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Hombre y naturaleza en la historia del pensamiento económico




Enviado por Joel Uribe



  1. Introducción
  2. De Grecia a la edad
    media
  3. Del mercantilismo
    al keynesianismo
  4. La era
    "ecológica"
  5. Conclusiones
  6. Referencia
    bibliográfica

¿Ha considerado el hombre que la riqueza se
encuentra en la naturaleza y qué está condicionada
en el modo en que se relaciona con ella? Hoy en día existe
un fuerte reclamo por el impacto que se tiene al medio ambiente
por los modelos económicos que se tienen de
producción y consumo. Sin embargo, no parece haber una
clara definición de modificar en la vida cotidiana las
comodidades que proporcionan el modo actual de vida.

El reclamo parece ser ambiguo. Como diría algunas
personas, se quiere la salud, pero no el remedio que se necesita
tomar. Por ello vale la pena indagar en la historia del
pensamiento económico en qué aspectos se ha tomado
en cuenta la relación del hombre con la
naturaleza.

El presente trabajo comienza introduciendo algunas
consideraciones de la teoría económica a partir de
la propuesta de Paul Samuelson[1]para luego
iniciar un recorrido histórico de los principales
pensamientos económicos que han tenido en cuenta un modo
de relación con la naturaleza. Aunque mencione algunas
teorías económicas que no han tomado en cuenta
dicha relación, éstas permiten entender las
relaciones de producción y consumo entorno a los recursos
naturales[2]Para luego presentar alguna
discusión de la problemática ecológica
actual y la alternativa en el modelo de economía
sustentable y consideraciones más radicales. Y finalmente
terminar con algunas conclusiones generales.

La teoría
económica[3]considera que los recursos son
limitados. La eficiencia es saber utilizar los recursos escasos
de tal forma que se saque el mayor provecho. Por lo que la
economía debe reconocer la escasez de los recursos y
determinar de qué manera sea más eficiente
organizarse una sociedad para usarlos y producir los bienes
deseados. El objetivo último de la economía es
mejorar la condiciones de vida de las personas, por ello se debe
buscar el equilibrio entre las leyes de mercado y la
actuación del Estado. Para lo cual, es fundamental tres
preguntas: ¿Qué producir? ¿Cómo
producir? Y ¿Para quién o cómo se distribuye
los productos? (Samuelson, 1996).

Pero, ¿dónde queda la relación con
la naturaleza en estas consideraciones? Actualmente se
está dando una conciencia ecológica,
preguntándose por el modo en que el hombre ha hecho uso de
los recursos naturales para la producción y consumo de
bienes en las sociedades, contra un modelo económico que
se ha basado más en una cuestión monetaria (el
dinero por el dinero). No obstante, ¿cómo se ha
comprendido en la historia del pensamiento económico la
relación con la naturaleza? ¿Ha tenido un enfoque
importante o en qué medida se ha tomado en
cuenta?

Según Paul Samuelson (1996), se debe tomar en
cuenta los tres factores en la producción de bienes y
servicios: tierra (recursos naturales), trabajo (tiempos y
actividades) y capital (bienes para producir otros bienes). Y
dado que no se puede producir todo para todos, existe una
frontera de posibilidades de producción (FPP), la cual
indica la cantidad máxima de productos según los
factores de producción con que se cuenta y la posibilidad
de utilizarlos. La FPP ayuda a evaluar qué tan eficiente
se está siendo y cómo se va dando el crecimiento
económico, ya que en las decisiones que se tomen hay
siempre un costo de oportunidad en el valor de lo que se deja de
producir una cosa para obtener otra.

En la antigua Grecia, el trabajo directo sobre la
naturaleza era el factor importante para generar riqueza, la
agricultura era un motor importante en la producción de
bienes para el sustento no sólo de los individuos, sino de
la polis misma. Platón define la economía
como el arte que nos libra de la pobreza. La economía no
es considerada aún como una ciencia, sino como una
técnica que permite el manejo de los recursos naturales
para el sustento del hombre.

Sin embargo, el trabajo directo en la producción,
era normalmente realizado por los esclavos o jornaleros y la
administración recaía sobre el Señor de la
casa. Así, para Aristóteles el modelo
económico es entendido desde la polis,
justificando que la extracción de los recursos naturales
son importantes para la producción de bienes que permitan
un equilibro en el sustento de la polis, de tal manera que el
dinero por el dinero o el exceso de riqueza en una persona era
injustificado. El uso de la naturaleza para producción de
bienes y el trueque, considera Aristóteles que es una
manera natural de genera riqueza; en cambio, el comercio, el
préstamo y los modelos de mercado son considerados por
él como modos no naturales. (Uribe, 2012).

El modelo económico de los griegos consideraba
una estrecha relación entre el hombre y la naturaleza, de
hecho se veía al hombre como parte de la naturaleza. Hoy
en día algunos grupos ambientalistas intentan recuperar
este tipo de relación del hombre con la naturaleza, muchas
veces desde un aspecto místico, pero el estilo de vida que
se tiene no suele ser coherente, "ya que un gringo adinerado que
vive en un pent-house pasa una semana en un rito chaman
y con ello ya se siente uno con la naturaleza" (Morales,
2012).

Además, en la restricción de que un
ciudadano no se podía hacer mucho más rico que lo
demás, se observa una concepción de que los
recursos naturales son escasos. Ya que si unos pocos acaparaban
la mayor parte de recursos y bienes, se propiciaba una ruptura en
el equilibrio de las fronteras de posibilidades de
producción para la polis, y por lo cual los demás
ciudadanos se ven limitados en la participación de la
riqueza.

Por su parte, en el pueblo hebreo, la economía es
entendida en una relación de Dios con el hombre, donde el
hombre se convierte en un administrador de los recursos naturales
creados por Dios. Hay una promesa de llegar a la tierra que mana
leche y miel, es una alianza a la cual pueden alcanzar si se
mantienen fieles. La ley derivada de esta alianza se convierte en
una administración de la tierra. Así la tierra es
de quien la trabaja o se hereda a quién la pueda trabajar,
y se considera como propiedad común donde cada 50
años, el año de Gracias, se debería volver a
repartir entre todos. El ganado es considerado como propiedad
privada y la distribución del ingreso se da por el diezmo
de lo producido, además de considerar una parte para
limosnas y sostén de la viuda y el huérfano.
(Uribe, 2012).

Este modelo económico considera un modo de
sociedad cerrada, son el pueblo escogido por Dios. Cada uno
contribuye a mantener la alianza como pueblo, por ello el trabajo
se considera importante y tener una buena riqueza indica una
bendición de Dios por mantenerse fieles a la promesa. La
naturaleza se convierte en un medio que les permite mantener esa
relación con Dios como su pueblo. Sin embargo, hacia
fuera, la actividad principal es el comercio y el cobro de
intereses de lo prestado.

En cambio con los romanos, la economía
está basada en una lógica del dinero. Las guerras
son un modo de apropiación de las tierras y cobro de
impuestos. Aunque la agricultura es necesaria, no es central en
su relación económica, pues si se tiene dinero, se
puede comprar y mandar traer los productos de los territorios
conquistados. (Uribe, 2012).

De estos tres pensamientos económicos, tras la
caída del imperio Romano y la incursión del
cristianismo se comenzó a germinar el modelo Feudal que
tiene su culmen en la Edad Media. La base del cristianismo es el
Evangelio, donde se encuentran referencias a la cuestión
económica en diversos temas (pagos, propiedad, riqueza).
Aunque el tema central en la economía es la justa
administración que deben hacer los ricos con los recursos
económicos, económicamente se organizaban como un
estado agrícola que tendía a la autosuficiencia, y
el trabajo de los aldeanos y los siervos estaban ligado a la
tierra, a cambio de que prestaran sus servicios al señor.
La propiedad pertenecía al rey y éste nombraba
representantes, los nobles, quienes tenían derecho de uso
sobre las parcelas. (Hernández, 2007).

La relación del hombre con la naturaleza en esta
época viene dada por una concepción de mandato
divino, más que una relación estrecha y directa;
por ello la iglesia y los señores feudales son los
intermediarios en esta relación. Esta relación que
hoy en día se sigue manteniendo, proviene de una
visión judío-cristiana de ver a la naturaleza como
creación y al hombre como señor y amo de lo creado,
no permite un sentido de corresponsabilidad, todo lo creado
está a mi servicio, si le he de dar cuentas a Dios ya
será en otro momento (Morales, 2012).

Con el mejoramiento de los medios de transporte y un
creciente intercambio de los productos agrícolas entre
regiones, se da un proceso de comercialización y
especialización del trabajo. Surge el gremio de mercaderes
y las transacciones mercantiles son más frecuentes, esto
impulsa la necesidad de efectivo y las operaciones de
crédito. (Hernández, 2007).

Ante esto, las discusiones económicas se vuelcan,
principalmente, sobre el precio justo, la cuestión de la
usura y la propiedad privada. La relación del hombre con
la naturaleza queda en supuestos que no son cuestionados. Uno de
estos supuestos que alcanzo a percibir, es la propiedad privada
que sigue prevaleciendo hoy en día, donde yo puedo hacer
usos de los recursos naturales como mejor me plazca para el mayor
beneficio propio, aunado a una primacía del hombre sobre
la naturaleza[4]Aunque luego se extiende al mayor
beneficio para el pueblo o nación. Ya que diversos
pensadores han argumentado que la propiedad privada es mejor
utilizada que el uso común (Hernández,
2007).

Bajo estos planteamientos, el incremento de la
comercialización de productos, además de las
reformas protestantes de dejar a Dios en lo suyo y ver las
cuestiones económicas como algo totalmente terrenal, de
una relación del individuo con la sociedad, surge un
conjunto de ideas económicas y políticas que se ha
llamado Mercantilismo[5]

Con el Mercantilismo la riqueza se focaliza en los
bienes consumibles y el dinero (sustentado por los metales
preciosos). Se considera como la principal fuente de la riqueza
el comercio. Además el objetivo es el enriquecimiento del
soberano o de la Nación. Por ello se favorece los medios
para tener un saldo favorable: disminuir importaciones, aumentar
exportaciones y favorecer las exportaciones visibles. Ya que la
industria y el comercio dejan mayores beneficios que la
agricultura. (Scheifler, 1974).

Este pensamiento económico abandona la
cuestión de la naturaleza como fuente de riqueza para
centrarse en el aspecto del comercio y la moneda (el medio
propicio para adquirir productos). En el caso de España
que en esta época centra su economía en los metales
preciosos, se da a la tarea de una gran explotación de la
minas de sus colonias para extraer oro y plata. La lógica
no es que los recursos naturales sean fuente de riqueza o los
mismos productos, sino que el centro de la riqueza es el dinero.
En el caso de Inglaterra se centra en el sistema financiero y da
pie a lo que hoy se denomina el sistema de bolsa de valores. Y en
el caso de Francia, las ideas del mercantilismo se sostienen
sobre la industria enfocada principalmente en productos de mayor
calidad y lujo. (Uribe, 2012).

Es el comienzo de un largo periodo donde la
economía analizar la riqueza en relación al
capital, el trabajo y la tierra. Son las ideas de la
economía clásica de Adam Smith (Uribe, 2012). A
partir de este pensamiento es que la naturaleza, o mejor dicho
los recursos naturales, son considerados en la economía
simplemente como los insumos requeridos para la
transformación de productos. El foco de la riqueza ya no
está en relación con la naturaleza, sino en todo
caso en su transformación por el trabajo, pero
principalmente será el capital, el cual terminará
cuantificándose en valor monetario.

Un intento por volver a enfocar la riqueza en
relación a la naturaleza, es el pensamiento
económico de Francisco Quesnay, denominado
Fisiocracia. En este sistema económico, la
agricultura es la fuente única de toda riqueza, el dinero
es considerado una riqueza estéril. El empleo del capital
debe de invertirse en el siguiente orden de importancia:
adquisición de tierras, inversión para la
agricultura, la industria, el comercio y por último los
préstamos a intereses. (Scheifler, 1974; Hernández,
2007).

Aunque la Fisiocracia es un intento por volver a centrar
la discusión económica en relación a la
naturaleza, sus motivaciones son de defender el status
quo
que había proporcionado el sistema feudal a los
dueños de la tierra, además de promover una
política económica liberal frente a la fuerte
intervención del Estado.

Sin embargo, el pensamiento económico de Adam
Smith genera una revolución en el modo de entender la
economía. Algunos puntos principales son la
división del trabajo que permite ser más productivo
y por lo tanto tener mayor ingreso. Así, el proceso
industrial tiene mayor ventaja de la división del trabajo
que la producción agrícola. Otro factor importante
es la idea de que el mercado se regula solo (la mano invisible),
la oferta y la demanda son los factores importantes para la
producción y comercialización.

Junto a las ideas de Smith, está el pensamiento
de David Ricardo quien expone que la riqueza está en
función del trabajo y el capital, deja fuera la tierra
(asociado con las rentas del terrateniente) por considerar un
factor ocioso. Además desarrolla los principios de las
ventajas absolutas y comparativas según las cuales, cada
uno se debe especializar en lo que mejor sabe hacer y
comercializar con otros lo que necesitan y producen. Aunque estos
principios a la larga generan una gran brecha entre los que el
desarrollo tecnológico es mayor y los que se quedan
estancados por no requerir un mayor desarrollo en la
producción de los bienes o servicios. (Uribe,
2012).

Estas ideas trasladan las discusiones económicas
a los factores del mercado y el proceso de
industrialización, dejando fuera la relación del
hombre con la naturaleza. La división del trabajo y el
desarrollo de los medios de producción son los elementos
importantes para una mayor producción y
comercialización, y por lo tanto, de mayor
riqueza.

El desarrollo de la máquina de vapor y
posteriormente el motor de combustión, dan un fuerte
impulso a la industrialización. Las ideas de la escuela
clásica toman mayor auge, hasta tal punto que el mismo
hombre se ve esclavo de las máquinas y su propio trabajo.
Es la crítica que hace Marx al capitalismo sobre la
enajenación del trabajo. Ciertamente Marx presenta la
plusvalía del empleo del trabajo, pero menciona James
Oconor que nunca se le ocurrió considerar la
plusvalía que se obtiene de la explotación de la
naturaleza, en el uso de un recurso natural, que nos cuesta a
todos y que no se incluye en los costos de producción.
Entre las discusiones del marxismo y el capitalismo, no hay un
planteamiento del uso de la naturaleza, el conflicto entre Adam
Smith y Marx es la repartición de la riqueza (Morales,
2012).

A partid de la ideas de la economía
clásica, lo que se busca es incrementar la productividad y
la generación de más riqueza. Dos propuestas que
desarrollan este objetivo, ya en la escuela neoclásica,
son el de Taylorismo y el Fordismo. H. Ford retoma el modelo
organizacional de Taylor, añade el paradigma
tecnológico en la cadena de producción y el
paradigma social del consumo de masas, para incrementar la
productividad y la oferta en el mercado, que lleva a una
disminución del precio de los productos y un supuesto
incremento en el consumo de los mismos. La búsqueda
implica llegar a un punto de equilibrio entre la oferta y la
demanda. Así, el objetivo de la propuesta de Keynes es
salvar el sistema capitalista de todas sus deficiencias y
errores, el libre mercado no funciona automáticamente, hay
que actuar desde fuera haciendo crecer la demanda efectiva y
reorientar el uso del dinero. (Uribe, 2012).

¿Qué ha pasado con la naturaleza ante las
propuestas de estos modelos económicos? Simplemente ha
quedada relegada. Los recursos naturales pasan a formar parte de
la cadena de producción para la generación de
bienes y servicios que el mismo mercado controla. Aunque en las
economías basadas en la bolsa de mercados, la
generación de "riqueza" se da por la especulación,
más que en la producción. Las discusiones de las
ideas económicas están en otras cuestiones y
variables que manejan los modelos económicos, como la
inflación, el estancamiento, el gasto público, la
tasa de empleo, la paridad de cambio, etc. El decálogo del
consenso de Washington[6]da una visión de
donde radican los temas principales de la economía
actual.

Sin embargo, el incremento de contaminación, la
perdida de los recursos naturales, la degradación de
selvas, bosques, etc., la pérdida de biodiversidad y la
transformación de los ecosistemas, junto con el incremento
de la temperatura en el planeta, no forman parte de las
discusiones económicas hasta que se hacen demasiado
evidentes sus costos. Dice John S. Dryzek (1997) que la idea de
que nuestro planeta es un lugar con recursos limitados y finitos
para soportar la vida humana es dada hasta 1960 cuando se toma la
primera foto de la tierra desde el espacio.

La idea de considerar la naturaleza como un bien
público, se da a partir del concepto de bienes
públicos que desarrolla Arthur Pigou, aunque estaba
pensando más en el costo social de los bienes que no
entran en rivalidad, ni exclusión por su uso, por ejemplo
la iluminación de la ciudad o las calles. (Gottschalk,
2012).

De esta visión surge el impuesto al impacto
ambiental para tomar en cuenta la
externalización[7]del costo marginal que no
asumen las empresas al producir un mal (como es considerada la
contaminación en cualquiera de sus modos de
emisión) y que pasa a la sociedad. Este costo marginal es
un costo negativo ya que la empresa no lo paga, y si no lo paga,
a su vez, entonces representa un ahorro marginal. La
teoría neoclásica busca con este impuesto generar
un equilibrio entre el costo marginal y la curva de daños
marginales sufridos por los demás actores
económicos. (Gottschalk, 2012).

En este sentido, la idea no es acabar con la
contaminación ya que la producción de los bienes y
servicios representan un modo de vida que es demandado. Las
actividades económicas generan un beneficio, pero tienen
un impacto negativo que normalmente no se incluye en el precio
porque no es tomado en cuenta. El impuesto sobre las emisiones
contaminantes no favorece una mejor relación con el medio
ambiente, sino que genera un mercado de la contaminación.
La empresa que puede pagar el impuesto seguirá
contaminando, y de cualquier forma el costo es pasado al
consumidor en el precio, pues cuándo las empresas absorben
realmente los costos. Aunque este impuesto supone que
induciría a una reducción de la demanda (por el
precio más alto), y una consecuente reducción de la
producción y contaminación por parte de la empresa,
pero ¿realmente es así como sucede en nuestras
sociedades de consumo? Parece que no.

Además, ¿se puede contabilizar en
términos monetarios lo que se ha perdido con la
degradación del medio ambiente? Desde una opinión
personal, considero que no es tan sencillo, tal vez pudiera
tomarse desde el costo de oportunidades al perder parte de los
recursos naturales por la producción de otros bienes, pero
hasta dónde es posible ese análisis sin tener en
cuenta el impacto sobre la sobrevivencia humana. Cuando se habla
del costo ambiental parece ser una forma de salirse por la
tangente, aunque ciertamente ayuda hacer explícito el
daño que se hace a la naturaleza con un modelo de vida
consumista (Rodríguez, 2012). ¿Existen
alternativas?

Está de moda la sustentabilidad. Es una de las
respuestas como alternativa al impacto ambiental que se
está generando con los actuales modelos de
producción y consumo, donde se considera que el sistema
actual sólo requiere algunas reformas. El desarrollo
sustentable implica satisfacer las demandas actuales de consumo
sin poner en riesgo el de las generaciones futuras. Aunque este
es un modelo de mercado imperfecto, ya que no están los de
la siguiente generación para establecer los precios, en el
caso que se pueda poner precio a la naturaleza (Morales,
2012).

Pero aun en este modelo sustentable hay distintos modos
de verlo, una visión más débil considera que
simplemente hay que subir el valor de los recursos naturales, de
tal forma que la escasez determine en el mercado hasta
dónde producir, ya que las necesidades son cambiantes y se
desconoce cuáles serán en el futuro. Mientras que
otra visión considera que si se genera un impacto negativo
sobre el medio ambiente, se debe intercambiar por otro recurso
positivo que reponga el impacto generado. Por ejemplo, la
emisión de bióxido de carbono (CO2) debe ser pagada
con la siembra de árboles[8](Gottschalk,
2012; cf. Dryzek, 1997).

Sin embargo, hay respuestas más radicales las
cuales consideran que no es posible el intercambio de un recurso
del medio ambiente por otro y mucho menos en territorios
distantes, pues el entorno debe ser visto como un todo, como un
ecosistema que mantiene un delicado equilibrio, o más aun
como un bioma donde hay una interconexión de todo
en el entorno que se mantiene naturalmente[9]El
problema es el crecimiento demográfico y los modelos
actuales de producción y consumo, que deben radicalmente
cambiarse o se agotaran todos los recursos naturales, ya que ni
la vida misma será posible continuar. (Gottschalk, 2012;
cf. Dryzek, 1997).

A modo de síntesis, en la historia del
pensamiento económico, la relación del hombre con
la naturaleza ha estado presente de modo explícito en
algunos momentos más que otros, ya sea porque ha salido de
foco para poner la importancia en algunos otros factores del
manejo económico o simplemente por no interesar. Es
fácil considerarse que a partir de la escuela
clásica de la economía dejo de ser un factor
relevante, más por sello propio que le imprimió
David Ricardo al sacar la renta de la tierra de la
ecuación de la riqueza.

El detrimento que se tiene en la naturaleza es en gran
medida por la importancia y el auge del desarrollo
tecnológico e industrial que se ha generado. Ya en estas
últimas décadas se ha puesto de relieve el pago del
costo que hay que absorber, por el olvido de políticas
económicas que no consideraron el impacto ambiental. Dicho
impacto aún se sigue generando por el impulso a un modelo
económico de desarrollo consumista y sin
medida.

El modelo económico de los griegos tenían
muy presente la relación del hombre con la naturaleza, no
sólo porque se tuviera esa visión integrada del ser
humano como parte del cosmos, sino que partiendo de un concepto
de polis sustentable, era necesario que se mantuviera un
equilibrio entre las tres preguntas que plantea Samuelson sobre
la producción y el consumo de productos y bienes. Las
respuestas que dan los griego son una forma de atender no
sólo la problemática ambiental, sino también
las relaciones sociales que son necesarias transformar para hacer
presente hoy un modo distinto de producir y consumir, teniendo en
cuenta la finitud y escasez de los recursos naturales, como la
sobrevivencia del ser humano. Claro que existen más
implicaciones que deben tomarse en cuenta en un contexto actual
que en aquella época o no formaban parte o eran
socialmente aceptadas, como la esclavitud y la situación
demográfica.

Algunos aspectos de los distintos pensamientos
económicos siguen teniendo un impacto en la
concepción actual de la economía. Por ejemplo, la
propiedad privada sigue teniendo una gran importancia
actualmente, de hecho la visión de la propiedad comunal de
la tierra tiende a desaparecer, mantenida únicamente por
economías solidarias o de pueblos indígenas. La
concepción de antropocentrismo donde el hombre ha de
dominar y hacer el uso que quiera de la naturaleza, sigue
prevaleciendo, aunque comienza a gestarse algunos cambios en
algunos grupos sociales con conciencia ecológica de ver a
la tierra como un ser vivo con la cual nos
relacionamos.

El factor monetario como relevante de la
economía, ha estado desde la antigua Roma hasta nuestros
días. Si bien en algunos momentos la moneda ha tenido
sustento en metales preciosos, hoy en día el dinero ha
pasado a ser virtual y, sin embargo, de un factor importante en
la consideración de la ecuación de la riqueza en
los mercados de valores, dejando totalmente fuera los recursos
naturales.

Hoy en día no se puede hablar de economía
sin tener en cuenta una visión más holística
e integrada de los muy diversos factores que de una u otra forma
tienen incidencia en las cuestiones económicas.
Así, por ejemplo la teoría económica de la
Fisiocracia tiende a recuperar la importancia de la
relación con la tierra como factor importante en la
generación de riqueza, sin embargo tiene de trasfondo una
política social de mantener el status quo de
solamente una parte de la población y no del beneficio de
toda la sociedad.

Una teoría económica realmente alternativa
debe ser capaz de sostener la alimentación y el bienestar
social generar, sin poner en riegos ni los recursos naturales, ni
la subsistencia de las personas. Es un reto que empieza a
discutirse y reflexionar en las distintas propuestas
económicas que se están planteando. Aunque algunas
de estas siguen en una lógica mercado y producción
de la escuela clásica o neoclásica. Es necesario
salir de estas teorías para tener una visión
alternativa verdadera, de otra forma se sigue ciclando y
queriendo dar respuestas con los mismo modelos que están
en crisis y viciados.

Una lógica de producción sin medida con
recursos naturales limitados no tiene un crecimiento exponencial,
hay un punto de quiebre donde la naturaleza ya no podrá
seguir solventando las externalidades. Esto no implica que se
deba simplemente pagar por esos costos y seguir explotando la
naturaleza, sino que simplemente la escasez de los recursos no
dará a otras posibilidades de uso. El problema no es
simplemente el agotamiento de los recursos, sino que la
contaminación y la ruptura de equilibrio de la naturaleza
no facilitarán la continuidad de la vida. Tal vez sea,
como los griegos, que el hombre sea expulsado del mundo, por ser
él que acapara la riqueza y no posibilita el bienestar de
todos los demás. Suena escatológico, pero espero
que no sea necesario llegar a comprobarlo
empíricamente.

Una propuesta de descrecimiento, puede ayudar a revertir
el proceso, aunque esto va contra la lógica actual de la
economía. Pero si producimos menos implica tener una mejor
distribución de la riqueza para un bienestar de todos,
pues hay quienes exponen que el problema no es la
producción, sino la distribución lo que no
está funcionando. Es necesario observar el ritmo propio de
la naturaleza para establecer el ritmo de producción y
tener un sentido de mayor solidaridad y cooperación mutua
entre todos.

Finalmente, no se debe olvidar que las teorías
económicas son productos del hombre y como tal son
factibles de ser cambiadas, aunque se debe analizar el impacto de
transición en todos los aspectos de la vida del hombre y
la naturaleza en la transición de un modelo
económico a otro.

Dryzek, John S. (1997). The Politics of the Earth:
Environmental discourses.
New York: Oxford University Press,
pp. 3-20.

Gottschalk, Johann Wilhelm. (2012). Entrevista realizada
por Joel Uribe Reyes. Guadalajara, Iteso: 16 de
noviembre.

Hernández, Rafael. (2007). Historia del
pensamiento económico
. México: Porrúa,
pp. 41-86, 113-130.

Keynes, JM. (1965). Teoría general de la
ocupación, el interés y el dinero.

México: Fondo de Cultura Económica, pp. 15-40,
328-337.

Morales Hernández, Jaime. (2012). Entrevista
realizada por Joel Uribe Reyes. Guadalajara, Iteso: 21
de noviembre.

Rodríguez Hernández, Resurrección.
(2012). Entrevista realizada por Joel Uribe Reyes. Guadalajara,
Iteso: 16 de noviembre.

Samuelson, Paul. (1996). Macroeconomía con
aplicaciones para México
. México: Mc Graw
Hill, pp. 3-15.

Scheifler Amézaga, Xavier. (1974). Historia
del pensamiento económico. Tomo 1
. México:
Trillas, pp. 107-147, 163-191.

Uribe Reyes, Joel (2012). Notas de la clase de
economía del profesor Ignacio Román Morales.

Guadalajara: Iteso.

 

 

Autor:

Joel Uribe Reyes

[1] Pretendo mantener un lenguaje sencillo de
rápida lectura, pero en algún punto puede que sea
necesario tener o consultar adicionalmente nociones
básicas de economía y de historia.

[2] El presente trabajo no pretende ser
extenso, sino sólo dar un panorama general, por ello
pueda que no se tenga varias teorías o pensamientos
económicos que sean importante en algún otro
contexto.

[3] La teoría económica de Paul
Samuelson puede ser considerada entre neoclásica y
keynesiana (Uribe, 2012).

[4] Esta idea se basa tanto en una
relación divina donde el hombre está por encima
de toda la creación o por una visión de
antropocentrismo donde el hombre es eje de cualquier
relación con los recursos naturales y su supervivencia
está por encima de cualquier especie o recurso
natural.

[5] El término es acuñado por
Adam Smith quien en su análisis de la historia del
pensamiento económico denomina al periodo que se separa
del sistema Feudal de la Edad Media, con el surgimiento de la
Reforma y el Renacimiento, donde la ideas económicas y
políticas se caracterizan por una fuerte
intervención del Estado para su enriquecimiento mediante
el comercio. (Scheifler, 1974).

[6] Es el trabajo de análisis que
realiza Wilson en los años 80’ sobre los puntos de
acuerdos política y economía que se dan entre los
organismos internacionales con sede en Washington. (Uribe,
2012).

[7] Una externalización es el costo o
beneficio no expresado en el precio de mercado de un bien o
servicio (Gottschalk, 2012).

[8] Se genera un mercado internacional de
bonos de CO2, donde las empresas compran sus bonos para poder
seguir emitiendo CO2 a la atmósfera.

[9] Esto me evoca la película de
Avatar, que es altamente recomendable para entender dos modos
distintos de relación con la naturaleza y el
aprovechamiento de ella para obtener los productos que se
desean. Aunque un modo de relación con lleva
determinados deseos y un modo de satisfacerlos.

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