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Filosofia para el amor



Partes: 1, 2

  1. Los
    peregrinos
  2. Filosofar en la afectividad
  3. El
    viejo modelo
  4. Los
    orígenes
  5. Sueños
    mitológicos
  6. Comprensión correcta
  7. Acción correcta
  8. La
    mesa de tres patas
  9. Las
    virtudes
  10. El
    afecto
  11. Tres
    preguntas básicas
  12. Los
    criterios de verdad
  13. Ruta
    no tradicional del análisis histórico
    filosófico.
  14. El
    pueblo hebreo: la Torah

Los
peregrinos

Ensayo de filosofía
simbólico-afectivo

En busca de un sistema de
filosofía

No-tradicional

Filosofar sobre la afectividad es una
actividad extraña, curiosa, porque nos abre a una ruta
desconocida en el ámbito de la filosofía. La
afectividad no ha sido tema de estudio sistemático. Y su
ámbito y consecuencias se han tratado de soslayo y es un
tópico –por las características de su
subjetividad- que no ha sido escrito, ni analizado con
precisión científica. La aventura que nos adentra
en el concepto y extensión se ha llamado, "Peregrinos"
debido a que todos hemos ido de caminos a lo largo del tiempo de
nuestras vidas. Bien cuando fuimos a la escuela, desarrollamos
capacidades, más tarde en el matrimonio; cuando nos
arriesgamos a comenzar en otro país. No sabíamos
que iba a ocurrir, no sabíamos exactamente a dónde
íbamos, pero si presentíamos que
llegaríamos. Teníamos una gran duda al frente y una
gran inquietud, nuestra intuición, nuestra lucecita
interna, la fe o como se le quiera llamar, nos impulsaba a seguir
el viaje. En nuestro peregrinar estábamos dispuestos a
enfrentar obstáculos para llegar a nuestro destino. Si en
ese momento alguien nos hubiese dicho… ¿Cómo
lo vas hacer? … …¿Qué camino vas a
tomar? … Le hubiésemos dicho simplemente,
encogiéndonos de hombros – No sé, pero voy.
…¿Qué buscas? Conocimiento, felicidad,
constituir pareja, una vida de libertad para mis hijos,
vivir…

Sucede que el peregrinar, es una de las
formas de vivir del ser humano. Ahora haremos la propuesta de
aceptar la aventura de ir en busca de eso tan extraño y
misterioso: El afecto, La emoción, Los sentimientos.
Aquello que se ubica históricamente en el corazón
del hombre.

Si el filosofar es un ir de caminos, los
paisajes son ideas. Los caminos son pensamientos. Las virtudes
son emociones. Conservaremos la capacidad de sorprendernos; la
actitud del filosofar nos es connatural.

¿Qué es filosofar?
Sorprenderse, admirarse, preguntarse. Tenemos una actitud
conducente al filosofar cuando observamos a los niños y
vemos como ellos se sorprenden en su proceso de crecimiento.
Cuando encuentran un hoyito en el que pueden poner su dedito,
quedan fascinados contemplando su descubrimiento. Quedan
asombrados con lo que hizo su mano, todo cayó al suelo al
tirar del mantel, hubo gran ruido, y por ahora para ellos, todo
es un gran misterio. Esta explosión es algo maravilloso
para el niño, y eso es lo que queremos re-despertar en
nosotros. Ser capaces de sorprendernos con todo lo que ocurre,
darnos cuenta de cada acción y que estas generan afectos y
a su vez tiene consecuencias. Advertir que en un momento
determinado un gesto conmueve a una persona, ayuda a alguien y
que siempre algo que hacemos produce una reacción en otra
persona. Esa capacidad de sorprendernos y estar alertas en el
mundo, es la base del filosofar. Corresponde a la naturaleza, a
la esencia misma del ser humano.

Filosofar en la
afectividad

El filosofar es la cuna, la madre, el
sustento de la filosofía. ¿Qué es la
filosofía? Un filosofar sistemático. Cuando en un
momento determinado nos preguntamos: ¿qué estoy
haciendo?, ¿Cómo me sorprendo?, ¿qué
me ocupa?, ¿qué he observado?, en esta secuencia de
sorpresas está el proceso de darse cuenta. Observar como
se ha ido filosofando y estructurando ese tipo de acontecimiento
en la psiquis; al acervo, llamamos filosofía.

Si cada uno se decide a juntar sus
reflexiones, experiencias, sorpresas, va a tener algo que
presentar al mundo y a sí mismo. Nace un proceso, le
llamaremos aquí, el proceso del filósofo. Que
consiste en estructurar método, sistema, basado en
cómo ha ido sorprendiéndose. Quienes vienen
más adelante, empiezan a juntar las versiones que han
recibido de los filósofos; así nace la historia de
la filosofía. La cultura posee buena memoria, logrando
acumular este conocimiento. Esto tiene la ventaja, que hay
problemas que ya se han resuelto, que hay cuestiones que ya no
son problema, porque alguien las resolvió.

Cuando se reflexiona, se piensa, se medita,
se sorprende y tiene un método natural, de pronto, se
encuentra con otra persona que hace lo mismo. Encontramos
diferencias, semejanzas y nos sorprenden las soluciones que otro
encontró a las cuestiones planteadas. Nace así el
fenómeno de la cultura, en este caso, la cultura
filosófica en la cual, el filosofar acerca de la
afectividad pretende un espacio. ¿Cuál es aquella
cultura filosófica a la que pertenece?

(La hemos llamado Filosofía
Aborigen)

El viejo
modelo

Sócrates, desarrolló un
método –mayéutica- que consistía en
preguntar, preguntar y repreguntar a su interlocutor. Un
día –gente que no le tenía mucho
cariño- se acercó a él a preguntarle que
profesión tenía. Él los observó,
sonrió y dijo:

– Yo tengo la profesión de mi
madre

– Pero cómo -le dijeron- ¿si
tu madre es partera?

– Por eso mismo, yo hago parir ideas
–replicó-.

Y siguió caminando.

La pregunta estaba en un contexto que se
buscaba que él afirmara que era sabio, que él
pretendía ciertas cosas. La contestó
magistralmente. Sócrates pretendía de su
interlocutor, se exigiera a sí mismo, tanto "como" ser
capaz de parir un nuevo pensamiento. Dar a luz una
dimensión distinta de la vida.

Hay una anécdota muy curiosa. Un
compilador de la filosofía aristotélica,
ordenó un día los libros (toda la producción
de Aristóteles), y puso primero los libros que
tenían que ver con los fenómenos físicos y
después ordenó los libros que tenían que ver
con conceptos no-físicos y resultó de esto, que
cuando le pidieron libros de "cosas" no materiales, él
dijo están "después de la física"
(meta-física).

Los
orígenes

Nuestra cultura tiene dos grandes apoyos:
es Heleno-Hebreo. Los cimientos son la formación
mitológica griega y las lecciones de la Torah. Esas son
las dos grandes afluentes de nuestra cultura, que en su caminar
nos va a producir a nosotros. Pudiera pensarse que toda la
originalidad del ser humano concluyó entre Grecia e
Israel. Al parecer, desde allí se logró plasmar lo
más sólido del pensamiento humano. En casos
anteriores a estas culturas, encontramos el sistema de valores
que ellos sustentan y han tenido la virtud de sintetizar, hacer
asequible y manejable.

Desde entonces, sólo se han
confeccionado técnicas y procedimientos, pero reales
aportes al HUMANISMO son escasos. Pero si encontramos a menudo,
desviación o la parcelación del pensamiento
socrático. Aparece otro muchacho inteligentísimo y
como buen joven rebelde, quiso demostrar que el Maestro estaba
equivocado y que Platón no entendía, trabajo en sus
teorías personales. Aristóteles, será el
padre de la lógica.

Tomará una parte del pensamiento
socrático y lo elevará a lo supremo, a lo divino, a
lo increíble. La figura de Aristóteles va a marcar
toda la cultura. Este aporte tiene sus consecuencias positivas y
negativas que se pueden observar en el desarrollo de la cultura.
Por una parte, se va a producir el desarrollo la ciencia y
ésta va a generar la tecnología. Esta última
caracteriza el mundo en que vivimos. Este mundo cada día
es más pequeño, la medicina hace milagros, viajamos
a la luna. El impacto tecnológico nos ha convertido en
trogloditas, no sabemos cómo funcionan los instrumentos
que usamos. El automóvil es un misterio. Sabemos que
camina y cuando no lo hace, llamamos al hombre misterioso que
hace unos pases y el auto vuelve a revivir. Este misterioso
hombre trae consigo una serie de instrumentos –igualmente
misteriosos- y con su caja llena de arcanos modernos nos
maravilla. Pagamos con dinero digital y seguimos
viaje.

Lo curioso es que casi nadie entiende como
las cosas funcionan: el auto nos trasporta, y es un misterio en
su interioridad; el mago moderno nos llega gracias a un sistema
de comunicación que nos sirve, sin embargo, no nos habla
de su intimidad; y el dinero que no vemos –tarjetas de
crédito– resuelve el problema. Vivimos en ambientes
climatizados. Comemos los alimentos fuera de estación
–mejor dicho- traemos los alimentos según la zona
del mundo que se produzcan. No sabemos cómo funciona el
sistema fluvial, dado que en nuestra casa abrimos el caño
del agua y siempre la hay. No nos importa si llueve o no. No
sabemos cómo producimos el agua caliente o fría,
ahí está. Vivimos en un mundo fantástico y
no sabemos nada de cómo se logra esa fantasía.
Disfrutamos de maravillas sumidos en una ignorancia
increíble…

Cuando aparece el ordenador y el Internet,
definitivamente el mundo se convierte en un pañuelo. La
globalización nos ha cambiado el mundo. Ya nada es como
mañana.

Sueños
mitológicos

Estamos realizando los sueños
mitológicos más increíbles de la historia de
la humanidad: el hombre que vuela. Hoy es una realidad. La
respuesta al accidente aéreo es un drama social. Por
ejemplo, el que caiga un avión de pasajeros es una
tragedia. Sin embargo, todos los días, los accidentes
automovilísticos -por conductores borrachos- son
índices que no nos llaman la atención. Quizá
la explicación está en la cuestión
mítica. Volar es un sueño –casi irrealizable-
sin embargo, el vino es una realidad antiquísima.
Podría suceder que al ser más antiguo
emborracharse, es más aceptable que volar, que es
reciente. Cuando cae un avión, realmente están
cayendo desde Ícaro a todos los miembros del Olimpo. Esto
es grave y terrorífico. Lo natural de la borrachera es
casi una justificación. Esto es producto de la carencia de
reflexión frente al impacto de la tecnología que
estamos viviendo. Estamos borrachos de progreso y se nos ha ido
perdiendo –lentamente- el concepto del hombre. ¿Y
dónde estaba ese concepto del hombre? Estaba en
Sócrates –en la Torah- por lo tanto debemos ahora
re-hacer el camino. Debemos volver a las Fuentes, teniendo el
cuidado de no abandonar nada de lo que tenemos. Debemos, desde la
tecnología maravillosa que posemos, rescatar lo que se
quedó oculto en el camino.

Volver al pensamiento socrático. Es
decir que la gran novedad de este proyecto es que es
tremendamente antiguo. Lo que queremos hacer es retomar el
filosofar socrático y con el caminar, sin estar
–naturalmente- de espaldas al progreso, a la ciencia
objetiva, ni al producto de la tecnología. El desarrollo
del pensamiento aristotélico en manos de Paulo de Tarso
nos llevó a la ciencia y al cristianismo.

Nuestro peregrinar es, entonces, la
actividad más antigua que pisa la tierra. Estamos
caminando hacia las fuentes más obscuras, más
arcaicas del razonamiento humano. Queremos reconocer a
Sócrates y su filosofía y actualizarla, dado que no
es otra cosa lo que hacemos. Estamos buscando la esencia del
espíritu humano, de un hombre completo y por sobre todo
reconstruir el mundo, tanto personal como social.

TRES PALABRAS

Usaremos tres palabras que nos
servirán de marco, de límite, para no salirnos del
espacio que nos servirá de base. Estas son: eclecticismo,
meliorismo y perfectibilidad. Nuestra base filosófica,
entonces, está delimitada. Ahora definiremos cada una de
ellas:

Eclecticismo: es la posición
filosófica que dice que podemos buscar en todos lados,
dado que siempre encontraremos algo de valor. Debemos sacar lo
mejor de cada acción, declaración, doctrina o
postulado;

Meliorismo: es la posición
filosófica que dice que nada es bueno o malo, sin embargo
tiene la tendencia hacia el bien. Esta posición es
consecuente con el eclecticismo, le sigue en forma
adecuada;

Perfectibilidad: es la
posición filosófica que dice que hoy soy mejor que
ayer, y que mañana seré mejor que hoy. El ser
persona es una construcción constante y
permanente.

Entendimiento correcto.

Primer paso. Los conceptos de eclecticismo,
meliorismo y perfectibilidad dejan en posición de
análisis de la primera base filosófica del Homo
Carus o del filosofar sobre la afectividad.

El concepto de la perfectibilidad aparece
descrito bellamente como: "no son las ideas, los conceptos, que
propiamente evolucionan, evolucionan más bien las
actitudes y las opiniones sobre tales ideas y
conceptos"

(Diccionario de Filosofía de
José Ferrater y Mora)

La experiencia de vivir nos va entregando
los elementos con los cuales modificamos las opiniones y como
consecuencia de ello cambiamos de conducta.

Al agregar las concepciones
filosóficas de meliorismo y eclecticismo se obtiene una
combinación dinámica que evita mantenerse en
posiciones insostenibles a la luz del razonamiento.

Este paso -llamado aquí- el
entendimiento correcto, es fundamental ya que posibilita la
comprensión de la Cosmo visión afectiva denominada
Homo Carus. Todo pensamiento al pasar por el triángulo
formado por el eclecticismo, meliorismo y perfectibilidad,
generará como consecuencia el entendimiento correcto, es
decir, la conclusión o punto de vista que permite
posteriormente tomar acción.

Esquema N* 1. ENTENDIMIENTO
CORRECTO.

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Comprensión
correcta

Segundo paso. Observamos que el ser humano
es tal por su capacidad de hacer símbolos. Más
allá de su capacidad afectiva el hombre es un ser
simbólico. El afecto y su relación con el
símbolo serán tratados mediante modelos. La
capacidad de simbolizar es lo que produce la cultura. La
comprensión correcta sucede cuando se pasa por el mundo
del símbolo.

La segunda frontera de la
comprensión correcta es la razón. Definimos a
ésta como la capacidad de pensar y meditar. Pensar es:
pesar, medir, equiparar, comparar. Es objetivo, exterior a la
persona. Meditar es: subjetivo, lo contrario y complementario del
pensar. Es estar con, ser en, participar con. Por tanto razonamos
cuando lo pensamos y lo meditamos. Quién sólo
piensa, no medita. Quien sólo medita, no necesariamente
piensa. Ninguno de los dos razona. Ahora, para razonar hay que
meditar y pensar, es decir, enfrentar la materia de estudio en la
forma objetiva y subjetiva y esto produce el razonamiento. Si
ponemos el ejemplo de "pensar sobre una rosa" la medimos, la
pesamos, la describimos, tomamos su textura, su color, analizamos
las hojas, de que se componen, cuál es su estructura
física, humedad, componentes químicos, etc.
Finalmente sabemos todo sobre la rosa, pero ésta
está totalmente desarmada, descuartizada.

Cuando meditamos sobre la rosa, hacemos
otra cosa. No la tocamos. Decimos: me siento "como" la rosa,
participo con ella, hago un trabajo de imaginería (lo que
es absolutamente subjetivo) por integrarme a ella. Cuando junto
la rosa que desarmé, mediante el pensamiento con la que
"fui como" (medité), logro tener una apreciación
razonada sobre la rosa. Debemos tener cuidado, ya que normalmente
se usa razonar como sinónimo de pensar.

El meditar es una función normal y
habitual de la psiquis, pero no tenemos consciencia de ello.
Realmente todos meditamos. Todos somos "absorbidos" por los
problemas y los vivimos. Esto es meditar los problemas. No
pensamos sobre ellos. Si pensamos sobre los problemas no
tendríamos problemas de salud. Al meditarlos los vivimos,
somos los problemas, y lo expresamos físicamente. Es
conveniente superar los prejuicios sobre la palabra "meditar". El
meditar es analógico, subjetivo. El pensar es
lógico, objetivo. Los dos constituyen el
razonamiento.

La tercera parte del triángulo de la
comprensión correcta, comprende la proposición que
la persona humana es una tríada que se compone de: Cuerpo
(soma); Psiquis (lo que incluye el sentimiento) y la
expresión de él (el afecto) ; y
Sociedad.

Si alguno de estos tres elementos deja de
existir, la persona en consecuencia desaparece, por tanto, no es
materia que interese al Homo Carus.

Esquema 2

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Acción
correcta

Tercer paso. La acción correcta, se
produce en la combinación de la comprensión
correcta con el entendimiento correcto. En este paso estamos
describiendo un sistema conductual enclavado en un método
que pudiera evitar la subjetividad antojadiza propia de un
entendimiento no elaborado y de una comprensión
parcial.

Esquema 3

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La educación afectiva –entrenamiento
emocional- desarrolla sistemáticamente este esquema para
potenciar la conducta afectiva aquí llamadas afectos, que
clasificados en cuatro grandes áreas, involucran el diario
vivir del hombre contemporáneo.

La mesa de tres
patas

ESQUEMA 4

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La filosofía -como conjunto de un
sistema de reflexión de una persona- es parte importante
de la cultura del sujeto.

Dado que el HOMO CARUS es una
cosmovisión permite visualizar el conjunto de una cultura
que es la suma de todas las actividades de la persona humana a
través de la sociedad que le da abrigo. Como tal usa de
las analogías como un medio para analizar el
fenómeno cultural que es dinámico y sus componentes
se influyen recíprocamente. Es decir, un sistema
filosófico, una religión en particular y
expresión del arte como componentes de una cultura son a
la vez influidos por ésta y modificados a través
del tiempo por eso tenemos que no hay corrientes
filosóficas, religiones o expresiones del arte, puros; a
medida que la cultura contenga mayor intercambio de
información tiende a homogeneizar a grupos culturales
diversos.

El valor cultural universal y permanente es
el afecto que nos permite comprender las diferentes
manifestaciones del hombre que hace viable la vida en sus
diversas formas y circunstancias.

El afecto nos permite entender la paradoja
que siendo el hombre generado en el hogar y siendo modelado su
carácter y personalidad por la sociedad en que vive, esta
misma sociedad es modificada por hombres preclaros que han
logrado una visualización de ésta su propia cultura
para trascenderla y lograr cambios.

La cultura tiene –en la perspectiva
del Homo Carus- tres grandes asentamientos, es como una mesa de
tres patas. Ellas se denominan: filosofía, arte y
religión. La cubierta que une las tres patas es la
cultura. La consistencia de esta mesa es el afecto. La
civilización –análogamente- es la madera de
que está construida la mesa.

La religión, otra base en que se
asienta la cultura es –en estos términos- un sistema
compuesto por elementos simbólicos que explican una
realidad relacionada con conceptos como la felicidad, la
trascendencia y la armonía del hombre con la
naturaleza.

El Arte que incluye el deporte, en la
teoría afectiva es la armonía
estética.

Nos va a interesar el afecto en estas tres
manifestaciones. De aquí se desprende un concepto muy
importante, que corresponde al vivir cotidiano. La
expresión personal adecuada de la filosofía
personal –con relación al grupo social en que se
encuentra- la manifestación del espíritu religioso
y la actividad artística van a ser los elementos que
constituyen la salud mental, dado que estas formas son el
vehículo del intercambio afectivo eficiente.

Necesitamos –desde el punto de vista
del filosofar afectivo- conocer cómo vamos a seguir
filosofando para ir a nuestro corazón, símbolo de
la afectividad.

Cuando filosofamos estamos reconstruyendo o
componiendo una parte de la salud mental, porque estamos logrando
entrar en una zona del mundo interno que teníamos
abandonada. Con este reflexionar sistemático vamos a crear
nuestro mejor vivir.

La salud mental, es la expresión
afectiva cultural eficiente (a través de la
filosofía, el arte y la religión) Debe haber
armonía entre las expresiones individuales y las sociales.
La pérdida de la salud mental, es entonces, la
desarmonía psíco-afectiva del sujeto respecto a
sí mismo y a la sociedad.

La filosofía de la afectividad es
básicamente una filosofía de acción. No nos
interesa "entender" los conceptos, sino lograr el cambio de
actitud mediante el "comprender". Producto de este cambio de
actitud, logramos ascender por la montaña del
conocimiento. Mientras más ascendemos, más vemos,
lo que significa que "vemos" lo que ignoramos, de esa forma,
estamos en presencia de la gran ignorancia afectiva que tenemos.
Tomar consciencia de lo que no se sabe nos deja en una
posición de desarrollo renovado. Estas acciones permiten
"comprender" este filosofar en la acción. La diferencia
entre entender y el comprender, es que la primera es intelectual
y la segunda es vivencial.

Las
virtudes

El segundo fundamento del filosofar
afectivo está en el sistema de Virtudes. La virtud es la
acción. Es ponerse en procura de algo mediante lo que
tenemos que hacer. A diferencia de la filosofía
clásica que nos va a "hablar" de las virtudes teologales y
cardinales, aquí se plantean desde otra perspectiva: las
virtudes centradas en el desarrollo de la afectividad.

El Homo Carus tiene como centro la
consciencia de ser hombre, por lo tanto, todo gravita en ese
entorno. Otros autores que sostienen una posición
deísta –centrada en Dios- liberan al hombre de la
responsabilidad de ser virtuosos.

Las virtudes en este contexto son
concretas, objetivas; dependen exclusivamente de las acciones y
respuestas humanas. Son del "aquí-ahora" por excelencia, y
orientan la intuición y la respuesta psíco
afectiva. Las virtudes en el universo afectivo son el legado de
los padres, por tanto, hay Virtudes Maternas y Virtudes
Paternas.

Hay actitudes que nos entrega la madre,
quien se caracteriza por ser pasiva. Otras la entrega el padre,
que se tipifican por ser activas. Esta pasividad o actividad la
podemos simbolizar por los signos – y +, lo que indica
"no-acción" o "acción" y no "malo" o "bueno". Una
actitud pasiva es aquella que genera una acción receptiva.
De igual forma, una actitud activa es aquella que genera una
acción proyectiva.

Las virtudes maternas

Fe, esperanza, caridad, serenidad,
tolerancia, paciencia, continencia y magnanimidad (suprema virtud
materna) La psicología nos enseña que el
niño debe aprender a diferenciarse de su madre y luego
aprende quien es su padre. Estas virtudes constituyen la base de
la estructura psíco-sentimental del infante. La madre
implanta estas virtudes mediante su presencia y el acariciamiento
permanente al niño. Permite que el hijo quede bien
equipado para la vida.

Las virtudes paternas:

En la base que construyó la madre el
padre entrega las propias: Sobre la fe, el deber; en la
esperanza, la prudencia; en la caridad la fortaleza; sobre la
serenidad el coraje; en la tolerancia, la templanza; con la
paciencia el valor; sobre la continencia, el padre implanta el
ánimo; y sobre la magnanimidad, la justicia que es la
suprema virtud paterna.

Madurez Emocional

¿Qué es una persona madura
emocionalmente? ¿Cómo podemos llevar este esquema
de las virtudes a una acción que nos permita saber
cuándo una persona es virtuosa? Una persona sería
virtuosa cuando conduce su vida por "El camino Del Medio" (o "La
Flor de Los Ocho Pétalos"):

  • 1) La fe, motor que nos impulsa a
    realizaciones limita con el deber. El cumplir con el deber se
    sustenta en la fe.

2) La esperanza alimenta la prudencia. Se
puede ser prudente y mesurado, dado que la esperanza nos
alumbra.

3) La caridad sostiene a un carácter
fuerte y definido. Un carácter

4) La serenidad genera el coraje para vivir
la vida. Una personalidad elaborada lleva su coraje al punto de
ser sereno.

5) La tolerancia –fragua de
diferencias- permite la templanza del ser social. La capacidad de
combinar elementos –templanza- genera la
tolerancia.

6) La paciencia es el baluarte que sostiene
al valor. El valor de sostener una situación limita con la
paciencia.

7) La continencia –capacidad de
contener- alimenta el ánimo, La fuerza de no desfallecer
–ánimo- hace posible conteneros.

8) Todo acto Justo necesariamente debe ser
magnánimo.

La combinación de las Virtudes
maternas y las paternas describen un equilibrio psíquico
que se traduce en acciones armoniosas que permiten que la persona
logre el máximo bienestar en función de sus
esfuerzos y logros afectivos.

El nombre de "camino del medio" o "flor de
ocho pétalos" está referido a la posición
filosófica oriental que permite a la persona disponer su
vida con la mejor perspectiva. El realizar el ejercicio de
razonamiento afectivo a la luz de las Virtudes que fueron
incorporadas en la infancia, promueve el acercamiento a un
estadio psíco afectivo dinámico que denominamos
"Madurez Emocional".

La Madurez Emocional está en la base
de un comportamiento de mayor complejidad al que llamaremos
Madurez Afectiva.

El afecto

La afectividad es la manifestación
del sentimiento. Este es interno, subjetivo, del mundo interior,
no se rige por los paradigmas de las ciencias físicas (o
las leyes de la termodinámica) Los afectos son concretos,
objetivos, observables. Por tanto el filosofar acerca de la
afectividad a través del camino propuesto tiene un impacto
sobre la conducta afectiva, porque reflexionar sobre el universo
subjetivo a través de este método lleva a la
acción correcta y a la Madurez Emocional.

Tradicionalmente la filosofía
clásica, según lo ha expresado Ortega y Gasset,
define la filosofía como: "Filosofía es sobre lo
que se puede "decir" del universo".

Hacer filosofía de la afectividad es
trabajar sobre lo que el hombre "hace" "aquí y ahora" en
el mundo.

Tres preguntas
básicas

Los sistemas filosóficos tienen
diversas fórmulas para lograr su propia
caracterización. Entre estos sistemas están las
tres preguntas –ya clásicas- que permiten definir
una filosofía, estas preguntas son:

¿De dónde venimos?
;

¿Quiénes somos? Y

¿Hacia dónde
vamos?

En el modelo afectológico
respondemos de la siguiente forma:

¿De dónde venimos? De darnos
cuenta de la propia capacidad simbólica que permite la
consciencia de ser receptores, elaboradores y productores de
sentimientos que se expresan como afectos.

¿Quiénes somos?
Personalidades en proceso de evolución, desarrollo y
maduración afectiva. Constituimos la sociedad que
dándonos abrigo y protección permite la genialidad
individual que genera los cambios sociales.

¿Hacia dónde vamos? A un
equilibrio emocional y afectivo tanto personal, familiar y
social, de tal suerte que la sociedad viva en paz.

El equilibrio afectivo es conducente a la
Experiencia de Amar, supremo sentimiento que el hombre puede
generar en sí mismo.

La filosofía de la afectividad es
una filosofía de compromiso que permite plantear que el
ser humano, en este nivel de la historia, es universal y se
reconoce por su capacidad de dar y recibir afecto.

El diseñar términos,
conceptos y mecanismos de análisis para referirnos a la
experiencia subjetiva permite ascender a un estadio espiritual,
físico, emocional de relaciones humanas de
excelencia.

Ortega y Gasset describe que "la
experiencia común objetivisa lo subjetivo". En base a este
principio, se construye un modelo de cuatro categorías del
afecto: Storge, Ágape, Eros y Philia. Toda conducta
individual o grupal es susceptible de ser clasificada en una de
estas cuatro (4) categorías.

El afecto o conducta objetiva, es la
proyección del universo de los sentimientos, por tanto,
constituyen una estructura que puede ser básica, es decir,
relativa a las Virtudes Materno Paternas, son elaboraciones de
carácter simbólico.

También existen, sentimientos
transitorios, los que se elaboran a partir de una
situación emotiva contingente.

Si queremos modificar la conducta afectiva
debemos analizar la base de sentimientos, observar la calidad de
la percepción sensorial y los estímulos del
entorno.

Los criterios de
verdad

Los criterios de verdad son otra base del
sistema filosófico de la afectividad.

La palabra verdad tiene en su raíz
etimológica una derivación de "verde". Tiene
relación con lo vigoroso, con lo vivo, con lo joven. Si es
un derivado de verde, nos hace pensar en la vegetación, en
la vida, en acción, con esperanza.

La palabra "criterio" viene de crisis, de
decisión, de separar, de juzgar, tendríamos que un
"criterio de verdad" es la facultad de juzgar, de separar, de
criticar, de ver. Por lo tanto decimos que: tenemos la capacidad
de juzgar, separar, decidir, por aquello vigoroso, joven, vivo,
que desarrolla actividad.

En el campo de la filosofía de la
afectividad, analizaremos tres criterios de verdad por ser estos
eficientes y complementarios, para obtener como resultado un
conjunto de puntos de vista que permitan realizar la tarea de
emitir un juicio. Esta perspectiva, la cosmovisión
humanista, permite abarcar al hombre en su esencia, proyectando
ésta a la realidad cotidiana y a las alternativas que debe
dirimir.

Los criterios de verdad son de tres tipos
para analizar la realidad: criterio de verdad científico
(él más popular, conocido y desarrollado); criterio
de verdad mitológico (usado en la poesía y en las
artes); criterio de verdad vivencial (base de las
religiones)

Criterio Científico. Es el
más popular y famoso. Tiene cuatro características
sustanciales:

Primero: es universal, por ejemplo la ley
de gravitación universal. La manzana siempre cae, nunca
sube. Esto es una verdad en cualquier lugar.

Segundo: es una verdad "penúltima"
dado que siempre está sometida a una revisión y a
que algo ocurra o ha de ser superada por un nuevo logro de la
ciencia.

Tercero: exacta. No deja margen de error;
y

Cuarto: es objetiva, por tanto, impersonal.
Es experimental y formula leyes comprobables.

En estos cuatro elementos está
definido y delimitado el campo del criterio de verdad
científico. Con el auxilio del laboratorio, de las pruebas
experimentales, se ha logrado el desarrollo de las ciencias y el
increíble progreso tecnológico.

Compartimos con el filósofo
José Ortega y Gasset la advertencia que nos hace en su
ensayo ¿Qué es filosofía? : "Los
filósofos han sido víctimas del imperialismo de la
ciencia y del terrorismo del laboratorio". Agrega Ortega que
"él no es científico, él es filósofo.
Y el filósofo, a diferencia del científico,
contesta las grandes cuestiones. El científico contesta
las particulares, delimitadas, objetivas, concretas".

Cuando hacemos filosofía
simbólica afectiva, no somos científicos, no somos
filósofos, somos humanistas, porque el humanismo se ocupa
de las tres actividades del hombre: el arte, la filosofía
y la religión. Somos humanistas porque el humanismo
incluye, además de la filosofía, los temas del arte
y la religión los cuales en conjunto otorgan una
visión del hombre más cercana a su sensibilidad. El
humanismo -para ser tal- no puede tener apellidos. Para llegar a
comprender plenamente el concepto de humanismo, requerimos de dos
criterios de verdad adicionales.

Criterio de Verdad Mitológico. Tiene
cuatro características que las veremos en
correlación a las del criterio
científico:

Primero: Es particular

Segundo: es último

Tercero: es inexacto; y

Cuarto: Es subjetivo.

La historia escrita por Richard Bach
Juan Salvador Gaviota– la leyenda de una gaviota que
"simboliza" al hombre. Este es un mito, el gran mito del hombre
que vuela, que se desarrolla y crece. Se realiza un proceso de
iniciación. Ahora bien, ésta es una historia
absolutamente particular. Es la última, dado que hay un
sólo Juan Salvador Gaviota. No tenemos la necesidad ni el
imperativo de ver si hay algo de exacto. Entrar en la historia es
un proceso subjetivo y requiere del esfuerzo de identificarse con
el personaje. Carecemos de instrumentos de medida, por tanto
siendo subjetivo, es tarea de cada uno introducirse en el mito
personalmente y disfrutarlo.

Podemos recordar otros mitos que nos ha
dado la literatura, por ejemplo, en el mito
–alegoría- de la caverna de Platón; el mito
de Ícaro. Cada uno de ellos, es el último que no
acepta modificaciones ni correcciones. En el relato
mitológico se tiene que asumir que se está
involucrado en el caso relatado. Al adaptarlo a su
situación concreta cada cual podrá sacar valores
que le ayudarán en su vida. Esto es
mitología.

En otro ejemplo, el caso del Rey Midas, que
solicitó el poder de convertir todo en oro, todo lo que
tocara, lo que fue su tragedia.

Si quien analiza el mito asume que es el
Rey Midas, se preguntará: ¿Qué valor tiene
para mí el dinero? ; ¿Quiero convertirlo todo en
oro? Es decir, actualizar la historia del Rey Midas a los
días que corren. Esto se hace mediante un mecanismo de
analogías, método de gran potencial, que
será usado ampliamente en la fase de ciencia de la
afectividad.

Criterio Vivencial. Tiene también
cuatro característica:

Primero: Es único, está
siendo ahora;

Segundo: No tiene orden ni
lugar;

Tercero: No tiene correlación con la
exactitud y

Cuarto: Está siendo, implica una
vivencia, una acción, una actitud.

Los criterios anteriores son del
ámbito del razonar, éste es del ámbito del
hacer, implica la acción física.

La verdad vivencial está unida a la
experiencia; por ejemplo, las madres no tienen ningún
interés en demostrar que han sido parturientas. Ellas
saben que han dado a luz. Esta vivencia es trascendental. No es
cuestionable, dado que es única, personal e
intransferible. Es el gran tránsito hacia la vida y
constantemente está siendo. Cada vez que la mujer evoca
esa situación la está reviviendo. La verdad
vivencial es el símbolo de lo vivido.

Eso que para las mujeres es una vivencia
fundamental en el Templo de su cuerpo, no posee correlato en la
vivencia masculina, por lo cual, los varones tienen que
introyectan los elementos de la cultura y con ellos fabricar una
experiencia trascendental que es necesario vivenciar.

La maduración de la mujer es
vivencial, lo que constituye un criterio de verdad –el
más importante-. En los varones se puede lograr –la
madurez- mediante el "aquilatar" las experiencias mediante la
cultura. La invención de la cultura es femenina y surge
por la necesidad de la mujer de establecerse y realizar el
proceso de desarrollo del infante. La cultura al ser asumida por
el varón, se ha desarrolla más allá de los
límites del hogar.

Las mujeres les dan las buenas ideas a los
hombres y ellos las ejecutan. La mujer inventó el arado,
los varones lo usan. Los grandes aportes de la cultura son
aportes femeninos, dado que tienen períodos de paciencia,
de espera y de no-acción, cuando va a tener a su
bebé En esa época de meditación ella puede
observar el mundo que la rodea. Los varones –de caza en el
bosque-, Corriendo tras las ninfas deben recrear –mediante
símbolos- la cultura. A partir de esto, se fundan los
artilugios para que los varones puedan "introyectan" los valores
que les permitirán la maduración
afectiva.

Las mujeres expresan, proyectan. Los
varones introyectan mediante la experiencia simbólica. Por
ello es tan difícil la maduración de los varones.
Las mujeres maduran más tempranamente y la vivencia es un
elemento fundamental.

En el modelo del Homo Carus se le da gran
importancia al criterio vivencial, debido a la enorme
contundencia de la experiencia vivida en el proceso de desarrollo
del ser humano.

Debemos encontrar la síntesis de
estos tres criterios de verdad. Cultivar cada uno de ellos, en su
forma peculiar, característica y siendo muy respetuosos de
los límites y fronteras que le son propios.

La síntesis de los tres criterios de
verdad se encuentra en una conducta madura emocional y
afectivamente. Los aportes del Criterio Científico nos
proporciona una perspectiva objetiva y concreta que facilita la
comprensión de temas impersonales, naturales y de terceras
personas; el Criterio Mitológico, por su parte, aporta la
capacidad de universalizar las propias experiencias, que gracias
al sistema de analogías ("es como") entiende la gama de
experiencias que no le son propias. Se puede asumir un mito y
aceptarlo como una experiencia personal, por este mecanismo se
logra convertir la subjetividad mitológica, en una verdad
personal objetiva; el criterio de Verdad Vivencial se potencia,
en la medida que los criterios de verdad científicos y
mitológicos alumbran la conducta del sujeto, esta
será la vía de desarrollo de sus emociones, para
generar sentimientos profundos e ilustrados que se
expresarán en conductas maduras emocional y
afectivamente.

Ruta no tradicional
del análisis histórico
filosófico.

FILOSOFIA ABORIGEN.

La acepción filosófica de
aborigen está enraizada en su definición
etimológica que reza: "los que están desde el
origen" y origen nos lleva a "salir (los astros)", "ser oriundo".
A partir de esta idea podemos inclinarnos a pensar que la
filosofía de la afectividad es aborigen, ya que las
emociones y sentimientos que se convierten en actos que son
objetivos y concretos, fundamento de la filosofía de la
afectividad, responden a los orígenes de la persona
humana. Estos "orígenes" de la humanidad nos son
conpresentes, permanentes ya que responden a lo fundamental de su
estructura humana; por lo cual no son tendencias o
interpretaciones de la realidad. No están sujetos a las
veleidades de los autores o dogmas que se han estructurado con el
correr de los tiempos y con el desarrollo cultural.

Cada tipo de pensamiento filosófico
contiene aspectos que determinan una forma de ver al hombre y su
universo. Los distintos tipos de filosofías se ubican en
diferentes épocas de la historia de la humanidad, se
pueden caracterizar como complementarias en la búsqueda de
una filosofía para el mundo unido por la
modernidad.

Todo el hacer cultural esta permeado por lo
aborigen, sin embargo, en el proceso de evolución se fue
distanciando el hombre de su propia naturaleza. Sucintamente
podemos señalar que a partir de la filosofía
hindú encontramos una estructura filosófica –
religioso – artístico, que deja a la humanidad en
total identificación con su naturaleza original e
identificada con los procesos naturales. No toma consciencia del
alto nivel de simbolización que requiere ser capaz de
identificar el sol en un plato de comida; un canto
mántrico con los sonidos naturales que comportan una gran
armonía y equilibrio y una extraordinaria capacidad de
síntesis simbólica, que se observa en sus Templos y
Rituales. Hubo, y hay en comunidades muy selectas, conductas
consecuentes con toda esa estructura simbólica. Ofrendar a
los Dioses la alimentación diaria, indica la humildad de
los hombres y la gratitud por las bendiciones recibidas por estar
enfrente de los dioses. Están en los orígenes del
humanismo.

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