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The Hidden Connections (Essay) o Las conexiones ocultas (Ensayo)




Enviado por Carlos Gomez




    The Hidden Connections (Essay) – Monografias.com

    The Hidden Connections
    (Essay)
    Las conexiones ocultas
    (Ensayo)

    Implicaciones sociales,
    medioambientales, económicas
    y
    biológicas de una nueva visión del
    mundo

    Pregunta: Examinar las conexiones ocultas
    propuestas por Capra, F.

    Tesis: En general, Capra, F. (2002) divide su
    obra en dos partes: una en tres dimensiones y otra en cuatro
    implicaciones. En las dimensiones, los términos son
    definidos y unificados, extendiéndose al ámbito
    social para la comprensión de la vida que ha surgido en la
    teoría de la complejidad. Éste marco conceptual
    puede leerse independientemente. En el ensayo, se buscará
    comparar las semejanzas y contrastar las diferencias de la
    dimensión biológica o naturaleza de la vida, la
    dimensión cognitiva o naturaleza de la mente y la
    consciencia, y la dimensión social de la vida o naturaleza
    de la realidad social. Para encontrar en ellas, el origen de la
    vida y las características definitorias de los organismos
    o sistemas vivos.

    Con respecto a la dimensión biológica o
    naturaleza de la vida, se llegan a definir diversos
    términos, por ejemplo: célula bacteriana,
    micoplasma, ADN y ARN, membrana, autogénesis, autopoiesis,
    que estarán orientados a responder qué es la vida y
    su desarrollo, igualmente, las características
    definitorias del sistema vivo.

    Morowitz, H. (1992) aseveró que un organismo, ha
    de ser unicelular o multicelular, donde el sistema más
    simple, es la célula, es decir, la célula
    bacteriana, de donde evolucionaron las formas superiores de vida.
    Igualmente, Capra, F. (2002) asumirá, el origen o la
    manifestación de la vida, a partir de un mundo
    biológico, es decir, mundo celular.

    Los microplasmas, son células mínimas que
    poseen una simplicidad interna, sobreviven en espacios
    químico precisos y complejos. Donde Morowitz, H. (1992)
    distinguió, dos clases de simplicidad celular: la
    simplicidad interna, donde la bioquímica del entorno
    interno del organismo, es simple. Por consiguiente, la
    simplicidad ecológica, se expresa en una necesidad del
    organismo con pocas aportaciones químicas precedentes de
    su entorno externo.

    En relación al ADN y ARN Capra, F. (2002)
    afirmó que, las moléculas de ARN actuaran como
    mensajeras, llevando consigo información codificada a las
    enzimas procedente del ADN. Como consecuencia, los sistemas vivos
    son sistemas químicos que contiene ADN y que no
    están muertos, y es responsable de la
    autorregulación de la célula, característica
    crucial de la vida, pero no bastara para definirla.

    Para Luisi, P. (1993) las membranas, son una
    característica universal de la vida celular, siendo
    éstas, una condición esencial, con un mismo tipo de
    estructura del mundo vivo. Capra, F. (2002) postuló que la
    membrana celular será una característica
    definitoria de la vida celular. Igualmente, que la naturaleza del
    metabolismo tiene lugar dentro del perímetro celular.
    Mientras que, la dinámica de la autogénesis, fue
    llamada por Maturana, H. y Varela, F. (1987) "autopoiesis", es
    decir, se hace así mismo, y es una combinación de
    dos características definitorias de la vida: el
    perímetro físico y la red
    metabólica.

    En relación a los catalizadores, la complejidad
    molecular creció aceleradamente, por la capacidad de
    mediadores donde surgieron redes químicas que entrelazan
    diversas reacciones. Capra, F. (2002) se referiría a un
    despliegue global de la vida originada en tres vías de
    evolución: la mutación aleatoria de genes, la
    mutación genética, la cual, es provocada por un
    error accidental en la autorreplicación del ADN, y la
    evolución por simbiosis, postulada como tercera vía
    por Margulis, L. (1998ª) para responder al cuestionamiento
    ¿Cómo llegaron a evolucionar las formas superiores
    de vida?. La simbiosis, consistirá en la tendencia de
    diversos organismos que podrán vivir en íntima
    asociación, donde unos estarán dentro de otros, por
    ejemplo, las bacterias de nuestros intestinos.

    Con motivo de la dimensión cognitiva o naturaleza
    de la mente y la consciencia, se establecerán la semejanza
    o diferencia postulada en la Teoría de Santiago, y las
    escuelas de estudio de la consciencia, donde destacaran los
    términos: cognición, consciencia, mente y cerebro,
    autopoiesis, igualmente, la experiencia consciente, la naturaleza
    humana y la dimensión espiritual.

    Maturana, H. y Varela, F. (1980) postularon la
    Teoría de Santiago, para identificar la cognición,
    como proceso del conocimiento, o con el proceso de la vida. La
    actividad implicada en la autogénesis y
    autoperpetuación de redes vivas, es la cognición.
    La actividad mental en diversos niveles de vida, se encuentra
    inmanente a la misma materia; y sus características
    definitorias de sistemas autopoiesicos, son cambios estructurales
    que experimenta continuamente, conservando su patrón
    organizativo en red. Como consecuencia, los componentes de la red
    llegan a producirse y transformarse constantemente por:
    autorrenovación y por las alteraciones.

    La Teoría de Santiago definió la mente, no
    como sustancia pensante (definición cartesiana), sino, un
    proceso de cognición o proceso de la vida. Igualmente,
    para Maturana, H. y Varela, F. (1987) el cerebro, es una
    estructura específica con proceso. Como resultado, la
    relación mente y cerebro, es una relación entre
    proceso y estructura. Y la consciencia tendrá dos
    vías: una como proceso cognitivo y resultado de una
    compleja actividad neural, y otra con dos tipos de experiencia
    cognitiva, efectuándose en niveles diferentes de
    complejidad neural. Edelman, G. (1992) aseveró que, la
    consciencia primera, está acompañada por
    experiencia perceptiva, sensorial y emocional básica, y
    otra conciencia de orden superior para un concepto de si
    mismo.

    En otro orden de ideas, Capra, F. (2002)
    ratificó, la experiencia consciente, como un
    fenómeno emergente, no pudiéndose explicar
    únicamente en términos de mecanismos neurales. Por
    consecuencia, la experiencia surge de la compleja dinámica
    no lineal de las redes neurales.

    Las escuelas de estudio de la consciencia serán:
    la postulada por Churchland, P., Sejnowski, T. (1992), y Crick,
    F. (1994) llamada <<neurorreduccionista>>, al reducir
    la consciencia a mecanismos neurales. Mientras en el
    <<funcionalismo>> se aseveró, que los estados
    mentales estarán definidos por su
    <<organización funcional>>, o patrones de
    relaciones causales en el sistema nervioso. Por otro lado, los
    <<misterianos>> alegaron que, es un misterio profundo
    que la inteligencia humana por sus limitaciones inherentes no
    podrá desvelar. Y por último, Varela, F.
    postuló la <<neurofenomenologia>> aceptando
    así, la teoría de complejidad y el análisis
    de la experiencia.

    La experiencia consciente, no se encuentra para Capra,
    F. (2002) en ninguna parte del cerebro, por consiguiente, no
    podrá ser identificada en términos de estructuras
    neurales especiales. Al contrario, constituirá una
    propiedad emergente de determinado proceso cognitivo, originando
    grupos funcionales de neuronas transitorios; al que Varela, F.
    denominó <<asambleas de células
    resonantes>>, y por otro lado, Edelman, G. y Tononi, G.
    (1990) la identificaron como <<núcleo
    dinámico>>.

    Con respecto, a la consciencia y el cerebro, Edelman, G.
    y Tononi, G. (1990) así como Varela, F. (1985) enfatizaron
    que, la experiencia consciente, está suficientemente
    integrada, donde cada estado consciente comprenderá una
    única <<escena>> no pudiendo ser fragmentada
    en componentes independientes. Por eso afirmaron que, la
    experiencia consciente está asimismo suficientemente
    diferenciada.

    Tanto Edelman, G. (1987 y 1992), como Capra, F. (1996)
    afirmaron sobre el <<mundo interno>> de nuestra
    consciencia reflexiva, sólo se originó con la
    evolución del lenguaje y la realidad social. Maturana, H.
    y Varela, F. (1987) analizarán, la consciencia humana y el
    lenguaje desde el marco de la Teoría de Santiago, donde la
    comunicación no consiste en la transmisión de la
    información, sino en la coordinación del
    comportamiento entre los organismos vivos, dándose un
    mutuo acoplamiento estructural. Por consiguiente, el
    fenómeno del lenguaje no ocurre en el cerebro, sino que,
    surge cuando se origina la coordinación de las
    coordinaciones de comportamientos; ocurrirá para Maturana,
    H. y Varela, F. <<en el flujo de interacciones y relaciones
    implícitas en la vida comunidad>>.

    Para Lokoff, G. y Johson, M. (1999) una mayor parte de
    nuestro pensamiento es inconsciente y trabaja a un nivel
    impenetrable a la percepción consciente ordinario. Por
    cuanto, el <<inconsciente cognitivo>> está en
    las operaciones cognitivas automáticas, es decir, el
    conocimiento tácito y las creencias. De igual forma
    afirmaron que, los mismos mecanismos neurales y cognitivos que
    nos permiten percibir y desenvolvernos, crean estructuras
    conceptuales y modalidades de razonamiento en
    nosotros.

    Con motivo de la naturaleza humana, Lakoff, G. y Jahson,
    M. (1999) explicaron que la mente, se encuentra inherentemente y
    encarnada en el cuerpo. Como resultado, el pensamiento, en parte
    será inconsciente y por eso los conceptos abstractos, son
    en ocasiones metafóricos. Por supuesto, en la
    Teoría de Santiago de la cognición se demuestra que
    en cualquier nivel de vida, mente y materia, proceso y
    estructura, están inseparablemente conectados.

    Tocante a la dimensión espiritual, para Capra, F.
    (2002) la espiritualidad o vida espiritual, se establece desde
    una experiencia profunda de la realidad, conocida como
    experiencia <<mística>>,
    <<religiosa>> o <<espiritual>>.
    Obviamente, es una experiencia de absoluta unidad de la mente y
    el cuerpo, trascendiendo la misma unidad del yo como el
    mundo.

    La dimensión social de la vida o naturaleza de la
    realidad social, estará orientada por el cuestionamiento
    ¿Cuáles son las perspectivas de la vida?. Para lo
    cual, Capra, F. (2002) aseveró que, la naturaleza de los
    sistemas vivos, serán denominados como <<perspectiva
    de patrón>>, y <<perspectiva de
    estructura>>, por eso, al integrarlas surge una
    <<perspectiva de proceso>>. Por eso, el patrón
    de organización de un sistema vivo, será una
    configuración de las relaciones entre sus componentes;
    determinando así, sus características esenciales,
    al igual que, la estructura del sistema como la
    encarnación física de su patrón de
    organización, y el proceso vital como el proceso
    continúo de esa encarnación.

    Dado que para Capra, F. (2002) la forma de un
    patrón de organización, sólo es reconocible
    si esta encarnada físicamente en un cuerpo, ya
    que, en los organismos vivos esa encarnación es un
    proceso incesante. Por ejemplo, el metabolismo de una
    célula, contendrá una red (forma) de
    reacciones químicas (proceso) implicando la
    producción de los componentes de la célula
    (materia) y respondiendo cognitivamente, a cambios
    estructurales autodirigidos (proceso) a perturbaciones
    del entorno.

    Aquí se observó la intención de
    Capra, F. (2002) cuando extiende el ámbito social, para la
    comprensión sistémica de la vida desde una cuarta
    perspectiva de la vida, el significado, como abreviatura
    del mundo interno de la consciencia reflexiva, con una multitud
    de características interrelacionadas. La similitud que
    tendrán estas perspectivas será, con los cuatro
    principios o <<causas>> propuestas por
    Aristóteles como fuentes independientes de todo
    fenómeno. Las internas: la materia y la forma; mientras
    que, las externas serían: la eficaz, capaz de generar el
    fenómeno con su acción, y el final, que determina
    la acción de la casusa eficaz y le otorga un objetivo o un
    propósito. Sin embargo, la causa final, propuesta por
    Aristóteles difiere, al esquema de Capra, F. al asociarse
    con el significado, que opera por medio del mundo
    material.

    Tocante a la teoría social, Capra, F. (2002)
    observó a Comte, A. quien, extiende sus teorías a
    las ciencias sociales, buscando en ellas, leyes generales del
    comportamiento humano, basándose, en la
    cuantificación, y rechazando así, en las
    explicaciones basadas en términos de fenómenos
    subjetivos: intenciones o propósitos. Para lo cual, Comte,
    A. introdujo el término <<sociología>>,
    y <<física social>> al estudio de la sociedad.
    La sociología, asumió la noción de
    <<causalidad social>> que entrelazaba conceptualmente
    la teoría social y la física, al contrario de las
    ciencias de la vida.

    Durkheim, E. consideró los <<hechos
    sociales>>, como causas de los fenómenos sociales.
    Por cuanto, las tratará como objetos materiales, al tener
    analógicamente relación con las operaciones de las
    fuerzas físicas. Asimismo, los hechos sociales son
    causados por otros. El estructuralismo y el funcionalismo se
    vieron influenciados por las teorías de Durkheim, E. Los
    estructuralistas observaron, el ámbito oculto como
    <<estructuras sociales>> subyacentes. Los
    funcionalistas analizaron, la existencia de una racionalidad
    social subyacente, donde el individuo actuará desde las
    <<funciones sociales>> de sus acciones.

    Igualmente, para Durkheim, E. una explicación
    completa de los fenómenos sociales debe poseer el
    análisis, tanto, causal como funcional; requiriendo
    distinguir las: funciones e intenciones, donde se consideren las
    intenciones y los propósitos de la perspectiva del
    significado. Parsons, T. desarrolló una
    <<teoría general de las acciones>>
    influenciada por la teoría general de sistemas. Asimismo
    defendió que, las acciones humanas buscan objetivos
    personales del mismo modo que se retraen por el entorno social.
    Parsons, T. como otros sociólogos, se centraron en el
    <<libre albedrío humano>>, en otras palabras,
    acción dotada de propósito. Luhmann, N. se
    basó en Maturana, H. y Varela, F. para postular su
    teoría de <<autopoiesis social>>.

    La teoría de la estructuración de Giddens,
    A. (1996) escrudiño, la interacción que existe
    entre la estructura social y el libre albedrío humano,
    siendo cíclica, ya que, la primera es la conducta previa,
    y el resultado fortuito de la segunda. En esta teoría, se
    integran los conceptos e ideas del estructuralismo y el
    funcionalismo. Giddens, A. (1996) utilizó dos
    métodos de investigación: el análisis
    institucional orientado a las estructuras e instituciones
    sociales, mientras que, el análisis estratégico a
    observar la conducta estratégica de las personas para
    lograr sus fines al interactuar con su entorno (estructuras e
    instituciones sociales).

    Las prácticas sociales, son expresadas en dos
    clases de reglas por Giddens, A. (1996), es decir, con esquemas
    interpretativos, reglas semánticas, y normas, o reglas
    morales. Igualmente, en dos clases de recursos: los materiales
    que consiste en la propiedad o control de los objetos, y otro,
    los autoritativos como resultado de la organización del
    poder.

    Resaltando la <<teoría de la acción
    comunicativa>>, o teoría crítica, formulado
    por Habermas, J. que revela, las condiciones estructurales de las
    acciones de la gente para que trasciendan; es la teoría
    del poder, orientada a una autonomía. Tanto Giddens, A.
    como Habermas, J. hablaron, de dos perspectivas diferentes, pero
    que interactúan y complementan: el sistema social en
    atención a las instituciones, y otra, correspondiente a la
    perspectiva del <<mundo vivo>>, que coincide con la
    conducta humana.

    Por cuanto, Capra (2002) estableció que, las
    teorías de Giddens, A. y Habermas, J. estudian no
    sólo: el mundo exterior de causa y efecto, el mundo social
    de las relaciones humanas, y el mundo interior de valores y
    significado. Igualmente, integran ideas y conceptos de las
    ciencias naturales, ciencias sociales y filosofías
    cognitivas. Mientras que, rechazan las limitaciones presentadas
    por el positivismo.

    En la extensión del enfoque sistémico
    Capra (2002) se referirió, a la comprensión
    sistémica, como aquello que, está sustentado en la
    existencia de una unidad fundamental de la vida; y como
    consecuencia, los sistemas vivos diferentes pueden presentar
    patrones de organización similares. Sin duda, la red,
    será un patrón de organización básica
    en todos los sistemas vivos. Con motivo de la noción de
    autopoiesis, Luhmann, N. (1990) desarrolló, su
    teoría de <<autopoiesis social>>, donde, los
    mismos sistemas sociales no son sistemas vivos, y al parecer, el
    lenguaje, la consciencia y la cultura no lo son. Igualmente
    requirió, identificar a las comunicaciones como elementos
    de las redes sociales, y que las redes de comunicación son
    autogenéticas.

    El significado, es presentado por Capra (2002)
    como, la esencia de los seres humanos, al requerir, comprender el
    significado del mundo interno y externo; de igual forma, su
    entorno y las relaciones con otros seres humanos. La
    actuación del individuo tendrá un propósito
    u objetivo en mente, proyectando así, imágenes
    mentales lanzadas al futuro. Los seres humanos como otros
    organismos vivos, están capacitados en dos clases de
    acciones: actividades involuntarias e inconscientes; por ejemplo,
    la digestión o la circulación sanguínea, por
    eso son cognitivas, según la Teoría de Santiago.
    Igualmente, actividades voluntarias e intencionadas, cuando
    actuamos con intención y propósito se experimenta
    la libertad humana.

    Asimismo, Capra (2002) interpretó, la
    dinámica de la cultura, observándola desde los
    fenómenos sociales, y concibiendo redes de
    comunicación como resultante de esa doble actividad de la
    comunicación humana: la red origina repetidamente
    imágenes mentales, pensamientos y significados nuevos, de
    tal manera que, coordina seguidamente el comportamiento de los
    integrantes. En consecuencia, el autor afirmará que, la
    dinámica e interdependencia de los procesos, originan el
    sistema unificado de valores, creencias y conductas asociados con
    el fenómeno de la cultura.

    Por otro lado, Capra (2002) expuso, la red social que
    genera a su vez, un organismo de conocimiento compartido, y por
    eso, la información, ideas y habilidades, están
    complementados con los valores y creencias, originando
    así, la manera de vivir de una cultura. El sistema de
    creencias y valores compartidos crea una identidad entre los
    miembros de la red social, identidad que se basa en el sentido de
    pertenencia.

    La definición del poder, es dado por Kenneth, J.
    como un ejercicio de sumisión de voluntad de uno a otro.
    Por eso, Capra, F. aseveró que, el fundamento del poder en
    la organización social, es un conflicto de intereses, y el
    medio, por el que esos conflictos se solucionan. Mientras,
    Kenneth, J. logró, distinguir tres clases de poder, por
    los medios empleados: el coercitivo, el compensatorio, y el
    condicionado. Como resultado, la política tendrá,
    la habilidad de hallar la combinación exacta entre las
    tres, solventando los conflictos generados por las diferencias de
    intereses y equilibrándolas. Y para Steindl-Rast, D.
    (1991) el término <<autoridad>>, no es el
    <<poder de mandar>>, sino, <<una base solida
    para saber y actuar>> dentro de la cultura.

    Las normas de conducta, tanto formal como informal,
    podrán llamarse estructuras sociales. Castells, M. (1997)
    estableció, las estructuras sociales, como lo fundamental
    de la teoría social, y las demás actuarán
    desde ella. Capra, F. expuso que, las ideas, valores, creencias y
    otros conocimientos originados por sistemas sociales,
    constituirán las estructuras de significado, definido como
    <<estructuras semánticas>>, que se encuentran
    en el cerebro permaneciendo en la red.

    Finalmente, el ensayo sobre las conexiones ocultas de
    Capra, F., se centró, en las tres dimensiones se
    encontró diferencias y semejanzas que se resaltan en cada
    término. En la dimensión biológica, la
    manifestación de la vida dependerá del mundo
    celular, con simplicidad interna y simplicidad ecológica;
    ya que, los sistemas vivos son sistemas químicos que
    poseen ADN autorregulando las células, por la
    información recibida del ARN, serán una
    característica definitoria de la vida, pero no la
    única; porque, las membranas serán otra
    característica y condición esencial de la vida
    celular. La autopoiesis, se origina por la combinación del
    perímetro físico y la red metabólica, como
    resultado del despliegue global de la vida se origina por una
    mutación aleatoria de genes, mutación
    genética, o por la evolución de simbiosis, los
    cuales podrán existir asociados entre si.

    Mientras que en la dimensión cognitiva se
    vislumbran, la vida y la cognición, vinculadas por la
    actividad mental inmanente a la materia. Donde las
    características definitorias del sistema autopoiesica
    cambian, pero mantienen su patrón organizativo en red
    desde, la autorrenovación y alteraciones. Con respecto a
    la mente y el cerebro, se definen como una relación de
    procesos y estructura; como consecuencia, la consciencia
    será, un proceso cognitivo y de experiencias cognitivas
    efectuadas en niveles de complejidad neural; de esta manera, la
    experiencia consciente, emerge de un determinado proceso
    cognitivo. Obiamente, la consciencia humana y el lenguaje, se
    originan en la coordinación del comportamiento entre los
    organismos vivos; aunque, el lenguaje, no se genera en el
    cerebro, sino en la interacción y relación
    implícita de la vida. Por último, la
    dimensión espiritual, es una experiencia dada en la mente
    y el cuerpo que busca trascender la misma materia.

    La dimensión social, se comprende del
    patrón de organización de un sistema vivo,
    estará relacionando con sus componentes, determinando por
    las características esenciales; por eso, la estructura del
    sistema es una encarnación física de su
    patrón en un proceso continuo. La extensión del
    ámbito social busca la comprensión sistémica
    de la vida, desde: la forma, la materia, el proceso y el
    significado que actúa por medio del mundo material. Los
    fenómenos sociales, poseen el análisis causal y el
    funcional considerados en el significado. De esta manera, las
    prácticas sociales se expresan con reglas
    semánticas o reglas morales, y con recursos materiales y
    autoritativos. La dinámica de la cultura origina un
    sistema unificado de valores, creencias y conductas asociados
    creando una identidad entre los miembros de la red social. Donde
    el poder será la sumisión de voluntad de unos sobre
    otros, y la autoridad una base para saber y actuar.

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    • VARELA, F.,
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      Studies, vol. 3, no. 4, págs. 330-349, 1996a en:
      CAPRA, F., 2002.

     

     

    Autor:

    Carlos Enrique Gomez
    Chirinos

    Seminar Cultural Development I
    "B"

    ATLANTIC INTERNATIONAL
    UNIVERSITY

    HONOLULU, HAWAII

    AGOSTO DEL 2012

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