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Análisis: La naturaleza de la riqueza (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Lo que de Soto llama como "aquel" significado de
capital, nosotros lo llamamos riqueza social; lo que él
llama capital como sinónimo de dinero, nosotros lo
llamamos indev, que es dinero, aunque categóricamente es
otro dinero. La palabra capital implica una propiedad individual,
privada, en tanto que la riqueza de un país es social;
"capital" la descartamos de nuestro vocabulario, desde ahora y
por siempre, puesto que una ciencia no admite términos
fundamentales inexactos.

Siempre debemos considerar siempre que el ciclo
económico empieza con la extracción, no con la
reposición, por lo que ya se cuenta con el capital inicial
que todo lo mueve; que no tiene nada de muerto. Sin trabajo no
hay dinero, sin trabajo no hay producción, sin trabajo no
hay beneficios, por más capitales que existan. Es
más, sin trabajo no existe "aquel" capital ni en el
capitalismo. Y sin consumo, ni el trabajo tiene
sentido.

Lo que antes era llamado "capital fijo" es en realidad
la riqueza artificial A, que sólo es una parte integrante
de la riqueza total H, el respaldo del indev.

Un edificio, desde el punto de vista que nos da el ciclo
económico, no es más que la devolución a la
naturaleza de las materias primas que de ésta se tomaron,
con el objeto de construirlo, como vivienda o como
fábrica, un hospital o una universidad .Lo que se llamaba
capital circulante  fondo de maniobra o fondo de
rotación no es más que riqueza en sus diferentes
formas, según su ubicación en el ciclo
económico, que, incluso en forma de moneda, representa a
la riqueza total, es la riqueza de la pachamama medida en indevs,
es el propio dinero.

El indev no se vende ni se compra, sencillamente porque
no existen sus dueños.

El dinero se utiliza solamente para ser lo que siempre
debió ser: para no andar cargando vacas al hombro o llevar
vino en el bolsillo. Por eso es que debe representar la riqueza
de un país y su gente, puesto que en cierto sentido el
indev representa, según sea el caso esa vaca o ese
vino.

Todo habitante, en cualquiera de sus dos roles, puede
obtener el crédito que solicite, sin más que
explicitar su fin; esto último para evitar la competencia
exagerada en lo productivo o en el consumo. Todo crédito
individual para un hombre en su papel de benefactor, se
otorgará según su ingreso natural. Lo mismo para
cada uno en su papel de productor, porque al fin y al cabo los
dos son papeles que cumple un mismo hombre. Ambos pueden utilizar
diferentes tipos de garantías para aumentar el monto de
los préstamos

.De allí se desprende, también, que ese
monto estará en proporción directa del
número de solicitantes. Si un benefactor no tiene
suficiente ingreso para respaldar el préstamo, puede
solicitar una garantía solidaria de otra persona; o, como
productor, puede asociarse con otra u otras personas.

Las empresas o sociedades ya establecidas que soliciten
préstamos para la inversión o reinversión
serán atendidas como lo han sido hasta ahora, mediante el
otorgamiento de préstamos respaldados por las diferentes
formas de garantía que hoy se utilizan y por las nuevas
que ya se han descrito y las que necesariamente
aparecerán; A pesar de que el ahorro no otorga ganancias
directas, quien deposite su dinero en un banco tendrá la
certeza de cuánto será el "interés" que
recibirá, mejor dicho y mejor llamado, su parte o
porción correspondiente del aumento de riqueza. Ese
depositante es también un habitante de la zona, como
cualquier otro, por lo que recibirá todos los beneficios
que se definan para el benefactor. Ese beneficio será
definido por la sociedad, en la forma que esta haya elegido,
según el porcentaje que se haya decidido trasladar como
aumento real de la reserva social o como aumento directo del
ingreso natural.

No obstante, el dinero, el indev, depositado o no,
siempre valdrá lo mismo, en

cambio cada ingreso podrá aumentarse y así
también lo hará la capacidad de

Ahorro de cada uno.

El poder de compra interno dentro de un período
es siempre el mismo, pero en su comparación internacional
siempre va en aumento. El indev, que es la moneda que acepta el
ciclo económico natural, no tiene comparación con
ninguna otra moneda. Si definimos su relación con las
otras divisas según los principios de la teoría
capitalista debemos decir que el indev no es una mercancía
más, como "lo son" ellas. Veremos que la
importación de mercancías que no colman alguna
necesidad es un mal negocio, y cualquier moneda extranjera es una
importación que cumple ambas condiciones: es una
mercancía y, además, es una mercancía
totalmente inútil para favorecer el ciclo
económico. La tenencia de alguna de ellas no aumenta la
riqueza de la zona; es más, es probable que su misma
adquisición haya sido un perjuicio. Debemos decir que,
objetiva y materialmente hablando, las monedas extranjeras de hoy
no son mercancías, sino representaciones abstractas de un
algo intangible, esto es, no son más que papel entintado y
no encarnan nada; además, se devalúan
continuamente.

La necesidad de moneda extranjera puede existir, por
ejemplo, para visitar otros países o para complementar una
importación; esto último es algo que no es deseable
hacer: las diferencias en las "balanzas de pago" deben ser
eliminadas mediante mercancías reales, materiales,
tangibles, fruto del trabajo individual o social de la zona, es
decir, mediante bienes con valor agregado.

Mientras haya trabajo, producción y
reposición de riqueza, habrá enriquecimiento.
Mientras hay enriquecimiento hay aumento del valor
intrínseco del indev, mientras hay aumento de valor de lo
que la moneda representa es porque hay beneficios; Hemos visto
que no se descarta el uso de bancos. Ellos seguirán
cumpliendo la función principal que hoy cumplen:
captación de ahorro, el servicio de administración
de diferentes tipos de cuentas y lo préstamos, a las que,
seguramente, se le agregarán otras funciones
nuevas.

Si suponemos el caso extremo en que un banco mantiene en
su bóveda la misma cantidad absoluta de indevs, a medida
que se aumente la riqueza natural de la zona habrá un
proceso de revalorización continua de esa cantidad, en
comparación con las otras monedas. Esa suma de dinero
representará el mismo valor frente a sí mismo, pero
tendrá un valor cada vez más alto frente a otras
monedas. Así, concomitantemente, si se mantiene en la
bóveda una suma de moneda extranjera, ese monto se
irá devaluando conjuntamente en que ellas mismas se
devalúan, y además, en la que se revalúa el
indev con respecto a ellas. No es conveniente ni
fructífera la acumulación de moneda
extranjera.

No obstante, en un período dado, una zona tiene
un crecimiento cuantificado (el producto social o medida del
trabajo), medido en indevs o granindevs, y el crecimiento
vegetativo de la población, por lo que seguramente
habrá que seguir emitiendo, aunque a diferentes niveles o
cantidades. Debemos reiterar que siempre aparecen nuevas
necesidades, a medida que aparecen nuevos bienes. Y ellos, de por
sí, aumentan la riqueza. Es lo que llaman un
"círculo virtuoso".

El trabajo y el
salario

El trabajo no es una actividad que de por sí
misma satisfaga una necesidad, sino que es el único medio
legal por el cual la mayoría absoluta de las personas
pueden obtener su sustento. Mediante nuestra propuesta, el
sustento imprescindible ya está garantizado. Así se
logra que cada ser humano trabaje en lo que guste o
aspira.

La actividad humana más visible es la que
llamamos trabajo: es consumidora de horas de vida y es
también productora de vidas. Pero cada hombre integra no
solamente la cadena de producción social sino
también y conjuntamente la cadena del consumo social. El
consumo es un generador espontáneo de vida y es
quién financia todo el proceso productivo que posibilita
tal generación. Como se ve en los diagramas, la actividad
humana tanto social como individual, se conforma de esa doble
acción.

Hemos dicho que la humanidad tiene una doble manera
social y laboral, de cumplir con el ciclo económico; La
primera, mediante la creación de nueva riqueza que no
existía previamente, y la segunda, mediante la
reposición de lo que ha destruido. Esta doble
reposición únicamente puede efectivizarla mediante
el trabajo, y esa actividad duplicada que realiza
como.

La humanidad, sin exclusiones, es y debe ser creadora,
productora y benefactora, alternativa y simultáneamente.
Es decir, todo hombre será a la vez productor y
benefactor, todo hombre es un trabajador-consumidor.

El hombre si su ingreso natural ya definido no alcanza a
cubrir una necesidad, la sociedad deberá aumentar ese
mínimo u otorgarle facilidades que le permitan alcanzarlo:
la satisfacción de toda necesidad es el fin de la
economía. La sociedad no sólo está ahora
habilitada para ello (tendrá de dónde recurrir),
sino la factibilidad cierta de su posterior reintegro. La
libertad es una sola, únicamente exige que todos empecemos
desde la misma línea de partida y que cumplamos con las
mismas reglas. Después, cada uno recibirá
según su capacidad individual.

Un hombre puede tener una aptitud sobresaliente para una
tarea específica, pero será de un nivel medio, o
menor, para otra cualquiera, en tanto que otro hombre hará
de ésta su tarea principal, la que
desempeñará de una excelente manera.

La definición que importa es que cada productor
recibirá el ingreso mínimo más los
beneficios que su propia actividad le genere, esto es,
recibirá el ingreso natural más el salario
individual derivado del provecho que le genera su actividad.
Cuando definimos el ingreso mínimo, quedó
establecido que es un "piso" por debajo del cual no puede
ubicarse el ingreso de nadie. Los ingresos de todos están
en o sobre él.

La capacidad productiva de una zona debe estar
relacionada directamente con las necesidades de sus habitantes,
porque si una población es incapaz de generar la riqueza
necesaria para lograr el bienestar de cada uno de ellos, no tiene
razón de ser como sociedad.

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Como T es una constante, nos otorga una pauta de
carácter funcional. Dentro de un mismo período, el
valor de H lo podemos considerar también como constante,
por lo que la fórmula del ciclo económico general,
social, sólo la aplicaremos una vez por período. El
pulso diario de la economía cambia según el factor
R, Hallable a través de la fórmula de la riqueza
propia de la zona, R = N + A.

Los cálculos efectuados mediante el uso de la
fórmula de la riqueza propia alcanzan para conocer el
estado de la economía dentro de un período en una
frecuencia más cotidiana.

Nt

At

Ra = Nt +

At

R" = R +

Ra

%

% Acum

1er mes

0.08 :

0.18:

0.26:

62.260:

0.04 %

0.04 %

2do mes

0.11:

0.83:

0.94:

63.200:

1.51 %

1.93 %

3er mes

0.09:

0.39:

0.48:

63.680:

0.76 %

2.71 %

Aquí se ven los primeros tres meses del
período actual de un país hipotético. Las
columnas muestran cuánto ha aumentado cada una de las
riquezas que se establecen en el encabezado: Nt, At y Ra
representan los aumentos del período en curso, en tanto
que R" es el aumento general de la riqueza propia del
país, suponiendo que la riqueza acumulada hasta el
período anterior haya sido de 62 Millones. Todas las
cifras dadas en este ejemplo se representan en millones de
granindevs; son absolutamente arbitrarias, y sólo se
muestran para explicar el cálculo cotidiano del estado en
que marcha la economía. No obstante nos dicen que el
primer mes la economía solamente aumentó un 0,04%
en relación al año pasado; el segundo mes la
riqueza subió un 1,51% con relación al primero, por
lo que no fue un mes malo, lo que representa un 1,93% de riqueza
acumulada en esos dos meses; la tercera nos dice que fue un mes
de baja productividad, subió sólo un 0,76% en
relación al segundo, haciendo que la riqueza acumulada
ascendiera al 2,71%. Han sido regulares, uno bueno y dos malos,
pero se ha aumentado la riqueza total, y con ella, el respaldo de
la moneda.

Existe un ingreso mínimo social, pero no existe
un salario individual mínimo. Éste depende del
merecimiento de cada trabajador, el que, a su vez, posee la total
y verdadera libertad de decidir si lo acepta o no: cada
trabajador ya tiene garantizado su ingreso natural que le
permitirá no sufrir necesidades apremiantes, con tiempo
suficiente para encontrar el trabajo que anhela. Cada sociedad
debe fijar el máximo de horas de trabajo, y ese
máximo debe tender a ser cada vez menor, como una de las
formas de evitar el desempleo. Pero esa no es su función
principal, sino que es la de permitir que cada trabajador, cada
productor, en libertad, pueda disfrutar de sus derechos
adquiridos como benefactor, su otro rol fundamental. Ambos roles
deben equilibrarse: trabajar para vivir y no vivir para trabajar.
El disfrute de las horas libres, el esparcimiento, que es la
forma más común de disfrutar un ingreso mayor que
el mínimo, hace que la economía humana funcione. El
ciclo económico indica que debe permitir al benefactor el
acceso a todo lo producido, tanto a través de un poder
adquisitivo suficiente como mediante la disponibilidad del tiempo
necesario para poder alcanzarlo.

El ciclo económico señala que los costos
van en el sentido de la producción, en tanto que los
ingresos vienen en el sentido opuesto, en el sentido dado por el
consumo, el de los beneficios. De allí que los salarios no
pueden considerarse como costos, y no los integran.

El derecho a recibir el ingreso natural consiste en el
simple hecho de haber nacido, porque el hombre nace siendo un
benefactor. La aparición de una nueva vida es, por
sí misma, un aumento de la riqueza social; mientras vaya
viviendo irá produciendo y consumiendo, lo que
también irá aumentando tal riqueza. La
obligación que conlleva ese derecho es la de reponer y
hacer reponer la magnitud de riqueza que ha sido utilizada para
darle posibilidad a esa vida y al valor de ese ingreso
natural.

Cada habitante nace con ese derecho y con la
obligación de ejercer una actividad que reponga riqueza de
algún tipo, tangible o intangible, a través de
cualquiera de los módulos A o N o mediante el factor T.
Esto cumple con uno de los objetivos de la humanidad, y por lo
tanto de esta economía: la liquidación definitiva
del desempleo. A su vez, el arribo de un extranjero lo convierte
en un habitante más, en un benefactor más, mientras
esté residiendo en el país del ciclo
económico.

El ingreso social general, el valor representado en el
factor T, es una cantidad concreta, específica, una cifra
que representa por definición todo el trabajo de la
sociedad, pero que también debe representar,
necesariamente, la riqueza social mínima anual que los
habitantes de ese espacio vital tendrán que generar para
mantener el valor de H, la riqueza total: esa cantidad T es la
medida macroeconómica del ciclo, y tiene la particularidad
de que, cuando se mide en granindevs, es igual al número
de habitantes. Está relacionada al ingreso mínimo,
al patrón I, el que recibe cada uno de ellos en forma
individual y el que les permite ir satisfaciendo todas sus
necesidades.

El estudio del ciclo económico nos dice que la
producción de bienes tiene el objetivo de satisfacer las
necesidades de consumo, las necesidades del hombre en su papel de
benefactor, por lo que no es un fin en sí misma. No es la
única tarea a realizar. Esa producción tampoco
tiene como fin un beneficio directo y único a
través de las ganancias derivadas de su venta, sino que
conjuntamente lo tiene a través del propio hecho de su
consumo: única actividad que genera los beneficios
individuales de cada productor, los beneficios sociales generales
y los beneficios a la naturaleza, derivados del benefactor
mediante el pago de su precio. El mismo productor, a su vez, como
benefactor, como integrante de la sociedad, está
obteniendo siempre el ingreso natural que corresponde a
todos.

La generación de riqueza es un logro social. Es
social la obtención de sus frutos. Y la
distribución de ella también debe serlo. Por ello
es que todos, absolutamente todos los habitantes, tomados
individualmente, tienen derecho a alcanzarla, y la sociedad en su
conjunto el deber de garantizarlo, organizarlo y
realizarlo.

Esa riqueza total H es el respaldo del indev, mientras
que la riqueza propia R, en forma de indevs y en su totalidad o
no, es la que será distribuida en la sociedad como ingreso
natural de cada habitante, lo que permitirá que ese motor
comience a empujar la máquina de la economía. Una
vez puesta en movimiento, el trabajo T del hombre y su capacidad
creadora y transformadora la irá acelerando hasta alcanzar
la velocidad que la propia sociedad considere necesaria, y que,
una vez alcanzada, ya no habrá fuerza que la detenga. A
través del factor T se transforma N en A, creándose
una nueva A, At, y se repone la riqueza N consumida, quizá
aumentada, Nt. Una vez puesta a andar, si y sólo si se
cumple con el ciclo económico, todos los integrantes de
este ciclo la irán ajustando a sus respectivas necesidades
y gustos, incluso caprichos, sin necesidad de manos negras o
impedimentos de clases sociales.

Cada niño que nace aumenta la riqueza de la zona,
aumenta N y por ende R, y por pertenecer a la especie humana,
desde ese comienzo es un benefactor y un productor de bienes
intangibles, y un día será un trabajador y
aumentará el valor del factor T. Con todo esto, aumenta la
riqueza total Cada niño cumple su consecuente deber
estudiando y creciendo sano. Cada niño merece y tiene el
derecho de recibir el ingreso natural I, porque cada uno es un
nuevo benefactor y lo será durante toda su vida. Cada
niño que nace debe tener asegurada su existencia, no ya
como niño, sino que debe tener toda su vida asegurada,
como niño, adulto y anciano. No hay mejor forma de
proteger y hacer eficiente la economía.

La sociedad deberá y podrá darle a cada
habitante, desde el nacido más reciente al anciano de
mayor edad, un ingreso de monto único o un ingreso
variable o escalonado, según lo determine ella
misma.

Cada trabajador tendrá asegurado su ingreso
natural que le permitirá moverse con toda libertad para
buscar y conseguir el trabajo que para él sea el mejor o
el más conveniente, y a través del cual
aumentará sus ingresos. Cada empleador tendrá la
posibilidad de acordar con sus empleados el monto del salario que
percibirán por esa actividad, también en libertad.
Podrá pagarlo por o como reparto de las utilidades
obtenidas al cierre del ciclo, indiferentemente. No obstante
debemos reiterar que todo salario integra los beneficios de la
actividad que se refiera, nunca se pueden considerar como costos.
Si el empleador paga el salario desde su propio dinero, no quita
en absoluto la idea de que ese salario se deriva de las
utilidades generadas por la actividad que él y su
empleados realizan. Damos por seguro que eso no desequilibra
ninguna contabilidad, puesto que simplemente, aunque se agrega
una "disminución" de beneficios, también se elimina
un costo.

Así, cada hombre tomado individualmente
podrá dedicarse a la actividad que más quiera o que
más guste, y la sociedad en su conjunto podrá
dedicarse a la construcción de una civilización
única, de una potencialidad hasta ahora nunca alcanzada,
aunque imaginada e imaginable. Compartible.

La competencia y
el
mercado, la oferta y la demanda

El mercado es definido a priori como la porción
de la sociedad, integrante de un Estado nacional, que en un
momento cualquiera está intercambiando mercancías y
servicios Se ofrecerán mercancías mientras se haya
necesidad de las mismas y no será establecido por el
benefactor sino por la sociedad entera.

La necesidad de algo que aún no existe es para
esta economía y su sociedad un reto, un desafío a
vencer. La competencia entre productores cabrá cuando ya
no existan necesidades que saciar, sino solamente gustos y
caprichos. Esa posibilidad se alcanza más pronto de lo que
se piensa, más rápido de lo que se cree y
más fácilmente de lo que se
sueña.

El desempleo no puede existir, por lo que no
habrá competencia entre desempleados, terminándose
así con otra manera de usurpación del poder
adquisitivo, que no fue nunca otra cosa que la apropiación
de beneficios sin devolución ni generación de
riqueza.

Demanda no es más que las necesidades, gustos o
caprichos que tiene el benefactor y que aún no se han
satisfecho. En tanto que la "oferta" son los diferentes bienes
que el productor ha puesto en venta. Generalmente están
directamente relacionados con las necesidades actuales del
benefactor. La significación de ambas palabras, demanda y
oferta, sólo tiene sentido si el benefactor tiene un poder
adquisitivo tal que haga que estas realmente existan.

En definitiva, la aplicación de este sistema
asegura la existencia de un mercado libre, pero en un nivel de
desarrollo mayor, mucho más alto del que dicen haber
alcanzado los neoliberales. Porque no solo permite la libertad
del oferente sino la verdadera libertad del demandante al darle a
este la única herramienta que le permite alcanzarla: la
seguridad absoluta de que ya no tendrá necesidades pues
contará con un nivel adecuado de ingresos, avalado por un
poder adquisitivo certificado

Importación y
exportación

Este tema es donde se comete mayor cantidad de errores
la economía primitiva, donde más se nota su origen
místico. De allí que el ciclo económico se
vuelve muy delicado de comprender, quizá frágil,
para aquellos que conciben lo económico, por ejemplo,
según la visión neoliberal. El ciclo necesita que
se deje a un lado la liturgia primitiva en el tema del comercio
exterior, para percibir en su debida forma varios de sus
principios.

Viene al caso hacer notar la diferencia de conceptos
entre valor y precio. Mientras que el ciclo nos dice que el
precio es el costo social de producción de una
mercancía, su valor está dado por el nivel de
necesidad social que de ella exista y la forma en que la
satisface. Sus magnitudes pueden coincidir o no, y su
relación está basada en una función no
proporcional; el valor relativiza al precio. Para los
neoliberales son la misma cosa.

En verdad, en el capitalismo, el valor de la riqueza
está determinado por la cantidad de trabajo socialmente
necesario para producirla. Para el ciclo económico
también; pero agregando que el trabajo social es una
necesidad colectiva, cuyos frutos han de satisfacer las
necesidades del benefactor. Así, el valor de la riqueza
está determinado por la necesidad social, productora
reponedora y consumidora-reponedora.

Siempre se ha sabido que ningún país puede
progresar si necesita importar lo que consume, por la sencilla
razón de que, si requiere hacerlo, es necesariamente un
país que no genera riqueza; pero tampoco se desarrolla si
la riqueza que genera la exporta; o mejor dicho, si tiene como
fin primordial el exportar su producción. Sólo
puede exportarse el excedente, lo que no se necesite. Si es que
lo hay. La producción excedentaria puede planificarse;
puede utilizarse para importar, a cambio de ella, lo que se
esté necesitando.

Se ha dicho ya que la exportación no es una meta
de esta economía. Y aún más, es totalmente
prescindible para el país que la utiliza. La riqueza
existe en su interior (mídase en la moneda que se mida):
esa riqueza es la conjunción de la que existe en su
naturaleza y en la generada y transformada por la actividad de su
gente; si por alguna razón estas dos variables aún
no han podido colmar alguna necesidad puntual, los habitantes del
país deben (y con ésta propuesta pueden, ésa
es la diferencia) promover la forma para crearlas por sí
mismos, sin tener que endeudarse externamente.Pero su
exportación implica una extracción real de riqueza
al módulo N, (por lo tanto al factor R), una
disminución innegable de ella –sino
destrucción definitiva-, restándole valor a la
riqueza social H, al respaldo del indev, sin que sea posible
suplir o reponer esa quita. Al no tener valor agregado, tampoco
mejora al factor T, el multiplicador de la riqueza. Ya de por
sí, esto demuestra cuán perjudicial es la
exportación de riqueza, pero es mucho más
pernicioso aún por lo que generalmente se obtiene a
través de una exportación: moneda
extranjera.

La única solución posible a este dilema de
la exportación de materia prima (a un país
capitalista, por ejemplo) es el trueque por otras materias
primas, o por mercancías ya elaboradas que suplan una
falta propia. De aquellas ya hablamos, y éstas porque
suplen una necesidad cierta, una verdadera necesidad de consumo,
objeto de la economía. Para el ciclo, la
exportación sin trueque no es un comercio justo, porque se
reciben monedas sin ningún valor que no suplen necesidades
sociales- a cambio de riqueza social verdadera

Si una mercancía de origen nacional es muy
solicitada desde elextranjero, podremos intercambiarla por
materias primas u otros insumos quehagan falta. O, en todo caso,
por mercancías elaboradas que no puedan producirse
aquí. La otra posibilidad es que el otro país
utilice también el mismo sistema económico que el
"nuestro", caso en el cual el trueque es la única forma
posible (además de ser la natural y justa), de comercio
entre ambos; debemos considerar que el uso de ambos indevs como
"medio de pago o intercambio" no es más que otra forma de
trueque, pues ellos mismos no son más que el uso de un
patrón de medida (como pueden ser las toneladas, por
ejemplo): el uso del indev es en sí mismo un trueque de
mercancías, no intermediadas por él sino medidas
por él.

El sistema que estamos proponiendo, tal como se ve, no
promueve la autarquía, esto es, aislar
económicamente al país que la utiliza de los
demás países. Lo que busca es el cumplimiento
efectivo del ciclo, de que no haya un perjuicio directo a la
economía del país, ni que ningún país
sea más favorecido que otro. En definitiva lo que busca es
que bajo sus principios se realice todo comercio internacional,
libre y beneficioso, es decir, justo.

El precio de una mercancía de origen extranjero
(desde un país con una economía diferente a la que
se propone, capitalista por ejemplo), nunca es más barato
o más caro que una mercancía igual o similar de
origen "nacional" (el alimento que cita Ramales, por ejemplo). En
primer lugar porque no existe forma irrebatible, clara y justa,
de comparar sus precios; por lo tanto no puede existir una
verdadera "competencia". Pero mucho menos aún de comparar
sus valores: el valor de lo "nuestro" siempre es mucho mayor. Es
así, de manera fundamental, porque ya no tiene sentido
comprar más barato o más caro, sino cumplir con el
ciclo económico: el reponer y aumentar riqueza, de
satisfacer necesidades de los consumidores. Y para que se alcance
un ingreso razonable.

Venezuela no se beneficia comprando fuera una
mercancía competitiva deprecio menor; se beneficia
produciéndola, sin considerar su costo social de
producción, pues éste se transforma, siempre, en un
beneficio general al seradquirido por el benefactor: el valor de
un bien sólo existe (es y está) a través de
quien lo consume o usufructúa.

El beneficio sólo puede lograrse mediante la
compra de la producción nacional, o importándola
desde un país que también utiliza la
economía cíclica. Si estas dos maneras no son
posibles, hay que disminuir los inevitables perjuicios que
provoca la importación desde una economía
diferente, por intermedio de convenios bilaterales o
multilaterales que permitan laimprescindible concreción de
ese ciclo económico unívoco para cada tipo de
mercancía. Para esta economía no importa en
absoluto lo caro o lo barato de un artículo sino la
necesidad que intenta satisfacer: no importa su precio ni su
origen, sino su valor.

El costo social de producción de un bien (lo que
se llama su precio de venta o, mejor dicho, su costo de compra),
al ser pagado por el benefactor se transforma en un beneficio
social, en un aumento de la riqueza de todos. Pero sólo si
ese artículo integra el ciclo económico, esto es,
si tiene un precio de venta que realmente representa su valor
social. El valor de un bien relativizasu precio. Es el benefactor
quien modifica el signo, de negativo a positivo, de la cifra que
representa el precio: de costo individual lo transforma en
beneficio social. Lo indica claramente el ciclo y los dos
sentidos que éste posee.

La importación es un comercio necesario porque
"ninguna nación, ni ningún individuo, es
completamente capaz de producir todos los bienes que requiere
para sobrevivir", pero el ciclo nos dice que debe realizarse para
suplir una falta cierta, falta que puede ser considerada como
necesaria o muy necesaria para el benefactor al que está
dirigida, o para el productor que la utilizará como
insumo. Nunca porque tenga la característica de ser
más "barata". Porque si no suple una falta real, el ciclo
indica que es puro gasto, pura especulación, puro
perjuicio, por más asequible que pueda parecer su precio.
Si no satisface necesidades existentes su valor es nulo, por lo
que su precio siempre será exageradamente alto. Importar
bienes no necesarios están mal negocio como comprar
ceniceros para motocicletas; por baratos quesean no tienen
valor.

Para los países que no practiquen la
economía de ciclo económico no existirá un
perjuicio o un beneficio distinto por comerciar con uno que
sí la utilice. La importación y la
exportación se unifican en el criterio de "comercio
exterior", cuyo resultado no debe ni puede perjudicar a ninguna
de las dos partes que lo integran. Esa es la primera regla que
debe aceptarse. Y como la forma más directa y efectiva de
perjudicar esta economía es no cumplir el ciclo
económico, nada que no lo cumpla puede
beneficiarlo.

Resumiendo, la exportación de materias primas
casi todo está integrado por ellas- es perjuicio puro, si
no son intercambiadas por valores similares y equitativos. La
importación de ellas es aumento de riqueza, cuando cumpla
con las condiciones de suplir una falta o una necesidad y si su
adquisición cumple efectivamente con el ciclo
económico propio de ella. Toda materia prima útil
importada ingresa al ciclo económico por la única
"puerta de ingreso" válida, esto es, por el inicio, porque
suple una extracción.

En cuanto a la importación o exportación
en general, de cualquier tipo de mercancía, por ser estas
tan variadas, deberá definirse en forma particular su
carácter de beneficio o perjuicio, mediante la
revisación de los respectivos ciclos que les atañen
y la necesidad que cubren o intentan cubrir ellas mismas, esto
es, si cumplen o no con el sentido original del ciclo
económico: si lo ingresan y/o lo culminan sin generar un
perjuicio. De allí que el control de estas condiciones
debe ser muy estricto: debe verificarse plenamente ese
cumplimiento.

Para los productores nacionales es mucho más
redituable el "mercado interno" que la venta al exterior, puesto
que la población tiene suficiente poder adquisitivo como
para pagar un buen precio por sus productos; quizá el
precio internacional, quizá más que ese precio, por
poseer ahora un verdadero poder adquisitivo, un poder de compra
disfrutado, conocido y garantizado por los mismos productores. Si
el precio internacional de la mercancía que venden, por un
motivo cualquiera, es más alto que el "nacional", la
sociedad debe acomodar su precio límite máximo a
esta nueva realidad: porque ése hecho nos indicaría
que tal límite no ha sido bien calculado, o que se
estaría cometiendo una injusticia con "nuestros"
productores. A su vez, si el motivo de tal desfasaje es que el
poder de compra de la población no llega a ser el
suficiente para pagar un precio justo, existe no ya la
posibilidad sino la obligación de elevarlo al nivel
necesario. No olvidemos que no importa el precio de una
mercancía, sino su valor.

El precio se conforma para todos y cada uno de los
productores integrantes del ciclo económico de dos partes,
representadas cada uno en los dos círculos del diagrama
siguiente: uno representa los costos y el otro los beneficios;
ambos son generados, formados, concebidos, durante y por
intermedio de su proceso productivo, es decir, del trabajo que lo
crea: nunca en el momento de su venta; en ella ya se encuentran
todos definidos. Lo que produce el bien es el trabajo, y este se
mide y se paga mediante los diferentes beneficios contenidos en
ese precio: la intersección de esos dos círculos es
la parte que representa ese trabajo, puesto que esa misma
producción es la que genera los costos necesarios y la que
agrega los beneficios esperados.

El diagrama también nos indica que el costo
social de producción de una mercancía (es decir, su
precio), está compuesto principalmente (en un sentido
cualitativo, no cuantitativo) por el trabajo social que se
necesitó para producirla. No nos confirma mucho:
sólo el hecho de que nada puede crearse si no es mediante
el trabajo.

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Ahora bien, hemos dicho que los salarios (a
través de los cuales se mide esa cantidad de trabajo
contenido en el bien) se obtienen desde los beneficios generados
por su venta, representados en su totalidad por el círculo
B, completo, incluyendo la intersección con C. El
círculo C nos muestra los costos totales de la
mercancía. Pero ¿la intersección de C con B
no nos indicaría que esa parte de los beneficios
también son costos, contradiciendo lo antedicho? No existe
contradicción, puesto que para cada uno de los productores
de la cadena productiva de esa mercancía, los beneficios
del productor anterior no son más, para él, que
otros costos. El comprador de un insumo (una mercancía
intermedia del ciclo) es una especie de consumidor, que recibe un
bien cuyo precio es todo costo.

En cambio, para el consumidor final (el benefactor), los
dos círculos son uno solo: es un único circulo C;
para él, el precio de la mercancía es todo costo.
Lo que nos ayuda a entender este diagrama es que los conceptos de
costo y beneficio siempre se han caracterizado por ser relativos:
dependen del punto de vista de dónde se los mire, y si los
miramos desde la óptica de cada uno de los productores
tendremos una manera de verlos por cada uno de ellos. Por lo
tanto, es una observación oscura y sin precisión,
contraria a la rigurosidad científica. Debemos mirar desde
un punto de vista fijo y claro. Decimos entonces: primero, que
hemos fijado un punto de vista, el del benefactor, porque este es
uno e indivisible. Segundo, que el precio de una mercancía
es el costo social necesario para su producción, que
comprende no sólo costos propiamente dichos, sino
también los beneficios de sus productores.

Para el consumidor, desde su punto de vista individual,
el precio de un bien es lo que a él le cuesta comprarlo;
es costo. Su valor es el beneficio que le brinda o
brindará ese mismo bien, a veces al adquirirlo o poseerlo,
otras al consumirlo o usufructuarlo. Son conceptos separados,
casi opuestos, casi antónimos. Él es incapaz de
modificar el precio; en cambio el valor del bien sólo
puede ser dado por él, ya sea comparando el costo del bien
con su propio ingreso o con la necesidad que tenga de ese bien, o
con una combinación de ambos.

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En el aspecto social, cuando un país importa una
mercancía el precio que paga por ella es todo costo; el
país asume el rol de un benefactor colectivo. Si la
necesidad de ella es alta, su valor (en este caso, valor social)
será alto, independientemente del precio que se pague por
ella. El Uruguay, país que no posee petróleo, tiene
una necesidad imprescindible de él, lo que le da un valor
alto, mayor de lo caro, o más caro, que pueda estar su
precio. No sucede lo mismo con Venezuela; quizá para este
país la necesidad de carne (su valor) sea mayor que en
Uruguay, indiferentemente de sus precios.

De esa manera, como la necesidad del producto lo torna
imprescindible (valor elevado), el ciclo indica que se
asumirá su precio, aunque este sea alto. En cambio, si no
existe necesidad de ella, su valor será bajo o nulo,
independientemente de su precio. El costo de importación
de una mercancía innecesaria, aunque sea bajo, es una
pérdida absoluta: si en Uruguay no existe la necesidad de
importar carne, ¿para qué se importaría?
¿Porque es más barata? La riqueza con forma de
precio que se pagaría por ella se iría a otro
país, para nunca más volver. En tanto que la carne
que se posea (riqueza real) la desperdiciaría, y con
precio alto.

El precepto es, entonces, que el valor de
importación de una mercancía su necesidad es lo que
mide el motivo de efectuarla: no lo hace su precio. Este
sólo puede incidir cuando se comparan dos
mercancías que satisfacen la misma necesidad objetiva y
que, evidentemente, tengan diferente precio. Pero en especial que
no compitan con la producción nacional. Porque la
necesidad no sólo existe para comprar un bien que nos hace
falta, sino que también existe para vender el bien que
hemos producido, para transformar su costo social en beneficio
social.

Lo que se debe tener en cuenta con todo lo dicho,
básicamente, es que la diferencia entre las naciones o
entre las personas, al fin y al cabo, sólo está en
el poder adquisitivo de cada una; está en la capacidad
social de compra,. Ésta es una variable que se torna en
definitoria. Si todos los habitantes de un país tienen un
buen poder adquisitivo, queda a su criterio el qué, el
cuánto y el dónde comprar. Queda entonces en una
decisión individual y subjetiva de cada uno de sus
integrantes la resolución de su necesidad; es decir, de su
valor. Si su capacidad adquisitiva es baja, pierden totalmente la
posibilidad de elección: compran lo que pueden, cuanto
pueden y donde pueden. Como conclusión, el sentido
económico social del valor de un bien está
condicionado por el peso del poder adquisitivo de la
población, más que por la necesidad que por
él pueda tenerse. El orden del valor queda establecido
así: poder adquisitivo mayor que la necesidad de un bien,
su necesidad mayor que su precio.

La calidad propia de un producto o la calidad en que
satisface una necesidad (el nivel de satisfacción que
logra), también pesa en esa decisión e integra el
valor, objetivo o subjetivo, de esa necesidad. Los capitalistas y
el concepto deformado de calidad que ellos tienen lo incluyen en
el precio. Es más, generalmente lo derivan de él:
"algo más caro es algo mejor". Desde las últimas
décadas la calidad de una mercancía se atribuye en
forma publicitaria, arbitraria, generalmente ficticia o no
comprobada, y los costos de esa misma publicidad son incluidos en
su precio de venta, aumentándolo. El propio consumidor
paga el costo de la ilusión de calidad que le hacen
tragar. El concepto de calidad se ató a una marca o grifa,
y ella, generalmente, se la usa para dar un precio mayor que el
justo.

Ellos dicen que el valor que tiene una mercancía
para un consumidor es subjetivo. Es que no han podido rebatir la
demostración ya antigua de que, en el capitalismo, el
valor está dado por el costo social de producción:
la cantidad de trabajo social –esfuerzo físico,
esfuerzo mental, trabajo y conocimiento contenida en él
(más la característica que agregamos nosotros, de
que esa cantidad de trabajo social se expresa en su costo de
reposición) y el nivel de necesidad (social o individual)
que existe por ese bien. Todas ellas no tienen nada de
subjetivas. De esta manera oficializan y generalizan la falsa
versión del vendedor, la que dice que valor y precio son
lo mismo. Para el vendedor pueden ser sinónimos, para el
comprador son ciertamente antónimos.

Estas aclaraciones se hacen necesarias para demostrar
cuán equivocada es esa visión del comercio en
general y del comercio exterior en particular, que tienen los
economistas. El comercio exterior en el que interviene el indev
-en el comercio del ciclo económico-, no se cumple aquello
de que es más conveniente comprar más barato y
vender más caro, como ley absoluta; para el indev es una
situación relativa y no es ley. No importa para nada el
precio de una mercancía que se necesita importar, sino su
valor, que está dado por esa misma necesidad, esto es, si
suple la falta de una materia prima o es una mercancía que
no se puede producir "aquí", de la que la población
carece.

En la economía primitiva, los conceptos de caro o
barato están atados al precio de venta, pues se los mira
exclusivamente del lado del vendedor. El ciclo los liga no
sólo al precio de una mercancía (su costo de
compra) sino a la necesidad que de ella tiene el hombre y al
poder adquisitivo que éste posea. No se puede incidir
directamente en el valor de la necesidad (sólo el
benefactor puede hacerlo y dárselo), pero sí
podemos incidir en el precio de la mercancía que la
satisface y en el propio poder de compra de la
población.

Como método para el análisis, siempre se
toma el punto de vista del benefactor, pues es el punto de vista
de toda la sociedad, incluidos todos los productores.
Naturalmente, ese método no nos inhibe de estudiar las
relaciones económicas de los demás integrantes del
ciclo. Por ejemplo, nuestra propuesta libera al productor de todo
control para fijar los precios; cada productor resuelve por
sí cuál ha de ser el beneficio que obtendrá
por lo que produce. Y aún más, puesto que puede
aumentar el precio de venta del bien que produce cuando lo
mejora. Ahora bien, este aumento tiene un límite: es
totalmente libre dentro de ciertos límites, tal como lo es
el hombre mismo.

En el comercio exterior ya no es aplicable aquel
concepto de carestía o baratura de una mercancía.
No existe la forma de calcular su calidad de "caro" si lo que se
vende (o lo que se da como pago de una importación) es
riqueza, y si lo que se obtiene a cambio no lo es. Lo que
realmente importa es si se podrá o no reponer la riqueza
extraída para la producción y la venta, o si la
mercancía comprada suple o no una necesidad. Lo valedero
es si ambas permiten o no el cierre del ciclo que en que
interfieren directa o indirectamente.

Cada país extrae materia prima de su riqueza
natural y esa riqueza se aumenta y se repone mediante la
actividad de sus trabajadores, que viven y consumen en él:
es un producto nacional. Si el fin de esa producción es
obtener ganancias, la obtención de lucros sin importar las
necesidades (como lo es en el capitalismo), es mucho mejor que
esas ganancias permanezcan, se queden y muevan dentro del
"reino". ¿Por qué insisten entonces en las
"virtudes" de la importación competitiva? Porque, ya lo
vimos, la obtención de beneficios por intermedio de la
actividad legalmente reconocida, la que se alcanza a
través de la producción, ha dejado de ser la fuente
de beneficios más importante para el capitalista
neoliberal: ahora es más importante la "actividad" que
genera beneficios a través de la
especulación.

No es lo mismo para el conjunto de la población,
para la economía, el ahorro verdadero que los gastos
irrecuperables. No es lo mismo la pérdida definitiva que
los precios altos.

El dogma de los beneficios individuales inmediatos de
dudoso balance final no puede ser más fuerte que la
realidad de los ahorros y beneficios sociales a un plazo
más largo, fácilmente demostrables. La
economía únicamente depende del poder adquisitivo
de la población. Los precios altos son secundarios cuando
el poder adquisitivo es bueno.

La enorme cantidad de fábricas cerradas (y otros
muchos medios de producción) en nuestros países se
deben a que sus propietarios se pasaron de la producción a
la especulación, incentivada por las ganancias
fáciles, y sustentada por las políticas
neoliberales. Y esto no se debe a que obtuvieran más
beneficios importando que produciendo, aunque para algunos fue
así sino porque el lucro especulativo es más
directo, más manejable y no paga impuestos. Mientras es
fácilmente calculable el dinero definitivamente perdido
por el pago de las importaciones realizadas, es imposible
calcular el costo social que ha tenido este cambio de
"actividad". Lo que favoreció a las "familias" de ellos no
favoreció al "reino", concluyentemente.

La propiedad y
otros valores

Sobre el origen de la propiedad dicen los economistas
actuales: "Por ejemplo, la defensa de los derechos de propiedad
sobre la tierra parece ser la forma en que se manifiesta en la
especie humana la territorialidad tan común entre los
restantes mamíferos y muchas otras especies. Uno de los
atributos necesarios de la propiedad es la publicidad, el que
"los otros" puedan reconocer que se encuentran ante una propiedad
ajena. Como sabemos, los animales territoriales etiquetan su
territorio mediante marcas olfativas, visuales y sonoras al igual
que nosotros lo hacemos mediante letreros. Además no
sólo saben interpretar las etiquetas dejadas por otros,
sino que su comportamiento varía totalmente si
están en un territorio propio o en uno ajeno."

Desde la óptica que nosotros debemos tomar, la
económica, todo animal, incluso el hombre, es un cuerpo
que necesita ocupar un lugar en el espacio. Desee lugar y su
entorno es de donde obtiene su sustento, que en definitiva es lo
que defiende. Un perro domesticado con su comida en el plato la
defenderá hasta de la mano que se la brinda, pero no es
serio pensar que ese animal considere al plato como su propiedad
o su territorio: no defiende al plato sino su contenido. Una vez
el plato quede vacío, ya no tendrá para él
valor alguno. Lo mismo sucede con todos los animales, incluso el
hombre primitivo. Aquellos que son territoriales y marcan una
zona, no lo hacen en el sentido capitalista de propiedad, sino
que la marcan para evitar que otros animales de su misma especie
le quiten su sustento –en su forma de obtención de
alimento, de la posibilidad de procreación que este le
brinda y las demás seguridades, formas de sustento que se
ubican dentro de un territorio, el que comparten con otras
especies y a las que no se lo "expropian", como pretende hacer el
ser humano con sus congéneres y las demás especies.
Ellos no marcan el "plato" sino que marcan su "contenido". Si de
esa zona no pueden ya obtener su sustento, la abandonarán
sin dudarlo, corriendo el riesgo de ingresar en territorios con
su "contenido" ya marcado por otros. Y lucharán por
él, invasores e invadidos, ¿esto es lo que los
defensores de esa idea esperan que el hombre racional haga? No es
razonable ni de hombres racionales pensar de esa manera: el
hombre tiene más capacidad para entender y hacer entender
de dónde en realidad proviene su sustento.

Dentro de los sistemas económicos de clases
antagónicas que han existido, el derecho de propiedad
sobre cualquier bien tiene por base fundamental la propiedad
sobre el dinero; el derivado de aquel "sobrante "original. Esta
es la propiedad que sus poseedores utilizan como base explicativa
de sus privilegios; es más, basan todo ese "derecho de
propiedad "en la adquisición, directa o heredada, que
realizan por su intermedio. Aunque los tecnócratas no
gusten de esto, debemos decir que el concepto popular de capital
es un neto sinónimo de dinero, y es también la
definición exacta de él en el capitalismo. El
dinero es el capital, y tiene sus escasos dueños. Dice el
mayor estudioso del capitalismo, Carlos Marx: "El dinero en
cuanto dinero y el dinero en cuanto capital sólo se
distinguen, en un principio, por su distinta forma de
circulación". El indev no es "capital" ni tiene
dueños, mucho menos "escasez" de ellos.

De aquí se desprende que la
explotación de riquezas no reponibles, o de muy
difícil reposición, hacen que su explotación
y el derecho a ella sólo puedan cumplirlo y aceptarlo la
sociedad en su conjunto.

La forma de propiedad privada o no- de lo que se conoce
como medios de producción es indiferente para esta
economía, mientras su explotación ejecute el
único requisito indispensable del cumplimiento del ciclo,
esto es, mientras el propietario concrete continuamente el factor
T, la creación de riqueza artificial A que le corresponde
y la reposición de la natural N en la que esta se basa. El
ciclo económico obliga a toda la sociedad, por intermedio
de sus directos responsables que son los usos fluctuantes de esos
medios, a cumplir necesariamente con la reposición de la
riqueza extraída. De allí que si un medio de
producción no es explotado como tal, es un perjuicio
absoluto para esa economía y por ende para esa sociedad.
Un medio de producción ha de ser un medio de
producción, no un paisaje telúrico.

No existirán más campos inexplotados o
fábricas cerradas por sus dueños, sino el abandono
de esos medios de producción por parte de sus fluctuantes;
esto parece una sutileza, aunque en realidad es fundamental.
Porque una fábrica abandonada no es una fábrica
cerrada: podrá volver a producir mientras haya interesados
en reactivarla. Un medio de producción debe producir, si
no deja de ser lo que es. Y lo que no es lo que debe ser, no
tiene sentido económico, ni ningún otro. El rol de
productor existe cuando un hombre realiza un trabajo, mediante el
uso de un medio de producción, que produce y repone
riqueza, la que implica un esfuerzo especial para lograr la
necesaria reposición, y ese rol lo hace de una manera
directa pero nunca automática. En cambio, en el papel de
benefactor lo logra automática e indirectamente: no
necesita de un esfuerzo especial más que el de
adquirirla.

En tanto que todo aquello que sea un medio de
producción de cualquier bien que necesite ser consumido
socialmente, pasa a ser posesión en usufructo del
productor (que por lo tanto no es un benefactor) que lo
adquirió, a condición de que, con su uso,
éste cumpla con el cierre del ciclo económico, pues
en ese cumplimiento se basan sus derechos y sus obligaciones.
Para el ciclo ha de ser así, puesto que el manejo de un
medio de este tipo genera responsabilidades que pueden hacer
correr el riesgo de irreparabilidad económica,
anteriormente definido. Todo medio de producción es
también un medio de reposición y ninguno de los dos
completa el ciclo que le concierne en forma
automática.

El
Estado

"La aplicación práctica de estos
principios dependerá siempre y en todas partes de las
circunstancias históricas existentes…", decimos junto a
Marx y Engels, pero agregando que cada sociedad se dará a
sí misma las herramientas que considere oportunas,
sabiendo que, aunque existe lo racional y momentáneamente
imprescindible, nada es eterno. Especialmente en la forma de
Estado que cada sociedad quiera darse. Para el indev el Estado
tiene que cumplir un rol que es exactamente el opuesto al que
proponen los neoliberales: su papel fundamental consiste en el
control, tanto de los precios como de los índices de
crecimiento en los que se basa el valor de esa moneda, para
evitar la posibilidad de que exista la apropiación
indebida de riqueza, la irreparabilidad y la especulación,
en fin, para eliminar la indignidad. Mientras los neoliberales
propugnan debilitar en lo máximo la posibilidad del
control estatal, con el objeto de beneficiar a una
minoría, esta economía exige el control del Estado
para beneficio de todos, incluso de esa misma minoría. El
Estado debe controlar que se cumpla fehacientemente el proceso,
el orden y las etapas del ciclo económico. Pero, si la
sociedad así lo quiere, no mucho más.

El ciudadano en su papel de benefactor es el
privilegiado de esta Economía, y su obligación con
ella es la denuncia ante los organismos estatales
correspondientes de cualquiera de estas violaciones. Cualquier
productor es también un benefactor, por lo que toda la
sociedad tiene ese derecho y esa obligación, que en
definitiva definen y defienden, ambos, a la riqueza
social.

Cada sociedad, soberanamente y sería lo deseable
que democráticamente-, podrá dar otras
posibilidades a su forma de Estado elegida. Este podrá, o
no, seguir cumpliendo las tareas que hoy mantiene en los
diferentes sistemas económicos que hoy existen, y los
electorales o políticos que de ellos se derivan. Cada
sociedad es, por fin, realmente libre.

La recaudación para el mantenimiento del Estado
se realiza, vaya novedad, a través del cobro de impuestos.
Pero no puede existir, bajo ningún concepto, un impuesto
al consumo, esto es, un impuesto al benefactor, cuyo ingreso es
definido socialmente y distribuido en forma estatal. El ingreso
principal del Estado ha de ser obtenido a través del
impuesto a las ganancias, a las rentas, en fin, a los beneficios
que todo productor define para sí mismo, según su
criterio individual, y otra u otras formas fiscales que se
consideren oportunas, siempre sin afectar al
benefactor.

Está muy de moda hablar sobre la reducción
del Estado. No existe ninguna solución mayor a ese
problema que la aplicación del ciclo económico. Una
enorme cantidad de tareas que realizan los Estados modernos
serán obsoletas o inocuas con su simple puesta en
práctica. Sólo nombremos una e imaginemos
qué hacer con las organizaciones oficiales relacionadas
con ella: la eliminación de la pobreza.

Conclusión

Se dan a cabo una serie de conclusiones fundamentales a
las que permite llegar la aplicación de esta
teoría:

Decimos que toda actividad económica humana
cumple y debe cumplir un ciclo regido y dado por la naturaleza,
en un orden preestablecido y estricto de: producción,
comercialización y reposición

Toda riqueza proviene, siempre y únicamente, de
la naturaleza, como resultado de concretar el cierre de cada
ciclo económico iniciado.

También podemos decir que la tarea fundamental de
la sociedad es el cumplimiento estricto del ciclo, por encima de
la búsqueda de rentas o ganancias, porque estas se derivan
directamente de la finalización de cada ciclo.

Se han dejado de considerar los hechos sociales como
hechos diferentes de los naturales. Ya no se ven como
diferentes.

Toda actividad humana –el trabajo como
producción, la actividad consumidora-reponedora y el
trabajo de reposición, relacionándolos al ciclo-
definitivamente no es mercancía sino una forma diferente
de uso de una especie ya definida de energía natural
propia del ser humano, que se mide mediante el indev, en su uso
como patrón, y la que, en forma individual, le da a
éste su unidad.

No obstante debemos resaltar que cada ser humano cumple
un doble rol en la vida económica de una sociedad, el de
productor de bienes y el de benefactor de esa sociedad y su
economía, su rol económico clave, de importancia
fundamental.

Cada ser humano, desde el recién nacido al
más anciano, sin importar ningún tipo de
diferenciación –todas son irracionales,
antinaturales, injustas-, es merecedor de un ingreso
mínimo, natural, derecho que lo obtiene por el simple
hecho de haber nacido, de ser un benefactor más, con la
obligación de cumplir y hacer cumplir el ciclo
económico.

Todo Estado ha de cumplir con una función
reguladora y controladora del medio de consumo, la propiedad
social, sin necesidad de intervenir directamente en ninguna de
las etapas del ciclo económico.

El cumplimiento del ciclo permite y hace posible el
crecimiento económico ilimitado, el desarrollo
infinito.

De esta manera eliminamos definitivamente la pobreza, la
miseria, la escasez y todo lo que ellas implican.

La socialización nos otorga las verdaderas y
definitivas independencia y democracia. Se alcanza y se hace
posible, sin cortapisas, el logro de una nueva
civilización.

Porque la generación de tantos cambios
cuantitativos generará un gran salto
cualitativo.

 

 

Autor:

Medrano Oriannys

Rosario Gilberto

Tizamo Vanesa

Zerpa Gindel

Enviado por:

PROFESOR:

Msc. Ing. Iván
Turmero

Monografias.com

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
POLITÉCNICA

"ANTONIO JOSÉ DE SUCRE"

VICE-RECTORADO PUERTO ORDAZ

DEPARTAMENTO DE INGENIERIA
INDUSTRIAL

INGENIERÍA FINANCIERA

PUERTO ORDAZ, FEBRERO DE 2013

Partes: 1, 2, 3
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