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Ideario político y social de Simón Bolivar (página 2)



Partes: 1, 2

Para Bolívar, la Patria era América.
Consideraba, al igual que Miranda, que los hispanoamericanos eran
hermanos ya que compartían "un origen, una lengua, unas
costumbres y una religión."[46]
Asimismo, no sólo había una serie de
elementos culturales que hermanaban a los americanos, sino un
complejo patrón étnico que les daba una identidad
particular frente a otros pueblos del mundo. En este sentido,
planteaba que lo que caracterizaba a los hispanoamericanos era el
mestizaje, la mezcla entre diferentes etnias y culturas que
habían dado lugar a un nuevo "género humano".
Rompiendo parcialmente con el criollismo de Miranda, y con el
criollismo/racista de las élites americanas,
Bolívar insistió fuertemente en la importancia del
mestizaje como pilar fundamental de la identidad americana y como
un camino a profundizar para evitar el conflicto entre los
diferentes sectores socio-étnicos. Sabía, sin
embargo, de la dificultad de esta identidad ambivalente, ya que
con una claridad meridiana, entrevió que los
hispanoamericanos que buscaban su independencia, eran en gran
medida fruto del proceso colonial y estaban atrapados entre la
imposición de la cultura europea y el pasado precolombino.
Estas reflexiones en torno al mestizaje aparecen esbozadas con
claridad en la Carta de Jamaica, donde postulaba:

"Nosotros somos un pequeño género
humano; (…). Yo considero el estado actual de la
América, como cuando desplomado el Imperio Romano cada
desmembración formó un sistema político,
conforme a sus intereses y situación o siguiendo la
ambición particular de algunos jefes, familias o
corporaciones; con esta notable diferencia, que aquellos miembros
dispersos volvían a restablecer sus antiguas naciones con
las alteraciones que exigían las cosas o los sucesos; mas
nosotros, que apenas conservamos vestigios de lo que en otro
tiempo fue, y que por otra parte no somos indios ni europeos,
sino una especie media entre los legítimos propietarios
del país y los usurpadores
españoles
"[47].

Y luego en el Discurso ante el Congreso de
Angostura, donde afirmaba:

"Es imposible asignar con propiedad a qué
familia humana pertenecemos. La mayor parte del indígena
se ha aniquilado, el europeo se ha mezclado con el americano y
con el africano, y éste se ha mezclado con el indio y con
el europeo. Nacidos todos del seno de una misma madre, nuestros
padres, diferentes en origen y en sangre, son extranjeros, y
todos difieren visiblemente en la epidermis

(…)"[48]

En este sentido, Hispanoamérica podía ser
vista como una patria común para todos, sin embargo, a
diferencia de lo que Miranda pensaba, Bolívar consideraba
que era imposible construir un único estado para toda la
región. Aunque la idea le parecía sumamente
atractiva, la entendía como una utopía
quimérica ya que, en su opinión, había
enormes barreras geográficas, climáticas y
políticas que hacían esta magna tarea una obra
inalcanzable. En sus palabras:

"Yo deseo más que otro alguno ver formar en
América la más grande nación del mundo,
(…). Aunque aspiro a la perfección del gobierno de
mi patria, no puedo persuadirme que el Nuevo Mundo sea por el
momento regido por una gran república; como es imposible,
no me atrevo a desearlo, y menos deseo una monarquía
universal en América, porque este proyecto, sin ser
útil, es también imposible"[49] y
"Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo
una sola nación con un solo vínculo que ligue sus
partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una
lengua, unas costumbres y una religión, debería,
por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los
diferentes estados que hayan de formarse; mas no es posible,
porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos,
caracteres desemejantes, dividen a la
América
"[50].

Más realista que Miranda, entonces postulaba, no
la creación de único estado nacional que abarcase
toda Hispanoamérica, sino la constitución de
múltiples estados, que siguiendo el principio de utis
possidetis juris
, se conformasen a partir de los antiguos
virreinatos y capitanías generales. Mantenía, sin
embargo, vivo el sueño de Miranda, con dos propuestas
integracionistas sumamente relevantes. Por un lado, la
construcción de Colombia, que incluiría Venezuela,
Nueva Granada, Quito y Guayaquil y por el otro la
edificación de una magna confederación, que
nuclease a los nacientes estados hispanoamericanos. Este proyecto
confederal, tenía como intención integrar a los
países para la defensa común frente a las amenazas
coloniales y hacer viable el desarrollo económico y
político de las sociedades postcoloniales. Para
concretarlo, Bolívar propuso, ya en 1815, en su
profética Carta de Jamaica, la realización de un
Congreso Anfictiónico, similar al de la
confederación de la antigua Grecia, en el Itsmo de
Panamá, en el que participarían delegados de todos
los países hispanoamericanos. En la referida misiva
afirmaba:

"¡Qué bello sería que el Istmo de
Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los
griegos! Ojalá que algún día tengamos la
fortuna de instalar allí un augusto congreso de los
representantes de las repúblicas, reinos e imperios a
tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la
guerra, con las naciones de las otras tres partes del
mundo
."[51]

Como ya vimos, en la medida que la lucha revolucionaria
fue alcanzando sus frutos, Bolívar intentó de
realizar estas propuestas integracionistas. Logró la
concreción de Colombia y estableció pactos
confederales entre Colombia, Perú y Bolivia. Asimismo, a
mediados de la década del 20 impulsó (con la
colaboración inestimable de su colaborador Bernardo de
Monteagudo) la realización del Congreso de Panamá
invitando a los nacientes estados a enviar delegados a
Panamá. Sin embargo, agobiado por las tareas
bélicas, la organización del Cónclave
quedó a manos del vicepresidente Santander y del canciller
Gual, quienes le imprimieron una lógica diferente al
encuentro. Contraviniendo los postulados expresos de
Bolívar, éstos invitaron a Estados Unidos y a
Brasil al Congreso. Asimismo, temerosos de las represalias
internacionales y de su modelo revolucionario, excluyeron a
Haití del cónclave y se negaron a reconocer su
independencia. Finalmente, gracias a los anhelos localistas de
las oligarquías criollas, el Congreso resultó en un
lamentable fracaso.

Ciertamente, el ideario integracionista significó
un elemento central del pensamiento anticolonial de Simón
Bolívar. Sin embargo, es menester destacar los alcances de
sus postulados anti-coloniales. Desde su perspectiva, el gran
enemigo a combatir y vencer era el Imperio Español, ya que
eran los dominadores directos de las colonias americanos. En su
opinión, no sólo era necesario romper con el lazo
imperial, sino también crear nuevas instituciones
políticas, socio-económicas y culturales que dieran
por tierra con las viejas estructuras coloniales y regeneraran la
sociedad hispanoamericana. Empero, España no era la
única amenaza, sino que Bolívar (a diferencia de
muchos líderes revolucionarios, como por ejemplo
Santander) consideraba, de manera profética, que los
Estados Unidos constituían una amenaza real para los
jóvenes estados hispanoamericanos. Por este motivo,
procuró mantener siempre relaciones distantes y cautelosas
con el país del norte. Llegando incluso a sostener algunos
picos de conflicto, como ocurrió durante la corta vida de
la República Fernandina, instaurada por los patriotas en
la Florida española.

Diferente era su opinión sobre el Imperio
Inglés. Al igual que Miranda, tenía una imagen
sustancialmente positiva de este país. Consideraba que su
régimen político era un ejemplo de orden y
libertad, que las naciones hispanoamericanas debían tener
en cuenta (aunque no copiar) a la hora de construir sus estados.
Por otro lado, siendo Inglaterra la enemiga histórica de
España y de los Imperios más reaccionarios de
Europa, Bolívar, entendía que dicho país
podía ser un aliado militar de peso para garantizar la
independencia. En este sentido, buscó siempre mantener un
vínculo amistoso con Inglaterra. Sin embargo, la postura
de Bolívar, no era ni ingenua, ni servil (como la de la
mayoría de las élites criollas) ya que
entendía que el Imperio Británico tenía sus
propios intereses comerciales, militares y
políticos.[52]

Por ello, intentó sostener una relación
equilibrada con aquel imperio. Una relación practica que
sirviese a los anhelos de la independencia.

El ideario Social del
Libertador

Siendo Bolívar un miembro conspicuo de la
oligarquía mantuana, al principio tuvo enormes
dificultades para entrever la cuestión social que se
anidaba en el orden colonial. Temeroso del ejemplo de la
Revolución Haitiana, durante los primeros años del
proceso independentista, se negó, junto con la
élite criolla, a conceder la libertad a los esclavos y la
igualdad efectiva a los pardos. En este sentido, durante la
experiencia de la Primera y la Segunda República
Venezolana impulsó un orden político y social
francamente elitista y criollista, que fue rechazado de forma
radical por los sectores populares que apoyaron a los realistas.
Este divorcio entre independencia y cuestión social
(típico del proceso revolucionario hispanoamericano)
empezó a resolverse en la mente de Bolívar a partir
de 1816, con la experiencia de su exilio en Haití.
Allí, pudo conocer de primera mano los frutos de la
Revolución Haitiana, (el fin de la esclavitud, del racismo
y la primera reforma agraria de la región) y relacionarse
con uno de sus líderes más sobresalientes: el
presidente Alexandre Petión. Fue justamente Petión
quien lo convenció de asumir como propia la bandera de la
abolición de la esclavitud, para darle un carácter
social a la gesta independentista. De esta manera, a partir de
1816, Bolívar introdujo el abolicionismo como un elemento
central de su prédica y de su programa revolucionario. Sin
embargo, podemos reconocer un proceso de radicalización
con respecto a estas ideas. Así, en sus decretos de 1816 y
1817, proclamó el fin de la institución, pero
estableció que los esclavos varones mayores de edad
debían integrarse a los ejércitos patriotas,
quedando, de este modo, supeditada su emancipación a la
participación en la guerra. (Algo muy similar a lo
realizado por los realistas y por San Martín en su gesta).
Quienes sí eran inmediatamente libres eran las mujeres,
los niños y los ancianos, que por motivos de salud,
género o edad no podían combatir. Es posible
reconocer entonces, en este momento, una mezcla de idealismo y de
pragmatismo en su postura abolicionista. Sin embargo, a pesar de
que Bolívar continuó durante los años
subsiguientes impulsando el reclutamiento de los esclavos,
comenzó a promover la emancipación total de estos
sectores, sin ningún tipo de contrapartida militar. Estas
ideas fueron esbozadas explícitamente en el Congreso de
Angostura y en su proyecto de Constitución para Bolivia.
De esta manera, a partir de la experiencia en Haití y de
sus contactos militares con los sectores populares,
Bolívar comprendió que era imposible y una
flagrante contradicción luchar contra la esclavitud
política, mientras se sostenía la esclavitud de los
afro-descendientes. En sus proclamas y en sus decretos,
buscó convencer a la élite criolla y a sus
compañeros de armas, de que el abolicionismo debía
ser un pilar de la revolución. Así, en el Discurso
al Congreso de Angostura definía las bases del proyecto
independentista, republicanismo, libertad civil y
abolicionismo:

"Un gobierno republicano ha sido, es y debe ser el de
Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo: la
división de los poderes, la libertad civil, la
proscripción de la esclavitud, la abolición de la
monarquía y de los
privilegios
."[53]

Y en particular sobre la importancia del
abolicionismo decía:

"La atroz e impía esclavitud cubría con
su negro manto la tierra de Venezuela, y nuestro cielo se hallaba
recargado de tempestuosas nubes, que amenazaban un diluvio de
fuego. Yo imploré la protección del Dios de la
humanidad, y luego la redención disipó las
tempestades. La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela
se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han
convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de
libertad. Si, los que antes eran esclavos ya son libres; los que
antes eran enemigos de una madrastra, ya son defensores de una
patria. Encareceros la justicia, la necesidad y la beneficencia
de esta medida es superfluo cuando vosotros sabéis la
historia de los Helotas, de Espartaco y de Haití; cuando
vosotros sabéis que no se puede ser libre y esclavo a la
vez, sino violando a la vez las leyes naturales, las leyes
políticas y las leyes civiles. Yo abandono a vuestra
soberana decisión la reforma o la revocación de
todos mis Estatutos y Decretos; pero yo imploro la
confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como
imploraría mi vida y la vida de la
República
."[54]

Sin embargo, los sectores oligárquicos, movidos
por sus propios intereses, llevaron adelante una política
opuesta a los anhelos del Libertador. Contra viento y marea,
sostuvieron la institución, permitiendo únicamente
la libertad de vientres y un sistema de manumisiones (instauradas
por el Congreso de Cúcuta en 1821), que bajo una
prédica falsamente abolicionista mantenía
incólume las bases de la esclavitud. Recién a
principios de la década del 50, Colombia y Venezuela
decretaron el fin del sistema
esclavista.[55]

Similar posición mantuvo Bolívar frente al
problema de los pueblos originarios. Al principio, no tomó
en cuenta sus demandas, sin embargo, con el correr de los
años, al calor del proceso revolucionario, fue
introduciendo entre sus banderas el fin de la explotación
servil en la que se encontraban los indígenas. De esta
manera, decretó leyes que abolieron la mita, el
yanaconazgo, el tributo y que les garantizaban la
ciudadanía a los indios. Sin embargo, al igual que con la
esclavitud, las élites criollas (sobre todo las de
Perú y Bolivia) resistieron de manera frontal al proceso
reformista iniciado por Bolívar, dejando sin resultados
efectivos a las propuestas
legislativas.[56]

El racismo fue, indudablemente, uno de los pilares
centrales del orden colonial. Sobre el particular, Bolívar
inicialmente se mostró sumamente tibio aceptando la
exclusión civil de los indios, los esclavos y los pardos
pobres del nuevo orden político. Empero, con los
años fue radicalizándose y se convirtió en
un enemigo declarado del racismo, promoviendo en sus decretos y
proyectos constitucionales (Angostura y Bolivia), la igualdad
absoluta de todos los sectores sociales frente a la ley. En su
opinión, era la ley el instrumento fundamental para
igualar a los grupos socio-étnicos y terminar con las
discriminaciones propias del orden colonial. Asimismo, el
abolicionismo y las reformas pro-indígenas deberían
ayudar a realizar materialmente la igualación relativa de
la sociedad. A su vez, la participación popular en el
ejército también debía colaborar al ascenso
de los sectores de color. Por último, la
profundización del mestizaje, ya existente, debía
ayudar a borrar las tajantes diferencias étnicas
establecidas durante el período colonial. En sus
palabras:

"Para sacar de este caos nuestra naciente
República, todas nuestras facultades morales no
serán bastantes si no fundimos la masa del pueblo en un
todo; la composición del gobierno en un todo; la
legislación en un todo, y el espíritu nacional en
un todo. Unidad, unidad, unidad, debe ser nuestra divisa. La
sangre de nuestros ciudadanos es diferente, mezclémosla
para unirla"
[57]

Sin embargo, su ideario anti-racista tenía un
límite que merece señalarse, el miedo a la guerra
de razas y a la pardocracia. Como rémora de su pasado
mantuano, Bolívar temió durante su vida
política militar, que el proceso de igualación
llevase a un empoderamiento excesivo de los pardos (quienes eran
la mayoría en Colombia) que desembocase en una guerra de
castas y que tuviese por culminación la masacre de los
criollos blancos y la hegemonía de los pardos. En este
sentido, es posible sostener que a pesar de que Bolívar
abogaba por una ampliación universalista de la libertad y
la igualdad en términos legales, en los hechos buscaba
sostener un equilibrio entre los sectores sociales que
garantizara la participación de todos los grupos
étnicos y que mantuviese una relativa y sutil
hegemonía de los sectores criollos. Por ello, a pesar de
sus decretos igualitarios, reaccionó de manera violenta
(ejecutando a los oficiales pardos Piar y a Padilla), cuando
entendió que los pardos se excedían en sus reclamos
y buscaban imponer su propia
hegemonía.[58] En este
sentido, ciertamente, el pensamiento social de Bolívar
reconoció algunas limitaciones, pero es muy importante
destacar que el Libertador rompió con la
cosmovisión racista, esclavista y elitista de las
élites criollas e intentó construir un orden
postcolonial más justo e igualitario. Orden, que no
logró concretarse debido a la oposición radical y
tajante de las élites criollas, quienes deseaban
Introducir cambios mínimos para asegurarse que nada
cambiase realmente.

El reformismo económico de
Bolívar

Como señalamos previamente, Bolívar era
muy consciente del atraso económico en el que se
encontraba Hispanoamérica durante el siglo XVIII y XIX.
Consideraba que dicha situación, se debía, sobre
todo, a la expoliación de recursos que la región
sufría por parte de la metrópoli y a la
política impositiva y de monopolio comercial impuesta por
la Corona Española. Atento lector de las obras ilustradas
y de los economistas liberales, se propuso durante el proceso de
independencia, reformar las instituciones
socio-económicas, para alterar las relaciones de
producción y desarrollar las fuerzas productivas. En este
sentido, como bien apunta el historiador Luis Vitale,
Bolívar propulso un proyecto burgués que buscaba
afincar, o si se prefiere, consolidar un desarrollo capitalista
para la región.[59]

Desde esta clave interpretativa, es posible comprender
sus decretos antiesclavistas y anti-serviles, no sólo como
una política humanista y libertarios, sino también
como una estrategia para revolucionar el mercado laboral con el
objetivo de instaurar relaciones de producciones (formalmente)
libres y capitalistas. Asimismo, buscando aumentar la
producción y comercialización de productos
agrícolas y ganaderos, impulso una serie de reformas
importantes que rompieron con el monopolio comercial impuesto por
la metrópoli.

En primer lugar, estableció la abolición
de las excesivas cargas tributarias que afectaban a los sectores
criollos e indígenas (alcabalas, tributos, etc.) y
decretó un nuevo sistema impositivo.

En segundo lugar propicio, en términos generales,
la liberalización del mercado interno (con la
desaparición de las aduanas internas) y del comercio con
las potencias externas. Como buen liberal que era, consideraba
que la baja de los afueros (aranceles) aduaneros y la apertura
comercial era una medida positiva y modernizadora, que
traería un aumento considerable en la producción y
en las ganancias.

En tercer lugar, a diferencia de otros criollos miembros
de la elite, que eran acérrimos defensores del laissez
faire
, Bolívar promovió un proteccionismo
moderado para defender el desarrollo de algunas industrias
artesanales locales.

En cuarto lugar, siguiendo con esa postura parcialmente
intervencionista estableció la propiedad nacional de las
minas de Colombia.

Por último, el Libertador se propuso alterar el
régimen de la tierra, para limitar el poder de los grandes
terratenientes y fomentar el surgimiento de pequeños y
medianos propietarios. Para alcanzar dicho objetivo,
promovió una suerte de forma agraria, decretando la
entrega de tierras a los oficiales y soldados del ejército
libertador. Empero, este proyecto no alcanzó los
resultados esperados, ya que las tropas recibieron vales en vez
de tierras y se vieron obligadas a venderlos (a un precio
devaluado) lo cual fomentó la expansión del
latifundio y el surgimiento de oficiales latifundistas, como el
ex llanero venezolano, José Antonio
Páez[60]

Conclusiones

En conclusión, Bolívar dedico su vida a
realizar, a través del poder las armas, la ley y la
palabra, un proyecto anti-colonial, con el cual se
proponía derrumbar el orden imperial, para construir un
Nuevo Mundo en Hispanoamérica.

Este se conformaría de una multiplicidad estados
independientes organizados bajo el régimen
republicano/centralista y unido fraternalmente por un gran pacto
confederal, cuya cabeza estaría en Panamá.
Asimismo, en su faz social, su plan se proponía establecer
un sistema social post racial, post esclavista y post servil y en
su faz económica, un capitalismo liberal para desarrollar
las potencialidades económicas de la
región.

Superando enormes dificultades y sobreponiéndose
a innumerables fracasos transitorios, Bolívar con su
ejército popular, consiguió derrotar militarmente
al poder imperial en Hispanoamérica. Fue el libertador de
cinco estados y el protagonista principal de la independencia.
Sin embargo en el apogeo de su victoria, recibió la
traición artera de las oligarquías locales que
impidieron la realización efectiva de su ideario social y
su sueño de integración continental. Con
razón, al final de su vida, enfermo y desahuciado
afirmó: "Hemos ganado la independencia a costa de perder
todo lo demás."

Sin embargo, su gesta y su ideario revolucionario, no
fue en vano, sino que quedó como un hito fundamental para
el pensamiento crítico latinoamericano.

 

 

Autor:

Ricardo Adán Molina
Meza

Departamento de Filosofía

Universidad de El Salvador

[1] Simón José Antonio de la
Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y
Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar,
(Caracas, 24 de julio de1783 — Santa Marta,
República de Colombia, 17 de diciembre de 1830)

[2] Simón Rodríguez (n. Caracas,
Venezuela, 28 de octubre de 1769 – m. Distrito de Amotape,
Perú, 28 de febrero de 1854), conocido en su exilio de la
América española como Samuel Robinsón, fue
un gran filósofo y educador venezolano, uno de los
más grandes de su tiempo, tutor y mentor de Simón
Bolívar

[3] María-Teresa Josefa Antonia Joaquina
Rodríguez del Toro y Alayza (Madrid,15 de octubre 1781
— Caracas, 22 de enero de 1803), hija de
aristócratas españoles, fue la esposa del
prócer venezolano Simón Bolívar. A los ocho
meses después de su matrimonio con El Libertador de
América, María Teresa murió de fiebre
amarilla. Bolívar no volvió a casarse
después de morir su esposa

[4] Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander
Freiherr von Humboldt (Berlín, Alemania, 14 septiembre
1769 – 6 de mayo 1859), mejor conocido como Alejandro de
Humboldt, geógrafo, naturalista y explorador
alemán. En París conoció a Simón
Bolívar, quien solía decir que Humboldt era "el
descubridor científico del Nuevo Mundo, cuyo estudio ha
dado a América algo mejor que todos los conquistadores
juntos" Es considerado el "Padre de la Geografía Moderna
Universal".

[5] S.Bolívar y Francisco Pividal
(comp), Simón Bolívar: La Vigencia de su
pensamiento, La Habana, Casa de las Américas, 1982, p.
15.

[6] Carlos IV de Borbón, llamado el
Cazador (Portici, Nápoles, 11 de noviembre de 1748–
Roma, 20 de enero de 1819) fue rey de España desde el 14
de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808. Hijo y sucesor
de Carlos III y de María Amalia de Sajonia.

[7] Fernando VII de Borbón (San Lorenzo
de El Escorial, 14 de octubre de 1784 – Madrid,29 de septiembre
de 1833), llamado el Deseado o el Rey Felón, fue rey de
España entre marzo y mayo de 1808 y, tras la
expulsión del «rey intruso» José I
Bonaparte, nuevamente desde diciembre de 1813 hasta su muerte,
exceptuando un breve intervalo en 1823, en que fue destituido por
el Consejo de Regencia

[8] Vicente de Emparán y Orbe (Azpeitia,
5 de enero 1747 – Puerto de Santa María, Cádiz, 3
de octubre 1820, España) Caballero Gran Cruz de la Real
Orden de San Hermenegildo, Mariscal de Campo, Presidente,
Gobernador y Capitán General de Venezuela. Emparán
llega a Venezuela en mayo de 1809 y permanece hasta el 19 de
abril de 1810 cuando renuncia a la autoridad legítima
conferida por la Junta Suprema Central abandonando la Provincia
de Venezuela.

[9] Sebastián Francisco de Miranda
Rodríguez (Caracas, 28 de marzo de 1750 – San
Fernando, Cádiz, 14 de julio de 1816) conocido como
Francisco de Miranda, fue un político, militar,
diplomático, escritor, humanista e ideólogo
venezolano, considerado «El Precursor de la
Emancipación Americana» contra el Imperio
español. Conocido como «El Primer Venezolano
Universal» y «El Americano más
Universal» , fue partícipe de la Independencia de
los Estados Unidos, de la Revolución Francesa y
posteriormente de la Independencia de Venezuela, siendo
líder del «Bando Patriota» y gobernante de la
Primera República de Venezuela durante esta última,
en calidad de Dictador Plenipotenciario y Jefe Supremo de los
Estados de Venezuela.

[10] Algo que expresamente le había
prohibido la elite criolla que hegemonizaba la Junta de
Caracas.

[11] Juan Domingo de Monteverde y Rivas (1773
San Cristóbal de La Laguna , Tenerife , España –
1832 San Fernando, Cádiz , España),
comúnmente conocido como Domingo de Monteverde, soldado
español, gobernador y capitán general de Venezuela
a partir de junio 1812-8 agosto de 1813. líder de las
fuerzas españolas en la Guerra de Independencia de
Venezuela desde 1812 hasta 1813. Dirigió la campaña
militar que culminó con la caída de la Primera
República de Venezuela en 1812. Un año más
tarde, en 1813, Monteverde fue derrotado por el Libertador
Simón Bolívar durante la Campaña
Admirable.

[12] José Tomás Boves y de la
Iglesia (Oviedo, 18 de septiembre de 1782—Urica, estado
Anzoátegui, 5 de diciembre de 1814) fue un militar
español, comandante del Ejército Real de Barlovento
(también llamada la Legión Infernal) y caudillo de
los llaneros en el transcurso de la Guerra de Independencia de
Venezuela durante la Segunda República
(1813—1814).

[13] Santiago Mariño Fitzgerald nace en
Valle del Espíritu Santo (Nueva Esparta) el 25 de julio
de1788, muere en La Victoria (Aragua) el 4 de septiembre de 1854,
fue uno de los próceres de la Independencia

[14] Pablo Morillo y Morillo, I conde de
Cartagena, I marqués de La Puerta, conocido como El
Pacificador (Fuentesecas, Zamora, España, 1775 –
Barèges, Francia, 1837) fue un militar y marino
español. En Venezuela consiguió detener el avance
de Simón Bolívar hacia Caracas tras vencerle en la
batalla de La Puerta. Con el posterior Tratado de Armisticio y
Regularización de la Guerra consiguió establecer
una tregua y se abolió la Guerra a muerte decretada por
Bolívar.

[15] En ese momento, como resultado de una
guerra civil, Haití se encontraba dividido en dos. En el
norte existía una monarquía gobernada por Henri
Christophe y en el Sur una república gobernada por
Alexandre Petión. Anne Alexandre Sabès
Pétion, más conocido como Alexandre Petion o
Alejandro Petión (Puerto Príncipe, Haití, 2
de abril de 1770 – 29 de marzo de 1818) fue un military
político haitiano, que fue presidente de su país
desde 1806 hasta su muerte. Prestó un importante apoyo
encubierto a las causas republicanas en América y que
trajo como consecuencia para su país el cierre de los
puertos españoles a las embarcaciones haitianas.

[16] Paul Verna, Petion y Bolivar, Caracas,
Imprenta Nacional, 1969, pp. 130-160.

[17] Manuel Carlos María Francisco Piar
Gómez (1774-1817), militar venezolano de origen
curazoleño, prócer de la Independencia de
Venezuela. Y además dentro de los Anales de la Historia
Republicana Venezolana es reconocido como "El Libertador de
Guayana".

[18] José Antonio Páez Herrera de
Mendoza Xaimes de Agüero (Curpa, Provincia de Barinas, (Hoy
Estado Portuguesa),13 de junio de 1790 – Nueva York, Estados
Unidos, 6 de mayo de 1873) fue un militar y político
venezolano de ascendencia española -canaria-, presidente
de la República en tres ocasiones (1830-1835;
1839-1843;1861-1863).

[19] Éste había establecido hace
tiempo una zona liberada en la región de Casanare, similar
a lo realizado por los patriotas en la provincia de Guayana.
Francisco José de Paula Santander y Omaña (Villa
del Rosario, 2 de abril de 17921- Bogotá, 6 de mayo de
1840) fue un estadista, jurista, revolucionario, militar y
político, prócer de la Independencia de Colombia.
Participó en la Guerra de la independencia.
Desempeño un rol determinante en la Batalla de
Boyacá y fue ascendido por Bolívar al rango de
general de división.

[20] A esta nación se la suele llamar
Gran Colombia para diferenciarla de la Colombia actual. Sin
embargo en su época el nombre oficial era Colombia.

[21] Rafael del Riego (Tuña, Tineo,
Asturias, 24 de octubre de 1785 – Madrid, 7 de noviembre de
1823) fue un general español y político liberal.
Dio nombre al famoso himno decimonónico, más tarde
adoptado por la I y la II República, conocido como Himno
de Riego.

[22] Miguel de la Torre y Pando, Conde de
Torrepando (Bernales, Vizcaya, 1786 -Madrid, 1843), fue un
militar y político español que luchó en las
guerras de independencia de Venezuela y Colombia como parte de la
expedición encargada de sofocar la rebelión. De
esta etapa destaca la victoria que obtuvo en la batalla de La
Hogaza y que supuso un duro revés para los planes de
Simón Bolívar, quien más tarde lo
derrotaría en la decisiva batalla de Carabobo. De la Torre
ocupó, además, los cargos de Capitán General
de Venezuela y Capitán General de Puerto Rico.

[23] Antonio José de Sucre y
Alcalá, (Cumaná , C. G. de Venezuela ,Imperio
Español; actual estado Sucre; Venezuela, 3 de febrero de
1795 – Montañas de Berruecos, La Unión
(Nariño); Colombia, 4 de junio de 1830), fue un
político, estadista y militar venezolano, prócer de
la independencia americana, así como presidente de
Bolivia, Gobernador de Perú, General en Jefe del
Ejército de la Gran Colombia y Comandante del
Ejército del Sur.

[24] José Francisco de San Martín
(Reducción de Yapeyú, Virreinato del Río de
la Plata,25 de febrero de 1778 – Boulogne-sur-Mer, Francia, 17 de
agosto de 1850) fue un militar argentino, cuyas campañas
fueron decisivas para las independencias de la Argentina, Chile y
el Perú

[25] Éste no acepto el cargo de forma
vitalicia, sino que lo asumió sólo por dos
años.

[26] El Congreso de Panamá (designado a
menudo como Congreso Anfictiónico de Panamá en
recuerdo de la Liga Anfictiónica de Grecia antigua) fue un
congreso que tuvo lugar en la ciudad de Panamá, convocado
por el Libertador venezolano Simón Bolívar, con el
objeto de buscar la unión o confederación de
Hispanoamérica, lo que antes fueron los virreinatos
españoles en América. El congreso se llevó a
cabo en 1826 en el antiguo convento de San Francisco, hoy Palacio
Bolívar de la ciudad de Panamá.

[27] Pedro José Ramón Gual
Escandón, (Caracas, Venezuela, 17 de enero de 1783
—Guayaquil, Ecuador, 6 de mayo de 1862). Fue un abogado,
periodista, político, estadista y diplomático
venezolano. Uno de los creadores de la política exterior
de Venezuela y la Gran Colombia, encargado de la presidencia de
Venezuela en tres oportunidades.

[28] Manuela Sáenz Aizpuru (Quito,
Ecuador; 27 de diciembre 1797- Paita, Perú; 23 de
noviembre de 1856) fue una patriota ecuatoriana y
compañera sentimental de Simón Bolívar,
reconocida por la historiografía independentista
hispanoamericana contemporánea como heroína de la
Independencia de América del Sur. Es conocida
también como Manuelita Sáenz y como
«Libertadora del Libertador» (en referencia a
Simón Bolívar).

[29] La Carta de Jamaica es un texto escrito
por Simón Bolívar el 6 de septiembre de 1815 en
Kingston, expone las razones que provocaron la caída de la
Segunda República en el contexto de la independencia de
Venezuela.

[30] Simón Bolívar, Escritos
Políticos, Alianza, Madrid, 1971, p.71.

[31] Idem, pp. 71, 72.

[32] Idem, p. 51

[33] Idem, p.75.

[34] Idem, p. 50.

[35] La cual como veremos sufrió algunos
cambios importantes con el correr de los años.

[36] Idem, p. 78.

[37] El Congreso de Angostura, inaugurado el 15
de febrero de 1819 por el Libertador Simón Bolívar,
bajo la inspiración del Ideario del General Francisco de
Miranda en Angostura (hoy Ciudad Bolívar),
representó el segundo Congreso Constituyente de la
República de Venezuela.

[38] Idem, p. 112.

[39] Idem, p. 108.

[40] Idem, 119.

[41] Idem , pp.131-133.

[42] Idem, p.129.

[43] Idem, p130.

[44] Idem , p.130.

[45] Idem, p. 128.

[46] Idem , p. 72.

[47] Idem, p. 69.

[48] Idem , p.103

[49] Idem, p.76.

[50] Idem, p. 76.

[51] Idem , p. 77

[52] En este sentido se puede afirmar, que la
postura de Bolívar era similar a la planteada por Mariano
Moreno en su Plan de Operaciones.

[53] Idem, p.117

[54] Idem, pp.119,120.

[55] Harold, Bierck Jr, “ The struggle
for Abolition in Gran Colombia” en The American Historical
Review Vol 33, Nro 3, Agosto, 1953,pp. 360-368. John Lynch, Simon
Bolivar, Barcelona, Critica, 2006, pp.380-384.

[56] Bernard Lavalle, “ Bolívar et
les Indies” en Alain Yacou, Bolívar et les Peuples
de Nuestra América, Paris, P.U.B, 1990,pp. 102-110.

[57] Idem, p.116.

[58] Aline Helg, “Simón
Bolívar and the specter of Pardocracia: Jose Padilla in
post-independce Cartagena” en Journal of Latin American
Studies, 2003, Nro 35, pp. 447-471. Belrose Maurice,
“Bolívar et les noirs” en Alain Yacou, op cit,
Paris, P.U.B, 1990,pp. 85-99.

[59] Más allá del debate en torno
a sí América Latina colonial era capitalista o
feudal, está fuera de duda que durante ese período
las relaciones de producción serviles y esclavistas eran
las predominantes.

[60] Véase, Luis Vitale, La
Contribución de Bolívar a la Economía
política Latinoamericana, Caracas, Universidad Central de
Venezuela, 1984, pp.20-25.

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