Mi primer viaje a las cataratas del Iguazú –
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Mi primer viaje a las cataratas del
Iguazú
Inducido por circunstancias especiales y personales que
trataré de contar a lo largo del presente relato, me vi
envuelto en la más sorprendente aventura, jamás
imaginada…
¡Por supuesto!: Nunca me había ocurrido algo
semejante.
Al terminar los Actos de Clausura del VII Encuentro Literario
Internacional "CATARATAS DEL IGUAZU" (en la tarde del día
21 de Octubre del 2.007), al que asistí -por primera vez-
invitado por E JENDU: Arte, Ciencia y Cultura, el sentido de mi
vida dio un giro trascendental.
Mi escala de prioridades en la vida se modificó
definitivamente, para darme a conocer otros valores que hasta ese
momento me eran desconocidos.
La tarde estaba bien avanzada, el sol ya no filtraba sus rayos
por los grandes ventanales situados a mi izquierda de una gran
aula-salón del Centro Cultural, donde se celebraba el
evento.
Allí acabarían los tres días dedicados al
reencuentro literario de un grupo de poetas, desconocidos entre
si hasta entonces pero que salimos hermanados para siempre.
Los asistentes fuimos convocados al certamen -por nuestros
respectivos anfitriones- con casi un año de
anticipación: "Talleres Araucaria", de El Dorado.
Efectivamente, fue un encuentro internacional y de alto nivel,
formado por poetas y aprendices – de ambos sexos- en
número de un centenar: iberoamericanos y algunos
europeos…
El objeto de reunir estos grupos literarios en ciertos lugares
estratégicos -como en este caso cercano a las Cataratas
del Iguazú- empezó a tener un sentido claro para
mí.
Nunca había asistido a reuniones de este tipo en mi
vida y me animé a estar presente -en esta ocasión-
, por la belleza tan linda que encontré en mis dos viajes
anteriores a Argentina y haber visitado esta provincia de
Misiones.
Considero que estos encuentros literarios, tienen por objeto:
fomentar la cultura, divulgar los trabajos literarios de
escritores, aficionados unos y consolidados otros -en más
o menos grado-, y que estén integrados por personas que
cultivan las letras en cualesquiera de sus manifestaciones.
Es una bonita y agradable forma de hacer nuevas amistades,
turismo, cultura y dar a conocer parte de las obras de los
autores del momento -sobre todo noveles-.
Las exposiciones de las obras se hacían directamente de
viva voz por cada autor.
Creo sinceramente, que debe haber muy pocos escritores
dispuestos a no dar mérito a sus trabajos, sin embargo
somos nosotros, al recitar o leer en público nuestras
obras, cuando les restamos valor.
Desde luego -aquellos que no estamos acostumbrados a ser el
centro de las miradas de los demás- nos vemos en serios
aprietos, al hacerlo.
Lógicamente la mayoría de nosotros llevamos el
ego personal escondido.
Al finalizar la mañana, se dieron por terminadas las
presentaciones y lecturas de los trabajos que se presentaron por
cada autor.
Ahora nos iban nombrando por orden alfabético del
primer apellido para entregarnos un diploma recordatorio de la
asistencia a los actos y por haber participado en el evento
literario.
Consideré un precioso obsequio la cartulina a enmarcar,
diestramente decorada que, me entregaron al llegarme el
turno.
Me encargaría de enmarcarlo al llegar a mi país,
para que me sirviese -al instalarlo en casa- de decoración
para algún hueco en las paredes vacías de mi
escritorio.
En la afrontada del salón, de cara a los participantes,
estaban situados media docena de componentes directivos que
presidían el acto, cuyos miembros se turnaban la palabra,
glosando de forma coloquial la clausura anual del Encuentro
Internacional Literario Cataratas de Iguazú VII.
Cerró el acto de clausura el Presidente de la mesa con
unas palabras de agradecimiento a todos los asistentes y
colaboradores que se habían esforzado eficazmente para que
todo resultase un éxito cultural, ameno y
fructífero en todos los aspectos.
Posteriormente y a la finalización de sus palabras hubo
un pequeño refrigerio otorgado a los asistentes por los
organizadores -Talleres Araucaria- El Dorado: compuesto por
algunas bebidas -no alcohólicas- acompañadas de
canapés variados.
Mientras consumíamos este -tente en pié–,
intercambiábamos algunos trabajos publicados, direcciones,
e-mail o teléfonos para poder seguir en contacto.
Fui de los primeros en abandonar el recinto y me
encaminé hacia la habitación de mi hotel para dejar
algunos libros y la bolsa que me había servido de
portafolios durante mi asistencia, de varios días.
A medida que me distanciaba del centro cultural, notaba un
relajamiento corporal y un descanso mental reconfortante.
Este estado de bienestar iba creciendo a medida que me
acercaba al hotel y en mi cabeza se forjaba una añoranza
persistente desde que volví a Iguazú.
Estaba empezando a organizarme mentalmente- en aquello que
haría durante el corto espacio de tiempo que mediaba hasta
llegada la hora de la cena en el hotel- y la añoranza- que
me había invadido todo el día- volvía a
golpear nuevamente.
Si descansaba tumbado en la cama, corría el riesgo de
quedarme dormido y sin cena.
Estaba un poco cansado para leer un rato.
Para tratar de hacer hora, debía ocuparme en algo: pero
en leer tumbado.
Hasta que fuesen las 21,30 horas: cuando empezarían a
dar las cenas en el hotel…, pensé: (tengo tiempo
suficiente de visitarlas…).
"Como si hubiese sido atraído por una fuerza especial o
sobrenatural…: quizás…, inducido por una
necesidad perentoria que me atraía firmemente, -ignorada
por mí hasta entonces-, noté en mi interior una
nostalgia sonámbula que me llevaba hasta la sobrecogedora
Garganta del Diablo".
Interiormente me fue embargando una necesidad inaplazable de
hacer una visita, -aquella misma tarde- a las Cataratas del
Iguazú.
En varias ocasiones durante el día había pensado
en ello, pero no pude hacer un hueco en mí tiempo, ocupado
por la asistencia a las: charlas, exposiciones o lecturas
literarias de los asistentes.
El día anterior las había contemplado -en la
distancia- desde los ventanales del hotel Sheraton, a tiro de
cañón-.
Por cierto: son maravillosas, sorprendentes, majestuosas y
más…
"Las Cataratas del Iguazú fueron descubiertas en el
siglo XVI por un destacamento español de conquistadores –
que oyeron su ruido a varias leguas del enclave- a cuyo frente
figuraba Don Álvaro Núñez Cabeza de Vaca en
enero de 1.542, cuando se dirigían desde Isla de Santa
Catalina a Asunción, la denominaron entonces el salto de
Santa María.
En el idioma Guaraní significan –agua grande.
Son cerca de 300 saltos de hasta 100 metros en
caída.
No se pueden encontrar adjetivos para poder describirlas con
exactitud…
Al menos yo no soy capaz de hacerlo adecuadamente…
Todo lo que se diga es poco…
¡No podía dejar de volver por allí
nuevamente!
-Era de obligado cumplimiento-…
Lo necesitaba, como alimento y remedio espiritual…
Mi alma me lo exigía y mi cuerpo no podía
oponerse a sus deseos.
Vista de las cataratas del Iguazú. En el centro la
Garganta del diablo.
Por otra parte: tampoco se pueden dejar de visitar las
Cataratas del Iguazú y volvernos por Misiones (Argentina),
por Foz de Iguazú (Brasil) o por Ciudad del Este
(Paraguay), pensando que has hecho un viaje perfecto, si no
visitas ese delicioso e inigualable paraje y además, si
estando tan cerca del lugar, -te vas sin visitarlas-, no
encontrarás sosiego posible en adelante, ni te
perdonarás la cobardía.
Seguro que las visitarás y -lo harás- tantas
veces como te encuentres cerca de allí, claro: si no eres
un ser irracional y mediocre -oponiéndose a sus propios
sentimientos-.
Sería un sacrilegio no hacerlo, porque ofendes a la
madre Naturaleza y a tu propia persona, no dándole a
contemplar tal delicia.
"Al menos así lo siento en mí cada vez que viajo
por sus cercanías".
¡Ejerce un poder de atracción tan especial e
increíble de expresar…!.
Parece…, -estando allí-, como si entrases en
éxtasis o te llegase la última hora, avistando las
puertas del Más Allá: -donde habrás de
rendir cuentas algún día.
Sientes filtrarse todas las escorias que llevas dentro,
eliminándolas en las granzas personales que sueltas, o al
arrojarlas a las aguas purificadoras:
-consecuencias de los caminos embarrados por los que transitas
en esta penosa vida-.
Algo se escapa del alma que te la deja como más joven y
despierta…
Dispuesta a emprender nuevos caminos y con más renovada
ilusión; como si encalases de nuevo tu casa…
Llenándola de vida nueva…
Pulcra como la nieve recién caída.
Se asemeja al momento cumbre de recibir por primera vez el
Sacramento de la Eucaristía -en tu primera
comunión-, si lo has experimentado.
La ilusión traspasa los Esteros del Iberá -otra
de las grandes maravillas de mi amada Argentina, (reserva
hídrica de la Biosfera) -en la vecina provincia de
Corrientes, más al sur.
"Pareces caer de golpe sobre el centro de la tierra".
Se hace patente la grandeza de las aguas y, te sientes parte
de la nada ante tal acontecimiento.
Se te olvidan los problemas cotidianos y muchos de ellos
soltarán sus lastres, especialmente los de origen
espiritual o de dudas.
La vida se ve desde un prisma muy diferente al cotidiano.
Es como si con un diamante rallasen la coraza en que
estás envuelto -quedándote un brillo
imperecedero-.
Tu intimidad y tu orgullo se resienten…, no eres ni el
polvo del camino que has andado.
Es muy difícil de explicar para el que, -como yo- no
tiene la capacidad de ahondar en tales descripciones y salir
airoso de ellas.
La mano de Dios se nota por todas partes.
"Es creación Divina."
¡Seguro que sí!…
Ni el Macchu Picchu, ni las Pirámides de Egipto, Nueva
York o la inmensidad del Mar, etc., llegarán a limpiarte
el alma, como lo hará: el permanecer unos minutos mirando
la Garganta del Diablo, apoyado sobre la barandilla quita
miedos.
Te trasladaste a las puertas de la Gloria y entras en un
estado de contemplación inigualable…
Algo se escapa de tu yo…, y se queda pululando en el
ambiente; quizás, transformado en vencejos para flotar en
el aire o gravitando por encima de las aguas, al inspirar el
aliento de la tierra.
En las noches: fugaces luciérnagas iluminan el embrujo
-del festín- que organizan las aguas cayendo sobre las
fauces del monstruo que encierran, llevándose vapores y
ruidos en sus alas traslúcidas, para enriquecer los
humedales, -a la vez- que forman precoces nubes, impacientes por
recorrer los espacios siderales…
–Aquí te proporciono -amigo lector- algunos datos de
interés por si te pueden ser útiles:
"El Parque Nacional Iguazú ocupa una superficie de 600
millones de metros cuadrados, o lo mismo a: 60 mil
hectáreas aproximadamente".
Les recomiendo, además de hacer las visitas oportunas a
los saltos de agua -tanto de la parte argentina como de la
brasileña-, recorrer los senderos internos del Parque y
podrán disfrutar de lugares de increíble y
bellísima naturaleza.
"Es una riquísima selva tropical , con una muy amplia
variedad de flora u fauna ( se le calculan unas 2.000 plantas
diversas, más de 400 aves diferentes, gran variedad de
mamíferos, reptiles e insectos), -yaguareté, monos,
puerco espines, jabalíes, cuatíes, lagartos,
carpinchos, jacarés, pavos de monte, cuatíes,
distintas variedades de mirlos- macucos-,etc."
Es increíble e indómita toda la provincia
norteña de argentina -Misiones-.
Admirable por todas sus gentes y por esa belleza natural que
encierra.
¡Cuánta majestuosidad he visto en su suelo virgen
y en tan poco tiempo!…
Sus otros muchos saltos de agua, aun desconocidos para la
mayoría de los turistas, para los provincianos y
aún más para extraños de la zona.
No te puedes perder una visita por estas tierras para mostrar
a tus ojos los encantos seductores, de colorido inigualable que
allí se concentran.
Date el placer de recorrer gran parte de la cuenca del
río Paraná hasta contemplar las fronteras que hacen
Argentina, Paraguay y Brasil…, a tiro de piedra, -bueno a
12 Km.-, están enclavadas las cataratas del
Iguazú".
En las rocas mojadas -detrás de los saltos de agua- se
reproduce el vencejo, al que podrás ver con
múltiples requiebros cazando entre las aguas.
Está perfectamente adaptado al sitio y es como un
símbolo del lugar. Las aguas tratan de aplacar la sed de
la Garganta del Diablo…
La provincia de Misiones, situada en la parte noroeste de la
República Argentina, con una superficie de unos 30.000
km2, es una de las más pequeñas del país, su
orografía es ligeramente accidentada, donde aparecen
ligeras serranías selváticas muy prolíficas,
con alturas suaves no superiores a los 850 metros en el Monte
Barrancón.
La surcan innumerables riachuelos, que van a dar cauce a
algunos ríos de importancia, como -en orden creciente de
caudal-: Pepirí-Guazú, San Antonio, Iguazú,
Uruguay y el más importante de todo el Paraná.
Su suelo -rico en óxido de hierro y alúmina en
descomposición: le dan un color característico
colorado.
Su clima es subtropical con vientos flojos y húmedos
del Atlántico que le dan una temperatura media anual de
20° C.
Su flora es muy rica y variada que convierten sus dos
ecosistemas en un vergel tropical: con grandes árboles de
inestimables riquezas maderera.
Algunos de sus árboles sobrepasan los 50 metros de
altura, como: el lapacho, el cedro, la caña
fístula, el peteribí, el gua tambú, el
timbo, la cachañara, el palo rosa, el pino del
Paraná, etc., e infinidad de arbustos, enredaderas,
estratos herbáceos, plantas de cultivo mate y helechos,
etc.
También es muy rica y variada en cuanto a su fauna se
refiere, -como ya dije anteriormente-; una gran vistosidad tienen
sus pájaros, mamíferos, peces, insectos, etc.,
muchos de ellos en peligro de extinción, son
característicos: el yaguareté, el tapir, el oso
hormiguero, el lobo de río, la nutria, el oso melero, el
pecarí, la paca, el cuatí, monos; aves como el
tucán, el vencejo de las cascadas, la harpía, los
patos, el faisán, loros, mariposas muy variadas, moscas,
orugas y otros.
Algunas fotos de los alrededores de las Cataratas del
Iguazú, con la Garganta del Diablo en el centro.
Tanto en la provincia de Misiones, como en las que cruzas de
sur a norte -si viajas en auto- encontrarás verdaderas
maravillas que visitar o relajarte de un viaje largo de unos
1.100 Km. desde Buenos Aires; pero lo más conveniente es
viajar por avión, hasta Iguazú en la parte
Argentina o hasta Foz de Iguazú en la brasileña
-ambos aeropuertos son internacionales; así podrás
llegar más descansado y ganarás por lo menos un
día para ampliar tus visitas por los alrededores de las
Cataratas del Iguazú.
Tienes que ver las minas de Wanda, lugar de donde se extraen
las piedras semipreciosas de gran belleza natural y donde
podrás comprar a precio de costo aquellas que mejor vayan
con tu personalidad y llenen tu satisfacción personal
-realzando tu belleza-, además de hacer una buena
inversión en gemas.
Las ruinas de San Ignacio -te llevará a la época
evangelizadora de los Jesuitas sobre los nativos -casi todos
guaraníes– y las huellas dejadas por los
conquistadores.
La casa de Horacio Quiroga en San Ignacio, gran literato-de
origen uruguayo que vivió intensamente en la Argentina y
ha sido poco reconocido.
El puerto del Paraná a su paso por Posadas –capital de
Misiones-, otros saltos de agua magníficos, como los
Saltos del Macona.
Horacio Quiroga, Lugones y otros literatos de la época.
Cataratas con menos agua, La Garganta del Diablo.
Si tienes ocasión no dejes de visitar e incluso pasar
algunos días en los Esteros del Iberá en la
provincia de Corrientes.
En la parte brasileña -que conozco menos-, no dejes de
visitar la represa sobre el río Paraná denominada
de Itaipú -, una de las más grandes y en
producción de energía eléctrica la mayor del
mundo. Esta magna obra, recientemente -la Asociación
Norteamérica de Ingenieros Civiles- (al igual que lo
hiciera el griego Anti Páter en la antigüedad
eligiendo las siete maravillas del mundo de entonces: las
Pirámides de Egipto, los Jardines Colgantes de Babilonia,
el Templo de Artemisa, la Estatua del dios Zeus en el Olimpo, el
Coloso de Rodas, el Faro de Alejandría y el Mausoleo de
Halicarnaso), la propuso para ser elegida como una de las siete
maravillas del mundo moderno y, -la mayoría de los
afiliados y otros muchos especialistas-, la eligieron para ocupar
uno de esos siete puestos, a decir: el Golden Gate, el Canal de
Panamá, el Euro túnel, el Edificio Empire State, la
Torre Canadian National, el Proyecto de control de las aguas del
Mar del Norte y Represa de Itaipú sobre el río
Paraná, como la hidroeléctrica mayor del mundo en
producción de energía.
Represa de Itaipú sobre el río La séptima maravilla del mundo moderno y uno de | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Dicen los folletos turísticos, que: el Modelo de aprovechamiento pluvial en la La electricidad que producen sus turbinas: abastecen la |
Autor:
Francisco Molina Infante