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Análisis del discurso y memoria en la afasia de broca y la afasia de Wernicke



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Sobre la entidad
    clínica
  4. Memoria y
    lenguaje
  5. Análisis del
    Discurso y Afasia
  6. Comentarios
    finales
  7. Referencias
    bibliográficas

Resumen

En la semiología médica, las afasias
ocupan un lugar importante y su estudio adquiere relevancia en la
medida en que se puede apoyar el diagnóstico y la
rehabilitación realizando una articulación con la
lingüística. En este campo, el análisis del
discurso puede aportar elementos claves para posibles
análisis multidisciplinares, permitiendo de igual manera
una mayor comprensión de estos trastornos y una mejora en
la calidad de vida de los afectados. En este sentido, se parte de
los aportes de la sociolingüística, en especial de
los planteamientos de los estudios del discurso desde la llamada
Escuela conversacional Norteamericana, la cual desde variados
autores aborda el uso del análisis del discurso con
poblaciones especiales, ofreciendo propuestas
metodológicas que aportan al investigador del campo,
posibles salidas integrales en el plano de la recuperación
de pacientes con estas afectaciones. El presente artículo,
intenta ofrecer una visión muy general de los avances
teóricos y de las propuestas que existen acerca de la
relación entre análisis del discurso y
afasia.

Palabras claves: Afasia de Broca, Afasia de
Wernicke, Análisis del discurso, apares adyacentes, turnos
conversacionales, marcadores discursivos, entrevista
sociolingüística.

Abstract.

In the medical semiology, aphasia play an important and
its study is relevant in so far that have been forming various
forms of diagnosis, based on recognizing the signs and in
coordination with the language, can provide key elements
multidisciplinary analysis possible, allowing the same way, a
better understanding of these disorders and improved quality of
life of those affected. In this sense, is part of the
contributions of Professor Lourdes Pietrosemoli (2007), from the
Andes University in Merida (Venezuela), who discusses the use of
discourse analysis with special populations, from technical
criteria, which allow you to find valid methods that provide the
researcher in the field, testing different views of these
disorders and therefore more relevant and complex
approaches.

Key Words: Broca´s Aphasia,
Wernicke´s Aphasia, Discourse Analysis, adjacency pairs,
Conversational Shifts, discourse markers and sociolinguistic
interview.

Introducción

El presente artículo, intenta ofrecer una
visión muy general de las propuestas que existen acerca
del análisis del discurso y la memoria con poblaciones
especiales, sobretodo con afásicos. En la primera parte se
recurre a la semiología médica, para las
definiciones pertinentes a las afasias, principalmente las
relacionadas con afectaciones en las áreas de Broca y
Wernicke. En mayor profundidad, en esta parte se establece un
breve marco histórico sobre el estudio de las afasias,
desde los aportes de autores como Ardila (2006) y Ardila y Benson
(1996). Luego se analiza la relación entre los sistemas
fonético y fonémico y las correlaciones existentes
entre la afasias y los tipos de errores cometidos en cada
sistema, con el apoyo de autores como Hills et al.
(2002); Ash et al (2010) y Bastiaanse y Van Zooneveld
(2005). Posteriormente se analiza la relación de la afasia
con la memoria, especialmente, teniendo en cuenta los
planteamientos de la llamada Escuela Soviética con autores
como Luria (1985, 1986, 1991) y Tsvetkova (1972, 1988). Luego se
introducen conceptos relacionados con el análisis del
discurso, desde una perspectiva sociolingüística con
autores como Schegloff (1971, 1974, 2007), Pietrosemoli (2007),
Fox et al. (1996), seguido de la relación entre
la afasia e instrumentos de la sociolingüística, como
son: los turnos conversacionales, los pares adyacentes, los
marcadores discursivos y la entrevista
sociolingüística, dentro del marco de los tipos de
tratamiento para la rehabilitación de los pacientes con
este tipo de afectaciones, con un enfoque multidisciplinar,
propuesto por Villodre y Morant (2007). El artículo
finalmente, se propone sugerir algunos campos de posible
investigación y sugiere unas consideraciones finales que
más que establecer conclusiones o afirmaciones cerradas,
buscan generar preguntas sobre la relación entre afasias y
discurso abordando ejemplos de los campos de estudio posibles
formulando algunos puntos de reflexión frente a este
amplio campo de estudio que implica una relación
interdisciplinaria entre lingüística,
psicología y medicina.

Sobre la entidad
clínica

Ardila (2006), en el Libro sobre las afasias, establece
un referente histórico para el estudio de las mismas,
considerando como la primera aproximación conocida sobre
una alteración del lenguaje con daño cerebral, el
año 3.500 A.C. en el Antiguo Egipto. Sin embargo, la
primera referencia que reconoce ya de manera más clara la
influencia que tiene la lesión cerebral en las
pérdidas verbales se encuentra en el Corpus de
Hipócrates, presumiblemente escrito cerca del año
400 A.C. (Benton, 1964). Hipócrates dividió la
afasia en dos clases de alteraciones: afonos y
anaudos. Durante el imperio Romano, se describió
el primer caso de alexia traumática. Ya en los siglos XV –
XIX se encuentran descripciones de patologías del
lenguaje; una de ellas es la realizada por Antonio Guaneiro,
quien en el siglo XV describe dos pacientes afásicos, uno
de ellos con un lenguaje fluido parafásico y el otro con
una afasia no fluida.

Ya en el siglo XIX aparece una multiplicidad de
descripciones relacionadas con las consecuencias de los
daños cerebrales sobre la conducta. Bouillaud en 1825,
clasificó dos tipos de patologías del lenguaje. La
primera llamada articulatoria y la otra llamada amnésica,
lo que podríamos denominar hoy y como se verá
más adelante las formas motora y sensorial de la afasia.
Lordat en 1843, propuso una dualidad semejante que
permitía distinguir la pérdida en la competencia
lingüística para producir palabras (asinergia
verbal
), diferenciada de la perdida para recordar las
palabras (amnesia verbal). Hasta este punto, se
encuentran en términos generales, descripciones parciales
y el germen de una incipiente clasificación.

Ya en el siglo XVIII y comienzos del siglo XIX Franz
Gall formula una teoría que iba a tener vital importancia;
afirmaba que los hemisferios cerebrales estaban compuestos por
órganos independientes en los cuales
estarían ubicadas cualidades de tipo intelectual y moral.
En la región orbital de los lóbulos frontales, se
ubicaba el lenguaje. Esta visión frenológica, puede
considerarse como la protociencia de lo que actualmente conocemos
sobre las áreas cerebrales que afectan el lenguaje. El
principal aporte de la frenología, en concepto de Ardila
(2006), probablemente sea el hecho de que plantea, -si bien no
muy precisamente-, que toda la actividad cognoscitiva, es el
resultado de la actividad cerebral. Posteriormente en el siglo
XIX, más precisamente en Paris en el año de 1861,
se suscita un debate sobre la relación existente entre la
capacidad intelectual y el volumen limitado del cerebro. En el
mes de Abril de ese mismo año, se realizaron estudios
sobre el cadáver de un paciente que había perdido
el lenguaje. Esta observación evidenció una
lesión importante en la zona frontal posterior y Paul
Broca argumentó y puso en evidencia la importancia de las
teorías localizacionistas. Dentro de los argumentos de
Broca se encontraban que la capacidad para hablar podría
encontrarse en la porción inferior posterior del
lóbulo frontal.

Más adelante Broca estableció el hecho de
que sólo el hemisferio izquierdo se encontraba afectado en
los casos de pérdida de lenguaje. Broca afirmaba en 1865:
"La afemia se relaciona con lesiones de la tercera
circunvolución frontal del hemisferio izquierdo del
cerebro
" (Citado en Ardila, pág., 17).
Constituyéndose éste en un hito en el estudio de
las patologías del lenguaje. A partir de tal hallazgo se
genera un intenso debate en torno a la denominación de
esta alteración del lenguaje que en principio fue llamada
afemia, con anteriores denominaciones como por ejemplo
alalia. Trousseau que en el año de 1865,
impugnó el término de afemia al que
relacionó con el concepto de infamia, lo reemplazo por la
palabra afasia, que hasta el día de hoy se
conserva.

Un segundo hito en el avance de las teorías
localizacionaistas, se presentó en el año de 1874,
con la publicación de la tesis doctoral de Karl Wenicke.
Este joven estudiante alemán, propuso una
clasificación de dos tipos de afasia. Por una lado la
afasia motora y por otro la sensorial. Posteriormente
formuló la existencia de un tercer tipo de afasia que
denominó como afasia de conducción. Más
adelante junto a Lichtheim formuló un modelo de
clasificación de las afasias que hasta el día de
hoy se ha conocido como el esquema de Lichtheim – Wernicke. Para
Sabe et al. (2008): El Esquema Lichtheim – Wernicke,
asume la existencia de dos centros del lenguaje, uno sensorial y
otro motor, interconectados mediante vías directas e
indirectas, los cuales estarían a su vez conectados con un
tercero, denominado centro conceptual (Sabe, 2008, pág.,
454). Este hecho popularizó posteriormente la
aparición de estudios que buscaban establecer
correlaciones anatómicas con los diferentes tipos de
afasias y esquemas referentes o diagramas para su
explicación. Así la relación
patología – centro cerebral, comenzó a estudiarse,
gracias al análisis de individuos post –
mortem.

Las correlaciones encontradas entre los datos
clínicos y la patología existente, terminaron por
abonar un terreno para que términos como el de imagen
auditiva, esquema verbal, ceguera psíquica,
encontrarán una ubicación en determinadas zonas a
nivel cerebral. De hecho, -solo por poner un ejemplo-, se propuso
un centro de la escritura, un centro de las
imágenes auditivo – verbales
y un centro de la
lectura
, entre otras. Como se observa en este breve
recorrido histórico, los aportes de Wernicke y Broca
fueron y siguen siendo fundamentales en el estudio de las
afasias. Sin embargo Ardila (2006), resalta la influencia de
otros investigadores entre los que se encuentran: Lichtheim
(1885), Charcot (1877), Bastian (1898), Kleist (1934) y Nielson
(1936).

Para adentrarnos ya en las características de la
afasia, podríamos afirmar siguiendo a Hills et.
al
(2002), que la afasia es definida como: "aphasia are
classically designated as cortical deficit, language deficits of
hemispatial neglect following lesions to the basal ganglia,
thalamus or other subcortical regions have been reported in many
single case reports and case series
(Hillis et. al,
2002, pág., 1094).

En términos generales, Freeman Kaplan y Sadock
(1984), definen la afasia como la perdida de la capacidad, ya sea
gradual o total, de producir lenguaje. Consiste en una
incapacidad para pronunciar palabras y nombres y de indicar el
uso de objetos habituales. Es un concepto que reúne y que
hace referencia a todos los trastornos del lenguaje y de la
comunicación. Las afasias pueden dividirse en formas
llamadas motoras (o expresivas) y formas sensoriales (o
receptivas). En las primeras, la comprensión se mantiene
intacta, pero se pierde el lenguaje, mientras que en las segundas
se pierde la comprensión. En la mayoría de los
déficits de lenguaje se encuentra una combinación
tanto de elementos motores como sensoriales. Las afasias son
debidas sobretodo a lesiones cerebrales. Para estos mismos
autores, existe un criterio común y generalizado en el que
se atribuye este tipo de trastornos a tres causas básicas:
(i) un accidente cerebrovascular, o llamado ictus,
producido generalmente por una isquemia, (ii) un traumatismo
craneoencefálico, generalmente producido por un accidente
y (iii) y en último lugar, -siendo esta la causa menos
frecuente-, infecciones producidas por abscesos cerebrales o
encefalitis (Freeman, Kaplan y Sadock 1984). Por ejemplo, en los
estudios realizados por Hillis et al (2002), se
demuestra que:

  • (i) That pure subcortical infarctions are
    associated with cortical hypoperfusion in subjects with
    aphasia/neglect;

  • (ii) That reversal of cortical hypoperfusion is
    associated with resolution of the aphasia, and

  • (iii) That aphasia/neglect strongly predicts
    cortical ischemia and/or hypoperfusion.

El estudio realizado con ciento quince (115) pacientes
del Hospital John Hopkins en la ciudad de Baltimore,
incluía ochenta (80) pacientes con lesión en el
hemisferio izquierdo y treinta y cinco con lesión en el
hemisferio derecho, con un rango de edad entre veintitrés
(23) años hasta los ochenta y seis (86) años, con
una media de la edad de sesenta y un (61) años. A este
grupo de pacientes se aplicó la siguiente batería
de tests:

  • (i) Oral anda written naming of picture objects
    (n = 34 items).

  • (ii) Oral naming of objects with tactile input
    (n = 17 items).

  • (iii) Oral reading of words (n = 34 items) and
    pseudoworks (n= 25 items).

  • (iv) Spelling to dictation of words (n= 34) and
    pseudoworks (n=25).

  • (v) Spoken word/picture verification (n=51
    items).

Para esta prueba cada dibujo fue presentado con
conceptos semánticamente cercanos (por ejemplo, cake/pie),
o cercanos desde el punto de vista fonológico (por ejemplo
cake/snake) y con la palabra correcta (cake/cake). Siguiendo con
otro grupo de pruebas de la siguiente manera:

  • (vi) Written Word/picture verification with
    semantic and visual foils and correct matches, as described
    with n = 51 items.

  • (vii) Repetition of words (n = 34) and
    pseudowords (n = 25).

  • (viii) Discrimination of spoken words versus
    pseudowords (lexical decision).

  • (ix) Spoken yes/no questions (five
    syntactically complex, five syntactically simple sentence
    structures) with no contextual cues to assist comprehension
    of the questions (e.g. Are lemas red?).

  • (x) Description of the cookie theft
    picture from the Boston Diagnostic Aphasia
    Examination

Las asociaciones encontradas entre afasia y pacientes
con infartos en las regiones subcorticales fueron evaluadas
encontrando entre estas una importante correlación. Afirma
el estudio más adelante: "Subcortical infarction may
cause aphasia or neglect either directly or through disruption of
subcortical -cortical circuits, or may simply be temporally
associated with cortical hypoperfusion that causes aphasia or
neglect"
(Ibid, pág, 1095). Para el primer
análisis, el estudio seleccionó sujetos los cuales
habían sufrido lesiones en el área subcortical en
la masa blanca y en el tálamo. Como ya se había
afirmado, había treinta y siete pacientes con lesiones
exclusivas en el hemisferio izquierdo. En todos estos casos la
afectación fue en el córtex izquierdo de la arteria
media cerebral (MCA). Por otro lado, Ash et al.
(2010), realizan un estudio de los errores producidos por
población afásica con PNFA, progressive form
of non – fluent aphasia. En el estudio se abordaron
dieciséis (16) pacientes, por medio de material narrativo
con el uso de dibujos en blanco y negro. Ash y et al.
diferencian entre el sistema fonético o
phonemics, entendiendo con este el conjunto o sistema de
los fonemas de una lengua. En palabras de éste autor:
"a phoneme is an abstract unit of speech which has
psychological salience for the speaker"
(Ash et
al.,
2010, pag, 2). Y el sistema fonético o
phonetics, es el estudio de la realización
física del sonido en el discurso. En la
caracterización de los errores en el discurso, realizada
por este autor, se distinguen estos dos niveles: el sistema
abstracto de los sonidos en el lenguaje y el nivel concreto de la
realización de los sonidos en el discurso. De tal manera
que se pueden también distinguir dos tipos de errores: el
error fonemico (phonemic error) y el error fonético
(phonetic error). Un error fonemico ocurre cuando una persona
produce un sonido, el cual está bien formado, en el
sentido de ser un fonema de la lengua, pero no es claramente
entendible o anticipable para quien escucha. Por ejemplo:
…coming out the gar (jar), cuando en realidad se
quería decir: coming out the bar. Los errores
fonéticos ocurren cuando el sonido de la
pronunciación, por ejemplo de una palabra existe en el
lenguaje. Los sujetos utilizados en el estudio incluían un
rango de edad, de entre diez (10) años hasta sesenta y
nueve (69) años. Los hallazgos encontrados sugieren que el
número de errores es mucho mayor a nivel fonémico
que fonético. En la siguiente grafica (grafica 1), se
observan los errores diferenciados en el estudio de Ash et
al.
(2010). Siendo 46 de tipo fonético y 206 de tipo
fonémico.

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Figura 1. Errores de tipo fonético
y de tipo fonemico en el estudio de afásicos con
PNFA. Tomado de Ash et al. (2010).

El estudio demuestra, por tanto, la manera en que las
sustituciones como errores más comunes tienen que ver con
el sistema fonemico, es decir con la realización
física del discurso pronunciado, lo que supone, -como se
verá más adelante-, por tanto la preponderancia del
nivel articulatorio en la rehabilitación y la posible
importancia de la conversación discursiva en la misma. La
afasia es entonces, una perturbación del lenguaje
debida a un trastorno cerebral orgánico. La
característica que se impone es la incapacidad de expresar
verbalmente los pensamientos. Al ampliar los tipos de afasia
discriminados anteriormente, pueden encontrarse otros dos
tipos:

  • a. Afasia Motriz: consistente en la
    incapacidad de hablar, aunque la compresión, -como ya
    se advirtió-, se conserva.

  • b. Afasia sensorial: que incluye la
    incapacidad de comprender el significado de las palabras o la
    utilidad de los objetos que se usan en la vida
    cotidiana.

  • c. Afasia nominal: consistente en la
    incapacidad de encontrar el nombre correcto de un
    objeto.

  • d. La afasia sintáctica:
    consistente en la incapacidad de disponer las palabras en la
    secuencia correcta (Freeman Kaplan y Sadock, 1984,
    pág., 825 – 826).

Como se verá más adelante, estas
afectaciones, generalmente provocan en el individuo alteraciones
relacionadas con el discurso y pueden generar problemas de
memoria en el largo y corto plazo. Aquellos individuos que
presentan capacidades bajas en memoria de trabajo, por ejemplo,
tienden a mostrar dificultades con la coherencia del discurso y
la cohesión en la mayoría de los géneros del
discurso, ya que es difícil para ellos mantener y
relacionar información previa con nueva información
(Sánchez y Pérez, 2005, pág. 25).

Por otro lado, en el DSM IV (Manual Diagnostico y
Estadístico de los Trastornos Mentales), se hace
referencia a una alteración de la comprensión o
transmisión de ideas mediante el lenguaje en cualquiera de
sus formas –lectura, escritura o habla-, debida a traumatismos o
enfermedades de los centros cerebrales implicados en el lenguaje.
Se hace referencia a trastornos que se inician en la infancia, la
niñez y la adolescencia, relacionadas con la
Comunicación
[1]no expresamente la
afasia, como entidad clínica-, entre los que figuran:
trastorno del lenguaje expresivo, trastorno mixto del lenguaje
receptivo – expresivo, trastorno fonológico, -antes
llamado de la articulación-, y el tartamudeo. En estas
entidades médicas, se mencionan los tipos de afasias como
indicadoras de los trastornos ya descritos. Los tipos de afasias
abordadas en el manual son: la afasia adquirida, que se
asocia a una enfermedad médica y que es generalmente
transitoria, la afasia de Wernicke o Afasia
acústico – amnésica del tipo II
y la Afasia
de Broca.

La segunda, la Afasia de Wernicke o
acústico – amnésica, se produce por una
lesión en áreas temporo – parietales (área
de Wernicke). Se caracteriza por un déficit para la
comprensión, presentándose en el paciente un habla
fluida, pero totalmente desprovista de sentido. Los individuos
con este tipo de afasia pueden hablar con oraciones largas
(logorrea), expresión verbal abundante y continua
que hace en muchos casos, difícil interrumpir al paciente
(Sánchez Pedraza y Rodríguez, 1998, pág.,
99). En el caso de los pacientes con esta afasia el
discurso no tiene ningún significado y tienden a agregar
palabras innecesarias y neologismos, creando
términos nuevos o empleando la reconsideración de
varias palabras que sólo resultan comprensibles para el
sujeto debido a su valor simbólico particular
(Sánchez Pedraza y Rodríguez, 1998, pág.,
100). Como se verá posteriormente en los estudios de la
profesora Pietrosemoli (2007), estos pacientes tienden
además a cambiar unas palabras por otras, fenómeno
conocido como parafasia. Esto hace que su habla alguna
vez haya sido denominada como "de ensalada de palabras".
En algunos casos el número de sustituciones puede ser tan
grande que hace que el habla sea ininteligible, fenómeno
conocido como jergafasia.

Por ejemplo, alguien con afasia de Wernicke
puede decir: "Usted sabe que el pichicho locucio y que quiero
rodearlo y atenderlo como usted desea anteriormente
", pero
lo que en realidad quiere decir es: "el perro necesita ir
fuera, así que lo llevaré a dar un paseo
". Las
personas con afasia de Wernicke tienen generalmente grandes
dificultades para comprender y entender el habla incluyendo la
propia. Por lo tanto, no son conscientes de los errores
lingüísticos que se cometen al comunicarse,
fenómeno conocido como anosognosia. En esta
afasia, el grado de alteración de la comprensión
lectora es muy variable, pudiendo en algunos casos llegar a
utilizarse la lectura como método compensatorio en la
rehabilitación. Estos individuos por lo general no
presentan ninguna debilidad corporal porque su lesión
cerebral no está cerca de las partes del cerebro que
controlan los movimientos. La afasia de Wernicke también
ha sido denominada como afasia sensorial, afasia receptiva,
afasia central, entre otras. Sus características
principales, se asocian con un lenguaje expresivo con fluidez
normal, en el que puede existir un gran número de palabras
por minuto (Ardila, 2006). Se observa en algunos casos
también un incremento en el lenguaje por suma de silabas a
las palabras y también de palabras a las frases. La
excesiva producción de palabras, que como vimos se
denomina logorrea, se debe a que se han perdido los
límites de la frase, razón por la cual las
oraciones no se terminan. No se presenta agramatismo, pero pueden
aparecer excesivos elementos gramaticales
(paragramatismo). La articulación es adecuada,
con ausencia de palabras significativas. Por esta razón,
es difícil determinar las ideas que el afectado intenta
transmitir. Fenómeno conocido como habla
vacía.
En la siguiente tabla (Tabla 1), podemos
encontrar las características básicas de algunos
elementos del lenguaje en esta afasia:

CARACTERISTICA DEL
LENGUAJE

DESEMPEÑO

Lenguaje conversacional

Fluente, parafásico

Comprensión del lenguaje

Anormal

Repetición

Anormal

Señalar

Anormal

Denominar

Anormal

Lectura

Cuando es en voz alta relativamente normal a
anormal

Comprensión

Relativamente normal a anormal

Escritura

Anormal

Tabla 1. Características del lenguaje versus
desempeño en la Afasia de Wernicke. Construcción
propia sobre los datos de Ardila (2006).

Otro elemento a destacar en la Afasia de Wernicke es la
presencia de parafasias. Éstas se dividen en literales y/o
verbales. Como ya se afirmó, también se encuentra
presencia de neologismos y de jergofasia, debido a la
cantidad de sustituciones parafásicas, derivando en una
producción incomprensible. En este caso la
jergofasia es un término descriptivo, más
no un síndrome afásico. Otra característica
de este tipo de afasia, tiene que ver con la imposibilidad de la
comprensión del lenguaje oral. En algunos casos, el
paciente no entiende prácticamente nada y en otros casos
se encuentra un nivel bajo de comprensión, sobretodo en
palabras y frases simples. El afectado puede llegar a comprender
varias palabras, pero si se incrementa el número de
palabras aparece lo que se conoce como fatiga,
consistente en la incapacidad de comprender de manera adicional o
de interrumpir la comprensión. Otros sujetos presentan
problemas en la interpretación de fonemas, sobre todo de
aquellos que son acústicamente más parecidos,
fallando por lo tanto, en tareas de
comprensión.

En cuanto a la calidad de la ejecución, se ha
encontrado que esta puede variar dependiendo del paciente. Sin
embargo la mayoría de los afectados logra ejecutar
órdenes sobre el seguimiento a movimientos corporales. En
cuanto a la repetición, se encuentra afectada en
relación con su nivel de comprensión. Es decir, los
pacientes que entienden poco repiten poco, mejorando su nivel de
repetición con la comprensión. Cuando se les ordena
que nombren objetos, en la mayoría de casos fracasan. La
lectura se afecta de manera proporcional a la comprensión
del lenguaje oral. Si hay una relativa mejor comprensión
en la audición, se considera que las lesiones se
sitúan en la zona posterior del área, sin afectar
la corteza auditiva primaria. Si se evidencia una relativa mejor
comprensión en el lenguaje escrito, se considera que las
lesiones se presentan en una zona anterior del área. En
cuanto a la escritura, esta es fluida, sin embargo las letras
suelen estar combinadas en una forma no significativa, siendo las
palabras correctas más bien escasas.

Se pueden distinguir dos clases de afasia de Wernicke,
la que se podría denominar Afasia de Wernicke Tipo I y la
Afasia de Wernicke Tipo II. La primera es también
denominada síndrome insular posterior – istmo temporal.
Luria (1966, 1977, 1980), la denominó afasia
acústico – agnosica. Por su parte Kleist (1934) y
Gazzaniga et al (1973), la denominaron sordera a las
palabras y Vignolo (1969), la denominó agnosia verbal
auditiva. El afectado presenta incapacidad para identificar los
sonidos del lenguaje, sin afectación de la
audición, no se comprende el lenguaje oral, ya que no se
discriminan los componentes significativos o fonemas. El afectado
puede leer en voz alta y la comprensión lectora se
conserva, facilitando la comunicación escrita más
que la oral. La escritura espontanea es normal, sin embargo en
los dictados se evidencia incapacidad para comprender y
discriminar su contenido. No se evidencia buena
repetición. La Afasia de Wernicke Tipo II, conocida
también como síndrome de la circunvolución
temporal superior y media, ha sido también conocida por
otros autores como afasia impresiva, por ejemplo Pick (1913),
Weisenburg y Mc Bride (1935), la denominan afasia receptiva;
Goldstein (1948) y Hecaen y Albert (1978), la denominan afasia
sensorial. Luria (1966, 1967), la denomina afasia acústico
– amnésica o solo afasia de Wernicke, por Benson (1979),
Geschwind y Benson, (1971, 1985).

En este tipo de afasia la producción verbal suele
ser fluida, con una cantidad normal de palabras, pero en algunos
casos con logorrea. La articulación es buena lo
mismo que la gramática. Sin embargo puede presentarse
paragramatismo. En cuanto al contenido de la expresión
verbal, se encuentra una disminución en la
significatividad y una ausencia de palabras denominativas. La
comprensión es siempre deficiente, la repetición
puede ser normal pero con elementos lingüísticos como
sílabas y palabras. Sin embargo, se ve afectada con frases
y oraciones largas.

Con respecto a la afasia de Broca o llamada
también síndrome triangular – opercular, que como
vimos fue denominada en principio por Broca como afemia,
históricamente se han presentado diferentes denominaciones
que pueden abordarse desde los siguientes autores (Tabla
2):

DENOMINACION

AUTORES

Afasia Motora Eferente o
Cinética.

Luria (1966, 1970).

Afasia Expresiva

Hecaen y Albert (1978); Pick (1913); Weisenburg y
McBride, (1935).

Afasia Verbal

Head (1926).

Afasia Sintáctica

Wepman y Jones (1926)

Afasia de Broca

Nielsen (1938); Brain (1961); Benson y Geschwind
(1971); Benson (1979); Lecours, Lhermitte y Bryans
(1983).

Tabla 2. Denominaciones de la Afasia de Broca,
según el autor. Construcción propia sobre los datos
de Ardila (2006).

Ardila[2]y Benson (1996), establecen las
siguientes características básicas en el lenguaje
del afásico afectado: lenguaje conversacional no fluente,
comprensión del lenguaje relativamente normal,
repetición anormal, capacidad de señalar
relativamente normal, capacidad de denominar afectada o anormal.
En cuanto a la lectura en voz alta, ésta es anormal, la
comprensión es relativamente normal y la escritura
anormal. Para Ardila (2006): "La afasia de Broca se
caracteriza por un lenguaje expresivo no fluido, pobremente
articulado, compuesto por expresiones cortas y agramaticales y
producidas con gran esfuerzo. El lenguaje expresivo está
compuesto básicamente por sustantivos, con una marcada
deficiencia o ausencia de estructura sintáctica y
agramatismo. El defecto en la articulación ha sido
denominado de diversas maneras (apraxia del habla,
desintegración fonémica, etc.)"
(Ardila, 2006,
pág., 61). Dentro de los errores más comunes, se
encuentran los errores verbales articulatorios. Por ejemplo: para
decir tres, se dirá tes, lo que se denomina
simplificación silábica. Para decir tela se
dirá lela, lo que se conoce como anticipación; para
decir peso un paciente podría decir pepo, lo que se conoce
como perseveración. Se puede generar sustitución de
fonemas fricativos por oclusivos: fila – pila, seda – teda o
Jairo – kairo. Hay además presencia de agramatismo, como
cuando se dice: perro jardín en lugar de los
perros están en el jardín.

Existe aún desacuerdo sobre la ubicación
exacta o la topología de las lesiones responsables de la
afasia de Broca. Se considera que lesiones que se limitan al
área de Broca no son suficientes para producir la
afectación. En el caso de este tipo de lesiones,
generalmente sólo se observan leves defectos en la
articulación, como lo que podría denominarse un
acento extranjero, acompañado de una
reducción en la capacidad para hallar palabras. Esta forma
restringida de afasia de Broca podría denominarse como
afasia de Broca tipo I (o afasia de Broca
menor,
o afasia del área de Broca). El
síndrome completo de la afasia de Broca sólo puede
extenderse si el daño afecta a la opercular, la
circunvolución precentral, la ínsula anterior,
y la sustancia blanca paraventricular y periventricular.

Esta forma extensa o completa podría denominarse como
afasia de Broca extendida o afasia de Broca tipo
II.
La afectación del lenguaje en ambas afasias, como
se verá, tendrá influencia fuerte en la memoria de
corto y largo plazo.

Memoria y
lenguaje

El análisis sistemático de los diferentes
tipos de discurso provee una fuente rica de material para
examinar algunas de las relaciones complejas que existen entre la
memoria y el lenguaje (Sánchez y Pérez, 2005,
pág., 21). El estudio de la afasia de Wercnicke tipo II o
afasia acústico-amnésica, la cual se
caracteriza por la alteración del eslabón de la
memoria verbal operativa, en la parte expresiva se caracteriza
por la alteración del lenguaje espontaneo, repetitivo, y
la denominación de objetos; lingüísticamente
se altera el discurso narrativo y la conversación por
falta de productividad pragmática, coherencia, complejidad
y cohesión. En esta afasia, el análisis del
discurso provee una fuente rica de material para el
análisis de las relaciones complejas que se dan entre la
memoria y el lenguaje, por ejemplo, la memoria verbal operativa.
Luria (1986), propuso que este tipo de afasia es el resultado de
la alteración de la memoria verbal operativa, que
se relaciona principalmente con dificultades para:

  • a. La comprensión del lenguaje
    oral.

  • b. La alteración de subtextos y
    alegorías, por ausencia o enajenación del
    significado y del sentido de las palabras.

  • c. Dificultades en la parte expresiva por
    presentar parafasias verbales.

  • d. Alteraciones del lenguaje repetitivo y de la
    denominación de los objetos.

Sin embargo, la lectura y la escritura se mantienen
prácticamente intactas. Reconociendo, además, que
la base fisiológica de la memoria puede tener influencia
de elementos de tipo específico e inespecífico.
Estos pueden definirse de la siguiente manera:

  • (i) Inespecíficos: se destacan por la
    importancia de las formaciones que conectan los sectores
    internos de la zona temporal (hipocampo), el
    hipotálamo y los núcleos talámicos
    (circuito de Papez), que son fundamentales en la
    impresión y reproducción de las huellas de
    estímulos inmediatos.

  • (ii) Específicas: estas son garantizadas
    por las zonas posteriores, gnósicas de la corteza
    cerebral. Entre ellos están los sectores modal –
    específicos de la corteza occipital (visual), temporal
    auditiva, y parietal (táctil –
    cinestesica)[3].

Por su parte Tsvetkova (1972, 1988), sostiene que la
base de este tipo de afasia, se relaciona con tres tipos
de mecanismos diferentes. Uno de ellos se relaciona con la
alteración de la memoria operativa, el otro con la
alteración, -principalmente la disminución-, de
volumen de la llamada percepción acústico
y finalmente de un tercer mecanismo que altera la
representación de las imágenes objetales.
De igual manera, se observa en este tipo de afasia una
ausencia o enajenación del sentido de las palabras, debido
a la incomprensión del sentido oculto del texto,
además de una alteración de la denominación
de los objetos, presencia de parafasias[4]verbales
y otras alteraciones del lenguaje.

El otro tipo de afasia reconocido en población
adulta la Afasia de Broca, que como ya se ha
visto, puede interpretarse como la incapacidad que tienen los
individuos para transmitir ideas de lenguaje en cualquiera de sus
formas -lectura, escritura, impresa y hablada-, se produce por
lesión de la circunvolución frontal inferior
(área de Broca) izquierda y áreas
adyacentes. Se caracteriza por la casi imposibilidad para
articular y el empleo de frases cortas (habla
telegráfica),
que son producidas con gran esfuerzo y
aprosodia, es decir, con la desaparición absoluta
de los elementos melódicos y rítmicos del lenguaje
(Sánchez y Rodríguez, 1998, pág., 96). La
afasia de Broca, por lo tanto, se caracteriza por ser una afasia
no fluida (o de tartamudeo), afectando la fluidez y la
organización temporal normales del habla,
caracterizándose por la ocurrencia frecuente de uno o
más de los siguientes fenómenos:

a. Repeticiones de sonidos y sílabas.

b. Prolongaciones de sonidos.

c. Interjecciones.

d. Palabras fragmentadas (por ejemplo, pausas dentro de
una palabra).

e. Bloqueos audibles o silenciosos (pausas en el
habla).

f. Circunloquios (sustituciones de palabras para evitar
palabras problemáticas).

g. Palabras producidas con un exceso de tensión
física.

h. Repeticiones de palabras monosilábicas (por
ejemplo: yo-yo-yo le veo).

Un paciente con afasia de Broca puede decir,
"caminar perro", pero en realidad está tratando
de decir que sacará al perro de paseo. La misma
oración también podría significar:
"¿usted saca al perro a caminar?", o "el
perro salió caminando al patio",
dependiendo de las
circunstancias. También suelen estar alteradas la lectura
(alexia) y la escritura (agrafía). En
esta afasia, la comprensión es mejor que la
expresión, aunque ésta puede estar alterada en
distintos grados. Debido a ello, los sujetos pueden ser
conscientes de sus dificultades y pueden sufrir paralelamente
trastornos en su estado de ánimo, debido a sus problemas
de lenguaje. Según Freeman et al. (1984),
eventualmente con ayuda de terapia adecuada, un cierto
número de estos pacientes aprenden a utilizar palabras
siempre y cuando exista un output verbal. Cuando se
produce a muy temprana edad y debido a lo primitivo de la
construcción de las frases, se generan trastornos del
aprendizaje que dan lugar, por lo tanto, a un retraso grave en la
adquisición del lenguaje verbal y no verbal.

En el estudio realizado por Bastiaanse y Van Zooneveld
(2005), se reconoce la notoria dificultad que tienen los
pacientes con este tipo de afasia en la producción de
verbos y por lo tanto de la lógica de las acciones en la
frase normal. En este sentido, las afasias afectan de modo
significativo la emisión de discurso y tienen una
relación importante con la memoria. El objetivo
básico del presente artículo, es la revisión
del uso del análisis del
discurso
[5]en poblaciones especiales,
principalmente en afásicos. El discurso, como ya se dijo,
implica o requiere recursos de la memoria de trabajo (MT),
al mismo tiempo que se apoya en el recuerdo de información
de la memoria a largo plazo (MLP). . El análisis
del material discursivo, puede arrojar luces sobre la
relación entre ésta afectación y la memoria,
el tipo de memoria denominado por Luria (1986), verbal
operativa,
que afecta directamente al lenguaje.

Partes: 1, 2

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