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Valores que identifican a Jesús en su tiempo de Judío



  1. Introducción
  2. Valores que identifican a
    Jesús en su tiempo de judío
  3. Conclusión
  4. Bibliografía

Introducción

En la época de Jesús, el pueblo judío
estaba sometido al poder romano que ejercía su dominio a
través de su procurador o gobernador. Las autoridades
romanas exigían tributos personales y territoriales para
el César, y aportes en especie para el mantenimiento de
sus tropas de ocupación.

Las primeras comunidades cristianas vivieron en este mundo
judío-romano, o simplemente pagano. La actuación de
Jesús de Nazaret afectó de un modo u otro la vida
palestinense, sus instituciones, sus distintos grupos sociales,
religiosos, y la política por entonces ligada con la
religión.

Jesús estaba en contra de las «inmoralidades,
robos, homicidios, adulterios, codicias, perversidades, fraudes,
desenfreno» (Marcos 7,20-23) que existían en
Palestina.

No aprobó que los romanos opriman al pueblo
judío. Pero en esos tiempos, quienes imponían
cargas más pesadas al pueblo, desasistiéndolo y
arrojándolo a la pobreza, impotencia y desesperanza eran
los jefes religiosos-políticos de su pueblo que,
según Jesús, en lugar de ser pastores eran
«ladrones y bandidos asalariados». Jesús
escuchó los clamores de los marginados por la
religión y sociedad de su pueblo, y optó por ellos
aún a costa de su vida.

Valores que
identifican a Jesús en su
tiempo de
judío

Entre los judíos y samaritanos se había
desarrollado un odio mutuo, ya que en el 107 antes de Cristo, el
judío Juan Hircano se apodero de Siquén capital de
Samaría y destruyó el templo de Garizím,
Herodes el Grande lo restauró en el año 30 antes de
Cristo y se casó con una samaritana. En el año 6
después de Cristo, los samaritanos profanaron gravemente
el templo de Jerusalén arrojando en él por la noche
huesos humanos, precisamente en el día de Pascua. Desde
entonces se creó una hostilidad implacable. Los
samaritanos negaban la importancia religiosa de Jerusalén.
Los judíos tenían a los samaritanos como herejes y
no querían ningún trato con ellos. Cuando los
samaritanos iban a Jerusalén, los judíos no les
permitían pasar del sitio reservado a los paganos, ni
siquiera les aceptaban sacrificios expiatorios, ni penitenciales,
ya que consideraban que no adoraban a Dios como era debido.

Los Saduceos, toman su nombre de Sadoc, sumo sacerdote del
tiempo de Salomón que vivió en el siglo
II a. C Integraban este grupo las familias sacerdotales
dirigentes, las principales familias de los grandes comerciantes
de la ciudad y los hacendados más ricos del campo Los
jefes de esa aristocracia sacerdotal y laica (los ancianos)
formaban parte del Sanedrín. Era, pues, un partido
aristocrático que reunía a los ricos y los
poderosos. Formaban una "clase aparte", eran escasos en
número y estaban fuertemente organizados. Su influencia en
la política y la administración de justicia fue muy
importante entre el periodo asmoneo y la guerra
judáica.

Algunos de los saduceos "seglares" eran los arrendatarios de
los impuestos, los procuradores y recaudadores romanos. Los
romanos les concedieron el monopolio del cobro de los impuestos.
En materia de religión admitían únicamente
la "Torá" o Ley de Moisés, que está formada
exclusivamente por los cinco primeros libros de la Biblia o
Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio.

Se atienen estrictamente a la letra de lo que dicen esos
libros, son pues fundamentalistas y por eso, rechazan todo
desarrollo posterior de esa doctrina. En política,
favorecieron un nacional-judaísmo y fueron
acérrimos defensores del Estado del Templo, y procuraron
llevarse bien con los romanos.

Los Ancianos Eran también llamados "Senadores del
pueblo" y los encontramos con frecuencia en el Nuevo Testamento,
siempre aliados con los Sumos Sacerdotes (Mt.21,23; 26,3.47),
normalmente unidos bajo una única expresión "los
sumos sacerdotes y los ancianos" (Lc.22,52). La palabra anciano
no se refiere a persona de más edad, a viejos de
Jerusalén, en sentido estricto los "ancianos" son el grupo
del Sanedrín distinto de los sacerdotes-jefes y de los
escribas fariseos. Está compuesto por los jefes de las
familias más ricas e influyentes de Jerusalén. En
algún momento Lucas los llama "los notables el pueblo"
(19,47), son la aristocracia seglar, los poderosos, esto por el
dinero ya que eran los propietarios de grandes haciendas y los
comerciantes más ricos.

Estos ancianos están relacionados con la fuente
principal productora de riqueza que es el Templo de
Jerusalén y con sus dirigentes, los sacerdotes jefes.
También están ligados al poder romano que ha sabido
atraérselos entregándoles en arriendo el cobro de
impuestos, así los romanos dominan, por su medio, el
Sanedrín. La fortuna de los ancianos es la garantía
de que el impuesto de los judíos ingresará en el
tesoro del Imperio romano. Para estos "ancianos", jefes del
sistema de recaudación de impuestos, las cantidades
recolectadas bien administradas, son una buena fuente de ingresos
suplementarios, porque entregan a los romanos los impuestos por
ellos exigidos, pero se los cobran con creces al pueblo por
intermedio de los "publicanos". Están muy interesados en
defender el orden establecido, pues en él se basa la
conservación y mejora de su posición, dinero e
intereses.

Los Fariseos era un grupo religioso caracterizado por su
estricta observancia de la Ley. Provenían del movimiento
asideo (siglo II). Aunque tenían sacerdotes era en esencia
un movimiento laico. El movimiento asideo se separó en dos
ramas: los fariseos y los esenios. El nombre fariseo es la forma
griega de perusim que significa "los santos", los separados, la
verdadera comunidad de Israel. Eran gente religiosa y piadosa. En
el Nuevo Testamento los fariseos son presentados como
hipócritas, pero no se corresponde con lo que se sabe de
ellos. Los fariseos se preocupan mucho por cumplir todas las
leyes y tradiciones religiosas, también en que otros las
cumplan. Para ellos lo más importante en su
relación con Dios es la Ley religiosa, ella es el
verdadero tesoro de Israel, más importante que el Templo.
Ellos son el "pueblo de la Ley", generalmente son artesanos,
pequeños comerciantes, campesinos, pero, aunque proceden
del pueblo, quieren estar separados de él; les parece
demasiado ignorante de la Ley y, sobre todo, impuro, que no la
cumple; "maldito" (Jn.7,45-49). Son legalistas, pues ellos mismos
habían añadido muchas leyes y tradiciones a la Ley.
Formularon 613 leyes complementarias (248 mandatos y 365
prohibiciones), difíciles de aprender y sobre todo
difíciles de cumplir, estas reglamentaban minuciosamente
la vida, especialmente la observancia del sábado y la
pureza necesaria para el culto.

Los Escribas En tiempos de Jesús, cada comunidad
judía tiene su sinagoga. La sinagoga era el sitio de
reunión para la oración y el estudio de la Ley. El
templo era sobre todo para las fiestas y quedaba lejos para la
mayoría. En la sinagoga la ceremonia se dividía en
dos partes: primero el Shemá, que terminaba con una
bendición, luego se hacía la lectura de la Ley,
iluminada por un texto de los profetas, y seguida por una
homilía. Los escribas, en hebreo sofer, son los
"especialistas de la Ley", los que estudian, conocen, explican e
interpretan la Ley. Son al mismo tiempo, teólogos,
profesores, jueces, enseñan lo que hay que hacer para
cumplir con la Ley, resuelven las dudas que sobre la observancia
se presentan. Ejercen también la justicia, según la
Ley. En un principio los escribas eran un grupo laico pero, dada
su apertura a nuevas interpretaciones, muchos de ellos eran
también fariseos o saduceos.

Los Publicanos Estos eran agentes de aduana o recaudadores de
impuestos, para aquel tiempo no eran funcionarios del Estado,
sino comerciantes que adquirían del Estado, en arriendo,
el derecho a la recaudación de impuestos. Para ello
pagaban determinada suma de dinero al erario público,
quedándose con todo lo que podían sacar por encima
de esa suma. Entre ellos se distinguían dos clases:

Los jefes del sistema de recaudación de
impuestos:
Eran gente rica, generalmente jefes de las
familias de la alta sociedad de Jerusalén, algunos de
ellos miembros del Sanedrín (ancianos o senadores del
pueblo).

Los cobradores locales a quienes se les llamaba
publicanos.
La mayor parte de los que hacían este
trabajo eran pobres o esclavos empleados por una agencia de
recaudación de algún gran arrendatario, a su vez
los despedían al menor problema.

La actuación de Jesús y de sus seguidores,
fue sencillamente escandalosa, iban contra toda regla de
comportamiento social y religioso. Son muchos ejemplos que hay de
tal situación; cuando llamó al publicano
Leví a ser discípulo íntimo suyo, al
frecuentar la compañía de publicanos y pecadores y
comer con ellos, Leví le ofreció en su casa un gran
banquete, y estaban recostados a la mesa con ellos un gran
número de recaudadores y otra gente Lc.5,29. Para los
piadosos judíos era escandaloso que Jesús y sus
seguidores comieran con ellos en la misma mesa. Cuando se
enfrenta con los fariseos mostrándoles que, salir al
encuentro de un pecador, expresa mayor fidelidad al Dios Santo,
que no buscar aislarse para alardear de su propia
perfección: Los fariseos y los letrados de su partido (los
fariseos que eran escribas) protestaban diciendo a los
discípulos: ¿Se puede saber por qué comen y
beben con recaudadores y pecadores?. Jesús les
replicó: No necesitan médico los sanos, sino los
enfermos. No he venido a invitar a justos, sino a pecadores, a
que se arrepientan Lc.530-32. Esta forma de actuar de
Jesús, le valió una especie de sobrenombre,
más bien una acusación malévola: ¡Vaya
glotón y borracho, amigo de recaudadores y pecadores!
Mt.11,19.

Jesús justifica su conducta con tres
parábolas que vienen a decir: así es Dios,
así es mi Padre, y esto se puede comprobar en la lectura
del evangelio de Lucas 15,1 al versículo 32. Más
allá todavía, y de un modo desconcertante y
provocador dice que los publicanos son preferidos a los sumos
sacerdotes y los senadores del pueblo: Los recaudadores y las
prostitutas se dirigen, en lugar de ustedes, al reino de Dios
Mt.21,23-32).

Los Zelotas Estos eran hombres ardientes, "llenos de celo", de
deseos por cumplir la Ley, sobre todo su primer mandato: para
ellos "sólo Dios reina en Israel", y por eso están
dispuestos a sacrificar hasta la propia vida. Como
ideología o partido no hay documentación cierta de
ellos hasta el 44 después de Cristo. Los zelotas con su
insurrección del año 66 provocan la
represión romana y la caída de
Jerusalén.

Los ricos En el aspecto socio-económico, en tiempos de
Jesús, había en Palestina estratos sociales
extremos: los ricos y los pobres. Los ricos eran pocos en
número, pero muy poderosos, conservadores en
religión y también en política, generalmente
pertenecían al grupo de los saduceos. Las familias de los
sumos sacerdotes se contaban entre las más ricas del
país. Los grandes comerciantes y terratenientes eran
normalmente saduceos como los jefes sacerdotes, varios de ellos
eran ancianos, miembros del Sanedrín.

La mayor parte de la población eran gente pobre:
Jesús recorría todos los pueblos y aldeas,
enseñando en las sinagogas, proclamando la buena noticia
del reino y curando toda dolencia y enfermedad. Viendo el
gentío, le dio lástima de ellos porque andaban
fatigados y decaídos como ovejas sin pastor (Mt.9,35-36).
Entre ésta gente se encontraban:

Los jornaleros, asalariados que ganaban el
sustento con el trabajo, se les pagaba por días y el abono
era diario, trabajaban de sol a sol por un denario y la
comida.

Los escribas no tenían un oficio ni
ejercían el comercio, como la enseñanza de la Ley
debía ser gratuita, estos escribas eran generalmente
pobres y vivían de las ayudas que recibían de sus
admiradores y seguidores, de la hospitalidad espontánea
que les ofrecían, de las invitaciones a tomar parte en los
banquetes celebrados en otras casas.

Los esclavos, la mayoría de ellos estaban
en el palacio de Herodes, venían a ser como criados
domésticos no libres.

Los mendigos, eran los que no trabajaban y no
podían trabajar: Se le acercó un gran gentío
llevándole cojos, ciegos, lisiados, sordomudos y otros
muchos enfermos (Mt.15,29). Jerusalén era ya en tiempos de
Jesús un centro de mendicidad.

" Am ha' aretz= pueblo de la tierra". Eran
campesinos, considerados por los sacerdotes como ignorantes de la
ley e incapaces de cumplirla, sobre todo la ley del
sàbado, la pureza ritual y el pago de los
impuestos.

La clase media apenas existía y
sólo había en Jerusalén, pertenecían
a ella pequeños comerciantes, artesanos propietarios de
sus talleres, y los dueños de las hospederías de
Jerusalén.

Jesús desenmascaró el poder alienante que
se encierra en las riquezas, para él, las cosas materiales
son buenas, necesarias y debemos disfrutarlas como regalo de
Dios, por eso Jesús condena tan duramente a los ricos y
reprocha a los que acaparan y poseen más de lo que
necesitan para vivir, sin preocuparse de sus hermanos. Los
evangelios traen muestras de las llamadas de atención que
hace a todos.

La situación social de Palestina es patriarcal.
La familia hebrea es una familia grande, amplia. La poligamia
sigue siendo lícita, aunque no esté más que
al alcance de los que tienen suficientes medios
económicos. Y en la casa de familia viven la esposa
principal y las secundarias, los hijos e hijas de todas,
juntamente con los criados y criadas, esclavos y esclavas. A la
familia se le llama "casa del padre". Él padre gobierna en
ella como señor absoluto. Él es el dueño
responsable de los bienes de la familia. Los hijos varones son
sus herederos. Las hijas aumentan el patrimonio con el precio que
los pretendientes pagan al padre al comprarlas.

La mujer judía de Palestina, en tiempos de
Jesús era considerada inferior al varón por tener
menos ventajas que él. La mujer se debía por
completo a su dueño: al padre si era soltera, al marido,
si era casada; al cuñado si era viuda sin hijo
(Dt|25,5-10). El marido es el dueño de la mujer, y
ésta no puede disponer ni de los ingresos de su trabajo,
ni de lo que se encuentra.

Los primeros seguidores de Jesús fueron
judíos, hombres y mujeres, estaban invitados todos sin
miramientos de vida, no importaba si eran pecadores, prostitutas
o publicanos, nadie está excluido al llamado del Reino de
Dios. La afirmación de Jesús: Pero todos, aunque
sean primeros, serán últimos, y esos últimos
serán primeros, Mc.10,31, se aplica también a las
mujeres y a su situación de inferioridad en las
estructuras dominadas por los varones, en las estructuras
patriarcales. Jesús con su comportamiento en la vida
diaria se alzó contra el sistema socio-religioso,
dominante y opresivo para la mujer. Pero Él con su
actuación concreta, da a la mujer su lugar en la vida
social y religiosa. Para Jesús la mujer tiene la misma
dignidad, categoría y derechos que el varón, por
eso, abiertamente rechaza las leyes y costumbres discriminatorias
que menoscaban esa dignidad, categoría y derechos,
arriesgando en ello su prestigio y su vida. Jesús rechaza
el matrimonio patriarcal, (Mc.10,6-9), se observa en ésta
pregunta: "¿Le está permitido a un hombre despedir
a su mujer?, presupone el matrimonio patriarcal judío que
permite sólo al hombre repudiar a su mujer.

Jesús no fue ajeno durante su niñez de
aquella marginación de parte de los adultos, porque
él lo vivió en carne propia. "Dejad a los
niños venid a mí y no se lo impidáis". luego
agrega "…y no se lo impidáis" como una advertencia
¿De qué manera en nuestro contexto se impide que
los niños lleguen hacía Jesús? "De los tales
es el reino de los cielos". Echemos un vistazo al texto de Mr.
9:37 en el texto original griego se usa el verbo "dejetai" que
significa "acoger", que tiene una connotación de cuidar,
guardar, proteger, defender, etc.

Conclusión

La actuación de Jesús y de sus seguidores,
fue sencillamente escandalosa, iban contra toda regla de
comportamiento social y religioso. Jesús recorría
todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas,
proclamando la buena noticia del reino y curando toda dolencia y
enfermedad.

Jesús desenmascaró el poder alienante que
se encierra en las riquezas, para él, las cosas materiales
son buenas, necesarias y debemos disfrutarlas como regalo de
Dios, por eso Jesús condena tan duramente a los ricos y
reprocha a los que acaparan y poseen más de lo que
necesitan para vivir, sin preocuparse de sus hermanos.

Jesús con su comportamiento en la vida diaria se
alzó contra el sistema socio-religioso, dominante y
opresivo para la mujer. Pero Él con su actuación
concreta, da a la mujer su lugar en la vida social y religiosa.
Para Jesús la mujer tiene la misma dignidad,
categoría y derechos que el varón, por eso,
abiertamente rechaza las leyes y costumbres discriminatorias que
menoscaban esa dignidad, categoría y derechos, arriesgando
en ello su prestigio y su vida. Jesús rechaza el
matrimonio patriarcal, y no fue ajeno durante su niñez de
aquella marginación de parte de los adultos, porque
él lo vivío en carne propia.

Bibliografía

http://es.wikipedia.org/wiki/Palestina_en_tiempos_de_Jes%C3%BAs

http://es.wikipedia.org/wiki/Jes%C3%BAs_de_Nazaret

http://www.monografias.com/trabajos82/cultura-hebrea-tiempos-jesus/cultura-hebrea-tiempos-jesus2

http://www.monografias.com/trabajos93/vida-cotidiana-judia-tiempos-biblicos/vida-cotidiana-judia-tiempos-biblicos

http://verory.blogspot.com/2009/07/los-ninos-en-los-tiempos-de-jesus.html

 

 

Autor:

Maria de los A.Pérez

 

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