Perdida de los cuidados parentales e institucionalizacion de niñas, niños y adolescentes (página 2)
La familia como grupo social debe cumplir 03 funciones
básicas que son: la función económica,
la biológica y la educativa, cultural y espiritual, y
es precisamente éste uno de los indicadores que se
utilizan para valorar el funcionamiento familiar, o sea, que la
familia sea capaz de satisfacer las necesidades básicas
materiales y espirituales de sus miembros, actuando como sistema
de apoyo y protección.
Sin embargo, para hacer un análisis del
funcionamiento familiar, es necesario verlo con una perspectiva
sistémica, pues la familia es un grupo o sistema compuesto
por subsistemas que serían sus miembros y a la vez
integrada a un sistema mayor que es la sociedad. De manera
general se pueden considerar como indicadores para medir el
funcionamiento familiar, los
siguientes[24]
1. Cumplimiento eficaz de sus funciones:
(económica, biológica y cultural-espiritual-
afectiva).2. Que el sistema familiar permita el
desarrollo de la identidad personal y la autonomía de
sus miembros.3. Que en el sistema familiar exista
flexibilidad de las reglas y roles para la solución de
los conflictos: Se considera una familia funcional cuando las
tareas o roles asignados a cada miembro están claros y
son aceptados por éstos. Otra condición
necesaria para que funcione adecuadamente la familia es que
exista flexibilidad o complementariedad de rol, es decir, que
los miembros se complementen recíprocamente en el
cumplimiento de las funciones asignadas y éstas no se
vean de manera rígida. También debe tenerse en
cuenta la jerarquía o distancia generacional que puede
darse de una manera horizontal (cuando se tiene el mismo
poder) o de una manera vertical (cuando hay diferentes
niveles de jerarquía). Por ejemplo, en la
relación matrimonial debe existir un sistema de
jerarquía horizontal y en la relación
padre-hijos debe ser vertical (cuando se encuentra bajo la
tutela de los padres). La familia se hace disfuncional cuando
no se respeta la distancia generacional, cuando se invierte
la jerarquía, (por ejemplo: la madre que pide
autorización al hijo para volverse a casar) y cuando
la jerarquía se confunde con el
autoritarismo.4. Que en el sistema familiar se dé una
comunicación clara, coherente y afectiva que permita
compartir los problemas: La comunicación distorsionada
o disfuncional se refiere a los dobles mensajes o mensajes
incongruentes, es decir, cuando el mensaje que se trasmite
verbalmente no se corresponde o es incongruente en sí
mismo y no queda claro.5. Que el sistema familiar sea capaz de
adaptarse a los cambios: La familia funciona adecuadamente
cuando no hay rigidez y puede adaptarse fácilmente a
los cambios. La familia es un continuo de equilibrio–cambio.
Para lograr la adaptación al cambio, la familia tiene
que tener la posibilidad de modificar sus límites, sus
sistemas jerárquicos, sus roles y reglas, en fin, de
modificar todos sus vínculos familiares, pues no son
independientes unos de otros.
Violencia familiar y
maltrato infantil
El término violencia familiar alude a todas las
formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre los
miembros de la familia. La relación de abuso es aquella en
la que una de las partes ocasiona un daño físico
y/o psicológico a otro miembro. Este daño se puede
dar ya sea por acción o por omisión, y se da en un
contexto de desequilibrio de poder. Para establecer que una
situación familiar es un caso de violencia familiar, la
relación de abuso debe ser crónica, permanente y
periódica, refiriéndose así a las distintas
formas de relación abusiva que caracterizan un
vínculo familiar. Entre las principales
características que puede presentar una familia que sufre
de violencia son las siguientes:
Organización jerárquica fija o
inamovible. Además sus miembros interactúan
rígidamente, no pueden aportar su propia identidad,
deben actuar y ser como el sistema familiar les
impone.Las personas sometidas a situaciones críticas
de violencia familiar presentan un debilitamiento de sus
defensas físicas y psicológicas, lo que
conduciría a un incremento en los problemas de salud
(baja autoestima, depresión y enfermedades
psicosomáticas).También otras personas muestran una
disminución marcada en el rendimiento laboral. En los
niños y adolescentes se encuentran problemas de
aprendizaje, trastornos de la personalidad, etc.Por lo general las personas que viven afectadas por
la violencia familiar, como se criaron dentro de este
contexto, tienden a reproducirlos en sus futuras
relaciones.
En nuestro país se observa que las mujeres y los
niños son los más afectados por la violencia
doméstica, en el caso de estos últimos, una gran
parte de los padres, lo consideran un método educativo o
correctivo, asociado a la pobreza y al bajo nivel educativo
(UNICEF, 2004)[25].
La mayor vulnerabilidad femenina no sólo se debe
a causas físicas, también incide en que las mujeres
suelen concentrar en la mayoría de los casos, la mayor
carga y responsabilidad en la crianza de los hijos, además
por diferentes cuestiones culturales condensan las tareas
hogareñas y mantienen una mayor dependencia
económica como cultural de los hombres. En el caso de los
niños, como en otros casos de violencia se da una
relación de vulnerabilidad. Claramente los niños,
niñas y adolescentes muestran inferiores recursos para
defenderse de lo que les puede hacer un adulto. Además se
debe considerar el daño emocional y los efectos a corto y
largo plazo que provocan los maltratos. Estos pueden ser
tipificados de la siguiente manera[26]
Maltrato Físico: se refiere a cualquier
lesión infligida (hematomas, quemaduras, fracturas,
lesiones de cabeza, envenenamiento, etc.), que no es
accidental y que provoca un daño físico o
enfermedad en un niño o adulto. Puede ser el resultado
de uno o dos incidentes aislados, o puede ser una
situación crónica de abuso.Maltrato Sexual: se refiere a cualquier
implicación de niños y adolescentes,
dependientes o inmaduros en cuanto a su desarrollo, en
actividades sexuales que no comprenden plenamente y para los
cuales son incapaces de dar un consentimiento informado. La
intensidad del abuso puede variar de la exhibición
sexual a la violación. De todas las formas de abuso,
el abuso sexual es el más difícil de reconocer
y aceptar. Según estadísticas que 01 de cada 04
niñas y 01 de cada 08 niños serán
sexualmente abusados antes de llegar a los 16 años. En
más del 90% el abusador será masculino y en
más del 80% de los casos el abusador será una
persona conocida por el niño.Abuso y Abandono Emocional: El abuso emocional
generalmente se presenta bajo las formas de hostilidad
verbal, como por ejemplo insultos, burlas, desprecio,
críticas o amenazas de abandono, inclusive el
constante bloqueo de las iniciativas infantiles por parte de
algún miembro de la familia. Provoca graves trastornos
psicológicos. Mientras que el abandono emocional puede
expresarse de modo pasivo, sin brindar afecto, apoyo y la
valoración que todo niño necesita para crecer
psicológicamente sano. Se refiere a la falta de
respuesta a las necesidades de cuidado y amor del
niño.Abandono material o físico: es un maltrato
pasivo y se presenta cuando las necesidades físicas de
un niño como alimentación, abrigo, higiene y
protección no son atendidas en forma temporaria o
permanentemente por ningún miembro del grupo que
convive con el niño.Niños testigos de violencia familiar: cuando
los niños presencian situaciones crónicas de
violencia entre sus padres. Estos niños presentan
trastornos emocionales muy similares a quienes son
víctimas de abuso[27]
Los niños criados en hogares donde se los
maltrata suelen mostrar desordenes postraumáticos y
emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa
autoestima y sufren de depresión y ansiedad por lo que
pueden llegar a utilizar el alcohol u otras drogas para mitigar
su estrés psicológico, siendo la adicción al
llegar la adultez, más frecuente que en la
población general. Los efectos que produce el maltrato
infantil no cesan al pasar la niñez, mostrando muchos de
ellos dificultades para establecer una sana interrelación
al llegar a la adultez. Para muchos niños que sufren de
maltrato, la violencia del abusador se transforma en una forma de
vida. Crecen pensando y creyendo que la gente que lastima es
parte de la vida cotidiana; por lo tanto este comportamiento se
torna "aceptable" y el ciclo del abuso continúa cuando
ellos se transforman en padres.
De la doctrina de la
"Situación irregular" a la doctrina de la
"Protección Integral"
La atención a los niños y adolescentes en
abandono, ha ido evolucionando a través de los años
de acuerdo a diferentes doctrinas y perspectivas de afrontamiento
de la problemática creciente, prevaleciendo durante
décadas una concepción paternalista –
proteccionista – excluyente – sancionadora, llamada
también "Doctrina de la situación irregular", en
donde se priorizaba la atención de necesidades
básicas en un sistema masificado, aislándolos de la
sociedad en centros cerrados sin metodología de
intervención y utilizando en muchos casos el maltrato y
humillación como "método educativo".
A partir de los años 90 y luego de una
evolución en la concepción del hecho de ser
niño y su importancia como ser humano y en el desarrollo
social, los Gobiernos – entre ellos el del Perú – se
comprometen a luchar por los derechos del niño y proponen
políticas de protección y desarrollo plasmadas en
las normas internacionales como "La Convención sobre los
Derechos del Niño" – adoptada y abierta a la firma y
ratificación por la Asamblea General en su
resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989, la
Declaración Universal de los Derechos del Niño, las
Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de
la Delincuencia Juvenil (Directrices de RIAD), las Reglas de las
Naciones Unidas para la Protección de menores Privados de
Libertad, las Reglas Mínimas Uniformes de las Naciones
Unidas para la Administración de Justicia de Menores
(Reglas de Beijing), los Convenios con la OIT sobre trabajo
infantil; plasmadas en las normas nacionales como la
Constitución Política del Estado y el Código
de los Niños y Adolescentes.
En la doctrina de la Protección Integral, los
niños, niñas y adolescentes son sujetos de
derechos, libertades y protección, con deberes y derechos
sociales, con opinión y capacidades que deben ser
promovidas en el interior del núcleo familiar, la
comunidad y el Estado.
Luego de 23 años de la entrada en vigencia de la
Convención sobre los Derechos del Niño, es mucho lo
que se ha avanzado en el reconocimiento, protección,
promoción y restitución de los derechos del
niño y adolescente, aunque queda mucho por recorrer y
corregir, principalmente en las políticas públicas
en relación a garantizar el derecho a vivir en familia
frente al cuidado alternativo en una institución
pública o privada.
De acuerdo al documento Latinoamericano sobre los
Niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales
en América Latina (2010), en la región prevalece un
uso inadecuado del cuidado alternativo de niños privados
del cuidado parental, en lo referente a lo siguiente:
Las medidas son indefinidas en el tiempo, por
ausencia de seguimiento y de revinculación familiar.
Según información recogida por la CIDH, en las
Aldeas SOS en Perú, el periodo promedio de permanencia
es de 07 años debido a que no se promueve la
reinserción familiar[28]Se toman decisiones sin el debido proceso legal
vulnerando el derecho de los niños a ser
escuchado.En la práctica los cuidados alternativos no
se enmarcan en una perspectiva de derechos, sino que tienen
un abordaje asistencialista.Es frecuente que las instituciones se ubiquen en
lugares lejanos a la familia y la comunidad de los
niñosNo se han adoptado medidas que prevengan y eviten la
separación como la ayuda a la familia de
origenLas causas de ingreso son ilegitimas: la pobreza y
la orfandad son las más notables.
Efectos del abandono
y la institucionalización
A través de diversas investigaciones se ha
descubierto que la separación con la figura materna y la
discontinuidad de los cuidados propios de las instituciones son
elementos perjudiciales para el sano desarrollo de un
niño. Para un bebé los mayores efectos nocivos de
la institucionalización residen justamente en la carencia
de relaciones afectivas estables durante los primeros años
de vida.
Serían determinadas variables,
características y procesos que poseen las residencias o
Casas de Atención Residencial, las que determinan en mayor
o menor medida la vulnerabilidad y el daño que generan en
la vida psíquica de un niño. Estas
características tienen que ver con el tiempo de
institucionalización, recursos físicos del centro
centrados en la calidad y cantidad de la infraestructura, calidad
del vínculo de las cuidadoras y razón de
niños por cuidadoras. En la medida que se intervenga sobre
estas variables, las condiciones de bienestar y adecuado
desarrollo de los niños se verían altamente
favorecidos[29]
Desde esta perspectiva, institucionalización y
carencia afectiva aparecen como dos conceptos aparejados. La
institucionalización como proceso de pérdida de los
vínculos tendría como consecuencia privar al
niño de las porciones mínimas de afecto que le
permitirían vivir y desarrollarse. Ahora bien, será
relevante para el desarrollo de este proyecto de
investigación diferenciar institucionalización y
carencia afectiva, y determinar
Se han realizado varios estudios en esta área,
las primeras descripciones que se encuentran en la literatura
acerca de las alteraciones de la conducta socioemocional de
niños institucionalizados son reseñadas por Spitz y
Woff (1946) con el cuadro que denominó "hospitalismo y/o
depresión anaclítica". Posteriormente Golfarb en el
año 1949 (Citados por Morales, C. 2012), señala que
estos infantes presentarán una disminución de la
reactividad emocional, dificultad para aceptar normas y falta de
culpabilidad.
En esa misma época Marcella Kling (1950) observa
resultados similares. Señala que los niños
institucionalizados no saben mantener relaciones estables,
demuestran una alegría pasiva ante la presencia de otro
niño, permanecen insolentes e inertes y presentan una
tendencia a precipitarse ávidamente sobre objetos
acumulados sin utilizarlos. A la edad de ocho años el
grupo en estudio reportó dificultades antes no detectadas,
se apreciaron problemas en el área escolar; mayores
conductas disruptivas dentro de la sala de clases, inquietud para
seguir instrucciones y dificultad en la relación con los
iguales.
Independiente de la causa que originó el
abandono, para la realidad psíquica del niño que no
capta racionalmente los hechos, la muerte de los padres por
ejemplo, es vivida como un abandono, como una falta de amor.
Spitz planteaba que si no se establece en los primeros meses de
vida del niño una relación estable con un personaje
maternal, su personalidad se verá trabada, en su
formación, no sólo en lo afectivo, sino
también en lo cognitivo, motor y social. Erikson
planteó que la existencia de la madre y la estabilidad del
medio familiar, durante el primer año de vida, permiten el
desarrollo de actitudes de confianza
básica[30]
Desde la perspectiva psicoanalítica en las
primeras etapas de la vida, se establece entre la madre y el hijo
una relación en que ambos se transmiten a través de
la mirada y del contacto de la piel, el conocimiento de la
existencia del otro significativo, llegándose a un estado
de coordinación en el vínculo, que proporciona gran
satisfacción mutua. Si esta coordinación no se da,
el niño lo registra como una gran frustración, que
tendrá peso en su vida de relación. Las situaciones
afectivas serán vivenciadas como "todo o nada" de
gratificación o de frustración totales. Estas
demandas de todo o nada son fuente de posteriores frustraciones y
van generando una imagen negativa de sí, la
fantasía de no recibir por no merecerlo, sentimientos de
no-valoración de sí mismo y angustia intensa de la
cual requiere defenderse.
Efectos del abandono en las diferentes
edades[31]
a) Abandono in útero: Verny (citado en Hermosilla
1989) plantea que el abandono in útero sienta las bases de
una personalidad depresiva y vulnerable a las situaciones de
estrés.
b) Primeros 06 meses: La separación de la madre a
esta edad implica que el niño pierde sus sentimientos de
seguridad. Alrededor del 3ª y 4ª mes el niño
empieza a contactar con el ambiente que lo rodea y puede
reconocer a la figura materna y personas
significativas.
c) De 06 meses a un año: Los niños de
vuelven más tímidos y un nuevo vínculo se da
más fácilmente si el niño ha tenido
inicialmente una relación segura. Pareciera que el
abandono en esta edad tuviera peores consecuencias para el
desarrollo de la psiquis, que en otros momentos. (Hermosilla
1989).
d) Posterior a 01 año: Los efectos van a
depender de los vínculos establecidos en los 2 primeros
años. Si han sido buenos y hay figura sustituta es
probable que el niño logre establecer buenos lazos
afectivos. Si las experiencias anteriores han sido frustrantes es
difícil que genere lazos adecuados.
Alternativas a la
institucionalización
Las Directrices sobre las Modalidades Alternativas del
Cuidado de los Niños (2009), en relación a los
niños que por alguna razón son privados temporal o
permanentemente de su medio familiar, en el Artículo 20
(Inc. 1, 2,3), refiere:
1. "Los niños temporal o
permanentemente privados de su medio familiar, o cuyo
superior interés exija que no permanezcan en ese
medio, tendrán derecho a la protección y
asistencia especiales del Estado"2. "Los Estados Partes garantizarán,
de conformidad con sus leyes nacionales, otros tipos de
cuidado para esos niños".3. "Entre esos cuidados figuraran, entre
otras cosas, la colocación en hogares de guarda, la
kafala del derecho islámico, la adopción o de
ser necesario, la colocación en instituciones
adecuadas de protección de menores. Al considerar las
soluciones, se prestará particular atención a
la conveniencia de que haya continuidad en la
educación del niño y a su origen étnico,
religioso, cultural y
lingüístico".
En nuestra legislación, el Código de los
Niños y Adolescentes del Perú, establece que las
medidas de protección al niño y adolescente en
presunto estado de abandono (Art. N°243°) son las
siguientes[32]
a) El cuidado en el propio hogar, para lo cual
se orientará a los padres, familiares o responsables
del cumplimiento de sus obligaciones, contando con apoyo y
seguimiento temporal por instituciones de defensa;b) La participación en el programa
oficial o Comunitario de defensa con atención
educativa, de salud y social;c) Incorporación a una familia sustituta
o colocación familiar;d) Atención integral en un
establecimiento de protección especial debidamente
acreditado, ye) Dar en adopción al niño o
adolescente, previa declaración del estado de abandono
expedita por el juez especializado.
En referencia a la Colocación familiar, en el
Artículo N°104 se establece que:
"el niño o adolescente es acogido por una
persona, familia o institución que se hace responsable de
él transitoriamente. Esta medida de protección
puede ser impuesta por la instancia administrativa o judicial y
puede ser remunerada o gratuita. Se tomará en cuenta el
grado de parentesco y, necesariamente la relación de
afinidad o afectividad con la persona, familia o
institución que pretende asumir su cuidado, dando
preferencia a quienes se encuentren ubicados en su entorno
local".
La adopción (CNA, Articulo N°115),
es:
"..Una medida de protección al niño y
al adolescente por la cual, bajo la vigilancia del Estado, se
establece de manera irrevocable la relación paterno-filial
entre personas que no la tienen por naturaleza. En consecuencia
el adoptado adquiere la calidad de hijo del adoptante y deja de
pertenecer a su familia consanguínea".
Si bien se aprecia que existen medidas alternativas a la
institucionalización de las niña, niños y
adolescentes en la normativa nacional, en la ejecución se
le prioriza frente a otras menos victimizantes y normalizadoras.
Es así que mientras aproximadamente se encuentran 19,000
niños, niñas y adolescentes se encuentran viviendo
en instituciones públicas, mixtas y privadas del
país lejos de sus padres, por estar en presunto estado de
abandono y riesgo (MIMDES, 2010), solo se adoptaron en el
país 204 infantes en el año de 2011 (MIMP, 2012).
No se cuenta con datos de colocación familiar ni de la
participación en otros programas.
Una alternativa interesante y posible frente a la
institucionalización indiscriminada, es el servicio de
acogimiento familiar que brinda el INABIF en convenio
con la Fundación Buckner[33]el que se
inició en mayo del 2007 y convoca a las familias
interesadas en acoger temporalmente a niños, niñas
y adolescentes en abandono y riesgo social con el objetivo de
ofrecerles la posibilidad de crecer en el seno de una familia que
facilite el pleno desarrollo de su personalidad. Los
beneficiarios de este servicio cuentan con una familia
biológica plenamente identificada, a la que no pueden
retornar porque no les garantiza la protección integral de
sus derechos.
Además, se cuenta con la ayuda de las redes
sociales que hacen los esfuerzos posibles para que al cabo de un
período mínimo de dos años, los niños
y niñas puedan retornar con sus familias
biológicas, tras haberse realizado la adecuada
preparación emocional de los niños y el
fortalecimiento de las funciones parentales en las familias de
origen.
El acogimiento familiar no es un programa de
adopción, sino una alternativa que busca hogares
temporales para que los niños, niñas y adolescentes
en abandono moral y riesgo social puedan crecer y desarrollarse
en el seno de una familia, sin perder contacto, según el
caso, con sus familias biológicas que, por el momento no
están en condiciones de tenerlos. El proceso de
selección de las familias acogedoras comprende la
evaluación de los aspectos social, psicológico y
legal de los solicitantes.
En otros países de la región, se viene
desarrollando este programa con éxito como en Brasil en
donde están disminuyendo los hogares masivos, pues se da
prioridad a hogares pequeños que albergan a no más
de 20 niños en sus instalaciones. Colombia tiene a 6,000
niños en acogimiento Familiar y Chile a más de
4,000. Argentina también cuenta con un Programa de
Acogimiento al cual le da gran impulso. En el Perú el
programa aún es incipiente, pues solo atiende a 25
niños y adolescentes (INABIF, 2010).
Conclusiones
Las causas que generan la pérdida de los
cuidados parentales en los niños y adolescentes
están asociadas a problemáticas de orden
político, social, económico y cultural. Los
conflictos armados, migraciones del campo a las ciudades, la
falta de acceso a servicios básicos y de salud y
educación y vivienda digna, la violencia familiar, las
adicciones, la explotación sexual, el trabajo
infantil, la discriminación, etc.; vulneran las
estructuras sociales y familiares hasta su
desestructuración.La institucionalización por largos periodos
de tiempo, causa diversos desajustes cognitivos, emocionales
y comportamentales debido al desarraigo familiar y social,
que puede desencadenar en retrasos en el desarrollo, cuadros
de depresión y ansiedad, dificultades para
interrelacionarse y vincularse afectivamente, entre
otros.La institucionalización es una medida que se
caracteriza por ser excepcional y transitoria, pues
constituye como el último recurso y por la más
breve duración posible a fin de garantizar desde el
Estado la protección de los niños gravemente
vulnerados. Tiene por objetivo la restitución de los
derechos vulnerados y la posterior reintegración al
seno de su familia u otra que le brinde el cuidado y amor que
requiere para el desarrollo de sus capacidades. Sin embargo
en el Perú dicha medida se aplica indiscriminadamente,
por periodos de tiempo indeterminados, asociada a la pobreza
y desigualdad, así como a la indiferencia y la
marginación social de los niños, niñas,
adolescentes y sus familias; convirtiéndose en una
grave violación de los derechos humanos.
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Consultada el día 6 de diciembre de 2012.
[6] Normas Legales. www.elperuano.com.pe,
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[7] Wikipedia. Definición de
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[8] Programación de los derechos del
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[9] Ley N°27337. Nuevo Código de
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Consultado el 4 de diciembre de 2012.
[10] RELAF (2010). “Niños,
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comunitaria”. Buenos aires, Red Latinoamericana de
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[11] http://www.mimp.gob.pe. Consulta 09 de
julio de 2012.
[12] Artículo Nº 15 del
Código de Niños y adolescentes
[13] Directrices sobre las Modalidades
Alternativas del Cuidado de los Niños. Aldeas Infantiles
SOS, 2009.
[14] Schereirer, G. Riesgo o abandono:
más allá de la semántica.
gabriela[arroba]conscienciasocial.net Pp. 4
[15] Defensoría del Pueblo. Serie
Informes Defensoriales. Informe N°150: “El derecho de
los niños, niñas y adolescentes a vivir en una
familia: La situación de los centros de atención
residencial estatales desde la mirada de la Defensoría
del Pueblo”,Pp. 433 – 456
[16] Citado en el artículo:
“Infancia institucionalizada: Representaciones y
prácticas profesionales”. Universidad de Buenos
Aires, 2004.
[17] Pinheiro, P. World Report on Violence
against Children (2006). Citado por SOS. “Niños,
niñas y adolescentes sin cuidados parentales en
América Latina, Pp 18.
[18] MIMDES. “Las Familias en el
Perú”. Boletín Trimestral N°01-2010,
pp. 14
[19] RELAF (2010). “Niños,
niñas y adolescentes sin cuidados parentales en
América Latina. Contextos, causas y consecuencias de la
privación del derecho a la convivencia familiar y
comunitaria”. Buenos aires, Red Latinoamericana de
Acogimiento Familiar, Pp.7.
[20] Perfil del niño y adolescente en
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[21] Herrera, M. “Soluciones
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institucionalizados”, (2007). Seminarios de derecho e
instituciones. Documento de trabajo N°6. Bahía
Blanca, Universidad Nacional del Sur. En
http://www.uns.edu.ar/congresos/Derinstitu/documentos.htm
[22] Beloff, Mary, “Luces y sombras de
la Opinión Consultiva 17 de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos: “Condición Jurídica y
Derechos Humanos del Niño”, en de la misma autora
Los derechos del niño en el sistema interamericano,
Editores del Puerto, Buenos Aires, 2004, p. 79 y ss.
[23] En una investigación denominada
“Estudio sobre la situación psicosocial de los
niños y adolescentes albergados en el hogar
“Jesús mi Luz” de la ciudad del Cusco,
derivados de los Juzgados de Familia por encontrarse en
presunto estado de abandono”, Vacchelli, G. (2004),
concluye, luego de la revisión de 73 expedientes y
cuadernos de campo de los profesionales a cargo de su
atención, que la gran mayoría de niños y
adolescentes eran visitados por familiares, en un 50% por toda
la familia, es decir, padre, madre, hermanos, abuelos, etc. Y
en general poseían visitas de algún familiar;
solo un 09% se encontraba en total abandono. En
monografías.com.pe.
[24] Herrera, P. “La familia funcional
y disfuncional, un indicador de salud” (1997). En
http://bvs.sld.cu/revistas/mgi/vol13_6_97/msi13697.htm
[25] UNICEF. “El estado de la
niñez en el Perú”. Lima, 2004
[26] Santamaria, S. “Violencia familiar
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[27] Santamaría, Sandra.
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[28] UNICEF (2011)
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http://infanciaypolíticas.wordpress.com. Consultado el
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[30] Rosas, M., Gallardo, I. y Angulo, P.
“Factores que influyen en el apego y la adaptación
de los niños adoptados”. Santiago de Chile,
Universidad de Chile
[31] Rosas, M. y otros. “Factores que
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[32] MIMDES. Código de los
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[33] INABIF. “Acogimiento
familiar” (2012). En
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