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Testigos de Jehova – Aplicacion de principios bioeticos



  1. Resumen
  2. Resultados
  3. Introducción
  4. Desarrollo
  5. Referencias
    Bibliográficas

Resumen

Para la realización de este trabajo
se consultaron varios libros y artículos
científicos disponibles en revistas electrónicas y
enciclopedias asi como los publicados por la propia secta
religiosa

Se realiza un estudio descriptivo sobre los
conflictos ético legales que se crean en la
práctica sanitaria cuando el medico tiene la
obligación de determinar la aplicación o no de
transfusiones de sangre, a pacientes pertenecientes a la secta
religiosa Testigos de Jehová. Según la doctrina de
los testigos de Jehová, la Biblia prohíbe el uso
indebido de la sangre incluyendo cualquier forma de introducir la
al cuerpo.

Los testigos de Jehová basan su
postura en lo señalado repetidas veces a Noé y los
israelitas en las Escrituras Hebreas, donde se declara que antes
de preparar o consumir algún animal debía ser
derramada su sangre, además de que debían evitar el
consumo de de la misma porque la vida está representada
por la sangre. Los cristianos primitivos se arriesgaban a morir
antes que ingerir sangre con fines de sanación. Del mismo
modo los testigos de Jehová en la actualidad, no ingieren
sangre animal como alimento, ni introducen sangre humana al
cuerpo aunque sea por fines terapéuticos.

Como procesador de texto se utilizó
el Microsoft Word y se tuvieron en cuenta las normas de
Vancouver.

La realización de este
artículo persigue como objetivo valorar el cumplimiento de
principios bioéticos, frente a pacientes pertenecientes a
la secta religiosa Testigos de Jehová cuando requieren de
una transfusión de sangre como medida
terapéutica.

PALABRAS CLAVES: Ética, Sangre,
Testigos de Jehová

Resultados

La negativa de parte de los Testigos de
aceptar transfusiones de sangre, en cierto modo ha fomentado la
búsqueda de sustitutos de la sangre. Incluso existen
algunos médicos que aseguran que hay una mayor efectividad
y seguridad a la hora de utilizar algunas de estas alternativas
Este posicionamiento, sin embargo, contrasta con la
opinión de la OMS , En videos de conferencias y cursos
talleres explican al cuerpo médico las posibles ventajas
de usar estas técnicas, así como la creación
del "Comité de enlace con hospitales" que da apoyo a los
miembros de dicho comité para que puedan estar atentos a
la disponibilidad de médicos preparados, que estén
dispuestos a tratarlos sin sangre. Al mismo tiempo ayuda a los
médicos que lo deseen a capacitarse en el uso de estas
técnicas. Según ellos, quien no desea ser
engañado por "enemigos religiosos" que poseen motivos para
difamarlos, procurará comprender su postura y reconocer
que no es cuestión de avances en la ciencia ni de
conveniencia personal, sino de lo que dice Dios en la Biblia de
forma clara

Ante la situación de que ellos
valoran la vida y la de sus seres queridos, mediante su
organización, han formado estas agrupaciones a las que
llaman "Comités de enlaces con los Hospitales", los cuales
se encargan de atender las necesidades de sus miembros que
requieran un tratamiento alternativo sin sangre y así
respetar su postura, se encargan de las acciones informativas,
legales y éticas en torno a tratamientos alternativos a
las transfusiones

Introducción

"No crear un cuerpo robusto con el trabajo
artístico de un médico sobre un organismo
débil, sino crear un cuerpo robusto con el trabajo de la
colectividad, sobre todo con colectividad social. Guevara, E.
(6).

La conciencia social es el reflejo del ser
social en la conciencia del hombre es la vida espiritual de la
sociedad, la actividad del hombre es su modo de existencia y el
proceso de interacción entre el y la naturaleza,
basándose en sus conceptos materiales y
espirituales

Cada época histórica ha
traído en consonancia con el desarrollo material y
científico e ideológico de la sociedad; nuevos
enfoques al concepto de SALUD Y ENFERMEDAD,

La salud y la enfermedad representan el
problema más general que ha tenido que abordar la ciencia
médica a través de su historia pasada y presente.
(4)

Toda ciencia se vale de categorías
relacionadas entre si que reflejan la realidad de los
fenómenos que ocurren, por lo que 2 de las
categorías fundamentales para interpretar los
fenómenos concretos de las ciencias medicas y de la salud
de la población son lo biológico y lo
social.(7)

Históricamente lo social
surgió sobre la base de lo biológico por ejemplo el
hombre primitivo se vio obligado a realizar actividades por
instintos biológicos tales como la necesidad de comer de
defenderse que lo llevaron a la posición bípeda y
después a agruparse a comunicarse y a trabajar, de manera
que lo biológico fue transformándose en social a su
vez el trabajo y otros factores sociales ejercieron influencia
sobre lo biológico y condicionaron cambios en la forma de
la mano, garganta, órganos de los sentidos y
otros.(4)

. Con el advenimiento de los
regímenes de explotación de la propiedad privada
sobre los medios reproducción; la atención de la
salud comenzó a ser un derecho de las clases dominantes y
sólo fue cambiando en su aspecto formal en la medida en
que el hombre pasó de esclavo a siervo y de aquí a
trabajador asalariado como expresión de una libertad
social formal. Ello indica que la influencia social positiva en
el proceso salud-enfermedad tiene limitaciones objetivas de clase
que no podemos desconocer.

Para el capitalismo la preocupación
por la salud del trabajador está sólo en
relación con la obtención de ganancias. Frente a
esta realidad la organización socialista convierte la
salud en un derecho del pueblo.

  • El progreso histórico ha
    determinado el peso en las preocupaciones y acciones El culto
    a la salud, alcanzó dimensiones inconmensurables en la
    sociedad griega antigua "Mente sana en cuerpo sano" (a pesar
    de sus limitaciones de clase);

Ya desde el Siglo V.A.C. según
Hipócrates la enfermedad no tenía un origen
mágico.

No se debía a posesión o
castigo dictado por fuerzas superiores sino al desordenado del
estilo de vida o a causas externas que perturban el equilibrio
dinámico del cuerpo físico.

Por tanto la salud del hombre debe ser
examinada como un problema social y su solución se basa
inevitablemente en enfocar como criterio filosófico de
cómo llegar a la ARMONIA, en la existencia del HOMBRE; o
de que modo garantizar la formación del individuo
íntegro y desarrollado. Smirnor, I. (5).

Tradicionalmente se han dado versiones
diferentes del concepto de salud; no obstante la
definición suministrada por la Organización Mundial
de la Salud considerada durante años como la más
universal definida de la forma siguiente:

"Es un estado de completo bienestar,
físico, mental y social y no sólo ausencia de
enfermedad y dolencia, todo lo cual supone ir más
allá de los tradicionales objetivos de lucha contra la
enfermedad marcando un horizonte de progreso en el que la salud
es sinónimo de Bienestar incluyéndose el
ámbito de lo social.

"Las tareas más importantes de la
medicina eran entre otras: Mantención y Promoción
de la Salud, la Prevención de las enfermedades, el
tratamiento o la curación cuando la prevención ha
fallado y fundamentalmente la rehabilitación social o
reintegración del enfermo a la comunidad. Sigerist, H.
(6).

Desde este punto de vista la vida humana se
concibe como una consecuencia del equilibrio con nuestro ambiente
o sea como una interacción continua entre el organismo
humano y el medio SALUD sería el proceso de equilibrio
estable e integral, de personas, medioambiente condicionados por
factores intersectoriales e históricos, biológicos,
culturales, individuales y colectivos; reconocida además
como derecho inalienable de toda persona

Los Testigos de Jehová, son un grupo
religioso cristiano, fundado en 1872 en Pittsburgh, Pensilvania,
por el predicador estadounidense Charles Taze Rusell. Sus
primeros miembros se denominaban a sí mismos "estudiantes
de la Biblia", aunque algunas personas se referían a ellos
como "russellitas". (1).

Los miembros del grupo creen en la segunda
venida de Cristo; se consideran seguidores de la cristiandad
primitiva y consideran a cada testigo como un ministro.
(1)

Ellos reconocen lealtad tan sólo al
Reino de Jesucristo. Por lo tanto, se niegan a saludar bandera
alguna, votar, realizar el servicio militar o a expresar lealtad
de otro modo a ningún gobierno secular. Esta
política les ha creado conflictos con las autoridades
institucionales de muchos países. (1).

Los Testigos de Jehová
enseñan que Cristo comenzó su reinado invisible
como rey en 1914. Creen que muy pronto las fuerzas del bien,
guiadas por Cristo, derrotarán a las fuerzas del mal,
dirigidas por Satán, en la batalla de Armagedón.
Después Cristo gobernará en la Tierra durante 1.000
años; durante este milenio los muertos resucitarán
y todas las personas vivas tendrán una oportunidad de
lograr la salvación. Al final del milenio, durante un
breve espacio de tiempo, Satán intentará atraer a
quienes vivan en esa tierra paradisíaca. Entonces, junto
con aquellos que le apoyen, regresará a la Tierra y
será destruido definitivamente. Una humanidad perfecta
disfrutará entonces de vida eterna en la Tierra.
(1).

La ETICA es la responsabilidad ilimitada
por la vida: la veneración de la vida se llena de una
inquietud desconocida por el mundo" y la ETICA de la
veneración de la vida cifra grandes esperanzas en la
elevación del sentido de la responsabilidad. Schweitter,
A. (5)

La ética médica tiene
su punto de partida antes de nuestra era, simbolizada por el
más ilustre médico de la antigüedad,
Hipócrates, cuya doctrina ha tenido una gran influencia en
el ejercicio de la profesión médica en los siglos
posteriores. A cada régimen social correspondió una
ética médica subordinada a los intereses de las
clases dominantes y muy influidas desde el Medioevo por la moral
religiosa, a través de las enseñanzas doctrinarias
que tratan de dar razón de lo religioso.

La teología enmarca una
visión de la ética hasta nuestros días y
aunque solo es válida para una minoría, ejerce de
hecho una fuerza moral prevalente socialmente.

La bioética es la rama de la
ética que se dedica a proveer los principios de conducta
humana de la vida; la ética está aplicada a la vida
humana y no humana.

En un sentido más amplio, sin
embargo, la bioética no se limita al ámbito
médico, sino que incluye todos los problemas éticos
que tienen que ver con la vida en general, extendiendo de esta
manera su campo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente y
al trato debido a los animales.

Durante varias décadas la medicina
ha tenido que enfrentarse a diversos retos en la
aplicación de los distintos principios bioéticos,
teniendo en cuenta sus preceptos.

En el caso de los testigos de
Jehová, constituye un verdadero dilema la
aplicación o no de las transfusiones de sangre Como medida
terapéutica alternativa o para salvar definitivamente la
vida del paciente, si tenemos en cuenta que los miembros de esta
secta niegan el uso de tal procedimiento, por considerarlo en
alguna manera como "ALGO DIABOLICO", pues tienen la creencia de
que "el alma de la carne esta en la sangre", por ello ninguna
alma debe comer alma".

En el seno de la secta se instruye a sus
miembros a protegerse de tales medidas en caso de encontrarse
frente a la situación, de que uno de sus miembros pudiese
ser transfundido.

Les inculcan que no solo es importante
negar este proceder por razones religiosas sino que
también el ejercicio de tal medida es peligroso para la
salud del individuo si se tiene en cuenta los riesgos implicados.
Plantean": …la razón fundamental por la cual los
cristianos objetan las transfusiones de sangre NO ES PORQUE LA
SANGRE ESTE CONTAMINADA, sino porque la sangre es preciosa para
nuestro dios y Dador de la vida". (3)

Conociendo el hecho de que en varias
oportunidades los médicos, enfermeras y personal sanitario
ha acudido a los jueces con el objetivo de conseguir apoyo legal,
animan a sus miembros a revelarse si es necesario de manera
violenta para impedir la aplicación de este
tratamiento.

Es en estos casos cuando el medico y la
enfermera se ven en la disyuntiva de tomar la decisión de
que seria adecuado determinar, si muchas veces la decisión
ya sea de transfundir o no al paciente constituye en si misma una
violación de los principios de beneficencia, no
maleficencia, justicia y autonomía.

El principio de la moralidad está en
el hecho de que los seres humanos se sienten "responsables" de
sus actos, y por tanto internamente "obligados" a actuar de una
determinada manera. La responsabilidad y la obligación son
fenómenos directamente derivados del hecho de la
racionalidad.

El principio básico de la vida moral
es siempre el respeto de todos los seres humanos como fines en
sí mismos, y el respeto de las demás cosas como
medios para los seres humanos. Es importante advertir que el
principio general de respeto de los seres humanos tiene un
carácter estrictamente "formal", lo que significa que en
sí no manda o prescribe nada concreto, aunque sí es
la forma de todo mandato que tenga carácter
prescriptivo.(2)

Método:

Se realizó un estudio
analítico- descriptivo donde se usaron entre los
métodos teóricos el de análisis y
síntesis y
. Como procesador de texto se
utilizó el Microsoft Word y se tuvieron en cuenta las
normas de Vancouver.

Desarrollo

A partir de esos principios formales, es
preciso formular normas o criterios concretos, es decir, dotados
de contenido material, que nos diga lo que está permitido
o prohibido. Por ejemplo, si debemos respetar a todos los seres
humanos, parece claro que no los podemos matar, o que no podemos
mentirles. Los principios de respeto de la vida y de veracidad
son materiales, puesto que definen como buenos ciertos actos
humanos concretos, y como malos sus contrarios. Esos principios
tienen, pues, contenido material, y además poseen
carácter deontológico; es decir, mandan hacer
ciertas cosas y evitar otras. (2)

Lo que sucede es que ya no tienen la
contundencia y la absolutez del principio formal. Así, del
principio formal dijimos que obligaba siempre y que no
tenía excepciones, en tanto que los mandatos de contenido
material no obligan siempre y tienen excepciones: hay veces que
está moralmente permitido matar, y otras muchas en que nos
vemos obligados a no decir la verdad, y aun a mentir. Por eso
estos imperativos no tienen carácter categórico
sino hipotético: su moralidad depende siempre de las
condiciones materiales, de las circunstancias.(2).

Los cuatro principios definidos por
Beauchamp y Childress son:

Principio de autonomía

El principio de autonomía tiene un
carácter imperativo y debe respetarse como norma, excepto
cuando se dan situaciones en que las personas puedan ser no
autónomas o presenten una autonomía disminuida
(menores de edad, personas en estado vegetativo o con daño
cerebral, etc.), en cuyo caso será necesario justificar
por qué no existe autonomía o por qué
ésta se encuentra disminuida. En el ámbito
médico, el consentimiento informado es la máxima
expresión de este principio de autonomía,
constituyendo un derecho del paciente y un deber del
médico, pues las preferencias y los valores del enfermo
son primordiales desde el punto de vista ético y suponen
que el objetivo del médico es respetar esta
autonomía porque se trata de la salud del
paciente.

Principio de beneficencia

Obligación de actuar en beneficio de
otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo
perjuicios. En medicina, promueve el mejor interés del
paciente pero sin tener en cuenta la opinión de
éste. Supone que el médico posee una
formación y conocimientos de los que el paciente carece,
por lo que aquél sabe (y por tanto, decide) lo más
conveniente para éste. Es decir "todo para el paciente
pero sin contar con él".

Un primer obstáculo al analizar este
principio es que desestima la opinión del paciente, primer
involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de
su opinión debido a su falta de conocimientos
médicos. Sin embargo, las preferencias individuales de
médicos y de pacientes pueden discrepar respecto a
qué es perjuicio y qué es beneficio. Por ello, es
difícil defender la primacía de este principio,
pues si se toman decisiones médicas desde éste, se
dejan de lado otros principios válidos como la
autonomía o la justicia.

Principio de no maleficencia (Primum non nocere)

Abstenerse intencionadamente de realizar
acciones que puedan causar daño o perjudicar a otros. Es
un imperativo ético válido para todos, no
sólo en el ámbito biomédico sino en todos
los sectores de la vida humana. En medicina, sin embargo, este
principio debe encontrar una interpretación adecuada pues
a veces las actuaciones médicas dañan para obtener
un bien. Entonces, de lo que se trata es de no perjudicar
innecesariamente a otros. El análisis de este principio va
de la mano con el de beneficencia, para que prevalezca el
beneficio sobre el perjuicio.

Las implicaciones médicas del
principio de no maleficencia son varias: tener una
formación teórica y práctica rigurosa y
actualizada permanentemente para dedicarse al ejercicio
profesional, investigar sobre tratamientos, procedimientos o
terapias nuevas, para mejorar los ya existentes con objeto de que
sean menos dolorosos y lesivos para los pacientes; avanzar en el
tratamiento del dolor; evitar la medicina defensiva y, con ello,
la multiplicación de procedimientos y/o tratamientos
innecesarios.

Principio de justicia

Tratar a cada uno como corresponda, con la
finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad
(ideológica, social, cultural, económica, etc.). En
nuestra sociedad, aunque en el ámbito sanitario la
igualdad entre todos los hombres es sólo una
aspiración, se pretende que todos sean menos desiguales,
por lo que se impone la obligación de tratar igual a los
iguales y desigual a los desiguales para disminuir las
situaciones de desigualdad.

El principio de justicia puede desdoblarse
en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales y
desigual a los desiguales) y un principio material (determinar
las características relevantes para la distribución
de los recursos sanitarios: necesidades personales,
mérito, capacidad económica, esfuerzo personal,
etc.).

Para excluir cualquier tipo de
arbitrariedad, es necesario determinar qué igualdades o
desigualdades se van a tener en cuenta para determinar el
tratamiento que se va a dar a cada uno. El enfermo espera que el
médico haga todo lo posible en beneficio de su salud. Pero
también debe saber que las actuaciones médicas
están limitadas por una situación impuesta al
médico, como intereses legítimos de
terceros.

La relación médico-paciente
se basa fundamentalmente en los principios de beneficencia y de
autonomía, pero cuando estos principios entran en
conflicto, a menudo por la escasez de recursos, es el principio
de justicia el que entra en juego para mediar entre ellos. En
cambio, la política sanitaria se basa en el principio de
justicia, y será tanto más justa en cuanto que
consiga una mayor igualdad de oportunidades para compensar las
desigualdades.

Hay otra moralidad que es pública,
compuesta por obligaciones claramente transitivas. En efecto, el
principio de igual consideración y respeto de todos los
seres humanos parece que exige, además del respeto de la
diversidad de los proyectos de vida, la uniformidad en ciertas
cuestiones básicas o comunes, es decir, en las acciones
transitivas, en las relaciones entre los seres humanos.
(2

El Estado surge para proteger y promover el
cumplimiento de los deberes propios de este nivel, que por ello
mismo tiene el carácter de públicos. Estos deberes
se refieren al respeto de la integridad física de las
personas (no maleficencia) y a su no discriminación en la
vida social (justicia). Estos deberes se establecen por consenso
público y general, y toman forma también
pública. De ahí que se plasmen en derecho.
(2).

Teniendo en cuenta el pensamiento
filosófico de Carlos Marx ¨ El derecho es la voluntad
de la clase dominante regida en ley ¨, el principio general
del derecho es la igualdad de todos ante la ley, la no
discriminación de nadie y la posibilidad de exigencia
coactiva de sus preceptos. De ahí que los mandatos de este
nivel obliguen, una vez establecidos por vía
legítima, a todos los miembros de la sociedad, aun en
contra de su voluntad. (2)

Naturalmente, los principios de no
maleficencia y de justicia son de algún modo
independientes del de autonomía y jerárquicamente
superiores a él, ya que obligan aun en contra de la
voluntad de las personas. Los principios universales o de bien
común, como son el de no maleficencia y el de justicia,
tienen prioridad sobre el principio particular de
autonomía. Esto es algo que parece evidente, y que en
cualquier caso está en la base de toda la ética y
el derecho occidentales. No parece fácil cuestionarlo de
raíz. (2)

No se puede hacer el bien a otro en contra
de su voluntad, aunque sí estamos obligados a no hacerle
mal (no maleficencia). Poner sangre a un testigo de Jehová
es un acto cuando menos no beneficente, ya que va en contra del
propio sistema de valores del individuo; es decir, porque se
opone al proyecto de ideal y perfección que se ha trazado
en la vida. La beneficencia depende siempre del propio sistema de
valores y tiene por ello un carácter a la postre
subjetivo, a diferencia de lo que sucede con los principios de no
maleficencia y justicia. (2)

Cabe preguntarse si el poner sangre a un
testigo de Jehová es sólo no beneficente, o por el
contrario es maleficente. Éste es un buen ejemplo para
entender cómo se articulan estos dos principios. Que la
transfusión al testigo de Jehová es, cuando menos,
no beneficente, resulta a todas luces claro, ya que supone una
agresión a su sistema de valores y a su proyecto de vida.
El problema es si es o no maleficente.

Esto depende de lo que la sociedad, en su
proceso de reflexión moral, haya elevado a la
categoría de deber público o común.
(2)

Hay sociedades, como la norteamericana, en
las que ese tipo de actuaciones están claramente
tipificadas como maleficentes. En la nuestra, más
tradicional, eso no es del todo así, sin duda porque las
sociedades tradicionales, a diferencia de las modernas,
concedían prioridad a la vida sobre las propias creencias,
y por tanto consideraban maleficente la lesión del valor
vida por fidelidad a las creencias. De ahí que en nuestra
sociedad no se haya considerado maleficente poner sangre al
testigo de Jehová, pero sí el respetarle sus
creencias. Y es que el principio de no maleficencia no tiene un
contenido fijo e intemporal.

Hoy tiende a pensarse, con buenas razones,
que no se puede obligar a nadie a conservar la vida al precio de
ser infiel a sus más profundas creencias. Eso hace que
cada vez tienda más a pensarse que respetar al testigo de
Jehová no es maleficente. En una sociedad como la nuestra,
que en este tema se halla en un período de
transición, es lógica que muchas veces no coincida
lo que la sociedad tiene establecido con lo que uno piensa; es
decir, que no coincidan moral y derecho.

Cuando eso sucede, cuando la sociedad
considera maleficente algo que el individuo piensa que no lo es,
o viceversa, es obvio que la obligación moral y la
jurídica se diversifican, y que uno puede considerarse
moralmente obligado a realizar algo distinto a lo que la ley
manda. Es otra gran fuente de conflictos, que intenta resolverse
mediante varios procedimientos.

Uno, muy importante en el caso de las
profesiones sanitarias, es la llamada cláusula u
objeción de conciencia. Eso puede resolver algunos
conflictos concretos, pero hay también la
obligación moral de dar las razones por las que uno piensa
que una acción es o no es maleficente, y de este modo
conseguir, si ello es posible, que la ley cambie por medios
pacíficos. Así se consigue el progreso
moral.

El ámbito de la maleficencia va
cambiando, Por esto cabe decir que el razonamiento moral consta
de dos pasos, uno principialista, deontológico y a priori,
y otro consecuencialista, teleológico y a posteriori. El
primero sirve para establecer las "normas", y el segundo las
"excepciones" a la norma.

A partir de estos procedimientos puede
elaborarse un método específico de análisis
de las cuestiones éticas en la práctica
clínica. Este método habrá de partir,
naturalmente, del estudio de casos concretos, y por tanto de
historias clínicas. De ahí la importancia de un
modelo de historia clínica suficientemente amplio como
para dar cabida a los problemas morales.

Uno muy recomendable es la "historia
clínica por problemas" de Weed, ya que permite identificar
los distintos problemas de un paciente, ya sean éstos
biológicos, humanos o éticos, y seguir la
evolución de cada uno de ellos.

Es necesario que en esa historia
clínica se identifiquen no sólo los problemas
biológicos, sino también los éticos.
Conviene identificarlos todos, para después irlos
analizando uno tras otro, separadamente. (2).

Cada problema moral debe someterse al mismo
proceso analítico. De igual modo que los problemas
biológicos se estudian siempre con la misma pauta, la
propia de la historia clínica biológica, para el
estudio de los problemas morales debe seguirse también un
procedimiento siempre idéntico, que en esencia es el
descrito con anterioridad. Primero hay que contrastar el caso con
los principios deontológicos. El principio ético
que hace presente el enfermo en la relación es el de
autonomía, y el del médico es el de beneficencia.
(2)

Lo que ambos quieren es llegar a un acuerdo
privado, en el que converja la autonomía del paciente con
la beneficencia técnica del médico. El modo de
lograrlo es mediante la puesta en práctica del
consentimiento informado (que debe estar protocolizado en hojas
especiales de la historia clínica).

El médico informa al paciente de la
patología que esta padeciendo, basándose en la
realidad de los síntomas y signos que presenta, de los
procedimientos terapéuticos existentes y los que debe ser
aplicados para la posible solución de su afección
patológica, así como de las probables
complicaciones que se pudieran presentar, y el enfermo decide
autónomamente sobre ellos, es decir, sobre si consiente o
no consiente en su realización. (2)

Si el paciente no es competente para
decidir (un modelo de evaluación de competencia es el que
refleja la tabla (1) entonces deberán hacerlo en su lugar
sus familiares y allegados, y en último caso el juez. El
médico nunca debe tomar la decisión, salvo los
casos de extrema urgencia. Slide 15

La no aplicación de las
transfusiones de sangre en los testigos de Jehová esta
tipificado en nuestras sociedades como maleficente o injusto,
violando de esta manera, según la consideración de
la mayoría los principios de no maleficencia o justicia,
en estos casos el medico se encuentra ante la disyuntiva moral de
determinar si debe o no acceder a los deseos del paciente o los
familiares, según se presente la situación, y en
múltiples casos se ve obligado a solicitar la ayuda de un
juez para darle una definición al conflicto.

El respeto de la libertad moral de las
personas exige también el respeto del disenso racional
sobre las cosas que una sociedad considera maleficentes (o no
maleficentes) y justas (o injustas).

En el marco de la relación
sanitario-paciente, hay veces en las que el conflicto es tan
agudo que ya no existe posibilidad de resolverlo desde dentro de
la propia relación. Por eso conviene que las instituciones
sanitarias tengan instancias específicas de
resolución de conflictos morales, que además eviten
que éstos traspasen los límites del ámbito
sanitario y lleguen a los tribunales.

Los dos grupos principales formados por los
Testigos son el SIH (Servicio de Información sobre
Hospitales), creado en enero de 1988 en Brooklyn N. Y. y
posteriormente implementado en otros países. Su
función principal es investigar técnicas
médicas sin uso de sangre utilizadas en el mundo y llevar
esta información a médicos y especialistas,
mediante cursos y seminarios. También se procura mostrar a
los médicos la postura de los Testigos referente a la
sangre y llevar un registro de aquellos que estén
dispuestos a atender a pacientes testigos, respetando su
postura.

El otro grupo llamado CEH (Comité de
Enlace con los Hospitales), está principalmente dirigido a
la visita de pacientes Testigos internados, y el dialogo con los
facultativos, y en conjunto con el comité asistencial de
ética tomar una adecuada decisión

A tal efecto se han creado por nuestra
parte los llamados Comités Institucionales de Ética
(CIE) o Comités Asistenciales de Ética (CAE),
compuestos por representantes de los diferentes estamentos
sanitarios y por algunos miembros de la comunidad.

La función de tales comités,
que por lo general tienen carácter consultivo, no
decisorio, es mediar en los conflictos éticos y ayudar a
la toma de decisiones en aquellos casos en los que se les pida
consejo. La razón de que no estén compuestos
sólo por médicos, ni sólo por personal
sanitario, sino que incluyan también a representantes de
los usuarios, es porque, según se ha dicho, las decisiones
éticas sólo son correctas si tienen en cuenta los
puntos de vista de todos, y no sólo los de algunos.
(2)

No hay duda de que si así lo
hicieran, sus decisiones servirán. En primer lugar, para
educar al personal sanitario en la toma de decisiones morales; en
segundo, para evitar que los conflictos se incrementen y acaben
ante los tribunales de justicia, y en tercero, para proteger a
los sanitarios, en caso de que al final lleguen al
juzgado.

Cuando un CAE, tras madura reflexión
y teniendo en cuenta las diferentes perspectivas de los hechos,
ha tomado una decisión, es muy difícil que el juez
no la asuma como propia. Los métodos propios de la
ética clínica y los CAE ayudan a incrementar la
calidad de la asistencia sanitaria, tanto subjetiva como
objetiva; es decir, contribuyen al logro de una medicina
mejor.

No hay duda de que, en principio, los
comités abiertos y plurales son más adecuados para
tomar decisiones éticas que los que no lo son. Por eso el
problema de los CAE no es que sean plurales, sino el que no lo
sean suficientemente. Para evitar esto, es necesario que procedan
siempre de forma metódica en el análisis de los
casos, por ejemplo utilizando el método que se ha
propuesto antes.

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Referencias
Bibliográficas

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    usted creer en la Trinidad?, ¿es lo mismo Jesús
    que el Dios Todopoderoso
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  • 9.  ¿Qué es el
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    Médicas; 2010.p.68.

  • 12. Ferrer, Jorge José:
    Deber y deliberación: Una invitación a la
    bioética
    . Centro de Publicaciones
    Académicas Facultad de Artes y Ciencias UPR-RUM.
    Mayaguez, 2007 ISBN 13-978-0-9789886-5-4

  • 13. Gracia, Diego: Como
    arqueros al blanco: Estudios de bioética
    . Madrid,
    Triacastela, 2009, ISBN 84-95840-13-8

  • 14. Gracia, Diego:
    Procedimientos de decisión en ética
    clínica
    . Madrid, Eudema, 1991, ISBN
    84-7754-083-7

  • 15. Lora, Pablo de; Gascón,
    Marina: Bioética: Principios, desafios,
    debates
    , Alianza editorial, 2009, ISBN
    978-84-206-9125-1

  • 16.  Manero Richard, Elvira;
    Tomás y Garrido, Gloria María (2008).
    Diccionario de bioética para estudiantes .
    Editorial Formación Alcalá. ISBN
    978-84-96804-83-8 .

 

 

Autor:

Lic. Milagros Ponce
Hernández.

Profesora Asistente Escuela de
Enfermería Livia Gouverner. Universidad de Ciencias
Médicas Matanzas Cuba.

Lic. Lorayne Almanza
Santana.

Profesor asistente Escuela de
Enfermería Livia Gouverner. Universidad de Ciencias
Médicas de Matanzas.

Lic. Kirenia Barroso. Profesora
Asistente.

Hospital provincial Jose Ramon Lopez
Tabrane. Matanzas.Cuba.

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