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Nacionalismo musical en Venezuela (página 2)




Enviado por Amaranta Dutti



Partes: 1, 2, 3

Completamente diferente de su homónimo
dominicano, esta forma musical tuvo su mayor auge entre 1920 y
1940. Al principio, esta música fue relacionada a los
mabiles, lugares estrictamente destinados a la bebida y el baile.
También fue por muchos años la música con la
que se celebraban los carnavales en Caracas. Después de
los años 1940, este estilo musical cayó en desuso.
No obstante, gracias a la contribución de compositores y
músicos de la talla de Luís Laguna, Pablo Camacaro,
Cruz Felipe Iriarte, Cristóbal Soto, Adelys Freites,
Cecilia Todd, Lilia Vera, Simón Díaz, Ensamble
Gurrufío, El Cuarteto, Gualberto Ibarreto, Los
Cañoneros y Los Antaños del Stadium, el merengue
venezolano ha recobrado su merecido espacio en la escena musical
venezolana durante los últimos treinta años. Es
importante mencionar que aunque el merengue venezolano ha sido
históricamente relacionado a la ciudad capital, Caracas,
la región oriental y centro-occidental también
tienen al merengue entre uno de sus géneros de
música tradicional folklórica. Su
instrumentación puede consistir en cuatro, rallo, maracas,
mandolina, guitarra, clarinete, flauta, trombón, trompeta,
saxofón y batería. Aun cuando ha existido una
histórica controversia acerca de cuál es la
verdadera medida rítmica del merengue venezolano, se puede
concluir que existen tres tipos de medidas asignadas para tal
fin: Una forma binaria en 2/4, otra en 6/8 y una última en
5/8, siendo ésta la favorita de los músicos y
compositores de las últimas décadas.

Bambuco andino

Siendo típicamente andino (Estados Tachira,
Merida y Trujillo), este género musical se localiza
también en los estados Zulia, Lara y Distrito Capital,
encontrándose en éstos últimos bajo formas
de melodías románticas.

La sonoridad de la palabra "bambuco" evoca en la mente
del oyente cierta cercanía con las melodías
africanas. Sin embargo, la realidad es otra: El Bambuco es un
ritmo acompasado y cadencioso que tiene su origen en
España y América, específicamente en
Colombia. Su profunda raigambre en el territorio neogranadino
hace que el Bambuco trascienda las fronteras y se arraigue en el
occidente venezolano, específicamente en los Andes y
Zulia, donde sufre algunas modificaciones en los compases y
estructura. Cabe destacar que en cada región adquiere un
acento propio de la geografía y las
tradiciones.

A decir de algunos musicólogos, el Bambuco
presenta ciertas analogías con las llamadas "habaneras",
especialmente en los lánguidos matices del fraseo de sus
versos. Sin embargo, mientras la versión cubana tiene un
compás 3/4, el ritmo venezolano es 6/8
(semicorchea-corchea-semicorchea). Los especialistas recuerdan
que las introducciones e interludios del Bambuco emulaban
instrumentalmente los tríos de boleros que colmaron la
escena en el siglo XX. Su estructura musical rompe con todos los
cánones, al no estar limitada a cuatro tonos
cíclicos.

En cuanto al acompañamiento, en el Bambuco
venezolano están presentes el piano, el bajo y la
guitarra, teniendo una característica especial en la
región andina donde se incorporan la mandolina, el
violín, el tiple, el cuatro y la flauta. Los temas de
inspiración son idílicos, nostálgicos y
evocadores, con ciertos matices señoriales y hasta
sublimes.

Música campesina

La música campesina (también llamada
"merengue campesino") es una expresión cultural de los
andes venezolanos (Estados Mérida, Táchira,
Trujillo y parte de Barinas). Este género se diferencia de
la música llanera en que el güiro sustituye a las
maracas y la guitarra remplaza al arpa. Tanto el cuatro como el
bajo son utilizados en ambas manifestaciones. Alrededor de la
década de 1970, el género se fue formando con las
primeras agrupaciones y fue a través de las disqueras
Divensa en Mérida, Potosí y Tamarindo que fue
evolucionando y se fue dando a conocer. Hoy existe una cantidad
interesante de agrupaciones representativas del género en
su mayoría en el estado Mérida, la zona del
Mocotíes y los pueblos del sur. Su instrumentación
consiste tradicionalmente en requinto, guitarra, violín,
cuatro venezolano y güiro.

Aguinaldos

Es un género musical típico de la navidad
en Venezuela. Según su tema pueden dividirse en aguinaldos
de parranda y religiosos.

Explica el maestro Ramón y Rivera, que este
género es ante todo cantado. Sin embargo acepta el uso de
numerosos instrumentos como acompañantes, entre ellos
destacan la charrasca, el chineco, el triángulo, un
rústico sonajero llamado pandereta, tambores de uno y dos
parches, panderos pequeños, furruco, cuatro, cinco y, en
ocasiones, guitarra.

Villancicos

La palabra villancico proviene del término
villano, que quiere decir aldeano o pueblerino. En Venezuela y
España se conoce con este nombre a un género
musical asociado a la celebración de la
Navidad.

En nuestro país estos cantos se caracterizan por
la forma en que el último verso de una estrofa es unido al
primero de la siguiente copla.

Los villancicos se encuentran, fundamentalmente, en los
estados andinos y en las poblaciones barinesas cercanas a la
montaña.

Estos cantos son composiciones polifónicas para
dos o más voces, que pueden o no contar con
acompañamiento instrumental.

El Vals

El vals venezolano, que en nuestro país se conoce
popularmente como valse, tiene su origen en el género
europeo homónimo.

En Venezuela el vals adquirió
características propias de su música
folklórica incorporando instrumentos y elementos
rítmicos en los años posteriores a la gesta
emancipadora.

Este género es característico de la
región de Los Andes y de la zona Centro Occidental del
país, sin embargo se puede encontrar en otras partes de la
geografía venezolana con sus particulares
diferencias.

El valse es interpretado con los siguientes
instrumentos: guitarra, tiple, arpa, cuatro, piano y el
clarinete, este último incorporado
posteriormente.

En la región Andina el violín y la
mandolina son los instrumentos solistas, acompañados de
guitara, tiple y cuatro.

El Polo

Esta especie lírica, de giros muy
melódicos y carácter melancólico, no tiene
relación alguna con su homónimo
español.

En Venezuela se cultiva en Falcón, donde se
conoce como polo coriano, y en la región oriental
(Anzoátegui, Sucre, Nueva Esparta), donde se llama: polo
margariteño.

El maestro Ramón y Rivera explica que "el polo se
canta generalmente como canto alterno entre dos hombres, pero
también muchas veces como expresión de la antigua
costumbre de improvisar en controversia sobre un tema
determinado."

El polo se ejecuta con cuatro, bandola, maracas y
guitarra y en sus letras los cantores cuentan las costumbres de
sus pueblos, historias de amores y hechos
históricos.

El polo margariteño se diferencia del coriano en
que el primero se canta con cuartetas de versos que riman los
versos pares (ABCB), mientras que el segundo se canta en
redondilla de pié cruzado octosílaba (ABBA y
ABAB).

Tonos de velorio

Los tonos de velorio son los cantos
característicos de la celebración de los Velorios
de Cruz durante la festividad de la Cruz de Mayo en los estados
Guárico, Apure, Portuguesa, Cojedes, Lara, Yaracuy,
Carabobo y parte de Aragua.

Esta fiesta se lleva a cabo el 5 de mayo de cada
año, como muestra de devoción a la cruz. Durante
este festejo las cruces son adornadas con flores y papeles de
colores.

El velorio se comienza desde tempranas de la noche
cantando los tonos y rezando el rosario hasta el
amanecer.

Los tonos de Velorio son cantos polifónicos,
interpretados por tres voces masculinas llamadas adelante,
contralto y tenor. Se ejecutan a capella o con
acompañamiento de cuatro.

Las voces participantes entran así: Primero la
voz llamada adelante, y luego se unen la más aguda
(contralto) y la más grave (tenor). Juntos cantan las
cadencias que se prolongan con largos ayes.

Durante la celebración se cantas distintos tipos
de tonos según los temas de sus letras o versos.
Así desde tempranas horas de la noche hasta las doce se
cantan tonos de pasión, de ese momento hasta las tres de
la mañana se interpretan tonos de María, desde
entonces hasta las cinco "tonos de juguete" y de allí
hasta el amanecer "tonos de amores".

La Fulía Central

Es el género musical característico de la
celebración de los velorios de cruz en el Estado Miranda y
en la costa del estado Vargas.

En esta zona del país, los celebrantes del
velorio se colocan frente a la Cruz para decir oraciones y rezar
o cantar el rosario. Posteriormente se recitan décimas,
alternándose con cantos de fulía de contenido
religioso o profano.

Las fulías son interpretadas frente al altar de
la cruz por solistas que se suceden y reciben respuesta del coro
de asistentes. En algunos lugares de la costa central, se
acostumbra utilizar una flor o palma como testigo para indicar a
los presentes quien es el solista que cantará al finalizar
el coro.

Según Luis Felipe Ramón y Rivera, la
alternancia de fulías y décimas procede de la
siguiente manera, luego de cantar dos o tres coplas uno de los
asistentes grita ¡Hasta ahí! Se detiene la
música dos o tres personas recitan una décima cada
uno sobre temas distintos, alternándose hasta completar
"los cuatro pies de décima". Al concluir lo decimistas
alguien grita: ¡Dale al cuatro! o ¡Dijo bien!, como
señal para continuar con el canto de
fulías

El maestro Ramón y Rivera explica que la
fulía mirandina, diferente a la oriental, se caracteriza
por ser una melodía irregular en la que un solista
interpreta un tema de 8 a 10 compases, al que responde un coro
con frases de 5, 6 ó 7 compases.

Los instrumentos acompañantes varían
según la zona, los más usuales son: el cuatro; el
plato de peltre, tambores de fulía y las palmadas de los
asistentes.

La Fulía Oriental

Es el género musical característico de la
celebración de los velorios de cruz en los Estados
Anzoátegui, Sucre y Monagas, donde se alterna con el canto
de galerones.

Según Ramón y Rivera, esta especie musical
proviene de Europa y en Venezuela mantuvo, además del
nombre, elementos melódicos de los cantos y bailes de
origen portugués y canario que llegaron a América
durante la colonización.

El maestro Ramón y Rivera explica que la
fulía oriental "discurre libremente en la voz del que
canta, sobre un acompañamiento de guitarra, cuatro y
bandolín. Este instrumento inicia el preludio y va
realizando un contrapunto con la voz, no ex profeso, sino como
resultado de la superposición del canto sobre los temas
que ejecuta el bandolín".

El Galerón

Es el canto típico de la celebración de
los velorios de cruz en la región oriental, donde se
alterna con las fulías características de esta
zona, distintas a las del centro del país.

De claro origen hispano, el galerón forma parte
de un antiguo cancionero que se difundió por toda el
área del Caribe. En Cuba, el punto guajiro, en
México la bamba, en Colombia el torbellino, en
Panamá la mejorana, son otras especies musicales
pertenecientes al mismo cancionero. Sólo varían sus
ritmos o compases, pues hasta las estrofas que acompañan
la melodía son las mismas: las décimas.

El canto de galerón se inicia después de
un preludio que ejecutan lo instrumentos acompañantes, el
bandolín, el cuatro, y la guitarra. Aquí, los mismo
que en Barlovento, cada cantor va cantando con sus décimas
un tema diferente que puede ser de historia, mitología,
amores y, desde luego, un tema "a lo divino" que es lo más
apropiado.

Cada galerón dura largo tiempo, entre uno y otro,
los cantores descansan, beben y conversan con el resto de los
presentes.

El galerón se encuentra igualmente en otros
lugares del país como Mérida, Táchira y
Cojedes. En los Andes es acompañado con un baile de
parejas, el llano también se baila y ha tomado algunos
aspectos melódicos del joropo.

El Punto

Es un género musical característico del
Oriente del país, donde se cantaba antiguamente junto con
el galerón y la fulía en la celebración de
velorios de cruz.

En Venezuela, al igual que en otras partes del Caribe,
el punto ha recibido diversas denominaciones según el modo
de cantarlo. En el país se le ha conocido con los nombres
de: punto, punto y llanto, punto cruzado, punto fuerte y punto
mampó. Los dos últimos, según reporta el
maestro Ramón y Rivera, están prácticamente
olvidados, mientras que el punto cruzado y el punto y llanto son
más fáciles de encontrar.

Para su interpretación se utiliza el
bandolín, acompañado de cuatro y
guitarra.

La Malagueña Este género musical se
utiliza para acompañar los velorios de cruz en los estados
orientales de Anzoátegui y Monagas, mientras que en Nueva
Esparta sirven de diversión en las Pascuas.

A pesar que se le den distintos usos en las islas
neoespartanas y en tierra firme, sus características
musicales son idénticas.

La Jota

Al igual que la malagueña, se utilizó para
el acompañamiento de los velorios de cruz en
Anzoátegui y Monagas, mientras que en Nueva Esparta
cumplió funciones de divertimento.

La jota es originaria de España, trasplantada a
nuestro país como muchas otras tradiciones ibéricas
traídas por los colonizadores. Algunos especialistas creen
que la jota que se conserva en varios países de
Latinoamérica mantiene elementos originarios que
perdió en su tierra natal.

Romances, salves y pasacalles

Se interpretan en velorios de santos, rituales similares
a los velorios de cruz en los que se reza y canta a un santo
determinado.

Los romances son característicos de la
región de occidente y de los andes, mientras que las
salves se cantan en la zona centro-occidental. Ambos cantos se
acompañan con instrumentos de cuerdas como el cinco, el
seis y el cuatro.

El pasacalle es un género musical que se asemeja
en sus características al romance, a la cual sustituye
cuando el santo es sacado en procesión.

Estos tres géneros también suelen ser
utilizados en rituales y procesiones navideñas.

Géneros
musicales afrovenezolanos

Golpes de tambor en honor a San Juan

El día de San Juan Bautista es el 24 de junio, y
en Venezuela se festeja en las localidades donde la influencia de
la cultura africana, como por ejemplo en las localidades
mirandinas de Barlovento, Caucagua, Cúpira y Río
Chico, así como en los estados Vargas, Aragua, Carabobo y
Yaracuy.

Las características de la fiesta varían de
una comunidad a otra, pero en términos generales la
celebración se inicia la noche anterior con golpes de
tambor grande (mina y curbata) en la plaza. Luego los tocadores
de tambor redondo se acercan a la casa donde está la
imagen del santo adornada, dando inicio al velorio. Al ritmo de
los tambores los solistas cantan alternados con el coro,
acompañados del sonido de guaruras y maracas.

El día de San Juan se celebra la misa en su honor
y al concluir se retoma la celebración con golpes de
tambor que acompañan al santo en procesión por el
pueblo rumbo a la casa donde reposará durante la
realización de un segundo velorio. El día 25, se
descansa hasta la tarde, cuando se despide al santo,
llevándolo por el pueblo hasta la iglesia, donde la imagen
baila junto a los portadores. Después de un tiempo el
santo es ingresado a la Iglesia y se cierran las puertas. La
fiesta continúa hasta el amanecer del día
siguiente.

En algunas poblaciones del estado Miranda (Santa teresa
y Santa Lucia y en los pueblos del litoral) se usan golpes de
tambor Redondo o Culo e puya, una batería constituida por
tres tambores: el pujao (sonido grave), el prima (agudo) y el
cruzao (medio). En Higuerote, Curiepe y Rio Chico, el toque de
estos tambores se alterna con el conjunto llamado tambor grande
conformado por el mina y la curbata. En los estados Vargas,
Aragua, Carabobo y Yaracuy el culo e puya y el grande son
sustituidos por un tambor de parche clavado llamado
cumaco.

Existen varias modalidades de golpes o toques de tambor
según la zona y la etapa de la celebración. Estas
son:

Golpes de tambor: estos cantos son de tipo responsorial,
con el acompañamiento de los tambores un solista canta
seguido del coro.

Sangueo: es un canto lento y ceremonial, que se utiliza
para la procesión del santo a través del pueblo. Es
característico de los estados Aragua, Carabobo y
Yaracuy.

Malembe: es la variante procesional que se utiliza en el
estado Miranda, es lento con acompañamiento de la
batería de tambores culo e puya. Se interpreta durante el
encierro (regreso del santo a la iglesia).

Cantos de sirena: son interpretados a capela como
preludio a la celebración sanjuanera en el estado
Yaracuy.

Golpiao: le sigue al sangueo en los festejos de San
Juan, es de ritmo más acelerado.

Corrio: es el golpe de tambor de mayor rapidez e
intensidad sonora, se interpreta después del
golpiao

Parranda de San Pedro

Se celebra en las poblaciones mirandinas de Guarenas y
Guatire cada el 29 de junio. El festejo consiste en una
representación dramática protagonizada por los
siguientes personajes: el Abanderado, San Pedro, el Cargador,
María Ignacia, los Tucusitos, los Sampedreños
Danzantes, La Diabla, el Sampedreñito y los
Músicos-Cantores.

Se dice que esta fiesta se originó en el siglo
XIX, cuando la esclava María Ignacia salió cantando
y bailando por el pueblo con su niña en los brazos
agradeciéndole a San Pedro la curación de su
pequeña hija. Cuentan que año tras año
María Ignacia repitió el ritual de gracias al Santo
y que después de muerta su esposo siguió
manteniendo viva la tradición, razón por la cual
este personaje es interpretado por un hombre.

La celebración de la parranda se inicia el
día anterior con cantos y bailes hasta la medianoche. Al
día siguiente se realiza una misa en honor a San Pedro. De
allí la imagen sale en procesión por el
pueblo.Durante la procesión los Sampedreños cantan
coplas, a las que responde el coro. A estos cantos
acompañan el cuatro, maraca y el conjunto de tambor
redondo. Algunos personajes de la parranda se hacen sonar
también sus cotizas (zapatillas) contra el
piso.

En la población de Guatire se produce el
encuentro de los santos: San Pedro y San Juan, que bailan frente
a frente llevados por los promeseros.

Cantos en honor a San Benito

Es una celebración característica de la
región occidental, especialmente en la costa este y sur
del Lago de Maracaibo, y en los estados Mérida y
Táchira, entre el 25 de diciembre y el primero de
enero.

El maestro Ramón y Rivera explica que a este
festejo acompañan dos tipos de cantos, uno llamado la
Novena, que se entona antes de iniciarse el toque de tambores, y
otro que se interpreta durante la procesión con el
acompañamiento de distintos golpes de una batería
de tambores conocidos como Chimbangueles.

Durante la procesión del santo suenan distintos
tipos de goles, estos son: Agé, Chocho, Chimbanglero,
misericordia y Sangorongó.

Los golpes de tambor Chimbanguele, se destacan por su
polirítmia, característica que se hace presente
debido a que en cada uno de los tambores que compone la
batería, es ejecutado un patrón rítmico fijo
pero distinto.

La Gaita Perijanera

para celebrar las fiestas de San Benito. Este
género está compuesto por una suit de cuatro
especies musicales: Gaita, Sambe, Guacharaca y Chimbanguele. Esta
gaita es acompañada por cuatro, maraca, charrasca, tambora
y furruco.

El Tamunangue

Se conoce con este nombre al baile que se realiza en la
fiesta de San Antonio de Padua en el estado Lara cada 13 de
junio.

A esta manifestación folklórica
también se le conoce como baile o son de negros. Explica
el maestro Ramón y Rivera que la palabra tamunangue deriva
del nombre que se le da al tambor que se utiliza en la
interpretación de los cantos característicos de
este baile, el tamunango.

Esta expresión popular consta de ocho danzas o
sones conocidos con los nombres de: la batalla, la bella, la
juruminga, el yeyevamos o chichivamos, el poco a poco, la
perrendenga, el galerón y el seis por ocho o seis
figuriao.

Cada uno de estos cantos y bailes son precedidos por la
Salve y La Batalla, la cual se ejecuta durante la
procesión.

Un artículo sobre el tamunangue publicado en la
página oficial de FUNDEF, explica que los cantos
típicos de esta expresión reúnen "elementos
de poesía castiza con coplas de contenido venezolano,
cortadas por estribillos largos o cortos donde, en ocasiones,
figuran expresiones tales como gritos o formas en registro de
falsete, las cuales se presume podrían ser de procedencia
africana."

Los instrumentos que participan en la
interpretación de la música del tamunangue son:
cuatro, cinco, tiple, tambor y maracas.

Sus Variantes son: La Batalla, La Bella, El Chichivamos
o Yiyivamos, La Juruminga, El Poco a Poco, La Perrendenga, El
Galerón y El Seis Figuriao

Diablos Danzantes de Corpus Christi

La fiesta del Corpus Christi, se celebra en Venezuela de
manera muy similar que en Europa. Explica el maestro Ramón
y Rivera que aquí, como en España, "un grupo de
hombres disfrazados de diablos abren la procesión, durante
la cual bailan al son de un único tambor.

La música que acompaña a la
procesión es la resultante de la percusión de un
tambor llamado caja o redoblante. El sonido de este
membranófono es acompañado por el sonar de maracas
que portan los diablos, que también mueven unas sonajas
que cuelgan de sus disfraces. Además, es costumbre que
suenen las campanas de la iglesia.

Un elemento diferenciador de esta celebración en
nuestro país es la realización de rituales previos
al día del inicio de Corpus Christi.

En Venezuela esta fiesta se celebra en las localidades
de San Francisco de Yare (Estado Miranda), Naiquatá
(Estado Vargas) y Chuao (Estado Aragua).

En términos generales las diferencias son pocas
en cada uno de estos sitios. En todos lados se realiza una
procesión del santísimo sacramento con el baile de
los diablos al son de la caja, se visita la casa de otros diablos
y se inicia a los nuevos. Pero a pesar de las semejanzas, existen
ciertas variantes.

Estas son: Diablos Danzantes de Chuao, Diablos Danzantes
de Naiguatá, Diablos Danzantes de Yare.

Compositores
venezolanos. (
Biografías)

Presbítero Pedro Palacios y Sojo
(1739-1799).

Sacerdote y músico venezolano nacido en Guatire
el 17 de enero de 1739 y muerto en Caracas en 1799.El padre Sojo,
como era conocido, nació en una familia con buena
posición social y económica, inclinada al arte y la
música. En 1762 fue ordenado sacerdote. Se desconoce si
entonces ejecutaba algún instrumento. En 1764 fue fundador
de la Congregación de San Felipe Neri; cinco años
después viajó a Roma y consiguió por una
bula papal la aprobación para instalar un oratorio en
Caracas, el cual fue inaugurado en Caracas por el Obispo Mariano
Martí en 1771. Dos años después
inició, junto a Juan Manuel Olivares, la
organización formal de la educación musical en
Venezuela. El proyecto culminó con la fundación de
una Academia de Música en la hacienda cafetalera que
poseía el padre en Chacao. Con el paso del tiempo formaron
más de 30 compositores y 150 ejecutantes. En 1798 Palacios
y Sojo fue elegido Prepósito de la Congregación de
Caracas, cargo que desempeñó hasta su
muerte.

Juan Manuel Olivares

Ejecutante, compositor y profesor de música del
período colonial. Fueron sus padres el maestro Juan
Félix Olivares y su esposa Paula Isabel Farfán,
«mulatos libres». Su hermano mayor Juan Bautista
Olivares también fue músico. El 11 de mayo de 1789
Juan Manuel Olivares casó en la iglesia de San Pablo con
Sebastiana Velásquez, hija del difunto esclavo José
Antonio Velásquez, padre del músico José
Francisco Velásquez. Juan Manuel Olivares tocaba varios
instrumentos (violín, clave y órgano) y durante
algún tiempo ejerció funciones de organista del
oratorio de los neristas.

Olivares se destacó como compositor. Entre las
obras suyas que han llegado hasta nosotros, figuran un Stabat
Máter a 4 voces, una Lamentación primera del
Viernes Santo para solo de tenor y se supone suya una Salve
Regina a 3 voces, todas esas piezas con acompañamientos de
orquesta; se le atribuyen además, un Magnificat con fuga
final (que ha sido atribuido también a José
Ángel Lamas), y un Salmo primero para las Vísperas
de Nuestra Señora de la Merced, así como varios
motetes a dúo para las monjas concepciones y un dúo
para violines, primer precedente de música de
cámara. Motivado por el padre Sojo, se dedicó a la
enseñanza musical, formando a numerosos discípulos
entre los cuales figuró José Ángel Lamas y,
tal vez las lecciones se daban, según la tradición,
en la hacienda que en Chacao poseía el padre Sojo, por lo
cual se ha hablado de la Escuela de Música de Chacao. En
tiempos del obispo Mariano Martí, en las décadas de
1770 y 1780, este prelado escribía que los neristas y
otras personas se reunían en sus posesiones de Chacao para
tocar música y distraerse. Juan Manuel Olivares era
también fabricante de instrumentos musicales, pues entre
los bienes que dejó al morir figuraba un piano sin
concluir. Con su trabajo logró adquirir casa propia en el
barrio de San Pablo, y el padre Sojo le proporcionó una
posesión cerca del río Guaire. En otra
ocasión recibió del mismo sacerdote, a cuenta de su
trabajo como músico, una esclava negra de nación
(es decir, nativa de África) avaluada en 200 pesos.
Habiendo enfermado, Juan Manuel se retiró a El Valle,
poblado de las cercanías de Caracas (actualmente ya
incluido en el casco urbano) donde falleció.

Juan José Landaeta

Nació el 10 de marzo de 1780 en Caracas,
Venezuela según el historiador José Domingo
Díaz, Landaeta murió en Caracas a raíz del
terremoto del 26 de marzo de 1812; pero otras fuentes afirman que
fue fusilado por José Tomás Boves el 10 de
diciembre de 1814 en Cumaná, cuando acompañaba a El
Libertador en la Emigración a Oriente, fue un famoso
compositor venezolano. Se le atribuye formalmente autoría
de la música del Himno Nacional de Venezuela, el Gloria al
Bravo Pueblo (1810), que el presidente Antonio Guzmán
Blanco decretara en 1881 Himno Nacional.

Sus padres, Juan José Landaeta y María
Candelaria Arévalo eran pardos libres. Estudió
música con Juan Manuel Olivares en la escuela del Padre
Sojo componiendo varias canciones patrióticas
además de obras religiosas. Proyectó la
creación de una escuela de primeras letras para la
enseñanza de pardos que obtuvo el apoyo del Ayuntamiento
pero no se cree que llegara a realizarse.

Tuvo desde el comienzo de la revolución
simpatías por la causa independentista. Así, se le
vio entre los conspiradores del 19 de abril de 1810. Esta misma
pasión revolucionaria lo llevó a componer varias
canciones patrióticas, entre ellas una con motivo de la
instalación del primer congreso de Venezuela en 1811. La
letra comenzaba con la frase "Gloria, americanos".

Apenas cayó la primera República fue
perseguido y hecho preso por los realistas logrando salir en 1813
con la llegada de Bolívar a Caracas teniendo que salir con
la emigración a Oriente en 1814 pero fue apresado por
Boves ese mismo año en Cumaná y fusilado. Cabe
advertir que aquello de que Landaeta fue fusilado con la
partitura del Himno Nacional pegada a la frente no pasa de ser
una leyenda.

Se conocen de él las siguientes obras:

  • Benedictus a duo, 1799.

  • Salve a cuatro voces, 1780.

  • Pésame a la virgen.

  • Ave Maris Stella.

  • Canción patriótica "Gloria al Bravo
    Pueblo" Himno Nacional de Venezuela.

Hoy en día uno de los sitios para la
formación de músicos en Venezuela lleva su nombre
el Conservatorio Nacional de Música Juan José
Landaeta.

Pedro Elías Gutiérrez Hart

(La Guaira, 14 de marzo de 1870 — Macuto, 31 de
mayo de 1954) fue un compositor y músico venezolano,
creador de la música de la zarzuela Alma Llanera, cuyo
tema musical homónimo es considerado como el segundo himno
nacional de Venezuela.

Fue hijo del militar, legislador y político
General Jacinto Gutiérrez y de Sofía Ana Hart.
Realizó sus primeros estudios en el Colegio "Santa
María de Caracas". El director por entonces de esa
institución era el sabio venezolano Agustín
Aveledo, quien contaría varios años después,
siendo Gutiérrez un compositor y músico reconocido,
que frecuentemente hallaba al futuro músico y compositor,
abstraído, creando sus primeras melodías. Al
cumplir los 15 años, pese a la oposición de sus
padres, Gutiérrez comenzó a estudiar música
bajo la dirección del maestro Trino Gil y más tarde
en la Academia de Música del Instituto Nacional de Bellas
Artes de Caracas, hoy conocida como "Escuela de Música
José Ángel Lamas". A los 16 años de edad
escribió su "Marcha triunfal a María" que desde
entonces se interpretó en los templos venezolanos.
Después de la muerte de sus padres se afianzó en
sus estudios musicales, llegando a dominar el contrabajo y
prácticamente todos los instrumentos de cuerda.

A los 19 años estrenó su primera obra
musical, titulada "Sinfonía", en el "Teatro Municipal de
Caracas" por lo que El Presidente de la República, de ese
tiempo, Juan Pablo Rojas Paúl, asistente al concierto le
hace ganador de una beca para cursar estudios en el continente
europeo.1 Sin embargo, Gutiérrez declinó el
ofrecimiento de dicha beca para no dejar sola a su madre, que
había enviudado. Esta conducta con su progenitora le hizo
merecedor por parte del gobierno venezolano de dos premios: el
"Busto del Libertador" y la "Medalla de Instrucción
Pública" siendo una de las personas más
jóvenes a la que se hayan otorgado dichos
honores.

Como compositor cultivó el género de la
zarzuela y el vals; sin embargo su ámbito musical es
amplio, es conocido históricamente como un gran director
de banda y un virtuoso del contrabajo. Comenzó sus
estudios musicales a la edad de 15 años en la Academia de
Música del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Inicia su actividad profesional como músico, en
la Banda Marcial del Distrito Federal, hoy conocida como "Banda
Marcial Caracas", como contrabajista en 1901 donde llega a ser
director por el período comprendido entre los años
1909 y 1946. Para dicha banda realizó innumerables
transcripciones y adaptaciones.2 Una zarzuela de las muchas que
compuso, le dio fama mundial a través de una de sus
piezas: el joropo Alma Llanera de la zarzuela homónima en
un acto y tres cuadros, estrenada en Caracas el 10 de septiembre
de 1914 escrita por Rafael Bolívar Coronado.3 Este joropo
se convirtió en un auténtico símbolo de
venezolanidad, un segundo himno nacional. Entre sus creaciones
destacan también Geraneo, su gran vals compuesto en 1903 y
"Misa Panamericana" estrenada en la Catedral de San Patricio, en
Nueva York. Algunas de sus otras piezas musicales más
famosas son: Sínfonía, primera obra que estrena en
el Teatro Municipal de Caracas; El Alma llanera; Percance en
Macuto, zarzuela; Un gallero como pocos, zarzuela; Laura, vals;
Celajes o Geraneo, vals compuesto en honor a Eloy Alfaro,
Presidente de Ecuador.4

Pedro Elías Gutiérrez murió en
Macuto, el 31 de mayo de 1954, más su Alma Llanera
permanece como una de las más importantes producciones de
la cultura venezolana.

Vicente Emilio Sojo

(Guatire, 8 de diciembre de 1887 – Caracas, 11 de agosto
de 1974) fue un musicólogo, educador y compositor
venezolano. nació en una familia relacionada con la
música, dado que sus dos abuelos eran Maestro de capilla.
En 1896 inició sus estudios de música bajo la
tutela del profesor Régulo Rico. En 1906 se muda a
Caracas, e ingresa en 1910 a la Escuela de música y
declamación, a la vez que continúa su
autoaprendizaje de Humanidades. En estos años se inicia en
la composición. En 1921 es nombrado profesor de
música de la Escuela, a la vez que continúa su
labor de composición de obras de diverso estilo para
diferentes arreglos instrumentales y vocales. En 1928, en
ocasión de la fundación del Orfeón Lamas,
escribe su primera obra Polifonía.

En 1930 ya es director del Orfeón Lamas. En ese
mismo año funda la Orquesta Sinfónica de Venezuela,
de la que no es sólo director musical y fundador, sino
además su principal impulsor. En 1940 junto a otros
compositores, prepara su primer libro con obras para niños
venezolanos. En 1944 se gradúa la primera promoción
de compositores que han estudiado bajo la tutela de Sojo en la
escuela de música José Ángel
Lamas.

Sojo también participó en política,
siendo miembro fundador del partido Acción
Democrática. En 1958 fue elegido senador por el Estado
Miranda, y reelegido en 1963 y 1968.

A Vicente Emilio Sojo se le atribuye la creación
de la escuela moderna de música en Venezuela. Para el
Orfeón Lamas, compiló y armonizó más
de 200 canciones populares y del folclore, logrando un rescate
significativo de las tradiciones musicales del país. Entre
sus obras más importantes podemos mencionar: Misa
cromática (1922-1933) y Hodie super nos fulgebit lux
(1935). En 1951 recibió el Premio Nacional de
Música de Venezuela en reconocimiento a toda su
obra.

Sus restos reposan en una cripta debajo del Templo
Parroquial de la ciudad de Guatire. En su honor se creó la
"Fundación Vicente Emilio Sojo", instituto de
investigación y difusión de la música
venezolana y latinoamericana.

Juan Bautista Plaza Alfonzo

(Caracas, 19 de julio de 1898 – Caracas, 1 de enero de
1965) fue un compositor venezolano.

Importante musicólogo y compositor de mediados
del siglo XX venezolano. Realizó una destacada labor en
favor del rescate de la música colonial venezolana. Fueron
sus padres Juan Bautista Plaza Larrazábal quien tocaba
varios instrumentos y era pariente tanto de Ramón de la
Plaza como de Felipe Larrazábal, por su parte, Teresa
Alfonso Rivas, tocaba el piano. Dada la influencia musical que
recibió en su hogar, apenas concluyó el
bachillerato en 1916, comenzó a estudiar teoría,
solfeo y piano con Jesús María Suárez.
Ingresa en la Universidad Central de Venezuela donde cursa las
carreras de derecho y medicina pero con el tiempo las abandona
para dedicarse a la música.

En 1920, por sugerencia de monseñor Ricardo
Bartoloni quien había apreciado su talento como
músico, el arzobispo y el Cabildo Eclesiástico le
otorgaron una beca para estudiar música sagrada en el
Instituto Superior de Música Sagrada de Roma (actualmente,
Pontificio Instituto de Musica Sacra), donde obtuvo el diploma de
profesor en composición sagrada, el 15 de julio de 1923.
De regreso a Caracas, fue nombrado maestro de capilla y organista
de la catedral, puestos que ejerció por espacio de 25
años hasta que renunció en 1948.

Entre los años que van de 1924 a 1928, se
desempeñó como profesor de armonía y
composición en la Escuela Nacional de Música de
Caracas. Asimismo, debido a una iniciativa suya, desde 1931 el
Ministerio de Educación creó la cátedra de
Historia y Estética de la Música, en la misma
escuela, puesto que él mismo ejerció hasta el
año de 1962, cuando se jubiló. En 1930 contrajo
nupcias con Natalia Pietersz Rincón quien fue su
colaboradora en diversas empresas culturales. De 1936 a 1944,
tuvo la importante misión de rescatar del olvido toda la
música colonial que se encontraba en uno de los
sótanos de la propia Escuela Nacional de Música. El
resultado de la labor de Juan Bautista Plaza, tuvo excelentes
frutos, ya que logró que el Ministerio de Educación
en colaboración con el Instituto Interamericano de
Musicología con sede en Montevideo (Uruguay), publicara en
1943, 12 cuadernos del Archivo de música colonial
venezolana. En el lapso comprendido entre 1936 y 1944, fue
director de Cultura del Ministerio de Educación. En 1945
creó la Escuela Preparatoria de Música, hoy escuela
Juan Manuel Olivares, institución en la que fue director
desde 1948 hasta 1962. Por este tiempo, fue comisionado
oficialmente para establecer el compositor y la versión
definitiva del Himno Nacional de Venezuela.

Tuvo tres hijos: Gonzalo Plaza Pietersz, Susana Plaza
Pietersz de Gutiérrez y Beatriz Plaza Pietersz de Tugues.
Entre sus nietos se cuenta a la reconocida actriz Alicia Plaza,
al escritor Arturo Gutierrez Plaza y a la escultora Eleonora
Tugues Plaza.

Obras

Sus obras superan las trescientas, entre las más
importantes destacan:

El picacho abrupto, poema sinfónico

Cantata de Navidad

Las campanas de Pascua

Las horas

La fuente abandonada, soprano y orquesta

Poema lírico "Vigilia"

Fuga criolla y Fuga romántica para orquesta de
arcos

Elegía para orquesta y timbal

Elegía para corno inglés y cuarteto de
arcos

Misa en fa

Misa de la esperanza

Requiem a la memoria de su madre

Sonatina venezolana

Cuatro ritmos de danza

José Antonio Calcaño

Nace en Caracas el 23.3.1900, Muere en Caracas el
11.9.1978. Compositor musical, miembro fundador de la Orquesta
Sinfónica Venezuela. Su labor musical la compartió
con sus funciones como diplomático. Fueron sus padres
Emilio Calcaño Sanabria y Josefina Calcaño
Sánchez. Desde muy temprana se inició en el mundo
de la música al recibir clases de piano y solfeo
(1904-1905). En 1906 continua los estudios musicales en el
colegio alemán Froebel de Caracas y en posteriormente en
1912 recibe clases de violenchelo de la profesora mexicana
Mercedes Rivas, discípula del maestro Pablo Casals. Junto
a Vicente Emilio Sojo y a su primo Miguel Ángel
Calcaño, forma parte del movimiento artístico
Renovación. Aunque se inscribió en la facultad de
Medicina de la Universidad Central de Venezuela, al poco tiempo
abandonó los estudios para dedicarse a tiempo completo a
su pasión: la música. Durante este tiempo inicia
una columna de crítica y apreciación musical en los
diarios El Sol y El Heraldo, la cual escribía con el
seudónimo de «Juan Sebastián». En 1928,
figura entre los miembros fundadores del orfeón Lamas, y
funda la Orquesta Sinfónica donde toca como
violonchelista. Entre 1929 y 1930, estrena sus primeras
composiciones para coro mixto, Madrigal campestre (1929) y
Canción pagana (1930), al tiempo que mantiene su actividad
de crítico musical en los diarios El Universal y El Nuevo
Diario, siempre con el mismo seudónimo.

Paralelamente a su carrera musical ingresa al servicio
diplomático como oficial de la Dirección de
Gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores (1929-1932).
Como agregado civil de la Legación de Venezuela en Berna,
tuvo la oportunidad de asistir a los cursos del Conservatorio de
Música de dicha ciudad. En noviembre de 1936 fue nombrado
cónsul de Venezuela en Dublín y en 1937 de Saint
Louis (Estados Unidos). En noviembre del mismo año 37 fue
nombrado jefe de servicio de la Dirección de Gabinete del
Ministerio de Relaciones Exteriores y al año siguiente
jefe de la Sección de Economía de la
Dirección de Economía en la Dirección de
Política Económica de ese ministerio. En 1939 fue
Consejero de la Legación de Venezuela en Londres y en
1940, jefe de la Oficina de Comercio Exterior del Ministerio de
Relaciones Exteriores. También en 1940, funda la Coral
Polifónica de la cual es director hasta 1953. En 1945 como
Jefe de Gabinete del canciller Esteban Gil Borges, forma parte de
la delegación venezolana que asiste a la Conferencia
fundadora de la Organización de las

Naciones Unidas (ONU) en San Francisco. En 1946, ya
retirado del servicio diplomático, se residencia en
Estados Unidos donde permanece hasta 1950. A su regreso a
Venezuela, funda y dirige el conservatorio «Teresa
Carreño» (1951-1959), la coral Cróele (1952)
y el conjunto orfeónico Los Madrigalistas (1953). Entre
1954 y 1964 se desempeñó como profesor de
Apreciación Musical en la Universidad Central de
Venezuela, y como crítico musical del diario El Nacional.
Por este tiempo, inició un programa de conciertos por
Radio Caracas Televisión, así como un programa de
charlas divulgativas que tenían el nombre de «Por el
mundo de la cultura» (Radio Caracas Televisión,
1957-1958; Venezolana de Televisión, canal 8, 1973-1976;
Televisora Nacional, canal 5, 1976-1978 y Radio Caracas Radio,
1975-1978) que alcanza una amplia sintonía. Como
compositor produjo obras para coro, de un ballet en 5 cuadros
Miranda en Rusia (1945) y de una Primera sinfonía,
inconclusa (1946). En 1958, recibió el Premio Municipal de
Literatura por su libro La ciudad y su música.

Antonio Estévez

(Calabozo, 1 de enero de 1916 – Caracas, 26 de noviembre
de 1988) fue un compositor y director de orquesta
venezolano.

Inició sus estudios musicales en Caracas en 1923,
pero los continúa en su ciudad natal en 1925. En 1930
regresa a Caracas, donde prosiguió con sus estudios
musicales generales y clarinete en la ""Escuela de Música
y Declamación de Caracas"", también llamada
""Escuela de Santa Capilla"" o ""Escuela José Ángel
Lamas"". Ingresó a la Banda Marcial de Caracas en 1932 y a
la Orquesta Sinfónica Venezuela en 1934, tocando como
segundo oboe. Trabajó y estudió bajo la tutela de
Pedro Elías Gutiérrez y Vicente Emilio Sojo, su
maestro de composición. Se gradúa como
intérprete de oboe en 1942 y como compositor en 1944. En
1945 obtiene una beca para continuar sus estudios en Estados
Unidos y Europa.

Regresa a Caracas en 1948, donde desarrolla un estilo de
música nacionalista junto a otros compositores como
Ángel Sauce, Evencio Castellanos, Inocente Carreño,
y Gonzalo Castellanos Yumar.

Viaja a Londres en 1961 y luego a París en 1963,
donde frecuenta a Jesús Soto. Cambia su estilo y
experimenta con la música electrónica. Regresa a
Venezuela en 1971.

Fundó el Orfeón Universitario de la
Universidad Central de Venezuela en 1943 obteniendo el Premio
Nacional de Música en los años 1949 y 1987 y Premio
Anual Sinfónica en 1954. Con el apoyo del Centro
Simón Bolívar, funda y dirige hasta 1979 el
Instituto de Fonología Musical.

[editar]Composiciones

Su obra más conocida es la Cantata Criolla,
estrenada el 25 de julio de 1954, ganando el Premio Nacional de
Música y es quizás la obra nacionalista venezolana
más importante del siglo XX. Otras obras conocidas son
Mediodía en el Llano, Cromovibrafonía y
Cromovibrafonía múltiple que compuso para la
exposición de obras de Soto en Montreal y el Museo de Arte
Moderno de Ciudad Bolívar.1

Mediodía en el Llano nace en el año 1942
cuando, siendo aún alumno del sexto año de
composición, Vicente Emilio Sojo le encarga al curso una
suite orquestal. Estévez responde al encargo con su Suite
Llanera. Es precisamente con ésta composición, que
en el mismo año Estévez se estrena como director de
orquesta. Originalmente tenía tres partes: Amanecer,
Mediodía y Atardecer, ya que pretendía aprovechar
la ocasión para tratar de describir de manera
impresionista esos tres acontecimientos llaneros.

Es también ésta, una de las pocas veces
que se interpreta completa la Suite Llanera, con excepción
de una transmisión radial en Estados Unidos.
Estévez eliminará los movimientos extremos, dejando
sólo la parte central, lo que hoy es el poema
sinfónico Mediodía en el Llano.

En los Estados Unidos

Cuando llega Estévez a los Estados Unidos, a
mediados de 1945, el músico tuvo una gran decepción
ya que Stravinsky no estaría dictando cursos en la
Universidad de Columbia, y las posibilidades de estudios
particulares eran impensables tanto por el factor
económico como por el hecho de que Stravinsky vivía
en Los Ángeles. De cualquier forma, Estévez se
inscribió en la Universidad de Columbia, en la ciudad de
Nueva York, y con el claro propósito de actualizarse en
todo lo que a información musical contemporánea se
refiere, realizó cursos de orquestación, arreglos,
composición, piano y dirección orquestal entre
otros. Visitó museos y teatros con frecuencia permitiendo
breves descansos entre las largas sesiones de estudio musical y
ensayo de su instrumento, el oboe.

Luego de Columbia, la meta se convierte
momentáneamente en Tanglewood, Massachusetts, famoso por
sus festivales internacionales de música y por los cursos
de dirección que grandes artistas de la batuta impartieron
allí. Le siguía obsesionando el sonido de
Stravinsky, quien seguía siendo para Estévez una
referencia fonográfica de Caracas.

María Teresa Gertrudis de Jesús
Carreño García

(Caracas, 22 de diciembre de 1853 – Nueva York, EE.UU.,
12 de junio de 1917), fue una pianista, cantante y compositora
venezolana. Ha sido denominada por muchos expertos como la
pianista más prolífica de América Latina
durante los siglos XIX y XX, y una de las pianistas y
compositoras más importantes del mundo, considerando lo
inusual de que una mujer de su época se dedicara a esa
profesión. Primeros años de vida.

Fue bautizada como María Teresa Gertrudis de
Jesús por sus padres, el General Manuel Antonio
Carreño, sobrino de Simón Rodríguez, y
Clorinda García de Sena y Rodríguez del Toro,
sobrina de la esposa del Libertador Simón Bolívar,
en cuyo honor recibió su nombre. Teresa Carreño
comenzó sus estudios musicales desde muy temprana edad al
lado de su padre. De hecho, a los cinco años practicaba
usando más de 500 ejercicios compuestos por su padre y que
se paseaban por las dificultades rítmicas y
técnicas más importantes. Estos estudios los
continuó con el pianista Julio Hohené y más
tarde, con el estadounidense Louis Moreau Gottschalk. A los seis
publicó su primera obra dedicada a su Maestro Gottschalk
(Gottschalk Waltz), agotada en tres ediciones sucesivas en un
sólo año.

El año 1862 la familia Carreño
García debe abandonar Venezuela por la difícil
situación política y económica que
atravesaba el país. El 1 de agosto de 1862, la familia
parte a Nueva York dejando a la hija mayor Emilia Carreño
Sena, por entonces de 15 años de edad, quien se queda para
contraer nupcias. Llegan a la ciudad estadounidense el 23 de
agosto, e inmediatamente Teresa comenzó a dar
pequeños conciertos privados a amigos de la familia, dando
a conocer sus progresos con el piano y acrecentando su
fama.Inicios musicales

Teresa Carreño realizó su primer concierto
en público el 25 de noviembre de 1862 en la sala Irving
Hall, de Nueva York. La crítica fue muy favorable a la
artista, hasta el punto tal que, después de este concierto
y hasta fin de año, tuvo cinco presentaciones más,
en especial su actuación exitosa en la Academia de
Música de Brooklyn.

En el otoño de 1863, ofreció un concierto
privado en la Casa Blanca invitada por el entonces presidente
estadounidense Abraham Lincoln.2 Como Carreño sabía
que al Presidente Lincoln le gustaba la música compuesta
por su maestro Gottschalk, tocó varias de las piezas de
este compositor. Como anécdota refiere el escritor Kenneth
Bernard, citando palabras escritas varios años
después por la pianista, que la niña se dio cuenta
de que el piano del recinto presidencial estaba desafinado y
declaró que no tocaría más. Como respuesta,
Lincoln le dio unas palmadas en el hombro y le pidió que
tocara, una de sus canciones favoritas: "The Mocking Bird" (El
ruiseñor). Carreño la interpretó con algunas
variaciones, respecto del tema original3

Teresa Carreño a los 8 años

A los 9 años debuta como solista con la Orquesta
Filarmónica de Boston y con la Sinfónica de
Londres. A los 13 años, se encuentra con su familia en
París, donde conoce a celebridades como los compositores
Rossini, Gounod, Maurice Ravel, Claude Debussy y Vivier. En el
salón de Madame Erard tiene la oportunidad de tocar con
Franz Liszt, quien queda asombrado con las facultades
interpretativas de la niña. Desde esa corta edad
realizó giras en Cuba presentándose en La Habana,
Matanzas y Cárdenas. También se presentó en
Estados Unidos en las ciudades de Filadelfia, Miami y Baltimore,
entre otras. Con el mismo éxito, debutó en
París el 3 de mayo de 1866, y a esta actividad le
siguieron varias presentaciones que le permitieron introducirse
en el medio musical de la capital francesa. En uno de estos
conciertos, conoció al al destacado pianista Hugh
Laurié, al compositor italiano Gioacchino Rossini y a la
cantante operática Adelina Patti. Estos dos últimos
la motivan para que curse estudios de canto, debutando
posteriormente como mezzosoprano en la ópera Los hugonotes
de Giacomo Meyerbeer.

En 1866 muere su madre en una epidemia de cólera;
sin embargo, esto no la detuvo y viajó a España
donde ofreció conciertos en diversas ciudades, y
posteriormente vuelve a Estados Unidos para continuar su gira de
conciertos.

En 1862, a los 19 años, contrae matrimonio con
Emile Sauret, violinista hábil pero una persona
irresponsable y débil de carácter. El 23 de marzo
del año siguiente nace Emilia Sauret Carreño,
producto de ese matrimonio. Teresa se ve obligada a dejar a su
hija al cuidado de la señora Bichoff, una amiga alemana,
lo que le permite iniciar su gira con su esposo. Dicha gira
resultó un fracaso, y eso, aunado a la pérdida del
segundo hijo de Teresa, lleva a la disolución del
matrimonio. Por esos días también falleció
su padre Manuel Antonio Carreño, lo que sumió a
Teresa en una fuerte crisis económica, que no le
permitió cubrir los gastos que implicaba la crianza de su
hija. Le explica esta situación a su "amiga" alemana
Bichoff; y ésta le propone adoptar a la niña con la
condición de que Teresa no la viese más; la
pianista no tuvo otra opción que aceptar la
propuesta.

Segundas nupcias

En 1876 Teresa viaja a Boston presentándose como
cantante, y conoce al barítono italiano Giovanni
Tagliapietra, integrante de la compañía con la que
estaba de gira. Se casan el mismo año. De este matrimonio
Teresa da a luz a 3 hijos: Lulú (1878), Teresita (1882) y
Giovanni (1885) a quienes Teresa dedicó buena parte de su
vida y cuya crianza alternó con sus giras y conciertos por
los Estados Unidos y Canadá.

Su segunda visita a Venezuela se produce en febrero de
1887, atendiendo a requerimientos artísticos del
presidente Guzmán Blanco, que por cierto no tuvieron los
resultados esperados por el público caraqueño de la
época. Este segundo viaje fue enturbiado por el rotundo
fracaso de la compañía de ópera que trajo
consigo y por el comportamiento un tanto licencioso de su esposo.
Dicha compañía estaba compuesta por 49
músicos que viajaron con la artista para interpretar una
ópera italiana financiada por el gobierno de Guzmán
Blanco. La noche de la primera función, el director no se
presentó y fue cuando Teresa, obligada por las
circunstancias, debuta como directora para no suspender la
función de la noche de estreno. Aun así, la
mediocridad de la compañía y la poca popularidad
del gobierno, produjeron el rechazo masivo de esta empresa.
Teresa es obligada a mantenerse en Venezuela por una
decisión del Tribunal de Comercio del Distrito Federal,
consecuencia de una demanda de incumplimiento de pagos a uno de
los miembros de la compañía. Finalmente, con ayuda
del presidente Guzmán Blanco, Teresa parte a Nueva York el
23 de agosto de 1887.

En ambos viajes a Venezuela Teresa tuvo una permanencia
de cerca de un año: de modo que en sus 64 años de
agitada vida, solo 10 transcurrieron en su país natal. Sin
embargo, conservó hasta el final de su vida su identidad
venezolana. Venezolana fue en sus costumbres y gustos
domésticos, en muchos rasgos de su temperamento y
aún en ciertos toques de su inspiración como
compositora, en los que se advierten claras reminiscencias del
merengue característico de la patria.

En 1889 Teresa se separa de Giovanni Tagliapietra y
viaja con sus hijos a Alemania, donde realizó diferentes
conciertos y logró ganar la aprobación de tan
difícil escenario, lugar donde se consagra como
concertista de fama internacional.

Fin de su vida

Placa conmemorativa a Teresa Carreño en el lugar
de su muerte.

En 1917, poco antes de su muerte, prepara una gira por
Sudamérica y antes de iniciar el recorrido sale para Cuba,
donde, luego de un exitoso concierto con la Filarmónica de
La Habana,sufre serios quebrantos de salud por lo que el
médico le aconseja que cancele su compromiso
artístico y retorne a Nueva York. Allí le
diagnostican parálisis parcial del nervio óptico
que amenaza con extenderse al cerebro. Le prescriben un reposo
absoluto y una dieta. Pero a pesar de haber tomado las
precauciones pertinentes, falleció el 12 de junio de
1917.

Durante el funeral, celebrado dos días
después, Louis Kaufman Anspacher, por entonces decano de
la Universidad de Columbia, pronunció un discurso en honor
a la artista. Durante el sepelio fueron interpretadas obras de
Fanny Mendelssohn tales como Mi Dios, acércate a
él, Dios secará las lágrimas de mis ojos y
¡Oh!, descansa en Dios.

El ataúd fue llevado en andas por sus colegas
Ignacy Jan Paderewski, Mischa Elman, Albert Spalding, Charles
Steinway, Ernest Hutcheson, Walter Damrosch, Walter Rothwell,
Josef Stránský y Franz Kneisel.4 Más tarde,
sus restos fueron incinerados, de acuerdo a su última
voluntad. Sus cenizas fueron traídas a Venezuela en 1938 y
desde el 9 de diciembre de 1977 reposan en el Panteón
Nacional. En su honor, el principal complejo cultural de Caracas,
inaugurado en 1983, lleva su nombre.

Legado

A lo largo de su más de medio siglo de vida
artística se presentó en los mejores teatros de
ciudades como Nueva York, París, Berlín y
Milán, además de muchas otras ciudades de Europa,
América, África y Australia, realizando
interpretaciones destacadas de obras de Ludwig van Beethoven,
Liszt, Chopin, Schumann, Johannes Brahms, Edvard Grieg,
Antón Rubinstein, Niccolò Paganini, Weber, Richard
Strauss, Piotr Ilich Chaikovski, Serguéi Prokófiev,
Igor Stravinsky y Serguéi Rajmáninov, entre
otros.

Se puede afirmar que Teresa Carreño
desempeñó una importante labor como pianista,
cantante de ópera, empresaria artística y consejera
y maestra de generaciones de artistas de su tiempo. Teresa
Carreño señalaba que la cultura general de un
artista era indispensable para la proyección
específica de su arte particular. Por ello se
complacía en señalar en sus clases la importancia
de la simple observación de la naturaleza, del estudio de
los seres humanos como hombres y como creadores, del conocimiento
de la arquitectura, de la narrativa y de la poesía. En
cuanto al piano en sí mismo, como instrumento
físico de apoyo, conocía las cualidades
técnicas y sensitivas del ejecutante.

Obra

Entre las piezas más conocidas compuestas por la
pianista, se encuentran:

El vals de Teresita, dedicada a una de sus
hijas

La cesta de flores, opus 9

Marcha fúnebre opus 11

La oración, opus 12, compuesta a causa de la
muerte de su madre.

Himno a Bolívar

Saludo a Caracas

Himno al Ilustre Americano, dedicada al gobernante
venezolano Antonio Guzmán Blanco, conocido por este
apodo.

Mazurca de salón

Une revue à Prague

La nota falsa

Balada opus 15

Danza venezolana.

Cuarteto para cuerdas en Si bemol

"Nocturnos" (Varios)

Alfredo Rúgeles

Ampliamente conocido como compositor y director de
orquesta, el Maestro venezolano Alfredo Rugeles nació en
Washington D.C. cuando sus padres cumplían servicio
diplomático. Realizó sus estudios musicales en la
Escuela "Juan Manuel Olivares" de Caracas. En 1976 obtuvo
diplomas en Canto y Dirección Coral de sus profesores
Fedora Alemán y Alberto Grau, respectivamente.
Estudió Composición con Yannis Ioannidis hasta
1976, año en que viaja a Alemania con una bolsa de trabajo
del CONAC, para continuar estudios en el Instituto Robert
Schumann de Düsseldorf, donde obtiene los diplomas de
Composición y Dirección Orquestal -en 1979 y 1981-
como alumno de Günther Becker y Wolfgang Trommer,
respectivamente.

Asistió a los Cursos Latinoamericanos de
Música Contemporánea como alumno y como docente.
Fue Becario del Taller de Composición durante los Cursos
de Nueva Música en Darmstadt. Participa en Cursos
Internacionales de Dirección de Orquesta dictados por
Sergiu Celibidache, Michel Tabachnik y Franco Ferrara. Ha sido
invitado a participar en importantes eventos internacionales como
compositor y director de orquesta.

En 1979 obtuvo el Premio Nacional de Composición
por su obra "Somosnueve" y en 1985 el Premio Municipal de
Música por su obra "Tanguitis". Actualmente tiene a su
cargo una tutoría en Composición
Contemporánea y una Cátedra de Técnicas de
Dirección Orquestal en el Instituto Universitario de
Estudios Musicales (IUDEM).

Como Director, Alfredo Rugeles ha actuado frente a la
Orquesta del Instituto Robert Schumann de Düsseldorf, la
Orquesta Siegerland de Hilchenbach, la Orquesta de Cámara
Neerlandesa, grupos de Cámara de Música
Contemporánea en Düsseldorf, Colonia y Darmstadt, la
Sinfónica Nacional de México, la Orquesta
Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de
México, la Orquesta de Cámara Mayo de Argentina y
la Orquesta Sinfónica de El Salvador.

Asimismo, es invitado permanente de las más
prestigiosas orquestas del país y ha tenido el privilegio
de acompañar a importantes solistas como Judith Jaimes,
Maurice Hasson, Harriet Serr, Margot Parés-Reyna, Eva
María Zuk, Julius Berger, Ruggiero Ricci, Montserrat
Caballé, Alirio Díaz, Elizabeth Glass, Karoly
Mocsari, Shlomo Mintz, Arnaldo Pizzolante, Vladimir Spivakov,
Carlos Duarte, Mstislav Rostropovitch, Renata Scotto, Frans
Helmerson, Karin Lechner, Sergio Tiempo, Anssi Karttunen, Jorge
Luis Prats y Jane Eaglen, entre otros.

Su repertorio abarca tanto la música
sinfónica universal como la ópera, habiendo
dirigido numerosos estrenos de obras de autores venezolanos y
primeras audiciones del repertorio contemporáneo
internacional. En Abril de 1990 debutó en la
Compañía Nacional de Opera del Teatro Bellas Artes
de México con "Il Tabarro" de Puccini. En Junio de 1991
dirigió "Las Bodas de Fígaro" de Mozart dentro de
la Temporada de Opera del Teatro Teresa Carreño. En
Septiembre de 1991 es invitado a dirigir "Così fan Tutte"
de Mozart, el primer montaje operístico de la
Compañía Nacional de Opera "Alfredo
Sadel".

Fue Director Asociado (1982-84) y Director
Artístico (1984-87) de la Orquesta Sinfónica
Municipal de Caracas y desde 1987 hasta 1990 Director Musical del
Teatro Teresa Carreño. Desde 1989 es el Director Musical
del Ensemble Nova Musica, especializado en difundir la
música contemporánea.

En Diciembre de 1990 fue designado por el Consejo
Interamericano de Música (CIDEM) de la Organización
de Estados Americanos, Director del Circuito Sinfónico
Latinoamericano "Simón Bolívar" y Director
Artístico de los Festivales Latinoamericanos de
Música de Caracas. Desde Enero de 1991 es el Director
Musical Asociado de la Orquesta Sinfónica Simón
Bolívar, con quien realiza una importante y exitosa gira
nacional en 1997.

A partir de 1992 es el Director Musical de la
Fundación Pro Arte Musical. En Noviembre de 1993 fue
elegido Miembro del Comité Ejecutivo de la Sociedad
Internacional de Música Contemporánea, ISCM. En
Junio de 1995, durante la Asamblea General de dicha Sociedad
realizada en Essen, Alemania fue reelecto en sus funciones y
asiste a la Asambleas Generales y a los Festivales Días
Mundiales de la Música de la ISCM realizados en Estocolmo,
Suecia (1994), Essen, Alemania (1995), Copenhagen, Dinamarca
(1996) y Seúl, Corea (1997).

En Junio y Julio de 1994 realiza un programa individual
sobre "La Música Contemporánea Norteamericana"
visitando Washington, D.C., Los Angeles, Boston, New York y
Bloomington ( Indiana), auspiciado por el Servicio de
Información y Cultural de los Estados Unidos de
América (USIS).

Desde Noviembre de 1994 es Director de la
Fundación Orquesta de Cámara de Venezuela y dirige
su concierto inaugural en la ciudad de Valencia.

En Diciembre de 1994 fue seleccionado por la American
Composers Orchestra de New York para participar en el Festival
Sonidos de las Américas ndedicado a la música de
Venezuela. Su obra, "Oración para clamar por los
Oprimidos", fue interpretada en el Weill Recital Hall del
Carnegie Hall por el Ensemble de Cámara de dicha orquesta
bajo la dirección de Tania León. Igualmente,
Rugeles tuvo la oportunidad de dictar Clases Magistrales en la
Universidad de Yale y en la Juilliard School of Music.

En Marzo de 1996 es invitado por la Radio Alemana
-Deutschlandfunk- de Colonia a dirigir un programa de
música latinoamericana contemporánea con el
Ensemble Die MusikFabrik de Nordrhein-Westfalen
Düsseldorf.

En Agosto de 1996 es invitado por la "Associazione
Concerti Città di Noto" de Italia, que preside el Maestro
Corrado Galzio a dirigir un Concierto con la Orquesta
Sinfónica del Estado-Kiev, Ucrania, dentro del marco del
XXI Festival Internacional Notomúsica que se realiza todos
los veranos en la Ciudad de Noto, Caotania.

En Mayo de 1997, es invitado por el Instituto de Nueva
Música de la Escuela Estatal de Altos Estudios de
Música de la ciudad de Freiburg, Alemania (Institut
für Neue Musik der Staatlichen Hochschule für Musik
Freiburg), para dirigir dos Conciertos de Música
Contemporánea de Venezuela y Colombia con el Ensemble de
Cámara del mencionado Instituto. Igualmente, dicta
allí una conferencia sobre el tema "La relación
entre la música venezolana contemporánea de
concierto y la música popular y
folklórica".

En Agosto de 1997 participa, junto al Cuarteto de
Clarinetes de Caracas, en el 33º Festival Música Nova
en las ciudades de São Paulo y Santos, Brasil. Dicta
allí su conferencia sobre el tema "La relación
entre la música venezolana contemporánea de
concierto y la música popular y
folklórica".

Aldemaro Romero

(Valencia, Venezuela, 12 de marzo de 1928 – Caracas,
Venezuela, 15 de septiembre de 2007). Pianista, compositor,
arreglista y director de orquesta venezolano.

Comenzó sus estudios musicales con su padre,
Rafael Romero, quien era director de la Banda del Estado Yaracuy.
A los 9 años, ya era experimentado cantante y el primer
locutor de radio infantil en la emisora La Voz de Carabobo.
Allí animaba un espacio llamado La Hora Infantil junto a
su hermana Rosalía Romero, menor de edad igual que
él. Además, en dicho espacio también
vendía publicidad.

Saúl Vera y Aldemaro Romero (al
piano).

En 1941 se trasladó a Caracas y trabajó
inicialmente junto a músicos populares del género
típico conocido como música cañonera.
Paralelamente, toma clases de mecánica y de música
con el compositor venezolano Moisés Moleiro. Su primer
trabajo es como pianista en salones nocturnos y en orquestas de
baile siendo la primera de ellas la orquesta Sonora Caracas. En
1944, firma un contrato con la emisora caraqueña Radio
Libertador en la cual funge de pianista de planta. Allí
conoce al director de orquesta popular Luis Alfonzo Larrain, con
quien toma clases de música y de quien recibe fundamentos
de disciplina, de los cuales hará uso más tarde
cuando dirija sus propias agrupaciones. Larrain le asigna,
gracias a su talento, el triple rol de subdirector, arreglista y
pianista de su orquesta. Con esta agrupación inicia su
carrera de compositor con el bolero "Me queda el consuelo". Se
separa después de esa orquesta al unirse a la
agrupación bailable de los cantantes populares Rafael
"Rafa" Galindo y Víctor Pérez, continuando su rol
de pianista. En 1948, se independiza creando su primera orquesta
de baile llamada "Aldemaro Romero y su Orquesta" la cual dura
hasta 1950, cuando tiene una actuación en la cinta
venezolana "Tres meses de vida". Realiza actuaciones en radios
caraqueñas y en 1952, llamado por su amigo, el tenor
Alfredo Sadel, se marcha a Nueva York firmando contrato con la
disquera transnacional RCA Victor para grabar con orquestas de
estudio. En 1954, esta empresa inicia una serie exitosa de
álbumes en formato LP denominada Dinner In…, ofreciendo
música latina popular, en arreglos estilizados. El joven
Aldemaro Romero así forma con parte de una lista de
veteranos músicos tales como, el argentino Terig Tucci, el
mexicano Pablo Ruiz, el brasileño Rafael "Fafa" Lemos y el
cubano René Touzet la pléyade de artistas que
dieron vida a esta serie discográfica.

El álbum grabado por Romero fue Dinner in
Caracas, realizado con músicos estadounidenses y dos
venezolanos, uno de ellos el propio Romero, y el contrabajista.
Esta grabación fue realizada en formato monaural, en
momentos en que la estereofonía y la grabación
multipista aún no hacían su aparición
formal. Con este álbum superó los registros de
venta hasta entonces conocidos en el mercado discográfico
de América del Sur y concluye esta serie en 1956, con
Dinner In Colombia, grabado en los estudios de RCA Víctor
Mexicana. Luego, grabó numerosos álbumes en
diferentes países, entre ellos, Cuba. En este país,
realiza la dirección y el arreglo para el tema "Alma
Libre" grabado a dúo por Alfredo Sadel y Benny
Moré.

En Estados Unidos, su capacidad como arreglista y
director lo condujo a colaborar con orquestas y cantantes
populares, como Dean Martin, Jerry Lee Lewis, Stan Kenton,
Machito y Tito Puente, entre otros. También viajó
extensivamente, desarrollando su arte en numerosos países:
México, Puerto Rico, Colombia, Perú, Brasil,
Argentina, España, Francia, Grecia, Suiza, Suecia, Italia,
Rusia, Egipto y Japón. En 1957 creó en Estados
Unidos una Gran Orquesta bajo el género del mambo y es
contratado para los Carnavales de Caracas, ese año,
acompañando al vocalista cubano Miguel de Gonzalo. La
orquesta es considerada como una atracción extranjera por
no ser venezolanos sus integrantes, exceptuando al propio Romero,
pero esto no es obstáculo para que sus presentaciones sean
exitosas. Paralelamente, firma contrato con la empresa venezolana
Discos Cymbal para la realización de discos de
música venezolana, en algunos casos bajo el mismo formato
de la serie discográfica de RCA Víctor "Dinner
in…" y en su mayoría, grabados en Estados
Unidos.

En 1960 vuelve a Venezuela, para ser el productor y
presentador del programa "El show de Aldemaro Romero" en el cual
cumple otras funciones más, entre ellas la de
escenógrafo. Allí acompaña o presenta a
cantantes venezolanos y extranjeros de la época como el
cuarteto Los Cuatro y Simón Díaz. Para septiembre
de 1964 participa en una presentación donde ejecuta jazz
demostrando su versatilidad musical. Hacia 1965, hace grabar al
vocalista juvenil Cherry Navarro el pasodoble "Adiós,
Madrid" en un atisbo de lo que sería posteriormente, el
movimiento de la Onda Nueva. Hacia 1968 firma un nuevo contrato
con RCA Víctor en Italia, para grabar en ese país
la segunda parte de "Dinner In Caracas". Al terminar la
década, el productor y locutor Renny Ottolina llama a
Romero para componer los temas incidentales y principales de la
escenificación para la televisión del cuento
infantil "El angelito más pequeño". Destaca de
todos estos temas, el Sueño de una niña grande,
vocalizado en esa oportunidad por el ya desaparecido actor y
cantante venezolano Germán Freites.

La Onda Nueva

Aldemaro Romero dirigiendo la Orquesta Sinfónica
Municipal de Caracas en la celebración del 50 aniversario
de Dinner in Caracas.

Durante una convalecencia, Aldemaro Romero, encuentra la
inspiración para presentar en el año 1968 su
creación de una nueva forma de interpretación de
música venezolana, conocida como Onda Nueva, derivada del
joropo e influenciada por el jazz y la bossanova
brasileña. La idea también surge debido a que,
hasta entonces, la música venezolana carecía de
movimientos innovadores que la hicieran renovarse. Cuando Romero
presentó esta idea a su amigo, el contrabajista de origen
austríaco Jacques Braunstein, solicitándole su
parecer, él respondió que aquello le parecía
"una Onda Nueva", lo cual sirvió de identificación
al movimiento musical desde ese momento hasta la actualidad. Sin
embargo, existe otra versión según la cual el
músico Frank Hernández (colaborador de Romero en
los años de vigencia del movimiento) señaló
que el surgimiento de la Onda Nueva se debió a un encargo
realizado por una empresa publicitaria a Romero, que no
gustó a esta empresa, aunque sí a los
músicos participantes.2 Según esta otra
versión, el resultado fue aplicado por Romero y
Hernández a "diferentes tipos de música". Sin
embargo Hernández reafirmó el mérito del
músico Braunstein, por haber dado el nombre al movimiento
musical.

Como consecuencia, de 1971 a 1973, para impulsar este
movimiento Romero creó los Festivales de la Onda Nueva en
los que se presentaron destacados músicos y solistas tales
como Franck Pourcel, Paul Mauriat, Astor Piazzolla, Juan Gabriel,
Armando Manzanero, Consuelo Velázquez, Augusto Alguero,
Eliana Pitman, Trini Lopez, Helmuth Zacharias y Marco Antonio
Muñíz, además de artistas venezolanos como
Mirla Castellanos, Alfredo Sadel, Carlos Almenar Otero, Carlos
Morean y Henry Stephen. Estos festivales significaron un gran
esfuerzo económico (más de un millón de la
moneda de ese momento) y organizativo para Aldemaro Romero.
Desafortunadamente, estos festivales carecieron de
proyección en el exterior, por lo que dejaron de existir,
lo que no impidió que Romero siguiera difundiendo hasta
donde alcanzaron sus esfuerzos, tanto en Venezuela como en el
exterior los temas que había escrito varios años
antes, adaptados a este movimiento musical.

También tuvo un papel importante en el campo de
la música "culta". En 1979 fundó la Orquesta
Filarmónica de Caracas, de la que fue su primer director y
que desapareció años después, al negarle
apoyo económico el gobierno del ex presidente venezolano
Jaime Lusinchi hacia 1983 al suspenderle el subsidio anual que se
le otorgaba, según palabras del mandatario "para evitar
que Aldemaro se hiciera rico".

También dirigió la Orquesta
Sinfónica de Londres, la Orquesta de Cámara
Inglesa, la Orquesta Rumana de Radio y Televisión y la
Real Orquesta Filarmónica.

1980s

En esta década, Aldemaro Romero incursiona en el
negocio discográfico con su empresa Supra Vox en la que
edita por vez primera álbumes con su propia voz, en
géneros muy diferentes a los que había manejado
previamente, más para complacer un antojo personal que por
motivos comerciales. La disquera tuvo una vida efímera,
pero a pesar de ello, Romero siguió haciendo programas de
radio y televisión junto a su amigo, el humorista Manuel
Graterol "Graterolacho" Santander y dedicándose a la
actividad musical en diferentes facetas tales como hacer
composiciones y proyectar vocalistas para difundir sus
temas.

Fallecimiento

En los últimos años estaba semi-retirado,
por lo que su actividad discográfica había cesado.
Falleció al complicarse el estado de su salud, siendo
diabético, con una oclusión intestinal en la
mañana del 15 de septiembre de 2007.

Premios

En 1969 Aldemaro Romero recibió el Premio de la
Paz de los intelectuales soviéticos, en el festival de
cine de Moscú por la música de la película
La Epopeya de Simón Bolivar. También obtuvo el
primer premio como compositor y director en el Festival de las
Palmas en Mallorca (España), el Festival Musical de los
Juegos Olímpicos en Grecia, y en el Festival de la
Canción Latina de México. Por su extenso trabajo,
recibió numerosos reconocimientos en su país,
siendo galardonado con las órdenes al mérito
Andrés Bello, Diego de Losada, Francisco de Miranda y las
órdenes del Mérito al Trabajo, todas en su primera
clase, concedidas por el gobierno venezolano a los
políticos, artistas y personas con logros excepcionales.
En el año 2000 obtuvo el Premio Nacional de Música,
y en 2006 los grados de Doctor honoris causa de la Universidad de
Carabobo y Universidad Lisandro Alvarado de
Barquisimeto.

Legado

El crítico musical Eleazar López-Contreras
González (nieto del ex-presidente venezolano del mismo
nombre) escribió lo siguiente acerca del legado de
Aldemaro Romero:

Los vastos conocimientos de Aldemaro Romero estaban
fundamentados en su enorme talento, que le permitieron conocer y
absorber el hecho musical desde la perspectiva de ejecutante,
arreglista y director. Como quien tiene talento lo tiene para
todo tal como él solía decir, Aldemaro lo tuvo en
muchos campos, lo cual le dio una increíble experiencia en
múltiples áreas relacionadas con la música.
Esta feliz combinación de talento, conocimientos y
experiencia fue la que le dio lustre a su fructífera
carrera, la cual comenzó al iniciarse como precoz
guitarrista y locutor infantil en la radio de Valencia, donde
nació en 1928, y culminó al ser reconocido
mundialmente como respetado compositor de intrincadas y
originales obras de carácter académico, de las
cuales dejó más de ochenta muchas de ellas sin
estrenar cuando falleció en 2007, a la edad de 79
años. De acompañar a Rafael Lanzetta como
guitarrista, pasó a ser incipiente pianista…, todo ello
(ocurrió) cuando la familia se mudó a Caracas en
1942. Entonces, se escapaba de su casa para tocar con (conjuntos)
cañoneros, en emisoras de radio y en algunos bares con
piano y cabarets, de donde su padre, el severo maestro Rafael
Romero, quien ya le enseñaba algunos rudimentos de la
música, iba a sacarlo por las orejas.

Muy pronto, el joven pianista pasó a tocar en el
Hotel Majestic (alternando en otros dos lugares más, pues
entonces hacía tandas en tres sitios). Tocar en esos
locales significó conocer a importantes figuras (o a
quienes lo serían, como fue el caso de Celia Cruz, que en
1944 se presentó en el Majestic como integrante de las
bailarinas Las Mulatas de Fuego). Todo ello le ayudó a
afinar su original estilo de pianista, pero también le
permitió adquirir conocimientos que luego le ampliaron,
desde el punto de vista téorico porque Aldemaro siempre
fue un autodidacta, el pianista Moisés Moleiro y el
maestro Rafael Minaya. Moleiro lo condujo por la vía de la
pianística y de la música autóctona,
mientras que Minaya le amplió su visión de la
orquestación moderna y el jazz, a los cuales se
sintió profundamente atraído Aldemaro, que admiraba
la sonoridad de la orquesta de swing de este maestro
dominicano-venezolano, la cual se nutría del repertorio y
sonido de las big-bands norteamericanas. Como en esos tiempos la
música en Venezuela era muy elemental, este hecho
despertó en Aldemaro su afán innovador, el cual se
inspiró inicialmente en lo bailable, en el grueso sonido
de la orquesta neoyorquina de Machito y, en el plano del swing y
el jazz, en las masivas sonoridades de Stan Kenton, a quien
posteriormente le hiciera algunos arreglos, llevado de la mano de
su amigo Chico O"Farrill. En su corto período de
aprendizaje de lo popular, que abarca el comienzo de los
años cuarenta, Aldemaro se convirtió en arreglista
de la famosa orquesta de Luis Alfonzo Larrain, de quien
recibió valiosos consejos profesionales y el ejemplo en el
manejo de una orquesta, lo cual le hizo reconocer la importancia
de la disciplina, la organización y la buena
administración en agrupaciones de cualquier naturaleza. Ya
de pantalones largos, mientras se desenvolvía como
pianista y arreglista ocasional, a la vez que se asomaba a la
composición (el bolero Me queda el consuelo lo
escribió en 1945, a los diecisiete años), Aldemaro
obtuvo sus primeras experiencias dentro de un cuerpo musical al
ingresar como pianista en la Sonora Caracas y en Los Caciques y,
luego, como pianista-director de la efímera orquesta
Rafa-Víctor (en la cual tocaba el saxofón y
clarinete Alirio Díaz).

Partes: 1, 2, 3
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