Monografias.com > Lengua y Literatura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La comunicación como fundamento de la historicidad de la lingüística



Partes: 1, 2

  1. La
    historicidad de la lingüística antes de la
    escritura
  2. Historicidad de la lingüística a
    partir de la comunicación escrita
  3. Historicidad de la lingüística
    contemporánea
  4. Bibliografía

De entrada, es importante señalar la
relación entre lenguaje, comunicación y
lingüística. Solo así es posible entender que
la comunicación es el fundamento de la historicidad de la
lingüística.

Los lingüistas están de acuerdo en la
definición de "lenguaje" como facultad o capacidad de los
seres humanos comunicarse. Así, por ejemplo, De Saussure,
F. (1983: 75-76) lo concibe como una facultad dada por la
naturaleza para articular palabras; Martinet, A. (1972: 13) lo
explica como institución humana; para Coseriu, E. (1999:
265) es una actividad humana universal; y, Niño R., V.
(2007: 61) lo entiende como facultad humana mediante la cual se
adquiere o desarrolla una o varias lenguas naturales. Y esto solo
por mencionar algunos, ya que es la misma concepción de
Gabelentz, Chomsky, Van Dijk y Cassany.

La comunicación, en tanto, es el acto mediante el
cual los seres humanos transmiten informaciones. De forma similar
la define Abraham, W. (1981: 109); como intercambio de
informaciones, y Niño R., V. (Op. Cit.: 39) la explica
como proceso mediante el cual dos o más personas comparten
una misma información o una misma experiencia.

La vinculación lenguaje, comunicación y
lingüística obedece a la concepción de esta
última como disciplina científica que estudia el
lenguaje. Para Martinet, A. (Op. Cit.: 11), es el estudio
científico del lenguaje humano. Y, De Saussure, F. (Op.
Cit.: 74) aclara sus dos dimensiones: individual y social, en
franca alusión al habla y a la lengua.

En fin, como la lingüística estudia el
lenguaje, y éste es la capacidad humana de comunicarse;
entonces, es posible asumir, como de hecho se asume, que el
fundamento de la historicidad de la lingüística es la
comunicación, tanto oral como escrita.

De igual importancia, es necesario establecer la
relación entre los términos historia e
historicidad; y de paso, entre historia de la
lingüística e historicidad de la
lingüística. Es que un asunto es la narración
de los acontecimientos ocurridos en un tiempo y en un espacio
determinados (historia); y otro, es el estudio analítico y
crítico de tales sucesos (historicidad).

La historia de la lingüística consiste,
precisamente, en narrar los fenómenos
lingüísticos dados a través del tiempo en
diferentes lugares. En tanto, la historicidad de la
lingüística va más allá de contar esos
hechos; los analiza, describe, explica y critica.

Ahora bien, esos fenómenos
lingüísticos objetos de los estudios de la
historicidad de la lingüística se dan en la
comunicación humana, y no fuera de la actividad mediante
la cual se transmiten informaciones. De esto se trata, del
análisis reflexivo de los acontecimientos estrictamente
vinculados con la lingüística.

Este esfuerzo investigativo considera tres grandes
apartados: I. La historicidad de la lingüística antes
de la escritura, II. Historicidad de la lingüística a
partir de la comunicación escrita, y III. Historicidad de
la lingüística contemporánea. Todo esto, con
la finalidad de destacar la comunicación como el eje
central y transversal de los fenómenos
lingüísticos.

La historicidad
de la lingüística antes de la
escritura

Este período es denominado por todos los
estudiosos con el nombre de "prehistoria"; un término
problemático e imposible porque significa,
etimológicamente, antes de la historia. Y, antes de la
historia lo que hay es más historias, tal vez no
escritas.

Según Rodríguez, N. (2012: 1-2) este
tiempo llega hasta el 4,000 a. C. cuando surge la escritura.
Aunque es necesario señalar que no se da el mismo proceso
en todas partes o a nivel del mundo conocido. De ahí que
él destaca tres acontecimientos importantes:

1. El origen misterioso del lenguaje en el ser
humano.

2. Carencias de elementos lógicos y valores
conceptuales de los "lenguajes primitivos".

3. La palabra como creadora del mundo.

El primer caso es entendible porque los evolucionistas,
como el caso de Nelson Rodríguez y José Luís
Mendivil, no tienen argumentos para explicar el paso del grito al
chillido, al gesto y hasta a la palabra articulada. Por eso le
llaman misterioso. Sin embargo, en el caso de los creacionistas,
considerando los documentos antiguos como relevantes para la
demostración de las cosas, como los encontrados en
Mesopotamia, Egipto, Babilonia, China e India, el problema queda
resuelto con lo mencionado en el libro bíblico y hebreo
del Génesis en torno a la capacidad de los primeros seres
humanos para comunicarse.

El segundo punto es el más importante, porque se
designaban las cosas con términos específicos. Se
carecía de términos generales y ambiguos. Es decir,
entre la designación y el objeto existía una
íntima vinculación o correspondencia.

Ya en el tercer asunto, la comunicación oral,
aunque en convivencia con los inicios de la forma escrita, es la
protagonista de los mitos en torno a los orígenes de las
cosas. Las historias se transmiten de forma hablada de
generación en generación.

Historicidad de
la lingüística a partir de la comunicación
escrita

Rodríguez, N. (Op. Cit.: 2) entiende la escritura
como el logro más significativo en la evolución
humana. Para él, los sumerios (4,000 a.C. – 2,400 a.C.)
inventaron la escritura. Esto representa la adquisición de
una herramienta útil para el estudio del lenguaje y un
avance en la tarea de la comunicación.

En cuanto a la invención de la escritura,
Niño R., V. (Op. Cit.: 88) la dimensiona con aspecto
colectivo y le da el "puesto de primeros y mejores
lingüistas" a quienes la inventaron.

El mismo Rodríguez, N. (Op. Cit.: 4-15) expone
los aportes de los pueblos primitivos a la historicidad de la
lingüística, que aquí se asumen como
fundamentos de la comunicación escrita. También,
Rull G., C. (s/f) los confirma parcialmente hasta la edad media.
En forma sintetizada son los siguientes:

* Edad Antigua (4,000 a.C. – 476 d.C.):

– La comunicación como producto
divino:

  • Mesopotamia:

– La invención de la escritura (3,500 a.C.) por
parte de los sumerios (4,000 a.C. – 2,400 a.C.) representó
un paso de avance para la comunicación; ya que, a partir
de esta forma gráfica se preservan los conocimientos para
su posterior transmisión.

– El código de Hammurabi (1,760 a.C.).
Unificó todas las leyes mesopotámicas en el primer
imperio babilónico (2,000 a.C. – 1,595 a.C.). Esto
significó una forma de comunicación de la
reglamentación jurídica para una amplia
población de lugares y culturas diferentes; es decir,
unificación idiomática a través de las
normas.

– El sistema cuneiforme -forma de cuña- (3,000
a.C.); poseedor de un gran número de símbolos
ideográficos. Da a la comunicación un conjunto de
signos con significados distintivos capaces de combinarse para la
transmisión de un mensaje.

  • Egipto:

– Expresión de cada idea por una palabra
específica. Tanto la comunicación oral como la
escrita se perfeccionan con el uso de términos
específicos para cada cosa.

Universidad "La casa de la vida". Allí se
aprendía el significado de los jeroglíficos (3,300
a.C.). Aseguró la continuidad de la forma escrita de la
comunicación a través de unos signos cargados de
significados, capaces de expresar ideas.

  • Hebreos (gentes de lejana procedencia):

– El documento antiguo de mayor valor: LA BIBLIA,
contiene escritos sagrados, históricos, literarios y
jurídicos. Señala la capacidad comunicativa de los
primeros seres humanos. Lleva intrínseca su versión
de las historias de la lengua, de la lingüística y de
la comunicación.

  • Fenicios:

– Perfeccionamiento y divulgación del alfabeto
inventado por los pueblos de Canaán y Sinaí (1,850
a.C.). Es necesario señalar aquí que todo el
conocedor de la Biblia sabe que se trata de los hebreos. En
cuanto a la historicidad de la lingüística,
representa una mayor cobertura de comunicación entre los
pueblos de esas zonas.

– La comunicación como reflejo de la
realidad:

  • Hindúes o Indios:

– Los libros sagrados Vedas (2,000 a.C. – 1,000 a.C.):
son himnos que muestran las diferentes apariencias de las cosas;
predican la idea del orden y la rectitud. Una demostración
de la comunicación lingüística de este
pueblo.

  • La escuela Upansabs -Siglos XX (1,900 a.C.) – X (900
    a.C.)-:

– Los primeros en hablar de la palabra en la
civilización hindú. También fueron los
primeros en realizar estudios hermenéuticos. Es decir,
pioneros en análisis metalingüísticos y
textuales.

  • Escuela Carvaka (Siglo VIII a.C -700
    a.C.-):

– Adagios y expresiones lógicas de Carvaka. Esto
representa las dos esferas de la comunicación (oral y
escrita); al tiempo de implicar cierto nivel de conocimiento de
la lengua para sus entendimientos e interpretaciones.

  • Escuela Narada {Siglos X (900 a.C.) – VII a.C. -600
    a.C.)}:

– Pluralidad del sentido de las palabras; eran entes
vagos y ambiguos que perjudicaban la comunicación de la
esencia de las cosas con el mundo. Es decir, ya los
términos dejan de ser específicos y pasan a tener
multiplicidad. Esto implica, ahora, la consideración del
contexto comunicativo.

  • Escuela Mimamsa (Siglo VII a.C. -600
    a.C.-):

– Defensores del naturalismo del lenguaje:
palabra-significado.

– Representantes como Prabhakara y Kumarila
entendían la relación palabra-significado como
natural, eterno y divino.

– Los primeros en hablar de los universales
"lingüísticos".

Viene a ser la primera institución dedicada al
estudio de la comunicación lingüística. O sea,
un avance significativo en cuanto al estudio del
lenguaje.

  • La escuela Nyaya (Siglos VI a.C. -500 a. C.- al V a.
    C. -400 a. C.-):

– Defensores del convencionalismo del
lenguaje.

– Panini (450 a.C.) es su representante máximo.
Gramático que recopiló toda la tradición
oral de su pueblo. Creador de la primera gramática
normativa. Trabajó las raíces, afijos, inflexiones,
sustantivos y verbos. Clasificó los sonidos de la lengua
según punto y modo de articulación.

Las opiniones de esta escuela, en particular de Panini,
se imponen en todo el transcurrir de la lingüística.
Sus ideas aún son consideradas en la
actualidad.

  • China:

– Primeros esbozos de escritura en inscripciones
oraculares sencillas (Siglo XI a. C. -1,000 a. C.-) durante la
dinastía Shang. Otra manifestación acerca de la
comunicación escrita de los pueblos antiguos.

  • Escuela Taoísta:

– Según Lao-Tsé (600 a. C.) el nombre
inmutable no puede ser definido (esto es similar a la
opinión bíblica del nombre de Dios). Para
él, el Tao es el "camino, luz, verbo, palabra,
comunicación y expresión". También relaciona
el nombre con la esencia del ser nominado de manera directa. O
sea, establece diferencias entre sustantivos mutables e
inmutables, definidos e indefinidos.

– Para Zhuang Zi (Siglo IV a. C. -300 a. C.-) las
palabras utilizadas solo representan a los seres finitos y sus
cualidades. Una exageración en torno a la
concepción de las cosas infinitas como algo imposible de
explicitarse con términos algunos.

– Mo Di (479 a. C. – 381 a. C.) propone la pureza de los
términos y la disipación de las ambigüedades;
así como las relaciones entre las palabras y las
realidades. Un ejemplo vivo de que nunca van a faltar aquellos
que defiendan la "pureza del idioma"; quienes provocan más
males que bienes a la lengua y a los estudios
lingüísticos por querer imponer normas
dogmáticas y permanentes.

  • Escuela Confucionista:

– Confucio (552 a. C. – 479 a. C.) copiló y
divulgó los cinco libros sagrados (Jing) de la China: Shin
Jing (Poesía), Shu Jing (Historia), Li Jing (Ritos), Yo
Jing (Música) y Yi Jing (Adivinación/mutaciones).
Relacionó la terminología con la lógica. Su
exégesis textual consistió en "buscar detrás
de la letra de los textos la idea profunda y oculta". Es decir,
acumula una rica tradición de la cultura china en
documentos escritos y se dedica al análisis del discurso
de forma científica (incluso lingüística a
pesar de no existir como ciencia todavía).

– Para Xun Zi (300 a. C. – 220 a. C.) los nombres se
deben a reglas objetivas aunque sus significados obedezcan las
convenciones sociales. Además, tales denominaciones daban
a cada ser su puesto en el mundo.

  • Escuela de los Nombres (Ming Jia):

– Especialistas en el arte del discurso y en los
problemas de la lógica.

– Hui shi (Siglo III a. C. -200 a. C.-): trabajó
la inconsistencia de las ideas sobre los conceptos a partir de
paradojas.

– Gong Sun Long (320 a. C. – 250 a. C.). Se
concentró en la rectificación de los nombres al
tratar que a cada realidad correspondiera un término bien
definido.

Hui shi y Sun Long representan dos paradigmas diferentes
de la misma escuela. Uno ve la facilidad con las que cambian las
designaciones; y otro, la importancia de asignar un nombre
definido y definitivo a cada cosa.

  • Grecia:

  • Presocráticos:

Los pensadores griegos anteriores a Sócrates se
concentraron en la explicación del principio generador de
todas las cosas. Entre éstos, relacionados con el estudio
del lenguaje, están:

– Pitágoras de Samos (580 a. C. – 500 a. C.).
Concibió el número por encima de las palabras y
principio de todo lo existente, caracterizado por sus
múltiples significados.

Para Pitágoras de Samos el número es el
símbolo por excelencia. Es una concepción extrema
del signo y su multiplicidad.

– Jenofanes de Colofón (580 a. C. – 490 a. C.).
Vio el lenguaje como un juego de las convenciones de una sociedad
específica. Entendió el lenguaje como lengua de una
comunidad determinada. Para él, los acuerdos
tácitos e implícitos de la comunicación
lingüísticas son diferentes según la
sociedad.

– Zenón de Elea (495 a. C. – 430 a. C.).
Explicó los peligros del lenguaje común por la
multiplicidad en los sentidos de las palabras.

Para Zenón de Elea los términos propios de
la lengua común poseían los problemas de tener
varios significados. Está característica provoca,
en pensamiento de este señor, dificultades para el
entendimiento de un mensaje.

– Parménides de Elea (540 a. C. – 470 a. C.).
Convencionalista para quien la inexplicabilidad del ser implica
ver las palabras como asuntos ilusorios. Revive la
discusión entre naturalismo y convencionalismo del
lenguaje. De ahí que entiende que las palabras son entes
pasajeros que pueden variar de un lugar a otro, de una
época a otra.

  • Escuela del Devenir y el Cambio:

Heráclito de Éfeso (535 a. C. – 465 a.
C.). Planteó la propuesta del estudio del antónimo
de cualquier palabra como resultado de su concepción
filosófica de la lucha de contrarios y la
multiplicidad.

– Demócrito de Abdera (460 a. C. – 370 a. C.).
Profundizó la convencionalidad del lenguaje con sus
estudios de homonimia, heteronimia y analogías de los
nombres.

Estos representantes de la escuela del devenir y el
cambio realizan un aporte significativo a los estudios
lingüísticos al denominar ciertos fenómenos de
la realidad comunicativa con los nombres de antónimos,
homónimos, heterónimos y analogías.
Aún en la actualidad mantienen esas
conceptualizaciones.

  • Sofistas:

Filósofos especializados en el discurso.
Exhibían buen dominio de los conocimientos gramaticales,
lexicográficos, sintácticos, estilísticos,
literarios y retóricos. Es decir, el fundamento de su
estilo de vida era la palabra. Entre ellos:

– Protágoras de Abdera (480 a. C. – 410 a. C.).
Explicó la posibilidad dual de un discurso; es decir, las
formas positiva y negativa; la expresión adecuada o no de
un asunto mediante la expresión oral o escrita dependiendo
de las palabras empleadas.

– Georgías de Leontini (480 a. C. – 372 a.
C.).Demostró la imposibilidad de los nombres para
comunicar el conocimiento de las cosas. Entendía la
diversidad entre nombres y cosas. Se destacó por su
estudio de la sinonimia.

De Leontini suma la sinonimia a los estudios
lingüísticos. De paso, realiza un aporte en materia
de producción de discurso en provecho de la
estética de la comunicación.

  • Socráticos:

Con el nombre de "socráticos" se denominó
a Sócrates y sus discípulos. Entre éstos se
destacan, además del maestro, Platón y
Aristóteles. Niño R., V. (Op. Cit.: 88-89) resalta
la importante tarea de estos pensadores de sentar las bases de la
gramática con casos como las relaciones entre pensamiento
y palabra y la polémica entre analogía y
anomalía. Así, por ejemplo, da relevancia a los
aportes de Platón en sus diálogos de "Cratilo", su
concepción naturalista del lenguaje (teoría
physei); contrario a los realizados por Sócrates,
Aristóteles y otros que creían en la arbitrariedad
o convencionalidad (teoría thesei).

Rodriguez, N. (Op. Cit.: 10) se refiere a ellos en
términos similares y añade el hecho de
Sócrates (469 a. C. – 399 a. C.) ver la inducción,
a través de su "mayéutica", como el medio o
instrumento perfecto para la formación de nuevos conceptos
y definiciones; que Platón (427 a. C. – 347 a. C.), en el
"Cratilo", evidencia la estrecha vinculación de la palabra
con la naturaleza de las cosas; y que Aristóteles (384 a.
C. – 322 a. C.) postuló en torno a la convencionalidad del
lenguaje al considerar los nombres signados a los objetos debido
al acuerdo tácito de una comunidad de hablantes. Es decir,
reviven la discusión iniciada por los
hindúes.

Los socráticos fueron capaces de detallar muchas
de las reglas gramaticales que han prevalecido a través de
la historia, y de explicar las categorías gramaticales
aún objetos de estudios en la actualidad.

Con la expansión del imperio griego bajo
Alejandro Magno surgen dos colonias griegas en Egipto:
Pérgamo y Alejandría, donde se destacan,
respectivamente, las escuelas de los estoicos y la de los
epicúreos. Los primeros eran naturalista y anomalistas
(las leyes del lenguaje no son del todo regulares); desglosaron
el lenguaje en tres aspectos (significante, significado y
situación); clasificaron las categorías de la
oración en primarias y secundarias; y, desarrollaron los
estudios de la fonética y la etimología. Los
segundos, en cambio, convencionalistas y analogistas (las leyes
del lenguaje son regulares y pueden ser descubiertas o descritas
por analogías).

Los estoicos continuaron los planteamientos de
Platón. Uno de ellos es Zenón el estoico (332 a.
C.- 262 a. C.) con su tesis sobre la naturaleza activa y pasiva
de lo existente que puede actuar o ser afectado por otro; de lo
contrario se considera inexistente o
incorpóreo.

Los epicúreos siguieron los lineamientos de
Aristóteles. Así, Dionisio de Tracia (100 a. C.)
con su "Gramática" concibe la lengua como un conocimiento
técnico para los escritores y declamadores; y, al mismo
tiempo, desarrolla un aporte y una avance en los estudios
etimológicos, sintácticos, literarios y
ortográficos. O como señala Niño R., V. (Op.
Cit.: 89-90), está es la gramática transmitida por
la tradición hasta la actualidad. Y, no es de menos, ya
que detalla las categorías gramaticales
formales.

En Roma continúan los estudios del lenguaje de
los griegos; y con ellos las discusiones entre anomalistas y
analogistas. Así, Marco Terencio Varrón (16 a. C. –
27 d. C.) se ubica en un "eclecticismo" al tratar de unir
analogía y anomalía cuando sustentó la
influencia de la razón, en parte; y de la costumbre, en
otra parte, al ser humano comunicarse tanto oral como escrito.
También se destacan Prisciano (300 d. C. – 390 d. C.) con
su recopilación y enseñanza de la lengua
"clásica" latina con autores del período
clásico romano; y, más tarde, Donato (400 d. C. –
¿?).

* Edad Media:

La edad media tiene como inicio la caída del
imperio romano. Se extiende desde el siglo V hasta el siglo XV:
alta edad media (476 d. C. – 1,000 d. C.) y baja edad media
(1,100 d. C. – 1,400 d. C.). En ella se continúan los
lineamientos gramaticales de los grecolatinos sin muchos cambios
al respecto.

En ese tenor, surgen dos importantes escuelas que van a
preservar la lucha entre convencionalismo y naturalismo. Una es
la "patrística", perspectiva de los padres de la iglesia
que siguen la propuesta de Platón y sostienen la
vinculación íntima entre idea y palabra. A
éstos se le denominó "realistas" por sus estudios
sobre la realidad.

Dentro de la escuela "la patrística" aparecen San
Agustín (354 – 430) con su concepción de la lengua
como conjunto de signos; y por sus estudios
morfosintácticos; y Duns Scotto (1265 – 1308) con su
concepción realista de las esencias como posteriores y
más fuertes que las divinas.

"La escolástica", movimiento intelectual surgido
de las escuelas de la iglesia, entendía la palabra como
resultado de la nominalización de las cosas
(nominalistas). Eran convencionalistas que intentaron unir la fe
y la razón. Entre sus representantes más destacados
están Santo Tomás (1225 – 1274), con el valor de
sus universales y sus implicaciones lógicas y
lingüísticas, la veracidad y falsación de los
términos y sus juegos lógicos; y Guillermo de Ockam
(1298 – 1349) con su estudio y clasificación de los
conceptos y sus análisis acerca de los
metalenguajes.

Con la patrística y la escolástica se
afianzan los análisis morfosintácticos y las
concepciones "lingüísticas", especialmente lenguaje y
lengua. Así también, avanzan en torno a los
universales "lingüísticos" como elementos similares
de los idiomas.

En la baja edad media, los estudios tienen mayor
profundización lógica. Se destacan tres grupos o
movimientos: 1. Summulae Logicales, en honor a la obra de Pedro
Hispano (1220 – 1277) con ese mismo nombre; la cual generó
el punto de partida de otras investigaciones sobre el lenguaje;
2. Los Modistae, con sus "gramáticas especulativas", que
son estudios teóricos del lenguaje interesados en las
categorías de la lengua, la significación y los
valores de veracidad como el caso de Pedro de Helia (1,100) en su
obra "Comentum"; y 3. Linguae Vulgata, movimiento que
defendió las lenguas romances o vulgares, como el sonado
ejemplo de Dante Alighieri (1265 – 1321) con "La Divina Comedia"
y "De Vulgari Elocuentia" al poner el italiano a nivel de
cualquier lengua nacional u oficial.

En la baja edad media, se profundizan las
investigaciones "lingüísticas" y se publican
diferentes normas gramaticales y obras de las lenguas
romances.

Es imprescindible mencionar el proceso y caso de los
árabes. Este pueblo de pastores, comerciantes y
asaltantes, como bien señala Rodríguez, N. (Op.
Cit.: 15), de organización tribal y creencias
politeístas, sienten la necesidad de interpretar los
textos de su libro sagrado "Al-Corán" y dando así
con los problemas esenciales del lenguaje. Entre ellos hay dos
movimientos dignos de destacar: 1. Mutazili, defensores del
convencionalismo del lenguaje; y 2. Mutakallimi, partidarios del
naturalismo; y una posición intermedia propuesta por Iman
Al-Haramayn, al distinguir el origen histórico de las
lenguas del psicológico y al proponer la convergencia de
ambos aspectos; postura esta última que luego es reforzada
por Al-Gacel (1058 – 1111) al decir que las tres intervienen en
el lenguaje. Éstos representan otro ejemplo de la
diversidad de aspectos que intervienen en el lenguaje como
capacidad humana de comunicación.

Historicidad de
la lingüística contemporánea

Coseriu, E. (Op. Cit.: 15-32) presenta una
panorámica de la lingüística "moderna" como
aquellas corrientes surgidas desde las primeras décadas
del siglo XIX hasta hoy. Explica que su actualidad es pura
apariencia porque se enfoca en las discusiones de
problemáticas superadas, algunas; y otras, dejadas de lado
en la antigüedad. De ahí sus señalamientos
siguientes:

a) Desde la Antigüedad clásica al
Renacimiento predominan los problemas de definición
relativos a la esencia del lenguaje y a las categorías de
las lenguas.

b) Durante el Renacimiento predomina la actitud
histórico-comparativa.

c) En el siglo XVIII se vuelven a plantear los temas
más antiguos como teoría y
descripción.

d) Con el siglo XIX se vuelve a la problemática
del Renacimiento en torno al interés científico en
la comparación y la historia.

e) Relevancia teórica de la
lingüística actual.

f) La lingüística actual es más
tradicional que la tradicional. Esto porque:

1. La distinción entre significante y significado
según De Saussure es la misma realizada por
Aristóteles.

2. La distinción entre lenguaje y metalenguaje
tal como lo hizo San Agustín en "De magistro".

3. La distinción entre sincronía y
diacronía se halla en los estudios de Harris.

4. La arbitrariedad del signo lingüístico es
una tradición iniciada con Aristóteles.

Algunos de esos aspectos mencionados por Coseriu ya han
sido abordados en este trabajo. Otros, a partir del Renacimiento,
aún no han sido detallados. Y, aunque el señala
como inicio de la lingüística moderna las primeras
décadas del siglo XIX es vital considerar los
fenómenos lingüísticos de los siglos XVI al
XVIII para luego caer en los siglos XIX y XX. No sin antes
recordar que todo esto trata de la comunicación como
fundamento de la historicidad de la
lingüística.

Un estudio serio en torno a la historia de la
lingüística es el de Carlos Rull García.
Él realiza un recorrido desde la Grecia clásica
hasta la Lingüística funcional. Sin embargo, para
continuar la línea cronológica del presente esbozo,
es importante sintetizar unas ideas de Niño R., V. (Op.
Cit.: 90) y de Benavides G., C. (2013) vinculadas estrechamente
con el idioma español.

Niño R., V. (Íbidem) cita:

  • "Poema del Mio Cid", 1100, eleva el castellano a un
    nivel de lengua independiente del latín y similar a
    cualquier otra lengua nacional u oficial.

  • Oficialización del castellano por mandato de
    Fernando III, el Santo, en 1240.

  • Carácter de obligatoriedad del castellano en
    los documentos públicos por orden de Alfonso X, el
    Sabio, en 1260.

  • Publicación de la primera "Gramática
    Castellana" por Elio Antonio Nebrija en 1492.

En tanto, Benavides G., C. (Op. Cit.: 135-140), al
referirse al español preclásico como la etapa de
transición entre los usos medievales y los
clásicos; entre otros asuntos, enmarca este período
entre 1384 y 1587 (siglos XIV – XVI); y puntualiza:

  • Elio Antonio de Nebrija. Iniciador de la
    investigación lingüística española.
    Redacta la primera gramática, un diccionario
    latino-romance y las primeras reglas de
    ortografía.

  • Alonso Palencia redacta el Universal Vocabulario en
    latín y romance. Primer conjunto
    lexicográfico.

  • Juan de Mena escribe "Laberinto de Fortuna" con un
    empeño latinista causante de un dislocamiento
    sintáctico.

  • Marqués de Santillana escribe "Comedia de
    Fonza y Serranillas". Se empeña en forjar una lengua
    poética lo más vecina al
    latín.

  • Alfonso Martínez de Toledo (Arcipreste de
    Talavera) principal iniciador del cultivo de la lengua
    popular y su mezcla con la expresión culta (El
    Gorbacho).

  • Fernando de Rojas escribió "La Celestina",
    1499. Máximo ejemplo de alternancia entre lo culto y
    lo artificioso.

  • Jorge Manrique es el máximo ejemplo de
    expresión elegante, pulida, no extravagante en "Coplas
    a la muerte de su padre". Incorpora a la lengua general
    cuarenta latinismo.

Y añade: "El papel dominante que España
ejerce en la Europa de los siglos XVI y XVII induce a la
publicación, en diversos países, de
gramáticas y diccionarios españoles, y algunos
bilingües como el franco-español de Jean Palet
(1604), el anglo-español de R. Percíbale (1599), y
el hispano-italiano de L. Frauziosini (1620)" (pág.
154).

En el tenor del contexto anterior, es necesario volver a
Niño R., V. (Op. Cit.: 91) al referirse a la
Gramática general y razonada de los franceses Claude
Lancelot y Antoine Aranauld (1660), con énfasis en las
relaciones lenguaje y pensamiento, lengua y razón; a los
estudio del danés Rasmus Rask (1787-1832) sobre el origen
del antiguo noruego, sienta las bases de la fonética y la
fonología comparadas; la introducción del
sánscrito a Europa por el alemán Friedrich Schlegel
en 1808, representa, más tarde, la demostración del
origen común de las lenguas indoeuropeas.

Por otro lado, Rull G., C. (s/f) destaca en el
Renacimiento (siglos XVI y XVII) las gramáticas de Antonio
de Nebrija (1492), del italiano Trissino (1529), del
portugués Oliveira (1532) y del francés Meigret
(1550). Todas con carácter normativo y de fijación
de la lengua. Además, la gramática anónima
de Lovaina, las gramáticas de Villalón y
Jiménez Patón, "Arte kastellana" de Gonzalo
Correas, "Diálogo de la Lengua" de Juan de Valdés
en torno a la distancia entre lengua oral y lengua escrita, y el
diccionario "Tesoro de la lengua castellana o española"
(1611) de Sebastián de Covarrubias. También,
"Minerva" (1587) de Francisco Sánchez de las Brozas (el
Brocense), que ejercería enorme influencia en la
lingüística racionalista de la época. Y, la
corriente más importante, la lingüística
racionalista francesa que culminaría en la "Grammaire
genérale et raisonnée de Port Royal" (1660). Esto
evidencia la divulgación y mayor comprensión de los
asuntos lingüísticos.

Acerca de la Ilustración (siglo XVIII), Rull G.,
C. (Op. Cit.) resalta la polémica entre empirismo y
racionalismo. Aquí menciona dos gramáticos
trascendentales: el francés Condillac, quien rompe toda
relación entre concepto y referente, entre signo y objeto;
y James Harris con la publicación de "Hermes" (1751), una
historia de la gramática (primera en su género) con
un modelo y un criterio científico.

En la lingüística del siglo XIX, Rull
menciona algunos trabajos precursores de la nueva
lingüística que nacería en el siglo XX: los de
William Withney, formuló la teoría de la lengua
como conjunto arbitrario de signos; los de Baudanin de Curtenay,
ideó el concepto de fonema como equivalente
psíquico del sonido; Meillet, creador de la
Lingüística general; Vossler, precursor de las
perspectivas psicológicas e idealistas.

Ya en cuanto al siglo XX, Rull cita textualmente: El
curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure
se publica en 1916. Y la lingüística cambia para
siempre. Como volvera a hacerlo en 1957, cuando Chomsky publique
"Estructuras Sintácticas"…En la década de los
setenta, un nuevo punto de vista genera una nueva rama de la
lingüística con una perspectiva más funcional
y aplicada gracias a los trabajos de M. A. K. Halliday, de la que
se derivarán la lingüística critica (Fowler,
Hodge, Kress) y el análisis del discurso, todas ellas
estrechamente asociadas a las corrientes pragmáticas
iniciadas también en los 60 por los estudios de Austin y
Searle. En estas últimas décadas, gracias al
desarrollo tecnológico e informático, cobran
también enorme fuerza la lingüística
computacional y la lingüística de corpus.

Ya en forma de conclusión, es importante
señalar el acuerdo tácito en torno a la
consideración de Ferdinand De Saussure (1857-1913) como el
iniciador de la lingüística moderna con la
publicación del "Curso de Lingüística General"
en 1916 por sus discípulos Charles Bally y Albert
Sechehaye; a partir de esto se asume el estudio sincrónico
de la lengua. Esto a pesar de ser señalado como imitador
de las ideas de Gabelentz. Además, en base a las
conceptualizaciones dadas en dicha obra, surge el estructuralismo
con tres escuelas de trascendencia:

  • Círculo lingüístico de Praga:
    creada en 1928 por Mathesius y consolidada en La Haya en 1928
    con el manifiesto del I Congreso Internacional de
    Lingüística. Representantes: Karceskij,
    Trubetzkoy y Jacobson. Para ellos la la lengua tiene un fin:
    la comunicación. Conocidos también como
    funcionalista.

  • Círculo lingüístico de
    Copenhague: se desarrolló a partir de la
    publicación de "Acta lingüística" (1939).
    Liderada por Louis Hjelmslev (1899-1965) cuya obra
    "Fundamentos de un teoría del lenguaje"
    (prolegómenos) sienta las bases de la denominada
    "glosemática". Se destacan Bröndall, Uldall y
    Togeby.

  • Estructuralismo Americano:

  • Lingüística Antropológica:
    estudios sobre las lenguas aborígenes realizados en
    los años 20 y 30 del siglo XX por Franz Boas
    (1858-1939) y seguidos por Lee-Worf y Edward Sapire
    (1884-1939, "El Lenguaje"), basados en análisis de las
    estructuras fonético-fonológicas del
    lenguaje.

  • Lingüística Descriptiva:
    aparición de los trabajos de Leonard Bloomfield
    (1887-1949, "Language"); de Zellig Harris y Charles Hockett,
    para quienes el signo es una respuesta a un estímulo
    (E–R), al estilo de Vygotsky; y la estructura de la lengua
    en dos subsistemas: centrales (fonológicos y
    morfológicos) y periféricos (fonéticos y
    semánticos).

Por último, más relacionado con la
lingüística actual, están la gramática
generativa transformacional (GGT) de Chomsky y la
textolingüística con su representante principal Teun
Van Dijk.

Niño R., V. (Op. Cit.: 106-107) habla de la GGT.
Y como ya se mencionó al citar a Rull, señala que
está fue fundada en 1957 por el norteamericano Noam
Chomsky al pretender llevar el análisis
lingüístico a su máximo rigor
científico. Surge mas como una reacción al
estructuralismo; por eso propone el método
hipotético-deductivo fundamentado en las formulaciones de
reglas operativas y explicativas de procesos. Introduce la
orientación explicativa buscando la máxima
representación del fenómeno del lenguaje. Plantea y
define los conceptos "competencia lingüística"
(conocimiento intuitivo de la lengua nativa por parte de cada
hablante-oyente nativo adulto y normal) y "actuación
lingüística" (uso individual de cada lengua).
Distingue dos estructura de toda oración gramatical:
profunda o latente, dada por la intencionalidad; y superficial,
transformación y actualización en la emisión
y recepción de la organización
sintáctica.

En palabras de Coseriu, E. (Op. Cit.: 156) el
estructuralismo es método analítico centrado en las
composiciones de las lenguas; en tanto, la gramática
transformacional es método de síntesis con
énfasis en la forma de hablar por medio de las lenguas.
Esto implica que para el estructuralismo la unidad básica
sea el elemento diferencial mínimo de forma o de
función, mientras que para la GGT es la oración
como unidad gramatical en el discurso. "El estructuralismo
identifica la descripción con el análisis y
descuida la producción de oraciones, mientras la
gramática transformacional identifica la
descripción con la presentación de reglas de
producción…" (pág. 184).

A partir de la problemática entre
estructuralistas y generativistas, la lingüística
empieza a nutrirse de los diferentes estudios necesarios para el
conocimiento y dominio de una lengua. Son éstos quienes
van identificando, cada cual desde su perspectiva, las unidades
fundamentales de los diversos análisis.

De la GGT de Chomsky surge una gramática
generativa semanticista propuesta por sus exdiscípulos G.
Lakoff y McCawley (1970). Consiste en la consideración del
componente semántico, en contraste con el
sintáctico, como el que genera las transformaciones. Para
éstos, la estructura profunda requiere para su
análisis ciertos conceptos relacionados a respuestas
sociolingüísticas (quién, qué, con
qué, dónde, etc.).

En cuanto a la textolingüística, Niño
R., V. (Op. Cit.: 110-111) la dimensiona como una
superación del análisis lingüístico
tradicional. Ésta nueva perspectiva, sustentada por los
alemanes Rieser, Petöfi, Weinreich y Schmidt, y por el
holandés Teun E. Van Dijk, considera el texto como objeto
del análisis. Entiéndase este último como
producto del discurso; y éste a su vez, como proceso o
discurrir del pensamiento. A propósito, la
pragmática, con su enfoque en la acción resultante
del uso de la lengua, empezó como parte de tal
gramática textual; asunto mejor abordado por Maingueneau,
D. (2008: 99, 79 y 81) cuando define la lingüística
textual (1960-1970) como la disciplina cuyo objeto es la
textualidad, es decir, las propiedades de cohesión y de
coherencia de un texto, y la pragmática como la
concepción del lenguaje y de la comunicación
opuesta al estructuralismo que pone en primer plano la fuerza de
los signos, el carácter activo del lenguaje, su
reflexividad fundamental y su dimensión
jurídica.

La lingüística textual y la
pragmática permiten deducir los enfoques y estrategias
para la enseñanza y aprendizaje de una lengua. Es decir,
partir de situaciones comunicativas reales, auxiliarse de un
texto, realizar diversos análisis y considerar ciertas
reglas gramaticales.

En síntesis, la lingüística deja de
ser especulación para pasar, a través del tiempo, a
ser la ciencia encargada del estudio de la capacidad de los seres
humanos comunicarse (oral y escrita). Y, en la actualidad, ese
acto comunicativo es más sofisticado en la parte
gráfica y más complejo en la parte acústica.
De ahí el interés por la lengua en uso, desde el
enfoque funcional textual y comunicativo. Es, precisamente, el
objeto de la historicidad de la lingüística (no
sólo el fenómeno como tal sino también su
descripción, explicación y
crítica).

Bibliografía

Abraham, W. (1981). Diccionario de
Terminología Lingüística Actual.

Versión española de Francisco Meno Blanco. Madrid,
España: Editorial Gredos, S. A.

Benavides G., C. (2013). Fundamentos de Historia de
la Lengua Española.
Segunda edición. Santo
Domingo, República Dominicana: Soto Impresora S.
A.

Cassany, D. (1989). Describir el Escribir.
Cómo se aprende a escribir
. Traducción de Pepa
Comas. Barcelona, España: Editorial Paidos.

Coseriu, E. (1999). Lecciones de
Lingüística General
. Versión
española de José Ma. Azáceta y García
de Albéniz. Segunda edición. Madrid, España:
Editorial Gredos, S. A.

De Sausure, F. (1983). Curso de
Lingüística General
. Traducción de Amado
Alonso. Madrid, España: Alianza Editorial.

Martinet, A. (1972). Elementos de
Lingüística General
. Versión
española de Julio Colonge Ruíz. Segunda
edición revisada. Madrid, España: Editorial Gredos,
S. A.

Mendivil Giró, J. (s.f.).
Lingüística histórica y teoría de
la evolución: semejanzas, diferencias e
implicaciones
. Recuperado el 30 de julio de 2013 en
www.academia.edu.

Mingueneau, Dominique (2008). Términos Clave
del Análisis del Discurso.
Traducción de Paula
Mahler. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Nueva
Visión.

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter