Monografias.com > Arte y Cultura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Las fiestas populares campesinas – El Palenque del municipio Bayamo – Cuba



  1. Resumen
  2. Desarrollo
  3. Guateques
  4. Fiestas de torneo o
    de bandos
  5. Altares de
    cruz
  6. Velorios
  7. Procesiones y
    mascaradas
  8. Tambor
    Yuca
  9. Las fiestas
    populares campesinas vigentes en la comunidad El
    Palenque
  10. Conclusiones
  11. Bibliografía

Resumen

Las fiestas populares campesinas, un reflejo de nuestra
Cultura Popular Tradicional en la comunidad El Palenque. En el
mismo se abordan elementos del tema desde sus inicios y como ha
sido su comportamiento en cada etapa histórica social. Las
fiestas populares campesinas, un reflejo de nuestra Cultura
Popular Tradicional en la comunidad El Palenque. En el mismo se
abordan elementos del tema desde sus inicios y como ha sido su
comportamiento en cada etapa histórica social.

Las tradiciones desempeñan un papel insustituible
en la formación de un estereotipo etnopsicológico
determinado. En las sociedades elitista de denominación
folklore al saber del pueblo, terminó en sí mismo
discriminatorio, ya se refería solo a la cultura de las
clases sociales desposeída, con un origen netamente
popular, al margen de todo académico.

El folklore fue concebido como la no cultura, la
incultura o el saber empírico de las clases dominantes;
mientras, el concepto de cultura fue conservado por las
manifestaciones intelectuales y artísticas, propias del
sector dominante.

Desarrollo

El conjunto de hábitos y modos que muestra la
sociedad reflejan la manera de hacer su cultura , de ahí
que las costumbres se traduzcan en vestuarios, viviendas ,
festejos, religión, oralidad, música y otras
manifestaciones inherentes al hombre en su habitad, desarrolladas
a partir de sus necesidades. Entre las particularidades presentes
en cada pueblo se destacan la especificidad psíquica y las
características espirituales, fundamentales en la
formación de la cultura nacional.

La Etnología o Etnografía es la ciencia
que estudia al hombre en y sus costumbres con un sentido global:
considera que la cultura es todo lo que la sociedad, tanto de
carácter espiritual como material. Confiere especial valor
a las tradiciones etnoculturales contemporáneas, pues
tienen una importante función aglutinadora y continuadora
de los lazos culturales intergerenacionales, que posibilita
precisamente, la sucesión cultural, sin la cual no se
conservan los elementos autóctonos de un pueblo, propios
de su idiosincrasia nacional.

Nuestro país no ha sido una excepción:
durante las etapas prerrevolucionarias, la cultura fue
conscientemente desvirtuad, mientras que las obras de nuestros
legítimos valores permanecían engavetados. Joyas de
la cultura musical cubana, como las obras de Alejandro
García Caturla y Amadeo Roldan, apenas eran ejecutados;
algunas permanecieron inéditas, hasta el triunfo de la
Revolución.

Lo verdaderamente cubano, lo criollo, lo genuino de
nuestra cultura, se miraba con desprecio o se distorsionaba; lo
que procedía del extranjero e convertía en moda. A
pesar de esta situación, las clases populares fueron
capaces de guardar las tradiones de la cultura nacional conforme
las habían creado.

La Cultura Popular Tradicional es cultura porque
constituye el compendio de expresiones que se transmiten de
generación en generación, con el desarrollo de
nuevas tradiones. Es tradicional porque esta en una ley que
define y determina la perdurabilidad de las manifestaciones
culturales, así como su índice de desarrollo, a
partir de un proceso de asimilación, negación,
renovación y cambio progresivo hacia nuevas
manifestaciones las cuales trascienden por lo general, a diversas
formas económicas –sociales.

Nuestro país abstenta una cultura basada en los
orígenes étnicos que conforman nuestra
nacionalidad., por medio de las manifestaciones que legitimizan
la Cultura Popular Tradicional. Al triunfo de la
Revolución en 1959, se hizo un llamado al rescate de
tradiciones, y se promovieron investigaciones que ratificaban
fechas y descubrimientos, datos necesarios para escribir nuestra
verdadera historia.Se preconizó el conocimiento y
valoración de nuestras tradiciones, de forma
sistémica, en todo el ámbito nacional. Se acopiaron
y estudiaron los elementos propios del acervo cultural
tradicional del pueblo, pero ahora desde un punto de vista
científicamente estructurado.

Por ello se hace necesario realizar un estudio de las
fiestas populares campesinas. Porque se detectó que en
muchas de las comunidades, se realizaban las mismas y se han ido
perdiendo estas tradiciones.

Las fiestas organizadas por el campesino cubano hasta
los años 50 de este siglo puede dividirse en dos grandes
complejos: uno responde a la necesidad histórica del
hombre de tratar de explicarse e influir sobre los
fenómenos de la naturaleza, en la pretensión de su
control a través de festejos propiciatorios, y el otro
conserva estructuras propias de medios urbanos y clases sociales
no concordante con el campesinado, las cuales, al ser retomadas
por este, sufren adaptaciones y variantes correspondencias con el
ámbito de reimplantación.

Si nos remontamos a su origen más primitivo,
estas fiestas nos llegan de los rituales que se ofrecían a
los dioses de la naturaleza para que propiciaran abundantes
cosechas. Con el tiempo se convirtieron en fiestas que
incluían teatralizaciones, así como distintas
manifestaciones musicales y danzarías, por lo que
derivó en actividades laicas. No obstante la iglesia
mantiene el culto a San Isidro Labrador, patrón de los
agricultores.

Como su nombre lo indica son festividades de ambiente
rural. En Cuba, responde en general, a un origen hispano y en
especial canario, por su asentamiento en numerosos lugares donde
se dedicaron a varios cultivos, especialmente al tabaco.El
campesino cubano por razones propias de su habitad,
conservó con mayor fuerza las tradiciones propias de sus
tierras de origen, aunque han evolucionado a partir de un proceso
de asimilación y cambio natural en este tipo de
manifestación.

Estas fiestas, casi siempre organizadas por un grupo
familiar, agrupan a los vecinos del lugar, a veces de sitios
cercanos. Sus motivaciones suelen ser disímiles, pues
estas fiestas campesinas responden a una variada gama de
intereses que van de la lógica de diversión y
entretenimiento hasta los de carácter laboral,
conmemorativo, lucrativo, carnavalesco y religioso. Cada uno de
estos intereses o motivaciones se subdividen, a su vez, en
correspondencia con la actividad específica
dada.

Si una motivación es laboral puede poseer tres
vertientes: comienzo de cosecha, fin de cosecha o ayuda mutua
entre vecinos. La conmemorativa responde a acontecimientos
familiares: bodas, bautizos y cumpleaños, o
acontecimientos de especial valor entro del grupo, como algunos
hechos de significación patriótica o social. Las
fiestas adquieren un carácter lucrativo cuando se realizan
con el propósito de recaudar fondos con beneficios
públicos, construcción de un bien común o el
mejoramiento de los existentes o con beneficio privado,
enfermedad de algún familiar o vecino.

La celebración del día asignado en el
santoral católico como propio del santo o deidad venerada,
por el cumplimiento de una promesa, la petición de
algún deseo o milagro y el propiciatorio de un resultado
esperado, conforma las motivaciones religiosas. Por
último, han aparecido restos de festejos, cuya
razón de ser fue carnavalesca, como en el caso de las
fiestas campesinas de mamarrachos o maharrachos; especie de
mascaradas que se trasladaba de casa en casa en casa en toda
sitiería o barrio rural.

La música también ocupa un lugar
importante dentro de las fiestas campesinas. La misma constituye
la base fundamental de su desarrollo, al igual que el vestuario y
las formas de baile. Esta es de vital importancia en cualquier
celebración campesina.

La música campesina es parte del proceso ocurrido
en los siglos XVI y XVII en España y la confluencia de
aquellos elementos portados por los conquistadores y emigrantes
del sur de la península, que fueron nuestros pobladores
primeros, ocurriendo en Cuba la cristalización de
géneros de canto, por ende, muy similares a los que
estaban surgiendo en las zonas de origen, pero en cada
región tomaron caracteres y nombres particulares, las
cuales fueron mutándose de acuerdo con las funciones
sociales específicas de cada pueblo.( Linares Savio; 1999:
32).

En esta idea se enmarca la savia fundamental de la
fusión de los elementos de orígenes en la
música cubana. Aunque no es un aspecto conceptual,
propiamente dicho, si revela la peculiaridad con que se asume
esta expresión cultural. Su diversidad está
condicionada por factores tanto geográficos, como
sociales, económicos, políticos y de toda
índole. Pede que su esencia, en términos generales,
no pierde sentido, pero cada pueblo la adopta y la hace suya en
diversas maneras de expresión, así se distinguen
los cantos por diferencias zonales, ya sea caracterizado por el
tipo de actividad económica que desarrollen o por sus
modos, usos y costumbres.

La música campesina es por consiguiente una
música propiamente del pueblo y para el pueblo, hasta tal
punto que se podría hablar de la historia del país
a través de la historia de su música.

La música campesina popular y tradicional sin
excepción, significa por el amplio legado que de varias
generaciones que quedan y prosigue en las nuevas. Debido a su
profundo carácter tradicional, es la expresión
musical que menos se ha visito afectada ante los nuevos cambios,
en el sentido de que sus portadores poseen un arraigado sentido,
aunque quizás se le considere, por muchos jóvenes,
música propiamente de campesinos y todos logren una
importante identificación con ella, es cierto que en su
base se funda gran parte de la idiosincrasia del
cubano.

A lo lejos una tonada campesina, nos trae el recuerdo
ancestral del lamento árabe, o quizás el ronco
gemido de canto gitano, no es casual, es la savia que asciende
desde las profundidades de la historia, por la raíz de
nuestro pueblo, crisol, donde, tras la imprescindible
maceración ha surgido nuestra música.
(2002:21)

Ante esta idea se defiende, la inevitable
relación de la música cubana con su procedencia,
naciente como fruto del maltrato de muchas culturas en las que se
fue formando la autoconciencia nacional, y la música en su
proceso de transculturación, se fundió como
símbolo para la defensa de la identidad.

Ha servido como medio de comunicación e
interacción entre los pueblos y manifiesta en su
contenido, los rasgos de diferentes culturas, los acontecimientos
principales de la vida, la historia de los pueblos, y un conjunto
de elementos van construyen una realidad, que expresa los valores
nacionales centrales de la sociedad.

Entre sus expresiones más representativas, se
encuentra la décima. El abordaje al tema, desde esta
visión, subraya la significación que tiene la
décima para la historia de la nación, ya que esta
expresión, recrea el mundo simbólico de sus
portadores y de los cambios sociales que transcurres. Es
reconocida como cronista de todos os tiempo. Su espectro abarca
cada circunstancia de la vida social. Su estrofa es utilizada
para diferentes géneros, muchos son las guajiras, sones y
el punto en general que hacen gala de esta estrofa, denominada y
reconocida como la estrofa nacional cubana.

Es considerada un signo de identidad y con profundo
carácter popular, pues es una manera, que tienen los
habitantes de construir la historia, de conformar los gestos de
la nación, en sentido general "es la música que
mejor nos define" (Leyva; 2002: 62). Desde sus orígenes es
el modo de expresión preferido por los poetas y los
improvisadores a lo largo de todo el archipiélago. La
inmortalidad de los géneros musicales que la han utilizado
se debe precisamente, a la memoria viva, escrita por la mano de
los mejores poetas cubanos.

Las fiestas campesinas con plena vigencia resultan, por
lo común casos típicos de adaptación de
estructuras festivas originadas en un medio urbano y propias de
clases sociales no emparentadas directamente con la vida rural
.Aquí los campesinos han conseguido consustanciarse con el
nuevo medio, pervivir, y conservarse, a despecho de las
modificaciones que los años imponen a todo lo que se
convierte en tradicional.

Existen cuatro estructuras bien definidas dentro de las
fiestas campesinas, las cuales pueden adecuarse a varias de las
motivaciones antes expuestas: changüí, parrandas o
guateques, torneos o fiestas de bandos; altares, velorios o
alumbrados, y fiestas de tambor.

Guateques

Es una fiesta que se caracteriza por una pequeña
reunión de familiares y vecinos, en la cual se relatan
cuentos, se participa en juegos de entretenimiento, se baila, se
canta y se establece el singular diálogo de la
improvisación en versos acompañados de
música.

La antigüedad de estas fiestas no ha podido
precisarse, pero se organizaron de forma espontánea desde
los primeros asentamientos historiados de trabajadores de tierras
en nuestro medio. A estas asistían todos los vecinos de un
barrio, batey, sitiería o colonia, con la excepción
de algunas regiones donde era muy fuerte la práctica de la
segregación racial, aún para dichas fiestas, en
estos casos, las familias blancas y negras de una misma zona
realizaban sus guateques por separado.

Al referirse a la palabra guateque nos referimos a
changüí. Por lo que podemos suponer que, en ese
momento, esta última era la voz más usual, y la
describe como bailecito y reunión de gentualla, a estilo
de cuna.

En cuanto a la expresión parranda campesina, no
se ha hallado referencia peo puede definirse como
diversión con alboroto y jarana. Grupo de personas que
salen de noche tocando y cantando para divertirse.

Un guateque, changüí o parranda puede tener
como fin el simple entretenimiento o una motivación de
carácter laboral, como los guateques de comienzo de zafra
y las cobijas o juntas. También conmemoraciones de bodas,
cumpleaños, bautizos y otros fechas de especial
significación para el grupo, entre ellos las fiestas de
fin de año.

Fiestas de torneo
o de bandos

Estos pueden realizarse solo formar parte del guateque.
Las formas culturales propias de una sociedad feudal como los
torneos se mantuvieron entre las costumbres tradicionales de la
nación. En América, el caballo resultó,
además un aliado fundamental para el conquistador y
llegó, incluso a formar parte indisoluble de su
vida.

Los torneos, distracciones de las clases más
acomodados de la colonia devinieron diversión
idónea del campesino cubano. Adaptadas al nuevo medio con
múltiples variantes como la corrida de cintas o de
argollas etcétera.

Altares de
cruz

El análisis de los orígenes, desarrollo y
transformaciones de la festividad, corresponde a la presencia en
zonas campesinas, su alto grado de pervivencia en ellas hasta los
años 60 del presente siglo y la presencia de caracteres
distintivos en comparación con el medio urbano.

Velorios

Estas fiestas, aún vigentes en las zonas rurales,
también de tradición hispana y católica,
consisten en el velorio y alumbrado ofrecido a un santo. En este
caso es una cosa, donde se le coloca la imagen, se le rodea de
velas encendidas, de flores y frutas, y alrededor se sientan los
invitados para, con su presencia demostrar al santo su
veneración.

La actividad se realiza durante veinticuatro horas. Los
asistentes, reunidos en torno al santo, desarrollan varias formas
de entretenimiento, ofrecen un modesto refrigerio con
café, galletas etcétera. En ocasiones se baila,
pues no es lo establecido comúnmente en este tipo de
reuniones festivas. Ejemplo en Villa Clara, Santi
Espíritus, Matanzas y la Habana a mediados de los
años 80.

Procesiones y
mascaradas

De este tipo de actividades festivas encontramos
procesiones a San Isidro, patrón católico de los
ladrones. Ella se realiza cuando había un tiempo de seca
prolongado y los vecinos llevaban al santo a dar una vuelta por
los sembrados, para que se conociera el estado en que se hallaban
por falta de agua y luego se le sumergía en el río,
poso o arrollo cercano. Durante todo el tiempo se le cantaba y
rezaba para recibir su apoyo.

Tambor
Yuca

La fiesta tambor yuca se efectuaban los Domingo
día en que tradicionalmente los esclavos podían
cantar con algunas horas de asueto. En esta fiesta donde se toma
aguardiente y se come cerdo asado sobre ramas, se baila y se
canta, realizándose competencia entre los solistas (o
gallos). El nombre proviene del grupo de tambores que se utilizan
en la visuna.

Podemos afirmar que la mayoría de las fiestas
antes mencionadas tiene origen hispano, la mayoría eran
grupos de trabajadores de la tierra en la zona rural del
país, son tan campesinas y tradicionales que son incluidas
dentro del conjunto de festejos desarrollados por el campesinado
cubano de hoy día.

Las fiestas
populares campesinas vigentes en la comunidad El
Palenque

En la comunidad el Palenque lugar donde centramos
nuestra investigación, existen vigentes algunas
tradiciones de las fiestas populares campesinas como las fiestas
de torneo o de bando, que en la comunidad no son reconocidas con
ese nombre. Porque las fiestas que se realizan las denominan como
la flor de virama y dentro de esta fiesta es realizan
ellos las corridas de cintas y demás actividades. Por lo
que podemos decir que estas actividades al enfrentarse a un nuevo
medio sufrieron adaptaciones. Es muy importante recalcar que esta
se estuvo realizando hasta el año pasado porque la
dirección de cultura decidió que no se iban a
realizar más en las comunidades.

Otras de las fiestas tradicionales en la comunidad es la
del 17 de mayo día del campesinado cubano. Ese
día en las cooperativas dígase las CCS
conjuntamente con los campesinos aleados a la misma y los
comunitarios disfrutan de buena música, les ofrecen
comida, traen termos de cerveza, además muchas veces han
traído órganos de música molida, con el
financiamiento de la propia cooperativa.

También encontramos otra tradición el
altar de cruz de un poblador, que se ha convertido en
tradición de la comunidad. Todos los años en el mes
de julio se celebra esta fiesta. Nos contó su dueño
que el no realiza esta fiesta por promesas ni nada, sino que
él desde pequeño se crió en ese contexto y
lo único que él hizo fue seguir su
tradición.

Muchos son los comunitarios que asisten las fiestas
antes mencionadas pues con el decursar de los años se han
mantenido vigentes en la comunidad. Además estas ayudan a
que los propios comunitarios no vea a su entorno monótono,
estático y demás aspectos que de cierto modo pueden
afectar el desarrollo sociocultural de las personas que conviven
allí.

Conclusiones

La fiestas populares tradicionales campesinas
contribuyen a la conformación de la Cultura Popular
Tradicional a través de las diferentes tradiciones
culturales: los guateques, los velorios, las parrandas, los
cultos a los santos, las fiestas tradicionales de
celebración de fin de año, la culinaria, y entre
otros elementos los cuales forman parte de nuestra cultura
cubana.

Las fiestas populares tradicionales campesinas
contribuyen a la conformación de la Cultura Popular
Tradicional manteniendo la vigencia de las mismas en las
comunidades, que van trascendiendo de generación en
generación.

Bibliografía

  • Atlas Etnográfico de Cuba. Cultura Popular
    Tradicional. CD.

  • Cultura popular tradicional. Centro
    Juan Marinello. 1999.

  • Diccionario manual de la Lengua Española.
    Editorial Pueblo y Educación, la Habana, Cuba
    1976.

  • Diccionario del pensamiento martiano. Valdés
    Galárraga, Ramiro. Editorial de Ciencias Sociales, La
    Habana, 2003

  • Fiestas Populares Tradicionales Cubanas. Colectivo
    de autores. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
    1998

  • Fiestas y tradiciones cubanas. Virtudes Peliu
    Herrera. Editorial de Investigación y Desarrollo de la
    Cultura Cubana Marinello, la Habana, 2003.

  • Guanche, Jesús. Procesos
    etnoculturales de Cuba. Editorial Letra cubanas
    1983.

  • La Cultura popular tradicional en Cuba.
    Experiencias compartidas. Guanche, Jesús. Editorial
    Argelio Centro Nacional y Escuelas de arte, Ciudad Habana.
    Cuba, 2011.

  • Martínez Casanova, M. Cultura
    Popular Tradicional. Selección de textos y materiales.
    2008. UCLV.

  • Chao Carbonero, G y S. Lamerán. Folklore
    cubano I, II, III y IV. Guía de Estudio. 1979.
    Editorial. Pueblo y Educación.

 

 

Autor:

Lic. Yaimé Domenech Corrales.

Profesora Asistente Universidad de Granma.

Lic. Elena María Díaz
Rosabal.

Profesora Asistente Universidad de Granma.

Lic. Ana Elisa Gorgoso Vazquez .

Profesora Instructora Universidad de Granma.

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter