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La legitimación del capitalismo para la explotación de la naturaleza



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Antecedentes
  3. Sobre las organizaciones de trabajo implicadas

Resumen

El presente artículo presume el análisis de una reseña bibliográfica sobre algunas hitos regionales y globales que dieron lugar al nacimiento de nuevas formas de organizaciones y de organizar el trabajo en la historia di si mismas; a partir de una red de relaciones que se fueron conjugando en un presente continuo. De todas ellas, me interesa aquellas formas implicadas en la explotación de la biodiversidad de la naturaleza en nuestro país al día de hoy. Esto a partir de tres grandes dimensiones que hacen al sistema-mundo que nos habita: trabajo, subjetividad y bienes naturales, los cuales fueron propuestas por el equipo docente.

Para ello intento dar cuenta a través de una serie de relaciones asociativas, algunos antecedentes que sirvieron para el presente que son hoy como organizaciones. También intento hacer foco sobre una serie de (trans)-formaciones que preceden a las formas de trabajo con relación a la naturaleza, que hoy pregonan estas organizaciones; además de algunos nodos de su relación con el estado y con el sistema mundo.

Finalizo con una serie de reflexiones que invitan a problematizar una cartografía ecosistémica más integral y holística para el vínculo entre dichas organizaciones y la naturaleza, entre la sociedad y su reino.

Palabras claves: Biocolonialidad – Instituciones – Capitalismo

Abstract

The present article presumes the analysis of a bibliographical review on some regional and global milestones that gave place to the birth of new forms of organizations and to organize the work in the history I gave if same; from a network of relations that were conjugating in a constant present. Of all of them, I am interested those forms involved in the exploitation of the biodiversity of the nature in our country in the day of today. This from three big dimensions that they do to the system – world that he us lives: work, subjectivity and natural goods, which were proposed by the educational equipment.

For it I try to realize across a series of associative relations, some precedents that served for the present that they are today like organizations. Also I try to do area on a series of (trans) – formations that precede the forms of work with relation the nature, which today these organizations proclaim; besides some nodes of his relation with the condition and with the system world.

I finish with a series of reflections that invite to problematizar a cartography ecosistémica more integral and holistic for the link between the above mentioned organizations and the nature, between the company and his kingdom. Key words: Biocolonialidad – Institutions – Capitalism

Antecedentes

Puedo decir que desde hace algunos años vengo observando algunos fenómenos coyunturales locales que se han convertido en el foco de atención para mí, como también veo que se convirtieron para otros actores de la comunidad. Con ello me refiero a las repercusiones sociales y ambientales que generan la instalación de industrias pesadas y grandes proyectos de infraestructura en nuestro país.
En tal sentido, dichas repercusiones fueron tomadas para poder dar cuenta de un campo de problemas delineado por la preocupación docente en torno a la producción de subjetividad del trabajo en directa relación con bienes naturales.

Son varios los fenómenos posibles a referir en el caso de dichos comienzos en nuestro país; se pueden observar las instalaciones (realizadas y venideras) de fábricas de pulpa de celulosa, de minerías a cielo abierto, puertos de aguas profundas, usos de agroquímicos, el monocultivo, entre otros.

En la mencionada revisión, encuentro algunas investigaciones que han estado indagando sobre estos asuntos; como aspectos en común señalan evidencias de riesgos de impacto social y ambiental ante la concreción de dichos fenómenos. Algunos comentarios, "las fábricas de pulpa de celulosa tienen una historia de ser potencialmente contaminantes" (Carlos Reboratti; 2010: 1); "El resultado obtenido refleja un alto nivel de contaminación no sólo del ambiente, sino en los seres humano, lo que se manifiesta en enfermedades, destrucción de flora, fauna y de los recursos naturales disponibles" (D. Torres, T. Capote; 2004: 1); "La desregulación financiera ha venido acompañada de una desregulación ambiental y social" (Pedro Arrojo Agudo; 2011: 1); "Las actividades de producción y trabajo se manejan en la actualidad en contextos de creciente incertidumbre que marcan la existencia de riesgos propios a cada proceso y tarea" (S. Nión Celio; 2012: 221). Otros identifican a ciertos actores y sus responsabilidades en conjunto; "A partir de la conferencia de las Naciones Unidas, realizadas en Estocolmo de 1972, se acordó luchar contra la contaminación del Medio Ambiente. Conscientes de que el creciente impacto de la actividad humana está dañando el planeta, a los estados le llegó la hora de actuar para reducir estos efectos" (Milán, N. & otros; 2009: 5). En cambio están aquellos que argumentan y "explican las ventajas en la construcción de un Puerto en Aguas Profundas en La Coronilla, departamento de Rocha" (W. Viera; 2009: 1).

En este marco y a través del presente artículo, intento hacer foco y aproximarme a comprender un poco más sobre otros aspectos en común que mantienen estos sucesos, específicamente indago someramente sobre las subjetividades de las organizaciones de trabajo implicadas: quiénes son, cómo se conforman, a través de algunos hechos que creo fueron marcando su devenir; sumado a ¿Qué relación mantienen dichas organizaciones con el estado y el sistema mundo que hoy nos habita?, en tanto su proceso socio-histórico y algunas realidades coyunturales.

Sobre las organizaciones de trabajo implicadas

Las huellas del devenir de nuestro presente

Poder dar cuenta de algunos rasgos de las subjetividades y estructuras de las organizaciones de trabajo implicadas, exige comprender que el papel de la ciencia con relación al trabajo ha sido superlativo. Y no es que anteriormente ambos no estuvieran relacionados; el desarrollo del intelecto (por lo pronto ciencia) para la supervivencia siempre estuvo en inmanente relación con el desarrollo del trabajo. Creo que en este caso la diferencia radica en como este intelecto fue siendo utilizado ya no solo para el trabajo como supervivencia y autogestión sino que fue quedando supeditada a la dimensión económica del actual sistema mundo; "gracias a la provisión amplia y estable de alimentos, los hombres pudieron liberarse de la necesidad de dedicar todo su tiempo (o sí quiera parte su tiempo) a la producción de materiales imprescindibles para la subsistencia. (…) Solo en este punto el trabajo comienza a adquirir toda clase de distinciones y calificaciones, así como también una infraestructura de significados evaluativos cada vez más complicada" (W. Neff; 1972: 74)

Si bien las formas de relación entre trabajo y naturaleza en algunos aspectos ha cambiado mucho, en otros se puede decir que ha cambiado muy poco. El trabajo en América preexiste a la llegada de la civilización europea a nuestro continente; aunque algunas formas de expresión del trabajo cambiaron radicalmente a partir de su llegada; reflejadas a través de la subsunción del trabajo y la naturaleza; como parte de un conjunto más amplio, el capital. "Con la subsunción real del trabajo y de la naturaleza al capital se produce una revolución total del modo de producción mismo. Se revolucionan la forma del proceso de trabajo y la productividad del trabajo. Es la instauración del modo de producción específicamente capitalista que conquista todas las ramas industriales y, según nuestra perspectiva, la naturaleza misma" (I. Sabatella; 2010: 5).

Las formas de expresión del poder han venido cambiando, produciendo una especie de autopoiésis social. Comprender algunos aspectos que componen a las organizaciones y el trabajo coyuntural de nuestro país demandará situarnos en las lógicas de sentido presentes del sistema-mundo que hoy nos habita; además de una mirada retrospectiva (totalmente condicionada), para señalar aquellos acontecimientos que se tornaron capitales y marcaron el curso de la historia que hoy lo permite.

Resulta ineludible mencionar que dichos emprendimientos son llevados adelante por organizaciones multinacionales, en tanto organizaciones de trabajo. Podemos inferir que su papel como organización no refiere a una empresa ni una sociedad en sentido económico o jurídico normal, pueda estar y solo ser parte de propiedad extranjera, pero hay que tener presente que "la naturaleza multilocalizacional de las empresas multinacionales, con operaciones que se llevan a cabo en numerosos países, las hace insensibles a las necesidades de cualquier país en particular. Les permite modificar sus operaciones una y otra vez y con suma rapidez, de un país a otro, en respuesta a las circunstancias cambiantes y, por lo tanto, disminuyen el poder de los gobiernos nacionales para implantar sus propias políticas económicas" (Dicken, P. 2008: 5). Por lo pronto, se han vuelto una red institucional mundial, un sistema económico globalizado. Nuestra coyuntura se ve signada por dos formas de poder que se relacionan, dos instituciones en pugna sobre el mundo social, nuestro estado nación ante las multinacionales (instituciones recientes respecto a los cientos de años de los estados nación).

Intentar justificar la legitimación del capitalismo para la explotación de la naturaleza (como una determinada demanda social), en todas sus formas más allá de los marcos regulatorios nacionales e internacionales, demanda saber por lo menos que, "las compañías de indias creadas por Inglaterra, Holanda y España durante los siglos XVI, XVII y XVII presentan muchas de las características de la empresa multinacional actual". (A. Amador Méndez; 2010).

En tal sentido, intentaré hacer foco sobre algunos acontecimientos regionales y globales que fueron ocurriendo desde la llegada de la civilización europea al continente americano, para hacer Rizoma (Deleuze & Guattari 1988) en aquellos eventos que fueron emergiendo y que componen al presente de nuestro país; en tanto "…líneas de articulación o de segmentariedad, estratos, territorialidades, pero también líneas de fuga" (1988: 9).

Contemplando que tal momento tiene sus precedentes (llegada de la civilización europea a América), considero que el mencionado suceso sembró las posibilidades de una multiplicidad de eventos que generaron la metamorfosis de las formas de organizar el trabajo en América. Las organizaciones de trabajo mencionadas, por lo pronto surgen tras el auge de la industria desde la revolución industrial.

En tal sentido, el abordaje analítico nos demanda situarnos en las lógicas de sentido presentes del sistema-mundo que hoy nos habita (cuyas características son capitalistas, de patriarcado moderno y colonial) inauguradas con la expansión colonial europea en 1492 (Grosfoguel 2008). La lógica actual del patriarcado europeo se instala a partir de que "encontró diversas relaciones entre los sexos en diferentes regiones del mundo cuando se expandió junto a la expansión colonial europea hasta cubrir el planeta entero a fines del siglo XIX" (2008:1). Esto permitió definir un tipo de hombre "fuerte y una mujer "débil"; presumieron desigualdades en la distribución en las relaciones de poder. En la división del trabajo, la idea de raza dio como resultado, que se organice definiendo quién recibe mayor riqueza o mejores salarios y quién realiza los peores trabajos. Otro fenómeno que emerge de estas lógicas remite a que los paradigmas de la economíapolítica se construyeron a partir de la mirada euro-centrada del mundo, es decir, con la intención de acumular riquezas y de explotar y dominar comunidades enteras y su respectiva naturaleza.

En nuestra Cotidianeidad (E. Pichón-Riviere, A. Pampliega de Quiroga; 1985) estas organizaciones y sus propuestas de trabajo, vienen siendo sostenidas porque contemplan un fin; son vistas como nuevas formas de producción que promoverían el crecimiento económico para así generar supuestos recursos y solventar el desarrollo social ante una serie de crisis, "bajo el argumento de dar libertad al mercado, a fin de promover un desarrollo que, se supone, acabaría beneficiándolos en última instancia" (P. Arrojo Agudo; 2011: 1). Todos ellos impulsados por organizaciones multinacionales, que leen todo bajo un lenguaje matemático. Las relaciones sociales y la naturaleza son pensadas por una racionalidad económica, donde se puede presumir que el denominador común de la intención es la explotación (en algunos casos exhaustiva) de la naturaleza y sigilosamente la dominación social a través de organizaciones que impulsan nuevas formas de juego en el trabajo. "La dinámica sujeto-trabajo adquiere determinados rasgos en función del ámbito organizacional en el cual se desarrolla" (E. Motauti; 2012: 188).

 La empresa multinacional debe ser flexible, adaptable y rápida en sus decisiones sobre una base planetaria, valiéndose del estrecho marco de las fronteras nacionales. La gestión de una empresa multinacional requiere de un conjunto de herramientas conceptuales distinto al de las empresas exclusivamente nacionales.

En el camino hacia la multinacionalización empresarial, se pueden ver varios modelos de estructura organizacional y dependiendo de la respectiva organización de su Casa Matriz; esta funciona como "la capacidad de ver al mundo como su teatro de operaciones, lo cual la lleva a planear, organizar, asignar recursos y controlar sus operaciones internacionales desde una perspectiva global" (Viloria Vera, E. 2005: 27). Desde este autor (Ganador del Premio de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, correspondiente al año 1979, por su libro "La Empresa Multinacional y La Empresa Pública. El caso de la nacionalización en Venezuela") se pueden ver los siguientes modelos de organización según el funcionamiento de su casa matriz: Casas Matrices Organizadas por Productos, caracterizada por divisiones organizadas de acuerdo con los productos de la empresa. Casas Matrices Organizadas por Áreas Geográficas, aquí la empresa crea un conjunto de divisiones basadas en criterios de alcance geográfico, de acuerdo con la naturaleza de las actividades propias de la empresa a nivel regional. Casas Matrices Organizadas por Funciones; este tipo de estructura combina un conjunto de unidades staff con divisiones de producción y de mercadeo de alcance operativo. Estas divisiones operativas pueden atender separadamente la producción y el mercadeo doméstico, así como la producción y el mercadeo internacional. Casas Matrices Organizadas con Criterio Mixto  se combinan criterios funcionales con criterios por región o por producto, simultáneamente. (Viloria Vera, E; 2005).

El mejor modo de implementar estrategias multi-locales es tener una estructura organizacional en cada país en la que las filiales nacionales independientes estén dirigidas por un gerente exclusivo para ese país. Finalmente, una estrategia transnacional permite a la multinacional buscar simultáneamente una adaptación local y una coordinación global. Esto pensado desde la noción de Minseberg (1999) de estrategia organizacional, puede considerarse como una serie de planes coherentes, premeditados, al mejor estilo de una conducta organizacional orientada al futuro.

En lo que refiere a la subjetividad de estas organizaciones, se puede decir que son hijas del sistema-mundo que nos habita, lo cual se puede avizorar que contienen algunas instituciones que nos invitan a ser una pieza más de esta gran maquinaria de producción, a ser "parte de" la naturaleza, a humanizar nuestro entorno natural; además de pensarla como un recurso infinito. Algunas de sus formas de trabajo quedan alienadas de su íntima relación con la naturaleza misma, produce en ellas un registro de afectación inanimado, a partir de lógicas de conocimiento del trabajo que no respetan la biodiversidad (Cajigas-Rotundo: 2007).

Esto ha sido sostenido con el paso del tiempo por ciertas creencias que se fueron conformando como una especie de patrón de poder colonial subjetivo desde los nativos con su cultura, hasta las entrañas de nuestro imaginario social actual. Se ha conformado junto a una ideología global dominante que invisibiliza a través de algunas formas de trabajo, ciertos procesos de dominación social y de extirpación de la naturaleza. En tanto, son instituciones que se conjugan en nuestra Ideología como base de nuestra cultura; allí donde se consolidan las prácticas que construyen y reproducen el poder.; "esas mismas relaciones de producción pueden ser también justificadas como un marco institucional funcionalmente necesario" (J. Habermas; 1986: 57).

Vivimos a través de un sistema mundo de colonialidad del poder (Quijano; 2000) que ha establecido (y lo sigue haciendo) una racionalidad escindida de la naturaleza, de su ser, de su matriz. Fundado en la idea de raza mantiene una clasificación social donde su distribución del poder es desigual con un tipo de jerarquía etno-racial, que discurre a través de estas organizaciones, como por todos los intersticios de las relaciones sociales como las concepciones de género, sexualidad, trabajo, espiritualidad, el cojito positivista, entre otras.

Me interesa destacar como este fenómeno es llevado adelante hoy en nuestra coyuntura por estas multinacionales con precisas tecnologías de dominio; en palabras de Juan Cajigas Rotundo "la Biocolonialidad del poder" (2007: 1). Esta expresión trasciende lo propuesto por C. Quijano en su trabajo sobre colonialidad del poder "basada sólo en la producción de subjetividades coloniales articuladas a jerarquías raciales y epistémicas" (Rotundo 2007: 1), para hacer alusión a nuevas formas de territorializar sus subjetividades a partir de tecnologías discursivas que atraviesan el imaginario social. De forma inmanente, dichas tecnologías están siendo utilizadas en nuestro presente para ejercer relaciones de dominio a nivel organizacional-laboral, como así también relaciones de trabajo (en tanto explotación) sobre los bienes naturales. El plan ha sido "instituir una visión del mundo aceptada, legitimada y globalizada a través del estado" (Castro Gómez 2005: 63) en el que se conjugan la episteme del ser humano y la naturaleza (en este caso escindidos), a partir de los paradigmas de las ciencias y del mundo del trabajo. Esto es posible sobre una relación constante entre ambas instituciones (estados nación – multinacionales); muchas veces estas últimas ejercen cierto poder que doblegan a los estados nación; este último termina respondiendo a los intereses de estas organizaciones, En otros casos el estado nación logra funcionar como organismo de contralor de las intenciones que promueven estas organizaciones. Es un proceso de mediación constante.

Podemos considerar desde Foucault (2000) dos esferas donde se consolidan las prácticas mismas, donde cada una de estas esferas posee sus propios mecanismos de perpetuación, sus propias lógicas de sentido, en la que actúan como centros de poder y elaboran sus discursos para su consecuente legitimación. Una de estas esferas está constituida por la ciencia; la otra se constituye por todos los demás elementos que pueden asumirse como integrantes de la cultura.

Así toda la trama institucional se ve nutrida por las tópicas postuladas desde la ciencia con sus consecuentes discursos de poder; los cuales por más que se precien de ser explicativos o descriptivos no son otra cosa que normativos, ya que definen y disponen.

El discurso como fuerza

A veces resulta increíble como ciertas formas de pensamiento tienen su origen cientos de años atrás. Para poder dar cuenta de algunas series de las cartografías de estas organizaciones y sus formas de significar al trabajo, uno casi que se tiene que volver un genealólogo, para poder encontrar cierto sentido en los escenarios que discurren en su coyuntura. Existen palabras que tienen su origen en un momento dado y son olvidadas por el discurso de la gente; en tanto existen otras que nacen para quedarse y perduran en el tiempo. Esto en referencia a algunos términos que hacen a su identidad como organización, en tanto multinacional, globalizadas, capitalistas, etc., a partir de las relaciones sociales que metabolizan nuestras prácticas cotidianas e instituyen nuestra subjetividad.

Resulta lacónica A. M. Fernández (2007) cuando hace referencia sobre los procesos de nominación, resultando piezas claves al momento de las construcciones sociales, de las subjetividades, de las organizaciones, de la cultura. A esta premisa también la podemos concatenar con lo que Austin (1982) y Walsh (1995) promueven acerca de que "las palabras generan realidades". Esto lo vuelve posible un sistema de agentes políticos de enunciación; lo que implica que no hay enunciados individuales. Tengamos en cuenta que todas las fuentes que avalan a tales enunciados carecen de validez fuera de las lógicas de sentido de aquellas que las construyen.

En escenarios pasados en nuestra región, la utilización de la fuerza y la violencia por parte de los invasores sobre los nativos para desposeerlos de su lugar y sus bienes fue cuenta corriente. Creo que desde hace un tiempo (no puedo precisarlo específicamente) los modos han cambiado aún cuando estas prácticas no han dejado de efectuarse. La disputa se viene jugando en otras órbitas; se desarrolla de manera más sutil, invisibilizada a los ojos de la masa. En tal sentido me refiero al plano discursivo. Allí, esta lucha se da entre dos formas de discurso al menos, claramente evidenciadas en su confrontación por el poder.

A través del trabajo realizado por Ignacio Sabatella en "Más allá de la crisis" (2010), podemos dar cuenta de un claro ejemplo de esta guerra discursiva que se presenta en torno a la Biocolonialidad del poder y la consecuente construcción subjetiva de la naturaleza por parte de otros actores representantes que difieren de dichos pensamientos. En su discurso, Sabatella maneja el termino bienes naturales, el cual él nos cuenta del porque de su uso: "La introducción del concepto "bien natural" no es casual ni neutral. Podríamos caracterizarla como parte de una disputa discursiva al interior del mundo académico pero que fundamentalmente han establecido algunos movimientos sociales contra el concepto hegemónico "recurso natural" impuesto desde una racionalidad instrumental y economicista propia del régimen capitalista de producción. Entre los bienes naturales enumeramos agua, tierra, minerales, bosques nativos, biodiversidad y fuentes de energía (fósiles, eólica, hidroeléctrica, solar, etc.)". (2010:1)

Lo que veo reflejado en este hecho es una ardua lucha (en este caso en plano discursivo) de esas minorías activas que se encuentran en constante lucha contra el liberalismo (en tanto neoliberalismo), filosofía social del capitalismo, que ha funcionado como una gran constante de las organizaciones para la construcción de los modelos de dependencia con respecto a la construcción de la vida cotidiana; "se puede observar, en efecto, que al hablar de minorías, no hacemos referencia al número (las minorías son a veces desde el punto de vista demográfico, tan importantes como la mayoría), sino a la desigualdad en el reparto de poder, a la lógica de la dominación". (Moscovici; 1996: 41). Remitidas a una lucha entre aquellas formas de trabajo en relación armónica y que reivindican un sentido de vida más holístico, intentando.

En contraposición, aquellas otras formas de trabajo que siguen las lógicas de estas organizaciones; de la taxonomización de la naturaleza, de crearle sus límites, sus usos y considerarla como propiedad privada. Cargan de sentido a las palabras que acentúan la relación del saber con el poder, entendido desde el modelo jurídico-discursivo (Foucault: 1995) que entiende el poder como ley, prohibición, exclusión; mostrando su incapacidad para describir el poder: se trataría de un poder pobre en recursos, procedimientos y tácticas, incapaz de producir nada.

El poder como la fuerza latente que los mueve y el discurso como el contenido manifiesto que intenta explicar la realidad; al punto de establecer reglas, límites, códigos, normas, entre otras formas de estratificación para explicar y describir las reglas de composición de nuestras vidas y el universo. "…el poder no se da ni se intercambia, ni se retoma, sino que se ejerce y solo existe en acto (..) el poder no es, en primer termino, mantenimiento y prorroga de las relaciones económicas, sino, primariamente, una relación de fuerza en si mismo" (Foucault, 2000: 27).

(Trans)-formaciones que preceden a las formas de trabajo que hoy mantienen estas organizaciones; relación con el estado y con el sistema mundo

Primeras tecnologías de la conquista

Como si una fuerza universal hubiera querido cambiar por algún motivo el curso del viaje de los primeros invasores, la intención de estos últimos también cambió; partieron de Europa hacia la India con la idea de ir en busca de especias y se encontraron con un continente en el cual reinaba la abundancia en minerales, agua dulce, animales, un océano de bosques, etc., en definitiva vida en estado puro. Tal encuentro se consuma con otro hecho capital para ese entonces, dos formas de civilización se encuentran, inauditas la una para la otra, por primera vez con una cosmovisión de la naturaleza y el universo totalmente diferentes. Ahora sí la intención había cambiado, ya no vendrían solo por dichas especias sino que el ciclo de extracción (que aún hoy se mantiene) de esta abundancia comenzaría haciendo foco por el trabajo avocado al reino mineral, más concretamente la extracción de oro y plata.

Esto da inicio a las primeras formas de relaciones de poder entre el europeo y el nativo; a través del fenómeno de la colonialidad. Considerando que el poder se genera y materializa en una extensa gama de relaciones interpersonales desde las cuales se condensa hasta constituir estructuras impersonales. "Todo poder de violencia simbólica, o sea, todo poder que logra imponer significados e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir, propiamente simbólica, a esas relaciones de fuerza" (Bourdieu, 1977: 44).

Las primeras formas de organización del trabajo y sus correspondientes subjetividades se justificaron en la explotación del hombre por el hombre a través de la naturaleza.

¿Cómo lo hicieron? Cada uno de los invasores funcionó como un puente para las creencias que portaban; se presentaron como representantes y portavoz de toda una serie de instituciones que llegaron para quedarse, consolidándose a través de la imposición y la violencia. Desde tiempos inmemoriales el pensamiento europeo a tenido en su raíz la noción de imperio, de conquista, de saqueos, de extracción; y en su defecto su llegada a América trajo aparejado esta forma de dominio, de expresión social, en tanto trabajo. Formas de pensar centralizadas, definiendo como márgenes a todas aquellas formas de vida que quedan por fuera del centro.

Todo colonialismo (Grosfoguel 2008) entendido como la usurpación de la soberanía de un pueblo hacia otro, por más fuerza que posea debe necesariamente pasar por la presencia de una administración colonial, resultando crucial la conquista de su lengua y su cultura para que los propios lugareños respondan a dicho dominio; de lo contrario resultaría imposible para el invasor realizar semejante empresa; el caso de América no fue la excepción. Esto fue posible a través de la imposición y sistematización de su propia lengua, de su cultura, del disciplinamiento de sus creencias y sus costumbres. La conquista presume intentar borrar aquellos aspectos de la cultura nativa que no resulten congruentes con la que se intenta imponer. "En nombre de las lenguas dominantes, las lenguas venidas a menos son calificadas de bárbaras, (…) el lenguaje humillado, se vuelve dialecto y luego jerga, hasta desaparecer" (G. Lapassade, 1980: 95). La sustancia de dicha conquista escondió siempre como tantas otras el mismo fin: la explotación económica a través del trabajo y la naturaleza.

Así la respectiva subjetividad euro-centrista fue impuesta por los conquistadores en estos primeros momentos de colonialismo a través del inicio de la colonialidad, en tanto biocolonialidad como herramienta de sujeción.

En lo que refiere a la órbita del trabajo, la minería fue la actividad más importante en ese entonces; por estas latitudes fue de las primeras formas de expresión de dichas lógicas en relación del trabajo con la naturaleza. El ciclo de extracción había comenzado y sería puesto en marcha a como diera lugar. "La presión sobre los recursos naturales no depende solo de la variable demográfica sino también de las formas de producción y de consumo que tenga una sociedad determinada" (Cortés Ramos 2003: 2)

Con las minas aparecieron nuevas formas de organización del trabajo, de propiedades de producción agrícola y ganadera, por que se necesitaba alimentos para abastecer a los trabajadores de las minas, "con el desarrollo de la ganadería y la agricultura, no solo encontramos diferentes tipos de trabajo (a los que se asignan diferentes significados evaluativos), sino además distinciones entre trabajadores y no trabajadores, también valoradas en forma diferencial y relacionada con la estructura de poder en desarrollo" (W. Neff; 1972: 74) En sintonía estos conquistadores fueron capaces de establecer sistemas de trabajo obligatorios sobre los lugareños; fueron obligados a trabajar en la encomienda, la mita, la yana, el porteo y la esclavitud (MacLoeod, 1980: 40-41). Este antropólogo estadounidense que ha realizado investigaciones sobre las repercusiones del impacto de la civilización europea en América, desde Bolivia hasta América central, considera a la encomienda como una institución característica de la colonización española; el objeto de ésta era percibir los tributos que los indígenas debían pagar a la corona (con trabajo o en especie y posteriormente en dinero), en consideración a su calidad de súbditos de la misma. La mita, consistía en diversas tareas, que podían ser ganaderas, domésticas y mineras; el porteo era el deber de trasladar los productos que demandaban los conquistadores. La yana, era el trabajo desplegado por los nativos en las parcelas de las haciendas de los españoles. "Dicho proceso de dominación se extendió hacia el ambiente natural por medio de su explotación exhaustiva. Este tipo de explotación implicó el establecimiento de nuevas premisas de relación sociedad-naturaleza, radicalmente distintas a las existentes en el espacio americano"(Cortés Ramos 2003: 1).

Estas formas de trabajo perduraron por mucho tiempo en América; y no vislumbraron profundos cambios sino hasta la consagración de algunos hechos externos que sirvieron para que los procesos sociales de las "colonias" tuvieran modelos para identificarse. "La transformación del trabajo da cuenta, como quizá ninguna otra institución de la modernidad, de los procesos políticos, económicos y culturales que la contextualizan. Es el resultado, y en ocasiones también la causa, de cambios en los derechos civiles y políticos, y en las formas de ejercerlos y promoverlos"; (La Serna, C; 2010: 11)

Ante la multiplicidad de eventos que iban ocurriendo, no es menor mencionar que se vieron favorecidos por la constante creación de los estados nación, a partir del tratado de Westfalia (1648). Desde ese entonces se comenzó a diagramar un nuevo "mapamundi", territorializándose nuevas lógicas sobre la superficie terrestre; la materialización de límites imaginarios sobre aquellos espacios conquistados que fue logrando el poder del sistema mundo que hoy nos habita; "Territorio, es sin duda una noción geográfica, pero es en primer lugar una noción jurídico-política: lo que es controlado por un cierto tipo de poder" (Foucault 1980: 116).

Ciento cincuenta años más tarde se potenciaban nuevas organizaciones sociales, políticas, económicas y territoriales en Europa, a partir de la Revolución Francesa (1789); como así también en América comenzaba a quererse borrar la realidad colonial presente buscando referentes en otros horizontes; tomándose ideas y valores culturales centrados nada menos que en la realidad reinante europea, considerada "superior". Sobrevendrá así una nueva era de colonización. Comenzaba a cimentarse el sistema mundo que nos habita. (Abadie, Galiana, Sandrin: 1993). Con estos antecedentes Europa y "sus colonias" comenzaban a dar un giro lento pero progresivo; comenzaban a conformarse nuevas formas de poder sobre el territorio europeo y americano. "La revolución industrial y las grandes revoluciones democráticas que tuvieron lugar en Inglaterra, Francia y Estados Unidos suscitaron un generalizado interés hacia el papel y la dignidad del trabajo humano. La Constitución y la Declaración de Derechos De Estados Unidos fueron los primeros documentos políticos de importancia que se ocuparon específicamente de los derechos del trabajo" (W. Neff; 1972: 63).

Condiciones de posibilidad de un fenómeno cuasi-omnipotente

Como decía, a partir de los mencionados sucesos se posibilitaron las condiciones para dar lugar a un cambio al curso de las formas de ejercer el poder en nuestra historia como especie. Considero que las relaciones de poder del sistema mundo que nos habita, se legitiman a través del discurso de la ciencia y el trabajo para la dominación social y la explotación de la naturaleza. En su defecto encuentro en el denominado el siglo de las luces (siglo XVIII), una serie de hechos trascendentales al menos, que se conformaron como un entramado para el nacimiento y posterior constitución del sistema capitalista en tiempos modernos y sus consecuentes organizaciones de trabajo (multinacionales) como extensiones reproductoras de las lógicas de dicho sistema. Con ello me refiero a: la consagración de la revolución industrial, la escisión de la ciencia de la religión, el nacimiento del liberalismo, la institucionalización del tiempo y la creación de organizaciones avocadas a instituir saberes.

De todos los nodos que posibilitaron tales sucesos, emergen nuevas formas de pensamiento. Comienzan a nacer postulados que contemplan a la naturaleza como un capital natural y el trabajo como un capital humano; todo lo contrario a otras formas pensar (propias de estas latitudes) a la relación del trabajo y la naturaleza, "hay que conservar lo que no se puede tocar; hay que preservar lo que se puede tocar" (Cajigas-Rotundo; 2007:26).

  • La consagración de la revolución industrial:

Inglaterra (lugar de origen de la revolución industrial) ofrecía las garantías para una paz interna debido a su sistema de gobierno monárquico-constitucional (Abadie, Galiana, Sandrin: 1993). Dicha escenario dejó todo pronto para que comenzara a pasarse de un estado feudal a un orden liberal, burgués y capitalista .

Algunas huellas de nuestro devenir como humanidad señalan que, las formas de explotación de la naturaleza comienzan a ser para unos pocos, sembrándose así las condiciones de posibilidad para que el latifundio se consolide. Así, en las tierras de los más pudientes se tendió a aumentar la producción generando como una de sus consecuencias la baja de los precios de lo producido; una crisis ambiental deviniendo en una crisis económica.

Esto último trajo aparejado el éxodo de la población rural sofocada por las nuevas lógicas de la filosofía imperante, viéndose obligadas a marchar hacia la ciudad en busca de trabajo, siendo esta la mano de obra que emplearía la naciente industria, "La fuerza de trabajo no aparece más que en el período de perturbación social: los campesinos abandonan el campo, multitudes de parados vienen a superpoblar las ciudades, los artesanos están arruinados, la concentración industrial opera un rápido reagrupamiento de hombres y recursos. Extraído de su medio, de sus actividades tradicionales, el futuro proletario debe sufrir el ritmo de la máquina. (…) Esta energía física indiferenciada, indiferente a aquello que produce, no es otra cosa que la fuerza de trabajo" (G. Lapassade. 1974: 17).

El mencionado período promovió una singular manera de pensar a la naturaleza a partir de la ciencia y el trabajo. A partir de las relaciones entre sociedad y naturaleza fueron apareciendo algunas líneas de análisis del sistema naciente. En tal sentido resulta elocuente el pensamiento de Marx en dicha época: "El trabajo es, ante todo, un acto que tiene lugar entre el hombre y la naturaleza. (…) Al mismo tiempo que, mediante este proceso, actúa sobre la naturaleza exterior y la transforma, transforma también su propia naturaleza, desarrollando las facultades que en ella dormitan" (Marx: 1867; 187).

Y esto, en referencia a que las relaciones sociales enervan las prácticas cotidianas y así las formas de pensar y sus discursos, "La teoría neoclásica sobre el mercado laboral se construyó en un contexto histórico, social, político y económico determinado: la consolidación de la Revolución Industrial, el desarrollo del modo de producción capitalista, la hegemonía de Gran Bretaña en el comercio internacional, la emergencia del asalariado y el desarrollo de los conocimientos en las ciencias exactas y naturales" (Neffa 2007: 22). En este sentido resultan evidentes los trabajos realizados por autores como Z. Bauman (2005), F. Guattari (2004), D. Najmanovich (1995), entre otros, que señalan al mencionado período como el inicio de la forma social que nos habita al día de hoy. Sin mencionar que ciertas ideologías que aún coexisten en nosotros se han nutrido por pensamientos tan remotos como la antigua Grecia.

La escisión de la ciencia de la religión:

En Europa, hasta fines de la edad media, la ciencia estaba bajo los dominios de la iglesia; esta última alcanzaba una posición de poder supremo. Era influyente, poseedora y proveedora de la "verdad". La iglesia se creyó con el derecho de ser la única conocedora de todo, el dogma era la ley.

Pero la ciencia logró ir transformando las relaciones de poder que mantenía con la iglesia; fue avanzado y a través de ciertos protagonistas como Copérnico, Bruno y Galileo, comenzaron a generar las fisuras de una división que se consolidaría en el mencionado período (siglo de las luces). Como la iglesia no podía seguir reprimiendo a la ciencia, se dividió con ésta, el conocimiento y el esfuerzo humano. De esta forma la ciencia comenzó a librarse del poder clerical y comenzó a conquistar nuevos territorios, a postular nuevos paradigmas. Esto dio lugar a una episteme que atraviesa nuestra cultura al día de hoy, el materialismo. Sus tópicas nos representan como maquinas que estamos inmersas en un universo predecible y regulado por leyes absolutas e inmutables. A partir de aquí la ciencia prosiguió investigando en un universo muerto (Film ¿y tú qué sabes?: 2004).

Si en un momento fue la "palabra de dios" el instrumento de control, hoy considero que es "la palabra de la ciencia" (sin desestimar la injerencia que mantiene al día de hoy el clericalismo) la que determina los criterios para definir al ser humano, el trabajo, el medio ambiente, el ámbito social. Junto a la dimensión del trabajo, han venido funcionando como reguladores de las relaciones sociales, en el que se le suma toda una tecnología de poder que lo hace posible a través de sus instituciones como son la economía, la medicina, la filosofía, la psicología y todas las ciencias reconocidas por las esferas más ortodoxas del sistema capitalista. "Dictar la ley en toda ciencia, es el proyecto positivista." (Foucault, 1995: 113).

La ciencia cobró un superlativo protagonismo al escindirse del poder clerical abriéndose paso junto a su nuevo aliado (el trabajo asalariado), hacia la construcción de una forma social que pocos hubieran podido imaginar en sus postrimerías, los resultados que emergen hoy en día "El operacionalismo teórico vino al cabo a corresponderse con el práctico. El método científico, que conducía a una dominación cada vez más eficiente de la naturaleza, proporcionó después también tanto los conceptos puros como los instrumentos para una dominación cada vez más efectiva del hombre sobre el hombre a través de la dominación de la naturaleza…" (J. Habermas; 1986: 58). Creo que a partir de allí nació otra forma de vínculo entre la ciencia y el trabajo; considerando que se han retroalimentado hasta nuestros días, enervando de nuestras vidas.

  • El liberalismo como filosofía social del sistema:

En este marco el sistema capitalista encontraba las condiciones para gestar sus propias bases epistémicas y así el nacimiento de su filosofía social, el Liberalismo propuesto por Adam Smith; transformándose en una de sus piedras angulares para seguir operando al día de hoy sobre las bases de las relaciones de poder. Caracterizado por la consigna francesa Laissez faire (dejar hacer), defendía la capacidad del mercado para autorregularse (H. Marcuse: 1969).

Parafraseando a Herbert Marcuse dice algo así como que, el liberalismo es la teoría social y económica del capitalismo en los tiempos en el que el verdadero representante económico era el empresario privado individual. "El liberalismo ha sido uno de los pilares en los que se apoyaba la exigencia de creación de una nación exitosa;" (1969: 19). Pero aquel empresario individual devino en estas organizaciones multinacionales, como actores que representan un determinado interés en el mapa biopolítico; ejecutando acciones para satisfacer intereses que a veces son contrarios a los de la sociedad. ("Esa pretendida racionalidad económica, como expresión del interés general, que supuestamente guía a los mercados (a través de la famosa "mano invisible" de Adam Smith), ha derivado en expresión del interés particular de los grandes poderes económico-financieros" (P. Arrojo Agudo; 2011: 2).

Partes: 1, 2

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