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El campo murciano en la red global (España)



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    El campo murciano en la red global –
    Monografias.com

    El campo murciano en la red
    global

    Resumen:

    En este trabajo el objeto de análisis
    es la composición y factores coadyuvantes de la agricultura
    intensiva en la Región de Murcia como parte de la ruralidad
    murciana. Se ponen en relación los fenómenos globales
    relacionados con la agricultura, con los procesos de cambio y
    adaptaciones que se producen en territorios concretos como
    Murcia. Comienzo exponiendo cuál era la situación de la
    agricultura murciana antes de la incorporación de
    España a la Unión Europea y de la adhesión a la
    PAC, a continuación hago un breve recorrido sobre las
    diferentes PAC implementadas a lo largo de los últimos
    cincuenta años, pongo sobre la mesa cuáles fueron las
    restricciones que sufrieron ciertos productos en la
    incorporación al mercado europeo, y cómo ésta
    marcó la tendencia comercial y por lo tanto productiva en el
    sector agrícola murciano.

    La parte central de este trabajo es el
    análisis del proceso de trabajo de la producción
    hortofrutícola, y del producto en fresco, así como el
    uso en dicho proceso de las divisiones que se fraguan en las
    relaciones sociales de sexo– género y de etnia, y su
    funcionalidad para abastecer a bajo coste a los mercados europeos
    de productos agrarios frescos.

    Palabras clave:
    Glocalización, división social del trabajo,
    postfordismo, economía informacional, PAC.

    ABSTRACT: In this paper is object of
    analysis the composition and contributing factors of intensive
    agriculture in the Region of Murcia as part of rurality. Are put
    in relation global phenomena related to agriculture, with the
    processes of change and adaptation that occur on specific areas
    such as Murcia. Start exposing what was the situation of
    agriculture in Murcia before incorporation of Spain into the
    European Union and the adherence to the CAP, then do a quick tour
    on the various CAP implemented over the last fifty years, I put
    on the table what were the restrictions suffered by certain
    products in the European market incorporation, and how it set the
    commercial trend and therefore productively in the agricultural
    sector .

    The central part of this work is the
    analysis of the working process of fruit and vegetable
    production, and fresh product, as well as use in the process of
    the divisions that are lurking in the social relations of sex,
    gender and ethnicity, its functionality to supply low cost to
    European markets fresh agricultural products.

    Keywords: Glocalization,
    social division of labor, postfordism, informational economy,
    PAC.

    1.
    Antecedentes.

    Para comprender cómo y porqué fue
    posible llegar a la intensificación de trabajo agrícola
    que ha marcado tanto la sociedad murciana, debemos remontarnos a
    la crisis de la vieja agricultura que comienza en los años
    50 del siglo pasado con la modernización. En aquel momento
    la economía española se había empezado a abrir al
    mercado mundial, y el país jugó con el sector
    económico con el que se había sostenido hasta ese
    momento que era la agricultura, aunque aplicando una serie de
    transformaciones para hacer posible el desarrollo, que se
    asumió como ideal incuestionable.

    En primer lugar se introdujeron nuevas
    formas de producción que implicaban el uso de máquinas
    diversas, lo cual en muchos casos eliminó mano de obra
    campesina que tuvo que dedicarse a otros sectores en auge como la
    industria y el turismo. Con esta mecanización de las tareas
    agrícolas comenzó una nueva forma de articulación
    sectorial la cual situó a la agricultura en una
    situación de mayor dependencia respecto al resto de sectores
    económicos. Sin embargo éste sector continuaba siendo
    clave para la economía nacional y mucho más para la
    Región de Murcia.

    Todos estos elementos llevaron a la crisis
    de la sociedad agraria tradicional.

    La respuesta de la agricultura murciana a
    la crisis de la agricultura tradicional no fue homogénea ya
    que en esta región se practicaban muy diversos tipos de
    agricultura, por lo que López Ortiz la llama "La
    región promiscua
    ". Esta diversidad se debe al acusado
    contraste entre los sistemas intensivos y extensivos que a su vez
    venían determinados por las posibilidades de riego los
    cuales, como veremos más adelante, tienen una importancia
    fundamental para comprender las diferencias entre la agricultura
    de este territorio y la de otros como Andalucía, así
    como las ventajas e inconvenientes que estas características
    particulares conllevan.

    Entre los años 50 y los 70 del siglo
    pasado se produjo una redistribución de la tierra según
    el régimen de tenencia. Muchos aparceros no pudieron hacer
    frente a los costes de la mecanización por lo que emigraron
    a la ciudad y empezaron a dedicarse a otros sectores, de esta
    forma comenzaron a predominar las tierras explotadas en
    régimen de propiedad, lo cual se produjo mayoritariamente en
    tierras de regadío ocupadas por cultivos intensivos. Las
    grandes explotaciones se parcelaron y constituyeron como
    explotaciones más pequeñas para intensificar y
    diversificar los cultivos.

    Hasta los años 70 se produjo un
    crecimiento lento de la población rural murciana que se
    aceleró a partir de esa época debido a un fuerte
    crecimiento vegetativo (altas tasas de natalidad, y bajas tasas
    de mortalidad). La emigración a la ciudad supuso en el
    ámbito rural un freno para el rápido auge
    demográfico. Esta emigración se debió sobre todo a
    la mejora del nivel de vida en las áreas industrializadas, y
    a la expulsión de población rural que la
    modernización tecnológica de la agricultura había
    inutilizado como mano de obra.

    De esta forma entre los años 50 y 70
    se configuraron dos tipos de comarcas: aquellas que tenían
    altas expectativas de desarrollo económico y que por tanto
    atraían una mayor concentración poblacional, y aquellas
    otras que tenían menos expectativas de desarrollo
    económico y que sufrían una menor concentración
    poblacional. Observamos por lo tanto que el desarrollo
    económico estaba asociado a una actividad dinámica del
    sector industrial, así como a la parte del sector agrario
    que se dedicaba a la exportación agrícola y el que se
    estaba transformando en agroindustria.

    También empezaba a cobrar importancia
    en esta época el sector turístico, constituyéndose
    como un nuevo foco de ocupación laboral. Según la
    distribución e impacto de estos tres ejes de desarrollo
    articulados, se conformaban núcleos territoriales de mayor o
    menor crecimiento socioeconómico.

    En líneas generales podemos afirmar
    que se daba una primacía de la ciudad sobre el campo, del
    regadío sobre el secano y de las modernas actividades sobre
    los sectores tradicionales (López Ortiz, 1999).

    En cuanto al mercado de trabajo, aunque la
    población rural murciana disminuyó lo hizo en menor
    medida que la media nacional, ya que en esta región se
    produjo un grado medio de industrialización y existía
    la dificultad de mecanizar los cultivos de regadío, por lo
    que algunos seguían necesitando abundante mano de
    obra.

    La emigración del campo a la ciudad y
    el consiguiente traspaso de mano de obra a la industria
    provocó la pérdida de las formas tradicionales de
    producción agrícola y el encarecimiento del trabajo de
    aquellos que permanecieron en el campo. Este último hecho
    hacía que los productores prefirieran cada vez más y en
    la medida de lo posible mecanizar sus explotaciones, lo cual a la
    larga derivó en una dependencia cada vez mayor de gastos
    externos de energía, de materias primas y equipos de origen
    industrial.

    Los emigrantes eran jóvenes por lo que
    se produjo un envejecimiento de la población rural.
    También migraron más arrendatarios y aparceros que
    propietarios lo que condujo a un incremento del cultivo directo
    debido a que los mismos trabajadores eran a su vez propietarios
    de la tierra, así rentabilizaban más lo invertido,
    trabajando ellos mismos en cultivos intensivos y mecanizando
    aquellos cultivos en los que fuera posible tal aplicación.
    Las tierras de cultivo habían sido siempre minifundios, por
    lo que apenas existían grandes terratenientes como en
    Andalucía, lo cual evitaría más adelante tanta
    conflictividad como la que se dio en los campos
    andaluces.

    También se produjo una mayor
    migración de las comarcas de secano por la menor
    rentabilidad de estas tierras, y por la menor necesidad de mano
    de obra por ser cultivos extensivos, y que eran a su vez más
    fáciles de mecanizar.

    En las zonas de huerta, más que la
    mecanización, empezó a predominar la "agricultura a
    tiempo parcial".

    Los pequeños agricultores propietarios
    fueron el diferencial de la agricultura murciana con respecto a
    la andaluza, así como las estrategias que muchos de
    éstos adoptaron ante la crisis de la agricultura
    tradicional. Algunas de estas estrategias fueron la
    autoexplotación de la fuerza de trabajo sobre todo en zonas
    tradicionales de regadío donde predominaba el minifundio, la
    orientación productiva hacia la especialización
    hortofrutícola con una selección de cultivos de mayor
    rentabilidad, pluriactividad con dedicación a la agricultura
    a tiempo parcial, más otro trabajo en otros sectores, y/o
    trabajo agrario pero asalariado.

    Este trabajo asalariado produjo el paso del
    autoconsumo a la dependencia del mercado.

    Así todo el sector agrícola se
    convirtió en un eslabón imprescindible para el
    abastecimiento nacional, y cada vez más europeo, pero al
    mismo tiempo se estaba convirtiendo en un sector totalmente
    dependiente de otros. Lo cual como veremos más adelante deja
    a un sector, que es fundamental para la supervivencia, a merced
    de las mareas mercantiles. Lo cual se torna con el
    actual predominio de la economía financiera sobre la
    productiva en una crisis alimentaria a nivel mundial, y que a
    nivel local, y no sólo en esta región sino en otras
    regiones del mundo, conlleva que el trabajo en el campo se haya
    convertido en un trabajo precarizado tanto en condiciones
    laborales como salariales, estando así con medio cuerpo
    en la economía sumergida.

    A continuación explicaremos más
    detalladamente en qué consistió la modernización
    tecnológica que se dio sobre todo entre los años 60 y
    70 del siglo pasado.

    La modernización consistió en la
    aplicación de la tecnología asociada a la
    Revolución Verde, lo que llevó al sector agrícola
    a ser dependiente del sector industrial. Se abrió una brecha
    entre aquellas explotaciones y cultivos que se mecanizaron y los
    que no, así como entre los territorios en los que estas se
    encontraban situados.

    La aplicación de nuevas técnicas
    no implicó el abandono de las tradicionales sino que
    éstas fueron complementadas por las nuevas, y sólo
    sustituidas de forma parcial. Esta nueva convivencia entre lo
    nuevo y lo viejo fue la base de la diversificación de la
    producción agraria que caracteriza al conjunto de la
    región.

    Se utilizaban de forma muy extendida los
    fertilizantes minerales con la intención doble de elevar
    constantemente los rendimientos unitarios, y forzar al
    máximo el ciclo vegetativo de los cultivos.

    También se hizo un uso abusivo de
    pesticidas e insecticidas.

    En Murcia la mecanización
    presentó un diferente ritmo e intensidad en función del
    tipo de agricultura practicada. En primer lugar se mecanizaron
    las zonas de regadío intensivo, pero no todas las
    actividades por lo que se siguió necesitando abundante mano
    de obra. En los secanos la mecanización fue más
    tardía y lenta pero se generalizó a todas las
    actividades del proceso productivo, aunque con la peculiaridad de
    que era mayor el alquiler de maquinaria que su compra.

    En las zonas donde el agua escaseaba se
    implantó el riego por goteo y la construcción de
    embalses y presas.

    Los objetivos del proceso de
    modernización técnica de la agricultura fueron
    básicamente el ahorro de mano de obra en el proceso
    productivo, y la consecución de mayores rendimientos. A
    partir de aquí el fenómeno de la modernización
    adquirió diferentes formas dependiendo de: las
    características del suelo agrario, del tipo de cultivo
    implantado, del tipo de empresario al frente de la
    explotación, y de la articulación diversa entre viejas
    y nuevas formas de producir.

    Los efectos de la mecanización fueron
    un aumento importante de la productividad, de los rendimientos y
    de la producción, así como de los gastos del sector.
    También se produjo un aumento de la dependencia de la
    industria y del sector financiero, un debilitamiento del
    carácter natural de la actividad agrícola, y
    pérdida de la eficiencia energética del proceso
    agrario.

    Después de analizar estos efectos, a
    finales de los años 70 se empieza a plantear la necesidad de
    reconvertir la moderna agricultura en una agricultura integrada
    con el entorno y los recursos naturales para que se desarrolle en
    un mejor equilibrio con los mismos.

    A continuación trataremos el tema de
    la ampliación del regadío, el uso del suelo y los
    cambios en la producción, de forma que nos permita reflejar
    cómo las decisiones que a este respecto se tomaron
    acarrearon consecuencias medioambientales y sociales que han
    marcado profundamente el curso de la intensificación
    agrícola, y de la situación actual de la Región de
    Murcia.

    Las ventajas del regadío eran, por un
    lado la posibilidad de cultivar con un valor añadido
    superior a los de secano, mientras que por otro ofrecer un mayor
    potencial de reacción a los cambios de la
    demanda.

    La ampliación del regadío en esta
    Región se llevó a cabo a través de la
    instalación de motores para elevar las aguas superficiales
    de la cuenca principalmente del Rio Segura, y de las obras de
    regulación realizadas por la Confederación
    Hidrográfica de la Cuenca del rio Segura. La
    explotación a gran escala de las aguas subterráneas fue
    posible gracias al mejor conocimiento del subsuelo, que estaba
    asociado al desarrollo tecnológico impuesto por el sector
    petrolífero.

    Otro factor importante para dicha
    ampliación fue la firma del trasvase Tajo-Segura.

    De esta manera la especialización
    hortofrutícola tenía el campo sembrado para
    triunfar. En las zonas de secano ganaron protagonismo los
    viñedos y los almendros frente a los cereales y los olivos.
    En las zonas de regadío predominaron las hortalizas (tomate,
    pimiento, melón), los frutales de hueso (albaricoqueros y
    melocotoneros) y los cítricos (con una disminución del
    limonero y un aumento del naranjo).

    En este momento el cultivo
    hortofrutícola había empezado a tener mucha demanda
    interna por el alza del nivel de vida que permitía una dieta
    más variada; al mismo tiempo este cultivo estaba adquiriendo
    una importante proyección en el comercio
    exterior.

    Para concluir tenemos que recordar que fue
    en la década de los años 60 cuando se desencadenó
    de forma definitiva la crisis de la agricultura tradicional y
    cobraron auge las modernas formas de producción, esto junto
    a la apertura en los años 50 a los mercados europeos supuso
    cambios en las estructuras agrarias, el uso del suelo, la
    estructura de la población activa, y las técnicas de
    cultivo.

    Los pilares fundamentales de la
    modernización fueron la intensificación del consumo de
    fertilizantes artificiales, la masiva introducción de
    tratamientos fitosanitarios, el incremento de los índices de
    mecanización, y la mejora de los sistemas de
    riego.

    2. Contexto.

    Los cambios que se han producido en el
    sector agrícola murciano en los últimos años han
    estado directamente relacionados con fenómenos que han
    tenido lugar fuera de la región. En este caso tomaremos como
    marco de referencia la incorporación de España a la CEE
    (Comunidad Económica Europea) y en concreto la creación
    dentro de este marco europeo de la PAC (Política Agraria
    Comunitaria), para poder enlazar los sucesos que ocurrían a
    nivel europeo con los que ocurrían a nivel regional. La
    primera PAC se implantó en los años 50 del siglo
    pasado, las bases sobre las que se asentó fueron: Conseguir
    proteger la agricultura europea, crear un fuerte sistema de apoyo
    a las rentas, así como un sistema de restituciones a la
    exportación para evitar tanta dependencia de Europa del
    exterior, y la aplicación de mecanismos de intervención
    en los precios.

    Estas medidas provocaron una serie de
    efectos externos. Los más importantes fueron la excesiva
    protección de fronteras lo que dificultaba la inserción
    de los productos de otros países exportadores, y la ventaja
    cuantitativa que las ayudas a las producciones europeas le dieron
    a los productos comunitarios, esto a su vez dio lugar a mayores
    ventajas competitivas en las exportaciones mundiales, lo cual
    hizo caer los precios mundiales de dichos productos.

    Debido a esta situación de
    tensión comercial entre países tuvo lugar la Ronda de
    Uruguay (1986-1994) en la cual se debatieron cuestiones
    fundamentales como la eliminación de los obstáculos a
    las importaciones, la aplicación de una mayor disciplina en
    la concesión de subvenciones a la agricultura, así como
    la reducción del uso de productos fitosanitarios por los
    efectos nocivos que estos generaban tanto a nivel medioambiental
    (suelos, cultivos, agua) como en la salud de los
    consumidores.

    Los resultados de esta reunión fueron
    fructíferos ya que condujeron a la Reforma Mc Sharry en
    1992. Con esta reforma la PAC cambió el enfoque, pasando de
    la fijación productivista al énfasis ruralista y
    multifuncional, lo cual choca frontalmente con el objetivo que
    continuó siendo mejorar la competitividad del sector
    agrícola orientándolo hacia el mercado. Se apostó
    a partir de ese momento por potenciar el desarrollo del mundo
    rural, la protección del medio ambiente y la creación
    de ayudas a aquellos sectores agrarios que sufrieran problemas
    específicos.

    Para conseguir esto se tomaron medidas
    concretas como la reducción de los precios de mercado, el
    abandono parcial de tierras de cultivo eliminando las
    subvenciones a la producción y fijándolas a la
    superficie (lo cual a largo plazo trajo también
    inconvenientes como que dichas subvenciones recayeran en grandes
    terratenientes que en la mayoría de casos no
    reinvertían en mejorar las producciones), en último
    lugar se transformó el sistema de protección variable
    para las importaciones en un régimen de derechos de aduanas
    fijos.

    Los resultados de esta segunda reforma
    fueron diversos pero en líneas generales podemos apuntar que
    el proteccionismo europeo se siguió dando, aunque el sistema
    de ayudas no ligadas a la producción desembocó en la
    entrada en la UE (Unión Europea) de productos procedentes de
    terceros países.

    A pesar de todo, la presión exterior
    se sigue sintiendo debido a la situación de inseguridad
    alimentaria global, que se traduce en que muchos países
    necesitarían aumentar la producción para garantizar la
    alimentación básica para sobrevivir. Dicha presión
    se manifestó en la Ronda de Doha convocado por la OMC,
    aunque ésta no dio resultados concretos sí sirvió
    para poner sobre la mesa el problema de la inseguridad
    alimentaria global, que estaba mostrando su cara más dura en
    muchos países africano y en otros tantos
    latinoamericanos.

    En la actualidad y desde hace un par de
    años Dacian Ciolos, comisario europeo de agricultura, en
    colaboración con otros expertos, e incluso revisando
    informes de resultados del programa LEADER y por lo tanto,
    teniendo en cuenta, aunque de forma indirecta, las opiniones
    sobre resultados de los GAP (Grupos de Acción Local) y de
    los actores locales que en ellos participaron y participan, ha
    estado revisando la segunda PAC. Con la intención de mejorar
    los efectos indeseados de esta última se está
    elaborando la que se consagrará en 2013 como la tercera PAC,
    y que abarcará hasta 2020.

    Los objetivos principales de esta nueva PAC
    son conseguir una producción alimentaria viable,
    contribuyendo a mejorar la renta de los agricultores, la
    competitividad del sector, y compensando a las zonas agrarias
    más desfavorecidas.

    Por otro lado también se pretende un
    desarrollo territorial equilibrado a través de la
    creación de políticas de apoyo al empleo rural y al
    mantenimiento de la población rural, al mismo tiempo que se
    intentará mejorar la economía rural promocionando la
    diversificación sectorial y permitiendo la diversidad
    estructural de los sistemas agrícolas (y no forzando la
    intensificación de ciertos cultivos).

    En último término y
    transversalmente a los objetivos anteriores se luchará por
    una gestión sostenible de los recursos naturales con el
    fomento de la producción agroecológica y estableciendo
    acciones de combate contra el cambio climático.

    A través de este breve y conciso
    recorrido histórico de la PAC he pretendido conformar el
    marco contextual que facilite la comprensión de los
    fenómenos y medidas concretas adoptadas en la Región de
    Murcia, y los cuales explicitaré y explicaré a
    continuación.

    3. Aplicaciones de la 1ª y
    la 2ª PAC.

    La adhesión de España a la CEE
    supuso una gran oportunidad de desarrollo económico para la
    Región de Murcia ya que ésta contaba desde antes de
    1986 con un fuerte sector agrario, y sobre todo una gran
    tradición en el subsector agrícola. Para las fechas de
    la incorporación Murcia ya destacaba en el conjunto nacional
    por tener un amplio beneficio con las exportaciones de aquellos
    cultivos en los que se había empezado a especializar, como
    era el sector de frutas, hortalizas y el de la ganadería de
    porcino.

    Martínez Fernández (1987) nos
    habla de que ya en aquel momento el estudio de las exportaciones
    de productos agrarios y alimentarios en Murcia presenta cuatro
    características fundamentales:

    – Mientras que el saldo de la balanza
    comercial exterior murciana global es deficitario, el relativo
    a estos productos es positivo.

    – Las exportaciones agroalimentarias
    suponen la mayor parte de las exportaciones totales de
    Murcia.

    – De estas exportaciones hay un predominio
    casi absoluto de productos hortofrutícolas en fresco
    y conservas vegetales.

    – El destino de las exportaciones agrarias
    y alimentarias muestra un elevado grado de
    concentración espacial hacia la CEE
    fundamentalmente a Francia, Alemania y Reino Unido.

    En 1985 se establecieron una serie de
    condiciones para la adhesión de España. En el caso de
    la Región de Murcia, y de los sectores en los que esta
    región estaba especializada se impusieron para frutas y
    hortalizas frescas un periodo de transición de diez
    años dividido en dos fases (Jiménez, M.
    2002):

    – La primera denominada de
    verificación de convergencia comenzó el 1 de Marzo de
    1986 y terminó el 31 de Diciembre de
    1989.

    – La segunda estuvo comprendida entre el 1
    de Enero de 1990 y el 31 de Diciembre de 1995.

    En este momento la PAC creó una serie
    de fondos como el FEOGA- sección garantía, el FEOGA-
    orientación, el FEDER y el FSE que tuvieron una importante
    influencia en el sector agrario murciano, y en el paso a una
    agricultura murciana competitiva, y capaz de adaptarse a las
    demandas de los consumidores; característica, esta
    última, que marcará el cambio tecnológico y
    organizacional de la agricultura industrial murciana
    (Pedreño, A. 1998), y la inserción en un tipo de
    economía postfordista e informacional (Pedreño, A.
    2001).

    Éstas son algunas de las condiciones
    que tuvo que afrontar la agricultura intensiva murciana, que es
    el caso particular que aquí quiero tratar. A pesar de las
    barreras en las fases de incorporación, la agroindustria
    murciana supo sacar partido a la nueva situación y en pocas
    décadas creó un sistema empresarial en el sector
    hortícola que trajo grandes beneficios económicos a la
    vez que produjo el empeoramiento de las condiciones laborales de
    los trabajadores que se encuentran en las primeras fases de la
    producción.

    Las estrategias concretas que se tomaron
    frente a las medidas de las diferentes PAC, fueron diversas
    según sí la explotación era intensiva o extensiva,
    pero podemos decir que en aquel momento quienes más se
    beneficiaron de la incorporación fueron aquellos que se
    dedicaban a la agricultura intensiva. Dentro de éstos
    destacaron los que se especializaron en los productos perecederos
    o "en fresco" porque era y sigue siendo lo que mayor demanda
    tiene para el comercio exterior. Para poder realizar un
    análisis en profundidad de dichas estrategias tenemos que
    explicar primero qué tipo de proceso de trabajo se lleva a
    cabo en los campos murcianos, para poder justificar que ciertos
    productores sean más competitivos qué otros, y
    cómo aquellos que no son tan competitivos, bien porque no
    tienen una estructura empresarial como la de las grandes empresas
    productoras- comercializadoras, o bien porque se dedican a otro
    tipo de cultivo, han adoptado medidas alternativas como la
    producción de ecológico.

    En este artículo trataremos el
    "producto en fresco" porque este ha sido el polo innovador en el
    que se ha basado la agricultura industrial murciana para obtener
    una cuota en los mercados de exportación. Esta
    especialización de ciertos territorios es acorde totalmente
    con la lógica de la globalización y de la economía
    informacional, ya que esta creación de polos productivos en
    lo agrícola se produce en diferentes zonas del mundo, como
    por ejemplo Brasil.

    La producción agrícola se ha ido
    convirtiendo cada vez más en una actividad totalmente
    racionalizada y estandarizada, casi al modo fordista
    (Pedreño Cánovas, A. 1998). A pesar de todo, esta
    "nueva agricultura" reproduce las viejas pautas de eventualidad y
    máxima flexibilidad que han caracterizado a los mercados de
    trabajo agrícolas, lo cual demuestra que aunque se ha
    producido una profunda reestructuración productiva de la
    agricultura, ciertas prácticas laborales tradicionales
    permanecen, probablemente, por su funcionalidad para la
    satisfacción a bajo coste de las nuevas demandas de los
    consumidores, y de los mercados.

    Las formas de producción de la
    agricultura salarial murciana requieren de una abundante mano de
    obra, a la vez que se intentan reducir los costes laborales para
    ser más competitivas, y se produce con calidad. Esto es
    posible por el uso de una mano de obra socialmente
    vulnerable.

    Uno de los avances más importante que
    se han conseguido con la racionalización del trabajo
    agrícola es la creación de un ciclo anual. La
    estacionalidad no se ha eliminado por completo, lo que ahora
    sucede es que existen temporadas altas y otras bajas, y este
    continúa siendo el rasgo diferencial de este proceso de
    trabajo con respecto a una industria de automóviles o a una
    refinería.

    De esta manera se crea un proceso de
    trabajo en el que es necesaria una mano de obra que realice un
    trabajo jornalero intensivo (a jornal o a destajo según la
    época), y con bajos salarios. Para comprender las
    características de esta mano de obra es fundamental acudir
    al ámbito de la reproducción social como un proceso
    externo e independiente de la producción, que está
    articulado por el género y la etnia como relaciones
    sociales. (Pedreño Cánovas, A. 1998).

    A continuación explicaremos como se
    realiza el trabajo en el campo tomando como caso representativo
    para nuestra argumentación el de la horticultura intensiva
    estudiado por Andrés Pedreño Cánovas
    (1998).

    Es la cuadrilla o grupo de obreros quien
    lleva a cabo el trabajo agrícola en el campo. Cuando se
    introdujeron las tecnologías de carácter fordista
    durante el proceso de modernización al que ya hicimos
    mención en otro apartado se produce una transformación
    desde la cuadrilla manual "autoorganizada" y cuya
    cualificación depende de la capacidad grupal de sincronizar
    las diversas tareas al máximo, a la cuadrilla "mecanizada"
    donde la tecnología impone el ritmo de trabajo, descualifica
    las tareas y rompe las complejas tramas grupales que siempre han
    caracterizado a las cuadrillas "manuales" (Pedreño,
    1998:27).

    La cualificación de la cuadrilla no
    depende de cada individuo sino que se construye grupalmente, a
    través de la sincronización que alcancen entre todos,
    para lo cual es imprescindible que entre los miembros exista una
    fuerte cohesión en el trabajo. El individuo aprende
    practicando en el grupo y a través de la transmisión
    oral de las destrezas, y así crean estrategias para ejercer
    el control sobre su trabajo y sobre la relación de empleo.
    Esta cualificación es fundamental cuando las empresas
    necesitan cuadrillas de destajistas para una recolección
    rápida, ya sea por exigencias del mercado o ya sea porque el
    cultivo ha madurado de golpe. En el trabajo "a destajo" el sueldo
    es más alto que "a jornal" y no se paga individualmente sino
    al conjunto de la cuadrilla.

    El capataz o "cabezalero" es quien dirige
    directamente el trabajo de la cuadrilla sobre todo cuando es "a
    jornal", porque en este caso el sueldo es individual, por horas y
    por lo tanto el interés porque el trabajo salga rápido
    es menor por parte de los trabajadores, ya que cuantas más
    horas echen más cobran. Este encargado o capataz funciona
    para la empresa como una subcontrata, lo cual supone una
    práctica de descentralización de las tareas manuales.
    Así los trabajadores tienen una relación muy débil
    e informal con la empresa para la que trabajan.

    Otra característica de la
    descentralización es el uso de las plataformas recolectoras-
    embolsadoras, que se constituyen como factorías ambulantes,
    dispersas y en movimiento por los campos.

    En el mismo sentido el autor apunta que:
    "La gestión empresarial del trabajo ha seguido una
    tendencia hacia el fomento del individualismo competitivo, sin
    tener en cuenta que la cuadrilla desarrolla grupalmente los
    ritmos de trabajo y la cualificación. De esta forma se ha
    buscado un orden productivo que no dependa de las capacidades
    autoorganizativas de los trabajadores, a través de salarios
    calculados en base a la hora trabajada y de técnicas de
    control de rendimientos de carácter tayloriano…

    (Pedreño, A. 1998:31-32).

    Las nuevas tecnologías de
    recolección y plantación que se están insertando
    en la horticultura intensiva están modificando las
    relaciones y formas de trabajo de las cuadrillas, en el sentido
    de una descualificación del trabajo. Con las maquinas
    cosechadoras- embolsadoras la lógica del fordismo se ha
    aplicado en la agricultura industrial, ya que estas
    tecnologías responden a una serie de principios
    organizativos como el de la determinación tecnológica
    del ritmo de trabajo, el trabajo repetitivo y monótono, la
    parcelación del trabajo, y el trabajo en línea.
    Gracias a estos principios organizacionales que subyacen
    a estas tecnologías, la mano de obra funciona como un
    apéndice mecánico de las mismas, y así empieza la
    descualificación.

    Pedreño trata en este artículo la
    influencia de la cuestión del género y la etnia en la
    organización social del trabajo de la agricultura
    industrial. Dichos factores me parecen esenciales para comprender
    fenómenos que vienen de la reproducción social y se
    perpetúan en otros ámbitos como el laboral. Citando a
    Narotzky (1988), este autor recuerda que el trabajo femenino
    desde la concepción patriarcal ha sido visto como una "ayuda
    familiar", y que guiadas por esta representación social
    muchas mujeres se han dedicado a sectores del mercado secundario,
    que implican empleos precarios, informales y estacionales. Las
    mujeres critican poco este tipo de empleos porque para ellas lo
    principal es que éstos les permitan seguir desarrollando el
    trabajo doméstico. A partir de aquí Pedreño afirma
    que: "Una mano de obra construida socialmente en función
    de las categorías de género se muestra altamente
    atractiva para las exigencias de flexibilidad que la agricultura
    industrial murciana requiere".
    (Pedreño, A.
    1998:37).

    Las empresas agrícolas establecen una
    división funcional del trabajo entre las tareas de
    planificación, concepción, control y
    administración por un lado, y por otro el trabajo manual de
    campo (cultivo y recolección) y de manipulado. Las mujeres
    se concentran en la mayoría de casos en este último
    tipo de actividades que además se caracterizan por su
    eventualidad, flexibilidad contractual, salario a jornal,
    inestabilidad e intensa movilidad; mientras que en el primer tipo
    de actividades los contratos suelen ser fijos, los salarios
    más altos, y hay una mayor estabilidad ocupacional.
    Así, la empresa agrícola se sostiene sobre una
    discriminación de género derivada de una
    caracterización patriarcal de la organización funcional
    del trabajo, y sobre una diferenciación salarial que asume
    la concepción social del trabajo femenino como "ayuda
    familiar".

    Esta división social del trabajo es
    aceptada tanto por hombres como por mujeres, aunque estas
    últimas lo aceptan siempre que les sirve para consolidar su
    presencia en el mercado de trabajo frente a los hombres, como
    estrategia de definición de un espacio de trabajo que les
    sea propio.

    A continuación trataremos el papel
    fundamental que los inmigrantes cumplen al igual que las mujeres
    como mano de obra, muy productiva pero a bajo coste por las
    condiciones de precariedad laboral, en el proceso de la
    producción agrícola intensiva.

    El proceso de expansión de la
    agricultura industrial está íntimamente ligado a la
    llegada masiva de inmigrantes, sobre todo marroquís en el
    caso murciano, a partir de principios de los noventa. Se estaba
    construyendo un mercado de trabajadores inmigrantes. Dicha
    creación se nos presenta como la solución al proceso
    migratorio que es visto como anterior, aunque en realidad este
    proceso migratorio tiene unas condiciones causales
    previas.

    En primer lugar la agricultura industrial
    requiere una alta disponibilidad de fuerza de trabajo, lo que
    conduce a los trabajadores inmigrantes a un proceso de
    sedentarización en aquellas zonas agrarias donde las
    orientaciones productivas dominantes garantizan cierta
    estabilidad a lo largo del ciclo productivo, esto en palabras de
    Martínez Veiga ha generado "un mercado pseudointerno de
    trabajo" que excluye a otros trabajadores que no forman parte del
    grupo étnico dominante en dicho trabajo.

    En la Región de Murcia este
    fenómeno se dio en la comarca del Campo de Cartagena con la
    horticultura intensiva, en la comarca del Rio Segura y del
    Nordeste con los cítricos y los frutales de hueso, en el
    Valle del Guadalentín con la horticultura intensiva, y en la
    zona tomatera de Mazarrón y Águilas.

    En segundo lugar tenemos un factor
    histórico y causal que precipita la llegada de trabajadores
    inmigrantes a los campos murcianos, que es la enorme
    expansión que experimenta la horticultura en los años
    ochenta en Murcia. Dicha expansión se ve limitada por la
    falta de mano de obra autóctona ya que las condiciones
    laborales en aquel momento no incentivaban a la población
    local.

    Se produjo entonces un movimiento de los
    obreros del campo, con importantes movilizaciones para la
    consecución de incrementos salariales y derechos laborales.
    El uso que hicieron las empresas agrícolas de mano de obra
    marroquí paralizó el proceso, de esta forma las
    empresas estaban adoptando una estrategia para mantener los bajos
    costes de producción colaborando y haciendo más
    profunda la desregularización del trabajo
    agrícola.

    Sólo las grandes empresas que
    aseguraban cierta estabilidad y derechos laborales eran vistas
    como deseables por los trabajadores autóctonos, de tal forma
    que los inmigrantes empezaron a trabajar en explotaciones en
    régimen familiar donde la relación salarial estaba
    absolutamente desregularizada, lo cual transforma a este tipo de
    explotación en pequeña empresa capitalista con
    trabajadores asalariados.

    La regulación de las relaciones
    laborales que caracteriza a las grandes empresas
    cultivadoras-comercializadoras, y la necesidad de una cantidad
    abundante de mano de obra que no podría haberse suplido
    únicamente con trabajadores inmigrantes, han constituido las
    plantillas de estas empresas con mano de obra autóctona
    mayoritariamente, pero atravesado por la división social de
    género mencionada anteriormente. De esta manera las empresas
    se garantizan un suministro constante y seguro de mano de obra
    local y de los pueblos regionales a través de su sistema de
    movilidad en autobuses, siendo contratados inmigrantes cuando la
    mano de obra local no es suficiente para cubrir las necesidades
    productivas.

    En tercer lugar, dicha incorporación a
    las explotaciones familiares de mano de obra inmigrante genera un
    desplazamiento de las mujeres, pasando de realizar tareas como la
    plantación y la recolección a realizar labores de
    manipulado del producto en almacenes.

    En cuarto lugar hemos de advertir que toda
    esta desregularización y discriminación laboral no
    hubiera sido posible sin la legislación que en los ochenta
    facilitó que dichos inmigrantes solamente pudieran ser
    legales si tenían un contrato de trabajo, con lo cual el
    Estado en una de sus ya muchas donaciones de competencias y
    pérdidas de legitimidad, cede el control de un ámbito
    más a los poderes económicos, satisfaciendo así
    constantemente las necesidades del mercado. Así finalmente
    podemos decir que es la dinámica de mercado la que
    condiciona quién será y quién no,
    ciudadano.

    "La vulnerabilidad de la mano de obra
    inmigrante está marcada por su condición de
    ciudadanía débil y por la dependencia del empresario o
    encargado para la firma de precontratos. Por estos motivos los
    inmigrantes están, por un lado, desarrollando unas vigorosas
    cualificaciones en el trabajo agrícola, con cuadrillas bien
    organizadas y coordinadas que alcanzan ritmos ágiles de
    trabajo. Pero, por otro lado, su estatus vulnerable determina una
    mano de obra incapaz de valorizar esa cualificación para
    influir sobre sus condiciones de trabajo y empleo. De esta forma
    las unidades productivas están obteniendo una mano de obra
    cualificada, disciplinada y a bajo precio".
    (Pedreño,
    1998).

    4. Murcia-Europa, carretera del
    fresco.

    La agricultura que predomina hoy en
    día es denominada por algunos autores como postfordista, y
    ésta además de usar nuevos productos agrícolas e
    innovaciones tecnológicas, se caracteriza por haber creado
    nuevas formas de organización de la producción. A
    continuación analizaremos las diferentes estrategias de
    competitividad de las empresas agrícolas frente a unos
    mercados en los que predomina cada vez más una fuerte
    segmentación e incertidumbre comercial, y cómo los
    territorios se han ido conectando hasta la interdependencia a
    través de un entramado de redes empresariales.

    El mundo empresarial murciano ha adoptado
    una serie de estrategias de dirección y organización
    empresarial que le han permitido integrarse en el nuevo orden
    global e informacional. La ruralidad agroindustrial murciana
    se configura según una lógica integración de lo
    global y lo local, y para ello ha desarrollado una serie de
    "nudos de la red", inéditos en el mundo rural hasta
    hoy.
    (Pedreño, 2001:3).

    Nos encontramos hoy en día en un
    contexto de integración acelerada entre la producción,
    la elaboración y la comercialización de alimentos, y es
    sólo dentro de éste donde podemos comprender las zonas
    rurales agroindustriales o agroalimentarias como unos espacios de
    concentración de los distintos tipos de producción
    agraria. Estas zonas rurales agroindustriales forman parte de
    entornos geográficos caracterizados por conglomerados de
    pequeñas ciudades rodeados de regiones rurales. Para
    Pedreño esta definición de zonas rurales
    agroindustriales sólo toma en cuenta los aspectos
    endógenos de las mismas, mientras que para él lo
    específico de un "territorio de producción en fresco"
    es que sólo se explica insertándolo en las redes
    globales de producción y distribución, momento en el
    cual aparecen los aspectos y elementos exógenos.

    De esta manera se observa que la ventaja
    competitiva en los mercados actuales ya no sólo se obtiene a
    través del doble juego territorial: de la
    multiplicación de filiales extranjeras y por tanto del
    crecimiento externo por un lado, mientras que por otro se
    establecen alianzas y subcontrataciones a nivel local. Sino que
    además, hay que tener en cuenta factores como la ventaja
    tecnológica, y la que otorga una variada capacidad de
    reacción que dependerá directamente del tipo de
    organización de la empresa. De este modo la "empresa-red"
    presentando las características de la economía
    informacional es la fórmula organizacional más
    competitiva actualmente. Flexibilidad e innovación son los
    elementos claves de este tipo de empresas.

    Partes: 1, 2

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