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Leucemia mieloide crónica



  1. Introducción
  2. Diagnóstico laboratorial de lucemia
    mieloide
  3. Estudios por imágenes
  4. Cómo se trata la LMA

Introducción

La leucemia mieloide aguda, también
conocida como leucemia mielocítica aguda, leucemia
mieloblástica aguda, leucemia granulocítica aguda,
leucemia no linfocítica aguda o LMA, es un tipo de
cáncer producido en las células de la línea
mieloide de los leucocitos, caracterizado por la rápida
proliferación de células anormales que se acumulan
en la médula ósea e interfieren en la
producción de glóbulos rojos normales. La LMA es el
tipo de leucemia aguda más común en adultos y su
incidencia aumenta con la edad. Aunque la LMA es una enfermedad
relativamente rara a nivel global, es responsable de
aproximadamente el 1,2% de las muertes por cáncer en los
Estados Unidos, y se espera un aumento de su incidencia a medida
que la población envejezca.

En la LMA, las células madre
mieloides generalmente se transforman en un tipo de
glóbulos blancos inmaduros llamados mieloblastos (o
blastos mieloides). Los mieloblastos en la LMA son anormales y no
se convierten en glóbulos blancos sanos. En la LMA, a
veces hay demasiadas células madre que se desarrollan y
convierten en glóbulos rojos o plaquetas anormales. Estos
glóbulos blancos, glóbulos rojos o plaquetas
anormales se denominan también células o blastos
leucémicos. Las células leucémicas se
acumulan en la médula ósea y la sangre y dejan
menos lugar para los glóbulos blancos, glóbulos
rojos y plaquetas sanos. Cuando ocurre esto, se puede presentar
infección, anemia o sangrado fácil. Las
células leucémicas pueden propagarse fuera de la
sangre a otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso
central (cerebro y médula espinal), la piel y las
encías.

La LMA está causada por la
malignización del mieloblasto. En el proceso normal de
hematopoyesis, el mieloblasto es un precursor inmaduro de la
estirpe mieloide de glóbulos blancos. Un mieloblasto
normal madurará gradualmente hasta convertirse en alguno
de los tipos de glóbulo blanco maduro. Sin embargo, en la
LMA, un mieloblasto acumula una serie de mutaciones en su genoma
que le impiden seguir su proceso de diferenciación
celular, por lo que queda "congelado" en este estado inmaduro.
Esto aún no es suficiente para producir la leucemia. Sin
embargo, cuando a la ausencia de diferenciación del
mieloblasto se suman otras mutaciones de los genes que controlan
la proliferación celular, el resultado es la
división incontrolada de clones del mieloblasto, que
desemboca en la patología denominada LMA.

La leucemia mieloide aguda (LMA) en adultos
es un tipo de cáncer por el que la médula
ósea produce, de manera anormal, mieloblastos (un tipo de
glóbulo blanco), glóbulos rojos o plaquetas. La
leucemia mieloide aguda (LMA) en adultos es un cáncer de
la sangre y la médula ósea. Este tipo de
cáncer generalmente empeora rápidamente si no se
administra tratamiento. Es el tipo más común de
leucemia aguda
en adultos. La LMA se conoce también se
llama leucemia mielógena aguda, leucemia
mieloblástica aguda, leucemia granulocítica aguda y
leucemia no linfocítica aguda. Normalmente, la
médula ósea produce células madre
sanguíneas (células inmaduras) que, con el tiempo,
se vuelven células sanguíneas maduras. Una
célula madre sanguínea se puede convertir en una
célula madre mieloide o una célula madre linfoide.
Una célula madre linfoide se vuelve un glóbulo
blanco. Una célula madre mieloide se vuelve uno de los
tres tipos siguientes de células sanguíneas
maduras:

  • Glóbulos rojos que transportan
    oxígeno y otras sustancias a todos los tejidos del
    cuerpo.

  • Glóbulos blancos que combaten
    infecciones y enfermedades.

  • Plaquetas que forman coágulos de
    sangre para interrumpir el sangrado

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Diagnóstico laboratorial de lucemia
mieloide

Los síntomas de la CML pueden
incluir los siguientes:

•Debilidad.

•Cansancio.

•Sudores nocturnos.

•Pérdida de peso.

Fiebre.

•Dolor en los huesos.

•Agrandamiento del bazo (se siente una
masa debajo del lado izquierdo de la caja
torácica).

•Dolor o una sensación de
llenura en el estómago.

•Sensación de llenura
después de las comidas incluso tras comer poco.

Pero estos síntomas no son
exclusivos de la CML, también pueden ocurrir con otros
tipos de cáncer y con muchas afecciones no
cancerosas.

Algunos pacientes padecen dolor en los
huesos o en las articulaciones debido a la propagación de
las células leucémicas de la cavidad de la
médula a la superficie de los huesos o a las
articulaciones.

Problemas causados por una
disminución de células sanguíneas Muchos de
los signos y síntomas de CML ocurren debido a que las
células leucémicas remplazan las células
productoras de sangre normales de la médula ósea.
Como resultado, las personas con CML no producen suficientes
glóbulos rojos, glóbulos blancos que funcionen
adecuadamente ni plaquetas sanguíneas.

•La anemia es la carencia de
glóbulos rojos. Puede causar cansancio, debilidad y falta
de respiración.

•La leucopenia es una
disminución de glóbulos blancos normales. Esta
disminución aumenta el riesgo de infecciones. Aunque los
pacientes con leucemia pueden tener un número muy alto de
glóbulos blancos, las células leucémicas no
protegen contra las infecciones como lo hacen los glóbulos
blancos normales.

•La neutropenia significa que el
número de neutrófilos normales es bajo. Los
neutrófilos, un tipo de glóbulos blancos, son muy
importantes para combatir las infecciones bacterianas. Las
personas neutropenias tienen un alto riesgo de contraer
infecciones bacterianas muy graves.

•La trombocitopenia es una
disminución de plaquetas sanguíneas. Puede causar
moretones y sangrado excesivo, con sangrado frecuente o grave de
las encías o de la nariz. Algunos pacientes con CML
presentan demasiadas plaquetas (trombocitos). Pero como con
frecuencia esas plaquetas no funcionan adecuadamente, estas
personas también pueden tener problemas de sangrado y
aparición de moretones.

Tipos de muestras que se usan en los
exámenes de detección de leucemia mieloide
crónica

Si los síntomas y signos sugieren
que usted puede tener leucemia, el médico
necesitará analizar muestras de sangre y de médula
ósea para estar seguro de este diagnóstico.
También se pueden tomar otras pruebas de tejidos y
células a fin de tratar la CML.

Muestras de sangre Generalmente las
muestras de sangre para las pruebas de detección de CML se
toman de una vena del brazo.

Muestras de médula ósea las
muestras de médula ósea se obtienen por
aspiración y biopsia, dos pruebas que generalmente se
hacen al mismo tiempo. Las muestras se toman de la parte
posterior del hueso de la pelvis (cadera), aunque en algunos
casos se pueden tomar del esternón o de otros
huesos.

En el procedimiento de aspiración de
médula ósea, el paciente se acuesta sobre una mesa
(ya sea sobre su costado o su estómago). Después de
limpiar el área, la piel que se encuentra sobre la cadera
y la superficie del hueso se adormece con un anestésico
local, que puede causar una breve sensación de escozor o
ardor. Luego se inserta una aguja delgada y hueca en el hueso, y
se usa una jeringa para aspirar una pequeña cantidad
(aproximadamente una cucharada) de médula ósea
líquida. Aun con el uso de un anestésico, la
mayoría de los pacientes experimenta un dolor breve cuando
se extrae la médula ósea.

Generalmente se realiza una biopsia de
médula ósea inmediatamente después de la
aspiración. Se extrae un pequeño trozo de hueso y
de médula (aproximadamente 1/16 de pulgada de
diámetro y 1/2 pulgada de largo) con una aguja ligeramente
más grande que se hace girar al empujarse en el hueso. La
biopsia también puede causar algo de dolor brevemente. Una
vez que se hace la biopsia, se aplica presión en el sitio
para ayudar a prevenir el sangrado.

Estas pruebas se envían al
laboratorio, en donde se analizan con un microscopio para ver si
hay células leucémicas. Estas pruebas
también se pueden hacer después del tratamiento
para ver si la leucemia está respondiendo al
mismo.

Pruebas de laboratorio

  • Aspiración de médula
    ósea y biopsia
    : extracción de
    médula ósea, sangre y un trozo pequeño
    de hueso mediante la inserción de una aguja hueca en
    el hueso de la cadera o el esternón. Un
    patólogo observa la médula ósea, la
    sangre y el hueso bajo un microscopio para verificar si hay
    signos de cáncer.

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Se puede usar una o más de las
siguientes pruebas de laboratorio para diagnosticar CML o para
ayudar a determinar qué tan avanzada se encuentra la
enfermedad.

Cuentas y examen de células
sanguíneas el recuento sanguíneo total es una
prueba en la que se cuenta el número de diferentes
células sanguíneas, como glóbulos rojos,
glóbulos blancos y plaquetas. El CBC frecuentemente
incluye un recuento diferencial, que es la cuenta de los
diferentes tipos de glóbulos blancos en la muestra de
sangre. En un frotis de sangre, se coloca una pequeña
cantidad de sangre en un portaobjetos para analizar las
células con un microscopio. La mayoría de los
pacientes con CML tienen demasiados glóbulos blancos con
muchas células inmaduras. Algunos pacientes con CML tienen
números bajos de glóbulos rojos o de plaquetas.
Aunque estos resultados pueden sugerir la presencia de leucemia,
generalmente este diagnóstico necesita confirmarse con
otra prueba de sangre o una prueba de médula
ósea.

Pruebas químicas de la sangre; Estas
pruebas miden la cantidad de ciertas sustancias químicas
en la sangre, pero no se usan para diagnosticar leucemia. Pueden
ayudar a detectar problemas hepáticos o renales causados
por la propagación de las células de la leucemia o
por los efectos secundarios de ciertos medicamentos
quimioterapéuticos. Estas pruebas también ayudan a
determinar si se necesita un tratamiento para corregir los
niveles bajos o altos de ciertos minerales en sangre.

Examen de rutina con un microscopio Un
patólogo (un médico especialista en el
diagnóstico de enfermedades mediante pruebas de
laboratorio) observa las muestras de sangre y médula
ósea bajo el microscopio, y también un
hematólogo/oncólogo (médico que se
especializa en el tratamiento de enfermedades de la sangre y de
cáncer) puede analizarlas.

Los médicos pueden ver el
tamaño y la forma de las células en las muestras, y
determinar si contienen gránulos (pequeñas manchas
que se observan en algunos tipos de glóbulos
blancos).

Un factor importante es si las
células son maduras (como las células
sanguíneas normales del torrente circulatorio) o inmaduras
(carentes de las características de estas células
normales). Las células más inmaduras se llaman
mieloblastos (a menudo llamados blastos).

Una característica importante de una
muestra de médula ósea es la porción de ella
que consiste en células productoras de sangre, o
celularidad. La médula ósea normal contiene
células productoras de sangre y células grasas.
Cuando la médula ósea tiene más
células productoras de sangre que lo esperado, se dice que
es hipercelular. Si se encuentran muy pocas células
formadoras de sangre, se considera que la médula es
hipocelular. En personas con CML, la médula ósea a
menudo es hipercelular debido a que está llena de
células leucémicas.

Pruebas genéticas; Algún tipo
de prueba genética se realizará para determinar si
está presente el cromosoma Filadelfia y/o el gene BCR-ABL.
Este tipo de prueba se usa para confirmar el diagnóstico
de CML.

Citogenética convencional: esta
prueba involucra la observación de los cromosomas
(secciones de ADN) con un microscopio para detectar cualquier
cambio. También se llama determinación del
cariotipo. Los cromosomas celulares se observan mejor durante la
división celular. Por esta razón, para realizar
esta prueba se debe crecer en el laboratorio una muestra de
sangre o de médula ósea, para que las
células comiencen a crecer y dividirse. Esta
técnica requiere tiempo y no siempre tiene éxito.
Las células humanas normales tienen 23 pares de
cromosomas, cada una de las cuales tiene cierto tamaño.
Las células leucémicas de muchos pacientes con CML
contienen un cromosoma anormal llamado cromosoma Filadelfia, que
tiene la apariencia de un cromosoma 22 corto. Esto sucede cuando
se intercambian secciones (translocación) entre los
cromosomas 9 y 22 (véase la sección ¿Sabemos
qué causa la leucemia mieloide crónica?"). La
detección del cromosoma Filadelfia es útil en el
diagnóstico de CML. Aunque no se puede ver el cromosoma
Filadelfia, frecuentemente otras pruebas pueden detectar el gene
BCR-ABL.

Hibridación fluorescente in situ
(FISH): la hibridación fluorescente in situ es otra manera
de ver los cromosomas. En esta prueba se utilizan tintes
fluorescentes especiales que sólo se adhieren a ciertas
partes de los cromosomas. El FISH se puede usar para ver
secciones específicas del gen BCR-ABL en los cromosomas.
Se puede usar en muestras regulares de sangre o de médula
ósea sin necesidad de primero hacer cultivos de las
células. La técnica FISH es muy exacta y se usa en
muchos centros médicos.

Reacción en cadena de la polimerasa:
ésta es una prueba súper sensible para ver el
oncogén BCR-ABL en las células de la leucemia.
Puede hacerse en muestras de sangre o de médula
ósea y puede detectar cantidades muy pequeñas de
BCR-ABL, aun cuando los médicos no puedan detectar el
cromosoma Filadelfia en las células de la médula
ósea mediante pruebas citogenéticas. La PCR se
puede usar para ayudar a diagnosticar CML, y también es
útil después del tratamiento para ver si aún
hay copias del gen BCR-ABL. Si aún se encuentran copias de
este gen, esto significa que la leucemia sigue presente, aun
cuando las células no son visibles en el
microscopio.

Estudios por
imágenes

Los estudios por imágenes producen
fotos del interior del cuerpo. Hay varios estudios por
imágenes que se pueden hacer en las personas con leucemia.
Estos estudios no son necesarios para diagnosticar leucemia, pero
pueden hacerse para ayudar a determinar el grado de la
enfermedad.

Tomografía computarizada La
tomografía computarizada (computed tomography, CT) es un
tipo de rayos X que produce imágenes transversales
detalladas del cuerpo. Contrario a una radiografía
regular, las CT pueden mostrar el detalle en tejidos blandos (tal
como órganos internos). Esta prueba puede ayudar a
determinar si cualquiera de los órganos del cuerpo
está inflamado. Generalmente no se necesita para
diagnosticar la CML, pero puede hacerse si su médico
sospecha que la leucemia se está desarrollando en un
órgano, como su bazo.

En lugar de tomar una sola imagen como lo
hacen los rayos X regulares, un explorador de tomografía
computarizada toma muchas imágenes mientras gira alrededor
del cuerpo. Luego una computadora combina estas
fotografías en imágenes detalladas de la parte de
su cuerpo bajo estudio.

A menudo, antes de tomar cualquier imagen,
se le podrá solicitar que beba aproximadamente entre una y
dos pintas de un contraste oral que ayuda a delinear el intestino
más claramente. También es posible que le apliquen
una línea intravenosa (IV) mediante la cual se inyecte una
clase diferente de tinte de contraste (contraste intravenoso).
Esto ayuda a delinear mejor los vasos sanguíneos y los
órganos internos.

La inyección IV del colorante de
contraste puede causar una sensación de sonrojo
(enrojecimiento y sensación de calor en la cara o en otras
áreas del cuerpo). Algunas personas son alérgicas
al colorante y desarrollan urticaria. Rara vez, pueden
presentarse reacciones más graves, como problemas para
respirar y presión arterial baja. Asegúrese de
decir al médico si alguna vez ha tenido alguna
reacción a cualquier material de contraste usado para
rayos X.

Las tomografías requieren más
tiempo que los rayos X convencionales. Necesita acostarse
inmóvil sobre una camilla mientras se realiza el estudio.
Durante la prueba, la mesa se mueve hacia adentro y hacia afuera
del escáner, una máquina en forma de aro que rodea
la mesa por completo. Es posible que se sienta un poco confinado
acostado en el anillo mientras se toman las
imágenes.

Imágenes por resonancia
magnética Las imágenes por resonancia
magnética son particularmente útiles para examinar
el cerebro y la médula espinal. Este estudio
también se puede utilizar para examinar otras áreas
del cuerpo. Las imágenes por resonancia magnética
usan ondas de radio e imanes potentes en lugar de rayos X. La
energía de las ondas radiales es absorbida por el cuerpo y
luego liberada en un patrón formado por el tipo de tejido
del cuerpo y por ciertas enfermedades. Una computadora traduce el
patrón en una imagen muy detallada de las partes del
cuerpo. Esto no sólo produce imágenes de las
secciones transversales del cuerpo como un examen CT, sino que
también produce imágenes de secciones que son
paralelas a la longitud del cuerpo. Se puede inyectar un material
de contraste al igual que en los exámenes de CT, pero esto
se hace con menos frecuencia.

Suelen tomar más tiempo que las
tomografías computarizadas, a menudo hasta una hora. Usted
debe permanecer acostada dentro de un tubo estrecho, que
podría ser confinante y puede que resulte molesto para las
personas que temen a los lugares cerrados. Un equipo especial de
MRI "abierto" puede ayudar con este problema. La máquina
produce un zumbido fuerte que puede resultar incómodo. En
algunas instituciones se proporcionan audífonos para
bloquear este ruido.

Ecografía :

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La ecografía, o ultrasonido, se
utilizan ondas sonoras y su eco para producir una imagen de los
órganos o masas internas. En esta prueba, se le coloca en
la piel (que primero se lubrica con gel) un pequeño
instrumento pequeño similar a un micrófono y que se
llama transductor, el cual emite ondas de sonido y recoge el eco
que rebota desde los órganos. Una computadora convierte el
eco en una imagen que aparece en la pantalla.

La ecografía abdominal se puede usar
para saber si hay órganos inflamados dentro de su abdomen,
como el hígado y el bazo.

Esta prueba es fácil y en ella no se
utiliza radiación. Simplemente el paciente se acuesta
sobre una mesa, y el técnico pasa el transductor sobre la
parte del cuerpo que se está examinando.

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Figura 1. Imágenes de pelvis
ósea del caso 1. A: radiografía simple de pelvis
que muestra esclerosis y lesiones líticas en el hueso
ilíaco izquierdo. B: tomografía de pelvis
ósea que muestra tumoración que rodea el hueso
ilíaco, lesiones osteolíticas y
periostitis.

A pesar de lograrse la remisión
hematológica 6 meses después del comienzo de la
quimioterapia con un esquema de idarubicina, arabinósido C
y etopósido, la lesión tumoral sacra
continuó creciendo e imposibilitaba la marcha debido al
incremento del dolor y el desarrollo de contractura en
flexión de la cadera izquierda. Una nueva biopsia de la
lesión mostró un tumor maligno de células
redondas, poco diferenciado.

Caso 2

Escolar, varón de 8 años de
edad, hospitalizado por fiebre de 38,5 °C, artritis
migratoria de codos y rodillas, derrame articular y contractura
en flexión de la rodilla izquierda de 1 mes de
duración. El niño tenía dolor y
limitación para la rotación interna de la cadera
derecha e inflamación del tobillo derecho. Los
exámenes de laboratorio mostraron leucocitosis, anemia y
trombocitopenia. Una semana después, presentó
leucocitopenia (3,8 3 103/ml), aumento de la VSG (> 40 mm/h),
la PCR (16,5 U/ml) y las concentraciones séricas de LDH
(520 U/ml) (tabla 1). La radiografía de rodillas
mostró bandas radiotransparentes metafisarias en
fémur distal y tibia bilateral. Se hizo el
diagnóstico inicial de AIJ. En vista de la persistencia de
alteraciones hemáticas, se realizó aspirado de la
médula ósea que mostró el 95% de
infiltración por blastos, lo que confirmó el
diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda (LLA)
con morfología L1. Los síntomas articulares
remitieron una semana después de iniciado un esquema de
quimioterapia con prednisona, metotrexato, vincristina,
asparginasa y daunorrubicina.

Cómo se
trata la LMA

Usted podría recibir tratamiento en
fases. En la primera fase (fase de inducción), los
médicos le administrarán el tratamiento para hacer
que su LMA entre en remisión. Remisión es cuando no
hay más signos de leucemia. Después de que usted
entra en remisión, recibirá la siguiente fase
llamada tratamiento para después de la remisión. El
objetivo de esta fase es eliminar las células de leucemia
ocultas y ayudarlo a permanecer en remisión.

  • Quimioterapia: Este medicamento
    también en conocido como quimio. Es utilizado para
    eliminar las células con cáncer. Durante la
    inducción, el médico podría darle uno o
    más tipos de quimioterapia.

  • Trasplante de médula
    ósea o células madre:
    Esto podría
    ser parte de su tratamiento para después de la
    remisión. Durante este procedimiento, se colocan
    médula ósea o células madres en su
    sangre a través de una cánula intravenosa. Las
    células madres deben dirigirse hacia su médula
    ósea y comenzar a producir nuevas
    célula

Terapias dirigidas para leucemia
mieloide crónica

En los últimos 10 años,
medicamentos nuevos que se dirigen a partes específicas de
las células cancerosas se han convertido en la
opción de tratamiento convencional para muchas personas
con cáncer. Las células de CML contienen un
oncogén, BCR-ABL, que no se encuentra en las
células normales. Este gen produce una proteína
BCR-ABL, que causa que las células CML crezcan y se
reproduzcan descontroladamente. BCR-ABL es un tipo de
proteína conocida como tirosina cinasa. Los medicamentos
que se dirigen a la proteína BCR-ABL, conocidos como
inhibidores de la tirosina cinasa se han convertido en el
tratamiento convencional de la CML. Estos medicamentos tienen
menos probabilidades de afectar las células normales de
manera que generalmente sus efectos secundarios no son tan graves
como los observados con los medicamentos
quimioterapéuticos convencionales o con el
interferón (que se describen en la sección "Terapia
con interferón"). No obstante, estos medicamentos
ocasionan efectos secundarios, algunos de los cuales se mencionan
a continuación. También es importante comprender
que todos los inhibidores de la tirosina cinasa pueden causar
daños al feto en caso de tomarse durante el embarazo.
Estos medicamentos parecen ser más eficaces en la CML que
aún está en fase crónica, aunque
también algunos medicamentos más nuevos ayudan a
las personas con una enfermedad más avanzada.

Imatinib Imatinib (Gleevec) fue el primer
medicamento específicamente dirigido a la proteína
tirosina cinasa BCR-ABL, y rápidamente se convirtió
en el tratamiento convencional de pacientes con CML. Como el
imatinib fue el primer medicamento, se conoce como un inhibidor
de la tirosina cinasa (tyrosine kinase inhibitor, TKI) de primera
generación.

Casi todos los pacientes con CML responden
al tratamiento con imatinib, y la mayoría de estas
respuestas parecen durar por muchos años. Este medicamento
no parece provocar que la leucemia desaparezca y no regrese. Por
lo tanto, los pacientes necesitan tomarlo indefinidamente (o
hasta que deje de surtir efecto). Imatinib se toma por vía
oral como pastilla, con comida, usualmente una vez al
día.

Los efectos secundarios posibles de
imatinib usualmente son menos graves de los observados con los
medicamentos quimioterapéuticos convencionales o con el
interferón (que se describe en la sección "Terapia
con interferón", pero estos efectos secundarios pueden ser
más graves con dosis más altas del
medicamento.

Los efectos secundarios comunes pueden
incluir diarrea, náuseas, dolores musculares y cansancio,
los cuales son habitualmente leves. Aproximadamente un 30% de las
personas que reciben este medicamento experimentan erupciones
dérmicas con comezón. Si es necesario, la
mayoría de estos síntomas se puede tratar
eficazmente.

Otro efecto secundario común es la
acumulación de líquido alrededor de los ojos, pies
y abdomen. En raros casos el líquido se puede acumular en
los pulmones o alrededor del corazón, lo que puede
ocasionar problemas con la respiración. Algunos estudios
han sugerido que parte de esta acumulación de
líquido se debe a los efectos del medicamento en el
corazón, aunque esto es raro. Aún no es claro
qué tan grave es este efecto secundario o si desaparece
cuando se suspende el tratamiento. Si está tomando este
medicamento, notifique inmediatamente a su médico si nota
un aumento de peso repentino, dificultad para respirar o
acumulación de líquido en cualquier parte del
cuerpo.

Muchos medicamentos pueden interactuar con
imatinib y causar problemas. Asegúrese de que su
médico siempre tenga una lista de todas las medicinas que
está tomando, incluso las medicinas de venta sin receta,
vitaminas y complementos.

Otro efecto secundario posible es una
reducción del número de glóbulos blancos y
de plaquetas. Cuando esto ocurre al principio del tratamiento, se
puede deber a que las células formadoras de sangre que
producen estas células forman parte de este proceso
maligno. Si éste es el caso, las células
productoras de sangre normales predominan, y la cuenta de
células sanguíneas volverá a ser normal con
el pasar del tiempo. Su médico puede decirle que deje de
tomar el medicamento por un periodo de tiempo breve si su
número de células sanguíneas se reduce
demasiado. Esto también puede ocurrir más tarde en
el tratamiento. En el pasado, los bajos recuentos de
glóbulos rojos se trataban con un factor de crecimiento
para favorecer la producción de glóbulos rojos, tal
como eritropoyetina (Procrit®) o darbepoietina
(Aranesp®), pero hoy día estos medicamentos se usan
con menos frecuencia. En lugar de esto, su médico puede
reducir la dosis de imatinib para ver si los recuentos
mejoran.

En algunos pacientes, parece que
eventualmente el imatinib deja de surtir efecto. A esto se le
llama resistencia al imatinib. Parece ser que la resistencia al
imatinib es causada por cambios en los genes de las
células de la CML. Algunas veces esta resistencia se puede
vencer aumentando la dosis de imatinib, pero algunos pacientes
necesitan cambiar a un medicamento diferente, como por ejemplo a
otro de los TKI que se describen a
continuación.

Dasatinib El dasatinib (Sprycel) es otro
inhibidor de la tirosina cinasa que se dirige a la
proteína BCR-ABL. Como apareció después del
imatinib, se le llama un TKI de segunda generación. Al
igual que el imatinib, este medicamento es una pastilla que se
toma por vía oral.

El dasatinib se usó inicialmente
como tratamiento de la CML en pacientes que no podían
tomar imatinib debido a los efectos secundarios o porque el
imatinib no surtía efecto. Los estudios posteriores
demostraron que cuando se usaba como tratamiento inicial,
funcionaba mejor que el imatinib en muchos pacientes con CML.
Actualmente está aprobado para usarse como tratamiento
inicial para CML.

La dosis de dasatinib que se usó
inicialmente fue de 70 mg dos veces al día. Luego, los
médicos se dieron cuenta que administrar 100 mg al
día es igual de eficaz pero con menos efectos secundarios.
Por lo tanto, ésta es la dosis que se usa con más
frecuencia. La dosis para los pacientes que están en la
fase acelerada o blástica es de 140 mg al
día.

Los posibles efectos secundarios del
dasatinib parecen ser similares a los del imatinib, incluso la
acumulación de líquido, disminución de los
números de células sanguíneas,
náuseas, diarrea y erupciones dérmicas. Un efecto
secundario importante que se puede presentar con este medicamento
consiste en acumulación de líquido alrededor del
pulmón (llamado derrame pleural). Este efecto secundario
es más común en pacientes que reciben este
medicamento dos veces al día. El líquido se puede
drenar con una aguja, aunque se puede acumular nuevamente, lo que
pudiera requerir que se reduzca la dosis de dasatinib.

Al igual que con imatinib, hay muchos
medicamentos que interaccionan con dasatinib, y debe evitarse su
uso. Asegúrese de que su médico siempre tenga una
lista de todas las medicinas que está tomando, incluso las
medicinas de venta sin receta.

Nilotinib El nilotinib (Tasigna) es otro
inhibidor de la tirosina cinasa de segunda generación que
se dirige a la proteína BCR-ABL. Al igual que el
dasatinib, este medicamento fue inicialmente aprobado para usarse
en personas que no podrían tomar imatinib o para aquellas
cuyas CML ya no responde a este medicamento. Esto incluye a
pacientes en fase acelerada y blástica. También se
ha estado estudiando como tratamiento inicial en un estudio
clínico para comparar el nilotinib con el imatinib en
pacientes recientemente diagnosticados con CML. En este estudio,
el nilotinib fue más eficaz que el imatinib, y el
nilotinib ahora está aprobado como tratamiento inicial de
CML.

Los efectos secundarios del nilotinib
parecen ser leves, pero pueden incluir acumulación de
líquido, disminución de los números de
células sanguíneas, náuseas, diarrea y
algunas anomalías en pruebas de laboratorio. Puede causar
altos niveles de azúcar en la sangre y pancreatitis,
aunque esto ocurre en pocas ocasiones. Este medicamento
también puede afectar el ritmo cardiaco, causando algo
llamado síndrome de QT prolongado. Por lo general, esto no
causa ningún síntoma, pero puede ser puede algo
grave o incluso mortal. Por esta razón, los pacientes
deben someterse a un electrocardiograma (ECG) antes de tomar
nilotinib, y una vez más durante el
tratamiento.

Al igual que con otros inhibidores de la
tirosina cinasa, ciertos medicamentos pueden interactuar con el
nilotinib y se deben evitar. Este medicamento puede causar un
problema grave (y hasta mortal) en el ritmo cardiaco. Por lo
tanto, es especialmente importante asegurarse de que su
médico sepa las medicinas que está tomando, incluso
las medicinas y complementos de venta sin receta. También
necesita hablar con su médico antes de comenzar a tomar un
medicamento nuevo, para asegurarse de que es seguro.

Bosutinib

El bosutinib (Bosulif®) es otro
inhibidor de la tirosina cinasa de segunda generación
dirigido a la proteína BCR-ABL. Por el momento, este
medicamento ha sido aprobado por la FDA solamente para el
tratamiento a pacientes que ya hayan recibido tratamiento con
algún otro inhibidor de la tirosina cinasa.

Los efectos secundarios comunes son
generalmente leves e incluyen diarrea, náuseas,
mitos, dolor abdominal, salpullido, fiebre, cansancio y
un recuento bajo de células sanguíneas (incluyendo
un bajo recuento de plaquetas, glóbulos rojos y
glóbulos blancos). Con menor frecuencia, este medicamento
puede también causar problemas en la retención de
líquidos, daños hepáticos y reacciones
alérgicas graves. Su médico le someterá a
análisis de sangre de forma periódica para observar
si hay problemas con el hígado y ver si hay bajos
recuentos en la sangre.

Al igual que otros inhibidores de la
tirosina cinasa, el bosutinib puede causar reacciones con un
número de otros medicamentos, por lo que es especialmente
importante asegurarse de que su médico sepa las medicinas
que está tomando, incluso las medicinas y complementos de
venta sin receta. También necesita hablar con su
médico antes de comenzar a tomar un medicamento nuevo,
para asegurarse de que es seguro.

Ponatinib

El ponatinib (Iclusig™) es un nuevo
inhibidor de la tirosina cinasa dirigido a la proteína
BCR-ABL. Este medicamento es usado para tratar pacientes con
leucemia mieloide crónica que ya haya recibido tratamiento
con algún otro inhibidor de la tirosina cinasa. Este
medicamento a menudo funciona cuando los demás de su tipo
no lo hacen. En algunos pacientes con leucemia mieloide
crónica, el tratamiento con un inhibidor de la tirosina
cinasa puede causar que las células cancerosas desarrollen
un cambio genético particular (conocido como la
mutación T315I) que causa que los otros inhibidores de la
tirosina cinasa no sean eficaces. El ponatinib es el primer
inhibidor de la tirosina cinasa que funciona contra las
células de la leucemia mieloide crónica que
presentan dicha mutación.

Este medicamento se administra de forma
oral mediante una pastilla que se toma una vez al
día.

La mayoría de los efectos
secundarios son leves y pueden incluir dolor abdominal, jaquecas,
erupciones u otros problemas de la piel, y cansancio. La
hipertensión arterial es relativamente común y
puede que requiera ser tratada con medicamento. Con menor
frecuencia, pueden surgir efectos secundarios más graves,
como coágulos en las arterias que causen ataques cardiacos
o derrames, problemas hepáticos y pancreatitis
(inflamación del páncreas que puede ocasionar dolor
abdominal, náusea y vómito).

 

 

Autor:

Jairo Lizer Linares
Hualinga

 

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