran que la cruz tiene un solo brazo
que apuntan hacia los pecados pasados pero no toman en cuenta el
otro, que apuntan a hacia sus pecados futuros ´´.
Efectivamente cuando Cristo fue a la cruz, crucificó con
El también todos nuestros pecados, los pasados, presentes
y futuros (Col 2:13,14). Y esto está confirmado en He.
10:17 que dice: ´´ Y nunca más me acordare de
sus pecados y trasgresiones. ´´ lo que quiere decir
que nosotros no dejaremos de pecar por el hecho de ser creyentes
ahora, esto no debe de entristecernos y crear una conciencia de
pecado en nosotros y ponernos a andar sabiendo que el pecado fue
crucificado y no tiene ningún poder sobre nosotros. Pero
si pecamos ´´ Abogado tenemos ´´( 1 Jn
2:1 ). Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
´´ (1 Jn 1:9) esta gran verdad, da oportunidad a
muchos pseudocristianos de decir: ´´ Entonces ahora
podemos pecar que nadie nos lo cobrará ´´
Realmente a ´´ Libertad fuimos llamados, solo que no
uses esa libertad como ocasión para pecar ´´
como libres, pero no como los que tienen la libertad como
pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios
´´ (1 P 2:16) Conduciéndonos con temor todo el
tiempo de nuestra peregrinación ´´(1P
1:17).

Recuerda que la fé nos fue dada para creer en
Jesús y que nos fue dada completa, la fé no viene
por cuotas, lo que significa que la fé no crece como
pensaban los discípulos de Jesús cuando le dijeron
al Señor: ´´ Auméntanos la fé
´´ (Lc. 17:5). Lo que crece es nuestra vida
espiritual y el concepto que teníamos de nuestro Salvador,
como dice 2 Te. 1:3: ´´ Porque maravillosa ha sido en
verdad la manera en que han crecido en la fé
´´ y en 2 Co. 10:15 dice también:
´´ Esperamos en que ustedes se desarrollen en la
fé ´´.

Entonces si Dios nos dio toda la fé, surge la
pregunta de los líderes de la iglesia ¿Por
qué los creyentes no crecen? ¿Por qué
están desanimados? ¿Por qué son perezosos?
Es la misma pregunta que le hizo el Señor a sus
discípulos cuando les dijo: ´´
¿Dónde está vuestra fé? (Lc.8:25).
Bueno, por eso titulé este capítulo Restaurando
El Cimiento,
no el cimiento de la Salvación, el cual
es Cristo, sino el cimiento del crecimiento cristiano el cual es
la confianza; por que la fé perdió su objetivo
original para lo que nos fue dada, que es Cristo, como dice en
He.12:2. ´´ mirando a nuestro modelo, el autor y
consumador de la fé. Por eso, porque la fé
perdió su objetivo, es que se ve en los creyentes, esa
ausencia de confianza verdadera y esa sensación de
vacío, por lo tanto todas las cosas espirituales se
convierten para ellos en algo inalcanzable, como un espejismo que
se desvanece en la distancia.

Para ilustrar como se restaura la confianza veamos el
ejemplo de Abraham.

Cuando Dios llamó a Abraham y le dijo:
´´ Vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa
de tu padre, a la tierra que te mostraré ´´.
(Gn. 12:1) Abraham obedeció y ´´ Tomó
pues, Abraham a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y a
todos sus bienes que fueron adquiridos y las personas que
habían ganado en Harán, y salieron para ir a tierra
de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron,
´´ (Gn. 12:5) luego Dios le prometió un hijo
´´ No te heredará éste, sino un hijo
tuyo, será el que te heredará ´´ (Gn.
15:4) Y Abraham, aunque tenia setenta y cinco años,
Creyó a Dios, ´´ Y creyó a
Jehová, y la fue contado por justicia ´´ (Gn.
15:6). Lo significaba que Dios en base a la fé sola lo
declaró justo. Pasados cuarenta años, Dios le
dijo:

Abraham: toma ahora a tu hijo, tu único Isaac a
quién amas y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo
allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te
diré ´´ (Gn 22:2). Y Abraham nuevamente
obedeció, y ´´ puso a su hijo en el altar
sobre la leña y extendió "Abraham su mano y
tomó el cuchillo para degollar a su hijo ´´
(Gn 22: 9,10). Pero precisamente en ese momento, Dios le dijo a
Abraham que se detuviera. (Gn. 22:12); parece que Abraham a pesar
de haber demostrado esa gran confianza ante las primeras
promesas, su fé cambió de objeto, porque se
dedicó por entero a su hijo y seguramente durante estos
cuarenta años, también cometería algunas
faltas. Sin embargo hay algo que no cambió ´´
Que Dios lo siguió considerando justo ´´. Y
por esto probó su fé, para que él diera
evidencia de ella, pues durante este tiempo su confianza se
debilitó por haberse ocupado de otros asuntos. Lo que se
nos enseña entonces, es que la fé nos fue dada
completa, pero se encuentra ahora oculta en nosotros, por haber
desviado nuestra atención hacia otras manifestaciones u
otros esfuerzos. Y la restauración de esta cimiento del
crecimiento se basa en lo explicado antes, ´´ en
volver la mirada al autor y consumador de la fé
´´. .No perdiendo este objetivo. Sino como
Moisés ´´ Que se sostuvo como viendo al
invisible ´´ (He. 11:27). Para que cuando se nos haga
la pregunta que hizo Jesús a sus discípulos,
diciendo: ´´ Cuando venga el Hijo del Hombre,
hallará fé en la tierra ´´. (Lc. 18:8)
podamos contestar afirmativamente. Un ¡Si! Rotundo,
porque ahora que lo entendemos, sí ´´ Andamos
por fé, no por vista ´´ (2 Co. 5:7). Si
estamos ´´ Combatiendo por la fé del evangelio
´´ (Fil. 1:27), sí estamos firmes en la
fé, sí estamos convencidos ´´ Que la
victoria que ha vencido al mundo, es nuestra fé
´´ (1 Jn. 5:4) . Ahora estamos seguros de las
promesas de Dios, sabiendo que son como un cheque al portador y
que las podemos cobrar ahora cuando estamos seguros. Gracias al
Señor, ´´ Que a nosotros se nos anunció
la buena nueva como a ellos, pero a ellos no les aprovechó
el oír la palabra, por no ir acompañada de
fé en los que la oyeron (He. 4:2)

Ahora que nuestro cimiento está restaurado, que
sabemos que nuestra ´´ fé es mucho más
preciosa que el oro´´ pongamos toda nuestra
diligencia, siendo intrépidos y pensamos en sublimes
posibilidades. Es la oportunidad de dar el primer paso en la
etapa de la renovación, recordemos la gran ´´
nube de testigos ´´ (He. 12:1) que nos sirve de
estímulo, porque cada creyente debe correr su propia
carrera.

En la política, no hay coordinación entre
las promesas (que hacen los candidatos) y lo realmente posible
(lo que pueden cumplir; luego que asumen el poder). Con Dios es
diferente las promesas suyas se han hecho efectivas cuando hemos
creído. Por la fé hemos dado un salto, al puesto
real que Jesucristo tiene ahora, y que en él es realmente
nuestro. Por la fé somos santos en Cristo, ahora debemos
ser santos, no es abandonar el pecado poco a poco, sino que
debemos hacer verdadero en nosotros, lo que ya es verdadero para
nosotros en Cristo.

Al comienzo decía que Dios no quiere que nosotros
lleguemos arrastrándonos a su presencia, sino triunfantes
y victoriosos. Lo que significa que nos corresponde administrar
la entrada, ´´ Haciendo firme nuestra vocación
y elección ´´ (2 P 1:10), y esto de haciendo
significa hacer cuanto nos toca, o en otras palabras, todo cuanto
depende de nosotros. (´´ Porque el ´´
hacer ´´ es absoluto y finalmente la parte de Dios
´´).

¿Qué nos toca a nosotros?
¿Qué es lo que depende de nosotros, para hacer
firme nuestra vocación y elección? (De estos dos
términos, vocación y elección hablaremos
más adelante). En la palabra de Dios están las
respuestas que transcribo a continuación en los siguientes
capítulos.

Es muy importante que estemos seguros de nuestra nueva
posición en Cristo y de la doctrina de la
regeneración. Porque ahora basados en el cimiento del
crecimiento que es la fé, iniciamos la etapa de la
renovación y ésta sí se sucede paso a paso,
porque no hay ningún atajo para llegar a la madurez
espiritual (Aunque a muchos creyentes le gustaría). De
modo que poco a poco, pero con paso firme, avancemos;
´´ Edificándonos sobre nuestra
santísima fé ´´ (Jud 20).
´´ Porque nosotros no somos de los que retroceden,
sino de los que tienen fé para preservación del
alma´´ (He. 10:39).

Entonces sin más dilación, iniciemos
´´ La carrera que tenemos puesta por delante
´´. Porque las cimas que los hombres han alcanzado y
mantenido, no fueron alcanzadas en un vuelo repentino, sino que
ellos, mientras sus compañeros dormían,
ascendían con dificultad en la oscuridad de la
incomprensión. He aquí el primer paso.

Capitulo 2.

Adquiriendo
Fuerzas

Trasladémonos imaginariamente en el tiempo,
cuando este no existía; entremos en la eternidad que
precedió a la fundación del mundo, cuando no
había tierra, ni estrellas, ni sol, ni luna, ni
ángeles, cuando lanzados en este espacio infinito, no
tropecemos con ninguna criatura y lleguemos al concilio de La
Divina Trinidad, para ver su glorioso deleite, para oírlos
decir: "Hagamos al hombre", y luego nuevamente la voz para decir:
´´ Salvemos al hombre ´´ ,
veríamos el acuerdo de donde surgió el plan de la
salvación y veríamos como Dios designó a su
hijo Jesús, su único, su Amado y que era necesario
que se despojara de toda su gloria, de todo su esplendor, para
humanizarse y estando en la carne, sufrir penas, vituperios y
toda clase de dolor físico y espiritual, para finalmente
morir crucificado como los inicuos, confundido entre los
malhechores y luego de haber pasado este dolor, esta honda
amargura con tan hermosa mansedumbre, levantarse triunfante en el
sepulcro, resucitar sin ver corrupción y así
victorioso aparecer anta sus incrédulos discípulos,
para luego ascender ante la presencia de su Padre, para que El le
recibiera con esa plenitud de bondad y de gracia, que sólo
Dios puede dar y así manifestar en la presencia de su
Padre, que ya la obra redentora del hombre, estaba consumada, que
ya el débil pecador, el pobre ser humano, podía ser
salvo, aceptándolo a El por la fé. Y
veríamos el gozo de Dios, su éxtasis de amor y
oiríamos decirle: ´´ Tu eres mi Hijo, tu trono
es eterno, siéntate a mi diestra, hasta que ponga a mis
enemigos por estrato de tus pies."

Evidentemente todo resulto de acuerdo al plan
preestablecido. Pero no fue que al Señor las cosas le
fueran ´´a pedir de boca ´´, sino tuvo
que luchar incansablemente contra obstáculos de magnitudes
increíbles.

Satanás sabía que Jesús venia a
salvar al hombre y por eso intentó destruirlo en varias
ocasiones, por ejemplo a través de Herodes, después
de su nacimiento ´´ Cuando se vió burlado por
los magos, se enojó mucho, y mandó matar todos los
niños menores de dos años que había en
Belén ´´ (Mt 2:16) La lucha sigue en el
desierto por cuarenta días (Mt 4:1:11), y luego viene el
esfuerzo supremo del enemigo, cuando le ataca en
Getsemaní, Jesús está orando, el diablo lo
ataca, Jesús entra en agonía, mira a sus
discípulos para que lo apoyen en la oración ,
porque El está agotado, pero ellos está durmiendo.
Entonces el Señor ora mas intensamente y su sudor eran
como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra (Lc
22:44) El autor de Hebreos al referirse a está lucha dice:
´´ Y Cristo en los días de su carne,
ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y
lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue
oído a causa de su temor reverente ´´ (He 5:7)
Cristo estaba sudando sangre, como resultado de la batalla que
sostenía con el enemigo, probablemente esta sudor de
sangre acabaría con su vida. Satanás quería
matarlo ahí, en la soledad de ese monte de los Olivos, no
quería de ninguna manera que Cristo llegara al Calvario,
porque allí en el Gólgota, Jesús
consumaría su gran victoria en la cruz. Pero Cristo fue
oído y Dios ´´ envió un ángel
del cielo para fortalecerle", y entonces Cristo salio victorioso
de ese encuentro, quedando Satanás definitivamente
vencido, y Cristo subió a la cruz y dijo: ´´
Consumado es ´´. Gracias al Señor por su
triunfo que nos libra de la esclavitud del pecado y de la muerte.
Obviamente, como vimos en el ejemplo del Señor
Jesús, en su vida y ministerio, se necesita temple de
guerrero, porque los enemigos contra los que peleamos: (el mundo,
el demonio y la carne) se agarran a nosotros como un pulpo en
todas las partes de nuestro cuerpo, y necesitamos esta fuerza,
para estar continuamente desasiéndonos de esta
maraña de tentáculos, para poder abrirnos
vía libre. El apóstol Pedro dice: ´´
poniendo toda la diligencia añadid a vuestra fé,
virtud ´´ (2 P 1:5), virtud significa: energía
varonil, fuerza, vigor, valor, excelencia moral, actividad de las
cosa para producir sus efectos, integridad de ánimo y
potestad en obrar.

Este es el primer paso en la etapa de renovación:
la acción, combinada con la energía varonil
estrenua.

Es muy importante que nos ocupemos con toda solicitud,
incorporándonos de lleno en las cosas que pertenecen a la
obra del Señor hasta el fin, ´´ para plena
certeza de la esperanza ´´.

Es preciso significar que en la etapa de la
adquisición de fuerzas, nosotros necesitamos ayuda por que
nosotros estamos limitados, como lo afirmó Cristo en su
primera bienaventuranza cuando dijo: ´´
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es
el reino de los cielos ´´ (Mt 5:3). En otras palabras
Jesús quiso decir: que los satisfechos no avanzan, que los
que reconocen su necesidad de ayuda (Los pobres en
espíritu) llegaremos en triunfo al reino de los cielos.
Entonces avancemos con plena certidumbre que nuestra ayuda viene
de arriba, con nuestro Salvador, para que cuando llegue el
momento de tropezar, solamente sea un tropiezo y no una
caída.

Porque el esfuerzo que no busca la
compañía de Cristo, para encontrar resultados
positivos, seguramente naufragará en la
travesía.

¿Porque el primer paso en la etapa de la
renovación es la virtud? ¿Porque es necesario
adquirir fuerza? ¿Porque esta fuerza debe depender del
Señor Jesús? Porque nuestra lucha, no es contra
sangre y carne solamente, sino contra principados y potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de esta siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales (Ef
6:12). Porque nosotros hemos de continuar la lucha el enemigo de
Dios, esto es el diablo, lucha que se formó desde que Dios
le dio al hombre el control y la conducción de la tierra.
Porque recordemos que en toda la historia de la humanidad el
desastre o bienestar de la tierra ha dependido siempre del
predominio de uno de estos dos poderes, por un lado la ley de
Dios y por otro las tinieblas de Satanás. Dios
empezó la batalla con una legión: el pueblo de
Israel, por esto dijo Dios: ´´ Jehová
tendrá guerra con Amalec de generación en
generación ´´ (Ex. 17:16). Para entender mejor
la lucha entre estas dos potencias invisibles, quiero ampliar la
información con la interpretación del
versículo anterior. Efectivamente en Exodo 17: 8-16 el
pueblo de Israel; tiene una guerra con Amalec, donde finalmente
vence. Pero en el versículo 16 hay unas palabras
misteriosas, que no tienen explicación posible, sino en un
sentido simbólico o figurado, ¿por-qué la
interpretación simbólica? Por que en la historia
posterior a esta guerra, no vemos al pueblo de Israel que haya
tenido guerra con Amalec, de generación en
generación y tampoco el versículo dice que Israel
tendrá guerra, de generación en generación,
sino que dice: ´´ Jehová tendrá guerra
con Amalec ´´. ¿De qué guerra se trata,
¿Con cuál Amalec, el Señor tiene batalla de
generación en generación? ¿Quién es
entonces Amalec? Evidentemente el lenguaje bíblico se
refiere, no al pueblo cananeo que residía en el sur de
Palestina, sino al diablo, quién en otros tiempos remotos
fue el ´´ que se levantó contra el trono de
Jehová ´´ (Véase vs. 16 parte a ). O
sea que al principio en la guerra visible, Dios usó el
pueblo que había escogido para batallar, pero como sabemos
por la historia de la Biblia, este pueblo a veces
prevalecía, pero otras retrocedían y se debilitaba
cada vez más. Entonces Dios internó este pueblo de
Israel, porque no podía seguir luchado. Fue entonces
cuando vino Cristo y personalmente derrotó a
Satanás en su vida y su ministerio, como vimos en el
principio del capítulo. Con la venida, y
resurrección de Cristo nació la iglesia, la nueva
religión que debe proseguir la lucha, hasta vencer
Satanás, que ya está herido de muerte, está
agónico, porque el Señor Jesucristo lo
´´ Hirió en la cabeza ´´, como
estaba profetizado (Gn 3:15). Y nosotros, usted y yo, somos parte
de la iglesia y también llamados a combatir y tenemos una
gran ventaja, al Señor en las alturas intercediendo por
nosotros, como en la ilustración anterior, se veía
Moisés ´´ que cuando alzaba su mano, Israel
prevalecía, más cuando él bajaba su mano,
prevalecía Amalec ´´ (Ex 17:11). Y sabemos que
Cristo jamás bajará su mano, para que prevalezca el
enemigo.

Concientes de lo anterior nos preguntamos ´´
¿Cómo ejerzo mi virtud? ¿Hacia dónde
encausa mi fuerza?

Nuevamente la respuesta la encontramos en las palabras
de Jesús:

´´ Sed luz ´´ que produce la
irradiación.

´´ Sed levadura ´´ que es la
influencia.

´´ Sed sal que es la
preservación.

Lo que significa que nuestra fuerza de ir orientada a
contar a otros ´´ Las virtudes de Aquel que nos
llamó de las tinieblas a Su luz admirable ´´ y
a Salvar a otros, arrebatándolos del fuego, convencer a
los que dudan ´´ (Jud 22) en otras palabras proclamar
el evangelio, por que de esta manera arrebataremos al enemigo,
muchas almas de la mismísimas llamas del infierno. El
Señor Jesús nos advirtió ´´
Tendreis aflicción, pero confiad yo he vencido
´´ Las tribulaciones que tendrás ahora que has
iniciado la renovación, serán superiores a los
problemas que antes hayas experimentado, así
sucedió al pueblo escogido, antes de su liberación
de la tierra de Egipto cuando Moisés se esfozó para
liberar a su pueblo, la consecuencia fue que se desató una
persecución más fuerte que antes, de manera que, no
sólo tenían que hacer la misma cuota de adobes,
sino que también tenían que buscar su propia paja
para ponerle (véase Ex 5:1-21). Pero Moisés no
desistió de su empeño. Así nosotros no
debemos aflojar porque el éxito esta asegurado. Porque
sabemos que todas las cosas nos ayudan a bien. (Ro
8:28).

Hay algunos creyentes que argumentan estar demasiado
ocupados, falta de tiempo para cumplir la comisión y
ejercer la virtud. El ejemplo de Dorcas en Hechos 9:36-43 nos
demuestra que la labor que nosotros desempeñamos se puede
encausar hacía el servicio. Dorcas escogió las
viudas como su área de servicio por los recursos que
podía utilizar y el trabajo a que se
dedicaba.(hacía vestidos) Tan importante e indispensable
era este ministerio que los discípulos de Jope,
después de haber partido Tabita, llamaron a Pedro para que
la recusitase.

Además de los talentos innatos que poseemos, Dios
nos ha regalado dones para que los usemos en su servicio.
¿Cuál es tu don? ¿Ya escogiste tu
área de servicio?

Hay en la Escrituras aproximadamente 21 dones que te
regala el Señor, quiero enumerártelos para ver si
reconoces los tuyos. Y son: Profecía, servicio, maestro,
exhortación, reparto, el que preside, misericordia,
continencia, milagros, discernimientos, el de lenguas, el de
sabiduría, ciencia fé, sanidad, apóstol,
administrador, evangelista, pastor y el de ayudar.

Con respecto al área de servicio donde puedes
desarrollar tus dones, puedes empezar ejercitándote en los
hospitales, las cárceles, guarderías, ancianatos,
viudas, etc.

Siempre habrá un reglón en el que te
puedas ocupar donde la Providencia de Dios participará
activamente para que tenga efectividad tu labor en la obra,
porque está la promesa que su palabra no volverá
vacía ´´ ((Is 55:11). Dios nunca hace la mitad
de una providencia, así como el hombre nunca hace la mitad
de unas tijeras. Si prepara a un predicador para declarar su
palabra, prepara también al oyente para recibir esa
palabra y así sucesivamente. Meditemos en los ejemplos que
nos narran la historia, de Pablo y Ananías, Pedro y
Cornelio, Felipe y el Eunuco, etc.

Amable lector, que estas cosas que escribo no causen en
ti una impresión que sea pasajera simplemente, como
sucedió a la mujer de Lot. Cuando vió los rostros
de los varones angélicos y oyó sus terribles
palabras y vió la ansiedad de su marido y las
exhortaciones que le hacia a los yernos, todo esto penetró
en su corazón y le causó una profunda
impresión. Y así huyó con ellos velozmente,
pero cuando brillo la mañana sus pensamientos inquietos
empezaron a borrar esa impresión y entonces miro
atrás y quedó convertida en estatua de
sal.

Que ésta no sea otra oportunidad, como cuando
estuvimos bastante enfermos y nos vimos al borde de la muerte y
entonces temblamos al darnos cuenta de que no estábamos
preparados aún, e hicimos una firme resolución y
dijimos: ´´ Si el Señor me libera
´´ me superaré en las cosas suyas,
oraré, leeré la Biblia, saldré a predicar.
Pero cuando sanamos, estas resoluciones las olvidamos.
¿Recuerdas? Cuando hubo la primera muerte en la familia,
lloramos inconsolables, cuando acompañábamos al
cortejo fúnebre, prometimos enterrar todas nuestras
locuras y pensamos ´´ Aprovechare este tiempo antes
que me corresponda a mí partir, para servir al
Señor y presentarme como obrero aprobado que no tiene de
que avergonzarse ´´.*

Sin embargo, nuevamente se produjo el cambio, se
enjugaron las lágrimas y volvió a reinar el olvido.
¿Recuerdas? Cuando estuvimos en la cárcel, la
impaciencia nos carcomía, la tristeza nos invadía,
la desesperación en ese recinto era terrible, luego
comprendimos que el Señor nos estaba llamando a servirle y
nuevamente dijimos: ´´ Si el Señor me libra en
esta vez, prometo que le serviré fielmente. Finalmente
salimos en libertad, pero nuestra efusividad no duró mucho
y volvimos a echar en saco roto las promesas.

Ahora el Señor te llama nuevamente ´´
Se fiel hasta la muerte y Yo te daré la corona de la vida
´´. (Ap. 2:10) Afiánzate en este paso,
sabiendo que ya fuimos justificados y que la hermosura de la
santidad vendrá poco a poco, perseverando, porque la mejor
manera para no ser vencido, es luchando, es trabajando,
demostrando tu virtud, enredando al adversario en tus mallas y no
contentándote con no ser envuelto. Entiende que no eres el
arbitro de la contienda sino uno de los luchadores, por esto
defiéndete y ataca.

Ahora que has entrado en una actividad, dirige tu fuerza
y toda tu atención hacía un área de
necesidad en tu empresa, en tu comunidad, en tu escuela, en tu
universidad, en tu iglesia y ciertamente dentro de muy poco
comprobarás los resultados, cuando saborees la
victoria

Partes: 1, 2, 3

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