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Don Quijote de la Mancha




Enviado por Daena Perales



  1. Datos
    del autor
  2. Lista
    de personajes

Datos del
autor

  • Nombre: Miguel de Cervantes
    Saavedra.

  • Donde Nació: Nació un 29
    de septiembre de 1547 en Alcalá de Hernares, Madrid,
    España

  • Quien es: Es considerado la
    máxima figura de la literatura
    española. Es universalmente conocido, sobre todo
    por haber escrito El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
    Mancha, que muchos críticos han descrito como la
    primera novela moderna y una de las mejores obras de la
    literatura universal. Se le ha dado el sobrenombre de
    Príncipe de los Ingenios.

  • Cuales son sus obras: -La Galatea
    (1585) -El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
    (1605) -Novelas ejemplares (1613) -Segunda parte
    del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha
    (1615) -Los trabajos de Persiles y
    Sigismunda 

Fecha en la que fue publicado:

  • Don quijote de la mancha: A principios del año de
    1605.

Lista de
personajes

  • Alonso Quijano (Don Quijote de la
    Mancha).

  • Sancho Panza.

  • Dulcinea del Toboso.

  • Rocinante.

  • Rució.

  • El cura.

  • El barbero.

  • Maritornes.

  • Fernando.

  • Zoraida.

  • Doña Clara.

  • Luis.

  • Ambrosio

Emprendió su camino con unas
armaduras viejas que tenía en el desván, y se
"enamoró" de una moza llamada Dulcinea del
Toboso, cogió a su viejo caballo, al que
llamó Rocinante, y se fue en busca de aventuras. Al
caminar, se encontró con una tienda en la cual
había dos chicas en la puerta. Éstas, al verlo
llegar, se asustaron, pero al oír el lenguaje que
empleaba, empezaron a reírse. Entonces un señor que
andaba por ahí recogiendo rastrojos, lo vio y lo
invitó a entrar, después de un rato, el se
arrodilla delante de él y le suplica que le haga
caballero. Éste, desconcertado, le sigue la corriente y le
dice que sí, y el quijote dice que esta noche
velará las armas, en la capilla del "castillo", y que
mañana por la mañana se celebrará la
ceremonia de "coronamiento". Le aceptan, pero le dice que
tendrá que velar las armas en el patio, que no hay
capilla, porque la han derribado, para construir otra nueva.
Llega la noche y el Quijote se pone a velar sus armas, que
están puestas encima de una pila. En esto llega un
señor a coger agua para dársela a los animales, y
el Quijote le dice que no se atreva a mover sus armas, por que lo
pagará con la vida. El hombre no le hace caso, y cuando va
a mover las armas, para poder coger agua, el Quijote le da con la
lanza en la cabeza y lo dejó inconsciente. En esto llega
otro con las mismas intenciones, sin darse cuenta de que estaba
el otro en el suelo; cuando hace lo que el otro, el Quijote sin
avisarle le da con la lanza en la cabeza y se la abre en tres
partes o más. Llegan los demás por el ruido del
golpe, y le empiezan a tirar piedras, llega el ventero, les dice
que se paren, que el quijote está loco y que eso lo
justifica todo.

Ellos paran, tal vez por que el Quijote
arremete contra ellos, o por las replicas del ventero. El ventero
quiere acabar con esta pesadilla, y celebra la ceremonia en plena
noche. El Quijote queda "coronado" como caballero, y
después de un discurso se va. Por el camino (a no se sabe
dónde), oye unos gritos, que salen del monte, él se
adentra, y ve a un labrador azotando a un niño de
más o menos 15 años.  Él, en voz alta,
le dice que deje al chiquillo indefenso y que se enfrente a tan
poderoso caballero, como don Quijote de la Mancha. El hombre se
achanta, y le dice que no pasa nada, y el Quijote le dice que le
pague al niño todo lo que le debe, y él le dice que
sí que le pagará todo lo que le debe, en casa
porque aquí no tiene dinero. El Quijote acepta y se va. Al
ver el labrador que le ha perdido de vista, dice al niño
que le va a pagar lo que le debe pero que va a acrecentar la
deuda, y le da tal somanta de palos, que lo deja por muerto. El
Quijote, se aleja, y se acercarse a unos mercaderes, y les dice
que alaben a su señora, Dulcinea del Toboso, y ellos se
ríen de él haciéndole burlas. Él dice
que tiene que vengar el honor de su señora, y arremete
contra ellos, con tal fuerza, que su caballo, Rocinante se queda
sin salida, y tropieza en plena carrera, y se cae, el Quijote se
queda tendido en el suelo, y es el motivo de burla de todos.
Ellos se empiezan a reír, y él dice que no huyan, y
que cuando se levante… no le dejan acabar y lo golpean con unos
palos, se apartan dejándolo como muerto. Poco
después pasa por ahí un vecino del Quijote, y lo
lleva a su casa. Por el camino el Quijote le dice unos poemas, y
le llama de muchas formas, dándole nombre de los
protagonistas de sus libros. Cuando llegan a su pueblo, ven que
en su casa están los amigos del Quijote, entre los que hay
un cura, y con ellos está la sobrina y el ama del Quijote.
Entran y lo curan, el ama, la sobrina y el cura; luego, ellos se
van a tirar los libros que le han causado la perdida del juicio,
y los queman. Cuando el Quijote se despierta, ve que no
están los libros, la sobrina le dice que se los ha llevado
un mago, y él dice que ese mago es un maldito, y que se
las va a pagar. El se va a dar una vuelta por el pueblo, cuando
recuerda que un caballero debe llevar, consigo, un escudero,
entonces va a ver a un vecino, que es un hombre muy basto, y no
sabe leer ni escribir, tiene dos hijos, y está casado, lo
convence y se marchan sin avisar. Este vecino que se llama Sancho
Panza se lleva a su burro, y algo de comer en las alforjas.
Cuando llevan algo de camino, se encuentran, con unos molinos de
viento, que a el Quijote le recuerdan a unos gigantes, y Sancho
le dice que no, que son molinos de viento, no le hace caso, y los
ataca, y como se levanta viento, las aspan se mueven y lo mandan
a unos cuantos metros. Se queda tirado en el suelo, y dice que
eso le ha pasado porque el mago los ha convertido en molinos,
porque pensaba que los iba a derrotar. Se levanta y se ponen a
caminar, cuando de repente se encuentran con unos frailes.
Él se acerca, y les dice gritando, que son gente mala y
que suelten a las damas, que van a la fuerza en el coche de
atrás. Los frailes le dicen que no llevan a ningunas damas
a la fuerza, entonces el Quijote arremete contra ellos y agarra
su lanza, y trata de matar a uno de los frailes. Sancho se deja
caer de la mula, corre y le quita las ropas al fraile. En esto
llegan dos mozos, y le preguntan qué hace
quitándole la ropa al fraile, y dice que esta batalla la
ha ganado el Quijote, y que esa ropa, por tanto, le pertenece a
el. Mientras tanto, el Quijote está hablando con las
mujeres que iban en el coche, y un escudero, al ver que ese loco
no les dejaba pasar se enfrenta a él, y en una lucha, muy
dura, al final gana el Quijote, pero sale herido, por que le han
cortado media oreja. Se van de ahí, y tanto Sancho como
él se ponen a hablar. El Quijote dice algo sobre un
juramento, y Sancho dice que tiene miedo a que los metan en la
cárcel, por meterse con unos frailes, y con su escudero.
El Quijote le dice que no pasa nada, que los caballeros no van a
la cárcel por muchos homicidios que cometan. Comen algo,
de lo que Sancho lleva en las alforjas. Emprenden el camino hacia
alguna población en la que acampar, pero no les da tiempo,
y se encuentran frente a unos hombres, con los que hablan, y
entablan una muy buena, amistad. Al día siguiente llega
otro y les dice que ha muerto un pastor llamado
Crisóstomo, por amor a una llamada Marcela. Acabado el
entierro, se despidieron de los cabreros  y emprendieron un
nuevo camino, adentrándose en el monte buscando a la
Marcela, más adelante, encontraron un descampado, en el
que se podía ver un riachuelo. No se pudieron aguantar y
se echaron una siesta. Aparecieron unos gallegos, con sus jacas,
que paseaban en la fresca hierba. A Rocinante, al ver una yegua,
se le apeteció acercarse a ella, y empezó a
olerla.  Los gallegos lo vieron venir y cogieron unas
estacas de castaño y golpearon al pobre Rocinante, que se
quedó echado en la hierba, y Sancho y don Quijote, al
verlo ahí tirado, se acercaron a los gallegos, con lo cual
también salieron golpeados. Ni Sancho ni su amo
podían hablar de la tremenda golpiza que habían
recibido, con voz débil y dolorosa dialogaron, y poco a
poco se levantaron. Como Rocinante y su dueño estaban
malos, montaron a don Quijote en el burro, y se acercaron hacia
una tienda, que don Quijote decía que era un
castillo.

En la tienda los recibieron muy bien y las
hijas del ventero, les curaron las heridas y pasaron la noche en
unas camas que eran muy incómodas. Pero como el arriero
había quedado con la hija del ventero, para pasar la
noche, Don Quijote pensaba que ella se había quedado
prendada de su hermosura. El caso es que ella entró en la
habitación, y como no veía nada, el Quijote la
agarro, y empezó a decirle que era muy hermosa pero que
él estaba comprometido con Dulcinea del Toboso. El
arriero, celoso se acercó, y al ver que ella se
quería despegar del Quijote, no hizo nada pero como
pensó que él se quería sobrepasar, lo
golpeo, y ese golpe hizo que le saliera sangre de la nariz. Con
el golpe, se rompió la cama. Tal golpe armó un
estruendo impresionante, que despertó al ventero. Ellos,
al ver que se acercaba el ventero, se escondieron, el arriero, en
su cama y ella en la de Sancho. Sancho estaba dormido, cuando
entró el ventero, con un candelabro,  Sancho se
despertó y al ver el bulto que había a su lado, se
asusto, y comenzó a darle golpes, y el arriero,
también, y para colmo también el ventero. Un viejo
que era retirado de la policía, llegó y tocó
a un hombre (don Quijote) y pensó que era un
cadáver, entonces fue a por un candelabro diciendo a voces
que había encontrado a un hombre muerto. Cuando
llegó el viejo con el candelabro le preguntó a don
Quijote que como estaba, éste se enfadó por el
trato, y le dijo no sea maleducado. El viejo, con el candelabro
le pegó en la cabeza y le hizo dos chichones.  Pasado
esto, ya arreglado el percance, don Quijote se dedicó a
hacer un bálsamo para arreglarse y se lo tomó. Se
enfermó, y le metieron en la cama con unas mantas. Cuando
se  despertó, y Sancho vio que estaba tan bien,
decidió tomárselo también. Sancho se lo
tomó, y pensaron que había llegado su hora, porque
comenzó a vomitar y a ponerse de colores. Cuando
mejoró y ya se iban de la venta, les dijeron que
tenían que pagar los gastos, y don Quijote le dijo que en
los castillos no se pagaba, y el ventero dijo que como eso no era
un castillo, que no tenían ese problema. Don Quijote
picó a su caballo, y se alejó pero el burro de
Sancho no corría tanto y le pillaron, le mantearon, y
luego le dejaron marchar. Pero le habían robado las
alforjas. Por coco más adelante, se encontraron con una
polvareda, que pensaron era un ejército. Don Quijote se
metió en el medio pero no era un ejército, sino una
manada de corderos. Don Quijote mató unos siete, y los
pastores le tiraron piedras. Una le rompió muelas y
dientes y la otra le dio en la cabeza. Se tomó un poco de
bálsamo, y le vomitó en la cara a Sancho, el cual
se quejo. Cuando iban a comer algo, se dio cuenta de que le
habían robado las alforjas.  Se levantaron y se
fueron. Más adelante vieron a unos hombres con lanzas de
fuego, y con camisas blancas.  Era una funeraria, que
llevaba a un caballero muerto. Don Quijote se puso delante y les
replicó, y les insultó, entonces atacó a uno
de ellos y los demás huyeron despavoridos. El que estaba
en el suelo le dijo que era un cura, y que como le había
pegado, ya no era caballero, y don Quijote le dijo que no le
había pegado, sino que le había dado con la lanza,
y que pidiera perdón a sus compañeros. Dejaron
comida y muchas cosas por el suelo, y Sancho, claro, se
aprovechó. Comieron, y siguieron el camino. Llegaron a un
descampado y como era de noche, se quedaron en él.
Había mucha sed, y oyeron ruido de agua, se acercaron a
donde procedía el ruido, y oyeron unos ruidos o golpes que
estremecían junto con el ruido de las hojas y del agua.
Don Quijote iba a atacar, cuando Sancho se puso a llorar. Pero no
conmovió al Quijote, y Sancho le ató las patas a
Rocinante. El Quijote pensó que estaba embrujado y lo
dejó pasar. Al día siguiente se acercaron  y
vieron que era un molino que estaba roto. Se acercó un
señor con un burro, y don Quijote le agredió, y el
señor se largó, dejando a su burro don Quijote lo
agredió porque pensaba que tenía en la cabeza el
yelmo de Mambrino. Sancho cambió las alforjas, que eran
mucho mejores que las suyas. Siguieron su camino, y se
encontraron con una cadena humana, en la que iban muchos hombres.
Estaban encadenados, entre sí, y con ellos iban guardias a
caballo y a pie. Uno de los guardias llevaba una escopeta. Don
Quijote pregunta, por qué llevaban a esos hombres privados
de su libertad; el guardia le respondió que era gente que
había cometido algún delito, y que iban a servir al
Rey. El Quijote comenzó a preguntar, a uno por uno,
qué les había llevado a esta situación.
Después de comprobar lo que quería, pensó
que debía liberarlos, y les dijo a los guardas que los
soltaran. Estos no accedieron, y le dijeron que estaba loco, y se
rieron de él. Entonces, él arremetió contra
el que tenía la escopeta, y lo tiró del caballo.
Este estaba en el suelo, y los demás con la ayuda del arma
y de Sancho consiguieron reducirlos. Don Quijote les pidió
que fueran al Toboso, a humillarse frente a su señora,
Dulcinea del Toboso. Ellos, que le tomaron por loco, empezaron a
tirarle piedras, y se largaron. Don Quijote y Sancho, quedaron
muy mal. En esta batalla a don Quijote, se le puso el nombre
de Caballero de la Triste figura. Siguieron, a campo
traviesa, cuando en la sierra morena llegaron y encontraron una
maleta que contenía dinero, y un libro de memorias. El
dinero se lo quedó Sancho, y el libro don Quijote.
Más arriba, observaron a un hombre correr montañas
arriba, y pensaron que era el dueño de la maleta. En un
foso vieron a una mula que estaba muerta y que debía
llevar unos cuantos meses. Por allí pasaba un pastor, que
le silbó a don Quijote. Este le dio voces, y se
encontraron. Este le dijo que la mula era de alquiler, y que
había estado por allí con un hombre. Diciendo esto,
a don Quijote se le ocurrió que quería ir a buscar
al hombre para que le contara su historia. Esta vez tuvo tanta
suerte que antes de que se fuera apareció por allí
un hombre el cual resultó ser el que buscaba. Les
contó toda su historia, y les dijo que estaba enamorado de
una doncella que se llamaba Luscinda. Más adelante,
Cardenio, que es el nombre del Roto, se enfadó, y
atacó a don Quijote con un guijarro, y le pegó al
Quijote en todo el pecho, de tal manera que dio con su cuerpo en
el suelo. Sancho, que vio cómo estaban aporreando a su
señor, arremetió contra él, y cuando le iba
a atacar, con el puño cerrado, Cardenio le dio una
puñada, que le hizo caer a sus pies, y Cardenio se
subió encima de sus costillas y comenzó a
aporrearle. Sancho cansado de que le pegaran, sin merecerlo,
arremetió contra el cabrero, echándole la culpa de
que no les había avisado que ese hombre era
peligroso. A partir de aquí, Sancho se quería
volver a casa, pero don Quijote le convence. Esa noche se van a
dormir al monte, donde encuentran al hombre que le había
apedreado, Ginés de Pasamonte. Durmieron con él, y
a la mañana siguiente Sancho se despertó, y vio que
le faltaba el burro. Empezó a gritar, y don Quijote se
despertó. Al despertarse, habla con Sancho, y le dice que
vaya al pueblo, y que de su parte le lleve a su sobrina una carta
que decía que le dieran dos pollitos. También le
dio una carta de amor para su amada, señora doña
Dulcinea del Toboso. Después decide hacer la penitencia de
Beltenebros. Sancho, empieza a llorar y le dice que no lo haga
pero no consigue convencerlo, y Sancho se va. Por el camino,
Sancho va pensando en sus cosas, y don Quijote que se
había quedado en la sierra morena, no sabe cómo
hacer la penitencia, si como Amadís, o como 
Roldán. Mientras Sancho, que iba de camino al Toboso,
sobre Rocinante, tenía mucha hambre, y vio a lo lejos una
tienda, que era en la que había sido manteado. Le dio
miedo entrar y vio a dos hombres en la puerta, uno era el cura, y
otro el barbero, que eran amigos de don Quijote. Conocen a
Sancho, y le preguntan dónde está su amo, y
él en un primer momento no se los quiere decir, pero poco
a poco ellos se lo sacan. Deciden que tienen que ayudarlo, y de
repente Sancho se da cuenta que ha perdido la carta de Dulcinea,
y la de la sobrina de don Quijote. Para ayudarlo, van a la sierra
morena en la que se encontraba, y le van a decir que doña
Dulcinea del Toboso ha dicho que quiere que abandone la
penitencia. Se dirigen hacia ese lugar,  y cuando llegan,
Sancho se adelanta, para que no le pillen de sorpresa, a don
Quijote, y le dice lo que Dulcinea le ha dicho. Él se
pone nervioso, y le da dos besos a Sancho, y le dice que ha
vuelto muy pronto, que en tan solo tres días ya ha ido al
Toboso, y a su pueblo, y que es muy raro, que algún
encantamiento llevaba a Rocinante a más revoluciones de
las debidas.  Mientras tanto, el cura y el barbero estaban
esperando que regresara Sancho, y oyeron una canción que
provenía de los matorrales, y que les parecía
majestuosa. Cuando acabó de cantar ellos se dirigieron
hacia ella y vieron que era un mozo, el Roto, es decir, Cardenio.
Hablaron con él y este les contó todo lo que le
había llevado hasta allí, es decir, les
contó lo mismo que a don Quijote. Después de este
largo, cuento estos tres (Cardenio, el cura y el barbero) oyeron
a una dama gritar, y se acercaron, y vieron a un mozo tirado en
el suelo. Se acercaron a él, y éste se
asustó. Cuando se iba a ir, tropezó, y se le
cayó la máscara y se dieron cuenta de que era una
moza, de muy bien ver, la cual, como no, les contó su
historia, y ellos la convencieron de que ayudara a sacar al
Quijote de su penitencia. El barbero y el cura iban vestidos de
forma, poco "decente", es decir, el cura, iba como una doncella,
y el barbero, como un escudero. Vieron que llegaba Sancho, con su
amo, y se prepararon, los tres, y la doncella (a la cual la
habían llamado la princesa de Micomicon). Don Quijote se
asombró de la belleza de esa doncella, y Sancho, que no la
conocía, también se sorprendió. Ella dijo a
don Quijote que necesitaba sus servicios. A su padre lo
había dejado tuerto un gigante, que don Quijote
tenía que vengar. Él claro que accedió, y
mucho más pensando que ella, si él derrotaba al
gigante, le daría gran parte del reino de micomiconia. El
caso es que siguieron su camino y poco a poco avanzaron con la
tropa del Quijote. Sancho, que iba pie, se lamentaba cada vez
más de la pérdida del jumento, cuando vio a un
hombre sobre uno que era muy parecido al suyo. Se dio cuenta de
que era el suyo, y el que iba sobre él era "don
Ginés de Pasamonte. Sancho dio voces y el malvado
Ginés se largó.  Sancho estuvo feliz de ver a
su jumento y le dio un beso. Siguieron su camino hacia el reino
de micomiconia. Vieron a un chaval, que se agarró a
la pierna de don Quijote, y dijo que si se acordaba de él.
Dijo que era el mozo que estaba atado a la encina, y que
él lo había ayudado. Don Quijote contó a
todos la agradable experiencia, el mozo le replicó que
como se había marchado, su amo le cascó, y que
desató la rabia con él, ya que don Quijote le
había humillado. Le dijo cuatro insultos y se
marchó, antes de que don Quijote le pegara, con la lanza.
Siguieron adelante y se quedaron a la altura de la venta, donde
Sancho no se atrevía a entrar, por razones obvias. Ya
dentro de la venta, la ventera, su hija y Maritornes, los
reconocieron, y les dieron la bienvenida. El ventero y el cura
empezaron a ver libros de caballerías y el ventero, que
tenía muchos, le dio por leer la Novela del Curioso
Impertinente. En esto llegó Sancho Panza gritado que su
amo estaba metido en una gran batalla con un gigante, y que le
había rebanado la cabeza, y que estaba todo lleno de
sangre. Todos se acercaron, y lo que vieron es que lo que
había hecho, el caballero andante era que había
rajado los cueros en los que había vino, y el vino estaba
por todo el suelo. El ventero dijo que se las tenían que
pagar, y se puso como una fiera. El cura dijo que se lo iban a
pagar y que estuviera tranquilo. Llegaron unas personas y una
dama, con la cabeza tapada. Esta dama estaba como decaída.
Dorotea, la princesa de Micomicon, se le acercó y le
pregunto qué le pasaba, y ella no respondió. Un
hombre que ahí estaba la atacó (verbalmente) 
y ella se defendió. Cardenio la oyó y se dio cuenta
de que era su amada Luscinda. Le gritó, y ella se
levantó, el hombre que estaba con ella (que le
había atacado) al agarrarla, se le cayó, el
antifaz. Dorotea lo vio, y se desmayó, porque era
Fernando, su esposo. Fernando, estaba enamorado de Luscinda, la
cual quería a Cardenio, y Dorotea quería a
Fernando, pero este no soltaba a Luscinda. Al final y
después de una larga charla por parte de Dorotea, Fernando
se dio cuenta de que la quería y soltó a Luscinda
que fue a abrazar a Cardenio. También entraron, un
señor y una mora a caballo, y él sobre un burro,
ella se llamaba Zoraida, el que la acompañaba era un
capitán, soldado o lo que fuere, que tenía tres
hermanos, y que no los veía hace muchos años. Le
llamaban el cautivo. El cautivo, contó su vida a los que
en la venta se encontraban. Cuando acababa de finalizar,
llegó a la venta un coche, del que se apearon varios
señores, y pidieron posada, la ventera les dijo que no
había sitio pero ellos insistieron y entraron,
había un hombre que era un oidor. El oidor traía
una hija joven que se llamaba Clara. El cautivo se dio cuenta de
que un hermano de él se había ido por letras, y que
como el nombre coincidía, y lo reconoció, se dio
cuenta de que era su hermano. Entonces salió el cura y le
dijo que si se acordaba de su hermano mayor que había ido
al ejército. El se acordó, y se puso a llorar.
Entonces salió el cautivo y se abrazaron. Se fueron
a  dormir,  y Clara, la hija del oidor, se fue a la
cama, con Dorotea, Luscinda, y Zoraida.

Don Quijote se quedó a cuidar el
castillo y se puso en la parte delantera, Maritormes y la hija de
la ventera le gastaron una broma y le amarraron el brazo a una
estaca que estaba en la pared a dos metros de altura, con lo cual
don Quijote se quedó colgando. En mitad de la noche un
mozo se puso a cantar, y cantaba tan bien que despertó a
todas y a todos. Era el novio de Clara, que iba vestido de mozo
de mulas, aunque era rico. Más de mañana llegaron
los criados de su padre, y vieron a don Quijote colgado, se
rieron, y pasaron de él. Intentaron llevarse a Luis, que
era el mozo de mulas que estaba cantando, pero él le
declaró su amor al padre de Clara, que era el ojeador.
Este vio que allí había negocio, ya que el padre
era rico, y más o menos aceptó. Con esto tres de
los criados, de don Luis, se fueron a dar las nuevas a su padre y
uno se quedó para servirlo, en su viaje a
Andalucía, con el padre de Clara.  Después
llegó el barbero, al que don Quijote le había
robado la bacía, y Sancho había truncado las
alforjas. Este se puso todo furioso, y se enfrentó a don
Quijote, para que se la devolviera, y don Quijote decía
que esto no era una bacía sino el yelmo de Mambrino, todos
se pusieron de acuerdo, para atacar al barbero, y dejarlo mal y
de paso reírse un poco, y dijeron que era un yelmo. Al
poco entraron unos cuatro cuadrilleros, que acabaron de armarla.
El caso es que en vez de hablar acabaron a palos, y al final,
todos pensaron que era por el encantamiento, del que hablaba don
Quijote. Uno de los cuadrilleros traía una orden de
arresto contra don Quijote de la santa hermandad, por haber
liberado a los presos, y a Ginés de Pasamonte. Al final el
oidor lo arregló, y no se lo llevaron. Después
de todo este jaleo, deciden que han de trasladar a don Quijote a
su aldea para que se mejore de su loquería. Lo ataron,
mientras que estaba durmiendo, y ellos iban enmascarados, lo
metieron en una jaula, y se lo llevaron, cuando ya iban a
más de dos leguas de la venta, se pararon a descansar
y a dar de comer a los bueyes. Llegaron unos señores a
caballo, y preguntaron la causa de llevar a este señor
allí metido, y ellos no les respondieron, pero don Quijote
les dio una charla inolvidable. Después vieron a una cabra
salir de los matorrales, y detrás de ella a un cabrero,
este mantuvo una charla en la que contó su vida, y poco a
poco se fue calentando el tema hasta el punto en el que el
Quijote se puso en cólera, y le atacó, este se
defendió, y Sancho le atacó, al cabrero, le
llenaron la cara de sangre. Pasado este suceso, se acercaba 
una procesión de disciplinados, con una imagen de la
virgen, la que vio don Quijote, y pensó que era una
cautiva. Lo atacó pero salió mal parado. Lo curaron
en un hombro, y lo llevaron a su casa, la gente al verlo entrar
en la aldea, se agolpaba, para verlo, y Sancho, fue a ver a su
mujer Juana Panza. Esta lo primero que le pregunto fue por el
burro, y él le dijo que estaba mejor que el amo, y ella
dio gracias a dios. El cura dijo a la sobrina de don Quijote que
lo cuidara, y así acaba la primera parte del Quijote de la
mancha.

 

 

Autor:

Daena Perales

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