Monografias.com > Lengua y Literatura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Poemario siglo XXI



Partes: 1, 2


    Poemario siglo XXI – Monografias.com

    Poemario siglo XXI

    ALEGORIA A JUANA DE IBARBOUROU

    La melena de la palma

    Despeinada y suelta a viento

    Parece una mano anhelante

    Alargada hacia el océano

    Para hacerle una caricia

    Y expresarle su lamento.

    El le devuelve e mimo

    Con mimoso galanteo

    Extendiéndose en sus olas

    Y rindiéndose en la playa

    Llegando hasta allí
    rehecho.

    Mas apenas si la toca;

    Sus caricias en la espuma

    Se aproximan con el viento.

    Es un amor ignorado

    Y va más allá del
    tiempo.

    La hija de Poseidón

    calzó sandalia ligera.

    El conoció de sus pasos

    Y le envió mensajeras;

    Musas inspiradoras

    Que inspiraron sus poemas.

    Ella despreocupada

    Cantó a la naturaleza

    Se recostó entre los
    pastos

    Sintiéndose exuberante,

    Salvaje, joven, morena.

    Y adoró el campo, el
    trigal,

    El heno, las hierbas.

    Sintió brotar en sus
    manos

    Las dalias, las rosas, los
    nardos

    En asombroso milagro;

    Mágica pluma diestra.

    De suave tez mate,

    Nocturna la cabellera

    A su nuca recogida

    Sobriamente presa.

    Largos sus ojos oscuros

    Roja su boca pequeña

    Las pestañas cayendo
    lánguidas

    En su mirada serena

    Que escondía mil
    misterios

    Que sabía volcar en sus
    letras.

    Exquisita su palabra

    Exactos su ritmo y su
    métrica:

    Bajo esa faz campesina

    Brotaba cultura plena

    Con sus versos taciturnos

    Como sus negros cabellos,

    Cada verso una hebra

    De aterrador realismo

    O de erotismo envolvente

    Disfrazado de poema,

    Sus pasiones absorbentes

    Sus abismos obsesivos

    Y esas palabras tan belas

    Merecen poder trenzarse

    Al canto de las sirenas.

    Y Poseidón las escucha

    con devoción y con pena

    de no poder abrazarla

    y mecerla entre sus aguas

    para ella, caricias tiernas

    diluyendo sus pesares,

    coronándola princesa

    con una tiara de espuma

    y tenerla toda entera

    para é solo por siempre

    más que princesa, su
    reina.

     

    DESTINO FINAL

    Me perderé en el pasado

    en una niebla de olvido

    y ni la polvareda de mi corcel
    alocado

    quedará en el aire del presente
    recuerdo.

    Habré pasado a ser sólo una
    imagen borrosa

    que tu mente, distraída en otra
    cosa

    no podrá identificarme;

    habré desparecido para
    ti,

    me habré perdido para el
    mundo,

    habré muerto.

     

    EL CAMINO

    Yo he vivido y muy vividas

    varias vidas en una

    y adquirí en cada una

    distintas sabidurías.

    Vinieron en todas ellas

    jaurías

    de angustias y penas feroces

    dejando mi corazón
    estaqueado,

    pero el destino enamorado

    me dejó hablar con Venus,

    con las Gracias y las Musas

    y así, como confusa

    fui caminando a tientas

    el camino dorado del canto

    de la plástica, de la
    poesía

    y el manto

    del arte calmó el dolor

    y procuró un sabor

    más dulce a mi garganta.

    Es un misterio por qué

    muchos artistas valiosos

    para alcanzar su meta de gozo

    deben antes beber

    de un cáliz tan tenebroso

    pasando amarga prueba

    con el premio final sabroso

    de ver más amplio el
    horizonte.

    Y pagado el precio el monte

    del triunfo conquistan

    y como el cóndor en los
    Andes

    con largas alas extendidas

    transitan el aire cristalino

    y como reyes dominan

    la zona más transparente.

    Ese goce tan alto prevalece

    sobre el dolor terrenal

    y pueden así soportar

    las penas impertinentes

    transformándolas en musas

    que inspiran sus telas

    que inspiran sus cantos

    que inspiran sus tallas

    que inspiran sus letras.

    Se opera la magia,

    la prístina
    transmutación:

    y de aquel fondo negro

    común a los mortales

    van subiendo escalones

    hasta llegar triunfadores

    al blanco más reluciente

    y si una flecha de abajo

    los hiere artera de muerte

    al morir dejan postrera

    la belleza luminosa

    de su invicta creación.

    Sobre lo pequeño y
    mezquino

    triunfa la obra perenne

    dejando una huella indeleble

    de ejemplo a la raza humana

    y se abraza como hermana

    con la creación del Dios
    mismo

    superando así el abismo

    de lo invisible y eterno

    hacia las zonas lejanas.

     

    DESPRENDIÉNDOME

    Batiendo con verdes oleajes

    las rocas azules cristal
    saferí,

    yo pulo los signos linguales

    lustrando poemas que pinchan la
    luna

    y emergen brillantes

    cuajando sus letras

    color carmesí.

    El dulce celeste ondulante

    desliza sinuoso

    contra un vago amarillo

    su mundo sin fin.

    Hacia el sabroso esmeralda

    en gracioso arabesco,

    las pompas doradas parecen
    latir.

    Un melodioso rosado

    envuelve fragante

    la agreste blandura

    de un marco turquí,

    y un destello naranja

    sobre el sobrio violeta

    estira una gota

    que huele a jazmín.

    OCTUBRE/2009

    ÉL

    Ojos café

    mirada de miel

    voz alagadora del oído

    metal y terciopelo

    se me cuela por el
    tímpano

    acariciándome en un mimo

    que resbala por todo mi ser.

    Me acarician la piel y los
    labios

    sus vellos viriles

    en dulce y apasionado beso.

    mientras, su mano firme de
    trabajo

    olvidó severidades

    se alarga y me ase irresistible

    hacia él en abrazo
    delicado.

    Mirada que se funde en la
    mía

    y juntas vamos de la mano

    no sé dónde ni me
    importa.

    Vuelan nuestras almas como
    gemelas

    en un instante eterno

    a un eterno paraíso
    arcano.

    Mi piel contra la suya se
    arrulla

    en deleitoso goce

    y todo ello es en sí

    un orgasmo indescriptible

    que urge por el otro carnal

    en la terrible espera.

    Mi torrente pasional se retrajo

    como hace el mar para formar la
    ola.

    Ha vuelto con diadema de
    caricias

    como espuma y besos de remolino

    entregándose todo a su
    merced

    empapándolo de amor.

    SETIEMBRE 2009

     

    EL MAR

    El mar como gran arcano,

    lleno de arrugas y canas

    sobre las playas lejanas

    vuelca rezongos de anciano.

    Yo me sumerjo en su cuerpo,

    me diluyo, me disuelvo,

    ya soy líquida,

    con sabor a sal,

    transparente e infinita

    ya soy agua, ya soy mar.

    .

    Al batir rugiente

    la aspereza inerte

    brama mi presencia

    en multitud de formas,

    siendo incansable,

    siendo sempiterna

    la quebrada imagen

    de mi propio soma.

    Me retraigo y me rehago

    desde tiempo inmemorial,

    vuelvo a batir las rocas,

    o a veces las acaricio

    y las más, estruendo y
    espuma;

    trabajando el material.

    Es mi labor incansable,

    escultórica, sin fin.

    esclavo atado a la Tierra,

    tengo ondas, tengo olas

    y también tengo mareas

    según la faz de la Luna,

    la reina que las gobierna.

    Las rocas, imperturbables

    ante mi hacer pertinaz

    hieráticas, silentes,

    resisten mis embates

    que en el paso de los siglos

    forman playas de suave arena

    o riscos de áspera faz.

    En el ojo del hombre

    encontré un espejo

    que devolvió mi imagen

    en sus letras o en sus lienzos.

    Signos y colores

    sus veleros mentales

    con las velas henchidas

    navegó su imaginario.

    Con pintores y poetas,

    el tiempo, gran alfarero

    modeló aquellas riberas,

    acantilados y fiordos

    y todo se diluirá y será
    engullido

    de aquel arte que ha sido

    y que luego será marea.

     

    EL VUELO DE LA PALOMA

    Vuela la paloma

    extraordinario vuelo,

    vuela la paloma

    persiguiendo un sueño;

    otea el horizonte,

    escudriña el suelo.

    Busca, busca , busca

    Vuela, vuela, vuela

    por montes y llanuras

    por playas y desiertos.

    Rozando las montañas,

    viendo el mar de lejos.

    Late, late, late

    su corazón bueno,

    henchido de amor

    atraviesa el cielo.

    No cesan sus alas

    en supremo esfuerzo,

    no prueba bocado

    en su ciego esmero.

    Circunvaló el planeta

    en su hazañoso vuelo

    Sólo queda, el espacio

    inmenso y negro

    y hacia él se lanza

    desafiando el tiempo.

    Vuelo insolente,

    Intrépido vuelo

    Anhela un imposible,

    hace frío afuera

    y la vence el sueño.

    Julio 2010

    EN TINIEBLAS

    En el más sombrío
    rincón de mi existencia

    yazgo llorando este duelo.

    ¿Algún oído
    escuchará mi súplica?

    ¿Qué mente eterna
    descifrará esta señal,

    comprenderá este ruego?

    Es que el tallo se separó del
    retoño

    en un acto contrario al orden
    natural.

    La savia madre se envenenaba del
    broto

    y el tallo estéril prefirió
    la soledad;

    se contaminaba del retoño

    que aviesas manos lograron
    enfermar.

    Este añoso tronco solo,

    sólo ansía que el
    retoño haya curado

    y fundara un jardín sano, exuberante
    manantial.

    Es un imposible, no tiene remedio ese
    afán.

    Yo soy ese tallo,

    esa planta marchita retirada del
    jardín,

    un espectro que recuerda
    vagamente

    aquella madre-mujer que fui,

    una sombra que deambula por las
    calles,

    otra persona más en medio de la
    rutina gris.

    No pude tener otros
    retoños

    que atestigüen que a los fines
    naturales

    para los que existo, ya
    serví.

    Puedo tener otros hijos que no sean
    carnales,

    creaciones vivas que acaso en las
    memorias

    tardías y empolvadas del
    mundo,

    alguna vez, por casualidad,

    quizás hablarán de
    mi.

    Pero aquél de mis
    entrañas,

    aquél a quien al mundo
    parí

    en un trabajo premonitorio de
    tajo,

    ahora ya infectado se aprestó a
    partir.

    Fue un viaje sin retorno,

    es una espera sin fin.

    Me mataba sin apuro ni piedad;

    mejor la súbita herida

    al veneno lento,
    implacable…letal.

    El dolor me lo muestra cuando
    duermo,

    en sueños a veces lo veo,

    en sueños, sólo en
    sueños

    aparecen sus ojos negros

    enormes, redondos

    pero entornados y enfermos

    en una visión fantasmal.

    Es un sollozo anudado en la
    garganta,

    una llaga abierta que late sin
    cesar;

    sangre figurada que tiñe mi
    camino

    toda roja de un tono carmesí
    fatal.

    ¿En qué hondos abismos se
    habrá despeñado?

    ¿Necesitará mi mano buena en
    su frente febril?

    Los demás, los otros, esos
    extraños,

    como maleza enmarañada, malos y
    huraños

    lo envolvieron y alejaron para
    impedir

    que mi caricia de madre lo
    aliviara

    y mi amor vital lo ayudara a
    vivir.

    La mala hierba medraba en sus
    cartas,

    sus palabras, no del todo suyas,

    púas hostiles, espinas de
    decir

    lastimaban los ojos que
    leían

    la cabeza que entendía

    y el corazón que en la inútil
    espera

    de su amor filial casi para de
    latir.

    Y tuve que cortar separando en el
    tajo

    un pedazo de mi.

    Un veneno nublaba su mente,

    Ponzoña que arruinaba su
    vida,

    ¿habrá cerrado sus ojos por
    fin?

    Su vida no era más que una lenta
    agonía.

    En esta trampa marginal

    he quedado aprisionada

    y hacia él no puedo
    partir.

    ¿Cómo saber la verdad de una
    vez por todas

    para cuando legue la hora

    poder en paz morir?

    HIJO

    Destello de supernova

    resplandeciendo en mi alma;

    mucho antes exististe

    de que alguien te pensara

    y que a este mundo tangible

    a través mío
    llegaras.

    Quizás allí me elegiste e
    inspiraste mi deseo;

    idea primero fuiste jugueteando en mi
    cerebro,

    y un chispazo de sinapsis,

    de vez en cuando bromista,

    jugando te hacía
    cosquillas.

    reía tu vocecita

    repicante camapanita,

    Descolgando de mis labios

    Rutilante una sonrisa.

    Eras mi niño querido,

    tesoro en mi corazón.

    Eras mi niño riente

    en mi tibio nido-plumón.

    Lejos del ruido del mundo

    te acunó mi
    corazón,

    y al ir creciendo en mi panza

    al compás de los latidos

    en un canto de esperanza.

    El terrible bisturí te abrió
    camino a la vida…

    tú nacías, yo
    dormía…

    con la inmensa incertidumbre:

    ¿a verte
    despertaría?

    Por fin mis brazos horquetaron

    cuna de carne y vaivén.

    cuando al urgir alimento

    oprimías mis pechos
    nutrientes

    en vano tu
    insistías…

    yo te seguía
    acunando…

    el biberón ya llegaba

    y al murmullo de mi voz

    al sueño te ibas soltando

    Vínculo arcano de amor

    que fue entretejiendo el tiempo.

    Me sorprendí
    conociéndote

    sin llegar a comprenderme;

    Me avisaba el corazón

    cuando estabas en apuros

    y es que sentía contigo

    al son del mismo tambor,

    y ahora igual se estremece.

    Para las madres sensibles

    una parte de sus hijos

    queda así y nunca crece;

    en un rinconcito del alma

    como niños permanecen

    y a ese niño indefenso

    las madres siempre protegen.

    Y me siguen asombrando

    los prodigios de ser madre

    ¡todo lo que se siente!

    Y son cortas las palabras

    porque así ha de ser
    siempre.

     

    INSPIRACIÓN

    El dragón dormita en la caverna
    profunda.

    Al más leve
    estímulo

    se entreabren sus ojos
    fulgúreos

    en la hora nocturna,

    fascinantes y fijos de serpiente
    fecunda.

    Se yergue en un estruendo
    impetuoso

    agitando las traslúcidas
    membranas

    de sus alas taciturnas.

    Al son anhelante de mis pulsos
    febriles,

    asoma feroz en las manchas doradas de mis
    grisáceos iris.

    Su aliento de fuego acrisolante

    impulsa el trazo de mi pluna

    que apresura el dibujo de los
    signos

    en la página de fondo

    y con un encaje negro

    va bordando esta escritura.

    Un torrente incontenible estremece los
    canales

    del paisaje cerebral: brujas, ninfas y
    musas

    se dan cita en aquelarre; danzas y rondas
    locas

    con figuras fantasmales se deslizan por mi
    frente

    descendiendo poco a poco

    los peldaños empinados

    hasta la mano obediente.

     

    LA ESCRITURA NOCTURNA

    La luna de la una

    me pescó en la madrugada

    con su enorme ojo atento,

    mirada insomne y plateada,

    Hhilando recuerdos viejos

    como en rueca abandonada,

    procesando las palabras,

    ordenando verso en poema

    y descargando al escribir

    un ancho espectro
    cromático

    de pasiones encontradas.

    La luna me mira seria, es que va muy
    apurada;

    ya se esconde entre los
    plátanos

    y aquí yo sigo atrapada

    escribiendo y escribiendo

    hasta caer agotada.

    Ella se fue a dormir

    dejando la noche plateada;

    Yo me deslizo con sueño

    sobre la sábana casta,

    me acurruco como un niño

    abrazada de mi almohada

     

    LLEGAR

    No siempre hay por delante

    un camino prolijo de asfalto

    para transitar tranquilos,

    o un lago de aguas transparentes

    donde chapotear y divertirnos.

    Un tortuoso sendero lodoso

    es el pasaje a atravesar

    de tropiezos incesantes

    que sólo los puros
    corazones,

    como pájaros ingenuos

    sobrevuelan invictos.

    Hay quienes

    en su afán por avanzar

    el lodazal llevan puesto.

    Hay aves que cruzan el pantano

    sin mancharse;

    mi plumaje es de esos.

     

    NUESTRO ENCUENTRO

    Hoy el sol es más
    brillante

    La primavera más
    colorida,

    El aire más
    fragante…

    Una mano toma la mía

    Y al mismo paso

    Vamos dibujando un tibio camino

    De comunicación.

    Otra alma ha hecho contacto

    Y ambas cantan un himno a dueto!

    El arte nos brota a raudales,

    Nos inunda la música

    De todos los colores!

    Sus notas nos hacen cosquillas;

    Mis caderas se balancean,

    Mis pies marcan el ritmo,

    ¡me estoy emborrachando de
    arte!

    ¡me estoy embriagando de
    amor!

    Deja que este aroma me haga
    soñar

    Deja que este ritmo caliente mi
    sangre.

    Mírame con tus ojos de
    fuego

    Bésame con tu boca
    anhelante

    Abrázame con tu alma

    Cuerpo a cuerpo.

    Olvidemos las cicatrices del
    pasado

    Paladeemos este licor dulce

    Transitando por las nubes del
    placer

    Arte y amor, amor y arte:

    Sinónimos del éxtasis
    supremo:

    Pleno tu , plena yo

    Así y así y
    así

    Ya no hay espinas,

    Ya no hay dolor,

    Penas ni olvido;

    Sólo este nirvana, esta
    nada

    Repleta de satisfacción!

    Déjame darte mis mejores
    elixires,

    Disfruta mis mejores colores,
    vibraciones:

    Todas las canciones del mundo en un
    beso!

    Tu ser y el mío

    se entrelazan en la más hermosa
    sinfonía

    porque vibran en el mismo
    registro,

    y sus voces cantan la misma
    melodía.

    Y no puedo hacer otra cosa

    que volcarme en la escritura entre baile y
    baile

    bailo, canto, escribo,
    sueño

    y tu has generado todo este

    cuadro de todos los estilos,

    esta tonada de todos los ritmos.

    :

    PARA ELLOS ESTA OFRENDA

    He sido arrojada al ruedo.

    Una fuerza irresistible

    me ha plantado en esta arena

    para jugar este juego

    peligroso de las letras.

    Paños dorados y rojos

    me estimulan desafiantes,

    son hojas con escrituras

    de signos reverberantes,

    de una luz tan inspirada

    como mágicas creaturas

    y al mismo tiempo punzantes.

    Vienen a mi los poetas

    disfrazados de muleros

    blandiendo sus sabias plumas,

    banderillas que me ensartan

    para que yo aprenda respeto.

    Soy tan sólo un toro
    bravo

    que resopla enardecido

    sacudiendo su cabeza

    bajo una lluvia de ideas,

    que embiste y tira cornadas

    tratando de capturarlas

    para formar un poema.

    El sol que dora la plaza

    en esta tarde de toros,

    eterna sobre esta arena,

    en este delirio danzante

    tal vez aspire a inspirarme,

    pero tan sólo consigue

    que broten mil ríos
    salados

    de sudor, lágrimas,
    sangre,

    jugo rojo y pegajoso

    que apenas por tinta uso.

    Alocada imaginaria

    para lograr quizás un
    verso

    en esta tarde dramática.

    Los poetas se me vienen

    con trajes de luces malvadas;

    tienen rostros conocidos:

    Rubén, Federico, Juana

    Violeta, Antonio y el loco

    que se coló entre poetas;

    el genio surrealista,

    un poeta en su paleta.

    Dalí ya nos bosqueja:

    soy una suerte de bestia

    en una pose grotesca

    de danza desenfrenada.

    El toro es siempre el que pierde

    bajo la experta estocada.

    Quizás el trazo maestro

    me salve de esta desgracia,

    me miren con indulgencia

    y por fin pueda entregarles

    dedicándoles al irme

    para ellos esta ofrenda.

     

    PASEO IMPRESCINDIBLE

    Cada uno escribe sobre lo que
    puede

    Yo me aventuro pateando
    piedritas

    Por la orilla del acantilado

    y aún me asomo para merar
    allá lejos, abajo

    Con el seductor marco del
    vértigo.

    Y escribo

    Creo divisar los oscuros
    misterios

    Que me muestra el escarpado
    panorama.

    El fondo de los ojos de la
    bestia

    Que es el reflejo de la bestia aquí
    dentro.

    Es el paisaje de todos los
    hombres;

    Veo los despeñaderos por los que nos
    aferramos

    Para no caer del todo, para no morir del
    todo

    Y los miro y lo miro;

    Lo miro a los ojos al monstruo,

    La miserable cápsula de la
    soledad,

    La maraña que enturbia el
    entendimiento,

    El rostro vuelto de los otros, la espalda
    de los otros

    La frialdad de los fantasmas

    Que me cruzan en la acera;

    Miradas fijas o perdidas de
    autómatas,

    Brazos que al remar me golpean sin
    atención

    Y se bambolean zapatillas y ojotas
    aplanando vereda.

    Con cablecitos colgando de las
    orejas.

    Mientras carrocerías vertiginosas
    marcan el asfalto blando.

    Arriba las heroicas ramas

    Mecen sus chamuscadas hojas que quieren ser
    verdes

    Y el cielo de fondo es más gris que
    celeste

    A través de un aire turbio de polvo
    perenne.

    En un vaho de bruma y rumor de
    voces

    Que parlotean, exclaman,

    Gritan roncas con el clamor mecánico
    de fondo,

    Se desliza de vez en cuando

    Alguna música con ritmos de
    tambor.

    Doblando hacia la entrada de algún
    templo de consumo

    Para respirar una frescura
    fabricada,

    Me hundo en un mar de vidrieras,
    maniquíes,

    Luces, espejos y carteles de "sale" y
    "off"

    En un muestrario infinito

    En un carnaval permanente

    Y sensual de seducción.

    Me siento una libékuka
    revoloteando

    Enloquecida hacia la uz fatal.

    La tarde bosteza de hastío en el
    estío

    Y en la penumbra crepuscular

    Extraño mi rincón, mi
    solitario hogar

    De un solo ambiente
    multifuncional.

     

    UN CAMBIO DE ESTACIÓN

    Me sorprendo feliz hundida en la oscuridad
    y en el silencio

    cuando otrora habría ansiado unirme
    a corros y risas

    flameante lama de charlas y
    cantos,

    alborotadas reuniones de
    antaño.

    Con serena silueta yacente,

    en la penumbra descanso…

    y adoro esa paz, ese sosiego
    somnoliento

    en que me hallo.

    El mundo queda afuera

    girando su carrera enloquecida.

    Yo estoy aquí, descendida de ese
    tren

    en mi estación tranquila,

    la cabeza reposando en la
    almohada

    y la mente sorprendida por este
    plácido descanso.

    Un agradable sosiego lo ha invadido
    todo

    La mirada de mi alma se vuelve
    extrañada sobre mi

    y descubre con asombro una
    cueva.

    otra dimensión.

    Ella es más bien una guarida
    camuflada,

    un refugio, un remanso

    donde se liberan mis
    fantasías

    cobrando más solidez cada
    día.

    A cada momento este bordado

    concreta en esta soledad
    consoladora

    más y más mis
    ensueños

    que de a mano me conduce

    a otra dimensión:

    Son las zonas etéreas del
    pensamiento y la poesía,

    es la zona virtual de lo posible y lo
    imposible,

    lo verosímil y lo que no;

    son terrenos en los que recién me
    voy internando

    y en los que apresuro el paso porque me
    cautivan.

    Son los palacios interiores sin espacio ni
    tiempo,

    pletóricos de tesoros
    eternos.

    Para Occidente, el hogar de las
    musas

    de aquellos arquetípicos
    dioses

    que los griegos modelaron

    y dieron la impronta a nuestra
    civilización.

    Para mi, un ámbito más
    misterioso y universal

    que aúna a la humanidad
    toda,

    espiritual y onírico; un misterio en
    sí mismo.

    Los signos del lenguaje no alcanzan para
    describirlo;

    apenas pueden dar un rústico
    bosquejo.

    "Aquí", por decirlo de alguna
    manera,

    Siento el gozo de una comunión
    conmigo misma

    …¿y con Dios?

    Con el universo, el cosmos,

    la naturaleza,

    como quieran llamarlo.

    La paradoja es que necesito
    expresarlo,

    pero el hacerlo no me alcanza;

    Es un sentimiento de
    emoción,

    una idea … una necesidad
    vivencial…

    ¿espiritual?

    …Y siguen delineándose los
    signos

    que tratan de expresar "eso"

    dimensión desconocida,

    quintaesencia humana de
    creación,

    función maravillosa del
    cerebro

    que nos ha hecho imaginar

    la existencia de Dios:

    es un cambio de estación.

     

    YA NO ESTÁS,
    PAPÁ

    No se escuchan ni los ecos de sus
    voces;

    han callado las cuerdas de tu
    guitarra,

    espectro vago de aquella opereta

    suspendida como un farol en tu
    alma.

    Tampoco se oye ya el susurro de tu
    lápiz rojo

    marcando ciertas líneas y notas en
    los márgenes

    de hojas macilentas y gastadas.

    Ese susurro incansable acompasaba mis
    pensamientos;

    nuestras mentes parecían tararear a
    dúo

    una suave tonada inexplicable

    mientras las musas se sentaban a nuestro
    alrededor.

    El silencio estaba lleno de
    murmullos

    y los dos estábamos solos en el
    estudio

    pero ninguno estaba solo

    aunque nos ensimismáramos en cosas
    distintas.

    Éramos como gatos
    ronroneando

    tendidos al sol de la siesta en el
    tejado.

    Cada tanto mi vista se deslizaba

    deteniéndose en tus poderosas manos
    buenas:

    una, atril para el libro, la otra con el
    lápiz al acecho,

    y el ir y venir de tus ojos,

    que hacía balancearse los densos
    plumajes

    de los párpados,

    y en ellos me miraba como al
    espejo.

    Nos hacíamos compañía
    un día, y otro día, y otro día.

    Habían pasado aquellos de
    enseñanza básica

    y raleaban, en la cabeza del tiempo, ya
    casi calvo,

    los de tu guitarra cantora,

    entonces rama florida de reverdecidos
    acordes

    acompañando mis cantos, que eran
    tuyos.

    Y aquellos de la niñita que
    volvía con canciones de la escuela,

    de su caracolito y de la tortuga
    verde,

    que eran tu alegría y tu
    esmero.

    Apenas los diviso allá
    lejos;

    ahora se agiganta la ausencia en su capa
    silenciosa

    e invade insolente aquel despacho
    nuestro

    esparciendo una bruma de gas
    letal

    que disuelve la alegría.

    JULIO "12

     

    ENCUENTRO OTOÑAL

    Con mis palmas palpando
    cautelosas

    El terreno incierto,

    Polvoriento y pedregoso

    Adelanto un paso indeciso.

    Apoyo mis plantas

    Sobre las ruinas de esplendores
    idos.

    Mis ojos despejados de telas y
    lagañas

    Con un destello ilusionado

    Se miran en los tuyos.

    Lo demás sólo lo
    imagino.

    Mis manos aún no
    encontraron

    Refugio en las tuyas

    Y no me he atrevido a compartir
    contigo

    Mi humilde intimidad
    otoñal.

    La hora de la tarde es la
    perfecta

    Para que tu mano vigorosa en mi
    cintura

    Me inspire al salto audaz de cruzar el
    puente

    Y se enrosque tu brazo en torno
    mío

    Pegándome a ti, mirada con
    mirada

    Y aliento con aliento

    Trenzándonos felices en amoroso
    encuentro.

    ¡Hombre! Derramas efluvios
    testoterónicos

    Sobre mis estrogénicas pasiones
    sofocadas.

    Provocas retumbes estruendosos

    Y mi tierra-mujer tiembla y
    retiembla

    Avisando la emergencia inminente

    De una serpiente pasional

    Que despierta de su centúrico
    letargo

    Ante el llamado irresistible;

    Lava subterránea y ardiente,
    rápida y sinuosa

    Abriéndose camino
    irrefrenablemente.

     

    OLVIDO

    Olvido, manto de
    vacío

    que conjura las penas del
    alma.

    Olvidar

    es matar los fantasmas
    sombríos

    que siguen atormentando.

    Ellos se irán
    disolviendo

    en la bruma eterna del piadoso
    olvido.

    Ya los he recordado
    bastante;

    en las horas perdidas del
    día

    exprimieron suficientes lágrimas
    en mis ojos,

    en las horas nocturnas de
    insomnio

    se escabulleron en los huecos del
    recuerdo

    hacia mis sueños.

    Ahora he decretado su
    muerte,

    su renuncia indeclinable

    a corroer mi pensamiento,

    y se ha sentado soplando
    vacío

    en su sitial de
    preferencia

    el piadoso olvido.

    DICIEMBRE 2010

    TRANSMUTACIÓN

    Aunque viva como eremita

    tambalea el corazón;

    mi alma aguerrida e
    indómita

    descubre su desazón;

    el balance ha sido duro:

    páramo en derredor

    Este llanto acongojado

    me atenaza la garganta,

    parece la venganza más
    agria

    de mi enemigo peor;

    con sus lágrimas salinas

    llaga la piel y desgarra en dos,

    de acíbar es su sabor.

    Amargura y soledad

    testigos empecinadas

    de esta desolación,

    y se desploman al abismo

    consuelo, resigno,
    perdón,

    donde no llega ni el eco:

    es tan hondo este dolor.

    ………………………………

    Pausa imprescindible,

    El sueño reparador…

    ………………………………

    Mi orgullo, fiel
    compañero

    acude y palmea la espalda,

    aliado de la razón

    conjura a los tenebrosos

    restaña mi corazón

    alienta a secar los llantos,

    convoca a la alegría:

    para mi también hay sol,

    dulcifica la amargura:

    sonrisas y una canción.

     

    LA VIDA PUEDE MÁS

    Aunque no falta allá adentro una
    herida,

    abierta y sangrante que sigue
    doliendo,

    voy con mi historia cargada a la
    espalda,

    respiro bien hondo y no me
    detengo.

    Admiro el paisaje.

    Me invade la vista

    la vida vestida en diversos
    atuendos:

    sus lloros, sus risas, lo amargo y lo
    dulce,

    me nacen las ganas de seguir
    viviendo,

    las ganas de todo, esa lucha
    fecunda

    cual si un agua brotara de un surgente
    eterno.

    Mis labios se extienden, asoman mis
    dientes,

    Y se ha hecho el milagro,

    ¡estoy sonriendo!

     

    SIN TÍTULO

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter