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Una crítica islámica a la economía



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La
    cuestión de la usura
  3. Islam,
    el camino de hoy
  4. El
    final de la economía
    política
  5. La
    plena libertad de comerciar
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

Introducción

Desde los comienzos de la economíamercantil, con los
primeros desarrollos del comercio y la introducción de la
moneda, los prestamistas de dinero exigían un
interés, valorizando el riesgo y la inmovilización
de capital Hay usura cuando el tipo de interés excede el
máximo admitido (variable según las épocas).
Se considera que tiene que haber un precio justo y razonable a la
hora de fijar el tipo de interés y, por lo tanto, no
pueden ser determinados exclusivamente en función de la
oferta y la demanda.

Sobre esta teoría los gobiernos de algunos
países han establecido un límite máximo que
se conoce con el nombre de «tasa de usura», se
llamó usurarios a los que pasaban del tipo legal y hoy se
califica de ese modo a todo interés que tiene un
carácter abusivo o peca por exceso sobre el precio
corriente de los capitales.

Mahoma estableció la crítica de la usura,
crítica reforzada por sus enseñanzas recogidas en
el Corán, alrededor del año 600. La palabra
original utilizada es riba, referida directamente a los intereses
sobre préstamos y que literalmente significa "exceso o
adición". Así, los economistas islámicos
Choudhury y Malik, de acuerdo con el propio Corán,
sostienen que la prohibición del interés en los
tiempos del califa Omar era un principio bien establecido e
integrado al sistema económico del Islam.La
prohibición de la usura permitirá a todos los
países del mundo terminar con los abusos en las excesivas
tasas de interés, que viene afectando el bienestar social
desde mucho tiempo y de esta forma garantizar a los prestatarios
un precio justo en el pago de sus respectivas cuotas.

El Corán es la Palabra Eterna de Allah, de Dios
Altísimo, tiene múltiples significados (a varios
niveles, tanto visibles, sensibles como espirituales, divinos)
que se superponen a la vez, completándose mutuamente como
un árbol de significados que crece bajo las semillas de
las palabras iniciales. Y en todos los casos, en todas y cada una
de sus palabras, el Sagrado Corán es, por un lado,
testimonio y luz de la Sabiduría Divina y, por otro lado,
testimonio e iluminación de la condición de Profeta
santo que tuvo el Mensajero de Dios, Muhammad (saaws), pues todas
y cada una de las palabras del Corán se le revelaron a
él y sólo a él.

En este sentido, la presente investigación se
orientó en conocer detalladamente la crítica que
enfrenta la región monoteísta abrahamica (islam) de
la economía usurera.

La
cuestión de la usura

La posición que enfrenta la región
monoteísta abrahamica (islam) ante la usura es
concluyente, es decir, es inaceptable y no admite
discusión, se debe a que allah estableció en el
Corán (libro sagrado islámico), la ley de
prohibición contra la usura, donde hace referencia a que
es permitido el comercio pero siempre y cuando el termino usura
no esté presente. Este hecho no se cumplió de forma
inmediata, puesto que fue sujeto a un periodo de
adaptación.

Una excepción de esta ley se le atribuye a los
judíos, ya que se basan en la interpretación de la
leyes mosaicas, que le concede la licencia para prestar con usura
a los no judíos, con el objetivo de alcanzar poder y
riquezas.

De todas la forma de comercio, la usura es la más
depravada y la más odiosa, además, es la
reproducción antinatural de dinero con dinero. Por lo que
contribuye a la riqueza de muchos y a la pobreza de otros, que la
convierte en una enemiga potencial del bienestar
social.

Aunque muy poca gente sepa hoy lo que es realmente la
usura, el crimen de la usura ha sido siempre condenado por todos
los grandes hombres de nuestra civilización:

Platón: afirmaba que la usura enfrenta
inevitablemente a una clase contra otra y es, por lo tanto,
destructiva para el estado.

Aristóteles: La usura no sólo se propone
un objetivo antinatural, sino que hace un uso erróneo del
dinero en sí, pues el dinero fue creado para el
intercambio, no para ser incrementado con la usura.

Entre los romanos hombres como Séneca (6), o
Cicerón (7), quienes comparaban la usura con el
asesinato.

La usura es un problema que vine afectando al mundo
desde tiempos remotos, se puede decir que el origen del comercio
y de la usura se dan de la mano, este un problema que se apodero
del comercio de forma inmediata y el grado del problema depende
en la medida de las habilidades de los usureros y de la
tolerancia de las personas.

El país de roma intento en diversas ocasiones
establecer una ley de prohibición de la usura, pero las
cuales fueron intentos fallidos, a pesar de que estaba limitada
la usura, se di libertad para practicarla abiertamente, lo que
condujo en el tiempo a la destrucción de roma. Entonces se
convirtió la usura en dominio exclusivo de los
judíos, puesto que estaba prohibida para los cristianos y
los musulmanes. Y así fue Venecia para el siglo XI hasta
el XV, la ciudad más usurera de Europa y donde ese
establecieron los primeros negocios de depósitos y
créditos bancarios.

Islam, el camino
de hoy

La propiedad privada es el único ámbito
legítimo de la economía entendida como
administración. Cada persona tiene la capacidad de
administrar sus bienes sin necesidad que el gobierno intervenga
en la administración de sus riquezas. El emirato es el
gobierno sin estado, forma de gobierno natural o islámico.
La ley de Allah constituye la única ley para el

Emirato islámico, donde se impide absolutamente
la práctica de la usura.Nadie puede ser obligado a comprar
lo que no desea, y menos apagar lo que no ha comprado. Los
desequilibrios de la economía usurera se vuelven cada
día más evidentes y más acuciantes, hasta el
punto de amenazar al mismo equilibrio ecológico del
planeta, y por tanto, a la supervivencia del hombre. Los
principios liberadores del auténtico islam es proponer el
advenimiento a una nueva Europa, no cristiana, sino
islámica, donde proclaman la eliminación de todos
los impuestos y controles estatales la cancelación y
prohibición de toda deuda usurera con bancos e
instituciones financieras.

El final de la
economía política

Los musulmanes proponen establecer un modelo
económico y de gobierno, basados en el ejemplo vivo del
profeta Muhammad, que le permita acabar con la usura y con la
tiranía del gobierno moderno. La revitalización de
este Islam original en Europa supone un reto a las decadentes
jerarquías de los estados que dividen artificialmente a
los musulmanes desde el periodo colonial. La ciencia
económica-política ha perdido credibilidad, debido
a la inoperancia y el fracaso global del sistema de estado
moderno. Esta ciencia se fundamenta en la metafísica
tradicional y relega al hombre a la categoría de mera cosa
funcional, Lo que llevo autorizar la trasmutación del
gobierno a una mera funcion económica. El control del
estado se presenta justificado como redistribuidor, aunque no de
recursos, sino de los desequilibrios que él mismo produce,
y sobre todo, de los que la usura producen los musulmanes se
enfocan en la economía en su sentido original, que
restaura al individuo como al único administrador de sus
propiedades fuera de la intervención del estado y que deja
fuera la economía de un estado esclavizante. Donde el
emirato o gobierno islámico es incompatible con la
estructura del estado constitucional moderno.el Islam imprime un
sentido de libertad en el individuo que no permite someterlo ni
ante altares, ni ante ventanillas.

El descubrimiento de la Shariah del Islam original, que
proclama establecer un gobierno que no permita administrar las
propiedades que no son suyas conducirá a la
liberación irreversible del Mundo de las tiránicas
estructuras económicas que nos han impuesto. El
musulmán es aquel que ha adoptado la firme
resolución de regirse a sí mismo, sin
sumisión a nada ni a nadie excepto a Allah. El Islam
conduce a una revolución pero no hacia fuera o
política, sino hacia dentro o en el individuo
mismo.

La plena libertad
de comerciar

La plena libertad de comerciar consiste en una libertad,
de competencia y concurrencia, existencial y no retórica,
es decir, la capacidad de toda persona o colectivo de poder
producir e intercambiar los bienes de su propiedad a un precio
comúnmente aceptado y equitativo con cualquier otra
persona o colectivo. Implica la eliminación de todos los
controles del mercado que lo han transformado en un sistema
usurero. El restablecimiento de un auténtico mercado libre
consiste en:

  • a. La libre elección de
    moneda.

La libre elección de moneda implica que son los
ciudadanos como comerciantes quienes deciden cual es la
mercancía que quieren utilizar como medio de cambio. Por
tanto, es contraria a la imposición de una moneda
artificiosa. La imposición de la moneda bancaria que
sufren los ciudadanos hoy en día, que los bancos gocen de
privilegio extraordinario para alterar la moneda y aumentar la
cantidad de dinero en el mercado simplemente creando más
dinero o más crédito de la nada. Los bancos,
así, tienen el privilegio único de poder prestar
dinero en cantidad superior a lo que realmente tienen en
efectivo. Ahora bien, cada vez que se crea más dinero, que
estamos forzados a aceptar, se producen, seamos o no conscientes
de ello, dos consecuencias inmediatas:

a.1 El lento robo inflacionario.

El papel moneda se devalúa continuamente. Es
decir, el precio que pagamos para adquirir el papel es mayor que
el que recibimos cuando lo gastamos. Este proceso se repite de
una forma lenta pero contundente, robando a cada poseedor o
ahorrador de esta moneda una porción de su ahorro, aunque
éste sólo lo posea por un pequeño periodo de
tiempo. A este robo los economistas prefieren designarlo con el
término neutro de inflación. Una de las
consecuencias de este proceso es la creación de una nueva
clase social totalmente desposeída: Los jubilados. Los
trabajadores retirados no entienden como a pesar de llevar una
vida entera dedicada al trabajo, al final de su vida productiva
se encuentran sin nada.

a.2 La acumulación de capital usurero en los
bancos.

Los bancos ganan con el interés de los
préstamos de un dinero que han sacado de la nada. El
resultado es que los usureros, que no producen ningún
beneficio a la sociedad, se enriquecen a costa del resto de la
gente. Los políticos convierten al estado en el principal
cliente de los banqueros por medio de la deuda, a cambio se
respetan mutuamente.

El sistema de moneda impuesta lo mantenemos todos
nosotros. Se mantiene gracias al valor que cada uno de nosotros
damos a este papel cada vez que lo intercambiamos por una
mercancía real. Nos han enseñado que el papel es la
única moneda o la que mejor funciona, pero la
elección de moneda no puede circunscribirse a
términos de eficacia, como si no tuviera nada que ver con
seres humanos. La elección de moneda es una
cuestión que remite primeramente a la libertad de
evaluación inherente a cada persona. Sabemos que cuando
han existido tales condiciones de libertad personal, los mercados
libres han elegido normalmente metales preciosos, que siendo
raros, fácilmente identificables y divisibles,
reúnen las más adecuadas características
como medio de cambio. Quizás, si fuéramos libres,
esta elección se repitiese. Liberalizar la moneda implica
permitir que aquellos ciudadanos que no quieren seguir siendo
timados, ni mantener con su esfuerzo la continuación de la
estafa monetaria de los banco puedan elegir la moneda que
mutuamente quieran para comprar y vender.

  • b. La eliminación de los
    impuestos
    .

La eliminación de todos los impuestos incluye
también todos los impuestos sobre el comercio. El comercio
no puede nunca ser materia de imposición, ya que no existe
razón justificable por la cual quien comercie más
deba pagar más; y contrariamente a lo que se piensa,
gravar la actividad comercial, no implica que se esté
imponiendo más a quien más riqueza tiene. Los
impuestos comerciales inhiben el comercio. En consecuencia,
producen una elevación artificial de los precios que,
lógicamente, afecta más negativamente a quienes
menos recursos poseen. El establecimiento de impuestos no se
puede justificar como una forma de solidaridad social, ya que no
es social, sino que es decidido y utilizado por una
minoría; ni tampoco es solidario, sino que es impuesto por
esta minoría.

Los políticos se han auto-investido con la
capacidad de comprar con el dinero de la gente y de pretender
valorar "objetivamente" o adivinar los servicios y los medios que
esta gente necesita. Pero establecer una valoración
objetiva, lleva consigo el considerar al hombre como un objeto.
El valorar, como toda acción, no es una cosa. Sólo
se valora en el momento de comprar y vender. Para saber lo que la
gente quiere, nadie mejor que la propia gente en el acto de
intercambiar. El acto de valorar es propio de quien lo ejecuta y
es inaprehensible por medio de representación
numérica o estadística alguna. Si efectivamente los
servicios y los medios que los políticos del estado
ofrecen se corresponden con lo que la gente desea, no hay duda de
que la gente decidirá comprarlos o producirlos, y si no
fuera así, los políticos se habrán
equivocado y la gente no los comprará o simplemente
comprará otros. Puede que incluso un grupo de gente elija
unos servicios y otros grupos elijan otros mucho más
variados, o puede incluso que decidan agruparse
espontáneamente de una forma para unas cosas y de otra
forma diferente para otras.

  • c. La eliminación del control
    impositivo de los precios

La eliminación del control impositivo de los
precios implica que dentro del marco de la equidad estos se
determinen únicamente por las naturales leyes del mercado
de oferta y demanda. La imposición de precios
mínimos o máximos, o incluso peor, de precios
únicos o fijos favorece a los productos de peor calidad en
época de escasez ya que adquieren sin la valoración
del mercado un valor artificial igual al de los de buena calidad;
mientras que en época de abundancia acaba con ellos, aun
cuando hubiese gente dispuesta a pagar un precio más
barato, ya que no pueden aceptar el mismo precio a cambio de una
mercancía de calidad inferior.

El control más patético es el que afecta a
los salarios de los trabajadores, es decir, la imposición
de salarios mínimos. Este se nos ha presentado como la
solución al problema del infrasalario. Sin embargo, no es
más que una medida que los políticos han adoptado,
porque es más sencillo confrontar las presiones de los
sindicatos (en su inmensa mayoría formados por
trabajadores empleados) que tener que enfrentarse con las
auténticas causas del masivo desempleo moderno, que fuerza
a los empleados a aceptar unos salarios ínfimos. Por
tanto, los términos en los que se presenta el conflicto de
los políticos con los sindicatos, como veremos, no afecta
a la raíz del problema, sino que por el contrario la
oculta.

  • d. La eliminación de todo tipo de
    monopolio

La eliminación de todo tipo de monopolio implica
la eliminación de todos los derechos exclusivos para la
producción o venta de un determinado bien, ya sea a
través de privilegios del estado, o bien por un
acaparamiento de hecho del mercado. Esto significa la
liberación de la producción de artículos con
un claro beneficio para todos, productores y
consumidores.

El más importante monopolista moderno es el mismo
estado. En el nombre del pueblo, los políticos se reservan
los derechos exclusivos de producción y venta de los
productos más vitales para el funcionamiento de la
sociedad, y con ello deciden por nosotros tan importantes
asuntos, al tiempo que establecen una compulsiva dependencia del
estado. Esto sucede en mayor o menor medida con la
energía: Gas, petróleo, electricidad, etc.; con el
transporte (trenes), comunicaciones (radio, TV, servicios
postales,…) y la seguridad armada, ya que en las sociedades
estatales las armas sólo son poseídas por los
criminales, la policía y el ejército, convirtiendo
en fáciles víctimas a los ciudadanos indefensos que
no pueden comprarlas, venderlas, ni poseerlas.

LAS CAUSAS DEL INFRASALARIO NO SE ELIMINA CON
LAIMPOSICION DE SALARIOS MINIMOS.

Esta medida únicamente mejora, insolidariamente,
la situación de quienes están empleados, a costa de
producir más desempleo. El infrasalario se produce por el
desempleo y la única causa del desempleo es la usura.
Dicho de otra manera, la competencia ilegítima que el
alquiler artificial del dinero establece con los negocios
honrados es la causa de que la gente no encuentre ni pueda
generar empleo. La institución usurera de hoy es el banco.
Los bancos obtienen beneficios del alquiler de dinero a pesar de
no haber nada en el dinero.

EL ESTABLECIMIENTO DE SALARIO MINIMO EMPEORA EL
DESEMPLEO.

Toda la gente que preferiría emplearse aunque
fuera a cambio de un pequeño salario antes que no hacer
nada, o antes que dirigir un negocio propio (en el caso de un
mercado no usurero que lo permitiera), no pueden hacerlo. Sin la
imposición de salarios mínimos, muchos trabajos
menores, por el tiempo requerido o por la misma naturaleza del
trabajo, podrían ser creados. Tales empleos han satisfecho
tradicionalmente una demanda natural entre quienes, por
impedimentos físicos o por no disponer del tiempo
necesario, no pueden o no quieren desarrollar otras actividades
más complejas, o crear su propio empleo.

El pensamiento económico se fundamenta en una
visión del hombre que lo reduce a un mero objeto
económico o funcional, en lugar de considerar al hombre
como un ser libre. El método dialéctico garantiza
la imposibilidad de un examen fundamental de realidades y cosas.
De hecho, todo pensamiento económico, ya sea de derechas o
de izquierdas, permite la usura y legitima el estado (los
impuestos estatales y la obligación de utilizar una moneda
artificiosa).

LA EQUIDAD EN EL CONTRATO COMERCIAL

Todas las condiciones previamente descritas son
también condiciones para que la transacción
comercial sea equitativa.

La condición que hace equitativo todo trato
comercial es la igualdad de valores de los bienes intercambiados.
Esta igualdad de valores consiste en que el valor de los bienes
entregados sea idéntico al valor de los bienes recibidos.
El trato equitativo se llama transacción y su contrario es
la usura, que se define como el trato desequitativo debido al
incremento entre el valor de los bienes entregados y el
contravalor de los bienes recibidos. El establecimiento de la
equidad en el trato implica que el marco en el que se realiza el
trato es un mercado libre (con las condiciones anteriormente
enumeradas) y además las siguientes
condiciones:

  • a. El tratamiento de cada mercancía
    de acuerdo a su naturaleza

El tratamiento de cada mercancía de acuerdo a su
naturaleza implica: las mercancías de consumo (o
fungibles) como una manzana, materias primas, oro, plata, etc.,
se pueden vender pero no son alquilables; y las mercancías
de uso (o no fungibles) como un coche, una casa, un caballo, un
terreno, etc., se pueden vender y también
alquilar.

El correcto tratamiento de las mercancías impide
la más dañina de las prácticas usureras: El
alquiler de moneda. Las monedas son mercancías de consumo,
es decir, que su utilización implica su consumo total. La
utilidad de la moneda es la de servir de medio de cambio, pero al
hacer uso de esta utilidad la mercancía se consume
totalmente. Es, por tanto, similar a una manzana, que
también es una mercancía de consumo, ya que la
manzana se consume o se transforma cuando se utiliza. Pero es
distinto a una casa, que es una mercancía de uso, ya que
el uso total de la casa puede dividirse en usos parciales que
pueden ser alquilados conservando toda la utilidad de la casa, o
viéndose sólo parcialmente disminuida.

El alquiler de consumo carece de una utilidad alquilable
o de un bien de uso parcial, y es por esta razón que la
moneda se puede vender pero no alquilar. La cínica
propaganda de los bancos afirma que éstos "ayudan" con sus
préstamos al desarrollo de la sociedad, pero en realidad,
el examen más profundo de su actividad revela que en
ningún modo ayudan, sino que simplemente parasitan en los
deudores.

  • b. La determinación exacta de la
    cantidad, la calidad y el precio

La determinación exacta de la cantidad, calidad y
precio de los bienes que se intercambian en todo trato comercial
implica que los bienes que se van a intercambiar deben ser
perfectamente identificables durante el trato. Incluso si alguna
de las características que hacen peculiar una
mercancía determinada no resulta clara en un examen
visual, tal como alguna deficiencia del producto, ésta
debe ser dada a conocer antes de cerrar el trato, o de lo
contrario se incurre en una desequidad que invalida el
trato.

Es usura el trato con incertidumbre consistente en la
determinación al azar de la cantidad, la calidad o el
precio de los bienes que se intercambian. Por ejemplo, pertenecen
a este género: la venta del interior desconocido de un
saco, la venta de manzanas de un árbol aún en flor,
o cualquier juego de azar o loterías. Su falta de equidad
se debe al incremento injustificado que una de las partes llega a
recibir con respecto a lo entregado.

  • c. La autenticidad de la
    transacción.

La autenticidad de la transacción quiere decir
que la participación en el trato no debe esconder
detrás de las apariencias, comportamientos ni condiciones
que hagan falso el sentido de la transacción, es decir, la
equidad. Por tanto, impide los tratos usureros encubiertos o
mohatras, y para ello demanda:

  • 1. No aprovecharse de la inexperiencia, o la
    urgente necesidad o el desconocimiento del precio de mercado
    del comprador para aumentar el precio de una
    mercancía.

  • 2. No pujar en una subasta sin intención
    de comprar, con la intención de subir el precio de tal
    mercancía en beneficio del vendedor.

  • 3. No mezclar dos tratos entre sí, de
    modo que ante la urgente necesidad de una mercancía se
    exija como condición otra transacción o una
    rebaja en el precio de otra transacción. Por ejemplo,
    dar un préstamo a cambio de rebajar el precio de otra
    venta u otro alquiler.

  • 4. No interponerse en medio de un trato ya
    cerrado. Y para cierto tipo de mercancías, no comprar
    con pago aplazado y revender sin haber tomado
    posesión. ;

  • 5. No aceptar tratos dudosos o que puedan
    encubrir un desequilibrio en general, como pueden ser: los
    contratos de venta que estipulan una recompra por el mismo
    vendedor a un precio distinto del primero; o las ventas de
    mercancías a crédito que esconden intereses; o
    los préstamos de mercancías de consumo que se
    han de devolver en un momento del año en el que estas
    mismas mercancías resultan más caras en el
    mercado (como algunos productos agrícolas); o
    condiciones abiertamente abusivas, como quedarse con la
    propiedad de un terreno sino se devuelve un préstamo
    en una fecha determinada.

Este es el caso de las reventas de alimentos sin tomar
posesión, ya que los alimentos cuyo precio puede ser muy
variable y su demanda es continua, son especialmente vulnerables
a esta forma de engaño.

EL ALQUILER DEL DINERO ES LA UNICA CAUSA
DEL DESEMPLEO

Hay muy pocos negocios con alta rentabilidad, pero hay
muchos más con una rentabilidad baja. Por tanto, cuanto
mayor es la rentabilidad menor será el número de
negocios posibles; y cuanto menor es la rentabilidad, mayor
será el número de negocios posibles con tal
rentabilidad. Si sobre la línea que representa esta
función, trazamos una línea horizontal que
represente la rentabilidad o el interés del alquiler del
dinero que ofrecen los bancos, dividimos el área que
nuestra función original forma con las abscisas en dos
semi-áreas. La semi-área inferior representa los
negocios competitivamente inviables, ya que normalmente un
empresario no invertirá en un negocio cuya rentabilidad no
supere a la que le ofrece el banco sin riesgo.

Debe tenerse en cuenta que la competencia que ejerce el
banco alquilando dinero no es comparable a la de ningún
"otro" buen negocio. El banco puede alquilar dinero casi
ilimitadamente creando así, una competencia inagotable
cuyo resultado es la inviabilidad de aquellos posibles negocios
que no puedan superar la barrera del tipo de interés. Si
además tenemos en cuenta que la mayor parte de los
posibles negocios mantienen su posibilidad de existir bajo muy
pequeños márgenes de rentabilidad, quiere decir,
que por muy baja que sea la barrera del interés,
ésta eliminará la mayor parte de los posibles
negocios. En consecuencia, la usura es la causante de una
innatural constricción del mercado de negocios que provoca
el innatural desempleo. Tal consideración invalida el mito
ricardiano y marxista de que la maquinaria es la causa del
desempleo, que presupone que las posibilidades de empleo
existiesen en una cantidad finita.

Los bancos al crear dinero de la nada crean
también inflación. La inflación resulta en
la práctica, el mejor medio de promoción de sus
servicios, ya que la gente se ve obligada a entregar su dinero al
banco para protegerse de la constante devaluación de la
moneda que ellos producen, y que este nuevo depósito
acrecentará. Así, se cierra este círculo
fantástico que convierte al banco en el más
extraordinario "negocio" jamás inventado, puesto en
práctica gracias a la necesaria colaboración de los
estados y la imposición a la fuerza de la moneda
artificiosa estatal.

EL ALQUILER DEL DINERO PRODUCE
GIGANTISMO EMPRESARIAL Y TECNOLOGICO.

  • a. EL GIGANTISMO EMPRESARIAL

El crimen usurero impune y generalizado arrastra consigo
no sólo desempleo e inflación, sino además
otro siniestro efecto: El gigantismo empresarial. Sólo los
negocios que superen la barrera del tipo de interés son
los que consiguen sobrevivir, favorecidos además, por la
desaparición de la agresiva competencia de los
pequeños negocios (negocios con una rentabilidad inferior
al precio de alquiler del dinero). No son los macronegocios los
que estrangulan al pequeño empresario, sino la
usura.

Los posibles pequeños negocios, a pesar de ser
más flexibles a los cambios y más dados a la
especialización que los grandes, no pueden ser receptores
de ninguna inversión ya que ésta se dirige a la
mayor rentabilidad y seguridad artificiales del banco. El
pequeño negocio ya existente, que ve subir el precio del
alquiler de dinero por encima de su propia rentabilidad, se ve
estimulado a autoliquidarse y refugiarse en el banco. La
mayoría de los pequeños comerciantes se ven
obligados a transformar su negocio en otro que supere la barrera
del interés o a venderlo a alguien dispuesto a
transformarlo. En ambos casos el resultado es el mismo: La
desaparición de los pequeños negocios y la
única supervivencia de los grandes.

Este sistema favorece la aparición de
hábiles especuladores que en los vaivenes del dinero,
aprovechan la devaluación del dinero para endeudarse con
el banco, ya que la diferencia entre el interés que pagan
al banco y la devaluación de la moneda con que lo han de
pagar, llega a ser mínima. Así consiguen financiar
sus proyectos, no a costa del banco que siempre está
protegido, sino a costa de todos los usuarios del dinero
bancario.

  • b. EL GIGANTISMO
    TECNOLÓGICO.

Del mismo modo que afecta a los negocios, la
alquilabilidad artificial del dinero afecta a las
auténticas mercancías alquilables, debido a la
interacción competitiva de todas las mercancías en
el mercado. Esta moneda artificialmente productiva
competirá de forma ilegítima con las
mercancías alquilables -que ofrecen un servicio a sus
usuarios-, de tal forma que el dinero reemplazará a todas
aquellas mercancías cuyo alquiler sea inferior al alquiler
de la moneda. Empresarialmente, nadie invertirá en la
compra de una mercancía cuyo alquiler no rinda tanto como
si coloca este dinero en un banco a interés, y tal como
sucede con los pequeños negocios, estas pequeñas
(en rentabilidad) mercancías tenderán a
desaparecer.

La tecnología de baja rentabilidad no quiere
decir que sea inútil. Puede ser muy útil aunque no
sea comparativamente rentable. Un producto de gran utilidad puede
verse descartado competitivamente si el número de personas
que lo demandan no es suficiente y por tanto, su rentabilidad
comparativa no supera el tipo de interés usurero. La
naturaleza de este tipo de tecnología es más
personalizada. La posibilidad de recuperar esta tecnología
de su constricción usurera supone una ruptura con la
estandarización de los productos en el mercado.

Si además consideramos que hay más
mercancías alquilables cuanto menor es su precio de
alquiler (menor demanda), entonces podemos afirmar que la barrera
del interés, por pequeño que sea, destruye la mayor
parte de mercancías alquilables, algunas de las cuales no
llegaremos a conocer. En definitiva, la abolición de la
usura supondría dar una nueva dirección al progreso
tecnológico, más acorde a las necesidades de la
gente. En la medida en que crezca la iniciativa espontánea
de la gente, los productos de su trabajo serán más
adecuados y más próximos a sus necesidades, que hoy
se deciden a través de los departamentos de marketing y
los métodos de exploración de mercado de las
grandes industrias.

EL ALQUILER DEL DINERO PRODUCE EL MASIVO
Y CRECIENTE ENDEUDAMIENTO

Otro efecto del alquiler de dinero, además de los
mencionados, es el endeudamiento masivo. El endeudamiento masivo
se debe a la combinación del alquiler del dinero con la
imposición de una moneda artificiosa que los bancos
usureros tienen capacidad de producir. La monstruosa
combinación de estas dos formas de robo es lo que
caracteriza el endeudamiento del Tercer Mundo.

Si consideramos que la relación capital /
préstamos suele ser de 1/20 y puede llegar a superar 1/50
o dicho de otro modo, que de cada cincuenta unidades prestadas
puede que sólo 1 sea real, podemos decir que un banco
puede llegar hacer un préstamo del cual el 98% del dinero
es inexistente en liquido .Estas cifras llevadas al contexto de
la deuda de las naciones, significan que, por ejemplo, del dinero
que un banco francés presta a un país como Senegal
en "ayuda humanitaria", el 98% de tal cantidad no existe en
liquido. Desde luego esto no quiere decir que el banco no tenga
liquidez, ya que para eso cuenta con todos los mecanismos
bancarios e incluso con el mismo banco del estado dispuesto a
socorrerle en todo momento. Si ahora calculamos cuál es el
interés realmente recibido sobre el dinero prestado de
esta manera, las cifras son suficientemente reveladoras. Por
ejemplo, cuando se dice que tal préstamo es de un 5% ha de
tenerse en cuenta que tan sólo 1 de cada 50, digamos
francos, es real. Esto quiere decir que el auténtico
beneficio del banco es cincuenta veces este 5%, es decir, un250%
sobre el capital realmente prestado. A pesar de todo, esto no se
considera un robo, sino que se llama ayuda al desarrollo del
Tercer Mundo.

De aquí, se pueden extraer al menos dos
consecuencias:

I.- El monto total de dinero de la deuda no
existe en efectivo y sólo consiste en números
flotando en los ordenadores. Como si se tratara de un ritual
mágico, los impulsos eléctricos del ordenador
llevan a naciones enteras de la abundancia a la miseria.
Mientras, una legión de políticos en cada
nación, obligan a sus compatriotas a seguir el rito y a
satisfacer los balances. Tanta realidad adquieren estas cifras
que se llega a sacrificar los recursos de una nación
entera y condenar a su población a una existencia
miserable, incluso de hambre, antes que abandonar las
ecuaciones.

II.- La deuda otorga a los bancos un poder real
sobre la economía de cada estado endeudado que subyuga su
soberanía. Los bancos promueven a través de los
tecnócratas determinados planes de desarrollo, no parejos
a las necesidades de la gente, sino a los impera­tivos
económicos de la deuda. Esto es lo que está
llevando, en países tropicales, a una salvaje
deforestación con sus graves implicaciones en el
desequilibrio ecológico y climático terrestre. Por
otra parte, el endeudamiento obliga a una transformación
de los mercados autóctonos para que adopten el sistema del
papel moneda estatal y se unan al sis­tema monetario
mundial.

LOS JUEGOS DE AZAR.

Las loterías y otros juegos de azar, que
aprovechan la incertidumbre para garantizar
matemáticamente un beneficio a los organizadores, son
usura. Aprovechan y despiertan la avaricia de ganar grandes
cantidades de dinero sin nada a cambio, o a menudo se valen de la
desesperación de los que tienen menos o ven menos
alternativas. Los juegos de azar proyectan una ilusión en
el apostante acerca del dinero y de cómo ganarlo, que se
reflejará en una ilusoria visión del mundo y de
él mismo. Los 'negocios" de apuestas, afectan
también al mercado al reemplazar a aquellos negocios
honrados en los que sus organizadores podrían estar
dedicados y fomentan que otras personas sigan este mismo ejemplo.
El juego no puede ser confundido con la caridad, sino que a pesar
de lo que se diga, es contrario a ella. La incertidumbre
(calculada) usurera falsea el sentido del trato comercial. En la
apuesta especulativa, ambas partes esperan, a costa de la otra
recibir más de lo que han dado. La práctica de la
usura corrompe y carece de ningún tipo de
beneficio.

LA BOLSA

Los juegos de lotería a pesar de las grandes
cantidades de dinero que manejan no son únicamente el
más grave de los tratos usureros de incertidumbre, el
juego de acciones en la bolsa sin propiedad se convierte en el
más peligroso por su volumen. Se dice que es un juego
porque es la mejor atribución que se le hace a esta clase
de trato.

Dos particularidades al menos se pueden destacar de la
Bolsa:

  • 1 La compra minoritaria de acciones no estipula
    ningún derecho de copropiedad.

Esto significa que la persona que compra estas acciones
bursátiles no tiene derecho a decidir sobre el negocio en
que ha invertido, a pesar de que engañosamente se le
presente como un propietario. La propiedad se reserva a la
persona o al grupo que controlan la mayoría operacional,
no necesariamente una mayoría numérica. Esto se
debe a una pérfida tergiversación del derecho de
propiedad, convertido en un concepto sin realidad.

  • a. El derecho de propiedad.

La propiedad no es simplemente un titulo, sino la
capacidad de decidir sobre el bien del que uno tiene propiedad.
La propiedad de un negocio es la capacidad de decidir sobre tal
negocio. Si el negocio va a ser compartido formando una
co-propiedad entonces el negocio habrá de ser
anticipadamente determinado, de forma que antes de invertir cada
inversor sepa en que invierte, cuanto invierte y hasta cuando
invierte. Pero cuando la estrategia comercial, la
inversión, la duración o el reparto de resultados
del negocio resultan indeterminados en el momento del contrato, y
que la decisión sobre estos aspectos definitorios del
negocio se reserva a los accionistas mayoritarios, sucede
que:

  • 1. Los accionistas minoritarios no son
    copropietarios ya que ellos no deciden.

  • 2. Los accionistas mayoritarios son los
    auténticos y únicos propietarios, ya sea una
    persona o un pequeño grupo coaligado.

El principio democrático de decisión por
mayoría no es afín con la condición de
igualdad de estatus de toda copropiedad. Incluso cuando la
mayoría se halle dispersa entre varias personas no
agrupadas, la decisión por mayoría implica tomar
decisiones en contra de la voluntad de quienes son supuestamente
copropietarios, pero en ello hay una pérdida del derecho
de propiedad de estos últimos. Los usurpadores usureros
podrán argumentar que el propietario es libre de aceptar
esta clase de contrato o no, pero esto no altera el que las
condiciones de este contrato resulten a priori
engañosas

En la copropiedad no hay ni mayorías ni
minorías. Una vez que todos han decidido colaborar en un
proyecto o negocio determinado, gozan igual y enteramente de su
derecho de propiedad

  • 1. Todos los copropietarios tienen
    idéntico estatus para decidir independientemente del
    monto de su participación en la propiedad
    física.

  • 2. La participación en los resultados es
    proporcional a la participación en la propiedad
    física.

Si un inversor consigue un negocio en el cual le
conviene invertir su dinero entonces debe establecer un contrato
de préstamo con negocio , este tipo de contrato protege
ambas partes prestamista e inversor de tal modo que este
último sabe quién es la persona en la que
confía su dinero, en qué modo se va a desarrollar
tal negocio e incluso cuánto durará (hasta su
liquidación).

  • b. El precio de las acciones no depende del
    negocio.

El precio de la acciones no se determina de acuerdo con
los resultados del negocio que representan sino que, en gran
medida, se hace de acuerdo con las fuerzas de pura
especulación bursátil actuantes. En primer lugar,
porque el reparto del dividendo no dice nada de los resultados de
la empresa, sino de la estimación "objetiva" de los
resultados por parte de la junta rectora (un pequeño grupo
representante de la mayoría, aunque minoría formada
como una especie de mayoría entre la mayoría de la
mayoría). Y en segundo lugar, porque las acciones, tan
alejadas de cualquier sentido de propiedad encuentran su mayor
atractivo en la posibilidad de obtener beneficio en las
fluctuaciones que sobre éstas se producen.

EL MERCADO DE FUTUROS.

El caso más importante de este tipo de usura es
el de los Mercados de Futuros, que aunque mucha gente desconoce,
pueden ser tan grandes en contratación como las Bolsas. El
economista judío Paul Samuelson los describe así
(en "Economía"): "…Esos trozos de papel son los llamados
bienes futuros. Son contratos con los que los agentes comercian
en los mercados de productos organizados, como el mercado de
cereales de Chicago, y el mercado de cacao de New York. Usted y
yo podemos comprar y vender esos bienes futuros sin llegar a ver
jamás un grano de maíz, ni una brizna de cacao". De
esta forma tan explícita los economistas nos describen la
más viciosa forma de pura especulación, la
más alejada de cualquier idea de comercio, como el trato
más normal del mundo. Este "negocio" que produce
pingües beneficios en la compra y venta de papeles
(contratos) que no representan nada (ya que la mayor parte no
llegan jamás a ejecutarse), crea necesariamente el aumento
artificial y usurero en los precios de los alimentos que los
demás consumimos, con lo que aun sin verlo, todos los
consumidores somos timados.

APENDICE A). LA ALQUILABILIDAD DE LAS
MERCANCÍAS

La alquilabilidad de las mercancías está
completamente relacionada a la cuestión de la usura. De
aquí, que la historia de esta cuestión es la
historia de quienes condenaron la usura y de quienes quisieron
justificarla y defenderla. Todavía hoy, se conserva entre
la terminología jurídica el vocablo "fungible", que
se atribuye específicamente a aquellas mercancías
cuya utilización produce su inmediato consumo y que, por
tanto, eran consideradas tradicionalmente como no
alquilables.

El "cambio" de los cristianos con respecto a la usura,
es crucial para entender la introducción de ésta en
Europa. La iglesia de Roma, que había mantenido una
posición firme contra la usura durante siglos, aún
prohibiéndola, cambió su definición para
permitir pequeñas dosis de interés, que no hicieron
sino aumentar.

Así, se desoían todas las advertencias que
los Profetas, los padres del cristianismo y muchos papas
habían formulado en contra de la usura. Al tiempo se
admitía una especie de transmutación de la moneda,
que pasaba de ser una mercancía que no se podía
alquilar, a una mercancía artificialmente productiva o
alquilable.

  • a. ¿Qué se entiende por
    moneda?

Partes: 1, 2

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