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Comunicación como herramienta de inclusión y participación social



  1. La
    génesis.
  2. Aprendizajes del
    primer intento
  3. Otros aprendizajes
    del segundo intento

Experiencia del Grupo demanos, nodo de Granma de
la red Cubana de Educadoras y Educadores Populares que anima el
CMMLK, respecto a la formación de actores sociales, el
acompañamiento y articulación de acciones
comunitarias e institucionales, en donde la comunicación
es más que acto de informar y labor de los medios de
prensa, sino proceso complejo pero hermoso, de apropiación
de herramientas, responsabilidad y compromiso social, en la ardua
pero necesaria labor de estimular la participación, la
inclusión social y el desarrollo local
sustentable.

… Yo también me lo pregunto
siempre.Porque ella está en el horizonte.Y si yo camino
dos pasos,ella se aleja dos pasos.Y si yo me acerco diez
pasos,ella se coloca diez pasos más
allá.¿Para qué sirve la utopía?Para
eso sirve,para caminar.

MARIO BENEDETTI

La
génesis.

"Eso es un sueño de los tuyos…" –me
dijo Alfredo dubitativo, mientras le explicaba la idea que
había surgido durante un debate en la oficina que, por en
esa época, ocupaba en Bayamo la sede de
ACSUR[1]en Cuba.

Transcurría el mes de mayo del 2006. Luego de
varios acercamientos, y algún que otro trabajo concreto,
Eva Fernández (representante de ACSUR en Cuba) y yo,
comenzamos a tejer sueños respecto a la formación
en herramientas para la realización audiovisual
participativa, partiendo de vivencias anteriores de esa
organización en otros países.

Debo confesar que aquello me resultaba casi tan
extraño o poco posible, como al propio Alfredo y a otros
colegas de la CNC TV Granma, con quienes compartí la idea
de integrar una especie de "equipo asesor", para conjuntamente
con una especialista de ACSUR que estaba radicada en la sede de
Bolivia, hacer un Taller de realización audiovisual
participativa para personas de tres comunidades con las que se
trabaja en ese momento en Bayamo[2]

Lo extraño o poco posible no era hacer el taller
en sí, sino que lograran salir productos comunicativos
concretos con personas de comunidades rurales, sin destreza en el
manejo de cámaras, sonido, luces, mucho menos respecto al
lenguaje audiovisual, y algunas de ellas muy poco conocimiento en
computación, y que nuestro papel fuera sólo el de
asesorarles y ayudarles a apropiarse del lenguaje y las
herramientas comunicativas.

"Verás que vamos a terminar haciendo el
guión, la cámara, editando…"
–decían los colegas. Pero llegó el mes de
julio y con él Laura, la colega de ACSUR Bolivia. Con ella
compartimos nuestra especie de escepticismo. Ella, con una voz
dulce y segura, primero interrogó: "¿Ustedes
trabajan en una televisión comunitaria? ¿Por
qué dudan de que las personas que no sean profesionales
puedan en poco tiempo hacer algo así?". Sólo nos
miramos…

En ese momento no entendimos mucho. Tampoco
teníamos argumentos para explicar mejor nuestras dudas.
Simple y felizmente, nos dejamos arrastrar por aquella especie de
aventura comunicativa.

El taller.

¿A quiénes teníamos en el taller? A
la divulgadora del Ministerio de la Agricultura en Granma, a una
trabajadora social y una estudiante de magisterio de la comunidad
Santa Isabel, a una maestra y un joven de San Rafael, y a dos
jóvenes de Corojal. Por nuestra parte, lo que
parecía la "artillería pesada", dos periodistas, un
camarógrafo y un editor, todos "profesionales" del
medio.

Comenzó el taller. Presentaciones por
aquí, debate por allá, conceptos y lecturas por
otro lado, muestras de videos, más debate… Todo
bien de momento. Nosotros asombrados de cómo
dialogábamos, nos entendíamos, cada uno con su
manera de decir y hacer, pero nos poníamos de acuerdo.
Avanzábamos. Entramos en materia más "gorda".
Pensar en video. Concebir una idea, un tema, una historia de cada
una de las comunidades. Recrearla, profundizar en ella,
investigarla un poco aunque no había mucho tiempo,
¿cómo hacer un guión? Debate, algunas
precisiones. Ya había tres guiones sobre la mesa. Mucho
más asombro por nuestra parte y la incredulidad iba dando
paso a la motivación y al trabajo en equipo.

Ahora un poco más de profundidad.
¿Cómo hacer un plan de producción? Se hizo.
Comenzaron como a jugar con la cámara, a hacer sus
primeras grabaciones. Luego debatimos sobre planos, encuadre,
fotografía, movimientos, luces, sonido. Otro ejercicio de
grabación. Buenos resultados. Ya estábamos
más que motivados. Ya se estaba creando. Pues a grabar la
historia del guión que cada equipo, uno por comunidad, se
había pensado.

Ya nada parecía imposible. Cuando vimos la
pasión con la que se rotaban la cámara, el sonido,
cómo debatían en el equipo sobre la mejor forma de
obtener el encuadre y atrapar el concepto. A nosotros sólo
nos preguntaban alguna que otra duda, eran dueños de su
creación. Al visionar lo que cada equipo grabó,
sabíamos que el resultado final sería
positivo.

Aprender a manejar el Software para editar (Adobe
Premiere), al inicio fue complejo pues existían lagunas en
el manejo de la PC. Al final de la tarde, ya utilizaban las
aplicaciones fundamentales, dominaban las reglas básicas
para el montaje y la posproducción y comenzaron a editar
cada historia. Entrada la noche, estaban listos los materiales y
a primera hora de la mañana, pulieron los detalles,
perfilaron los sonidos y la infografía… y a
presentar.

Las obras.

El público que asistió al estreno
(representantes de las instituciones y comunidades en donde se
trabajaba, realizadoras y realizadores de la TV local,
fundamentalmente), estaba tan incrédulo de que esos
materiales habían sido realizados por no profesionales y
en tan sólo una semana. Pero los hechos demostraban cada
hora de arduo trabajo en equipo, desde el concepto hasta la
práctica.

No habían pasado dos semanas y el primero de los
videos se publicó en la CNC TV Granma, luego, el otro y el
otro, y se repitieron en más de una
ocasión.

"Vi unos videos sobre un campesino en Santa Isabel que
criaba conejos, otro sobre el problema del agua en Corojal, y el
de un niño que pasaba tremendo trabajo para llegar a la
escuela en San Rafael… -me dijo un televidente habitual-,
pregunté en la televisión y me dijeron que
tú estabas en esos proyectos… ¿tú
estás trabajando ahora con Televisión
Serrana?"

La analogía, salvando las distancias y el
magnífico nivel de realización de profesionales de
TV Serrana[3]la acogí como un gran
reconocimiento, sobre todo para aquellas mujeres y hombres que
hicieron los materiales. Era la afirmación de que en poco
tiempo de trabajo, si hay voluntad y compromiso, sí se
puede lograr que actores comunitarios se apropien de herramientas
y las utilicen para descubrir sus temas, reflejar y reflejarse,
para sensibilizar, transformar… sencillamente, los tres
videos, tenían contenido y forma, lenguaje audiovisual,
tenían sentido, belleza, mejor aún,
comunicaban.

Aprendizajes del
primer intento

Una profunda reflexión personal y grupal
siguió al estreno de los videos. Realizar un audiovisual y
difundirlo en la TV local, ya no era privativo de los
profesionales que en ella laboran. Actores comunitarios
podían apropiarse de estas herramientas y producir sus
propios contenidos.

No obstante, aprendimos mucho más que confiar en
las personas y sus motivaciones. Asimilamos errores que no
debían repetirse: después de esos videos, el equipo
de personas formadas no produjo ningún otro material, no
supimos darle seguimiento, no contábamos con la
tecnología para hacer sustentable esa experiencia, se
requería de una formación no sólo
técnica, sino conceptual, política. Se precisaba
sensibilizar más a los actores sobre su realidad y
compromisos comunitarios, a las organizaciones e instituciones de
su entorno. Se precisaba mejor articulación con la TV
Local para que intentara aprovechar esos resultados en pos de su
trabajo cotidiano.

Necesitamos formar más allá de la
producción audiovisual. Si se apropiaron de herramientas
para la producción de videos, ¿cómo no iba
ser posible la gestión de soportes impresos o una radio
base, por ejemplo? Era necesario evitar que el resultado sea
sólo el producto en sí, sino motivar el proceso
creativo de implicación comunitaria, de
participación y transformación social, que estimule
o dinamice el resto de los procesos de la comunidad.

Madurando una idea, ya no tan inverosímil.
Experiencia del Convenio de Soberanía
Alimentaria.

Del 2007 al 2012 se ejecutó en Cuba el proyecto
de colaboración internacional "Convenio de
soberanía alimentaria y desarrollo
local"[4]. Este fue un proyecto revolucionario en
muchos sentidos de la concepción que se tenía a
hasta ese entonces del trabajo de la cooperación en
Cuba.

Aunque no se obtuvieron todos los resultados esperados,
sí fue estimulante ver que el trabajo articulado e
integral de varias organizaciones, gestionando en y con las
comunidades y sus actores sociales, sus problemáticas y
potencialidades, favoreció la cantidad, diversidad y
calidad de alimentos y el autoabastecimiento local; se
dinamizaron los procesos socioculturales; mejoraron los servicios
básicos; se trabajó con intensidad en generar
fuentes de empleo, mejorar la equidad de género y la
prevención de riesgos y desastres; todo ello, redundando
en mejor gestión del desarrollo comunitario en sentido
general. Pero un eje estratégico de trabajo, que
constituyó un gran aprendizaje y resultados para quienes
planificamos, ejecutamos y participamos del Convenio, fue el Eje
de Comunicación.

La idea.

Basándonos en los aprendizajes del Taller
audiovisual participativo del año anterior, cuando a
finales de 2007 y principio de 2008, hicimos el
diagnóstico y la planificación del Convenio, lo
referido a la comunicación se vio como un proceso
complejo, integral y transversal a todo el programa
previsto.

Se pretendía hacer más que la habitual
demanda de visibilidad de los proyectos de cooperación
(calendarios, carteles, plegables, agendas, pullovers, pegatinas
y vallas con el nombre del proyecto y logotipos de financistas y
contrapartes, etc…). Era necesario trabajar hacia el
interior y exterior de la estructura de gestión del
proyecto, mirar hacia y desde las comunidades con las que
trabajaríamos, conocer la visión de sus actores;
también estimular el vínculo con los medios de
prensa (reportajes y artículos puntuales sobre impactos
del proyecto); favorecer procesos comunicativos integrales que
apoyaran el desarrollo local en sentido general, mediante la
formación, intercambios, articulación,
producción propia, y materialización de
campañas de sensibilización y educación,
entre otras acciones.

El diagnóstico.

Como no teníamos referentes anteriores sobre el
tipo de trabajo tan abarcador que pretendíamos hacer, se
sintetizaron e integraron instrumentos y procedimientos conocidos
para la recogida de información en los tres ámbitos
de la comunicación: público (estudios de
público y recepción de los medios de prensa
tradicionales en cada territorio); organizacional
(estrategias y acciones para los públicos internos y
externos en las organizaciones participantes, estudios de flujos
y canales de información, gestión de prensa y
vínculos con las comunidades y sus estructuras); y
comunitario, (identificación de actores sociales,
caracterización básica de relaciones de
comunicación a nivel interpersonal, intra e intergrupal,
institucional y social, espacios y canales habitualmente
empleados en la comunidad, incluyendo los medios de prensa,
demandas o temas, y existencia o interés por desarrollar
soportes endógenos y vincularse con los medios de
prensa).

Para realizar este trabajo, fue preciso primero
identificar a ciertos actores que pudieran ser facilitadoras y
facilitadores del proceso, tanto en la estructura de
gestión del proyecto, en las organizaciones con las que
trabajábamos, los medios de prensa y en las comunidades.
Con este (llamémosle "equipo primario"), hicimos una
autoformación teórica, política y
técnica sobre el tipo de comunicación que
queríamos impulsar, los fundamentos de la soberanía
alimentaria, el desarrollo local sustentable y las lógicas
de la cooperación internacional. En esta fase, fue
decisivo el programa de formación del CMMLK y la
FEPAD[5]que conformamos en Bayamo; y más
que listas y listos, diría que nos atrevimos a incursionar
en una tarea romántica, pero aterrizada.

Respetando siempre la intención descentralizada y
participativa que nos planteamos, aunque no libre de
contradicciones, barreras y hasta retrocesos, pero al final
siempre avances, encaramos un diagnóstico integral, que si
bien nos tomó tiempo sincronizar, unificar, procesar y
sintetizar la abundante información, el resultado
superó con creces la expectativa inicial del
equipo.

En síntesis, este diagnóstico en las 23
comunidades estudiadas, de ocho municipios de las provincias
Mayabeque, Grama y Guantánamo, permitió conocer que
existían deficientes procesos comunicativos en la
comunidad, motivado por una insuficiente infraestructura de
comunicación, desarticulación de actores y pobre
reflejo de la realidad comunitaria.

Lo anterior se traduce en deficiente cobertura
telefónica y distribución de la prensa, problemas
con la señal de la TV local, con los giros postales y
llegada de las cartas; así como escasa integración
entre las instituciones y organizaciones que coexisten en la
comunidad, y de los propios actores sociales que deben conformar
el Grupo de Trabo Comunitario, lo que se revierte en pobre
autogestión para el desarrollo local, adicionando la
desarticulación de instituciones claves del municipio que
deben estar de conjunto con la comunidad identificando y
optimizando opciones de cambio social; por otro lado, existe poco
reflejo de los temas comunitarios en los medios de prensa, no
existen alternativas sustentables para sus procesos
comunicativos, problemas en las relaciones de comunicación
interpersonales e intragrupales, desinterés y poca
motivación, escasa participación social en la
autogestión comunitaria, y pérdida de valores
culturales, tradicionales, históricos e
identitarios.

La planificación.

Partiendo del diagnóstico se inició la
construcción de manera participativa de una Estrategia que
guiaría la gestión y que tenía
como:

Objetivo estratégico: Gestar procesos de
comunicación e información que contribuyan al
cumplimiento de los propósitos del proyecto en su
conjunto.

Objetivos específicos:

– Fortalecer las capacidades de los actores locales
(competencias profesionales y recursos) que favorezcan la
autogestión de los procesos de comunicación para un
desarrollo local sustentable.

– Desarrollar e implementar procesos, productos, medios
y servicios de comunicación e información que
faciliten las acciones del Convenio en los entornos locales y
comunitarios.

– Gestionar adecuadamente la información hacia el
interior del Convenio para su mejor funcionamiento.

– Contribuir a consolidar la imagen e identidad del
Convenio en los públicos identificados.

Los públicos eran básicamente cuatro: 1)
las personas que conformábamos los equipos gestores del
proyecto a nivel nacional, en las tres provincias y en las
comunidades; 2) el personal de las instituciones con las que se
trabajaba y las más directas con las que teníamos
que articular; 3) la población de los 23 Consejos
Populares con sus diferentes grupos etarios; y 4) la
población general de las provincias en donde
estábamos trabajando como proyecto.

Por cada público se planificaron objetivos y
acciones particulares, con sus diferencias en cada territorio
según características y contexto específico,
que permitirían alcanzar los objetivos específicos
y el general de la estrategia nacional, en tres etapas de
trabajo: introducción, profundización y
mantenimiento, y el cierre.

Todo ello orientado a cinco líneas
estratégicas de acción: 1) la formación de
los actores sociales, 2) la elaboración de productos
comunicativos y la inserción en los espacios comunitarios
y medios de prensa, 3) la gestión de la información
y el conocimiento producido por la experiencia, 4) la
visibilización de la imagen e identidad del proyecto, y 5)
la articulación de actores hacia el interior del proyecto,
en las propias comunidades donde se actuaba y entre las
organizaciones, las comunidades y los medios de
prensa.

Del dicho al hecho.

Sin lugar a dudas, la formación a los actores
sociales identificados, de conjunto con la realización de
soportes comunicativos desde la óptica de la
comunicación popular, fue el mayor y más agradable
reto, por el nivel de impacto y las satisfacciones
mostradas.

Se realizaron talleres de formación para los
actores sociales desde la concepción
político-pedagógica de la educación popular,
problematizando nuestras prácticas, además de la
formación técnica para la planificación y
concreción de procesos comunicativos a nivel institucional
y comunitario, así como la realización de soportes
impresos como boletines, carteles, plegables y sueltos; en la
parte audiovisual se formó respecto a la
realización se materiales radiales y videos
participativos, gestión de radiobases comunitarias y
cómo articular con los medios locales para insertar estos
productos en la programación habitual; así mismo,
se introdujo en todos los lugares donde fue posible, la
utilización de la WEB y las redes sociales para compartir
información a más amplios niveles.

Luego de casi dos años de intenso
aprender-haciendo, de sumar voluntades, de articular actores e
instituciones, el resultado premiaba tanto esfuerzo.

Surgieron cuatro equipos de comunicación en
comunidades e instituciones, que gestionan boletines, radiobases,
producen soportes para radio y videos que socializan en las
comunidades, instituciones, pero se transmiten también en
los medios de prensa locales, mejorando los vínculos
prensa-comunidad y viceversa, lo que favorece un mejor reflejo de
la realidad social y comunitaria.

Además, se realizaron cuatro campañas
educativas promoviendo una cultura alimentaria, la equidad de
género, protección de los servicios básicos
en las comunidades, y la prevención de riesgos y
desastres, que tuvieron amplia cobertura en las comunidades y en
medios locales, e incluso los spot de televisión se
difundieron en la televisión nacional.

Fue fundamental la utilización de las
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
como Internet, telefonía celular, el correo
electrónico en las estructuras claves, un boletín
digital mensual que pulsaba los detalles fundamentales de lo
hacíamos, así como una lista de distribución
de correo, y el portal web para el desarrollo local, actualmente
funcionando en la dirección http://demanos.codigosur.net/inicio.html.

Estas acciones, unido a las contantes evaluaciones y
rectificaciones, el trabajo mancomunado de actores comunitarios,
las instituciones, medios de prensa, y vivencias de diversos
países, sobre todo vinculadas a los movimientos sociales,
permitieron la conformación primaria de un módulo
integral de formación en comunicación como eje
transversal para el desarrollo local, que podría
perfeccionarse y ponerse a disposición de otras
experiencias que requieran de la comunicación como proceso
dinamizador en los escenarios locales y comunitarios, desde un
enfoque objetivo y responsable, inclusivo y participativo, para
conformar sujetos críticos y autogestionarios.

En la validación de esta propuesta resultaron
claves las reflexiones en el Taller latinoamericano de
intercambio de experiencias celebrado a en mayo de 2011 en La
Habana, donde pusimos a dialogar, a contrastar, nuestras
vivencias, con otras tanto nacionales como internacionales,
gracias a la presencia de representantes del CEDIB de Bolivia,
así como los referentes aportados por la
organización española ACSUR Las Segovias y otros
aprendizajes expuestos (aunque no tuvimos representante
físico) como los de Radialistas Apasionados de Ecuador y
Códigosur de Argentina; unido a los largos años de
trabajo que en este sentido llevan el CMMLK, la Facultad de
Comunicación de la Universidad de La Habana y de Granma,
la Facultad de Audiovisuales del ISA, la Escuela de Cine, la
Televisión Serrana y realizadores de Tv locales que
asistieron al taller.

Así mismo, en el mes de octubre de ese 2011, se
realizó en Bayamo la primera edición del Festival
de Comunicación Popular, otro momento definitorio y
estimulante para ratificar que el camino escogido, era el
correcto, aunque urgido de mucha reflexión y cambios en
nuestras prácticas. Este Festival tuvo una
magnífica segunda edición, ya totalmente
autogestionado por el Grupo demanos, como el nodo de la
Red de Educación Popular en Granma, y para este 2013, se
perfila una tercera edición muy superior en cantidad de
participantes y en la profundidad de los temas a
debate.

Otros
aprendizajes del segundo intento

Para quienes disfrutamos-sufrimos la ejecución
del Convenio de soberanía alimentaria y desarrollo local,
resulta imposible proyectar y trabajar al margen de los
aprendizajes obtenidos. El Convenio fue una auténtica
escuela en el mundo de la cooperación y ejercicio
práctico en terreno para el abordaje de las estrategias y
acciones de desarrollo local sustentable e integral en el
contexto cubano.

Nos ratificó la urgencia de concebirla no como
instrumento de difusión, sino herramienta utilísima
y obligada en la gestión de desarrollo local, favoreciendo
la apropiación de visiones, conceptos y saberes
técnicos, para autogestionar una comunicación
liberadora, inclusiva y participativa, desde las prácticas
de sujetos críticos, comprometidos y responsables con la
transformación de su contexto y tiempo.

Nos acentuó la importancia de crear Grupos de
Comunicación adjuntos a los Grupos de Trabajo Comunitarios
para compulsar la comunicación como herramienta
dinamizadora del resto de los procesos en esos espacios. La
necesidad de profundizar en la formación política,
descentralización de los recursos para la
producción y oportuna identificación,
sensibilización de los actores a formar, así como y
la articulación requerida entre la comunidad, las
instituciones y los medios de prensa para evitar que se
reproduzcan las prácticas hegemónicas
típicas de los medios tradicionales. No se es comunitario
por estar en la comunidad, esto implica pensar, planificar,
producir, construir, mejorar, dialogar constantemente desde y con
la comunidad, estimulando la mayor implicación y
participación social e institucional.

Nos desveló la necesidad de potenciar cada vez
más y mejores experiencias, buscar espacios para hacer
puestas en común y articularse, para repensar nuestras
prácticas actuales y estimular las que se demandan en los
nuevos y complejos escenarios en donde actuamos.

Madurando una propuesta formativa integral y otros
caminos que se abren en una práctica
transformadora.

Este acumulado. Los logros pero, sobre todas las cosas,
lo errores cometidos, nos llevaron a trabajar en una propuesta
formativa integral para actores sociales, desde la
concepción político pedagógica de la
educación popular, para lograr la apropiación
teórica, política y técnica de
comunicación que necesitamos, que si bien no tiene que ser
realizada por profesionales, los resultados deben permitir ser en
verdad esa alternativa demandada.

En este momento se aglutinan y sintetizan varias
experiencias formativas en comunicación todas con un
enfoque y visión participativa, democrática,
crítica y liberadora, para conformar la mencionada
propuesta formativa integral que transite desde lo
teórico, político e inclusivo, hasta lo
técnico en impresos, radio, video, articulación con
medios locales o creación de medios alternativos en
espacios comunitarios, y contemplando incluso la
utilización de la internet y las redes
sociales.

Estas experiencias de las cuales bebemos son: el
programa de formación comunicación del CMMLK; el
libro "Hacer nuestra palabra", del área de mujeres de ALAI
y la Minga informativa de los movimientos sociales; la
formación en video participativo de ACSUR Las Segovias; la
formación en radio y video participativo del CEDIB de
Bolivia; la producción de Radialistas Apacionados y su
Manual para radialistas analfatécnicos; y por supuesto,
nuestras propias vivencias.

Caminos que se abren.

La posibilidad de seguir validando y perfeccionando la
formación que impulsa el Grupo demanos, y el logro
de procesos liberadores, inclusivos y transformadores, encuentran
tierra fértil en la actualidad.

Estamos inmersos en la concreción de un proyecto
de acompañamiento al Gobierno Municipal de Bayamo para la
actualización de su Estrategia de Desarrollo Municipal,
que incluirá acciones de formación, tanto para la
estructura de gobierno incluyendo los delegados de
circunscripción, los presidentes de Consejos Populares, el
Consejo de la Administración Municipal, como para la
identificación, creación y fortalecimiento de
capacidades de grupos de comunicación en las comunidades e
instituciones.

Unido a ello, se proyecta la gestión de una
radiobase comunitaria en el Paseo Bayamés y un Portal de
la ciudadanía, así como investigaciones y
publicaciones.

A la par, se trabaja de conjunto con ACSUR Las Segovias,
la ANAP, la FMC y la FEDIM, en otro programa de formación
en género y comunicación para mujeres emprendedoras
de cooperativas en las provincias de Granma, Camagüey y
Artemisa, que permitirá profundizar en temas de
equidad.

Existen excelentes vínculos y trabajo mancomunado
con los medios de prensa del territorio, con quienes se trabaja
paulatinamente en la necesidad de cambio en la política y
realización de los medios de prensa, la
construcción de sus agendas y el acercamiento a sus
públicos, la posibilidad de interacción y que la
producción comunitaria encuentre espacios de
publicación en medios de prensa locales.

Resulta que Cuba, como pocos países, tiene las
condiciones políticas, tecnológicas e
institucionales, para favorecer adecuados procesos comunicativos,
integrando medios tradicionales, con producciones comunitarias, y
generar una auténtica alternativa de
liberadora.

A modo de epílogo: un poco de realidad, pero
manteniendo la utopía en el Grupo demanos.

Es una verdad que sentimos nuestras vivencias hasta
ahora como una etapa importante y de crecimiento personal y
grupal, con muchos aprendizajes positivos; pero igual, admitimos
la necesidad de reflexionar otros aspectos que quedaron por
debajo de las expectativas y en los que faltó
planificación, coherencia, articulación, sentidos,
para ir más allá de la experiencia en sí, y
dejar procesos sólidos, sustentables, integrales y
transformadores.

No obstante, somos parte de una historia y
responsabilidad mayor. Esto es sólo un escalón, un
paso de avance hacia ese horizonte que es el que nos anima a
caminar.

Hay personas que por su entrega y motivación,
merecen todo el crédito en este artículo: Dreyker
Friman (diseñador), Jean Almaguer (realizador
audiovisual), Mario Núñez (líder comunitario
y profesor de informática en la escuela primaria del
Consejo Popular Pompita-Malvango), Roberto Marrero (líder
comunitario y actual presidente del Consejo Popular
Pompita-Malvango), Dayaris Rodríguez (trabajadora de la
salud en la comunidad de Guamo), Rebeca Reyes (comunicadora
institucional del MINAG en Granma), Elizabet Mendoza (estudiante
de Comunicación Social), Lisandra Echevarría y
Eliecer Yero (quienes hicieron sus tesis de graduación en
Comunicación Social con el trabajo de nuestro Grupo
demanos y nos posibilitaron entender muchas cosas). Este
fue el equipo primario que hizo posible que hoy compartamos estas
ideas y los resultados.

A todas y todos, gracias, por contagiar con su
espíritu y obra. Pero, sin dudas, los mayores
protagonistas fueron los actores sociales, en instituciones y
comunidades, que permitieron hacer de una utopía, una
realidad transformadora.

 

 

Autor:

Arcides García
Carrazana.

Educador y Comunicador Popular. Presidente
de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales en
Granma. Profesor de la Universidad de Granma.

[1] ACSUR. Asociación para la
Cooperación con el Sur, una ONG española con largos
años de experiencia de trabajo en Cuba.

[2] Se trata de un proyecto ejecutado por la
Asociación Cubana de Producción Animal en Granma y
ACSUR en tres comunidades de Bayamo: Santa Isabel, Corojal y San
Rafael.

[3] Televisión Serrana es un centro
productor de documentales radicado en la comunidad de San Pablo
de Yao, en la Sierra Maestra, provincia de Granma. Es un
referente nacional e internacional en este tipo de realizaciones.
Destaca por sus temas y la calidad audiovisual conque son
abordados.

[4] Proyecto ejecutado por cinco organizaciones
cubanas (ACPA, ACTAF, ANAP, FMC y CIERIC) y tres españolas
(ACSUR, MPDL y MUNDUBAT), con financiamiento de la AECID y el
Estado cubano. Trabajó en 23 Consejos Populares, ocho
municipios y tres provincias (Mayabeque, Granma y
Guantánamo).

[5] Programa de formación en
educación popular a distancia que permite transitar por
diversos módulos de formación, y replicarlos en
terreno, así como identificar experiencias para el
acompañamiento y la transformación de
prácticas. Estos equipos se convierten en los Nodos de Red
de Educación Popular, con otras acciones formativas y
espacios de intercambios, muy útiles para encarar
incidencias concretas en sus respectivos escenarios de
actuación.

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