La Gestión de riesgos
(traducción del inglés Risk management / Manejo de
riesgos) es un enfoque estructurado para manejar la incertidumbre
relativa a una amenaza, a través de una secuencia de
actividades humanas que incluyen evaluación de riesgo,
estrategias de desarrollo para manejarlo y mitigación del
riesgo utilizando recursos gerenciales. Las estrategias incluyen
transferir el riesgo a otra parte, evadir el riesgo, reducir los
efectos negativos del riesgo y aceptar algunas o todas las
consecuencias de un riesgo particular.
Algunas veces, el manejo de riesgos se
centra en la contención de riesgo por causas
físicas o legales (por ejemplo, desastres naturales o
incendios, accidentes, muerte o demandas). Por otra parte, la
gestión de riesgo financiero se enfoca en los riesgos que
pueden ser manejados usando instrumentos financieros y
comerciales.
El objetivo de la gestión de riesgos
es reducir diferentes riesgos relativos a un ámbito
preseleccionado a un nivel aceptado por la sociedad. Puede
referirse a numerosos tipos de amenazas causadas por el medio
ambiente, la tecnología, los seres humanos, las
organizaciones y la política. Por otro lado, involucra
todos los recursos disponibles por los seres humanos o, en
particular, por una entidad de manejo de riesgos (persona, staff,
organización).
Así, la administración de
riesgo empresarial es un proceso realizado por el consejo
directivo de una entidad, la administración y el personal
de dicha entidad. Es aplicado en el establecimiento de
estrategias de toda la empresa, diseñada para
identificar eventos potenciales que puedan afectar a la
entidad y administrar los riesgos para proporcionar una seguridad
e integridad razonable referente al logro de
objetivos.
La gestión de riesgos financieros ha
cobrado una especial relevancia a nivel internacional, debido en
parte a las crisis financieras de los años noventa. La
gestión de riesgos financieros se ocupa de diversos tipos
de riesgos financieros.
Tipos de riesgos
financieros
Riesgo de mercado, asociado a las
fluctuaciones de los mercados financieros, y en el que se
distinguen:
Riesgo de cambio, consecuencia de la
volatilidad del mercado de divisas.Riesgo de tipo de interés,
consecuencia de la volatilidad de los tipos de
interés.Riesgo de mercado (en acepción
restringida), que se refiere específicamente a la
volatilidad de los mercados de instrumentos financieros tales
como acciones, deuda, derivados, etc.
Riesgo de crédito, consecuencia
de la posibilidad de que una de las partes de un contrato
financiero no asuma sus obligaciones.Riesgo de liquidez o de
financiación, y que se refiere al hecho de que una de
las partes de un contrato financiero no pueda obtener la
liquidez necesaria para asumir sus obligaciones a pesar de
disponer de los activos —que no puede vender con la
suficiente rapidez y al precio adecuado— y la voluntad
de hacerlo.Riesgo operativo que se define en el
acuerdo de Basilea II utilizado para la regulación del
sector bancario en Europa como el "riesgo de sufrir
pérdidas debido a la inadecuación o a fallos de
los procesos, el personal y los sistemas internos o bien a
causa de acontecimientos externos". En esta definición
se incluye el riesgo legal, y se exluyen los riesgos
clasificados como estratégicos y de
reputación.Magnitudes cuantitativas del Riesgo –
VaR. Todos los tipos de riesgos comentados en los apartados
anteriores han sido muy tenidos en cuenta por parte de las
entidades participantes en los mercados y ponen de manifiesto
la necesidad de disponer de herramientas que permitan
determinar de forma cuantitativa (en unidades monetarias) el
riesgo asumido al integrar un nuevo activo a la cartera.
Surge de esta manera el VaR (Value at Risk)que ofrece una
medida cuantitativa y objetiva del valor en riesgo de una
cartera para condiciones normales (ordinarias) de
mercado.
Normativa
relacionada
Tanto a nivel internacional como nacional,
se ha ido creando normativa relacionada con la materia, en
líneas generales en dos sentidos: normativas relacionadas
con principios y buenas prácticas de gestión del
riesgo, y normativa específica por sector o industria
económica. Como ejemplo, pueden citarse las
siguientes:
ISO 31000/2009: estándar
relacionado con principios generales de la gestión de
riesgos publicado por la International Organization for
Standardization o ISO.Normativa del Comité de Basilea
sobre supervisión bancaria, del Bank for International
Settlements relacionada con medición y normas sobre
capitales mínimos de entidades financieras para
determinados riesgos.En la República Argentina,
existen estándares no obligatorios emitidos por el
Instituto Argentino de Normalización y
Certificación relacionadas con el diseño e
implementación de un sistema de gestión
integral de riesgos, y normativa específica sobre la
gestión y los fondos que las entidades bancarias deben
afectar para que la entidad pueda hacer frente a determinados
riesgos, emitidas por el Banco Central de la República
Argentina
El Programa de Emergencia quiere promover
mecanismos virtuosos de mitigación y adaptación al
cambio climático, abordando dos de los riesgos más
evidentes que, además de estar condicionando hoy en
día la vida de miles de guatemaltecos, seguirán
amenazando el País en el corto y mediano plazo: el riesgo
ambiental y el riesgo nutricional.Por lo que se refiere al riesgo
ambiental, Guatemala se encuentra entre los diez Países
del mundo más vulnerable a los efectos del cambio
climático, el primero en América Latina.
Además, el año 2010 dejó secuelas
evidentes:
La erupción del Volcán
Pacaya, la Tormenta Agatha y la Depresión XI afectaron
(ceniza, deslaves, inundaciones, etc.) 21 de los 22
departamentos del País.A causa de la pasada temporada de
lluvia, murieron 174 personas, 392.000 personas necesitaron
de asistencia humanitaria, 221 municipios fueron afectados
(62% del total).150.000 personas necesitaron de
asistencia alimentaria.65 fueron las escuelas dañadas y
151 las utilizadas como refugios temporales.El 30% de la producción de
maíz, el 20% de la producción de hortalizas y
el 80% de las pequeñas infraestructuras de riego se
perdieron.La perspectiva climática
relativa al presente año indica que el País va
a tener lluvias catalogadas entre normal y arriba de lo
normal y se prevé alta actividad
ciclónica.
Por lo que se refiere al riesgo
nutricional, Guatemala presenta datos e índices de
desnutrición muy alarmantes:
Guatemala ocupa el tercer lugar en
desnutrición crónica infantil a nivel
mundial, después de Afganistán y Yemen,
con el 54% (fuente: PDH). Los altos niveles de pobreza (51%)
y de pobreza extrema (15,2%), los bajos niveles de
educación de las madres (sobretodo) y de los padres
inciden de forma directa en la violación al derecho a
la alimentación de la infancia.En el mes de octubre de 2009, en los 7
Departamentos del Corredor Seco además de
Quiché e Izabal, se detectó el 11% de
desnutrición aguda infantil (5% severa, 6% moderada),
y una pérdida estimada entre el 50 y el 100% de la
producción de subsistencia de maíz y
frijol.El 60% de los agricultores
guatemaltecos (77% en el Corredor Seco) viven de agricultura
de subsistencia (poseen menos de 0.7 ha, de tierras), muchas
veces en terrenos limitados y de baja
productividad.Indicadores precursores
(shocks ambientales del año 2010),
indicadores intermedios (fuerte aumento del precio de la
canasta básica, sobretodo del maíz blanco,
disminución de la oferta de trabajo temporal) e
indicadores de secuela (frente a la escasez de datos
oficiales, el conocimiento directo que de las comunidades es
clave) nos indican que estamos en la antesala de una
emergencia nutricional. De hecho, el Gobierno de Guatemala
declaró el pasado mes de abril de 2011 una alerta por
riesgo nutricional.
9. Clasificación
de Riesgo
El objetivo de la clasificación de
riesgo es determinar hasta que grado es factible combatir los
riesgos encontrados. La factibilidad normalmente depende de la
voluntad y posibilidad económica de una
institución, sino también del entorno donde nos
ubicamos. Los riesgos que no queremos o podemos combatir se
llaman riesgos restantes y no hay otra solución que
aceptarlos.
Implementar medidas para la
reducción de los riesgos significa realizar inversiones,
en general económicas. El reto en definir las medidas de
protección, entonces está en encontrar un buen
equilibrio entre su funcionalidad (cumplir con su objetivo) y el
esfuerzo económico que tenemos que hacer para la
implementación y el manejo de estas.
De igual manera como debemos evitar la
escasez de protección, porque nos deja en peligro que
pueda causar daño, el exceso de medidas y procesos de
protección, pueden fácilmente paralizar los
procesos operativos e impedir el cumplimiento de nuestra
misión.
El caso extremo respecto al exceso de
medidas sería, cuando las inversiones para ellas, superen
el valor del recurso que pretenden proteger.
Entonces el estado que buscamos es, que los
esfuerzos económicos que realizamos y los procesos
operativos, para mantener las medidas de protección, son
suficientes, ajustados y optimizados, para que respondan
exitosamente a las amenazas y debilidades (vulnerabilidades) que
enfrentamos.
Con Riesgo restante se entiende dos
circunstancias, por un lado son estas amenazas y peligros que,
aunque tenemos implementados medidas para evitar o mitigar sus
daños, siempre nos pueden afectar, si el ataque ocurre con
una magnitud superior a lo esperado.
Podemos protegernos de cierto modo contra
los impactos de un terremoto común, sin embargo cuando
ocurre con una fuerza superior o antes no conocido, el impacto
general será mucho más grande y muy probablemente
afectará también a nosotros.
La otra situación es cuando
aceptamos conscientemente los posibles impactos y sus
consecuencias, después de haber realizado el
análisis de riesgo y la definición de las medidas
de protección. Las razones para tomar esta decisión
pueden ser varias, sea que evitar los daños no está
dentro de nuestra posibilidad y voluntad económica o
porque no entendemos que no tenemos suficiente poder sobre el
entorno. Sea lo que sea la razón, el punto importante es
que sabemos sobre la amenaza y decidimos vivir con ella y su
posible consecuencia.
Autor:
Jessica