The Hidden Connections (Essay) – Monografias.com
The Hidden Connections
(Essay)
Las conexiones ocultas
(Ensayo)
Implicaciones sociales,
medioambientales, económicas y
biológicas de una nueva visión del
mundo
Pregunta: Examinar las conexiones ocultas
propuestas por Capra, F.
Tesis: En general, Capra, F. (2002) divide su
obra en dos partes: una en tres dimensiones y otra en cuatro
implicaciones. En las dimensiones, los términos son
definidos y unificados, extendiéndose al ámbito
social para la comprensión de la vida que ha surgido en la
teoría de la complejidad. Éste marco conceptual
puede leerse independientemente. En el ensayo, se buscará
comparar las semejanzas y contrastar las diferencias de la
dimensión biológica o naturaleza de la vida, la
dimensión cognitiva o naturaleza de la mente y la
consciencia, y la dimensión social de la vida o naturaleza
de la realidad social. Para encontrar en ellas, el origen de la
vida y las características definitorias de los organismos
o sistemas vivos.
Con respecto a la dimensión biológica o
naturaleza de la vida, se llegan a definir diversos
términos, por ejemplo: célula bacteriana,
micoplasma, ADN y ARN, membrana, autogénesis, autopoiesis,
que estarán orientados a responder qué es la vida y
su desarrollo, igualmente, las características
definitorias del sistema vivo.
Morowitz, H. (1992) aseveró que un organismo, ha
de ser unicelular o multicelular, donde el sistema más
simple, es la célula, es decir, la célula
bacteriana, de donde evolucionaron las formas superiores de vida.
Igualmente, Capra, F. (2002) asumirá, el origen o la
manifestación de la vida, a partir de un mundo
biológico, es decir, mundo celular.
Los microplasmas, son células mínimas que
poseen una simplicidad interna, sobreviven en espacios
químico precisos y complejos. Donde Morowitz, H. (1992)
distinguió, dos clases de simplicidad celular: la
simplicidad interna, donde la bioquímica del entorno
interno del organismo, es simple. Por consiguiente, la
simplicidad ecológica, se expresa en una necesidad del
organismo con pocas aportaciones químicas precedentes de
su entorno externo.
En relación al ADN y ARN Capra, F. (2002)
afirmó que, las moléculas de ARN actuaran como
mensajeras, llevando consigo información codificada a las
enzimas procedente del ADN. Como consecuencia, los sistemas vivos
son sistemas químicos que contiene ADN y que no
están muertos, y es responsable de la
autorregulación de la célula, característica
crucial de la vida, pero no bastara para definirla.
Para Luisi, P. (1993) las membranas, son una
característica universal de la vida celular, siendo
éstas, una condición esencial, con un mismo tipo de
estructura del mundo vivo. Capra, F. (2002) postuló que la
membrana celular será una característica
definitoria de la vida celular. Igualmente, que la naturaleza del
metabolismo tiene lugar dentro del perímetro celular.
Mientras que, la dinámica de la autogénesis, fue
llamada por Maturana, H. y Varela, F. (1987) "autopoiesis", es
decir, se hace así mismo, y es una combinación de
dos características definitorias de la vida: el
perímetro físico y la red
metabólica.
En relación a los catalizadores, la complejidad
molecular creció aceleradamente, por la capacidad de
mediadores donde surgieron redes químicas que entrelazan
diversas reacciones. Capra, F. (2002) se referiría a un
despliegue global de la vida originada en tres vías de
evolución: la mutación aleatoria de genes, la
mutación genética, la cual, es provocada por un
error accidental en la autorreplicación del ADN, y la
evolución por simbiosis, postulada como tercera vía
por Margulis, L. (1998ª) para responder al cuestionamiento
¿Cómo llegaron a evolucionar las formas superiores
de vida?. La simbiosis, consistirá en la tendencia de
diversos organismos que podrán vivir en íntima
asociación, donde unos estarán dentro de otros, por
ejemplo, las bacterias de nuestros intestinos.
Con motivo de la dimensión cognitiva o naturaleza
de la mente y la consciencia, se establecerán la semejanza
o diferencia postulada en la Teoría de Santiago, y las
escuelas de estudio de la consciencia, donde destacaran los
términos: cognición, consciencia, mente y cerebro,
autopoiesis, igualmente, la experiencia consciente, la naturaleza
humana y la dimensión espiritual.
Maturana, H. y Varela, F. (1980) postularon la
Teoría de Santiago, para identificar la cognición,
como proceso del conocimiento, o con el proceso de la vida. La
actividad implicada en la autogénesis y
autoperpetuación de redes vivas, es la cognición.
La actividad mental en diversos niveles de vida, se encuentra
inmanente a la misma materia; y sus características
definitorias de sistemas autopoiesicos, son cambios estructurales
que experimenta continuamente, conservando su patrón
organizativo en red. Como consecuencia, los componentes de la red
llegan a producirse y transformarse constantemente por:
autorrenovación y por las alteraciones.
La Teoría de Santiago definió la mente, no
como sustancia pensante (definición cartesiana), sino, un
proceso de cognición o proceso de la vida. Igualmente,
para Maturana, H. y Varela, F. (1987) el cerebro, es una
estructura específica con proceso. Como resultado, la
relación mente y cerebro, es una relación entre
proceso y estructura. Y la consciencia tendrá dos
vías: una como proceso cognitivo y resultado de una
compleja actividad neural, y otra con dos tipos de experiencia
cognitiva, efectuándose en niveles diferentes de
complejidad neural. Edelman, G. (1992) aseveró que, la
consciencia primera, está acompañada por
experiencia perceptiva, sensorial y emocional básica, y
otra conciencia de orden superior para un concepto de si
mismo.
En otro orden de ideas, Capra, F. (2002)
ratificó, la experiencia consciente, como un
fenómeno emergente, no pudiéndose explicar
únicamente en términos de mecanismos neurales. Por
consecuencia, la experiencia surge de la compleja dinámica
no lineal de las redes neurales.
Las escuelas de estudio de la consciencia serán:
la postulada por Churchland, P., Sejnowski, T. (1992), y Crick,
F. (1994) llamada <<neurorreduccionista>>, al reducir
la consciencia a mecanismos neurales. Mientras en el
<<funcionalismo>> se aseveró, que los estados
mentales estarán definidos por su
<<organización funcional>>, o patrones de
relaciones causales en el sistema nervioso. Por otro lado, los
<<misterianos>> alegaron que, es un misterio profundo
que la inteligencia humana por sus limitaciones inherentes no
podrá desvelar. Y por último, Varela, F.
postuló la <<neurofenomenologia>> aceptando
así, la teoría de complejidad y el análisis
de la experiencia.
La experiencia consciente, no se encuentra para Capra,
F. (2002) en ninguna parte del cerebro, por consiguiente, no
podrá ser identificada en términos de estructuras
neurales especiales. Al contrario, constituirá una
propiedad emergente de determinado proceso cognitivo, originando
grupos funcionales de neuronas transitorios; al que Varela, F.
denominó <<asambleas de células
resonantes>>, y por otro lado, Edelman, G. y Tononi, G.
(1990) la identificaron como <<núcleo
dinámico>>.
Con respecto, a la consciencia y el cerebro, Edelman, G.
y Tononi, G. (1990) así como Varela, F. (1985) enfatizaron
que, la experiencia consciente, está suficientemente
integrada, donde cada estado consciente comprenderá una
única <<escena>> no pudiendo ser fragmentada
en componentes independientes. Por eso afirmaron que, la
experiencia consciente está asimismo suficientemente
diferenciada.
Tanto Edelman, G. (1987 y 1992), como Capra, F. (1996)
afirmaron sobre el <<mundo interno>> de nuestra
consciencia reflexiva, sólo se originó con la
evolución del lenguaje y la realidad social. Maturana, H.
y Varela, F. (1987) analizarán, la consciencia humana y el
lenguaje desde el marco de la Teoría de Santiago, donde la
comunicación no consiste en la transmisión de la
información, sino en la coordinación del
comportamiento entre los organismos vivos, dándose un
mutuo acoplamiento estructural. Por consiguiente, el
fenómeno del lenguaje no ocurre en el cerebro, sino que,
surge cuando se origina la coordinación de las
coordinaciones de comportamientos; ocurrirá para Maturana,
H. y Varela, F. <<en el flujo de interacciones y relaciones
implícitas en la vida comunidad>>.
Para Lokoff, G. y Johson, M. (1999) una mayor parte de
nuestro pensamiento es inconsciente y trabaja a un nivel
impenetrable a la percepción consciente ordinario. Por
cuanto, el <<inconsciente cognitivo>> está en
las operaciones cognitivas automáticas, es decir, el
conocimiento tácito y las creencias. De igual forma
afirmaron que, los mismos mecanismos neurales y cognitivos que
nos permiten percibir y desenvolvernos, crean estructuras
conceptuales y modalidades de razonamiento en
nosotros.
Con motivo de la naturaleza humana, Lakoff, G. y Jahson,
M. (1999) explicaron que la mente, se encuentra inherentemente y
encarnada en el cuerpo. Como resultado, el pensamiento, en parte
será inconsciente y por eso los conceptos abstractos, son
en ocasiones metafóricos. Por supuesto, en la
Teoría de Santiago de la cognición se demuestra que
en cualquier nivel de vida, mente y materia, proceso y
estructura, están inseparablemente conectados.
Tocante a la dimensión espiritual, para Capra, F.
(2002) la espiritualidad o vida espiritual, se establece desde
una experiencia profunda de la realidad, conocida como
experiencia <<mística>>,
<<religiosa>> o <<espiritual>>.
Obviamente, es una experiencia de absoluta unidad de la mente y
el cuerpo, trascendiendo la misma unidad del yo como el
mundo.
La dimensión social de la vida o naturaleza de la
realidad social, estará orientada por el cuestionamiento
¿Cuáles son las perspectivas de la vida?. Para lo
cual, Capra, F. (2002) aseveró que, la naturaleza de los
sistemas vivos, serán denominados como <<perspectiva
de patrón>>, y <<perspectiva de
estructura>>, por eso, al integrarlas surge una
<<perspectiva de proceso>>. Por eso, el patrón
de organización de un sistema vivo, será una
configuración de las relaciones entre sus componentes;
determinando así, sus características esenciales,
al igual que, la estructura del sistema como la
encarnación física de su patrón de
organización, y el proceso vital como el proceso
continúo de esa encarnación.
Dado que para Capra, F. (2002) la forma de un
patrón de organización, sólo es reconocible
si esta encarnada físicamente en un cuerpo, ya
que, en los organismos vivos esa encarnación es un
proceso incesante. Por ejemplo, el metabolismo de una
célula, contendrá una red (forma) de
reacciones químicas (proceso) implicando la
producción de los componentes de la célula
(materia) y respondiendo cognitivamente, a cambios
estructurales autodirigidos (proceso) a perturbaciones
del entorno.
Aquí se observó la intención de
Capra, F. (2002) cuando extiende el ámbito social, para la
comprensión sistémica de la vida desde una cuarta
perspectiva de la vida, el significado, como abreviatura
del mundo interno de la consciencia reflexiva, con una multitud
de características interrelacionadas. La similitud que
tendrán estas perspectivas será, con los cuatro
principios o <<causas>> propuestas por
Aristóteles como fuentes independientes de todo
fenómeno. Las internas: la materia y la forma; mientras
que, las externas serían: la eficaz, capaz de generar el
fenómeno con su acción, y el final, que determina
la acción de la casusa eficaz y le otorga un objetivo o un
propósito. Sin embargo, la causa final, propuesta por
Aristóteles difiere, al esquema de Capra, F. al asociarse
con el significado, que opera por medio del mundo
material.
Tocante a la teoría social, Capra, F. (2002)
observó a Comte, A. quien, extiende sus teorías a
las ciencias sociales, buscando en ellas, leyes generales del
comportamiento humano, basándose, en la
cuantificación, y rechazando así, en las
explicaciones basadas en términos de fenómenos
subjetivos: intenciones o propósitos. Para lo cual, Comte,
A. introdujo el término <<sociología>>,
y <<física social>> al estudio de la sociedad.
La sociología, asumió la noción de
<<causalidad social>> que entrelazaba conceptualmente
la teoría social y la física, al contrario de las
ciencias de la vida.
Durkheim, E. consideró los <<hechos
sociales>>, como causas de los fenómenos sociales.
Por cuanto, las tratará como objetos materiales, al tener
analógicamente relación con las operaciones de las
fuerzas físicas. Asimismo, los hechos sociales son
causados por otros. El estructuralismo y el funcionalismo se
vieron influenciados por las teorías de Durkheim, E. Los
estructuralistas observaron, el ámbito oculto como
<<estructuras sociales>> subyacentes. Los
funcionalistas analizaron, la existencia de una racionalidad
social subyacente, donde el individuo actuará desde las
<<funciones sociales>> de sus acciones.
Igualmente, para Durkheim, E. una explicación
completa de los fenómenos sociales debe poseer el
análisis, tanto, causal como funcional; requiriendo
distinguir las: funciones e intenciones, donde se consideren las
intenciones y los propósitos de la perspectiva del
significado. Parsons, T. desarrolló una
<<teoría general de las acciones>>
influenciada por la teoría general de sistemas. Asimismo
defendió que, las acciones humanas buscan objetivos
personales del mismo modo que se retraen por el entorno social.
Parsons, T. como otros sociólogos, se centraron en el
<<libre albedrío humano>>, en otras palabras,
acción dotada de propósito. Luhmann, N. se
basó en Maturana, H. y Varela, F. para postular su
teoría de <<autopoiesis social>>.
La teoría de la estructuración de Giddens,
A. (1996) escrudiño, la interacción que existe
entre la estructura social y el libre albedrío humano,
siendo cíclica, ya que, la primera es la conducta previa,
y el resultado fortuito de la segunda. En esta teoría, se
integran los conceptos e ideas del estructuralismo y el
funcionalismo. Giddens, A. (1996) utilizó dos
métodos de investigación: el análisis
institucional orientado a las estructuras e instituciones
sociales, mientras que, el análisis estratégico a
observar la conducta estratégica de las personas para
lograr sus fines al interactuar con su entorno (estructuras e
instituciones sociales).
Las prácticas sociales, son expresadas en dos
clases de reglas por Giddens, A. (1996), es decir, con esquemas
interpretativos, reglas semánticas, y normas, o reglas
morales. Igualmente, en dos clases de recursos: los materiales
que consiste en la propiedad o control de los objetos, y otro,
los autoritativos como resultado de la organización del
poder.
Resaltando la <<teoría de la acción
comunicativa>>, o teoría crítica, formulado
por Habermas, J. que revela, las condiciones estructurales de las
acciones de la gente para que trasciendan; es la teoría
del poder, orientada a una autonomía. Tanto Giddens, A.
como Habermas, J. hablaron, de dos perspectivas diferentes, pero
que interactúan y complementan: el sistema social en
atención a las instituciones, y otra, correspondiente a la
perspectiva del <<mundo vivo>>, que coincide con la
conducta humana.
Por cuanto, Capra (2002) estableció que, las
teorías de Giddens, A. y Habermas, J. estudian no
sólo: el mundo exterior de causa y efecto, el mundo social
de las relaciones humanas, y el mundo interior de valores y
significado. Igualmente, integran ideas y conceptos de las
ciencias naturales, ciencias sociales y filosofías
cognitivas. Mientras que, rechazan las limitaciones presentadas
por el positivismo.
En la extensión del enfoque sistémico
Capra (2002) se referirió, a la comprensión
sistémica, como aquello que, está sustentado en la
existencia de una unidad fundamental de la vida; y como
consecuencia, los sistemas vivos diferentes pueden presentar
patrones de organización similares. Sin duda, la red,
será un patrón de organización básica
en todos los sistemas vivos. Con motivo de la noción de
autopoiesis, Luhmann, N. (1990) desarrolló, su
teoría de <<autopoiesis social>>, donde, los
mismos sistemas sociales no son sistemas vivos, y al parecer, el
lenguaje, la consciencia y la cultura no lo son. Igualmente
requirió, identificar a las comunicaciones como elementos
de las redes sociales, y que las redes de comunicación son
autogenéticas.
El significado, es presentado por Capra (2002)
como, la esencia de los seres humanos, al requerir, comprender el
significado del mundo interno y externo; de igual forma, su
entorno y las relaciones con otros seres humanos. La
actuación del individuo tendrá un propósito
u objetivo en mente, proyectando así, imágenes
mentales lanzadas al futuro. Los seres humanos como otros
organismos vivos, están capacitados en dos clases de
acciones: actividades involuntarias e inconscientes; por ejemplo,
la digestión o la circulación sanguínea, por
eso son cognitivas, según la Teoría de Santiago.
Igualmente, actividades voluntarias e intencionadas, cuando
actuamos con intención y propósito se experimenta
la libertad humana.
Asimismo, Capra (2002) interpretó, la
dinámica de la cultura, observándola desde los
fenómenos sociales, y concibiendo redes de
comunicación como resultante de esa doble actividad de la
comunicación humana: la red origina repetidamente
imágenes mentales, pensamientos y significados nuevos, de
tal manera que, coordina seguidamente el comportamiento de los
integrantes. En consecuencia, el autor afirmará que, la
dinámica e interdependencia de los procesos, originan el
sistema unificado de valores, creencias y conductas asociados con
el fenómeno de la cultura.
Por otro lado, Capra (2002) expuso, la red social que
genera a su vez, un organismo de conocimiento compartido, y por
eso, la información, ideas y habilidades, están
complementados con los valores y creencias, originando
así, la manera de vivir de una cultura. El sistema de
creencias y valores compartidos crea una identidad entre los
miembros de la red social, identidad que se basa en el sentido de
pertenencia.
La definición del poder, es dado por Kenneth, J.
como un ejercicio de sumisión de voluntad de uno a otro.
Por eso, Capra, F. aseveró que, el fundamento del poder en
la organización social, es un conflicto de intereses, y el
medio, por el que esos conflictos se solucionan. Mientras,
Kenneth, J. logró, distinguir tres clases de poder, por
los medios empleados: el coercitivo, el compensatorio, y el
condicionado. Como resultado, la política tendrá,
la habilidad de hallar la combinación exacta entre las
tres, solventando los conflictos generados por las diferencias de
intereses y equilibrándolas. Y para Steindl-Rast, D.
(1991) el término <<autoridad>>, no es el
<<poder de mandar>>, sino, <<una base solida
para saber y actuar>> dentro de la cultura.
Las normas de conducta, tanto formal como informal,
podrán llamarse estructuras sociales. Castells, M. (1997)
estableció, las estructuras sociales, como lo fundamental
de la teoría social, y las demás actuarán
desde ella. Capra, F. expuso que, las ideas, valores, creencias y
otros conocimientos originados por sistemas sociales,
constituirán las estructuras de significado, definido como
<<estructuras semánticas>>, que se encuentran
en el cerebro permaneciendo en la red.
Finalmente, el ensayo sobre las conexiones ocultas de
Capra, F., se centró, en las tres dimensiones se
encontró diferencias y semejanzas que se resaltan en cada
término. En la dimensión biológica, la
manifestación de la vida dependerá del mundo
celular, con simplicidad interna y simplicidad ecológica;
ya que, los sistemas vivos son sistemas químicos que
poseen ADN autorregulando las células, por la
información recibida del ARN, serán una
característica definitoria de la vida, pero no la
única; porque, las membranas serán otra
característica y condición esencial de la vida
celular. La autopoiesis, se origina por la combinación del
perímetro físico y la red metabólica, como
resultado del despliegue global de la vida se origina por una
mutación aleatoria de genes, mutación
genética, o por la evolución de simbiosis, los
cuales podrán existir asociados entre si.
Mientras que en la dimensión cognitiva se
vislumbran, la vida y la cognición, vinculadas por la
actividad mental inmanente a la materia. Donde las
características definitorias del sistema autopoiesica
cambian, pero mantienen su patrón organizativo en red
desde, la autorrenovación y alteraciones. Con respecto a
la mente y el cerebro, se definen como una relación de
procesos y estructura; como consecuencia, la consciencia
será, un proceso cognitivo y de experiencias cognitivas
efectuadas en niveles de complejidad neural; de esta manera, la
experiencia consciente, emerge de un determinado proceso
cognitivo. Obiamente, la consciencia humana y el lenguaje, se
originan en la coordinación del comportamiento entre los
organismos vivos; aunque, el lenguaje, no se genera en el
cerebro, sino en la interacción y relación
implícita de la vida. Por último, la
dimensión espiritual, es una experiencia dada en la mente
y el cuerpo que busca trascender la misma materia.
La dimensión social, se comprende del
patrón de organización de un sistema vivo,
estará relacionando con sus componentes, determinando por
las características esenciales; por eso, la estructura del
sistema es una encarnación física de su
patrón en un proceso continuo. La extensión del
ámbito social busca la comprensión sistémica
de la vida, desde: la forma, la materia, el proceso y el
significado que actúa por medio del mundo material. Los
fenómenos sociales, poseen el análisis causal y el
funcional considerados en el significado. De esta manera, las
prácticas sociales se expresan con reglas
semánticas o reglas morales, y con recursos materiales y
autoritativos. La dinámica de la cultura origina un
sistema unificado de valores, creencias y conductas asociados
creando una identidad entre los miembros de la red social. Donde
el poder será la sumisión de voluntad de unos sobre
otros, y la autoridad una base para saber y actuar.
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Autor:
Carlos Enrique Gomez
Chirinos
Seminar Cultural Development I
"B"
ATLANTIC INTERNATIONAL
UNIVERSITY
HONOLULU, HAWAII
AGOSTO DEL 2012