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Plutón en Capricornio



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Comentarios
    generales sobre el quehacer astrológico,
    astro-filosófico y astro-cognitivo.
  3. Fundamentos del
    enfoque cognitivo en astrología
  4. La
    problemática plutoniana del
    astrólogo.
  5. Urano, Neptuno, Y
    Plutón: Los tres delincuentes o the bad
    boys
  6. Plutón en
    Capricornio

INTRODUCCIÓN

El propósito en este trabajo es el abordaje de la
temática astrológica de Plutón pero desde un
punto de vista cognitivo, esto es, su participación e
implicancias en los procesos internos del ser humano que
consideramos dan por resultado conocimiento o toma de
consciencia. Por lo tanto, es necesario por causa de nuestro
enfoque y de la perspectiva filosófica dominante en este
trabajo, realizar algunos comentarios previos sobre el quehacer
filosófico y la cuestión cognitiva en
Astrología para comprender implicancias y consecuencias
plutonianas de tal finalidad debidas entre otras cosas al
abordaje del estudio de sus significaciones
astrológicas.

Con una más amplia visión abarcadora,
también se expone sobre lo que consideramos como procesos
cognitivos históricos que tuvieron por consecuencia una
ampliación de la consciencia (o un "darse
cuenta
") en la sociedad humana en general, especialmente en
lo que concierne a las estructuras sistemáticas que la
humanidad como conjunto se ha ido dando durante su desarrollo en
el tiempo como por ejemplo; en el área
económico-productivo-administrativo, desde lo que
conocemos como El Estado, ente administrativo regulador de la
actividad humana en general mediante las distintas
administraciones llamadas Gobiernos que se van sucediendo en el
tiempo.

Nuestro enfoque entonces, sobre la naturaleza plutoniana
y por extensión de cualquiera de los elementos del
zodíaco implicados en la historia social del hombre que
mencionemos, etc., será siempre dirigido en busca de una
mayor comprensión de los procesos cognitivos. Como
también lo será el abordaje analítico
referido al ingreso y tránsito de Plutón al signo
zodiacal de elemento tierra Capricornio, esto,
con la intención de exponer un análisis de
carácter general sobre posibles procesos cognitivos que
tal suceso puede llegar a representar significativamente, durante
el trígono de Plutón en Capricornio
en relación con los signos de Tauro y
Virgo, que son los otros dos signos más
directamente involucrados en los procesos que tendrán
lugar (suponemos) durante el tránsito de
Plutón por la casa Diez del zodíaco, esto es
Capricornio
. Asi el lector, creemos, comprenderá
mejor nuestro singular punto de vista.

Por último aquí, señalamos que
cuando hablamos de Modo, Manera y Forma, no
estamos utilizando estos términos como sinónimos;
Modo; refiere a la naturaleza dinámica y
operativa de la energía; Manera; a las
características de las combinaciones
energéticas, y Forma, al
formato o forma concreta en que se manifiesta
finalmente.

Sección I.-

Comentarios
generales sobre el quehacer Astrológico,
astro-filosófico y astro-cognitivo.

Consideramos oportuno señalar primero; qué
es fundamental no olvidar en el quehacer
filosófico-astrológico:

No debemos olvidar ni desconocer nunca lo que
significa e implica la dedicación observacional de
naturaleza filosófica
.

O sea: El quehacer filosófico se fundamenta en el
amor al conocimiento, con la finalidad de alcanzar
sabiduría, pero en términos humanos, esto es;
comprensión, que en sí, es la
primera y fundamental definición de la
Filosofía. Y en cuanto a lo
práctico, la actividad filosófica tiene siempre por
objetivo, no solo la necesidad concreta de encontrar respuestas
de carácter teórico abstracto, sino también,
querer saber sobre "cómo se hace" para dar
solución concreta a los muchos interrogantes de naturaleza
existencial y de problemática de vida, que nos plantea el
hecho de nuestra existencia concreta en la Vida,
así con mayúscula, de la cual indudablemente somos
parte, ya sea desde un aspecto individual en tanto seres
biológicos, como también desde un aspecto
psíquico en tanto personas, y lo mismo en lo general de
ambos aspectos, o sea lo social del ser humano,
por el solo de hecho de ser; con otros,
existir; con otros, estar; con otros,
sentir; como los otros
, etc. En suma; vivir y
convivir en circunstancias particulares y generales.

Tampoco debemos olvidar que el quehacer observacional no
tiene límites prefijados, salvo los que el propio
investigador se impone para enmarcar el campo u objeto de estudio
elegido, con acuerdo a la naturaleza del enfoque o visión
bajo el cual lo observará. Y que todo aquello que es y
existe ante nuestras consciencias, puede ser lícitamente
abordado como objeto de observación y estudio para su
comprensión, tanto a través de la actividad
astro-filosófica, (que es nuestro campo específico)
como a través de cualquier ciencia tanto sea esta oficial
como no convencional.

En cuanto a la razón y motivos de nuestra
particular afición por el campo astro-filosófico;
se debe a que hemos comprobado hace tiempo, que si algo en
común tienen la Filosofía y la
Astrología, es la amplitud de temas
posibles de abordar y tratar, dentro de sus propias naturalezas
respectivas, y la infinidad de objetos que pueden ser abordados y
examinados de distinto modo, manera y forma en ambos. Inscriptos
y analizados en distintas instancias, dentro del sistema
zodiacal, como también ser vistos bajo la lupa de
distintas formas de pensamiento en lo filosófico. Y todo a
un mismo tiempo y bajo un mismo formato estructural y
sistémico que provee en tal sentido, la astrología.
Podríamos decir, con cierta dificultad de expresión
concreta, que la Filosofía nos ofrece una estructura de
pensamiento para justamente pensar válidamente, y la
Astrología una estructura experimental abstracta, donde
validar experimentalmente aquello que se piensa. De tal modo
ambas estructuras se integran convenientemente según sea
el que realice en si mismo tal combinación
cognitivo-estructural.

Entonces, Filosofía por la
libertad de pensamiento, y Astrología por la ductilidad de
su estructura, la cual admite tal vez todas las formas posibles
de pensamiento, y objetos a ser pensados, incluido obviamente el
ser humano. En nuestro caso utilizamos la estructura
astrológica para tratar de exponer mediante el
análisis intelectivo la naturaleza teórica de los
procesos cognitivos del ser humano, que son nuestras razones y
motivos de investigación. Y decimos "naturaleza
teórica" porque una cosa es hablar de los procesos
cognitivos como pretendemos hacerlo aquí,
teóricamente, y otra vivirlos.

Aunque se debe decir, antes de continuar, que en
Astrología siempre se corre el riesgo -por el
énfasis puesto en lo científico-, de terminar
adquiriendo el peor de los males en tal campo; es decir, el
exceso de abstracción.

Como en astrología el objeto preferido de estudio
es ni más ni menos que el ser humano, el exceso de
abstracción puede alejar demasiado al investigador de la
realidad humana y asi perder de vista un aspecto que es
fundamental para comprender esta ciencia en su aspecto mas
profundo e importante -como ha pasado y pasa muchas veces en
distintas ciencias del campo científico oficial-,
servir al Hombre.

Pero como la simbólica zodiacal implica
representaciones de instancias y circunstancias humanas, con sus
problemáticas de vida y existencia de carácter
interno y externo en lo humano, a menos que se olvide el aspecto
anímico del individuo, el exceso de abstracción se
ve así limitado por la realidad interior del ser, es
decir, por el hecho de poseer un Alma o si se lo prefiere, un
sentir interior. Esta característica crucial, hace que
recordemos que aquello que le sucede al ser humano,
fundamentalmente le sucede en su interioridad.

Por ello están siempre implicados en todos los
aconteceres y sus correspondientes procesos internos de los
individuos, sentimientos humanos de variado orden y naturaleza,
emociones, deseos y necesidades de carácter
emotivo-sentimental-afectivo, que se verifican en su interioridad
y se reflejan en su exterioridad, desde un doble origen; por la
percepción de los fenómenos externos, provenientes
de lo circundante, y por la percepción de fenómenos
internos, originados en el propio y particular mundo interior de
los individuos. Por ello, las representaciones
astrológicas no son signos vacíos de contenido
alguno, contienen en si un vasto y complejo contenido de variada
naturaleza y de una enorme injerencia en la vida humana, pues
trata de lo que le pasa al ser humano. Y lo que le pasa al ser
humano le pasa por dentro y ese adentro hace rato que tiene
nombre; Alma. Esto, es necesario recordarlo
siempre, aunque mucho se lo pretenda todavía ignorar en
nombre de la abstracción científica y la toma de
distancia con respecto al objeto de estudio en los claustros
académicos.

Por lo tanto, al igual que sucede en el campo de las
ciencias oficiales, existe en Astrología una importante
asignatura de naturaleza humanístico-social pendiente.
Pues si como siempre se enuncia, la Astrología es de
antiquísima data, entonces algo debe de tener para decirle
a la sociedad, y en ella al Hombre sobre lo social de su
naturaleza trascendente, pero no solo en forma abstracta, como es
costumbre, también en forma concreta, que es la forma
comprometida con el aquí y el ahora, no con el
mañana, diciendo lo que emerge en tal sentido del estudio
de esta ciencia, pues todos somos, también en lo
trascendente, seres sociales y la Astrología forma parte
de la sociedad, por ello somos también parte del o los
problemas, que en tal aspecto de la existencia humana
continuamente se suscitan.

No queremos con esto que decimos, faltarle el respeto
debido a nadie, pero se debe reconocer que como humanos
intelectuales, damos a menudo muchas vueltas antes de llegar a
ser concretos. Probablemente desde Tycho Brahe, Galileo y otros,
la boca social de los astrólogos se cerró o la
obligaron a cerrarse, al igual que las de los filósofos,
porque después de Hegel y Comte, este último muy
comprometido con lo social, y también Karl Marx, y
algún otro, nada muy importante o comprometido socialmente
salió de la boca filosófica en los últimos
tiempos. En oposición a esto se puede afirmar que ha sido
mucho lo realizado por la Astrología, la Filosofía
y otras ciencias, enfocadas en la individualidad del ser, su
tiempo y circunstancias, como también en sus
particularidades, de ello se exponen trabajos muy
fructíferos, pero siempre carentes del sesgo social propio
del individuo, que es reflejo en última instancia de su
circunstancia, y esta, es un elemento importantísimo como
para obviarlo en los informes o ponencias.

No se advierte que en el hombre, está la impronta
de la sociedad en que se da su existencia, con acuerdo a un
determinado tiempo, cultura predominante, clase social, etc.,
menos se advierte que él la encarna, y que por ello lo
social, es también persona en él.

Kant puso en el centro de la existencia al hombre, ahora
bien, después de siglos debemos entender que ese hombre
que hemos estado examinando durante tanto tiempo tiene dos
aspectos, uno como ser único y personal y otro como ser
social, ambos ya claramente manifestados a la consciencia humana
pero entre ambos aspectos debemos notar la existencia de una
serie de instancias cognitivas, que lo revelan dotado de un
contenido multifacético de propiedades, que cuando pasa a
la acción concreta se manifiesta en sus
productos.

Decimos esto, porque justamente, la ausencia del sesgo
social en las explicaciones filosóficas y
astrológicas, a pesar de que se pongan en evidencia las
propiedades interiores del ser humano, cuando se lo aborda como
individuo, es causa de impedimento para poder comprender por
ejemplo a Plutón en su real valía. Ni más ni
menos que lo que pasaba antes con Saturno, cuando se lo
consideraba mayormente bajo el público rótulo de;
"El Gran Maléfico", que así cerraba el
paso a comprensiones muy importantes para la vida del ser humano,
como es el sentido de responsabilidad, el hacerse cargo, la
administración responsable de la propia vida, existencia,
recursos, etc. Incluso hoy día, como una rémora del
pasado, cuando decimos algo astrológicamente (nos
incluimos), en referencia a un planeta regente, lo mencionamos
casi inadvertidamente como causa, o influencia responsable de
nuestros males o gratas fortunas.

Ahora, cuando la Astrología se aborda desde una
perspectiva cognitiva, casi dramáticamente se comprende
que no es tan así, sino que las responsabilidades de los
sucesos en este mundo, en última instancia, solo se las
puede considerar compartidas, análogamente a como lo son
las responsabilidades emergentes de las relaciones entre
profesores y alumnos, ni más ni menos que eso.

Las limitaciones cognitivas que aun padecemos, tal vez
solo sean propias de las actuales viejas generaciones
astrológicas, que nacieron a este quehacer cuando en el
mundo occidental del siglo XX estaba instalado en las conciencias
de vastos sectores de la clase media y obrero en general, el
"no te metás", como también; "eso no
se dice, eso no se hace, eso no se toca
". Quizás, por
causa de tal tipo de cultura impuesta sobre nosotros o dadas
fácticamente a nuestras consciencias, es que somos como
somos, (el hombre y su circunstancia), pues no nacimos y
vivimos luego en medio de la "nada", ya que existimos y somos en
un medio que constantemente nos influencia con sus paradigmas
vigentes en un contexto histórico, político,
económico, social, etc.

Obviamente, no afirmamos que conscientemente se eluda el
compromiso social, pero consideramos desde nuestra visión
y por causa de advertir bajo el enfoque cognitivo que padecemos
de una limitación mental o tal vez psicosocial que nos
impide concientizarnos debidamente con respecto a nuestro ser
social, al menos en una proporción más equitativa
con respecto, si no a nuestro Yo esencial, al menos a nuestro Ego
(lo que creemos ser) que debemos llamar a la atención
sobre tal estado socio-cognitivo en lo individual.

Pero si es que en cuanto a consciencia crecimos,
deberíamos en nuestras actuales edades "maduras" hacer
algo concreto por cambiar tal estado de cosas, sea el que sea el
campo de actividad en que nos desempeñemos. Claro es que
no se nos ocurre pensar por ello en una astrológica y
filosófica revolución gerontológica
cognitiva aunque en algún lugar interior nuestro
espíritu así quisiera, porque la realidad
físico biológica de nuestros cuerpos materiales
fácilmente se encarga de que no perdamos la sensatez. De
todos modos, utopías nuestras aparte, igualmente de hecho
existen corrientes de estudio astrológico que avanzan en
tal dirección sin polvareda revolucionaria alguna que los
pongan en evidencia y tal vez sea mejor asi, (que la gallina no
se dé cuenta todavía que la están
desplumando [J. D. P.]). Nosotros aquí, de mínima
llamamos la atención sobre tal cuestión en
astrología, para que el novel estudiante esté
alerta y al menos nos supere en tal sentido.

Ahora, en relación con lo plutoniano, si no
asumimos en nosotros el hecho empírico de ser seres
sociales y sus implicancias y responsabilidades inherentes, no
nos quejemos después, cuando nos estallen de improviso las
cuestiones pendientes, generándonos situaciones
difíciles de digerir sin la preparación adecuada.
Tenemos que comprender, que al igual que en lo concreto del
quehacer humano cotidiano y general, también existen en
astrología labores penosas de investigación, y lo
plutoniano es una de ellas, porque nos pone durante la labor
investigadora, en oposición a nuestra propia y natural
faceta individual, oculta, privada y egoísta,
rebelándonos asi nuestro propio lado oscuro. Lo
esotérico de nosotros mismos.

El estudioso de la astrología nunca es sabedor a
priori de que en algún momento se encontrará con su
esoterismo personal, íntimo y correspondiente, y para
colmo por lo general nada sabe de esoterismo en sus distintas
manifestaciones. Lejos está cognitivamente de todo eso,
dado que parte en viaje de estudios astrológicos con una
expectativa de naturaleza y visión científica
ordinaria de las cosas, porque de eso es lo único que
está armado conscientemente y además cree que con
ello le será suficiente. Y paradojalmente, este estudioso
aun sin saberlo se basa en la creencia, pues básicamente
él cree en lo científico oficial que le
enseñaron, no cuestiona "su ciencia oficial" en cuanto a
los paradigmas que ella le pontifica. No hay entonces mucha
diferencia entre este estudioso y los cientos de
dogmáticos creyentes de otras formas de pensamiento, como
por ejemplo abunda en el pensamiento religioso, mágico y
místico.

Y no le echemos tampoco la culpa al supuesto "Gran
Maléfico"
[Saturno = Responsabilidad]. Porque de
último modo y manera, la forma en que
Plutón se manifestará en nuestras
vidas, es con características infernales, que no son
siempre solamente dolorosas, también son placenteras, solo
que de las placenteras, aunque infernales nadie dice nada ni se
queja públicamente y por lo general nunca estamos
totalmente satisfechos, pues siempre queremos en tales casos
más de lo mismo, sin saber que asi es como se pavimenta
nuestro camino al infierno, o sea por pedir más de lo
mismo. Como prueba y antecedente de lo infernal que puede llegar
a ser para todas las vidas humanas, no comprender adecuadamente
las "propuestas" plutonianas, está todo lo sucedido en la
década del treinta y del cuarenta del próximo siglo
pasado, sin necesidad de tener que citar antecedentes más
antiguos o más cercanos también.

Por otra parte, podemos comprender que lo dicho
aquí quizás se oponga, y mucho, a lo enunciado en
variados claustros académicos de enseñanza, que
afirman a sus noveles estudiantes, que de lo filosófico (y
menos de lo astrológico), no esperen de ningún modo
que algo de ello les pueda llegar a servir para resolver ninguno
de sus problemas. Pero como en última instancia es el
hombre el que hace la diferencia, en este caso de naturaleza
literaria consideramos que es el lector quien, como siempre en
este ámbito, deberá tomar su decisión y
según su pensar hacer él la diferencia, o
no.

Volviendo al filosofar como actividad y los procesos
cognitivos que su ejercicio implican; estos últimos
siempre han tenido participación en toda actividad humana,
pues de modo consciente o inconsciente han estado
desarrollándose -y la actividad astrológica no ha
sido nunca la excepción-, ni siquiera en los tiempos
prehistóricos de la sabiduría antigua ni en la
griega de los grandes pensadores, y muchísimo menos en la
actualidad, han estado ausentes de la vida humana, pues de hecho
el cuestionar aun siendo meramente instintivo o intuitivo, es
natural e inherente al ser humano y por ello siempre ligado a
todo su quehacer. Pero para darnos cuenta de tal hecho en
nosotros mismos, hoy día y también desde hace ya
bastante tiempo, a todos nos es necesario como individuos,
recorrer primero el camino del desarrollo racional hasta llegar
al mundo pleno del pensamiento.

El acceso al mundo del pensamiento, lógicamente,
no ha sido siempre como lo es actualmente. Pero de todos modos y
a pesar de las limitaciones propias de cada tiempo cultural, en
alguna medida la humanidad, como conjunto, fue avanzando en
dirección al pensar racional, pues es notable cuando
miramos la historia sin limitaciones culturales, como incluso en
las leyendas y tradiciones, aun las más antiguas,
destacaron siempre ciertos seres, personajes, etc., que
influían con su epopeya o mítica peripecia en lo
colectivo de los pueblos continuamente, alentándolos con
su ejemplo a realizar épicos esfuerzos en pro de un
objetivo superior, trascendente. Entonces, más allá
de las diferencias temporales y culturales, e incluso de las
circunstancias individuales y sociales, todos los seres humanos
algún día, en mayor o en menor medida, nos vemos
ante la impronta de alguna "forma" de toma de consciencia, que
consiste en darnos cuenta de algo. La importancia de ese algo es
relativa, en principio al individuo, pero luego puede
potencialmente llegar a influir en nada más ni nada menos
que en el destino de la humanidad toda, solo que muy
difícilmente quien se da cuenta de algo, lo advierta en
primera instancia.

Pero a pesar del mucho tiempo transcurrido hay cosas que
nunca han cambiado para la humanidad, y es el hecho de que
siempre la humanidad ha estado en la Tierra y a
la vez en el Cósmico Cielo.

La humanidad es siempre con la Tierra,
en Ella, con Ella y sostenida por
Ella, mientras es trasladada por el cosmos
cercano alrededor del Sol, lo que pone en
evidencia clara que la naturaleza humana es por un lado
eminentemente terrenal, pero por la insistencia de la
Tierra de exponernos en ese viaje a otros objetos
cósmicos -además del Sol– implica
también la existencia de otra naturaleza en los seres
humanos, a la que se denomina naturaleza
cósmica
. Así entonces, descubrimos vigente
en nosotros la existencia de la dualidad de las cosas de este
Universo, del cual somos nosotros también objeto
además de ser sujetos.

La insistencia terrenal en el viaje mencionado, ha hecho
que fuéramos advirtiendo las ciclicidades terrenales
existentes, que luego se nos fueron revelando significativas al
advertirnos que guardaban relación con el
Cielo, mas luego y para nuestro asombro
caímos en la cuenta de que la existencia de relaciones
entre Cielo y Tierra
también se relacionaba significativamente con lo humano
eventual mismo de nuestras propias e individuales vidas, y de
modos muy concretos.

Con el tiempo, y sin que la aparición de una
nueva forma de pensamiento, a la que llamamos razón,
implicara en nuestra humanidad la desaparición de su
antecesora, se siguieron todas las demás formas de
pensamiento hoy existentes, las que podemos actualmente asimilar
y desarrollar y que vistas en conjunto o integradas en un todo
adecuadamente, podríamos definir como el pensar espiritual
propiamente dicho. Porque lo espiritual razonable, genuino,
necesariamente, como forma de pensamiento debe abarcar toda forma
posible de pensamiento, pasada, presente y aun futura. Nada puede
ser conscientemente en nosotros más universal que el
pensamiento espiritual. Aunque lo filosófico, como
actividad cognitiva guarda cercanía en ese
sentido.

En el legítimo pensar espiritual todas las formas
de pensamiento necesariamente se integran en un todo y lo que lo
permite es el ejercicio del pensar filosófico, y una
adecuada estructura que como soporte permita estructurar racional
y lógicamente el concepto de universalidad. La dualidad
del filosofar y la estructura zodiacal como soporte de tal
actividad cognitiva consciente, provoca el surgimiento en el ser
humano de sucesivos procesos, la suma de ellos es causa del
despertar en determinada instancia de su sentido de
universalidad, esto es el hombre cosmopolita. Y esto está
en todo ser humano siempre latente.

Pero sea como sea, lo cierto es que a pesar de lo
enunciado en el párrafo anterior, ni siquiera los
astrólogos filosóficos podemos todavía
concebirnos de modo, manera y menos formalmente a nosotros
mismos, en términos espirituales propiamente dichos, aun
cuando en lo intelectual ya podamos advertirlo por medio del
pensamiento abstracto, y también por la
contemplación mística, el sentir interior, y el
éxtasis mágico natural, todos los cuales son
vías validas de toma de consciencia en tal sentido, solo
que tienen el inconveniente no ser transferibles ni compartibles
como experiencia, excepto en el caso del encuentro sexual
amoroso.

Pues ante nuestra visión intelectual,
todavía no nos es posible auto-exponernos en nuestro
propio aspecto espiritual para poder examinarlo y analizarlo,
salvo de manera simbólica o significativa, esto es, a
través de signos o mediante signos, porque el ojo que ve
no se ve a si mismo, como tantas veces se ha dicho y
repetimos.

Tratar de observar intelectualmente para su
análisis, lo espiritual de uno mismo es tratar de observar
tal aspecto de nuestra naturaleza, sin la posibilidad cierta,
racional y consciente, de contar con un fondo en donde
contrastarla adecuadamente, -y esto si tuviéramos una
imagen-idea para poder hacerlo- para asi poder advertirla
cabalmente ante nuestra consciencia. Esta imposibilidad se debe
fundamentalmente a que la imagen nuestra que guardamos en
nosotros en esta vida es siempre terrenal-material, porque lo
espiritual de nosotros mismos está siempre recubierto por
lo material, aun cuando nos remitamos a sus valores más
sublimes. Tal vez, ese sea el motivo fundamental de porque las
religiones nos ofrecen mandamientos, decretos, sacramentos,
oraciones, etc., pues con ellos como fondo o herramientas de
autoconocimiento podemos llegar a percibir algo de nuestra propia
espiritualidad en contraste con el cumplimiento o no de sus
dictados.

Pero por otra parte, lo intelectual versus el
Alma, a veces se complementan en el ser humano,
cuando este le hace un lugar en las cuestiones al
corazón, para que participe en ellas. Es
entonces que se producen cosas muy extrañas en lo
cognitivo, pero que solo son absolutamente entendibles por
aquellos que alguna vez se atrevieron a poner en juego su
corazón.

Comprendemos muy bien entonces que las preocupaciones
trascendentales humanas, han sido y son siempre parte inherente
de la existencia humana concreta, sea la que sea la forma de
pensamiento predominante. De todos modos, esto no explica con
claridad satisfactoria lo que evidentemente ocurrió, y de
características muy singulares para la evolución
cognitiva de la humanidad, por lo menos desde el año 800
a. C. en adelante, y que conllevara, entre otras cosas, lo que
hoy conocemos como la cumbre de la actividad pensante humana, la
Filosofía. Y en cuanto al pensamiento astrológico,
podemos decir lo mismo, con la salvedad que este último
aparenta tener más antigua data aun, que la actividad
pensante filosófica oficial, si vemos la cuestión
desde el solo parámetro oficioso de la historia
occidental. Aunque antes de seguir, vale aquí realizar una
pequeña, si no aclaración, al menos un llamado de
atención: La Filosofía, tal como se predica y
practica en Occidente desde su aparición, no es igual al
pensar oriental, aunque si puede ser semejante. Esto es porque el
pensar filosófico Occidental tiene la particularidad de
ser cuestionador, interrogador, de postular en tal sentido una
completa libertad de pensamiento, en cuanto a plantear
interrogantes, cosa que lo distingue rápidamente del
pensar filosófico oriental. Nosotros somos atrevidos y aun
transgresores en tal sentido, Oriente no.

Lo cierto es que hoy día, aun con los agujeros
históricos oficiales, podemos considerar a la actual
Astrología difundida en Occidente,
incluida en el concepto filosofía, (o viceversa) y de ello
resultar una expresión filosófica occidental,
análoga de la que en Oriente se ha enunciado desde el
Tao, o si se prefiere; la
Astrología es el Tao de Occidente
. De modo que,
asi como Oriente enunció que: "El Tao es Todo y el
Todo está en el Tao
". Análogamente Occidente
puede enunciar filosóficamente, que: La
Astrología es una expresión lógica del Todo
y el Todo se expresa lógicamente en la
Astrología.

Por último, ¿para qué sirve la
filosofía? Respondemos: Para hallar soluciones a los
problemas humanos
. Pues la filosofía, debido a su
quehacer, justamente sirve para eso, como largamente ha quedado
demostrado en lo general y en lo particular con los resultados
obtenidos por causa de su constante trajinar, que entre otras
cosas, originó las actuales ciencias oficiales y con ello,
la mejora de la calidad de vida de particulares millones de seres
humanos. Y aun cuando se hayan cometido barbaridades, numerosos
errores y omisiones por el camino, y queden pendientes muchos
problemas por resolver, pese a todo ello el ser humano
está hoy en día en evidente mejor posición y
condición general de vida que en el pasado no lejano.
Resta mucho por hacer, por supuesto, esto es visible en todas
partes, las asignaturas pendientes están ahí, a la
vista.

Sección 2.-

Fundamentos del
enfoque cognitivo en Astrología

Como sabemos, para Occidente la historia oficial de los
procesos cognitivos de la humanidad definida como racional y
pensante en nuestros actuales términos, da comienzo
concreto en Grecia.

Pero también deducimos razonablemente, que mucho
antes del surgimiento del pensamiento griego, el ser humano,
entre tanto por llegar a observar de lo existente, que pudiera
despertar su atención observadora, temerosa o
contemplativa, también reflexionó de algún
modo sobre ello, sea de la cultura que sea. Naturalmente el Cielo
siempre figuró como tema u objeto considerado de
algún modo, manera o forma por el ser humano, y en
especial el cielo nocturno, que puede ser quizás lo que
más represente desde antiguo, lo que hoy definimos como de
naturaleza cósmica, por contraste con lo de naturaleza
terrenal que estalla esplendorosamente ante nuestros ojos bajo la
luz solar del día. Aunque anómalamente casi nada se
mencione de ello con respecto a los griegos, que sin embargo nos
legaron sus dioses, presentes hoy en el sistema zodiacal, o sea,
los griegos, parece ser que, con acuerdo a la historia oficial,
no miraban el cielo. Quizás porque para ellos los dioses
en verdad moraban en el Olimpo y no en el cósmico Cielo, o
peor aun, quizás eso era una verdad empírica por
ese entonces, hasta que finalmente se exiliaron, en busca de
poner prudente distancia entre ellos y la humanidad desde ese
entonces.

Si bien el ser humano inevitablemente prestó
atención al Cielo y las ciclicidades evidentes en la
Tierra desde muy temprana edad, en Grecia, esta atención
tuvo perfiles distintivos muy singulares, porque en cuanto se
analizan los documentos históricos sobre esos tiempos, uno
no puede dejar de ver en las proposiciones de aquellos hombres la
presencia de la Razón y de la
Lógica, ya sea desde Pitágoras,
Platón, Aristóteles, etc. Y si bien la
aparición del pensamiento racional, es desde el punto de
vista científico, considerado como un producto de meros
procesos biológicos surgidos por causa de la
evolución humana, lo que en parte es muy cierto, esto no
explica por qué fue en Grecia que ocurrió y menos
explica, porqué recién en el Renacimiento
ocurre una nueva aparición de notables genios, aunque en
este caso, fuera en el campo del arte donde la actividad humana
más resaltó.

Pero desde la visión cognitiva el panorama de la
historia de la racionalidad humana cambia algo; mirando con
amplitud, se advierte que con el "Yo soy el que Soy"
revelado a Moisés, nace en la historia humana el primer
antecedente concreto de la noción del Yo o
al menos de su idea en el ser humano. Porque a partir de
allí, al tomar conocimiento el ser humano de tal
afirmación, asi sea de un modo no santo; pues si
Él es el que es, entonces el Yo, a imagen y semejanza,
también es el que es
. Porque audaces pensadores
hubo siempre en la humanidad. Y es muy posible que como un eco
que resuena miles de veces en el tiempo, esto haya provocado
entre otras expresiones yoistas o egoicas, una de las expresiones
máximas del Yo humano, el Yo
conquistador
-como lo ponderamos comúnmente en la
historia oficial-, alcanzando una de sus cumbres en Alejandro
Magno.

La existencia de grandes egos es abundante en la
historia de la humanidad y aun hoy continúa y
seguirá porque es base fundamental en lo terrenal de la
existencia y concepto de; Ser humano. Porque
¿cómo podríamos ser humanos actualmente sin
un ego?

Pero luego de mil setecientos años d.C.,
más o menos, ocurre la aparición de lo que
consideramos aquí como; el otro Yo;
el Yo social, pero que lo es con acuerdo a su
circunstancia y no como el Yo Soy que lo es
siempre en toda instancia, con tal que esté despierto a su
propia existencia y consciencia de sí mismo en su
circunstancia. Obviamente la revolución francesa es el
dato histórico al respecto, creemos, más notable,
aunque sus ideólogos no pusieran tanto el acento en esto,
sino en el cuestionamiento al derecho divino de ser reyes que una
minoría detentaba en detrimento de las grandes
mayorías.

Pero lo que importa destacar aquí, es que en
Astrología ese tiempo marca el inicio de la
aparición de los regentes llamados
"generacionales", que con Urano
inaugura un nuevo tiempo cognitivo en los seres humanos, cuyos
efectos se continúan hasta hoy día y al cual luego
le siguió Neptuno y finalmente
Plutón que es centro de este trabajo,
aunque hasta aquí no lo parezca tanto, pero mas adelante
quedará bien claro el porqué de esta antecedencia
genealógica.

Entonces, el pensamiento Griego fue posible, entre otras
causas que ignoramos, porque ya el ser humano había
comenzado por fin a desarrollar manifiestamente su ego, y en esa
región de la Tierra se manifestaba muy evidentemente tal
hecho, tanto en la épica homérica, como en el
desarrollo de sus polis, que manifestaba una organización
social notable, solo posible con el sustento de egos existentes
manifiestamente, si bien en principio desde una concepción
fundada en el mito del origen divino, o en la descendencia
divina, que quizás tenga sus razones lógicas, solo
que quizás aún no las hayamos comprendido
satisfactoriamente, y que notablemente no se remiten solamente a
la cultura griega, comenzando a manifestar ciertas
características de la hoy llamada democracia, para
–tiempos sociales mediante- sepultar definitivamente la
idea del derecho divino con la revolución
francesa.

Entre medio, el derecho romano realizó algo muy
importante para el desarrollo del ser social, esto fue el
concepto de ciudadano, algo que hasta el apóstol Pablo
ostentó e hizo valer en su momento. Y entrecruzando todo
el entramado hasta nuestro tiempo, la noción del ser
cosmopolita o ciudadano del mundo, (sentido cósmico
incluido) como expresión máxima del Ser, que era
existente desde los griegos por lo menos, pero solo pocos
llegaban a tal concepción, algunos de ellos posiblemente
hayan sido Pitágoras, también Aristóteles,
etc., pero que como posibilidad masiva recién en el siglo
XX comienza a ser posible su manifestación, por causa del
desarrollo comercial, la tecnología, los medios de
comunicación, la actual informática, etc. Todos,
comunicándonos con todos y con todo, es algo ya muy
cercanamente posible incluso en el día a día,
actualmente, hecho inédito este en la historia
humana.

Los hechos informáticos actuales señalan
claramente que "algo" muy importante está sucediendo
dentro del campo de los procesos cognitivos humanos, y lo que
sucede como proceso sucede en nuestro interior, no solo en lo
externo formalmente.

Desde la revolución francesa hasta nuestros
actuales días, ya no cabe duda que las transformaciones
sociales fueran y son numerosas, y además cada vez
más vertiginosas para la consciencia humana. Pero no se
advierte muchas veces que esto significó y aun significa
la abdicación del ego en muchas áreas donde antes
reinaba como soberano absoluto, aunque por derecho de conquista
del macho dominante. Pero lo cierto de todo lo que venimos
diciendo es que tales cosas implicaron para el ser humano, sin
desmedro de las concernientes a las circunstancias siempre
cambiantes del mundo, auténticos procesos
cognitivos.

Entonces, comencemos por recordar siempre, que el hombre
en todas las generaciones pasadas y presentes, ha tenido que
vivir en primera instancia cognitiva, sobre "ella", la
Tierra y bajo "él", el
Cielo, esto es lo único permanente
generación tras generación, o sea que siempre
volvemos a empezar una y otra vez desde la misma situación
de nuestros ancestros, solo cambian las circunstancias, las
condiciones de vida y algo en lo genético por causa de la
evolución. Y que aun cuando el pensar mágico
prevaleciera como paradigma, por largo tiempo en la
antigüedad remota, un cierto quehacer cognitivo racional
debió haber existido antes del nacimiento oficial del
pensamiento griego. Un prueba concreta es
Pitágoras*1 (850 a. C.), a quien alguien le
enseñó, aunque también habría que
mencionar a Buda (discurso de Benarés) y su
"sendero óctuple", que traducido a nuestros
actuales tiempos o sea al formato cognitivo actual, no es otra
cosa, que la sensatez, el llamado también,
sentido común el cual, a pesar de ser el
más común de los sentidos, muchas veces parece ser
el más ausente en la humanidad. Nunca acabaremos de
agradecerle al divino Buda lo suficiente. La presencia
histórica de Pitágoras y su discurso,
demuestra la preexistencia científica en su conocimiento
matemático y geométrico, procedente del oriente
medio (Mesopotamia) y del lejano Oriente.

También hay que mencionar, lo que acertadamente
expusiera Rudolf Steiner, concerniente a cierto aporte de
características evolutivas muy importantes que siempre son
o resultan ser trascendentes para la psique humana, esto a sido
siempre fundamental para la manifestación concreta de todo
desarrollo cognitivo posterior, que nos trajo hasta nuestra
actual época cognitiva y al que ya de cierto modo hemos
aludido y que provino del oriente próximo*2 (región
norteafricana). Nos referimos a la expresión documentada
en la Biblia "Yo soy el que soy" revelada a
Moisés. Con dicho aporte, la
autoconsciencia, "la tierra a su tiempo estuvo lista"
para
la aparición de, no solo la razón
matemática, que si en algo se destaca, es por ser ella
lógicamente racional y además generadora del
pensamiento abstracto en el ser humano, sino también de
muchas cosas más.

*1.- Pese a que el filósofo y matemático
griego conocido como Pitágoras (nacido en Samos en 850 a.
C.) no dejó ninguna obra escrita, grandes pensadores de
todos los tiempos han hablado de su doctrina y se lo menciona con
mucho respeto por su conocido "Teorema de Pitágoras". Se
sabe de él que se radicó en la ciudad de Crotona
(Sur de Italia), que a través de largos viajes por Oriente
-donde se presume estudió la ciencia de los Brahmanes de
la India y Astrología en Caldea y en Egipto
descubrió una dimensión mucho más amplia del
ser humano y el Universo, también se cree que tomó
contacto con Zaratustra (Zoroastro). Pero lo cierto es que
corrientes orientales de pensamiento, recuerdan a
Pitágoras con el nombre de Yavanacharya ("El Maestro
Jonio"). Cuando retornó a Crotona fundó una escuela
de filosofía, y en ella ingresaban tanto varones como
mujeres. Pitágoras fue el primero en enseñar el
sistema heliocéntrico, y se le atribuye haber
acuñado el término Filosofía (amante de la
sabiduría), la "Teoría sobre la música
de las esferas
", como también el haber explicado la
doctrina sobre la reencarnación, esta última
aprendida en la India, y desafortunadamente mal entendida por la
posteridad Occidental, conocida como la "Teoría sobre la
transmigración de las almas".

*2 El término Middle East
(Oriente Medio), que en el ámbito europeo se traduce como
Oriente Próximo (pues la expresión
Oriente Medio hace referencia, en sentido
estricto, a los territorios de Irán,
Afganistán y Pakistán
), fue utilizado por
primera vez por el alto mando militar británico durante la
II Guerra Mundial. Por su parte, el término Near
East
(Oriente Próximo) utilizado en
América designa la región
norteafricana del sur mediterráneo.

Nota del autor: las aclaraciones de los
asteriscos *1 y *2 son de fuentes enciclopédicas en
general, extraídas para guía a mano del lector que
se interese por datos históricos y geográficos que
lo guíen en sus corroboraciones personales.

Lo cierto es que, con el correr del tiempo, las
enseñanzas pitagóricas, conjuntamente con los
aportes, del resto de los grandes pensadores griegos, y no
debemos olvidarnos, de los árabes, pusieron en evidencia
la existencia del sistema zodiacal como expresión de una
totalidad tal que, entre otras cosas, es contenedora de todas las
formas de pensamiento posibles, pasadas y presentes. A partir de
Pitágoras, se manifiesta formalmente al mundo la
posibilidad cierta para todo ser humano de lograr el hallazgo de
la "evidencia intelectual de la verdad de las cosas y aun de las
cosas mismas", que es lo que permite hoy día, que desde el
más común de los seres humanos (con tal que se lo
proponga y tenga oportunidad concreta para ello), hasta el
trabajador investigador mas desarrollado, llegue a comprensiones
profundas de la dinámica y naturaleza de todo lo
existente, como también del aspecto trascendente de
sí mismo, y además lograr realizar valiosos
desarrollos en tecnología.

Partes: 1, 2, 3

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