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Educación y ética en salud



  1. Introducción
  2. Resumen
  3. Fundamentos de la
    ética en la educación
  4. Bases éticas
    en la educación de los nuevos médicos y otros
    profesionales de la salud
  5. La ética en
    la educación en salud
  6. Educación
    ética en salud como práctica diaria en la
    auditoría médica de calidad
  7. Conclusiones
    relacionadas con Salud Pública
  8. Bibliografía

Introducción

La presente monografía es elaborada como parte de
mis estudios de Doctorado en Salud Pública en la
Universidad Nacional de San Agustín, en la ciudad de
Arequipa, en el curso Pedagogía y Didáctica de la
Salud. El tema fue elegido teniendo en consideración la
importancia de la ética en la educación de salud,
de nuestra población y de los profesionales de la salud,
como aporte a la salud pública.

Resumen

La educación para la salud, adquiere vital
importancia en cualquiera de las áreas de desempeño
de los profesionales de la salud. Es una meta primaria y la
principal estrategia para promover la salud, ayudando al usuario
y/o paciente a alcanzar un estado favorable, maximizando su
potencial individual. Sabemos que el hombre actual tiene un
inmenso cúmulo de conocimientos y en sus manos, una
técnica con la cual puede realizar muchas acciones, pero
no todas benéficas; y siendo la salud pública una
ciencia, que tiene característica de practicidad, debe
apoyarse en la ética para que promueva adecuadamente el
desarrollo humano.

Palabras clave: Ética,
educación, profesionales de la salud, población,
auditoría médica, salud
pública.

Fundamentos de la
ética en la educación

Toda acción educativa tiene una
característica ética y al mismo tiempo, toda
educación llega a ser un acto político, por ser
formativo y por sus consecuencias. El propósito
fundamental de toda educación es preparar a las personas
para la vida. Lo que implica abarcar dos dimensiones de
acción o de comportamiento, a partir del cuidado de uno
mismo y hacia los demás3.

Para el educador como para el educando significa la
recepción o transmisión de un saber social
previamente existente, que más allá de su
especificidad técnica o de su utilidad práctica,
viene cargado de un sentido contextual. Todo saber responde a
representaciones colectivas que, en mayor o menor grado,
incorporan aspectos valorativos sobre el mundo objetivo y
subjetivo3. Es un ejercicio de socialización en el que nos
incorporamos al torrente de un mundo ya existente, cargado de
contenidos, de escalas valorativas y de evidentes y apreciables
núcleos de moralidad, normativos, unas veces represivos, y
en otras ocasiones, permisivos.

La actividad educativa no es sólo un acto
unilateral de transmisión o de incorporación pasiva
de saberes y conocimientos. La educación es también
un proceso mediante el cual el propio sujeto crea y recrea los
sentidos del conocimiento.

Por muy pasiva y repetitiva que parezca una conducta
moral, su fortaleza está más dada por la
interiorización, antes que por la mera repetición
mecánica. Por mucho que nos imaginemos el comportamiento
más diferente posible de un joven o de un adulto,
habrá momentos en el que frente a situaciones cambiantes,
la persona, tendrá que tomar una decisión con un
grado mínimo pero existente de elección voluntaria,
de convencimiento y de pasión.

Sabemos que somos una especie ética por dos
razones muy elementales: una, porque nos movemos en un mundo con
un grado de libertad, infinitamente mayor que cualquiera de las
otras especies. No somos esclavos de los determinismos
físicos o bióticos, tenemos capacidad de respuesta
ante situaciones inesperadas, nos adaptamos e innovamos. Somos la
especie menos acabada de hacer y por lo mismo más abierta
a muy variadas posibilidades de desarrollarse, de completarse o
intentar hacerlo mediante la libertad de escoger y de rectificar.
Y dos, porque somos la única especie que tiene que dar
cuenta de sus actos y justificar su conducta3. 

La ética y la moral, son inherentes a nuestras
vidas como personas y como miembro constitutivos de una sociedad,
y la educación o la formación ética y moral
requiere ser vista como un todo, sin considerar sus diferentes
niveles: cognitivo,
afectivo (autoestima, las pulsiones sentimentales,
amores y odios), la educación habitual
o hábito ( predisponernos para actuar de
determinadas maneras con cierta flexibilidad y regularidad) debe
forjar carácter o construir una manera de ser
ante cada una de las situaciones concretas que se pudieran
presentar en el mundo.

Bases
éticas en la educación de los nuevos médicos
y otros profesionales de la salud

En la educación médica actual, todo se
fundamenta en el principio de que el hombre es un primate, con
los atributos propios de su especie. Esta teoría ha sido
sustentada, primero filosóficamente y después
científicamente dentro del positivismo y el naturalismo.
Es así como se ignora la verdadera naturaleza
genética y social de cada uno de los hombres. Ninguna de
las teorías psicológicas acerca de la personalidad
ha tomado en cuenta la naturaleza de la sociedad y del individuo
en sí; no se ha generado una concepción integrada
acerca de la estructura psíquica de la personalidad,
especialmente respecto a la afectividad, la cognición y la
motivación en el nivel de la conciencia.

Si juzgamos a las sociedades que emergieron en los
últimos 30 mil años, nos encontramos con que la
inmoralidad parece ser inherente a su propia historia. Sin
embargo, también es evidente que en varios momentos de
esta historia se generó la necesidad de su
moralización. De allí que, por lo menos en los
últimos 6 mil años, las distintas culturas han
generado estrategias de moralización, dentro de tres
enfoques fundamentales: el religioso, el filosófico y el
científico natural4.

Es así que resulta importante tomar en
consideración los problemas de la ética
teórica, sobre todo con fines educacionales, especialmente
en cuanto a la formación de los profesionales
médicos y otros de la salud, dado que ahora ya se
está de acuerdo en que deben enseñarse cursos de
ética en las facultades y escuelas de medicina.

Con esta finalidad, la ética no puede
enseñarse en paralelo con otras materias de la carrera de
salud, sino como modelo de todo el proceso educativo, de tal modo
que el futuro profesional pueda realizar en su práctica
los deberes, derechos y valores que son las aspiraciones morales
de la sociedad, de tal manera que las reglas morales deban
convertirse en la estructura de convicciones de su conciencia, a
fin de que la ética teórica sirva al futuro
profesional para generar las estrategias que le permitan tomar
las mejores decisiones al momento de evitar o resolver los
problemas morales que se susciten en su práctica social;
para que así también contribuya en la
moralización de las instituciones, como una forma de
compromiso con el desarrollo moral de la sociedad.

  • 4. Ortiz, Pedro. (Jul. /Set. 2008).
    Bases éticas de la formación profesional en
    medicina.
    Perú: Rev. perú. med. exp. Salud
    pública, vol.25, no.3, p.267-268. ISSN
    1726-4634.

La ética
en la educación en salud

Hoy en día se habla de ética en todos los
sectores con problemas: ética médica, ética
de empresa, ética periodística, ética de
educación sanitaria, etc. Una educación para un
vivir responsable, con nosotros mismos, con los demás y
con el ambiente que nos rodea, ha de estar basada en una
información veraz, con fidelidad y en una relación
de confianza.

La educación sanitaria se da en toda
relación médico- paciente, en toda la
relación de los profesionales médicos con los
pacientes. Por ejemplo cuando una enfermera enseña
cómo se ha de poner el termómetro a un niño,
está haciendo educación sanitaria, o cuando un
médico informa sobre qué comer para evitar el
colesterol, o cómo se han de tomar los diversos
fármacos. Toda esta relación va acompañada
del habla y la escucha5. El cuerpo es el mejor
intérprete y vehículo del amor y la amistad; es el
primer documento de identidad. Y precisamente por este
protagonismo del cuerpo y también de la mente, la
educación para la salud debe ser un objetivo primario en
el quehacer profesional. Y la educación sanitaria debe
estar marcada por principios bioéticos de
autonomía, beneficiencia y justicia5.

El interés observado en la ética, presenta
un especial desafío a los educadores en salud,
quiénes deben asumir un rol educativo activo, lo que exige
un dominio específico y una actualización
permanente que oriente en forma correcta el desempeño
profesional. Esto determina sin embargo, una diversidad de
problemas en la práctica educativa en salud, los que
alteran su normal desenvolvimiento. El educador debe estar alerta
en reconocerlos para abordarlos con propiedad. Estudios en el
ámbito de la educación, reconocen que el
aprendizaje se produce en los adultos cuando coincide con sus
necesidades, intereses, capacidades, tradiciones, costumbres, y
con la participación activa de cada uno de ellos en los
procesos educativos, poniendo en juego su ser, su saber y su
hacer5.

  • 5. Serrano González, María
    Isabel. La Educación para la Salud del Siglo XXI
    comunicación y Salud. 2da Edición.
    España: ALEZEIA; 2002.

El proceso educativo debe constituirse, desde una
estructura amplia, la que se espera favorezca un constante
equilibrio entre lo establecido y lo emergente, en cuyo centro se
ubique el hombre. Y como proceso debe reacomodarse a los valores
y acciones de las personas, impulsándolas a una
formación con un rol activo, que permita una
automodificación de sus conductas, de acuerdo a su propia
y particular visión del mundo y de su medio
sociocultural.

El mejoramiento de la calidad de vida, basada en el
desarrollo de estilos de vida que favorezcan la salud
física y mental, a lo que hacen referencia muchos de los
programas educativos que se planifican en salud, responden a un
estado, determinado por los propios usuarios y/o comunidad2. El
rol que cumple la educación en salud, en tal caso, es de
orientación e información y su mayor
responsabilidad reside en ofrecer alternativas que faciliten
comportamientos conducentes al autocuidado1.

La educación en salud, debe necesariamente
dirigir sus esfuerzos por respetar la libre voluntad del usuario,
situación que determina la importancia que adquiere la
ética en dicha práctica. Tomar en cuenta las
decisiones de los usuarios, responde al principio ético,
que reside en el respeto por la libertad individual y por la
capacidad individual de decidir sobre su destino, la salud y el
riesgo de enfermar.

La conducta de respeto, aspecto ético, central en
todo instancia educativa, constituye uno de los mecanismos a
través de los cuales, se favorece la manifestación
de la libre voluntad del usuario frente a la educación en
salud. El educador, pasa a cumplir así, el rol de
guía, informador y formador, a través de un

acto, de diálogo y participación. Un
concepto de educación en salud, en consonancia con la
dimensión ética, debe plantearse como
propósito, la conducción de un proceso para
favorecer la toma de decisiones de los usuarios, su
autonomía y creatividad en un clima de
libertad1.

  • 1. Arratia Figueroa, Alejandrina. (1990).
    Ética y educación para la Salud. Cuadernos
    de Bioética.
    Chile: Ediciones Universidad
    Católica de Chile.

  • 2. Arratia, Alejandrina. (1999). A
    bioética e sua presenca na educacao para a
    saúde. Tesis de Doctorado en Filosofía de
    Enfermería, Florianópolis
    . Brasil:
    Universidade Federal de Santa Catarina. Edición
    e-book: Madrid: Asociación Española de
    Bioética; Colección de Investigaciones en
    Bioética; nº 302199; 1999a.

Educación
ética en salud como práctica diaria en la
auditoría médica de calidad

La auditoría médica representa una
herramienta novedosa de utilización progresiva en los
últimos años, para entidades aseguradoras y
prestadoras de servicios de salud.

Sobre todo para las entidades prestadoras, la
auditoría médica de calidad es un instrumento de
control y educación médica sumamente valioso, que
debe ceñirse a principios éticos. Cuando en su
ejercicio, se presentan conflictos, debe optarse por una
priorización que privilegie el bien común sobre el
individual6. Su intervención para el cumplimiento de
estándares de calidad en salud y las deficiencias
evidenciadas, motiva la apertura de programas de educación
médica, técnicos pero principalmente éticos
basados en el cumplimiento del código de ética y el
respeto a los derechos de los pacientes o usuarios de salud. De
tal modo que se eviten casos de negligencias.

Así también el personal de
auditoría médica de calidad, en algunos casos educa
al paciente en el respeto de sus deberes y derechos, para no ser
confundido y pueda tomar decisiones libres para el beneficio de
su salud.

  • 6. Vélez Correa, Luis Alfonso y Maya
    Mejía, José. (2011). Ética y Salud
    Pública
    . Capítulo 14: 166-176.
    Antioquía.

Conclusiones
relacionadas con Salud Pública

  • 1) El concepto de promoción de la salud
    conlleva de modo explícito el deber ético de
    realizar educación en salud en la
    población.

  • 2) La ética en la educación en
    salud nos debe llevar a respetar la pluralidad de intereses y
    valores que presenta la población, sin imponer
    comportamientos que podrían infringir los derechos
    fundamentales de las personas, ofreciéndoles modelos
    de comportamiento válidos desde la prevención
    de la enfermedad y la promoción de la
    salud.

  • 3) El principal aporte de la ética en la
    educación para la salud pública es la
    generación del respeto por el otro, permitiendo que
    los usuarios crezcan y actúen en un ambiente de
    exigencias, con libertad y autonomía. Esto requiere
    planificar procesos educativos que consideren los deseos,
    requerimientos y preferencias de las personas, aceptando sus
    decisiones frente a lo que quieren en sus vidas, en
    relación con la enfermedad y la salud.

  • 4) Las conductas éticas, legitiman y
    favorecen ambientes saludables, y estimulan una
    educación responsable, humana y
    digna..

Bibliografía

  • 1. Arratia Figueroa, Alejandrina. (1990).
    Ética y educación para la Salud. Cuadernos
    de Bioética.
    Chile: Ediciones Universidad
    Católica de Chile.

  • 2. Arratia, Alejandrina. (1999). A
    bioética e sua presenca na educacao para a
    saúde. Tesis de Doctorado en Filosofía de
    Enfermería, Florianópolis
    . Brasil:
    Universidade Federal de Santa Catarina. Edición
    e-book: Madrid: Asociación Española de
    Bioética; Colección de Investigaciones en
    Bioética; nº 302199; 1999a.

  • 3. Organización de Estados
    Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la
    Cultura. Lineamientos curriculares para el área de
    ética y valores humanos. Educación en
    valores.
    Sala de Lectura. Disponible en la Web:
    http://www.oei.es

  • 4. Ortiz, Pedro. (Jul. /Set. 2008).
    Bases éticas de la formación profesional en
    medicina.
    Perú: Rev. perú. med. exp. Salud
    pública, vol.25, no.3, p.267-268. ISSN
    1726-4634.

  • 5. Serrano González, María
    Isabel. (2002). La Educación para la Salud del
    Siglo XXI comunicación y Salud 2da
    Edición.
    España: ALEZEIA.

  • 6. Vélez Correa, Luis Alfonso y Maya
    Mejía, José. (2011). Ética y Salud
    Pública
    . Capítulo 14: 166-176.
    Antioquía.

 

 

Autor:

Marianella Huamán
Angeles

Médica Cirujana, Magíster en
Salud Pública, con estudios de postgrado y de
especialización en Auditoría Médica,
Aseguramiento en Salud, Gestión de Salud, Gestión
de Calidad y Medicina del Trabajo. En la actualidad, Auditor
Médico de la Clínica San Juan de Dios de
Arequipa.

Arequipa, Perú, Mayo 2013

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