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Historia narrada por un Sargento primero de la Legión Infernal de José Tomas Boves



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    Historia personal narrada por un Sargento de la
    Legión Infernal de José Tomás Boves –
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    Historia personal narrada por un
    Sargento de la Legión Infernal de José Tomás
    Boves

    Mi nombre es "Inocencio del Carmen Figueredo",
    nací el 28 de diciembre de 1794, cerca de las orillas del
    Río Matiyure, o sea veguero de pura cepa, la noche que
    nací, algo extraño sucedía, porque a pesar
    de no ser época de lluvia en el llano, se
    desprendía en la sabana un descomunal palo de agua, con
    truenos y centellas, vine al mundo ayudado por las manos benditas
    de una comadre de mi mama, de nombre Paula Osorio, mi mama
    me contaba que su comadre le decía, que ya yo venia
    bautizado por las aguas benditas que caían del cielo y la
    luz que emitían los rayos eran un presagio de que seria
    alguien muy importante en la vida, así mismo le
    decía que no se asustara con los truenos porque esa era la
    música angelical del cielo, regalo de los Ángeles
    por mi nacimiento, o sea, había fiesta y alegría en
    el cielo; hablando de bautizo, en la región que
    vivíamos no había cura ni iglesia, así, que
    me echaron el agua un domingo en la tarde en mi propia casa con
    la presencia de unas viejas rezanderas y de paso eran medio
    brujas, como mi papa y mama eran un par de negro, bastante altos,
    y mi papa un negro fornido y musculoso, yo también
    salí negro feo y bembon, pelo ensortijado, para completar
    la nariz chata y aplastada hacia los cachetes, a pesar de todo,
    las viejas de la época decían que yo era un negro
    bonito, ya de hombre, me di cuenta que todo era cortesía,
    mi mama se sentía orgullosa de que dijeran que yo era
    bonito, mi mama negra, se llamaba Matilda y mi papa negro,
    se llamaba Casildo, ambos eran esclavos o peones, que para
    la fecha era igual, en el hato "Las Cenizas;" recuerdo
    claramente que todos los días de madrugadita, me
    levantaban y me entregaban un balde y un rejo, para que me
    familiarizara y aprendiera las labores del llano, empezando por
    el ordeño, así mismo recuerdo, que tendría
    como nueve años y mi papa negro, que era amansador de
    caballos, una mañana como a las seis monto un potro
    cerrero color zaino, el potro le corcoveo un trecho bien largo y
    no logro sacárselo de la silla, después que se apeo
    del potro se dirigió a mi y me dijo: -móntese y
    no lo quiero ver en el suelo.

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    Como mi papa negro, era muy jodido, me monte en el potro
    con el corazón que se me salía por la boca, antes
    de destapármele los ojos, me pregunto:

    -¿esta cagao?, porque si esta cagao lo mando a
    la cocina con las mujeres pa que aprenda a cocina y no lo quiero
    ver mas en los corrales haciendo trabajos de hombres-
    me
    llene de valor y le dije autoritariamente
    destápemelo-
    lo destapo y el potro me corcoveo con muy
    malas intenciones, pero no logro zafarme de la silla o mejor
    dicho el fuste forrado en cuero, hice lo que hacia mi papa negro,
    correrlo en la sabana y cansarlo para que se fuera amansando, y
    no le quedaran mas ganas de corcovear, para correrlo le daba
    chaparro duro en las ancas y el potro entendía mi
    intención de los chaparrazos, cuando regrese al hato,
    claro con la madrina que era un negro de nombre "Mindiola"
    me baje del potro y creía que mi papa negro me iba a
    felicitar por mi proeza, cual no seria mi sorpresa que ni
    siquiera me pregunto como me fue, tuve el privilegio de
    bautizarlo con el nombre de "Soga arrastra" porque desde
    que lo monte se soltó una soga que tenia y la estuvo
    arrastrando todo el tiempo que estuve montado, desde ese
    día, cada vez iban amansar un potro, me daban el
    privilegio de ser el primero que lo montara, sucedió un
    día en la mañana, apenas despuntaba el astro rey,
    el dueño del hato Don Justino Contreras, me llamo y
    me dijo: -negro ahí te tengo un regalito- y llamo a un
    peón de nombre Agustín y le dijo-, tráigame
    la vaina que le tengo al negro,- el peón cumplió la
    orden y me trajo un potro bayo cabo negro con los ojos tapados,
    de tres años que todavía estaba cerrero, Don
    Justino me pregunto,- ¿cuando lo va empezar a amansar,?-
    le conteste,- desde ahorita-
    al día siguiente como a
    las seis de la mañana, lo ensille con los ojos tapados, y
    lo camine hasta fuera del corral, sabana abierta, con el negro
    Mindiola para que me lo apadrinara, me le monte y apenas le
    destape los ojos, me demostró lo cerrero que era, estuvo a
    punto de tumbarme, pero me acorde de mi papa negro y le di
    chaparro hasta el cansancio, por fin dejo de corcovear y me lo
    lleve a la sabana, lo corrí y lo mantuve caminando como
    dos horas, con pura rienda, al final me di cuenta que estaba
    cansado, mas cuando el negro Mindiola me dijo -ya esta bueno,
    vamos a regresar porque el potro se esta agotando y eso no es
    bueno-
    regresamos al hato, para que tomara agua, lo
    desensillé y lo solté en el corral con un buen
    pasto y bastante agua, el negro Mindiola se reía y me
    decía, -carajito eres un jinetazo, como el viejo
    Casildo, na guevonaaa…
    mi papa negro me pregunto,-
    como lo vas a bautizar y le dije, bueno ya le tengo el nombre,
    se va a llamar "mira quien viene"
    logre amansar el potro, que
    hasta los muchachos del pueblito se montaban, se convirtió
    en un potro manso al extremo, pero muy brioso, lo entrene para el
    coleo y daba mucho que hablar, por su forma de ayudar al jinete,
    y en todas mis aventuras de hombre me acompaño hasta el
    final.

    En vista de que vivíamos completamente aislado de
    la civilización, vivíamos tan lejos, que los
    llaneros decíamos "Esta es la tierra de mas lejos que
    mas nunca"
    las noticias del resto del país llegaban
    hasta con tres meses de retardo, solo cuando un pulpero de
    Calabozo, andaba en sus correrías comprando ganado
    barato, cuero de reses, pieles de caimán y babos, plumas
    de garzas y todo aquello que le produjera ganancias para su
    negocio, era, cuando el nos enteraba de lo que sucedía en
    el interior del país, este señor pulpero, era una
    persona que se había ganado el respeto y admiración
    de los lugareños, lo veíamos como un hombre
    conocedor de todo y muy trabajador, era un llanero mas, todos los
    lugareños creíamos que era nativo de la capital,
    posteriormente, supimos de boca de el mismo, que era
    español, era un catire pelo rojo, bien sancochado por el
    sol, y siempre hablaba de negocios y de un abasto que tenia en
    Calabozo, conocida en el pueblo como "La Asturiana," y
    cuando el salía hacer sus diligencias llano adentro,
    dejaba encargado del abasto a un indio de nombre Anselmo
    Aguilera
    .

    Con el correr del tiempo, había aprendido todos
    los oficios o faenas del llano, mi primera lección del
    llanero fue, preparar las reses que iban a ir al frente de las
    manadas como madrinas del resto, cuando mataban a una res y la
    despresaban, junto a mi papa negro, preparábamos el cuero
    para hacer sogas, el me decía que era importante en el
    llano saber terciar soga, porque esa era uno de los herramientas
    de trabajo mas importante del llanero, y que nunca nos
    podía faltar en el caballo, una cobija burrera, una
    campechana y un pote de mata gusano, la panda al lado de la
    silla, por si tenia que usarla para abrir una pica o desmontar
    algo, a todos esos consejos le prestaba mucha atención y
    los ponía en practica, me iba explicando el por que eran
    importante, decía: la soga, por si esta arreando ganado y
    se encabrita y esgarita una res, debe seguirla y enlazarla y no
    hay nada mejor que una buena soga, la una cobija burrera, por si
    nos agarra la noche y aun el día y se desprende una
    aguacero con gotas de las que llaman mata sapo, debemos
    colocárnosla para evitar una fiebre o alguna enfermedad
    como un catarro o resfriado, la campechana, uno no sabe cuando
    vamos a tener que dormir en pleno llano, y así evitamos
    dormir en el suelo por las culebras y otros bichos que andan de
    madrugada, y el pote mata gusano, si el caballo se nos rompe o
    hiere con algo debemos curarlo y embadurnarlo con la mata gusano
    a fin de espantarle las moscas que son las que producen el
    gusano, al final me dijo, se me olvidaba nunca abandone una
    latica de chimo y una botellita de aguardiente, por si sufre la
    picadura de una culebra, agarra una mascá de chimo y con
    el aguardiente hace una pomada y se la unta en la marcas de los
    colmillos y el veneno se sale, en practica, amansar potros
    cerreros, herrar, curar las reses en la sabana, pastorear las
    veinte y cuatro horas del día, castrar caballos y toros
    bravos, ordeñar hasta quince vacas en una mañana,
    naricear un toro bravo y sacrificar cualquiera res que se
    necesitaba por enfermedad u otra razón, las empalizadas en
    el llano eran fundamentales, a fin de demarcar los potreros con
    buen pasto y descansar la tierra después de una cosecha,
    para las bestias es muy necesarias el agua, sobre todo en verano
    , por eso es que se necesita mantener los préstamo,
    limpiarlos y ver que no tengan latas, pedazos de hierro y
    animales muertos, otros porque con eso se contamina el agua del
    ganado, con relación a estos estanques de agua, hay que
    ser muy prudente si alguien decide bañarse en el; en una
    oportunidad un peón del hato, decidió
    bañarse en uno que estaba cerca del río, resulta
    ser que no se dio cuenta, que un caimán se había
    apoderado del préstamo, y allí, ni los animales,
    caballos y reses, se acercaban a tomar agua, bien el infeliz, se
    sumergió en las aguas del préstamo y no salio mas a
    la superficie, ya que el caimán estaba esperando a
    algún incauto para darse un buen festín,
    posteriormente cazaron y mataron a el caimán, pero ya no
    era uno, sino dos que habían emigrado del río; con
    un viejo músico del pueblo, aprendí a tocar el arpa
    y la bandola, instrumento este que me gustaba mas que el arpa,
    por dos razones, una, es sumamente liviana y la otra porque es
    una mandolina mas refinada y habla cuando se toca, también
    aprendí una actividad que era mi gran pasión y que
    ya de adulto me sirvió para defenderme de los posibles
    enemigos que se le atravesaban a uno en el camino, gracias a mi
    papa negro, que me lo enseño, así como todas las
    otras faena, patrimonio del llano, tierra de nadie.

    Todo esto se inicio, cuando un día domingo me
    encontraba debajo de un frondoso árbol de merecure, y
    estaba arreglando un cuchillo para colocarlo en la punta de una
    vara del mismo árbol, el merecure, con el fin de hacerla
    una lanza y poder pescar con ella en el río, mi papa negro
    me contó que el había hecho lo mismo, pero lo que
    mas le gustaba era alancear venados y chiguires en plena carrera
    y a caballo, y que yo debería aprender esa destreza porque
    el estaba seguro que me iba a gustar, lo de la pesca, era una
    excusa, porque la estaba construyendo para pescar caimanes y
    sacarle algo de plata con la piel, la cual era muy codiciada por
    los comerciante que venían de vez en cuando al llano y se
    llevaban grandes cargamentos de estos rublos, el cuero de los
    babos y caimanes, los comerciantes lo exportaban al exterior,
    particularmente a Europa, y en esa época, servían
    para adornar y decorar las Cortes Europeas y otros uso en esas
    tierras lejana.

    Cuando estaba cumpliendo diez y seis años,
    perdí a mi papa negro, el fue mi maestro y para mi, se me
    había acabado el mundo, el era mi confesor, y cualquier
    duda la consultaba con el, que a pesar de ser un papa negro
    inculto, era una enciclopedia en conocimiento producto de su
    experiencia, todo lo que aprendí se lo debo a el, pero con
    su ausencia la vida ya no era igual, mi mama negra, me trataba de
    consolar y decirme muchas cosas bonita, pero eso no servia para
    que mi papa negro, regresara adonde se había ido, yo
    decía que al cielo.

    Cuando salía a sabanear, me iba a la orilla del
    río Matiyure y en los bancos de arenas, trataba de
    alancear a los caimanes, con el propósito señalado,
    la mayoría de las veces no lograba el éxito
    deseado, no tenia la puntería ni la destreza requerida
    para tal actividad, un buen día salí en mi caballo
    y me prometí, traer un caimán y después de
    tanta lucha en la orilla del río de lanzar mi lanza a unos
    caimanes, logre atrapar uno de ciertas dimensiones, lo mas
    difícil para mi fue sacarlo a la orilla del río y
    matarlo para quitarle la piel, al fin lo logre, pero me llevo
    toda la mañana y la tarde en esta actividad, regrese a al
    rancho bastante cansado por el batallar con el caimán, al
    día siguiente probé con unos venados, mas
    difícil todavía, pero al final me volví
    diestro en esta practica, en mi caballo a toda carrera, cuando
    perseguía con mi lanza a un venado en plena sabana o un
    chiguire, era seguro que perdía el combate
    conmigo.

    Las actividades rutinarias se repetían día
    tras día, se conocía de los movimientos
    políticos en la capital del país, Caracas, pero
    todo era a cuentas gotas, un lunes en la mañana llego al
    pueblo montado en una mula el español que andaba comprando
    pieles y ganado, ahí aproveche para sacar unos pesitos por
    el caimán que había capturado y sacrificado en el
    río Matiyure, le preguntamos como andaba la vaina por la
    capital y el muy emocionado nos contó que pronto Venezuela
    se sacudiría el yugo español, contento por los
    acontecimientos del 19 de abril, ahí nos estuvo contando
    todo lo que había acontecido y después se retiro
    con la promesa que al regresar nos traería noticias
    fresquita del acontecer político en la capital, se
    despidió y se marcho a calabozo.

    Como en los caseríos cerca del Matiyure no
    existían las fiestas patronales ni un santo a quien
    venerar, la gente del pueblo se entusiasmaba y en cualquier mes o
    semana, preparaban con el apoyo de los hacendados del lugar, unas
    pequeñas fiestas de pueblo, con sus conjuntos de
    música llanera, toros coleados y otros evento mas
    inherentes al llano, eran un parada obligatoria a las actividades
    del pueblo, seleccionábamos a la muchacha mas bonita y la
    hacíamos la Reina de las festividades las cuales se
    iniciaban el viernes y terminaban el domingo, el lunes regresaba
    la rutina y la soledad que caracterizaba al lugar.

    Una semana después de las fiestas, se
    apareció por el pueblo un comprador de ganado, quien era
    llamado "El caminante", muy amigo del español, como
    este tenia mucho tiempo sin aparecer por el pueblo, le
    preguntamos que sabia de su compañero de calabozo, y nos
    dijo que lo habían hecho preso en San Carlos,
    actualmente estaba preso en Calabozo, porque le endilgaron que el
    estaba de acuerdo con los llamados realistas o sea los que
    estaban de acuerdo con el Rey de España y de paso lo
    acusaron que el era un espía de ellos, por lo tanto un
    juez sin prueba alguna, lo había condenado a la pena
    capital y todos sus bienes se los habían confiscado, fue
    condenado a recibir cien latigazos en la plaza delante todo el
    publico presente, y de paso la población, a la que el
    ayudaba le quemo la pulpería y le mataron a su empleado,
    el indio Anselmo, noticia que alarmo a la comunidad, porque tenia
    fama de buena persona, Inocencio, que era muy allegado a el, lo
    lamentaba a cada instante.

    Pasaron los meses y una mañana se presento el
    español rondando por los lados del matiyure, con un tropel
    de jinetes a caballos, y en la primera casa que paro fue en la de
    la negra Matilda, la mama negra de Inocencio, pregunto por
    mí, mi mama negra le dijo que estaba en la sabana
    recogiéndole un ganado a Don Justino, el español le
    dijo que me iba a esperar, ella le preparo café y el me
    espero que yo llegara de la faena, al poco rato llegando al
    rancho, me puse algo nervioso, cuando note la cantidad de
    caballos y el centenar de jinetes acampando en los corrales y los
    frondosos árboles que adornaban el lugar, me fui acercando
    lentamente y con un escapulario en la boca, pidiéndole a
    mi Dios que no fuera nada malo, en una de esas el alma me llego
    al cuerpo, cuando vi a mi mama negra hablando muy cordial con un
    personaje, conocido y apreciado por mi, era a quien llamaba el
    español, apresure la marcha amarre mi caballo en un
    botalón y corrí al encuentro de mi amigo, que
    aunque no sabia su nombre de pila, me le acerque y lo abrace con
    mucho cariño, el me correspondió de igual forma, me
    narro todo lo que le había sucedido, lo que considere
    habían cometido con el, la peor injusticia con un ser
    humano, que lo que hacia era trabajar y dar trabajo, me explico
    con lujo de detalles, cual era su intención de andar por
    esos lares, y de paso me pidió que me enrolara a el, ya
    contaba con diez y ocho años, le prometí que me
    iría con el hacerle la guerra a los señoritos de
    Caracas, de paso le pregunte, cual era su nombre, porque yo lo
    conocía como el español, el me contesto que todos
    los hombres que conformaban su improvisado ejercito lo llamaban
    "el Taita Boves" le pregunte si conocía a "Don
    Justino
    ", me dijo que no, y a la vez me pregunto si era una
    persona de confiar, se lo asegure por sus acciones humanitarias
    con los pobladores del pueblo, lo invite a que fuéramos a
    visitarlo y le explicara la razón de su cometido, nos
    fuimos todo el tropel de jinetes, al Hato Las Cenizas, y al
    llegar estaba Don Justino supervisando un herraje que se estaba
    efectuando en uno de los corrales, cuando nos vio, salio a
    nuestro encuentro y después del saludo de rigor, nos
    invito a pasar al corredor de la casa del hato, allí el
    "el Taita Boves" le explico con lujo de detalles cual era
    la razón de su empresa, hacerle la guerra al lado de los
    realistas a los señoritos de Caracas, Don Justino, muy
    inteligente aprobó todo lo que le contó el taita,
    de paso le puso a la orden su hato y le ofreció ayuda
    económica por si la necesitaba, el hato, para cuando
    quisiera a descansar, le pregunto al Taita si habían
    comido, la repuesta fue negativa, llamo al peón
    Agustín
    y le ordeno le matara una res para los
    soldados y su jefe, diligentemente, todo se cumplió al pie
    de la letra, lo cual dejo a Boves muy complacido y contento, se
    despidieron de Don Justino, y allí aprovecho Inocencio,
    para informarle que a partir de ese momento se encuadraba en el
    ejercito del Taita.

    Cuenta Inocencio, -Me fui casa de mi mama negra y la
    abrace, además le conté mi nueva empresa, le dije
    con lagrimas en los ojos, me voy mama negra, algún
    día regreso, echeme la bendición que yo
    jamás la olvidare, la quiero mucho, bendición mama
    negra, pídale al alma de mi papa negro, que me proteja y
    cuide, ella no boto ni una lagrima, pero me abrazo tan fuerte que
    sentí el amor que por mi sentía, al final me dijo,
    no lloro hijo, porque yo no se llorar, pero de que lo quiero lo
    quiero, en ese momento, le di la espalda y Salí a
    encontrarme con mi nueva familia, los soldados del
    Taita.

    Antoñanza, fue otro jefe realista que
    combatía a los republicano, al llegar a Calabozo,
    conoció de los desmanes cometidos con Boves, a quien no
    conocía en persona, lo libero y le recomendó lo
    siguiente, "Hágase sentir en todas las poblaciones por
    las que atraviese, de tal forma lo recuerden eternamente"

    aprovechó para nombrarlo, jefe militar del llano con
    asiento en Calabozo, y para planificar su marcha hacia el centro
    del país, a fin de apoderarse de las principales ciudades
    de la republica, como la Victoria, Maracay, Valencia y otras
    pequeñas poblaciones que eran necesarias para ir ganando
    terreno para su lucha en contra de los patriotas, en vista de la
    confianza que le tenia a Inocencio, lo nombro su ayudante
    personal, allí empezaba la vida militar de este humilde
    muchacho del llano.

    Como su abanderado que yo era del Taita, me entrego una
    banderola negra con una calavera sobre dos huesos y me dijo eso
    representa la muerte, cuídela y protéjala, igual
    que a su vida, al día siguiente iniciamos marcha hacia el
    centro del país, confieso que estaba nervioso, pero ya la
    cartas estaban tiradas y teníamos que esperar que nos iba
    a deparar el destino, el día estaba algo nublado pero
    había una brisa que refrescaba el ambiente, "durante la
    marcha todo era mamadera de gallo, de vez en cuando se la
    dedicaban a algún soldado, como por ejemplo, decía
    alguno, -anoche canto la pavita en la pata del palo donde
    dormía Basilio y hoy amaneció con una cara de
    muerto que asusta, y se le quedaban viendo, otros hablaban de
    cuando llegaran a tal sitio que iban a descargar sus
    frustraciones y limitaciones con un tal fulano, todo eran planes,
    estos comentarios nos ayudaban a recorrer kilómetros sin
    darnos cuenta que nos estábamos acercando a zonas
    peligrosa, las cuales estaban tomadas por el enemigo, que eran
    los patriotas, las ordenes que gritaba el Taita, eran, que no
    quería a nadie vivo, los heridos había que matarlos
    de una vez y los prisioneros pasarlos por las armas,
    también nos decía que no quería ver muertos
    y herido de su ejercito abandonados en la sabana, teníamos
    que ayudar a los heridos y enterrar a nuestros muertos, por eso
    que esas sabanas están llenas de tumbas que no poseen
    identificación alguna, teníamos que pelear hasta
    exterminar al ejercito patriota; durante el recorrido, el aroma
    del ambiente era una combinación, de olor a sudor de los
    caballos y el sudor de los jinetes, mas la polvareda que
    levantaban los seis mil jinetes del Taita Boves, faltaba un nuevo
    ingrediente, como era el olor a sangre fresca y mas aun cuando se
    secaba bajo los rayos del sol."

    En la medida que íbamos avanzando oía
    relato de los soldados y las decisiones del Taita Boves, una de
    ellas era que a los desertores había que aplicarle la pena
    capital, ya que el consideraba era una traición a la causa
    por la cual estaban combatiendo, también me di cuenta que
    ya habían tenido encuentros con el ejercito republicano y
    muchos de los presentes ya habían recibido su bautizo de
    fuego, yo si note que el Taita usaba una guerrera azul, con
    botones dorados y ciertos ribetes del mismo color, la misma la
    llevaba abierta y por debajo el pecho al descubierto, la gran
    mayoría de nosotros vestíamos con un
    pantalón a media pierna una blusa o el torso completamente
    descubierto y un sombrero ala ancha, como calzado alpargatas y
    otros con los pies descalzos, la gran mayoría de nosotros
    éramos negros, sambos y otros mas lavados, pero el pelo
    ensortijado, y otros con la cabeza al rape o un pañuelo
    que lo usaban debajo del sombrero, como contras usaban una serie
    de collares y rosarios colgados del cuello, con pepas de
    diferentes colores, paraparas, peonías y unos cachitos de
    madera y uno que otro colmillos de cocodrilos, que habían
    pescado en el río Apure y unas matas que crecían y
    se producían en la sabana.

    El Taita se había separado de Cajigal, quien era
    el Comandante de los ejércitos españoles en el
    territorio venezolano, se palpaba en el ambiente que de un
    momento a otro se activarían las operaciones militares,
    como en efecto, el Teniente Coronel Antonio Freytes y los
    Capitanes José Tadeo y José Gregorio Monagas,
    comandaban una columna patriota y ambos ejércitos se
    encontraron en Santa María de Ipire, llevando la peor
    parte del encuentro, la columna Patriota, la cual fue derrotada y
    diezmada por las hordas del Taita, allí fue cuando me di
    cuenta de lo que pregonaba el Taita, cuando capturo a varios
    soldados y oficiales y los paso por las armas, fusilando a los
    soldados y degollando a los oficiales, los comandantes de esa
    columna huyeron despavoridos, yo me sentí extraño
    pero tenia que combatir y hacer una realidad las instrucciones
    del Taita, tomando parte en el fusilamiento de los soldados; me
    impresionó lo versátil que era el Taita, así
    como daba ordenes de cambio de posiciones, atacar a algún
    flanco del enemigo, palpar la debilidad del adversario en
    algún lugar de la columna y proceder a concentrar el fuego
    o las partidas de lanzas en contra de ellos y al final dar el
    puntillazo final para vencer en el combate, luego aparecía
    como un soldado mas, sin arrogancia pero si se le notaba la
    soberbia y el desprecio hacia el enemigo, luego se reunió
    con todos nosotros y nos felicito y arengo a seguir combatiendo
    como lo habíamos hecho, nos permitía la
    individualidad y que cada quien resolviera como lo creía
    conveniente, una vez en el descanso era de nuevo el Taita
    Boves.

    Nos permitía el pillaje, así, que en cada
    población que entrábamos arrasábamos con
    ellas, las mujeres del pueblo nos pertenecían, y algunas
    veces se sucedieron violaciones, ante la mirada y conocimiento
    complaciente del Taita Boves.

    En ese encuentro de Santa María de Ipire me
    había consagrado como un soldado del Taita Boves,
    había sido mi bautizo de fuego, fue sangriento y por que
    no decirlo, de mucho miedo y nerviosismo, pero me conseguí
    luchando al lado mío un viejo veterano y me dijo o
    pregunto si estaba nervioso o asustado, le respondí
    afirmativamente, saco de una mochila que llevaba una botella y me
    dijo
    , -que me echara un trago y que no preguntara que era,
    porque era bastante amargo, sin pensarlo dos veces, seguí
    sus instrucciones, era bastante amargo y con un sabor no
    identificable, me llene de valor y le pregunte para que era esa
    toma, me dijo, para quitar el miedo y esconder los nervios, los
    resultados fueron positivos
    ,-con el correr del tiempo me
    informe que todos los soldados veteranos del Taita, tenían
    en su poder una botella con las tomas, las cuales antes de entrar
    en combate, se tomaban dos o tres tomas de tan desagradable
    pócima, la tal combinación era un compuesto de una
    fruta llamada fruta de burra, aguardiente claro, y una buena
    cantidad razonable de pólvora, dos o tres cartuchos de
    Mauser, y un poquito de pimienta, yo no me podía quedar
    atrás y me conseguí una botella de aguardiente, el
    resto de los ingredientes y procedí a preparar mi Tate
    Quieto, como lo llamaban los soldados del Taita.

    El Taita, era un hombre mas que tranquilo, devoto de San
    Cayetano, a quien todas las noches le ofrecía una vela y
    si no la tenia a la mano, prendía una hoguera en la
    sabana, con la orden a un soldado que se la mantuviera encendida
    toda la noche y madrugada.

    Después del combate de Santa María de
    Ipire, el Coronel Tomas Montilla, fue enviado por el Libertador
    Simon Bolívar, hacia Calabozo con la orden de destruir al
    ejercito del Taita, con unos seiscientos hombres, comandados por
    el Capitán Manuel Cabrera, pero el 23 de septiembre de
    1813, el enviado por el Coronel Montilla, fue deshecho en el
    combate de Santa Catalina, por las tropas del Taita, una vez que
    los patriotas conocieron la debacle del ejercito de Montilla, se
    nombro por ordenes del Libertador al Coronel Campos Elías,
    con 1500 hombres a caballo y 1000 hombres de infantería,
    para que destruyera a Boves en Calabozo-Cuenta Inocencio-que
    ellos poseían 500 infantes y 1000 jinetes, en cuya fuerza
    estaba yo, el Taita cuando supo el avance del Coronel Campos
    Elías, que de paso era su paisano, avanzo en contra de el,
    Campos Elías había derrotado una partida del
    ejercito realista en el Sombrero y el Calvario, y seguía
    triunfante hacia Calabozo, entre tanto los nervios me estaban
    golpeando, al extremo que no me acordaba del Tate Quieto, cuando
    vi a un soldado sacar la botella y tomarse un trago, no me quedo
    mas remedio que imitarlo, el 14 de octubre de 1813, ambos jefes
    militares se encontraron en la llanura de Mosquiteros, y se
    inicio un combate encarnizado, recuerdo que el combate era
    favorable a nosotros, pero no se que le paso al Taita, quien era
    un estratega, por un error táctico, permitió que la
    lucha se inclinara a favor del Coronel Campos Elías el
    desastre de nuestro ejercito fue total, mas la matanza que llevo
    a efecto el Coronel Campos Elías fue bárbara, el
    Taita al ver su fracaso, ordeno la retirada dejando en el campo
    de batalla, mas del setenta y cinco por ciento de nuestro
    ejercito, la dirección que tomamos fue hacia el río
    Apure, a parecer esta derrota nos sirvió para que
    surgiéramos mas poderosos y potentes que nunca.

    En el mes de noviembre, cuando las aguas se alejaron, el
    Taita se encargo de amansar los caballos cerreros y entrenar a
    los nuevos reclutas, así como a los voluntarios, en
    nuestras filas, teníamos desde vegueros, peones, esclavos,
    reclutados en los diferentes hatos y pueblos, negros, sambos como
    yo, es de hacer notar que fueron muy poco los casos de
    rebeldía a plegarse a la causa que estaba llevando el
    Taita, era del conocimiento que aquellos que se rebelaban a el
    guerrero, pagaban muy caro su rebeldía, con la muerte,
    dentro de nuestras filas contábamos con dos médicos
    y tres enfermeros así con un consejero espiritual y un
    sacerdote, cada vez que llegábamos a un caserío
    aprovechábamos las boticas para abastecernos de medicina y
    curas en caso de heridas, y otros implementos
    quirúrgicos.

    La guarnición de Calabozo, había quedado
    desguarnecida, ya que bajo el comando del Coronel Campos
    Elías, se habían desplazado cerca de Araure para la
    batalla que se iba llevar a cabo en Araure, la guarnición
    de Calabozo se la dejo al Coronel Aldao, mientras tanto el Taita
    conociendo la situación de la guarnición, se
    concentro con su poderoso ejercito al sur de calabozo, mas cuando
    se le unió quien iba a ser su segundo, el Coronel
    Francisco Tomas Morales, aumentando su ejercito en 3500 jinetes y
    500 hombres de infantería, el Coronel Aldao al tener
    conocimiento de la concentración del Taita al sur de
    Calabozo, salio a enfrentarlo con solo 1000 hombres, los cuales
    fueron aniquilados en San Marcos, el Coronel Aldao, huyo hacia la
    Puerta, un oficial fue capturado y llevado a presencia del Taita,
    este lo recibió muy cordialmente y lo invito a que
    compartiera el almuerzo con el, invitación que acepto el
    oficial, una vez que almorzaron bajo la sombra de una hermandad,
    una cortesía nunca vista, pidió brindar por la
    batalla que habían librado en San Marcos, una vez
    terminado el brindis, el Taita se dirigió a mi persona y
    en alta voz, delante todos los presentes, me ordeno que matara
    al oficial en presencia de todos, una vez muerto lo decapitara y
    colocara su cabeza en un horcon, para que los señoritos de
    Caracas se dieran cuenta que esa vaina no era juego, que era una
    guerra de exterminio de vida o muerte, en un horcon, la coloque a
    la entrada de Calabozo, orden que cumplí al pie de la
    letra, el Taita, se levanto de la mesa y me felicito
    públicamente, me dijo que me hacia merecedor a un ascenso
    y en ese momento me ascendió Sargento segundo de la
    Legión Infernal,
    nombre con que bautizo su ejercito
    ese mismo día, a la vez participo, que a partir de ese
    momento, La Legión Infernal, portaría tres
    Banderolas, una negra con una carabela al centro la cual
    significaba muerte, a esta se agregarían dos mas una
    banderola roja que significaba sangre y la bandera de
    España, a la vez nos confió, que el combatía
    solo, no le interesaba el Gobierno español ni el Rey, ni
    nadie, su interés era aniquilar y destruir el Ejercito
    patriota y que una vez logrado su cometido, buscar el exterminio
    del Ejercito español, y así tener a la provincia de
    Venezuela bajo su poder y llegar a ser su libertador, de igual
    forma, ese día, bautizo a su caballo, con el nombre de
    Atinoo, un caballo negro bastante alto, sobre el cual resaltaba
    la imponente figura de el Taita Boves.

    A decir la verdad, el Taita todos los días nos
    asombraba con cada una de las acciones y cosas que hacia, pero
    con todas sus extravagancias lo apreciábamos y
    admirábamos, así como tratábamos de imitarlo
    en su comportamiento.

    El ejército del Taita Boves, contaba con 5000
    jinetes y 2000 infantes, así como una artillería
    metódicamente organizada, ese imponente ejército
    del Taita, impresiono a los republicanos, ya que jamás una
    fuerza militar tan potente, había pisado suelo de la
    patria; por su parte, a duras pena, el Libertador logro formar un
    ejercito de 3000 hombres al mando del Coronel Campos
    Elías, con la orden de oponérsele al Taita y buscar
    su destrucción.

    Esta capacidad de organización y hacedor de
    ejércitos, preocupaba a los patriotas, ya que no se
    explicaban cual era la formula del Taita Boves, para conformar
    ejércitos numerosos en tan pocos días,
    después de una derrota, mientras los libertadores con
    muchas dificultades, lograban unos tres mil hombres, el Taita
    Boves de la noche a la mañana conformaba un ejercito o
    montoneras de cinco y siete mil hombres, su ejercito se
    multiplicaba, llego a comandar un ejercito de doce mil hombres,
    entre infantes y caballería.

    El Taita ordena el avance hacia el centro del
    país, ocupando el 25 de enero la población de San
    Juan de los Morros, el 3 de febrero, llega a Villa de Cura, donde
    hizo estrago en la población, sobre todo con aquellos que
    se refugiaron en la iglesia, pasando por las armas al cura del
    pueblo y alanceando a los habitantes que fueron capturados, en la
    puerta principal de la iglesia dejo descargar su sable y
    después con la misma, firmo con letras grandes su nombre,
    Boves; una vez hecho y cometido todos los desmanes posibles, en
    esta población, me paso algo digno de comentarse, cuando
    venia en mi caballo, saliendo de una iglesia, vi un perrito
    amarillo, que me hacia cariño, me meneaba la cola, yo le
    respondí llamándolo perrito, y el muy noble me
    siguió por todo el pueblo, hasta que salimos de Villa de
    Cura, si notaba que el perrito estaba todo el tiempo conmigo y no
    me quedo mas que adoptarlo y bautizarlo con el nombre de
    "centinela" en todos los lances me acompaño hasta
    que me lo mataron en la batalla San Mateo; el 3 de febrero
    llegamos a la puerta, y el Taita Boves, cuando, se da cuenta que
    es el Coronel Campos Elías, quien comanda el ejercito del
    Libertador, me dice,"que le pasa a este españolito de
    mierda, es que no escarmentó desde la ultima vez que nos
    encontramos, hoy la lección va a ser mas dura y
    ejemplar".

    La batalla fue más recia y más violenta
    que la de Mosquiteros, la supremacía del ejército
    del Taita más su habilidad táctica, fue lo que
    decidió la batalla a favor de nosotros.

    La Legión infernal después de la batalla,
    aniquilo todo lo que encontraba en su camino, después de
    esta batalla no existía ningún obstáculo
    para la marcha triunfal a Caracas.

    Recuerdo claramente, la petición de piedad de los
    sobrevivientes, esa batalla fue una de la mas sangrienta en la
    cual haya participado, en el campo de batalla, habían
    quedado unos tres mil cadáveres republicanos, no niego que
    tome parte en varias ejecuciones, pero como estábamos
    embriagado con los triunfo obtenidos mas las motivaciones del
    Taita, para nosotros era un disfrute, era una fiesta pagana, de
    la cual éramos protagonistas, recogimos muchas armas, y
    cartuchos así como guerreras y correajes de los muertos y
    moribundos, todos los cadáveres quedaron en el campo de
    batalla completamente desnudos y sin calzado, aproveche esa
    batalla para apoderarme de una bonita silla de montar que tenia
    un caballo muerto en la contienda, pero no encontré muerto
    el cadáver de su dueño, las batallas era la
    única forma de adquirir botas, zapatos y todo aquello que
    nos cubriera los pies; dentro de los prisioneros, que iban al
    matadero, se capturo al Coronel Jalon, quien fue invitado por el
    Taita a compartir con el una comida, el Coronel comió muy
    poco, y el Taita, le pregunto, -"¿Qué pasa
    coronel, no le gusta la comida que he preparado en su honor?"

    -Y el Coronel le contesto, arrogantemente, -"no es eso
    Comandante, lo que no me gusta es el postre que me van a servir
    al final"
    la repuesta fue, porque los republicano
    sabían, lo que el Taita estilaba con los oficiales que
    tomaba como prisioneros, eran sus invitados de honor y al final
    pagaban con su vida.

    Y así era la dinámica de las batallas que
    el Taita dirigió y comando, con su valor y destrezas, le
    insuflaba a cada uno de nosotros ganas de combatir, no
    existía miedo, nuestra visión era la victoria, la
    palabra derrota no estaba en nuestras mentes; en algunas batallas
    fuimos derrotados, como en la Victoria, en San Mateo, aquí
    el Taita recibió un golpe emocional muy fuerte, cuando en
    uno de los ataques al Ingenio, su caballo murió de un
    balazo en la cabeza, ambos cayeron al suelo y el Taita al darse
    cuenta de esa tragedia, se abrazo de su bruto y lloró
    encima de el, como un verdadero niño, con jipeos y las
    lagrimas que se le confundían con el sudor, en una de esas
    se levanto y viendo hacia el ingenio, levanto el brazo y con el
    puño cerrado, amenazo de muerte a todos los defensores del
    lugar; en la gran mayoría de las batallas, poníamos
    a correr a los señoritos de Caracas, recuerdo que cuando
    llegamos a Valencia, nos presentaron una resistencia que duro
    varios días, al final cedieron, cuando entramos a la
    ciudad, la matanza nocturna fue ejemplar, para todos aquellos que
    se le oponían al Taita, antes, nos embriagamos con todo
    tipo de bebidas, luego irrespetamos a las damas de la sociedad
    valenciana como nos daba la gana y al final el, precio de la
    vida, con violaciones y muerte, reconozco que nos excedimos en
    arbitrariedades pero era un guerra a muerte, producto del celebre
    Decreto de Guerra a muerte, dictado e implantado por el
    Libertador y sus oficiales Comandantes de tropas, los
    Republicanos y la Legión Infernal, hay que tener claro que
    de igual forma como se cometieron matanzas por parte de las
    tropas del Taita, así mismo se cometieron matanzas en el
    lado republicano, no eran ningunos niños de
    pecho.

    Por ordenes expresas del Libertador Simon
    Bolívar, degollaron en tres días a ochocientos
    españoles en la guaira, entre los que se encontraban,
    hombres, mujeres y algunos niños, solo con el
    propósito de frenar las matanzas del Taita Boves, pero a
    el no le importaba lo que hacían los republicanos, solo,
    pagaba con la misma moneda.

    Después del sitio de la ciudad de Valencia, el
    Taita se dirigió a Oriente, pero antes quería
    doblegar a Caracas, lo logro, al final llego a Cumana, Barcelona
    donde los Republicanos pagaron una cuota muy cara en las batallas
    que enfrentaron con el Taita, la ultima fue en la sabana de
    Úrica, su ejercito poderoso e invencible, le
    infringió una vergonzosa derrota a las filas republicanas,
    el ejercito republicanos era comandado por Rivas,
    Bermúdez, Piar, Monagas, Cedeño y Zaraza,
    con
    un ejercito conformado por 4200 hombres entre caballería e
    infantería y una modesta artillería, por la parte
    del ejercito del Taita Boves lo conformaban 7000 hombres de
    caballería y de infantería, el 5 de diciembre de
    1814, hicimos acto de presencia en la sabana de Úrica, el
    Taita que era un gran observador de los Comandantes del ejercito
    patriota, visualizo los seis comandantes presentes en el ejercito
    opositor, y solo comento, "allá están todos
    esperándome, como caimán en boca e" caño,
    presente, esta Zaraza, mi ex amigo, lo juro ante Dios, hoy, o se
    acaba la Bovera o se acaba la Zaracera, yo se que Zaraza me tiene
    miedo, y va hacer lo posible y lo imposible, para liquidarme,
    pero le tengo su medicina para hoy"
    una vez dicho esto,
    ordeno al ataque a las posiciones patriota, la batalla fue
    encarnizada, muy similar a la de la puerta, el Taita acostumbraba
    combatir como un soldado mas, en oportunidades se bajaba del
    caballo y se mezclaba con sus hombres de a pie o sea los
    infantes, en uno de los ataques, a la caballería
    republicana, cayo mal herido de un lanzazo que le proporciono su
    ex amigo Zaraza, lo recogimos del sitio, y lo apartamos
    del grueso de la batalla a la hora murió dejando nuestras
    Legión Infernal sin un líder como el Taita,
    luchamos para vengar la muerte de nuestro Taita, al final,
    habíamos ganado la Batalla de Úrica, vengamos su
    muerte, con una matanza y exterminio sin igual, poco a poco nos
    fuimos replegando del sitio, al día siguiente, le dimos
    cristiana sepultura al Taita Boves, en la iglesia del pueblo, lo
    sentimos y lloramos, ya no era igual, cada uno de nosotros nos
    fuimos replegando a nuestro sitio de origen, muy tristes,
    melancólicos, llorosos, mas cuando habíamos de
    atravesar algún sitio donde combatimos con el, se hizo
    querer, y respetar, con los amigos y enemigos, fue un hacedor de
    ejércitos, ningún patriota se le asemejaba en su
    proceder, valentía, arrojo, lealtad y todos esos atributos
    que todo líder debe poseer.

    Una característica del Taita Boves, que en las
    batallas que comandaba, hacía que nosotros la
    sintiéramos como una fiesta, que nos pertenecía,
    era una diversión, llegamos a librar once batallas de las
    cuales salimos derrotados en cuatro, con el aroma que se
    expandían y que brotaban del fragor de la contienda, olor
    a sudor de humanos, olor a sudor de las bestias, la sangre que se
    derramaba por hacer lo mejor, la savia de las matas que se
    partían al paso de los caballos, era como dije, una fiesta
    con sus fragancias muy particulares, era un aroma muy
    particular.

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