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Presidentes de Venezuela




Enviado por paola



Partes: 1, 2, 3, 4

  1. José Antonio
    Páez
  2. José María
    Vargas
  3. Andrés Narvarte
  4. Carlos
    Soublette
  5. José Tadeo Monagas
  6. José Gregorio Monagas
  7. Julián Castro
  8. Manuel
    Felipe Tovar
  9. Juan
    Crisóstomo Falcón
  10. José Ruperto Monagas
  11. Antonio Guzmán Blanco
  12. Francisco Linares
    Alcántara
  13. Joaquín Crespo
  14. Juan
    Pablo Rojas Paúl
  15. Raimundo Andueza Palacio
  16. Ignacio Andrade
  17. Cipriano Castro
  18. Juan
    Vicente Gómez
  19. Eleazar López
    Contreras
  20. Isaías Medina
    Angarita
  21. Rómulo Betancourt
  22. Rómulo Gallegos
  23. Carlos Delgado Chalbaud
  24. Marcos Pérez
    Jiménez
  25. Wolfang Larrazábal
    Ugueto
  26. Raúl Leoni
  27. Rafael Caldera
  28. Carlos Andrés
    Pérez
  29. Luis
    Herrera Campins
  30. Jaime
    Lusinchi
  31. Ramón José
    Velásquez
  32. Hugo
    Rafael Chávez Frías
  33. Conclusiones

José Antonio
Páez

(NACE EN CURPA EL 13 DE JUNIO DE 1790
Y MUERE EN 1873.

Origen y año de mando: 1830-1835;
1839-1843; 1861-1863). Hijo de Juan Victoria de Páez y de
María Violante Herrera. Recibió muy elemental
educación, y de apenas diecisiete años de edad,
habiendo cometido un hecho delictuoso en defensa propia cerca de
Yaritagua, hubo de refugiarse en Barinas, donde sirvió
como peón en el famoso hato de La Calzada. La
Revolución de 1810, le encontró en este destino, y
como su patrón, Don Manuel Antonio Pulido, fuera nombrado
Gobernado de Barinas, le incorporó a sus filas.Vuelto
Pulido a Barinas, Páez se reintegró a las tropas
patriotas, mereciendo de este Jefe el nombramiento de
Capitán de Milicias de Infantería. El Libertador le
ascendió a General de División el 20 de enero de
1819. Con el cargo de Jefe de la Circunscripción Militar
del Centro quedó en Valencia, y desde allí
activó en los años siguientes la rendición
de Puerto Cabello, que tuvo lugar el 8 de noviembre de 1823. En
1826 era Jefe Civil y Militar de Venezuela. Reconstituida
Venezuela en 1830, y sancionado el pacto político de la
nueva república, Páez fue elegido su primer
presidente del 1831 al 1835. Le sucedió en la alta
magistratura el Dr. José María Vargas, quien fue
derrocado por un golpe de cuartel, dado el 8 de julio de 1835,
por los reformistas. De 1839 a 1843 ejerció por segunda
vez la Presidencia Constitucional de Venezuela.
Señaló su actuación con un hecho de gran
justicia como fue el traslado de los restos sagrados del
Libertador en 1842, desde Santa Marta, donde dormían desde
1830, hasta caracas, su ciudad natal. La Dictadura, le dio el
título de Jefe Supremo de la República el 10 de
septiembre de 1861, hasta junio 1863.

José
María Vargas

(NACE EN LA GUAIRA, EL 10 DE MARZO DE 1786 Y MUERE EN
NUEVA YORK EL 13 DE JULIO DE 1854. AÑO DE MANDO:
1835-1836).

Médico cirujano, científico,
catedrático y rector de la Universidad de Caracas,
político, escritor y presidente de Venezuela, Hijo de
José Antonio Vargas Machuca y Ana Teresa Ponce. En 1798,
ingresó en la Universidad Real y Pontificia de Caracas,
donde cursó de 1802 a 1806. Se graduó de bachiller
en filosofía el 11 de julio de 1803. Se traslada a
Cumaná, donde vive hasta 1812; luego de iniciado el
movimiento de la Independencia, Vargas es parte del Supremo Poder
Legislativo de Cumaná en 1811. Cuando llegó
Francisco Cervériz a Cumana, redujo a prisión a
todos los que habían tomado parte en la Legislatura, y
Vargas fue enviado a las bóvedas de La Guaira donde
permaneció hasta comienzos de 1813 cuando fue libertado.
Simultáneamente con sus actividades científicas y
educativas, Vargas tomó parte en las actividades
políticas, y así lo vemos asistir al Congreso
constituyente de 1830, donde desplegó una gran actividad
en las comisiones de Trabajo, en las sesiones plenarias y en
muchas oportunidades salvó su voto cuando se atacó
al Libertador. Fue electo presidente en las elecciones de 1834,
voto ratificado por el congreso el 6 de febrero de 1835 y se
posesionó de la presidencia el día 9. El 8 de julio
siguiente estalló la llamada Revolución de las
Reformas que lo depuso del cargo y lo envió exiliado a
Saint Thomas. Después de esta experiencia se dedica
durante el resto de su vida exclusivamente a la causa de la
educación. Asume la presidencia de la Dirección
General de Instrucción Pública, la cual
ejercerá desde 1839 hasta 1852.

Andrés
Narvarte

(NACE EN LA GUAIRA EN 1871 Y MUERE EN CARACAS EL 31 DE
MARZO DE 1853. AÑO Y ORIGEN DE MANDO: 1835; 1836-1837;
1842).

Abogado y político. Vicepresidente de la
República. Encargado de la primera magistratura (1835,1836
y 1842). En 1810 se unió a la causa de la
revolución de Venezuela. Entre 1813 y 1814 fue Gobernador
de la Provincia de Trujillo. En marzo de 1819 se halla en Juan
Griego y era intendente de Venezuela. En 1830 fue designado
Diputado por Caracas en el Congreso Constituyente de Venezuela.
Con motivo de la discusión ese año, en el Congreso
del Proyecto de Decreto a favor de quienes participaron contra la
vida del presidente de la República, Simón
Bolívar el 25 de septiembre de 1828, Narvarte hizo gala de
elocuencia cuando dijo que su intervención era rendir
culto a la moral política; manifiesto que considera dignos
de clemencia a los individuos que tuvieron participación
en los sucesos del 25 de septiembre y los individuos y los
miembros que lo ejecutaron merecen elogios. En 1832 fue nombrado
Secretario de Interior y Justicia. Entre 1833 y 1837 fue
Vicepresidente de la República, y con ese carácter,
ocupó interinamente la presidencia de Venezuela el 20 de
enero de 1835 cuando el General en Jefe José Antonio
Páez concluyó su primer período
presidencial. El 24 de abril de 1836 se encarga de la primera
magistratura de la República esta vez, por renuncia del
titular José María Vargas. Lo reemplaza el 20 de
enero de 1837, José María Carreño. En mayo
de 1842, se encargó de de presidencia de la
República, debido a que el General Páez, hubo de
trasladarse a sus posesiones agrícolas.
Correspondió a Narvarte por hallarse ausente el
Vicepresidente de la República Santos
Michelena.

Carlos
Soublette

1837-1839

Como consecuencia de la renuncia del presidente
José María Vargas, que es aceptada por el Congreso
el 24 de abril de 1836, Andrés Narvarte se encarga de la
presidencia de la República hasta el 20 de enero de 1837,
cuando concluye su período vicepresidencial. Mientras el
Colegio Electoral llevaba a cabo las elecciones para escoger al
nuevo vicepresidente constitucional, ocupa el cargo interinamente
el general José María Carreño, en su
carácter de vicepresidente del Consejo de Gobierno.
Realizados los escrutinios, Carlos Soublette obtiene la
mayoría con 52 votos; el 10 de abril de 1837 regresa de
Europa, donde se hallaba de ministro plenipotenciario negociando
el Tratado de Independencia de Venezuela, Paz y Amistad con
España; al día siguiente, a la edad de 47
años, se juramenta como vicepresidente para el
período 1837-1841, y como tal ejerce la presidencia de la
República hasta 1839, cuando se cumplía el
período de Vargas. Lo acompañan en el gabinete:
Ramón Yepes y José Luis Ramos, quienes sirven en la
Secretaría de Estado; Santos Michelena en Hacienda y
Relaciones Exteriores; la Secretaría de Guerra y Marina la
desempeña el coronel Guillermo Smith. El gobierno se
inicia bajo una apariencia de paz interior, toda vez que estaban
juzgados y desterrados o en prisión los principales
comprometidos en la llamada Revolución de las Reformas de
1835-1836. Sin embargo, una de las primeras medidas que el
gobierno se ve obligado a tomar es la de levantar un
ejército para someter a Francisco Farfán, uno de
los indultados por participar en la mencionada revolución
y que se había alzado en los llanos de Apure.

El Congreso autorizó al Poder Ejecutivo para
poner sobre las armas a 2.000 hombres y a llamar al servicio, si
fuera necesario, hasta 8.000 milicianos; a la cabeza del
ejército fue colocado el general José Antonio
Páez, quien disolvió exitosamente la
insurrección. A instancias de Soublette, el 22 de mayo de
1837, se decretó una amnistía para todos aquellos
reformistas que se encontraban dentro del territorio nacional,
estuvieran o no encausados; el 5 de junio del mismo año,
se dictó un segundo decreto de indulto incluyendo a los
comprometidos en el movimiento de Farfán, pero exceptuando
a los cabecillas de dicha insurrección. La actitud de
Soublette le ganó la animadversión de algunos de
sus mismos partidarios y la de los adeptos al doctor Vargas,
quienes se pronunciaban por el mantenimiento de las medidas
punitivas severas que se habían dictado con anterioridad.
Como resultado, se desató en la prensa un violento debate
defendiendo al presidente Soublette o acusándolo de haber
violado la Constitución.

En 1838, ocurrieron otros alzamientos: el de Juan
Cordero y Eduardo Figueroa en Cumaná y con mayores
repercusiones, el del coronel Francisco María
Farías en Maracaibo y Perijá; vencidos ambos
movimientos, se le dictó sentencia de muerte a
Farías. Al finalizar el año 1839, se habían
ejecutado 6 sentencias de muerte; a 76 individuos se les
conmutó la pena máxima por prisión o
destierro. La defensa del orden interno, entre 1837 y 1838, se
había llevado el 45% del presupuesto. Durante este
período continuaron las gestiones diplomáticas
entabladas con anterioridad. Existían relaciones
diplomáticas entre Venezuela, Ecuador, Perú,
Bolivia, Nueva Granada, Chile; un Tratado de Navegación
con Estados Unidos y tratados de amistad y comercio con la Gran
Bretaña, Holanda, Francia, Dinamarca y las Ciudades
Hanseáticas.

En 1837, Soublette nombró a Daniel Florencio
O'Leary encargado de Negocios en el Vaticano, en búsqueda
del derecho de patronato, no como herencia de España, ni
como concesión de la Santa Sede, sino como elemento
inherente e inseparable de la nueva soberanía venezolana;
la negociación quedó pendiente por las dificultades
encontradas. En 1839, el gobierno envió a Alejo Fortique a
Londres, con el carácter de comisionado para el arreglo de
la deuda grancolombiana. Para 1838, la población estimada
de Venezuela oscilaba entre 700.000 y 950.000 h concentrados en
las ciudades de Caracas, Valencia, Cumaná, Barcelona,
Barquisimeto, Barinas, en los valles de las cordilleras y en el
litoral central. El mercado interior era reducido; se calculaba
que casi la mitad de los venezolanos vivía marginada de la
economía monetaria; no había industrias ni mano de
obra especializada; el pueblo, en su mayoría, se ajustaba
a una economía de subsistencia, basada en el trueque de
bienes y servicios. Si bien ocurrieron algunos cambios a partir
de 1830, continuaba la esclavitud institucionalizada y las
manumisiones se efectuaban con extrema lentitud por falta de
fondos. Por el mismo motivo de falta de dinero, funcionaban
colegios nacionales sólo en El Tocuyo, Trujillo, Coro,
Guanare y Valencia, en el convento de San Francisco de Caracas,
funcionaba el colegio Independencia, bajo la dirección de
Feliciano Montenegro y Colón. Estos centros de
enseñanza fueron facultados para otorgar grados de
bachiller en filosofía. Aparte, continuaban las
universidades de Caracas y Mérida.A la difícil
situación interna se sumó, a partir de 1837, la
crisis económica que afectó a Estados Unidos;
Venezuela estaba ligada a ese país por nexos comerciales,
de modo que al declinar la demanda y, por consecuencia, los
precios del café y el cacao, principales productos
venezolanos destinados al comercio exterior, se quebrantaba
igualmente la economía interna. Con el fin de percibir
mayores ingresos se decretó, en 1837, la creación
de juntas económicas en las capitales de provincia,
encargadas de controlar el contrabando y facilitar el cobro de
los impuestos. Aumentaron los derechos para los renglones
exportables, el impuesto de la sal, así como los impuestos
para la fabricación de aguardiente y bajaron, entre el 2 y
el 8%, los sueldos de los empleados civiles. Al finalizar el
año de 1838, quedaban pendientes los pagos por concepto de
sueldos a los empleados públicos y se había
solicitado para ello un nuevo empréstito. La crisis
económica afectó en 1838 a todos los sectores de la
población, pero en especial a los hacendados. Un grupo de
éstos, encabezados por el político y escritor
Tomás Lander (quien era también hacendado), se
reunieron para cruzar ideas y resolvieron fundar un
periódico para defender sus intereses que, a su juicio, no
eran debidamente atendidos por el gobierno de Soublette; su
programa, publicado en el periódico La Bandera Nacional,
fue el germen inicial del Partido Liberal, que sólo se
estructuraría a partir de agosto de 1840 alrededor de su
vocero, El Venezolano. Entre tanto, en las elecciones
presidenciales efectuadas a fines de 1838, Páez
resultó vencedor y recibió de Soublette el poder el
1 de febrero de 1839. Soublette continuó como
vicepresidente hasta 1841, aunque no al frente del
Ejecutivo.1843-1847Para el cuatrienio de 1843 a 1847 participaron
en la contienda electoral para la presidencia de la
República Santos Michelena, Diego Bautista Urbaneja y
Carlos Soublette. Los liberales apoyaban a Santos Michelena y
rechazaban la continuidad de José Antonio Páez (el
presidente saliente) y Soublette en el gobierno. El escrutinio
favoreció a Soublette, candidato de Páez, con
más del 66,66% de los votos. El 28 de enero de 1843, se
juramentó en su cargo y formó su gabinete con Juan
Manuel Manrique y posteriormente, Francisco Cobos Fuertes en
Interior y Justicia; Rafael Urdaneta y después, Francisco
Hernáiz ocuparon la Cartera de Guerra y Marina; Francisco
Aranda, Juan Manuel Manrique y Pedro de las Casas se sucedieron
en la Secretaría de Hacienda y Relaciones Exteriores. La
paz interior que reinaba en los comienzos de este período
condujo a la reducción del ejército permanente. A
cambio, se organizó la milicia, tanto activa como local.
Esta última quedó fija en sus respectivas
parroquias, de forma que no se paralizaran las actividades
agrícolas. El mantenimiento del orden público
permitió, a la vez, una mejor distribución del
presupuesto nacional. Para el año 1845-1846, el monto
asignado al departamento de Guerra y Marina había mermado
hasta significar el 23% del presupuesto, mientras que la suma
destinada al de Hacienda mejoró, constituyendo el 43% del
total. El 15 de abril de 1843, Soublette decretó el cierre
de todas las causas en contra de los desterrados por ocurrencias
políticas, acontecidas desde 1830 hasta 1836 y
autorizó su entrada al país y su
reincorporación a la vida nacional.

En cuanto a la política exterior, fue en esta
etapa cuando terminó oficialmente la situación de
distanciamiento con España debida a la Guerra de la
Independencia, pues en 1845 se celebró el Tratado de
Reconocimiento de la Independencia, Paz y Amistad entre ambos
países. No obstante, Venezuela quedó recargada con
una deuda de 20.000.000 pesos. En 1844, se invistió a
Fermín Toro con el carácter de ministro
plenipotenciario, para arreglar la cuestión de
límites entre Venezuela y la Nueva Granada (hoy Colombia).
Esta gestión se suspendió después de un
año de conversaciones, al no llegarse a ningún
acuerdo. A pesar de los buenos augurios en materia
política, una circunstancia económica dio pie para
que se alterara el orden público: en 1842, se había
presentado una nueva crisis de mayor duración y
consecuencias que la de 1837. La demanda y el valor de las
exportaciones bajaron progresivamente a partir de 1843. Las
entradas por este concepto, correspondientes al año fiscal
1841-1842, alcanzaron la cifra de 7.399.923 pesos y en 1843-1844,
habían descendido a 4.408.890 pesos, es decir en un 40%.
La crisis y la economía de cuasi monocultivo (café
y cacao como los 2 principales productos de exportación)
se conjugaron con las disposiciones mercantiles vigentes que
protegían al acreedor. Con la ley del 10 de abril de 1834,
también llamada Ley de Libertad de Contratos, el Estado
había dejado en manos de las partes contratantes la
fijación de los intereses y se garantizaba el pago de los
préstamos mediante la subasta de los bienes del deudor. En
1841, se había reformado también la Ley de Espera y
Quita que redujo el plazo con que podían contar los
deudores morosos. De esta manera, los agricultores que se
habían endeudado en época de bonanza, perdieron sus
propiedades durante la crisis. El descontento abarcaba
también a los artesanos, aunque por otras razones: las
manufacturas locales no podían competir con las elaboradas
en Europa, pues éstas entraban al país pagando
bajos derechos de importación. Con el objeto de resolver
la situación de los agricultores arruinados, Francisco
Aranda, ministro de Hacienda y Relaciones Exteriores de
Soublette, ideó la creación de un Instituto de
Crédito Territorial, el cual contemplaba la
facilitación de préstamos a interés, a largo
plazo y con créditos al 5%. Existía libertad de
prensa y únicamente en la ciudad de Caracas, entre 1844 y
1846, se publicaban 26 órganos periodísticos, de
modo que este plan fue discutido a través de los mismos
con gran revuelo y agitación. Recibió el apoyo de
todos aquellos que esperaban beneficiarse, incluyendo a Antonio
Leocadio Guzmán, quien por medio de El Venezolano
promovía su candidatura para las elecciones presidenciales
que se aproximaban. En 1845, fue presentado el proyecto del
Instituto ante el Congreso y, a pesar de la aceptación que
tuvo en las cámaras, fue vetado por el Poder Ejecutivo,
argumentando que no era apropiado destinar fondos públicos
para auxiliar a grupos minoritarios.Cuando Soublette
asumió la presidencia se propuso, como empresa nacional,
la libertad de los derechos de exportación y la mejora o
construcción de las principales vías de
comunicación con el mar, la reducción de los gastos
públicos y el pago puntual de las deudas contraídas
por el país. El 14 de enero de 1845, se inauguró la
carretera de Caracas a La Guaira, vía que redujo
considerablemente los fletes y que fue la primera obra de tal
naturaleza con que contó la República;
también se llevó a cabo la mayor parte de los
trabajos de la carretera de Valencia a Puerto Cabello, así
como de los caminos para conectar a los llanos de Apure con la
provincia de Mérida, además de varias conexiones
entre puertos sobre el lago de Maracaibo y pueblos de la
región andina. En Guayana, se realizó el trayecto
de Upata a Puerto de Tablas y en Cumaná, la vía
para unir a Cumanacoa con el puerto de Caño Colorado en el
río Guarapiche. Con respecto a la deuda pública
interna y externa, se cumplió a cabalidad el pago de los
intereses y del capital correspondiente. De manera que en 1845,
la primera se hallaba reducida a 192.000 pesos y de la segunda se
habían amortizado 5.314.731 de pesos; ambos compromisos se
llevaron a cabo con grandes esfuerzos y con ello ganó
Venezuela prestigio internacional. En relación con el
aspecto educacional, la situación era la siguiente: de 540
parroquias existentes en 1843, 209 contaban con escuelas
primarias y en las mismas se educaban 11.969 alumnos. En 1844, de
250.000 jóvenes de uno y otro sexo, 13.000 recibían
instrucción. En 1846, bajó el número
estudiantes de primaria a 12.905. Aparte de los colegios
nacionales que funcionaban con anterioridad, se instituyeron en
este tiempo otros en Barcelona, Maracaibo, Cumaná y
Guayana. El presupuesto lo aportaba en parte la
Administración Pública, en parte los representantes
del alumnado.Para las elecciones de 1846, se postularon para
optar a la presidencia de la República Antonio Leocadio
Guzmán, José Félix Blanco, Bartolomé
Salom y José Tadeo Monagas. Guzmán tenía el
respaldo de los artesanos, el de las sociedades liberales que se
habían expandido, tanto en Caracas como en ciudades del
interior y el de todos los descontentos; pero bastantes
hacendados le retiraron el apoyo, pues vieron en él a un
alentador de pasiones y a un hombre radical que propugnaba una
revolución social. En los meses siguientes a la
promulgación de los candidatos, se dan varios estallidos
insurreccionales en contra del gobierno y a favor de
Guzmán. Sus seguidores, entre ellos Francisco Rangel y
Ezequiel Zamora, saquean en Barlovento, los valles del Tuy y
Villa de Cura. Procede entonces el Consejo de Gobierno a conceder
facultades extraordinarias y nombra a Páez y a José
Tadeo Monagas primero y segundo comandantes del Ejército,
respectivamente. Restablecido un relativo orden, el candidato
liberal es excluido de la lista de electores, se le considera
faccioso y se le condena, primero a muerte, luego a cadena
perpetua y finalmente, al destierro. En las elecciones de primer
grado, ninguno de los demás candidatos propuestos obtiene
la mayoría necesaria que exige la Constitución, de
modo que el Congreso efectúa una nueva votación
donde gana el candidato escogido por Páez y Soublette:
José Tadeo Monagas. Soublette entrega el 20 de enero de
1847 la primera magistratura al vicepresidente Diego Bautista
Urbaneja, quien preside interinamente la República hasta
el 1 de marzo de 1847 cuando se juramenta Monagas. El
régimen de Soublette se caracterizó por la
búsqueda de conciliación con el sector militarista
(protagonista de las insurrecciones entre 1830 y 1836), como
hecho fundamental para la consecución de la estabilidad
política. Se destaca en este período el despliegue
de una gran actividad periodística, que refleja la
libertad de expresión y el relativo respeto a lo derechos
ciudadanos que imperaron gracias a Soublette. Destaca
también el cuidadoso y honesto manejo de los dineros del
Estado, tanto por parte del presidente como de los hombres que lo
acompañaron en el gobierno. (Fuente: Enciclopedia
Polar).

José Tadeo
Monagas

Tamarindo de Amana, Maturín (Edo. Monagas)
28.10.1784 _ Caracas, 18.11.1868Caudillo militar y
político. Presidente de la República (1847-1851 y
1855-1858). Sus padres Francisco José Monagas y Perfecta
Burgos Villasana lo bautizaron con el nombre de Judas Tadeo, sin
embargo, la costumbre de utilizar tan sólo la inicial del
primer nombre para la identificación devino con el tiempo
en José Tadeo, nombre con el cual se le conoce. Desde un
primer momento, sus padres se encargaron de proporcionarle una
educación orientada hacia el apego a la tierra y a las
faenas del campo. Inició su carrera militar
desempeñando el cargo de alférez de
caballería, bajo las órdenes del coronel Manuel
Villapol en el ejército patriota del general Santiago
Mariño y recibió su bautismo de fuego en el combate
de las Bocas del Pao (1813); ese mismo año se distingue en
reñidas batallas contra las fuerzas realistas dirigidas
por Lorenzo Fernández de la Hoz (18 marzo) y Domingo de
Monteverde (25 mayo), ambas libradas en Maturín y se
enfrenta, en Cachipo, a José Tomás Boves (11
septiembre). Para 1814, participa en el sitio de La Puerta (3
febrero) y en la batalla de Bocachica (31 marzo), en el encuentro
del sitio de Arao (16 abril), en la primera batalla de Carabobo,
tras la cual obtiene el grado de coronel (28 mayo), en la
sangrienta batalla librada en Aragua de Barcelona (17 agosto), en
la batalla de Maturín (14 octubre), en la batalla de Urica
(5 diciembre) y en la batalla de Maturín (11 diciembre).
En 1815, pelea en la batalla de San Diego de Cabrutica (15
marzo), en el encuentro de las sabanas de Lejarazo (24 marzo), en
la batalla de El Palmar (4 abril), en el ataque a la ciudad de
Aragua de Barcelona (14 abril), en un amago hacia Angostura (hoy
Ciudad Bolívar) capital de la provincia de Guayana (22
junio) y en la batalla del hato del Caraqueño (27 junio).
En 1816, participa en la acción del hato del
Alacrán (6 septiembre) y en la sangrienta batalla de El
Juncal (27 septiembre). En 1817 coopera con el general
Simón Bolívar en oriente y, en 1818, participa en
la batalla de Calabozo librada contra Pablo Morillo (11 febrero),
en la del sitio del Semén (16 marzo) y en la de Ortiz,
donde le toca enfrentarse al general Miguel de la Torre (26
marzo). En 1819, pelea en las acciones del hato de La Cantaura
(12 junio) y en el ataque de Santa Clara (4 septiembre). En 1820,
participa en el ataque a las Trincheras de Quiamare (2 noviembre)
contra Chicual Guzmán y para 1821, es ascendido por el
Libertador al grado de general de división.

En 1822, obtiene el cargo de gobernador civil y militar
de Barcelona y comandante del departamento del Orinoco,
retirándose luego, a la tranquilidad de las faenas del
campo. Casó, en 1823, con Luisa Oriach Ladrón de
Guevara, hija de Francisco José Oriach y de María
Antonia Ladrón de Guevara. A mediados de 1830, rompe con
la rutina de la vida campestre para incorporarse al desarrollo de
los acontecimientos que conmueven al país. La
reacción antibolivariana que se había desatado
amenazaba la estabilidad política y la unidad de la Gran
Colombia; ante estas circunstancias, Monagas, oscila
indistintamente en movimientos contradictorios de
oposición o de apoyo a la integridad de la Gran
Colombia.

A pesar de haberse mostrado abiertamente dispuesto a
defender la aplicación de un sistema federal, participa en
la llamada Pacificación de Oriente y en 1831, con el apoyo
de su hermano José Gregorio, promueve un movimiento en
favor de la reconstitución de la Gran Colombia,
auspiciando la adhesión de todas las provincias
orientales.

Contrariamente a los gestores del movimiento separatista
que buscan crear una república de tipo centralista en el
antiguo territorio de la capitanía general de Venezuela,
Monagas promueve la formación de un « estado de
Oriente» que estaría integrado por las provincias de
Cumaná, Margarita y Guayana. Propugna la
implantación de una confederación, para la cual
invita a las demás provincias de Venezuela, así
como a las de la antigua Gran Colombia que así lo
quisieran, a formar parte de ella.

En mayo de 1831, se reúne una junta de 150
vecinos en la ciudad de Barcelona decidiendo: investir
provisionalmente con el cargo de gobernador en jefe del Estado de
Oriente al general Santiago Mariño y al general
José Tadeo Monagas como segundo jefe provisional hasta la
instalación del primer congreso que se reuniría
posteriormente. El presidente José Antonio Páez
logra, sin embargo, evitar que se lleve a cabo este intento
separatista; negocia con los hermanos Monagas y logra
convencerlos de deponer las armas y someterse; el 23 de junio de
1831 un indulto decretado desde Valle de la Pascua, ofrece las
garantías necesarias a los comprometidos en el movimiento;
José Tadeo Monagas, por su parte, se retira, una vez
más, a la vida privada.

Para 1834, se abre el período electoral del cual
sale electo José María Vargas; la reacción
militar contra el poder civil no se dejó esperar, y
nuevamente Monagas se destaca dirigiendo en oriente la
insurrección armada que lleva el nombre de
Revolución de las Reformas; sofocado militarmente el
movimiento, un nuevo indulto, dictado en el cuartel de Pirital
(Sabana del Roble) en noviembre de 1835, pone fin a la contienda
en el oriente. En 1846, Monagas es postulado como candidato a la
presidencia para el período 1847-1851. Contaba con el
apoyo y las simpatías de Páez y del presidente
saliente Carlos Soublette. Triunfa en las elecciones, y es luego
confirmado por el Congreso el 20 de enero de 1847 y toma
posesión en Caracas el 1 de marzo.

Caracterizado por la ruptura con los grupos
conservadores y por la aplicación de una serie de medidas
consideradas por sus adversarios como arbitrarias, este primer
período presidencial de Monagas (1847-1851) se verá
signado por los sucesos del 24 de enero de 1848 que culminan con
el asalto al Congreso. Estos hechos determinaron la
aclamación de Monagas quien logró someter al
Congreso e imponer su poder personal. Al término de su
período presidencial (1851) y bajo su tutela, es elegido
presidente su hermano José Gregorio (1851-1855). La
voluntad de José Tadeo Monagas se pone de manifiesto a lo
largo de este nuevo período presidencial y se cristaliza
con su reelección para el ejercicio de la primera
magistratura en el nuevo período que iría desde
1855 a 1859; esta reelección originó los más
variados comentarios y las más contradictorias opiniones;
la situación de agitación política que
caracterizaba entonces a Venezuela no era sino un reflejo del
descontento generalizado que sacudía a todo el
país. Los brotes de rebeliones no se hicieron esperar.
Ante el alzamiento promovido desde Valencia por el general
Julián Castro, Monagas renuncia a la presidencia el 15 de
marzo de 1858, se asila en la Legación de Francia en
Caracas y parte al exilio pocas semanas
después.

Tras 6 años (1858-1864) retorna a
Venezuela; agrupa a su alrededor los grupos descontentos con la
administración del presidente Juan Crisóstomo
Falcón, y a pesar de su edad (83 años), le toca
encabezar la llamada Revolución Azul que derroca a Manuel
Ezequiel Bruzual, sucesor interino de Falcón, y ocupa a
Caracas mediante un reñido combate en junio de 1868; el 27
de ese mes, José Tadeo Monagas, en su carácter de
general en jefe de los ejércitos de la revolución,
dicta un decreto reorganizando la administración ejecutiva
general y el 30 dicta un nuevo decreto declarando vigente la
Constitución Federal de 1864. Se convocaron elecciones
para designar al nuevo presidente de la República, pero el
viejo caudillo Monagas, cuya candidatura se veía
naturalmente favorecida, no logró ver culminar el proceso
eleccionario y murió a los pocos meses de una
pulmonía. Sus restos reposan en el Panteón Nacional
desde el 17 de mayo de 1877. (Fuente: Enciclopedia
Polar)

José Gregorio Monagas

Aragua de Barcelona (Edo.
Anzoátegui) 4.5.1795 _ Maracaibo (Edo. Zulia)
15.7.1858General de la Independencia; presidente de la
República (1851-1855) y libertador de los esclavos. Cuarto
hijo del matrimonio constituido por Francisco José Monagas
Hernández y María Perfecta Burgos Villasana,
criollos ambos. Su padre era ganadero en la región
barcelonesa. Con sus otros hermanos varones, entre ellos
José Tadeo, el mayor (quien le llevaba 10 años),
ayudó a su padre en el manejo de las propiedades ganaderas
que poseía o administraba. Así, todos los Monagas
fueron excelentes jinetes. Cuando se inició en 1810 la
Guerra de Independencia, se alistó como soldado en las
fuerzas armadas republicanas, secundando, sobre todo al comienzo,
a su hermano primogénito. Participó en la
campaña contra los realistas de Guayana (1811-1812), que
terminó en fracaso. Cuando el general Santiago
Mariño reinició la lucha en el oriente del
país a comienzos de 1813, José Gregorio Monagas se
unió a su ejército y bajo las órdenes
directas del general Manuel Piar, fue de los sitiadores de
Maturín (marzo 1813) y participó en las batallas
dadas en esa población contra los jefes realistas Lorenzo
Fernández de La Hoz (11.4. 1813) y Domingo de Monteverde
(25.5.1813), quienes resultaron derrotados.

El 11 de septiembre de ese año,
peleó a las órdenes de su hermano José Tadeo
en el combate de Cachipo, en la región barcelonesa, donde
lograron rechazar y hacer retroceder al caudillo realista
José Tomás Boves. Hizo, luego, la campaña
del Centro, emprendida por el general Mariño en auxilio de
Simón Bolívar. José Gregorio Monagas se
distinguió en las batallas de Bocachica (31.3.1814), El
Arao (16.4.1814) y primera de Carabobo (28.5.1814), todas ellas
victoriosas, a las órdenes del general Mariño y
luego, a las del Libertador. Había sido ascendido ya para
entonces a capitán. Se halló después en la
derrota sufrida por los patriotas en la batalla de La Puerta
(15.6.1814) y sin dejar de combatir, participó en la
retirada a oriente donde se halló en las acciones de
Aragua de Barcelona (17.8.1814), Los Magüeyes (9.11.1814) y
Urica (5.12.1814) todas ellas desfavorables para los republicanos
y en la última de las cuales murió Boves.
Todavía luchó Monagas a las órdenes del
general José Félix Ribas, en el último
intento por defender a Maturín, pero derrotados
allí por Francisco Tomás Morales el 11 de diciembre
de 1814, pereció definitivamente la Segunda
República y las tropas republicanas que lograron salvarse
se dispersaron.

Los hermanos Monagas reiniciaron la lucha
de guerrillas casi de inmediato, combatiendo José Gregorio
a las órdenes de José Tadeo en San Diego de
Cabrutica (15.3.1815), en Peñas Negras (24 marzo) y en El
Palmar (4 abril), acciones que resultaron exitosas. A partir de
ese momento, se destacaron ambos hermanos como los principales
caudillos independientes en la región barcelonesa, e
inclusive, siempre juntos, llevaron las hostilidades a Guayana,
donde pelearon en combates y escaramuzas, vencedores unas veces,
derrotados otras, en Moitaco (26.5.1815), La Mesa de Angostura
(28 mayo), Orocopiche (9 junio) y San Pedro (9.7.1815). Durante
el resto de 1815 y los primeros meses de 1816, José Tadeo,
ya general y José Gregorio, coronel, luchan lado a lado.
Se unen luego al ejército que mandan sucesivamente los
generales Gregor MacGregor, con quien triunfan del coronel
realista López en El Alacrán (6.9.1816) y Manuel
Piar, a las órdenes del cual derrotan al brigadier
Francisco Tomás Morales en El Juncal (27.9.1816). En
éstas y otras acciones anteriores el entonces coronel
José Gregorio Monagas se gana el sobrenombre de
«Primera Lanza del Oriente» que, más adelante,
le confirmará el Libertador. Durante la campaña
libertadora de Guayana iniciada por el general Piar y concluida
por el Libertador en 1817, José Gregorio actúa para
contener a las fuerzas realistas en las zonas de los actuales
estados Anzoátegui y Guárico. En 1818, hizo la
campaña del centro bajo las órdenes directas del
Libertador, hallándose en todas las acciones de
ésta principalmente en la derrota que sufrió el
general Pablo Morillo en Calabozo (12.2.1818), en el combate de
La Auriosa (15 febrero) donde tuvo como jefe directo al general
José Antonio Páez, y en El Sombrero (16 febrero).
En estos y otros encuentros Monagas tomó parte siempre
como oficial de caballería. Después de haber
penetrado en los valles de Aragua, José Gregorio y su
hermano José Tadeo (quien mandó en ese combate)
fueron derrotados por la caballería realista en Maracay
(14.3.1818). José Gregorio Monagas peleó luego en
la batalla de Semén (18.3.1818), donde los republicanos,
al mando del Libertador, resultaron vencidos. Protegiendo la
retirada, y siempre al lado de Bolívar, luchó
Monagas en la batalla de Ortiz el 26 de marzo
siguiente.

Durante el año 1819, sirvió a
las órdenes del general Pedro Zaraza en los llanos
guariqueños, en una serie de acciones contra el oficial
realista Juan Juez, pero en 1820, ya de nuevo al lado de su
hermano José Tadeo, tomó parte en los combates
victoriosos de Santa Clara (17.3.1820), Güere (7.6.1820) y
Quiamare (2.11.1820), que contribuyeron decisivamente a la
liberación de su provincia natal y luego de la ciudad de
Barcelona. Terminada la guerra en el oriente con la
rendición de Cumaná en 1821, el general José
Tadeo Monagas asumió la Comandancia General de la
provincia de Barcelona y, a fines de 1822, nombró a su
hermano el coronel José Gregorio, comandante militar de la
capital de la provincia. Hubo oposición a este
nombramiento por parte del general José Francisco
Bermúdez, por el hecho de los lazos de familia que los
unían, pero el gobierno central, entonces en
Bogotá, ratificó el nombramiento a comienzos de
1823. Hacia esos años, el coronel José Gregorio
Monagas se unió con Benita Marrero y fallecida
ésta, con su hermana Clara Marrero.

De ambos matrimonios hubo descendencia:
José Gregorio y Julio César, del primero; Carlos,
Domingo, Anacleto, Perfecta, Vestalia, Clara Rosa, Cruz
María, Eurípides y Francisco José, del
segundo. En 1824, habiendo solicitado refuerzos el Libertador
desde el Perú, José Gregorio Monagas, que era ya
general de brigada graduado, condujo una expedición
militar que salió de Venezuela y a través del istmo
de Panamá llegó al Perú. Aunque ya no tuvo
oportunidad de participar en la batalla de Ayacucho, estuvo con
sus fuerzas, al mando del general Bartolomé Salom, en el
sitio de la plaza fuerte de El Callao durante todo el año
de 1825, hasta que el último jefe español que
mantuvo su bandera en el Perú, el brigadier José
Ramón Rodil, se rindió a comienzos de 1826.
Así terminó su carrera militar en la Guerra de
Independencia, lo cual le valió que después de
regresar a Venezuela el Libertador lo nombrase general de brigada
efectivo en 1827. Residente en Barcelona y en las haciendas
heredadas de sus padres o adquiridas con sus haberes militares,
Monagas compartió su vida entre la atención de sus
propiedades y el ejercicio de cargos militares cuando se le
llamó al servicio.

En 1831, después de la
separación de Venezuela de la Gran Colombia, los hermanos
Monagas mantuvieron por un tiempo en el oriente la causa de la
unión grancolombiana, actuando José Gregorio frente
al presidente José Antonio Páez como jefe de la
caballería oriental. Pero no se llegó al
derramamiento de sangre y el movimiento político se
cerró con un acuerdo. En 1835 José Gregorio Monagas
fue uno de los sostenedores de la Revolución de las
Reformas (igual que su hermano José Tadeo) y
combatió en el oriente y en el Guárico contra las
fuerzas constitucionales que mandaba el general Páez.
Derrotado este movimiento político en 1836, los Monagas no
fueron molestados, pero quedaron por algún tiempo al
margen de la vida pública. En 1844, el presidente Carlos
Soublette nombró a José Gregorio comandante de
armas de Barcelona, cargo que ejerció hasta 1848. Durante
la campaña electoral de 1845-1846 se produjo un
distanciamiento circunstancial entre José Tadeo y
José Gregorio, pues mientras el primero era el candidato
presidencial de los conservadores, auspiciado por Páez y
Soublette, la candidatura del segundo fue lanzada en las columnas
del periódico barcelonés El Republicano, como uno
de los portavoces del liberalismo. Aunque la candidatura
presidencial de José Gregorio Monagas tuvo cierto apoyo
regional, fue la de su hermano la que triunfó.

Después de los sucesos del 24 de
enero de 1848 y de haberse alzado en armas el general Páez
contra el presidente José Tadeo Monagas, José
Gregorio acudió en auxilio de su hermano y, en 1848-1849,
como segundo jefe de las Fuerzas Armadas y comandante en jefe del
oriente, combatió con éxito para sostener al
régimen en las campañas del Guárico,
Barcelona, Maturín, Cumaná y Margarita. El 22 de
marzo de 1849 fue ascendido a general de división.
Restablecida la paz, fue candidato a la presidencia de la
República, compitiendo con dirigentes liberales como
Estanislao Rendón y Antonio Leocadio Guzmán. Con el
apoyo de su hermano fue elegido, posesionándose en Caracas
el 5 de febrero de 1851. Durante su gestión tuvo que
enfrentar varias rebeliones de los paecistas o conservadores y se
distanció políticamente de su hermano, aunque sin
romperse la armonía familiar. La medida de gobierno
más importante llevada a cabo por él como
presidente fue la abolición definitiva de la esclavitud en
Venezuela, el 24 de marzo de 1854. El 10 de abril siguiente, el
Congreso le otorgó el grado de general en jefe. En las
elecciones de ese año apoyó la vuelta al poder de
su hermano, quien resultó elegido. José Gregorio
Monagas entregó la presidencia el 20 de enero de 1855 y se
retiró a la vida privada en Barcelona. Durante el
año de 1856 se produjo un intercambio de correspondencia
entre el presidente y su hermano; éste último no
aprobaba ciertos aspectos de la política de aquél,
especialmente el proyecto de revivir a la Gran Colombia; se
quejaba también José Gregorio de que quienes
habían servido a su lado durante su presidencia hubiesen
sido totalmente desplazados de sus posiciones por amigos
políticos de José Tadeo.

A pesar de estas diferencias, José
Gregorio apoyó de nuevo a su hermano a partir de 1857,
otra vez como jefe de las Fuerzas Armadas, hasta que José
Tadeo fue derrocado en marzo de 1858. Al caer el régimen,
el general José Gregorio Monagas fue arrestado en
Barcelona por las nuevas autoridades y enviado preso al castillo
de Puerto Cabello, de donde se le transfirió al castillo
de San Carlos en la barra de Maracaibo. Allí
enfermó, y cuando era conducido a la ciudad de Maracaibo
para ser atendido, falleció. Sus cenizas fueron
trasladadas el 13 de noviembre de 1872 a la iglesia
Santísima Trinidad (hoy Panteón
Nacional).

Julián Castro

Petare (Edo. Miranda) c. 1805 _ Valencia
(Edo. Carabobo) 12.6.1875Militar y político. Presidente de
la República (1858-1859). Hijo de Juan Manuel Castro y de
Margarita Contreras. De origen humilde, sólo recibe una
instrucción rudimentaria. Abraza la carrera de las armas y
sirve en los ejércitos de la Gran Colombia donde alcanza
el grado de alférez. Como teniente del batallón
Anzoátegui, bajo las órdenes de Pedro Carujo,
participa en la Revolución de las reformas y cumple la
misión de mantener una guardia en la habitación del
presidente de la República, doctor José
María Vargas, después de su arresto (julio
1835).

Partes: 1, 2, 3, 4

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