Parte I:
Detención
e ingreso
Cuerpo encorvado[1]para no mirar ni ser
mirado, ello se justifica además de la carga moral por la
garra[2]alrededor del cuello, y las
marrocas[3]al final de las extremidades que cogen
con dificultad el nuevo patrimonio que quepa en una bolsita
plástica; zapatillas sin pasadores para no hacer(se)
daño, igual suerte con las correas, olor a
choro[4](después se convertirá en
olor canero que todo lo invade, ropa canera, comida canera, trago
canero, pensamiento canero, habla canera, etc), prescindiendo de
dónde vienes nos dirigimos a la carceleta mayor la de:
Palacio de Justicia, ubicada en el culo[5]de aquel
edificio fastuoso que tiene en su frontis, dos leones en
mármol y una apariencia versallesca, en esa misma
edificación, su parte trasera es simple y básica:
por ahí entramos a un sótano que tiene naturaleza
transitoria y es el paso previo a algún penal de la
ciudad, en teoría se ponderan criterios de
clasificación, primerizo/ranqueado, joven/adulto, delito
común/tipo calificado.
Llegar hasta ahí, para un primerizo y/o inocente
(esta palabra comenzará a escasear a futuro), importa
aceptar el uso estandarizado de una jerga que grafica
nítidamente este estadio: perder. Se lo dicen
asimismo (¡ya perdí!), se lo dicen la
policía, en tanto primer operador que enfrentan (¡ya
perdiste¡); los detenidos[6]han visto como
la policía maniobró el atestado[7]la
primera impresión del sistema es otro agresor que puede
empapelar a discreción, si acaso queda duda, la segunda
grada de este circuito canero la experimenta la familia, quien en
las afueras del juzgado de turno
permanente[8]soporta otro choque con la
corrupción existente, que el mismo lugar publicite una
advertencia contra malas prácticas abogadiles no es
gratuito, pues la familia es abordada por todo tipo de personas
que declaran conocer/estar emparentados/tener una
pierna[9]en aquel estadio que asegura la libertad,
si eres primerizo y por lo demás ajeno a la movida legal
existe posibilidad que también la familia sea
cándida, y por tanto candidatas a convertirse en sujetos
pasivos de estafa; en contrario, la familia de los no primerizos,
lo último que hacen es apenarse, ellas tan solo ejecutan
un plan de contingencia pre-establecido, para ellos, este
será su momento de invertir, de devolver las gracias que
le fueron dadas cuando el ahora interno estuvo libre, ellos no
lloran, sino saludan y hasta festejan, envían recados,
anuncian visitas, gastan bromas, etc; por ello, cuando en dicha
carceleta circula la versión y los precios de las
cárceles para un primerizo por delito común, no
dudan en pagar, aun cuando en la mayoría de los casos no
sea sino el tinkeo[10]de funcionarios corruptos,
qué más da, si como se dijo, es tiempo de perder, a
estas alturas ya cambiaron de abogado más de una vez, ya
invirtieron en coimas, ya se movilizó la familia para
espectar estos días lúgubres, y empiezan a
enterarse de historias y mitos de los costos de celda, costos de
catre, de seguridad, de lo que demanda los gastos al interior de
un penal, donde todo será egreso.
Adentro, ya te han volteado (ya tienen un perfil de tu
persona), todos conocen el delito que te imputan, si es libertad
sexual (ñato, violín, cangrejo, minero, carrito,
mostrador), debes ser aislado, pues serás víctima
de todo tipo de agresión, incluso el penal te espera
pabellón especial (en limpieza y orden mejor que el de los
comunes), pues en la ética canera ello no se
perdona.
En carceleta la vida circula lentamente, el objetivo
ahora es sobrevivir, desde ahora todas las facultades
están en actividad y alertas, más audaces
más agudos, y para ello hay que interpretar los nuevos
códigos, las personas pretenden agruparse/empatarse, se
generan espontaneas alianzas, el objetivo es ser recomendados
para estar "bien y tranquilos"; no importa la hora en que
llegues, te iras las 5.00 pm, nuevamente enmarrocado y amarrado
junto a otros reclusos en fila india, subes a un carro del INPE
algo ocurre, cierras una etapa, marcas el fin de algo.
En mi caso particular fui llevado a
Lurigancho[11]yo sabía este hecho y lo
acepté, no intenté ser cambiado, las otras opciones
reales eran Huaral y Cañete.
En Lurigancho, tu primer contacto es el
Tópico, donde eres rapado[12](corte
de pelo forzoso), el ataque a la dignidad no es gratuito, importa
un claro mensaje de sometimiento, el siguiente estadio es el
lugar conocido como "La Lata" espacio común donde
se aglutinan todos los que ingresaran al penal, y dada la hora lo
único que queda es dormir, en mi día fueron como
100 personas, sin divisiones y/o muebles, a un costado el espacio
lateral fungía de baño para expulsar secreciones
–a la vista de los demás-, fácil imaginar lo
intenso del olor, lo hediondo, solo queda engañarte que
duermes; aquel reducido espacio esta colmado de
fealdad[13]cuando recuerdo ese episodio, pienso en
un letrero inexistente: "Por mí se llega a la ciudad del
llanto; Por mí a los reinos de la eterna pena (…)
Renunciad para siempre a la esperanza"[14]. Me
espanta imaginar que este acto se repite
cotidianamente.
Parte II:
Ingreso al
pabellón
En mi caso particular fui clasificado al pabellón
12-A SJM, ahí nos recibieron unos muchachos conocidos del
barrio, estos habían asumidos delegaturas (internos
designados como autoridad encargados de mantener un orden en el
pabellón), nos hablan sobre la jerarquía, reglas y
la disciplina en dicho lugar.
El costo de acceso fue de S/. 300, otros tanto para la
Limpieza, adicionalmente S/. 3.00 nuevos soles semanales por
concepto de comida, esto se llama paila, y siempre es
llamada en términos femeninos; en razón que tiene
el formato de olla común, y es realizada por los propios
internos, este trabajo es considerado un privilegio debido al
acceso directo a la comida, entendiéndose un desayuno de
té con pan, y almuerzo reservándonos pollo para los
días de visita, la cena no está en el paquete y
esta si se da es por acción directa de los internos
quienes aportan los víveres que la visita trae y se
cocinan ellos mismos agrupándose en grupo de tres y/o
cinco, los víveres son guardados en otro interno que tiene
congeladora y que oferta este servicio.
La paila es además un instrumento de
cambio, pues dicho derecho puede ser cedido a cambio de otra
cosa: droga, favores, dinero, o simplemente donarla. La paila es
la comida de la mayoría de la población pero no la
única fuente, pues los internos de modo paralelo hacen
–para venta– mazamorras, arroz con leche, también
venden kekes y/o dulcería que los familiares proveen,
algunos pabellones cuentan con restaurantes, e incluso ciertos
internos cuentan a su vez con internos cocineros u otros internos
que fungen de parejas sentimentales, siendo una de sus funciones
cocinar.
El pabellón a su vez, esta subdividido en
módulos, donde yo ingrese había como 15 camarotes,
en cada camarote duermen hasta seis personas como sea, en la
forma que te acuestas así te levantas, ahí no hay
pijama, abluciones, lectura de noche, ni nada que se parezca. La
mañana trae consigo el agua, único momento para la
higiene, si se te pasó, perdiste, aunque después de
haber usado repetidas veces este nombre, técnicamente
re-reperdistes.
Los primeros días uno la pasa en el interior del
pabellón y no quiere salir de él, como
tímido escolar que permanece en su aula, sientes temor del
exterior, esta pasividad física contrasta con lo receptivo
que puedes ser, pues ya asimilas la jerga, el comportamiento, ya
modulas tu palabra, ya te achoras "Primero hay que conseguir que
todos sepan que no pueden atacarlo a uno sin peligro.
Después de ser temido, hay que hacerse respetar por el
modo de comportarse con los inservibles (policías), no
aceptar ciertos puestos, rechazar ciertos grupos de trabajo,
nunca reconocerles autoridad a los porteros, ni obedecer
jamás, aunque esto signifique un
incidente(…)"[15]
Siendo las cosas así el temor inicial es vencido
por la curiosidad, salir de tu beyompa importa transitar por el
famoso "jirón de la unión" en alusión a la
transitada calle del centro de lima, este pasaje es un lugar
común, transitas por todos los pabellones, siendo de
transito necesario, está fuera del alcance del control de
los pabellones y por tanto ahí uno se encuentra
vulnerable, es necesario andar con tu "batería" (causa,
amigo, chaleco), que peche y responda. Aquí te vas lejos
(piensas mal), aquí la tienes que chapar en el aire
(cuando hablan mal te tienes que dar cuenta), aquí se
mandan un tiro (cuando eres blanco de joda), aquí no debe
haber relogeo (bullying), aquí parchas, tu solo sin la
plancha (disciplina del pabellón); aquí transita
desde el faite hasta el atorrante[16]y toda la
variopinta zoología de este lugar.
Generalmente en este lugar encuentras gente menguada, en
estado de aturdimiento, alcoholizada y/o
drogada[17]este tránsito me produce varias
visiones encontradas: es como el final de una procesión
con gente dispersada, como las personas mayores que en provincia,
sacan las sillas afueras de su casa, al atardecer y se sientan a
mirar a los transeúntes; me recuerda a Dante siguiendo a
Virgilio por el Infierno, por este pasaje también circulan
no-internos: los abogados[18]que se
dirigían a entrevistas con los patrocinados y/o terceras
personas, todos sin excepción son abordados para "los
pelicanos", internos que pesetean en modo mendicante. Estas
personas también hacen de chasquis, pues te pasan la voz,
te llaman cuando eres buscado, te cargan bultos, todo vale una
moneda, y nada es libre, la amistad no existe.
//,,,
Autor:
Nicolás Rojas Jurado
en colaboración con
Jorge Nelson Lastra Castilla
[1] La Policía e INPE, es entrenada
para asir al detenido desde el brazo o por la cabeza, esta
postura gestual refuerza su posición de dominio, el
incumplimiento de este acto genera golpizas, lo que usualmente
se da en los primerizos, posteriormente a fuer de costumbre, la
actitud del detenido –aun en libertad- es siempre estar
curvilíneo, amenguado, achorado.
[2] La jerga es aplicada para la frazada,
casaca, chompa u otro abrigo, en la práctica peruana la
frazada es asociada al preso incluso con prevalencia del traje
a rayas.
[3] La práctica penal no usan
grilletes, impensable grilletes electrónicos (check
Allison)
[4] Choro: chorizo, maleante, asaltante,
ladrillo, sujeto activo de delito contra el patrimonio,
lancero, malandra, malandraca, foraja, fascineroso,
pendrejo.
[5] Habla coloquial que hace referencia a la
parte posterior de algo, “No sé si San Camilo
está en el culo del mundo o en el culo del “2 de
Mayo”, pero es evidente que está en el culo de
algo. Tal vez de la sociedad (…) alberga una
indescriptible colección de monstruos autorizados a
subir al techo por las tardes y repartirse el sol entre ellos,
como gigantescos gatos de pesadilla, carcomidos por la
uta” ANGEL Luis Felipe, San Camilo, p 16
[6] Procesados, internos, presidiarios,
reclusos, imputado, co-imputado, sentenciado, rematado,
denunciado, intervenido, detenido: son los nombres usados para
identificarnos a partir de la fecha.
[7] Atestado Policial: expediente de
creación y factura policial en la cual se detalla la
secuencia de los hechos investigados y conclusiones y/o
recomendaciones de estos, lo cual será objeto de prueba.
Constituye el primer acto investigatorio en la cual está
ausente el contradictorio, ofrecimiento de pruebas, alegaciones
y demás actos de defensa, coloquialmente se atribuye a
esta etapa como: empapelar. El Tribunal Constitucional en STC
0010-2002-AI/TC fundamentos 157 y 158 ha sostenido que el
atestado policial no tiene, ni ha tenido en el pasado,
carácter de prueba plena, y que el mismo debe ser
merituado por el Juez conjuntamente con los demás medios
probatorios conforme su criterio de consciencia.
[8] [juzgado penal de turno permanente]:
Juzgado que atiende las 24 horas, denuncias penales, habeas
corpus y extremas emergencias; su atención resulta de la
rotación de todos los jueces penales quienes se turnan
en turnos de 24 horas para su atención, en un orden
pre-establecido administrativamente; este juzgado realiza una
tipificación inicial de delito, y decide si el proceso
se afronta en comparecencia (libertad) y/o detención, no
realiza ningún otro acto adicional y el expediente es
derivado a Mesa de Partes para su reasignación, su
existencia se contrapone al principio de Juez Natural, la
participación de los abogados es casi nula debido a que
la calificación tiene sustento únicamente a
partir del atestado policial, la atención a los abogados
es definido en términos potestativos (no
obligacionales), así lo define la regla contenida en el
ítem 6.1.17 “El Juez de turno tiene la potestad de
recibir a los abogados de los procesados que lo soliciten, para
tratar temas referidos a los asuntos que han ingresado al
Juzgado de Turno”, véase: Resolución
Administrativa No 41-2011-CED-CSJLI/PJ Procedimiento a seguir
para cumplimiento de funciones en el Juzgado Penal de Turno
Permanente.
[9] Jerga: tener una pierna que acelere,
importa un operador, un facilitador, un lobbysta, un
padrinazgo.
[10] Tinka (jugar la): expresión
tomada del juego de una lotería local para hacer
referencia al azar, jugar la tinka es apostar por un hecho
fortuito donde no se tiene incidencia o maniobra alguna, muy
usado cuando los operadores tienen alta discrecionalidad o
cuando su decisión es imprevisible, por ejemplo en los
casos donde el Juzgador debe decidir entre la comparecencia o
detención del procesado y un operador compromete la
comparecencia y negocia por esta, sin tener incidencia en la
decisión, tan solo en la primicia de su existencia.
[11] El Establecimiento Penitenciario de
Lurigancho, es el más representativo por el hacinamiento
que importa es uno de los 14 penales que tiene lima (Mujeres de
Chorrillos, Miguel Castro Castro, de Lima (San Jorge), Anexo
Mujeres de Chorrillos, Virgen de Fátima, del Callao
(sarita), de Cañete, de Huaral (aucallama), de Huacho
(carquin), de Ancón (piedras gordas), de Ancón
II, de Barbadillo, y de Yungay.
[12] Pelo [rapar el pelo]: corte de pelo
descriteriadamente y contra la voluntad del titular, que se
estableció como [mala] practica en el Penal de
Lurigancho, y que motivo la oposición de la
Defensoría del Pueblo, bajo los argumentos de que no era
objetiva, razonable y proporcional y constituye una medida
humillante y degradante, además de afectar el derecho al
libre desarrollo de la personalidad e integridad física
de las personas privadas de libertad. véase el Comercio,
20.06.12 “La Defensoría del Pueblo se
manifestó en contra de la decisión del director
del Penal de Lurigancho de rapar el cabello de los casi 8 mil
reos que tiene a su cargo. Como se informó, el coronel
de la Policía, Tomás Garay, justificó su
medida arguyendo que existen presos que aprovechan “su
cabellera larga para disfrazarse de mujeres y escapar”;
véase también La Republica: “(…).
Nadie tiene derecho a obligar a alguien a raparse el cabello.
Es una decisión que debe ser sancionada. No obstante,
los 22 delegados del citado penal ya se han rapado el cabello
para "dar el ejemplo". Los reos homosexuales se opusieron en un
primer momento, pero terminaron aceptándola a
regañadientes. Otro grupo que inicialmente puso
resistencia fue el de los internos de la Congregación
Israelita del Nuevo Pacto Universal. La disposición ya
fue dada. Diario La República, véase:
http://www.larepublica.pe/17-06-2012/en-15-dias-reos-del-penal-de-lurigancho-deberan-raparse-el-cabello-por-disciplina.
[13] la fealdad natural, la fealdad
espiritual, la asimetría, la falta de armonía y
la deformidad en un sucederse de lo mezquino, débil,
vil, banal, casual, arbitrario, tosco, repugnante,
desmañado, horrendo, insulso, vomitivo, criminal,
espectral, hechicero, satánico, repelente, asqueroso,
desagradable, grotesco, abominable, odioso, inmundo, sucio,
obsceno, espantoso, abyecto, monstruoso, horripilante, vicioso,
terrible, terrorífico, tremendo, repulsivo, nauseabundo,
fétido, innoble, desgraciado, lamentable e
indecente(…)” ECO Umberto, Historia de la Fealdad,
Barcelona, 2007, p. 12-17
[14] La Divina Comedia, El Infierno, canto
tercero
[15] CHARRIERE Henry, PAPILLON, Buenos Aires,
Emece. 1969, p 256.
[16] Véase PEREZ GUADALUPE José
Luis, Faites y Atorrantes: una etnografía del Penal de
Lurigancho, centro de investigaciones teológicas, 1994,
227p.
[17] Un pasaje de Sofocleto (Luis Felipe
Angel), en San Camilo, p 57, no obstante su antigüedad
resulta vigente para describir este cuadro miserabilistico:
“Los presos defecaban en silos al aire libre pues
habían derribado las viejas paredes para remodelar el
ambiente. Lo hacían en cuclillas, en posición
fetal, con las nalgas descubiertas y en presencia de toda esa
bárbara legión de sub-hombres, reducidos a
escombros, como las paredes de los silos, por la coca, el
alcohol –que circulaba libremente- la sífilis
producto de la homosexualidad y todos los vicios imaginables.
Aquello era un circo romano, sin cristianos y leones sino con
hombres cagando entre un coro aquelarrico de carcajadas. Era la
plana mayor de la estulticia y del agravio del ser humano.
Mierda en el alma y en los ojos. Mierda en el corazón y
en las manos crispadas de impotencia. ¡Mierda de la
mierda, y mierda! -¡Que buen culo y yo sin plata! – Ley
voy a decir a mi marido para que te corte, envidioso! Defecaba
al extremo un preso viejo, flaco, tuberculoso, que no terminaba
de morirse tal vez por falta de fuerzas para hacerlo. Estaba
quieto, como tratando de sustraerse al festival del excremento,
y miraba al suelo para evitar en cualquiera de los presentes al
tentación de hacerle una broma (…)”
[18] En la fecha se ha realizado un camino
paralelo al Jirón de la Unión, que lo aleja del
contacto con los internos.