El concepto que permite el Mundo Mágico de Francisco Cordero-Arellano
El concepto que permite el Mundo Mágico de
Francisco Cordero-Arellano – Monografias.com
El concepto que permite el Mundo
Mágico de Francisco Cordero-Arellano
El concepto que permite el Mundo
Mágico de Francisco Cordero-Arellano se fundamenta en : "
Filosofía aborigen"; por tanto, no es una
metafísica, ni una teología, ni una doctrina, ni
una psicología. Se construye a partir de una experiencia
vivencial que se entiende a través de: "Filosofía
de las Formas Simbólicas" (Ernets Cassirer) , La
Rebelión de las Masas (José Ortega Y Gasset),
Historia de la Religiones (Mircea Eliade), "Análisis
Transaccional (Eric Berne), Psicología de la profundidad
(Jung Obras Completas)
Con estas herramientas, mediante una
acuciosa investigación, se desarrolló la Cosmo
Visión HOMO CARUS, El Hombre que Ama. De ella se desprende
la Afectología, La ciencia del amor. El instrumento
adecuado para desarrollar e impartir este concepto ES LA
EDUCACION (en su acepción como de "sacar de si)
La estructura, es básica y
fundamentalmente, analógica
(se desarrolla toda una teoría de la
afectividad comenzada con la descripción del ser humano
como un ser que recibe, elabora y entrega su afecto)
Génesis del afecto
MODELOS EN AFECTOLOGIA
GENESIS DE LAS RELACIONES
AFECTIVAS.
El afecto es producto de la
expresión de los sentimientos, por lo tanto, no vemos los
sentimientos, sino que vemos las acciones que se expresan en los
actos objetivos: son los afectos.
La persona en una unidad
somato-psíco-afectivo-social que representaremos por un
círculo. En este esquema veremos que la persona en una
unidad cerrada, total, independiente, cuyos puntos
periféricos equidistan del núcleo o
centro.
(Esquema # 1, circulo)
Uso de las
analogías
Las analogías son un enlace entre
las ideas a través de la expresión "es como". No
están en el estadio del pensamiento lógico, son su
complemento. Las analogías tienen sus propias reglas que
se explican analógicamente. En este trabajo hacemos uso de
ellas con el fin de explicitar las ideas lo más claramente
posible. Se pretende limpiar el lenguaje psíco afectivo de
la influencia de las ciencias físicas, por ello recurrimos
a este método.
La filosofía presocrática y
socrática fue fundamentalmente analógica, de esa
fuente nos hemos nutrido. La forma de proceder es relativamente
simple. Se describe el elemento simbólico en lo que es su
esencia (obvia), o su expresión práctica. Luego se
sustituye por la idea que se desea explicitar. Observamos su
concordancia y eficiencia. De esta forma se va estructurando un
sistema de analogías.
La primera conexión simbólica
la llamamos "analogía de primer orden". Estas toman la
forma de un nuevo símbolo el cual a su vez pasa a
constituir una nueva situación simbólica. A la
derivación de esta expresión analógica la
llamamos de "segundo orden". En la medida en que se repite la
operación, avanzamos por un tercer, cuarto, o quinto orden
de analogías en un sistema.
Analogía de la tierra (primer
orden)
Se propuso la descripción de la
tierra como un elemento básico, de ella se destacó
la fertilidad, la idea de seguridad, estabilidad, soporte, ayuda,
sustento. La vida no es pensable si nos falta la tierra. El
siguiente paso es sustituir el elemento tierra por el afecto
storge. Se reconoce por la expresión "es como", el afecto
storge "es como" la tierra… La función el afecto
storge es absolutamente necesaria. Todo ser vivo para continuar
la vida depende de esta forma afectiva, si faltare es el
término de la existencia. En el esquema a
continuación vemos como se estructura la
figura.
(esquema # 2, sujeto y storge)
Analogía del agua.
Se destacan las principales
características el agua: el dúctil, se adapta al
recipiente que la contiene, se escurre, es transparente y se
presenta en tres estados: liquido sólido y gaseoso. El
afecto ágape "es como" el agua. Desarrolla la capacidad de
adaptación a los diversos grupos socio-culturales y
circunstancias de la vida. La madurez emocional se identifica con
el agua líquida. Las alteraciones de las relaciones
interpersonales se comprenden a través del Análisis
con relación a los estados gaseoso o sólido. En el
esquema siguiente vemos como se complementa La
personalidad.
(Esquema # 3)
Analogía del
fuego.
El fuego es desbastador sino está
bajo control. La cultura humana se desarrolla a partir del fuego
sagrado del hogar. El manejo del fuego y por extensión del
calor ha permitido que la sociedad llegue a altos niveles de
desarrollo científico-tecnológico.
Esta analogía permite visualizar la
situación en cuanto al manejo de las emociones. Terreno
inhóspito porque se ha partido del supuesto que las
emociones –por definición- no sean objeto de
estudio. En un modelo analógico es factible comprender la
necesidad de su manejo y la forma de lograrlo. La ciencia de la
afectología ha desarrollado los pasos –mediante la
estructura analógica- que convierte a "eros" en un sujeto
de estudio, Análisis, y que posibilita su manejo. Se
convierte en un elemento vital en el proceso de maduración
afectiva. El siguiente esquema nos presenta la imagen que es
propia de todos los animales.
(esquema # 4)
Analogía del aire.
Esta expresión analógica
invita a la reflexión en torno a la génesis de la
cultura humana: el símbolo. Es el afecto philia. Del mismo
modo que fue difícil darse cuenta de los efectos del aire
en la vida humana por ser un elemento transparente que juega un
invisible papel en la existencia. El símbolo constituyente
de la filosofía, el arte y la religión es el
elemento desconocido y transparente que no se ha dejado descubrir
para poder entender el fenómeno cultural y las ciencias
humanas a la luz de un elemento ordenador. El símbolo
tiene esa misión. La afectología con el manejo del
concepto del afecto philia propone el sistema filosófico
de las formas simbólicas (Cassirer) como el constituyente
fundamental de la cultura.
El afecto es el motor que permite su
funcionalidad.
(esquema # 5)
Analogía de Segundo
Orden.
Se ha logrado un sujeto con sus cuatro
relaciones básicas, storge ágape eros y philia.
Esta experiencia se constituye en un todo armónico cuando
se ha logrado el equilibrio personal en la expresión
afectiva en sus cuatro componentes básicos. Lo que se
estudia y "ve" son las relaciones que se establecen. A la persona
humana no la vemos en directo, solo la podemos apreciar por sus
conductas (afectos) y de estas relaciones tenemos los modelos
conductuales del tipo de personalidad que observamos.
Una personalidad en equilibrio afectivo nos
presentaría la siguiente imagen
esquemática.
(esquema # 6)
Analogía de Tercer
Orden.
Este sujeto que ha estructurado sus formas
afectivas está ubicado en una sociedad que le da abrigo y
protección. Se constituye en el entorno de su existencia.
ESTA DELIMITADO POR LOS CUATRO ELEMENTOS FUNDAMENTALES: TIERRA,
AGUA, FUEGO Y AIRE.
(Esquema # 7)
Esquema de la Mándala del Homo
Carus: el hombre que ama.
El equilibrio afectivo en la persona le
permite tener la experiencia suprema de los sentimientos, la cual
es amar. Se cuenta con un instrumento de meditación que
permite la organización de las formas afectivas mediante
la introyección de este instrumento mediante la
meditación. La conducta objetiva se convierte en el
laboratorio de verificación de estas experiencias
subjetivas.
La aplicación de colores:
.) Los círculos en blanco
representan las formas afectivas.
.) El círculo central representa a
la persona que se contacta con el mundo a través de las
formas afectivas.
.) El área verde representa la
cultura en que el sujeto está inmerso.
.) El color verde interno del sujeto es la
determinación cultural del sujeto.
.) El sujeto y las relaciones afectivas
generan un área pequeña que es sombreada de negro.
Constituyen los contactos que se observan en las relaciones
humanas.
.) El color rojo que circunda al sistema
cultural -y al centro de las formas afectivas- representa las
estructuras de valores que toda sociedad humana tiene, lo que
redunda en su desarrollo, mantención y supervivencia. .)
El cuadrante que cierra la mándala representa los cuatro
valores analógicos que determinan la realidad objetiva:
Tierra, Agua, Fuego y Aire.
TEXTO TOMADO DE
"HOMO CARUS, EL HOMBRE QUE AMA"
Y
"AFECTOLOGIA: LA CIENCIA DEL
AMOR"
Autor:
Francisco
Cordero-Arellano
Margarita C. Quinteros