Monografias.com > Salud
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Las plantas medicinales



  1. Introducción
  2. ¿Qué es una
    planta?
  3. Las plantas
    medicinales
  4. Elementos
    medicinales
  5. Recolección y
    formas de preparación
  6. Investigación y
    síntesis
  7. Terapias
    alternativas
  8. Uso clínico:
    factores limitantes
  9. Historia
  10. Principios
    activos
  11. Conclusión
  12. Bibliografía

Introducción

Las plantas, son seres vivos, porque nacen,
crecen, respiran, se alimentan y se reproducen, son organismos
autótrofos, porque son capaces de fabricar la
comida que necesitan utilizando la energía del Sol. Las
plantas son los únicos seres vivos que pueden producir su
propio alimento, hay de diversas formas y tamaños. Una
planta medicinal es un recurso, cuya parte o extractos se emplean
como drogas en el tratamiento de alguna afección. La parte
de la planta empleada medicinalmente se conoce con el nombre de
droga vegetal. El uso de remedios de origen vegetal se remonta a
la época prehistórica, y es una de las formas
más extendidas de medicina, presente en virtualmente todas
las culturas conocidas. Plantas medicinales, son
todas aquellas plantas que contienen, en alguno de sus
órganos, principios activos, los cuales, administrados en
dosis suficientes, producen efectos curativos en las enfermedades
de los hombres y de los animales en general.

Sólo raramente la planta entera tiene valor medicinal;
normalmente los compuestos útiles se concentran en alguna
de sus partes: hojas, semillas, flores, cortezas y raíces
se utilizan con relativa frecuencia. Los modos de
aplicación varían del mismo modo.
La recolección debe realizarse cuando los
principios activos de la planta están maduros. Las flores
deben cogerse recién abiertas y secarse con papel limpio;
las hojas deben recolectarse antes y durante la floración
y extenderse sobre un papel o rejilla; las plantas enteras deben
ser despojadas de las hojas marchitas y los restos de tierra; las
semillas y frutos no suelen necesitar ningún tratamiento;
y las cortezas y raíces se deben tomar de ejemplares
jóvenes. La administración de las plantas
medicinales y de los productos derivados de estas debe estar
acompañada de los máximos cuidados, para garantizar
el buen suceso del tratamiento.

¿Qué es
una planta?

Las plantas, al igual que los animales,
son seres vivos, porque nacen, crecen, respiran, se alimentan y
se reproducen. Los animales son organismos
heterótrofos, porque no son capaces de fabricar su
propia comida y tienen que alimentarse de plantas o de otros
animales. Sin embargo, las plantas son organismos
autótrofos, porque son capaces de fabricar la
comida que necesitan utilizando la energía del Sol. Las
plantas son los únicos seres vivos que pueden producir su
propio alimento

Las hierbas, los helechos, los arbustos o
los árboles son plantas. Hay unas 260.000 especies de
plantas. Las hay de diversas formas y tamaños: desde
algunas muy pequeñas hasta otras muy grandes. Las secuoyas
pueden alcanzar más de 100 metros de altura. Las plantas
son diferentes; no pueden moverse y viven fijas al suelo,
fabricando su propia comida.
La ciencia que estudia las plantas se denomina
Botánica.

Las plantas
medicinales

Una planta medicinal es un recurso, cuya parte o
extractos se emplean como drogas en el tratamiento de alguna
afección. La parte de la planta empleada medicinalmente se
conoce con el nombre de droga vegetal, y puede suministrarse bajo
diferentes formas galénicas: cápsulas, comprimidos,
crema, decocción, elixir, infusión, jarabe,
tintura, ungüento, etc. El uso de remedios de origen vegetal
se remonta a la época prehistórica, y es una de las
formas más extendidas de medicina, presente en
virtualmente todas las culturas conocidas.

La industria farmacéutica actual se ha basado en
los conocimientos tradicionales para la síntesis y
elaboración de fármacos, y el proceso de
verificación científica de estas tradiciones
continúa hoy en día, descubriéndose
constantemente nuevas aplicaciones.

Muchos de los fármacos empleados hoy en
día —como el opio, la quinina, la aspirina o la
digital— replican sintéticamente o aíslan los
principios activos de remedios vegetales tradicionales conocidos
incluso desde épocas prehistóricas. Su origen
persiste en las etimologías —como el ácido
salicílico, así llamado por extraerse de la corteza
del sauce (Salix spp.) o la digital, de la planta del mismo
nombre.

Plantas medicinales, son
todas aquellas plantas que contienen, en alguno de sus
órganos, principios activos, los cuales, administrados en
dosis suficientes, producen efectos curativos en las enfermedades
de los hombres y de los animales en general.

Se calcula en unas 260.000 las especies de plantas que
se conocen en la actualidad, de las que el 10% se pueden
considerar medicinales, es decir, se encuentran recogidas en los
tratados médicos de fitoterapia, modernos y de
épocas pasadas, por presentar algún uso.
Evidentemente, sobre todo en las regiones ecuatoriales, la
proporción de especies medicinales puede variar
sensiblemente de este porcentaje, ya que ni siquiera se conoce la
totalidad de la flora.

Elementos
medicinales

En el metabolismo normal de todos los seres vivos, el
organismo produce algunas sustancias a partir de los nutrientes
obtenidos del medio; algunos de estos compuestos químicos
forman parte del proceso en todas o casi todas las especies,
mientras que otros reflejan las peculiaridades de cada una de
ellas.

Entre los compuestos de la primera clase —llamados
metabolitos primarios— se cuentan los glúcidos y
lípidos, aprovechados en la alimentación; los
compuestos de uso terapéutico, por el contrario,
corresponden normalmente a los metabolitos secundarios, y se
obtienen sólo de organismos específicos.

Pocas veces la función que estos cumplen en
medicina se corresponde con la que cumple en el ciclo vital de la
planta en cuestión; la digoxina, por ejemplo, que se
concentra en las hojas y flores de Digitalis purpurea como
tóxico para evitar su consumo por animales
herbívoros, se emplea terapéuticamente como
inotrópico para los pacientes que padecen de arritmia
cardíaca. Otros compuestos usados en medicina son
utilizados por la planta para atraer agentes
polinizadores.

En el metabolismo normal de todos los seres vivos, el
organismo produce algunas sustancias a partir de los nutrientes
obtenidos del medio; algunos de estos compuestos químicos
forman parte del proceso en todas o casi todas las especies,
mientras que otros reflejan las peculiaridades de cada una de
ellas. Entre los compuestos de la primera clase —llamados
metabolitos primarios— se cuentan los glúcidos y
lípidos, aprovechados en la
alimentación.

Recolección y
formas de preparación

Extracción y empleo Sólo raramente la
planta entera tiene valor medicinal; normalmente los compuestos
útiles se concentran en alguna de sus partes: hojas,
semillas, flores, cortezas y raíces se utilizan con
relativa frecuencia. Los modos de aplicación varían
del mismo modo; una forma frecuente de empleo es la
infusión, en que el principio activo se disuelve en agua
mediante una cocción más o menos larga.

La tisana resultante se bebe; plantas empleadas de este modo
incluyen la tila (Tilia platyphyllos), cuyo principio activo es
el eugenol, la pasionaria (Passiflora edulis), cuyos principios
activos incluyen el harmol y el harmano, o el mismo café
(Coffea arabica), cuya infusión contiene
cafeína.

Otras plantas se preparan en tinturas, se comen, se inhala el
humo de su combustión, o se aplican tópicamente
como emplastos o cataplasmas.

La recolección debe realizarse
cuando los principios activos de la planta están maduros.
Por lo general, se debe proceder al secado de los vegetales lo
más rápido posible, de forma que no fermenten los
azúcares que contienen, aunque hay que tener en cuenta que
las hierbas secas poco a poco van perdiendo sus
propiedades.

Las flores deben cogerse recién abiertas y
secarse con papel limpio; las hojas deben recolectarse antes y
durante la floración y extenderse sobre un papel o
rejilla; las plantas enteras deben ser despojadas de las hojas
marchitas y los restos de tierra; las semillas y frutos no suelen
necesitar ningún tratamiento; y las cortezas y
raíces se deben tomar de ejemplares
jóvenes.

PREPARACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LAS PLANTAS
MEDICINALES

La administración de las plantas medicinales y de los
productos derivados de estas debe estar acompañada de los
máximos cuidados, para garantizar el buen suceso del
tratamiento. Contrariamente a la creencia general, los mejores
resultados no siempre se obtienen con el uso de las plantas
frescas o con preparaciones caseras. El hacer extractos de
plantas procesadas permite obtener más principios
activos.

Los compuestos de uso terapéutico, por el
contrario, corresponden normalmente a los metabolitos
secundarios, y se obtienen sólo de organismos
específicos. Los compuestos de uso terapéutico, por
el contrario, corresponden normalmente a los metabolitos
secundarios, y se obtienen sólo de organismos
específicos.

Las preparaciones más frecuentes, que
se pueden llevar a cabo en casa, son:

  • Infusión: calentar agua y
    añadir la parte de la planta necesaria en el primer
    hervor. Seguidamente se aparta del fuego, se tapa y se deja
    reposar unos minutos. La infusión una vez hecha no
    debe hervir. Se suele preparar con las partes jóvenes
    de la planta, como hojas, flores y semillas. Es la forma de
    preparación más frecuente y sencilla, se le
    denomina también apagado o té. Forma parte de
    una cultura de consumo de hierbas aromáticas que se
    usan no solo para fines medicinales. Consiste en poner en
    contacto las partes de las plantas con agua hirviendo por
    unos minutos, dejando que se enfríe progresivamente.
    Al no usarse calor directo, garantiza que sus partes no
    sufren deterioro. Más frecuentemente se usa para las
    partes blandas de las plantas como hojas y flores.

  • Decocción: proceso por el cual la
    planta se hierve en agua durante un periodo de tiempo
    determinado. Se usa este procedimiento con las partes
    más duras, como corteza, hojas coriáceas,
    raíces y tallos.

  • Reducción: si la cocción se
    lleva a cabo durante más de 20 minutos, se produce la
    reducción. Se emplea para principios activos que
    resisten el calor y de los que se necesita, por su escasa
    proporción, una mayor concentración.

  • Maceración: consiste en dejar reposar
    las plantas en agua fría durante algunas horas. Sirve
    para extraer principios activos inestables frente al calor
    pero solubles en agua.

  • Tintura o vinos medicinales: es la
    maceración hecha en alcohol y normalmente lleva una
    parte de la planta por cinco de alcohol. Se usa si los
    principios activos no se disuelven bien en agua o son de
    sabor desagradable, empleándose generalmente planta
    seca.

  • Jarabes: son disoluciones de azúcar en
    agua a las que después se les añade la planta.
    Los jarabes se preparan extrayendo con agua los componentes
    activos o medicinales de la planta y disolviendo luego en
    esta una gran cantidad de azúcar o miel como
    preservante.

Puede prepararse a partir de extractos
hidroalcohólicos, conservarse por períodos largos y
se le suele dar un sabor agradable para facilitar su
administración a los niños. La preparación
se inicia en forma semejante a la infusión, pero se deja
reposar algunas horas y luego se filtra el líquido, se
agrega el azúcar o la miel, se diluye y se lleva a
hervír algunos minutos para coagular las sustancias
albuminosas, luego se cuela y se guarda en botella o frasco de
color ámbar, se etiqueta y se guarda (hasta 30
días) en lugar limpio y protegido del calor y de la
luz.

  • Zumo: directamente se trituran las plantas
    frescas y luego se tamiza el líquido.

  • Aceites medicinales: al igual que el alcohol,
    el aceite es otro de los disolventes más usados. De
    hecho hay ciertas plantas que transfieren mejor sus
    principios activos al aceite. Son los más utilizados
    para uso externo (friegas, masajes o untes).

  • Vahos: se preparan con hierbas
    aromáticas, las cuales se hierven en agua. El vapor
    que se desprende del recipiente una vez retirado éste
    del fuego, es el que debe ser inhalado.

  • Cataplasma y emplasto La cataplasma se
    prepara machacando la parte de la planta que contiene las
    propiedades curativas que se pretende usar, se calienta y se
    aplica directamente sobre el área afectada que se
    quiere tratar.

Para preparar el emplasto se mezcla la parte de la
planta a utilizar con una harina, logrando una pasta que se
aplica sobre el área afectada, al igual que la
cataplasma.

  • Cocimiento Se prepara hirviendo durante
    algunos minutos (del orden de los 5 minutos) la planta y
    luego se filtra. Debe verificarse que el calor no afecte o
    destruya los principios activos. Esta forma de usarse es
    apropiada en general para las partes duras de la planta, como
    son: troncos, raíces, cortezas y semillas.

  • Compresa Es una preparación similar a
    la cataplasma, pero en este caso en lugar de aplicar la
    planta directamente, se utiliza una extracción acuosa,
    aplicada a un paño o toalla. Las compresas pueden ser
    calientes, generalmente aplicadas en el caso de inflamaciones
    y abscesos; o bien frías, preferibles para tratar
    casos de cefalea o conjuntivitis.

  • Ensalada Es una forma de ingerir las hierbas
    medicinales en una forma directa, sin ninguna
    modificación o transformación consecuencia del
    procesamiento. Se lavan y desinfectan las partes de la planta
    que se piensa ingerir, y se prepara como una ensalada
    tradicional, eventualmente mezclándola con otras
    verduras o vegetales, sazonándolo sal, aceite de oliva
    y limón.

  • Extracto Los principios activos de las
    plantas medicinales se obtienen también por un tipo de
    extracción llamada "sólido-liquido". Este
    proceso consta de tres etapas: Penetración del
    disolvente en los tejidos de los vegetales e
    hinchazón; Disolución de las sustancias
    extraíbles; Difusión de las sustancias
    extraíbles disueltas fuera de la célula
    vegetal.

La forma de extracción más frecuente es
por maceración, este proceso tiene algunas ventajas sobre
la percolación y contracorriente. También se puede
procesar la extracción mediante métodos que
involucran el ultrasonido, el eléctrico, y el
vórtice (turbo). La extracción de los extractos
requiere un cierto equipamiento y conocimiento de procesos
químicos.

En su presentación final pueden ser: tinturas
(1:10); extractos fluidos (1:2), blandos, con una consistencia
parecida a la miel, viscosos o firmes (masas plásticas,
que licuan al calentarlas), secos (cuando se ha desecado la
mezcla) y nebulizados (obtenidos por atomización del
disolvente.)

  • Gargarismo o enjuague Es la aplicación de un
    líquido a la cavidad bucal. Se usa para lograr la
    acción local en la boca y/o garganta y así
    limpiar de secreciones, bacterias e impurezas estas
    áreas. Puede usarse para prevenir infecciones bucales
    o respiratorias. Para prepararse el líquido puede
    usarse una infusión, un cocimiento o un jugo de la
    planta.

  • Jugo Los jugos se obtienen siempre al exprimir o
    licuar las plantas frescas o sus frutos. En algunos casos,
    sobre todo para tubérculos o raíces se
    recomienda ponerlos en remojo durante un período de 8
    a 12 horas antes de exprimirlos.

  • Lavados Es la aplicación de infusiones,
    cocimientos o tinturas diluidas para tratar
    tópicamente afecciones externas localizadas, como
    heridas, llagas, úlceras, hemorroides, vaginitis y
    otras afecciones de la piel o de las mucosas.

  • Lavativa o enema Es la aplicación de un
    preparado que se introduce a través del ano con una
    técnica especial, para la cual el que la aplica debe
    estar capacitado. Se aplica preferiblemente en ayunas y el
    paciente debe permanecer acostado, durante la
    aplicación y durante un tiempo de por lo menos una
    hora después de la aplicación.

  • Polvos Los polvos se obtienen pulverizando la
    planta seca, el material puede ser retriturado y tamizado
    varias veces, hasta alcanzar el tamaño deseado de las
    partículas. Los polvos vegetales son fáciles de
    manejar, formular y acondicionarlos en preparados
    fitofarmacéuticos, a través del mezclado,
    encapsulado y de la compresión.

  • Preparados fitofarmacéuticos Los extractos
    obtenidos industrialmente deben reunir al menos cinco
    aspectos: la materia médica, donde se encuentran los
    principios activos debe ser adecuadamente molida, la
    extracción debe efectuarse con el disolvente adecuado,
    puede extraerse por maceración o percolación,
    la concentración debe ser por un método que no
    afecte el principio activo y algunas drogas requieren
    tratamientos preliminares antes de usarse. Con extractos
    procesados es posible hacer preparados que son más
    fáciles de dosificar, tales como formas sólidas
    (tabletas, grageas, tabletas efervescentes, cápsulas
    de gelatina dura, gránulos), formas líquidas
    (jarabes, gotas, soluciones, suspensiones en cápsulas
    de gelatina suave) y formas para uso local (cremas
    ungüentos, pomadas, geles, colirios y supositorios).

  • Tintura Se obtiene dejando en contacto la parte de
    la planta seca a utilizar, con una mezcla de alcohol al 40%
    en agua durante 3-5 días, con agitación diaria
    y filtración. Las tinturas se usan de base para la
    formación de elixires que contienen mezclas de varias
    plantas y sustancias estabilizantes como el glicerol. Tienen
    la ventaja de ser más estables y de fácil
    dosificación.

  • Vapores Los vapores de ciertas plantas emitidos por
    la acción del calor son utilizados para el tratamiento
    de las afecciones de la garganta y de las vías
    respiratorias.

Investigación
y síntesis

Mientras la medicina herbal tradicional utilizaba partes o
extractos vegetales, la necesidad de comprender con
precisión el uso de los distintos componentes, de graduar
con precisión la dosis empleada y de elaborar de manera
estandarizada fármacos homogéneos han llevado a que
la mayoría de las drogas producidas por la industria
farmacéutica contengan sólo el o los principios
activos.

En algunos casos, éstos aún se obtienen del
procesamiento de las plantas medicinales; en otros casos,
éstos se investigan para aislar el principio activo, y
éste se sintetiza luego de manera artificial. La
investigación de las propiedades medicinales de una planta
es una labor compleja, que abarca desde los informes
etnográficos de los etnólogos hasta el
análisis de laboratorio de químicos y
médicos.

Terapias
alternativas

La prolongada tradición de uso de productos de origen
vegetal en medicina y la reacción contemporánea
contra los fármacos sintéticos han llevado a un
resurgimiento de la herbología, a veces denominado
fitoterapia.

La creencia de que se trata de "medicina natural" lo ha dotado
de un aura de salubridad inmerecida; en realidad, los compuestos
empleados por los herboristas son en muchos casos los mismos que
aparecen en los fármacos industriales, sólo que
mezclados con otras sustancias y en una dosis mucho menos
precisa. Los efectos secundarios provocados por los
fármacos industriales son como mínimo igualmente
frecuentes en la medicina herbal, y el riesgo de reacciones
adversas o confusiones en el uso está también
presente.

La fitoterapia practicada actualmente se nutre tanto de
la tradición herborística occidental —que se
remonta a griegos y romanos— como de la tradición
Ayurveda hindú y la herbolaria china; en éste
último país, forma parte de las terapias empleadas
en la salud pública, junto con otras prácticas
relativamente novedosas en Occidente, como la
acupuntura.

El uso de las plantas para prevenir y aliviar dolencias
es también una práctica corriente entre las
poblaciones autóctonas de los Andes, donde la medicina
oficial en algunos países está rescatando las
prácticas ancestrales, llevándolas hasta los
centros de salud de las aldeas y poblados de la sierra.
Además de compuestos vegetales de probada inocuidad, como
los presentes en las infusiones de consumo doméstico, esta
tendencia ha llevado a la comercialización de suplementos
vegetales, cuya regulación está en muchos
países aún incompleta.

El debate acerca de si debe comercializarse libremente
como material alimentario, o por el contrario someterse a las
revisiones más estrictas aplicadas a los fármacos,
está en gran medida aún abierto. En los Estados
Unidos una ley de 1994 los clasifica como suplementos
nutricionales, permitiendo su venta y consumo salvo que la FDA
pueda demostrar su carácter pernicioso.

Los peligros propios de la medicina herbal incluyen el
elevado riesgo de interacciones adversas, ya sea entre productos
herbales o con fármacos industriales, debido a la
presencia y dosificación variable de numerosos principios
activos en los preparados, y la posibilidad a veces fatal de
confusión que provoca la nomenclatura inestable de los
vegetales; especies o variedades llamadas por el mismo nombre,
aún si son muy próximas botánicamente,
pueden variar enormemente en la presencia y concentración
de los principios activos. En la actualidad las principales
empresas de fitoterapia cuantifican los principios activos en
cada lote de planta y realizan estrictos controles de
radioactividad, pesticidas y otros contaminantes, con lo cual se
garantiza un efecto homogéneo en todos sus
preparados.

Biodiversidad Muchas especies medicinales identificadas
científicamente sólo recientemente proceden de
biomas amenazados. Existe una preocupación no
desdeñable entre los biólogos acerca del impacto
que el crecimiento en el consumo de especies posiblemente
amenazadas produzca sobre la supervivencia de las mismas, y el
estudio del cultivo sostenible de las mismas es una
preocupación importante.

Uso clínico:
factores limitantes

Tradicionalmente, las plantas medicinales sirvieron como
remedios para aliviar síntomas o tratar enfermedades, con
resultados dispares. Debido a su actividad farmacológica,
actuaban directamente sobre el organismo, produciendo cambios
significativos en su funcionamiento.

En este sentido, estas plantas eran estrictamente
fármacos (o drogas) con capacidad de operar,
alternativamente, como remedios o venenos, dependiendo de las
dosis, la oportunidad, la vía de administración, la
idoneidad de quien las indicaba, la constitución del
sujeto tratado, entre otros factores.

En el curso del siglo XIX, se aislaron los principios
activos de las especies vegetales con mayor impacto en la
clínica médica. Hasta entonces, las limitaciones
intrínsecas de las fórmulas vegetales habían
impedido la titulación de valores óptimos para
dosis activa mínima, margen de seguridad de la sustancia,
y dosis letal media. En este sentido, se veían
incrementados los riesgos de sobredosis agudas o
intoxicación accidental. Lo mismo sucedía con la
incidencia de reacciones adversas imprevistas, por causa de
alguno de los innumerables compuestos presentes en los preparados
naturales.

Incluso en la actualidad, persiste la
predilección del público no especializado por las
formulaciones vegetales. No obstante, estudios
sistemáticos han establecido de manera concluyente la
mayor fiabilidad de las moléculas aisladas. Para el caso
de sustratos vegetales administrados con fines
terapéuticos, el perfil de eficacia y seguridad es
claramente desventajoso respecto del que cabe atribuir a sus
principios activos en forma pura.

Historia

La fitoterapia tiene sus orígenes
en los albores de la humanidad, desde que aparecen registros o
referencias fiables. Al principio se utilizaba a través de
rituales mágicos. El uso, desde tiempos antiguos, de las
plantas para curar se pone de manifiesto por la existencia de
herbarios desde la época de los sumerios, los asirios, los
babilonios o los fenicios.

El Papiro de Ebers (1700 a.C.), con más de
20 m de longitud, encontrado en las ruinas de Luxor, ya
recoge, por ejemplo, el uso medicinal de 700 plantas, como el ajo
o la adormidera. En China y el resto de Asia el uso de plantas
para tratar enfermedades se remonta a más de 10.000
años. Sin embargo, fueron griegos y romanos los primeros
en sistematizar en Occidente, a través de sus escritos, el
estudio de las plantas medicinales. Así,
Dioscórides, en su obra De Materia Medica, describe
más de 600 plantas de uso medicinal.

Principios
activos

El estudio de los componentes de las
plantas medicinales se centra en las sustancias que ejercen una
acción farmacológica sobre el ser humano o los
seres vivos en general. Los principios activos de las plantas
pueden ser sustancias simples (como alcaloides) o bien mezclas
complejas (resinas, aceites esenciales, etc.).

Los compuestos más comunes son los
azúcares y heterósidos (azúcar más un
compuesto sin azúcar), que pueden ser glucósidos,
galactósidos, etc. El primer heterósido que se
descubrió fue la salicina (extraído de Salix alba).
Otros componentes activos de las plantas son alcaloides,
lípidos, gomas, mucílagos, principios amargos,
taninos, aceites esenciales, resinas, bálsamos,
oleorresinas, ácidos orgánicos, enzimas y
vitaminas.

PROPIEDADES MEDICINALES

Los principios activos de las plantas, a los
que hay que atribuir sus efectos curativos, pueden utilizarse en
el tratamiento de gran número de enfermedades o dolencias.
A continuación se dan algunos ejemplos de las propiedades
medicinales de las plantas, así como de algunas de las
especies vegetales que presentan estas propiedades:

Pectorales y antitusivas: fárfara
(Tussilago farfara), amapola (Papaver rhoeas) y malva.

Tónicas y digestivas: la salvia, el
orégano, el poleo, la hierba luisa, la genciana, la
angélica o el ajenjo.

Laxantes: el acebo, el algarrobo, la cuscuta o el
polipodio.

Diuréticas: el apio, el perejil, el
limonero o el equiseto Equisetum telmateia.

Abortivas: corona del rey, sabina, tejo o
azafrán.

Hipnóticas: majuelo, tilo, valeriana,
lúpulo o naranjo.

Antireumáticas: rododendro, estramonio,
espliego o judía.

Vermífugas: ontina, tomillo, nogal o
tanaceto.

Vulnerarias: hipérico, vulneraria o aliso.

Conclusión

Mientras la medicina herbal tradicional utilizaba partes o
extractos vegetales, la necesidad de comprender con
precisión el uso de los distintos componentes, de graduar
con precisión la dosis empleada y de elaborar de manera
estandarizada fármacos homogéneos han llevado a que
la mayoría de las drogas producidas por la industria
farmacéutica contengan sólo el o los principios
activos. En algunos casos, éstos aún se obtienen
del procesamiento de las plantas medicinales; en otros casos,
éstos se investigan para aislar el principio activo, y
éste se sintetiza luego de manera artificial.

Los principios activos de las plantas pueden ser sustancias
simples (como alcaloides) o bien mezclas complejas (resinas,
aceites esenciales, etc.). Los principios activos de
las plantas, a los que hay que atribuir sus efectos curativos,
pueden utilizarse en el tratamiento de gran número de
enfermedades o dolencias.

Las preparaciones más frecuentes, que
se pueden llevar a cabo en casa, son: Infusión,
Decocción, Reducción, Maceración, Tintura o
vinos medicinales, Jarabes, Zumo, Aceites medicinales, Vahos,
Cataplasma y emplasto, Cocimiento, Compresa, Ensalada, Extracto,
Gargarismo o enjuague, Jugo, Lavados, Lavativa o enema, Polvos,
Preparados fitofarmacéuticos, Tintura y
Vapores.

El estudio de los componentes de las
plantas medicinales se centra en las sustancias que ejercen una
acción farmacológica sobre el ser humano o los
seres vivos en general. Algunos ejemplos de las propiedades
medicinales de las plantas, presentan estas propiedades;
Pectorales y antitusivas, Tónicas y digestivas, Laxantes,
Diuréticas, Abortivas, Hipnóticas,
Antirreumáticas, Vermífugas Y
Vulnerarias.

Bibliografía

http://www.flissbis.com/aroma/

http://www.fitoterapia.net/

http://es.wikipedia.org/wiki/Planta_medicinal

http://www.slan.org.ve/publicaciones/completas/plantas_medicinales_1.asp

http://www.slan.org.ve/publicaciones/completas/plantas_medicinales_2.asp

 

 

Autor:

Maria de los A.Pérez

 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter