Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Historia del diseño artesanal e industrial de sillas y otros muebles (página 2)




Enviado por Ibar Ibar



Partes: 1, 2

El Movimiento Moderno o Estilo
Internacional
en arquitectura y diseño de muebles,
con su estética-mecanicista (que nos hace pensar en Frank
Lloyd Wright y su ética austera y funcionalista) fue el
desarrollo de un discurso de dominación-normativa
(razón-instrumental), con una
justificación-discursiva (que se legitimó
culturalmente en una estética de las vanguardias y en un
discurso técnico basado en el racionalismo
científico), un método analítico-cartesiano
(división en partes) y una justificación
morfológica ascética (formas puras desprovistas de
ornamento), basada en la ética puritana (moral protestante
de lo correcto, asociado al trabajo y nunca al ocio, que
generó una estética de la limpieza formal, producto
de una moral de la pureza del cuerpo). En la austeridad de las
formas poseía la siguiente ideología
implícita:

Socrática (hiper-funcionalistas,
donde belleza = utilidad).

Platónica (morfología
basada en un ideal de la forma geométrica).

Newtoniana (mecánica).

Cartesiana (racionalista).

Universalista
(anti-regionalista).

Anti-histórica (negadoras del
pasado).

Tecnológicamente
científica (fisico-matemáticas).

Mesiánica (salvadora del proyecto
de la humanidad).

Democrática (para toda la
sociedad).

Una de las primeras sillas que encarnan este concepto -o
"espíritu" según Giedion- descripto en los nueve
ítems arriba descriptos, es la silla de oficina para la
sede de Larkin Company (1904), diseñada por Frank
Lloyd Wright; de diseño geométrico, racionalista,
funcionalista, adecuada al ámbito de trabajo de
oficina.

En este sentido famoso es el caso del diseño de
Le Corbusier en tubo de acero y que fue descrito como
équipement de l´habitation (poniendo a
prueba la teoría del Movimiento Moderno en arquitectura),
con limpieza formal y geometría (pureza estructural,
morfológica y estética), haciendo uso de la
racionalidad constructiva, la sistematización, los
elementos modulares y otros recursos técnicos
constructivos (materiales y tecnología productiva). El
modelo más conocido de esta serie es el: B306
(1928) que posee una forma ergonómica, es de estructura de
tubo de acero pintado, base de chapa metálica pintada y
cubierta de lona.

Pronto iniciaba, asociado a las vanguardias
artísticas, al diseño de la primera fase de la
Escuela de la Bauhaus que produjo la famosa silla de G. Rietveld
(1888-1964): Red and Blue (1918). Lo que fue más
una obra de arte que un objeto diseñado (un cuadro de P.
Mondrian en tres dimensiones, lo que bien podríamos llamar
arte en su máxima expresión).

La pintura de estilo neoplasticita de Piet Mondrian
(1872-1944), de 1900, representante de la vanguardia
plástica influyó en el diseño de la silla de
G. Rietveld.

La silla roji-azul fue un ejercicio de
abstracción plástica y síntesis formal. Su
composición plástica basada en los colores
primarios (amarillo, rojo y azul y el valor negro) estaba
compuesta de tres partes bien diferenciadas: asiento (azul),
respaldo (rojo), estructura de soporte (negro con las puntas
amarillas). Como buen arquitecto, el diseño de la Red
and Blue
de Rietveld esta basado en un diseño modular
y el diseño original, no estaba pintado, el autor lo pinto
recién en 1923. Este ejemplo aclara la obviedad de la
importancia que la vanguardia (como Arte) ha tenido sobre el
diseño de sillas.

Se han generado casos extremos de hiper-esteticidad,
análogos a la Red and Blue, como el sofá:
Mae West (1936), diseñado por Salvador
Dalí (1904-1989) y fabricado por Green & Abbot (en
Londres) y Jean-Michel Frank (en París). Fue un
sofá inspirado en la obra surrealista de la femme
fatal
de Hollywood cuyo nombre artístico fue Mae West
-pero su nombre verdadero fue Mary Jane West (1893-1980)- y que
Salvador Dalí pintó en su obra surrealista de 1934.
Para el color rosa vivo del sofá, Dalí
insistió en el satinado más brillante posible para
que se pareciera a la barra de pintura de labios "rosa shocking"
que popularizó la modista italiana Elsa
Schiaparelli.

Luego, la segunda fase de la Escuela de la Bauhaus
produjo la famosa silla de Marcel Breuer (1902-1981):
Wassily (1925/26). Cerrado la Bauhaus por Hitler, le
siguió la Escuela de la ULM, pero no tenemos ningún
ejemplo del diseño de sillas para analizar. La silla
Wassily, para el pintor Kandinsky (1866-1944), con
tirantes de cuero, cromada, símbolo de la técnica
misma (parece haber estado inspirado en el manillar de una
bicicleta, idea bastante difundida por diversos autores y
confirmada por Giedion). La Wassily es liviana, utiliza
materiales hechos a máquina y no contiene adornos; su
estructura de tubo de metal doblado y cromado (donde se tensa un
cuero desnudo que forma el asiento, el respaldo y los brazos)
imponía una belleza radical al no estar hecha a
mano.

La silla Wassily de Breuer, de tubo de acero,
fue contemporánea a otra silla de tubo de acero igualmente
famosa, la "cantilever" de Marcel Breuer: B32
(1928).

Pero la B32 tiene antecedentes previos:

• Primero: La silla de Gaudillot: en 1844,
introduce la silla de tubos de gas y agua con el metal pintado
con la forma de imitación de madera y vetas.

• Segundo: La silla
cantiléver (1926) de Mart Stam (1899-1986),
introduce el nuevo paradigma de la silla en voladizo (sobre dos
patas que al llegar al suelo se unen en un sin fin). Muy segura,
estaba realizada con tubos de acero (copia de la silla de tubos
de agua o gas de Gaudillot), pero sin pintar (aclaremos que los
tubos de la silla de Mart Stam, para ser doblados eran reforzados
adentro con arena).

• Tercero: Ludwig Mies van der Rohe
(1886-1969) realizó su modelo: N° MR20 (1927)
con el concepto en voladizo de Mart Stam (dándole una
misma respuesta al asiento y el respaldo en
esterilla).

Luego, la B32 (1928) tuvo consecuencias
posteriores dado que influyó en el diseño de Alvar
Aalto (1898-1976), la silla modelo: N° F (1930); con
asiento y respaldo de contrachapado moldeado. Alvar Aalto
también diseño el sillón (silla con apoya
brazos) en "cantiléver" modelo: N° 31 (1931)
de estructura de madera de abedul y asiento-respaldo de
contrachapado moldeado.

Otro ejemplo "cantiléver" posterior fue la silla
diseñada por Gerrit Rietveld (1888-1964) llamada:
Zig-Zag (1934), en madera con clavijas de cobre. Donde
el ángulo de 45° de la silla puede considerarse una
respuesta a la idea lanzada por Theo van Doesburg (1883-1931) en
1924 a favor de la introducción de líneas oblicuas
para resolver la tensión entre elementos verticales y
horizontales.

A pesar de que existen infinidad de soluciones a un
problema determinado, algunas sillas han ejercido una gran
influencia en la historia del diseño de muebles, como por
ejemplo la B3 Club Wassily (1925) de Marcel Breuer; la
N° 41 Paimio (1931/32) de Alvar Aalto (1898-1976);
las sillas de contrachapado moldeado de Charles y Ray Eames
(1945-1946); y la 4860 (1965) de Joe Colombo
(1930-1971). Se trata de diseños extremadamente
innovadores que surgieron de la búsqueda de conexiones
más logradas y efectivas: una búsqueda que,
más que en cualquier otro caso, ha hecho evolucionar la
teoría del diseño y ha implicado una
sucesión de importantes avances en los procesos
técnicos y las aplicaciones de materiales, desde el tubo
de acero hasta el contrachapado moldeado o los materiales
termoplásticos de inyección.

Entre otros materiales aplicados al diseño de
sillas, entre 1960 y 1970, se inicia una fase caracterizada por
usar y tirar, la satisfacción de las necesidades a corto
plazo y del placer hedonista. Se comenzó a gestar a partir
de 1950 aproximadamente, paralelamente al desarrollo de los
materiales transformables como el poliuretano y sus distintas
densidades. Por ejemplo, la poltrona hinchable: Blow
(1967). El sillón amorfo: Saco (1968). Y la silla
antropomórfica que nacía al abrirse el pack
llamada: Up (1969).

En los "50, el Pop, en EE.UU. y Gran Bretaña,
desafiará el canon intelectual de vanguardia y
cobraría importancia las bajas restricciones
teóricas y formales. El funcionalismo no tenía nada
que decir en la cultura Pop de masas.

Hasta que en 1965, el show ecléctico de
materiales, formas y colores como fuente de placer
estético llamado Movimiento Posmoderno en el diseño
de sillas, marco la diferencia con el Movimiento
Moderno.

En Arquitectura Robert Venturi (1925-), escribía
en 1966 su famoso libro Complejidad y contradicción
en la arquitectura
(1966) y a principios de los "70
declararía su famoso lema: "menos es
aburrimiento",
cambiando la frase "menos es
más"
de Mies Van Der Rohe, que había
caracterizado al Movimiento Moderno en el diseño de
muebles e imponiendo nuevas reglas.

Bien podríamos definir a la Posmodernidad con sus
nuevas reglas en el diseño de muebles y sillas, como
fragmentada (no en el sentido de la cultura, sino formalmente),
donde cada parte recibe un tratamiento distinto, no uniforme (por
ejemplo respaldo y asiento); con argumentos ligh, high-tech,
folck, dark, etc. Rompiendo con todas las reglas (es
deconstructivista), también rompe con la geometría,
con las reglas productivas, generando piezas únicas
(contra los principios de la producción en masa), incluso
puede combinar lo artesanal con lo industrial. Es ornamental,
historicista, revivalista, humorístico, absurdo,
lúdico (puede jugar con el racionalismo,
ironizándolo), metafórico, alegórico,
expresivo, emotivo, evocativo (del pasado o historicista),
simbólico, enigmático, intuitivo, onírico,
imaginativo, psicológico; una mezcla de romanticismo y
racionalismo (a veces ni sabe lo que es, simplemente
desconcertante).

Dentro de esta nueva lógica, Philippe Starck
(1949-), realizó proyectos donde combina materiales con un
tratamiento diferente, por ejemplo la silla: Lola Mundo
(1986). Donde se observa la pata cabriolé en
aluminio fundido, un neoLuis XIV, obvio retorno simbólico
al pasado artesanal de la mejor ebanistería de Charles Le
Brun (1619-1690) y la Manufactura de los Gobelinos, para el
reinado de Luis XIV (1638-1715) en Francia. Otros proyectistas
como Venturi, también efectuaron buenos ejercicios de
diseño arquitectónico en las sillas
(síntesis de sus ideas).

Venturi diseñó una línea de sillas
de madera curvada contrachapada, aludiendo a Alvar Aalto, en el
tratamiento del contrachapado; con serigrafía aplicada
-típico de los colores de Memphis y las serigrafías
de Andy Warhol (1928-1987)- y que se acercaba a los
diseños del siglo XVIII de Thomas Chippendale (1718-1779).
Venturi también re-diseño el estilo Sheraton
efectuando alteraciones al lenguaje propias del Movimiento
Posmoderno. Las sillas de Venturi son de contrachapado moldeado y
serigrafiado que simula el volumen (cuando en realidad el volumen
del decorado aplicado al respaldo es gráfico, en 2
dimensiones o plano, y no en 3 dimensiones; por lo cual es un
simulacro de volumen). Clara expresión del simulacro
posmoderno de Jean Baudrillard (1929-2007) en su obra La
guerra del Golfo no ha tenido
lugar 
(1991).

Del mismo modo que las sillas de Venturi, Piero
Fornasetti diseñó la: Corinthian Capitello
(1955), con la decoración gráfica aplicada
-serigrafiado (en dos dimensiones)- imitando el volumen del
capitel (en tres dimensiones); rechazando en 1955 los principio
fundamentales del Movimiento Moderno. El asiento de contrachapado
moldeado, poseía en el respaldo el serigrafiado y patas
ahusadas de tubo metálico pintado.

Diseñadores como Ettore Sottsass (1917-2007), se
suman a Robert Venturi y Philippe Starck. Algunos ejemplos de
diseño de sillas bajo la influencia del Movimiento
Posmoderno son: la de plástico de Joe Colombo, tapizada
con dibujos de mármol, la silla Hill House de
Charles Rennie Mackintosh (1868-1928) llena de banderines, entre
otros diseños exóticos.

Asimismo en la Argentina Ricardo Blanco (1940-) en su
libro Sillopatía (2003), intenta demostrar
su sentimiento por las sillas y su gran pasión al
diseñar este tipo de muebles mas allá de los
postulados del Movimiento Moderno (que como arquitecto, los
conoce bien).

En muchas ocasiones los arquitectos y diseñadores
locales pueden sentirse tentados de imitar (no vamos a decir
copiar, sino que lo llamaremos inspiración) modelos
internacionalmente famosos (que han hecho historia o han marcado
una tendencia). Ejemplo de esto lo encontramos en el
diseñador local de Argentina, el arquitecto Ricardo Blanco
(68) -el más famoso proyectista nacional de sillas- quien
publicó el libro Sillas Argentinas (2006)
y encontró clara inspiración en los modelos
consagrados de la historia mundial. Lo cual queda ejemplificado
del siguiente modo: el sillón Basilio SE 110
(1975) de Ricardo Blanco está inspirado en la silla
Wassily Modelo N° B3 (1925/27) de Marcel
Breuer.

Otro ejemplo de diseño posmoderno argentino de
Ricardo Blanco es la silla: Nínive
(1984).

Pero si rastreamos el simbolismo en el diseño de
sillas, quizás la denominada: Cobra (1902) de
Carlo Bugatti, que se presentó en la Exposición
Internacional de Artes Decorativas de Turín de 1902, haya
sido una de las primeras en introducir el simbolismo a inicios
del siglo XX.

Efectivamente, desde el punto de vista semántico
la silla tiene una serie de significados muy fuertes: es el trono
(o el símbolo de poder), el banquillo de los acusados, el
lugar de trabajo, el sitio para el relax y otros mensajes
(más allá de la simple «función»
de sentarse que impuso el Movimiento Moderno). Dada la
importancia que tiene el «mensaje» del diseño,
más allá de los fines meramente funcionales; este
fue un tema muy tratado por el Movimiento Posmoderno.

En efecto, recuperar el «mensaje» que
comunica una silla ha sido el objetivo del Movimiento Posmoderno
(como lo era en el diseño premoderno de las sillas de
ebanistería para los reyes de Europa). Pues los
diseños no sólo están vinculados a lo
funcional, a los nuevos materiales y tecnologías o a la
variable económica (venta masiva) producto del capitalismo
industrial de la revolución Industrial inglesa; sino
también al imaginario del diseñador, a las
variables estéticas y culturales (que son portadoras de
ideas y formas); de ahí la pluralidad actual en el
diseño de sillas que se caracteriza por el cruce de
retóricas.

Conclusiones

Haciendo un repaso histórico desde el
diseño premoderno (artesanal), pasando por el
diseño moderno (industrial) hasta terminar en el
diseño posmoderno (híbrido: artesanal e
industrial). Para Ricardo Blanco el listado de las sillas
más importantes de la historia mundial (y ¿por
qué?), a su juicio son:

La silla egipcia. Por sus bellas
proporciones.

El Klismos griego. Porque
inauguró la pata contínua.

La Savanaroia (s/f). Porque
legalizó la X como tipología.

La N° 14 (1859) de Michael
Thonet. Porque unifica el muele culto con el popular.

La Willow (s/f) de Mackintosh.
Porque aparece como muy diferente manteniendo las
característica proyectuales clásicas.

La Red-and-Blue (1917) de
Gerrit Rietveld. Porque hizo de la silla una pieza de
arte.

La Cesca (s/f). Porque
innovó la tipología al sacarle dos
patas.

La Zig-Zag (1934) de Gerrit
Rietveld. Porque sintetiza y revaloriza la madera como el
material de la silla.

La Tulipán (1955) de
Eero Saarinen. Porque sintetiza la unidad.

La Diamond (1951) de Harry
Bertoia. Porque hace de una escultura una silla.

• The Chair (s/f) de M. Wegner. Porque
recupera la estética por las buenas
proporciones.

El 670 (1956) de Charles &
Ray Eames. Porque recupera un viejo uso con una nueva
imagen.

La Cab de Bellini. Porque es
otra vez la síntesis pero sofisticada.

La BKF (1938) de Bonet, Kurchan
y Ferrari Hardoy. Porque imaginan una nueva silla para una nueva
arquitectura y porque se diseño en la
Argentina.

La UP Mama (1969) de Gaetano
Pesce. Porque introdujo lo simbólico con gran equilibrio
con lo tecnológico.

La Costés (s/f) de
Stark. Porque actualizó imágenes que parecen
conocidas.

Cualquiera de B. Sipeck. Porque
desconciertan.

Quizás este listado podría ser discutido
en algunos ejemplos, dado que faltan citar muchos ejemplos de
diseñadores igualmente famosos e importantes, pero en
general se puede coincidir en que es un listado muy acertado y
coincidente con muchos casos aquí tratados, y dado que fue
citado por un reconocido diseñador de sillas (como es
Ricardo Blanco); sería necesario profundizar un poco
más en el análisis de algunos casos, aunque ello
engrosaría los objetivos de debate inicialmente planteados
para un trabajo tan limitado y pequeño como este
paper.

Entre los casos que se consideran necesarios tratar,
sería necesario mencionar que la silla Argentina es la:
BKF (1938), presentada en el 3er. Salón de
Artistas Decoradores de Buenos Aires de 1940; fue diseñada
por el Grupo Austral constituido por: Antonio Bonet (1908-), Juan
Kurchan (1913-1972) y Jorge Ferrari-Hardoy (1914-). Estuvo
inspirada en la silla "tripolina" (que fue un asiento plegable de
campaña, con estructura de madera y cubierta de lona que
utilizaba el ejército inglés y luego bautizaron los
italianos en 1877). Permite la informalidad en el acto de
sentarse, tiene una funda de una sola pieza de cuero más
estructura de hierro redondo macizo.

No figura en esta lista brindada por Ricardo Blanco los
siguientes casos:

• La DAR -Dining Armchair Rod- (1948), de
la serie Plastic Shell Group, diseñada por Charles Eames
(1907-1978) & Ray Eames (1912-1988). Cuyo asiento-respaldo de
resina poliéster moldeada reforzada con fibra de vidrio
tiene la forma de "concha" (soportada por una base estilo "torre
Eiffel") y sentó antecedentes en el uso del asiento con
forma de "concha" que el sillón Tulip N° 150
(1955) volvió a usar.

• La Tulip N° 150 (1955) de Eero
Saarinen (1910-1961) despegó a los interiores
domésticos de "aglomeraciones de patas". La base es de
aluminio fundido y revestido de plástico. Con un asiento
en forma de "concha" de fibra de vidrio moldeado y
almohadón independiente de espuma de
látex.

• La N° 7 (1955) de Arne Jacobsen. La
solución que aporta Jacobsen de continuidad entre el
respaldo y el asiento y la complejidad del moldeado continuo
entre asiento y respaldo está influida por los anteriores
modelos de contrachapado de Charles & Ray Eames; es de madera
curvada contrachapada de teca más tubo de acero
doblado.

Algunos de los casos enumerados por Ricardo Blanco han
sido aquí analizados y otros no (por ser premodernos y
como tales artesanales, aunque no por ellos debemos suponer que
han sido ejemplos pobres a nivel simbólico o
estético, justamente todo lo contrario dicho simbolismo le
ha dado status para entrar en la historia del mueble antiguo).
Simbolismo que el Movimiento Posmoderno ha retomado.

Pero la teoría de la arquitectura moderna y de la
disciplina académica del Diseño Industrial
-igualmente moderno- exigieron nuevo patrones estéticos
ligados a lo nuevos patrones técnicos (materiales y
tecnologías) acordes a lo nuevos tiempos en que se
vivían; por lo cual los nuevos proyectos de diseño
ambiental y de muebles para dichos espacios debían dar
cuenta de ello. Pues, el hombre moderno (democrático y
capitalista) -influenciado por el «Orden Social
Liberal»- necesitaba para su arquitectura moderna,
igualmente muebles modernos. Razón por la cual lo
artesanal y los aspectos estético-simbólicos
(decorativos) se debieron abandonar por los nuevos estilos de
vida que impusieron las Revoluciones Burguesas (francesa e
inglesa).

Como es bien conocido, la Revolución Francesa
puso un fin en la vieja historia (monarquías absolutistas,
reyes, palacios y sus muebles) y nace una nueva historia
acompañada por la Revolución Industrial y la
incipiente burguesía.

En especial la Revolución Industrial de
Inglaterra de fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX
vino a redefinir al status quo mundial y con ello la
urbanización, la arquitectura, los ambientes y los muebles
(desde lo más general a lo más
particular).

Por lo que quedo bien en claro las relaciones entre la
historia de la arquitectura (ligada a la mas amplia historia
mundial entendida en términos políticos y
económicos) y la historia del mueble. Como lo explica Luis
Feduchi al definir, desde su punto de vista, a la historia del
mueble como un arte menor dependiente de la arquitectura y del
ambiente social.

Y en esta relación entre Arquitectura (Arte
Mayor) y diseño de muebles (arte menor), los arquitectos
seleccionaron a las sillas (muebles de culto) para materializar
en tres dimensiones (y de un modo más pequeño) sus
teorías arquitectónicas. Así lo dejaron bien
en claro Charlotte & Peter Fiell cuando dijeron que el
diseño de sillas ha ejercido una atracción especial
entre los arquitectos, ya que les ha permitido comunicar su
filosofía en tres dimensiones con mayor facilidad que con
la arquitectura. Más allá de cuestiones como la
función y la estructura, el valor fundamental de estas
sillas, presentes o pasadas, reside en el hecho de que comunican
ideas, valores y actitudes.

Quedando claro que el Arte no ha desaparecido en la
contemporaneidad, como se suponía a partir del Movimiento
Moderno en el diseño de muebles, dado que el Movimiento
Posmoderno lo ha reflotado en todo su esplendor simbólico.
Por lo cual si el Movimiento Moderno era anti-histórico
(negador del pasado), a partir del Movimiento Posmoderno la
historia (con anterioridad a la Revolución Industrial de
Inglaterra) va a comenzar a tener valor; lo cual
-paradójicamente y por contradictorio que parezca- nos
legitima a incorporar ahora a "toda" la historia del
diseño del mueble como un factor central de aprendizaje
para el Diseño Industrial del mueble.

Por otro lado, es tan interesante este tema del
diseño de sillas que se puede decir que la historia de una
silla -de algún modo- resumen la historia de la
arquitectura, aunque no en el sentido total de la historia de la
arquitectura; pero son sobradas las relaciones -ya citadas- entre
la arquitectura y el diseño de sillas, con variados y
múltiples ejemplos.

Por lo que el Movimiento Posmoderno, último
bastión del diseño basado en el «Orden Social
Liberal» [democrático] terminó siendo mucho
más democrático que el Movimiento Moderno
-igualmente basado en el «Orden social Liberal»-
(Grupo 4B) por su multiplicidad de lenguajes
«estéticos» más allá de la
«función» propiamente dicha. Pues, entre los
requerimientos que la producción industrial habrá
tenido, en sus inicios, esta la necesidad de la
simplificación de la línea curva y su complejidad
-propia del diseño de muebles de ebanistería
rococó francés o Luis XV (1723-1774)- (Grupo 3A) y
su transformación en la línea recta (propia del
Movimiento Moderno en el diseño de muebles); por lo cual
se ganaba en economía de materiales, velocidad de
fabricación, abaratamiento de los costos, etc.

Pero las necesidades de comunicación de los
nuevos mensajes culturales, propios de fin del siglo XX y
principios del siglo XXI, necesitaron de un nuevo lenguaje de
diseño (posmoderno); cuya «estética»
permitió retomar el simbolismo (como había sucedido
en la premodernidad artesanal, con la ebanistería aplicada
al diseño de muebles).

Así que encontramos ahora una necesidad de ir
más allá de los postulados de racionalidad y
adentrarnos en lo comunicacional, en el mensaje que se quiere
transmitir, pues -como sucedía en el diseño
artesanal, anterior a la Revolución Industrial-: el
«mensaje cultural» (soportado en una
«estética») es una
«función» tan importante como la
«función» misma (a secas). En efecto, el
Movimiento Posmoderno retornó al mensaje socio-cultural,
dado que el diseñador debe ser no solo un constructor,
sino un comunicador de los mensajes que la sociedad necesita
emitir.

En este sentido la silla, ese mueble de "culto", se ha
transformado -por causa de la historia, el arte, los artesanos,
los arquitectos, la economía, la producción
industrial y los diseñadores profesionales de muebles o
Diseñadores Industriales- en un objeto primero y en un
producto luego, especialmente seleccionado para transmitir
mensajes socio-culturales, por su extrema proximidad al hombre.
En definitiva, la silla ha sido, es y será un espejo que
refleja la Cultura (material) humana.

En definitiva, esta pequeña investigación
-más bien ensayo– desafía los límites mismos
impuestos por la enseñanza académica de las
carreras de Diseño Industrial en la Argentina (que es
justamente «industrial» y no «artesanal»
y como tal es académicamente Moderna, por la herencia de
la Bauhaus). Buscando abrir un debate epistemológico en el
modo de concebir la historia del diseño, que pueda derivar
en el debate institucional para la introducción de cambios
pedagógicos a nivel académico en la
enseñanza de la historia del Diseño Industrial en
las Universidades de Argentina.

Bibliografía

– Blanco, Ricardo. (2003). Sillopatía. 240
sillas diseñadas por Ricardo Blanco.
Buenos
Aires. Editorial Argentina.

– Blanco, Ricardo. (2006). Sillas
Argentinas.
Buenos Aires. Museo de Arte Moderno de
Buenos Aires. Buenos Aires.

– Charlotte & Peter Fiell. (1997). 1000
Chairs.
Köln. Editorial Taschen.

– Feduchi, Luis. (1946). Historia del
mueble.
Barcelona. Editorial Blume.

– Giddens, Anthony (1991).
Sociología. Madrid. Alianza
Editorial.

– Giedion, Siegfried. (1979). La
mecanización toma el mando.
Barcelona. Editorial
Gustavo Gili.

– Venturi, Robert. (1972). Complejidad y
contradicción en la arquitectura.
Barcelona.
S/E.

 

 

Autor:

Diseñador Industrial,

Ibar Federico Anderson.

Magíster en Estética y Teoría de
las Artes.

 

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter