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Pruebas espirituales II



  1. El
    propósito de la prueba
  2. Textos
    bíblicos relevantes sobre el propósito de la
    prueba de nuestra fe
  3. Conclusión

Dios nos prueba varias veces en la vida para
hacer de nosotros verdaderos discípulos, a veces de forma
intensa.
Algunas pruebas que experimentamos parecen no
tener sentido ni explicación. Una vez hemos pasado por
ellas podemos sacar en claro el propósito de Dios. Otras
pruebas nunca las entenderemos y nos parecerán ser
castigos injustos que sólo entenderemos en la eternidad.
Cuando confiamos en Dios y en Su justicia es cuando esperamos
incluso a que en la eternidad podamos entender aquello que no
entendemos ahora. Nuestra confianza en Dios es nuestra fuerza
espiritual en estas circunstancias porque Él es nuestra
esperanza, aun en las pérdidas más dolorosas o en
las experiencias peores, el corazón Cristiano será
sustentado por el Espíritu de Dios, porque Él es
quien nos ha llamado a Su presencia por el Evangelio, por la
revelación del Espíritu Santo, en la obra de Su
amado Hijo Jesucristo.

El
propósito de la prueba

LA FORJA DEL CARÁCTER CRISTIANO PARA LA
PERSEVERANCIA EN JESUCRISTO

La prueba es absolutamente necesaria para forjar
el carácter del hombre y sacar nuestra verdadera
esencia.
Nos enseña a nosotros mismos de
qué estamos hechos, hasta donde podemos llegar, que
siempre es mucho más lejos de lo podríamos
imaginar, si estamos con Dios, nuestro Padre. No hay
límite para Dios; sí lo hay para nosotros, y
sólo nuestro Padre conoce el nuestro, porque Él
hizo nuestro espíritu. La Biblia dice que el
espíritu del hombre solo es conocido por el hombre, y el
Espíritu de Dios es el único que conoce lo
más profundo de Dios, 1Coríntios 2:10 y esto es lo
que el Hijo nos revela del Padre y de nosotros mismos por Su
Espíritu.

Mas nos vale que Dios pruebe nuestro
corazón;
si no nos prueba tenemos que
preocuparnos. Él nos ama y nos disciplina en prueba,
demora, desierto, exhortación, etc., hasta que estemos
preparados para el siguiente paso en la vida. Las bendiciones
demoradas, las que sabemos que Dios nos va a conceder, pero que
se demoran en el tiempo, prueban la fe. La mayor prueba para
nosotros es la del corazón, para ver si amamos a los
hermanos, si amamos fraternalmente, no solo a Dios, sino a los
que Él ama, a nuestro prójimo. No hay progreso sin
esta prueba. Dios probó a Job hasta el final, hasta
que pensaba que moriría, y a nosotros también nos
probará porque sin prueba no hay crecimiento, así
que confía en el Señor porque Él no ha
escatimado morir por nosotros, así que no nos
dejará ni nos desamparará, por muy dura que sea la
prueba, aunque pensemos que hemos perdido la esperanza, la fe, la
vida, aunque andemos en valle de sombra de muerte, no temeremos
mal alguno porque Dios está con nosotros… Salmo
23.
La gracia de Dios nos inundará de lo alto,
todo es parte del propósito de Dios en nuestras vidas,
confiemos en Él, aunque sea fácil de decir y
difícil de hacer, ésto solo lo saben los que
realmente han sido probados, pero con virtud nos levantamos y
pasamos el valle de la sombra de la muerte, para venir a los
lugares de delicados pastos a descansar, junto a las aguas de
reposo en las que nos pastoreará el
Señor.

Dios tiene un proyecto para cada
persona.
Nuestra labor es descubrirlo y vivirlo con
Él. Es además el proyecto de cada uno lo que
más nos llena, lo que está escrito en nuestro
corazón desde antes de la fundación del mundo.
Ningún otro proyecto nos llenará. Es como un
programa informático, sólo puede desarrollarse
completamente para hacer lo que está programado, aunque
muchos usemos programas para otras cosas, porque también
las pueden hacer. Con nuestras vidas pasa igual, podemos hacer
distintas cosas, pero no es hasta que descubrimos nuestro
proyecto de vida que estaremos satisfechos haciéndolo.
Para esto sirve también la prueba, pero tenemos que
dejarnos llevar en las manos de Dios, no luchar contra Él,
dejarle hacer Su obra en nosotros, dejarle quitar aquello y a
quienes nosotros tenemos apego, pero que no forman parte de
nuestras vidas en el proyecto del Padre, y esperar a que
Él ponga a quienes y aquellas cosas que sí son para
nosotros. ¿Estaremos dispuestos y oraremos en este sentido
hasta ver con claridad?.

Abraham, creo que es el mejor ejemplo, el más
completo de un hombre de Dios que se marcha de su tierra, de su
parentela, y deja todo atrás, llevando sólo a su
familia en busca de la tierra prometida por el Señor,
hasta encontrarla. En el camino tiene que pasar muchas pruebas,
pero el resultado es la bendición de Dios.

Rut es otro magnífico ejemplo de una mujer de
Dios que se deja llevar por el proyecto de Dios para ella. Viuda
y sin provenir, se marcha con su suegra con determinación,
allí a donde ella vaya y a subsistir como ella le diga,
siguiendo a su Dios. De nuevo las pruebas son grandes, y el final
la bendición de Dios.

El Joven rico era justo en cuanto a la ley, cuando
preguntó lo que le faltaba para heredar la vida eterna,
Cristo prueba su corazón pidiéndole que venda todo
lo que tiene y lo de a los pobres, él se entristece por
sus riquezas y tenía que entender también que se
desprendiese de su propia justicia y tomase su cruz y siguiera a
Cristo. Marcos 10:21.

La prueba nos capacita para la Gran Comisión,
para un ministerio, para servir a Dios bajo Sus
criterios.

PRUEBAS DEL RECIÉN CONVERTIDO A
CRISTO

¿Cuántos cristianos confirman que nunca
les advirtieron de las pruebas que vendrían inmediatamente
después de recibir a Cristo como Salvador?. En mi caso
parece una constante oir esta confirmación de cada
cristiano que conozco, es por ello que al predicar anuncio el
Evangelio y las pruebas de la fe que vienen a continuación
y son precisamente una confirmación de que el paso de fe
ha sido real, no una mera experiencia social.

Problemas con la familia, tal y como anuncia
Jesús:
…y los enemigos del hombre serán
los de su casa… Mateo 10:36. Seguido del reto de Cristo al
referirse a quienes realmente Le van a seguir por encima de
padre, madre, esposa, hijos, pertenencias, proyectos, y aun de
sus propias vidas, Lucas 14:26, porque en todos y cada uno de los
contextos de la vida y con cada una de las personas seremos
probados en el momento en que demos testimonio de nuestra fe.
Cualquier cristiano maduro ya lo ha experimentado y lo puede
confirmar. Pero a los nuevos convertidos a Cristo
¿cuántos les anuncian las pruebas por las que el
Señor les pasará?. Es nuestra obligación
anunciarlo para que el nuevo cristiano ore al Señor para
que le fortalezca espiritualmente y para que esté
preparado. El hecho de ser perseguido y probado por amar a Cristo
es una prueba indubitable de que hemos dado el paso verdadero
ante Dios y es de gran gozo para el nuevo creyente, y de
confirmación de que el mundo está en su contra y
Dios de su parte. El Evangelio lo anuncia con claridad, nosotros
haremos lo mismo por amor a los nuevos hermanos/as y para honrar
la Palabra de Dios.

DIOS PRUEBA AL CRISTIANO QUE SE HA SECADO
ESPIRITUALMENTE O SE HA QUEDADO TIBIO

Por otra parte encontramos a cristianos que por
distintos motivos durante sus vidas, han dejado su primer amor a
Cristo, se han secado viviendo en sus propios proyectos o se han
hecho tibios, no comparten el Evangelio a su alrededor, ni con
sus vecinos, solo acuden a congregarse por costumbre, por la
pertenencia a la comunidad y han perdido el celo de Dios, y Dios
es un Dios celoso, como Él mismo dice: Éxodo
34:14Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues
Yahweh, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. 15Por tanto, no
harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque
fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán
sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás
de sus sacrificios; 16o tomando de sus hijas para tus hijos, y
fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar
también a tus hijos en pos de los dioses de ellas. 17No te
harás dioses de fundición.

Pero como Dios no escatimó ni a Su propio Hijo,
sino que lo entregó a muerte, y muerte de Cruz, no
escatimará probar y disciplinar a todo hijo que se quede
seco o tibio, porque este estado es una peligrosa antesala en la
que muchos pierden la fe, para que no haya sido en vano la Sangre
de Cristo que una vez recibió ese discípulo cuando
se convirtió. …Porque el Señor al que ama
disciplina y azota a todo el que recibe por hijo… Hebreos
12:6.

DESCUBRIENDO LOS VERDADEROS HERMANOS EN LA
PRUEBA

Otro de los resultados maravillosos de la prueba de Dios
en nuestras vidas es que nos permite ver quienes son
verdaderamente nuestros amigos en Cristo, nuestros verdaderos
hermanos, los que están a nuestro lado cuando estamos en
el desierto. Un verdadero amigo en Cristo te dirá la
verdad, pero será misericordioso y compasivo, te
ayudará, se ofrecerá a servirte. Por el contrario
los que se llaman hermanos y solo están dispuestos
a condenarte y cuando fallas, si pecas, aunque te arrepientas,
siete o setenta veces siete, nunca te perdonan, solo sirven para
tratar de hundirte más, guardan rencor toda la vida. De
esta forma el Señor nos enseña quienes son
verdaderos cristianos.
Oraremos más por
éstos y no daremos falso testimonio de ellos, porque son
los que necesitan madurar más, y los que sin duda veremos
en el desierto, en la prueba, en el horno de Dios, porque Dios al
que ama disciplina y prueba a todo el que recibe por
hijo.

Dios es el mejor Padre. No es como
nosotros que somos más tolerantes y permisivos, por la
debilidad de nuestro carácter para con los hijos.
Recordemos esto, los verdaderos amigos en Cristo los
encontraremos cuando nos hallemos en medio de la prueba, en la
necesidad, en la enfermedad, en medio de los problemas.

Cuando todo va estupendamente muchos vendrán a nuestro
lado y se mostrarán amigos. Esperemos a la prueba para ver
quienes son los verdaderos, y esperemos la prueba de ellos para
mostrarnos amigos con aquellos que están en el desierto,
seamos buenos amigos en Cristo, de verdad, sirvamos a quien lo
necesite, exhortémosle con la verdad, pero nunca olvidemos
que el Señor es misericordioso y nos habla la verdad con
amor, aunque nos discipline, depende de la dureza de nuestro
corazón. No somos mejores que los demás, ni estamos
por encima de ellos. Sólo Cristo está por encima de
nosotros.

DIOS ES LA PRUEBA MAS GRANDE PARA EL
CORAZÓN

Dios demanda el primer lugar en nuestra vida, y
es que sin Dios nada somos.
Él nos ha creado y
nos da la salvación, nos espera durante la vida, como al
hijo pródigo para que nos volvamos a Él, como
Padre. No escatimó dar a Su Hijo por nosotros para
demostrarnos Su amor eterno. La pregunta para nosotros es
evidente ¿amamos a Dios y Le buscamos a Él, o lo
que buscamos son Sus bendiciones, que nos vaya bien en la vida,
con un marido o esposa ideal, hijos sanos y bendecidos, amigos y
familia estupenda, que nos conceda salud, felicidad, dinero,
éxito, paz, etc.? Y todo esto nos concede Dios, pero
éste es el mayor problema, porque todas estas cosas se
suelen poner antes que a Dios, se convierten en ídolos, y
Jesús es muy claro a este respecto: …El que ama a padre
o madre más que ami, no es digno de mi; el que ama a hijo
o hija más que a mi, no es digno de mi; y el que no toma
su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mi. El que
halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por
causa de mí, la hallará. Mateo 10:37. …Mas buscad
el Reino de Dios y todas estas cosas os serán
añadidas. Lucas 12:31.

La relación con Dios es tan fuerte que nos
sobrepasa completamente. Cuando amamos a Dios no hay nada
más fuerte que Él en nuestro corazón, en
nuestros sentimientos, en nuestra mente, pero si dejamos enfriar
el amor a Dios en Cristo y se anteponen otras personas o cosas,
Dios, que es celoso, Éxodo 34:14, nos
buscará.

Las bendiciones de Dios demoradas prueban nuestra
relación personal con Dios además de la fe, como
por ejemplo en el nacimiento de un hijo en la vida de Abraham,
Génesis 15:2.5 en una larga espera por Isaac, de casi toda
su vida, 21:2 pero una vez concedido le fue pedido en sacrificio,
y una vez probado su corazón concedido definitivamente
22:8-14.

Obedeció a Dios. El don del Espíritu
tardó un tiempo en venir sobre los apóstoles desde
la ascensión de Cristo, hasta Pentecostés, Lucas
24:49. Otra prueba fue la muerte de Lázaro, amado amigo de
Jesús, quien permaneció dos días más
en el lugar cuando Le informaron que Lázaro estaba
gravemente enfermo. María, la hermana desesperó,
pero Jesús tenía el propósito de la
resurrección, Juan 11:6, 32, 43, 44. Pablo perdió
toda esperanza de salvarse tras la tempestad en el mar cuando
vieron que no aparecía ni sol, ni estrellas por muchos
días, pero puesto en pie anunció que ninguno
moriría porque Dios le había visitado en medio de
la tempestad y dicho que tendría que comparecer ante
César, y se le habían concedido todos los que
están con él en el barco, Hechos
27:20-44

Contarle a Cristo nuestra situación
en toda prueba es fundamental, la cual Él
está compartiendo aunque no Le veamos, por lo que Le
contaremos todas nuestras experiencias a Jesucristo:
Nuestros peligros, Mateo 8:25. Nuestras preguntas, Mateo
24:3. Nuestras enfermedades, Marcos 1:30. Nuestras
dificultades, Marcos 6:35,36. Nuestras necesidades, Marcos
10:51. Nuestros fracasos, Marcos 9:28. Nuestros problemas
familiares, Lucas 9:38. Nuestras victorias, Lucas 10:27.
Nuestras desilusiones, Lucas 24:18. Y nuestros
desconsuelos, Juan 11:21.

LA PRUEBA DE LA VIDA MISMA

En la historia real narrada en la película
"Buscando al Soldado Ryan" cuando llega al final de su vida, muy
mayor, acompañado de toda su familia, Ryan visita la tumba
del capitán Miller, en el Cementerio Americano de
Normandía, y al llegar a la tumba, tras un acelerado
ascenso por la colina, con ojos enrojecidos y respirando con
dificultad, cae de rodillas ante la cruz con el nombre del
capitán. Su esposa se le acerca y él le pregunta
esperando recibir respuesta con lágrimas en los ojos:
¿He sido un buen hombre, he vivido una vida que haya
merecido la pena?. Su esposa no entiende su pregunta pero le
responde con toda la solemnidad posible: Sí, eres un buen
hombre. Antes de marcharse con su familia, Ryan se cuadra en
posición de firmes y saluda en honor a su capitán
que le salvó la vida.

En la película, podemos recordar que Ryan es
buscado justo después de la batalla del Día D, en
la Segunda Guerra Mundial por un comando formado por siete
hombres y el capitán Miller, que recibe la orden de
llevarle a casa a salvo. Ryan es el cuarto de los hijos de una
madre que ya había perdido a sus otros hijos en guerra, lo
que produjo que el General Marshall personalmente, expresando que
esta madre ya había contribuido bastante a su país
con tres de sus cuatro hijos muertos en combate, diera la orden
de enviar un comando especial para traerle con vida a casa y
entregarlo a su madre. La historia real llega a su punto
álgido, cuando el capitán Miller encuentra al
soldado Ryan finalmente, junto a lo que quedaba de su
Compañía, la 506 Baker en medio de un bombardeo,
junto a un puente clave sobre un río alemán. Miller
le explica la misión y le ordena que vuelva con ellos.
Ryan le dice que de ninguna manera va a dejar a sus
compañeros de combate y que no va de vuelta a casa. Lo que
estaba a punto de suceder le convencerá, cuando el
capitán le cuenta que ya han muerto por él casi
todos los componentes del comando y definitivamente cuando el
capitán muere en brazos de Ryan en medio de un ataque
alemán, diciéndole a Ryan en su último
aliento: "Ryan, gánese esto, gáneselo". Aquello que
se había hecho por él sería una carga tan
pesada en su vida que jamás olvidaría las palabras
y la mirada del capitán Miller. Todo el comando
murió por Ryan pero cumplieron su misión gracias a
que en el mismo momento llegaron los refuerzos americanos. Ryan
viviría el resto de su vida, sería un buen hombre,
honrado, formaría una maravillosa familia y viviría
una buena vida cristiana, pero con la carga de vivir una vida que
realmente hubiera valido la pena aquel sacrificio, y luchó
por merecérselo, por lo que necesitaba la respuesta a su
angustiado esfuerzo.

Del mismo modo cada uno de nosotros al
mirarnos al espejo, debemos preguntarnos lo mismo, y
preguntarle a Jesucristo lo mismo, ¿estoy viviendo
una vida que merezca la pena que Tú, oh Señor
hayas muerto por mi?. ¿Estoy siendo el cristiano, la
clase de discípulo y de hijo de Dios que Tú
quieres que sea. El marido o esposa que debo ser. El padre
o la madre de mis hijos que ellos merecen. El hijo o hija
que mis padres merecen. El hermano o hermana que mis
hermanos deben tener, tanto en la familia como en la
Iglesia? Y todas aquellas preguntas que el Espíritu
nos lleve a hacernos y a hacerle a
Él.

Sabemos que nuestra vida cristiana está
compuesta de unos fundamentos que componen el ministerio
común a todos los cristianos, nuestro sacerdocio, 1Pedro
2:9. Éste se compone de la Gran Comisión, predicar
el Evangelio a nuestro alrededor. El Gran Mandamiento, amando a
Dios por encima de todos y de todo. La Regla de Oro, tratando a
nuestro prójimo como a nosotros mismos y en toda buena
obra. Y el fruto del primero y el último, el Mandamiento
Nuevo, que nos amemos los unos a los otros como Él nos ha
amado, de modo que sepan que somos Sus discípulos. Con
estos cuatro pilares de la estructura de nuestro templo
espiritual interior, les aseguro, como ya experimentan, que
viviremos una vida de constante prueba de forja espiritual, una
vida que llegará tarde o temprano a ser una vida de
bendición y reflejo de Cristo, por la obra del
Espíritu Santo en
nosotros.

Estas notas de la historia son confirmadas en la forma
en que Dios nos enseña al probarnos en la vida. Al probar
nuestra vida interior tenemos a David hablando con Dios en el
Salmo 17:3: …Tú has probado mi corazón, me has
visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo
hallaste… La prueba es un proceso de refinación
necesario para nuestro corazón como vemos en
Zacarías 13:9: …Y meteré en el fuego a la tercera
parte, y los fundiré como se funde la plata, y los
probaré como se prueba el oro. El invocará mi
nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y
él dirá: Yahweh es mi Dios… En la forma en
que hemos construido nuestras vidas tendremos la prueba de la
tormenta, Lucas 6:48: …Semejante es al hombre que al edificar
una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre
la roca; y cuando vino una inundación, el río dio
con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover,
porque estaba fundada sobre la roca. La prueba final la
encontramos en 1Corintios 3:13: …la obra de cada uno se
hará manifiesta; porque el día la declarará,
pues por el fuego será revelada;… … y la obra de cada
uno, sea cuál sea el fuego la probará. Santiago
1:12.

LA ÚLTIMA PRUEBA DE LA FE: LA
MUERTE.

Ante la muerte muchas personas, incluso muchos
cristianos, encuentran una prueba casi infranqueable. En realidad
es una prueba de fe, si no creemos de verdad en nuestro
corazón en la resurrección de Cristo, que hemos
recibido Su salvación, que tenemos vida eterna en Su
venida para establecer Su Reino, si no creemos todo esto de
corazón, que vamos a ver a Jesús tras cerrar los
ojos y abrazarle, la muerte será un muro
infranqueable.
Por el contrario, si nuestra fe en la
obra del Hijo de Dios y su efecto en nosotros, si nuestra
conciencia arrepentida está tranquila por nuestra vida
ante Dios y ante el prójimo, sabiendo que somos hechos
justos y perfectos por Cristo, y no por nuestros méritos,
pero conscientes de nuestros frutos, entonces la muerte queda sin
ningún poder, …dónde está oh muerte
tu aguijón, oh sepulcro tu victoria…

1Coríntios 15:55, y esperamos en paz encontrarnos
con Jesús y abrazarle para siempre en el seno del Padre,
en la presencia del Espíritu Santo. (A dónde van
los muertos?
Debemos recordar el Texto sobre la
resurrección de los muertos en Ezequiel 37 llamado el
Valle de los huesos secos).

LA MAYOR PRUEBA DE TODAS: EL AMOR, Y AMOR DE
DIOS.

La mayor prueba de todas es el amor. El
amor es algo que tenemos delante de nosotros todos los
días, y que está en nosotros darlo o no darlo,
recibirlo o no recibirlo.

…Un mandamiento nuevo os doy; Que os améis unos
a otros; como yo os he amado, que también os améis
los unos a los otros… Juan 13:34. Este mandamiento es la prueba
para nosotros de que amamos a Dios, y es también para Dios
la prueba de que Le amamos. 1Juan 3:16 nos habla de nuevo de este
mandamiento que Jesús nos enseña en Juan 13:31-35
cuyo último versículo muestra por qué
Jesús nos enseña este mandamiento y lo llama nuevo,
porque es el fruto de Su obra en la Cruz por nosotros:
…En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros…

Probémonos a nosotros mismos, reconozcamos si
amamos a los hermanos mirando nuestros frutos, nuestro trato,
nuestro corazón, nuestros sentimientos, pues es
aquí en nuestra intimidad del alma, donde no hay
engaño, donde el único que tiene acceso, aparte de
nosotros, es el Espíritu de Dios. Desgraciadamente hay
muchos que no quieren mirar en su interior porque saben el estado
de su alma y de su corazón, que se traducen en el estado
de su espíritu.

Dios nos amó a nosotros primero, somos hechura
Suya y Cristo se dio por nosotros antes que el mundo fuese
creado, cuando vio con el Padre que el hombre se apartaría
a vivir su propio proyecto. No obstante, conociéndonos, no
nos abandonó y proveyó nuestra salvación
esperando a nuestro arrepentimiento muriendo en la Cruz en
nuestro lugar para darnos la esperanza viva de la
resurrección y la vida eterna.

Esa vida eterna tiene dos
significados.

  • El primero es el que todos entendemos a
    primera vista, la vida eterna en el paraíso de Dios
    cuando venga el Reino de Dios, al regreso de
    Jesucristo.

  • El segundo, es menos conocido, aunque
    igualmente Bíblico, pero para el que hay que tener
    oídos para oir. Me refiero a la enseñanza de
    Jesucristo al orar al Padre en Juan 17:3 …Y esta es la vida
    eterna; que te conozcan a ti, el único Dios verdadero,
    y a Jesucristo, a quien has enviado…

Según Jesucristo la vida eterna es
conocerle, no hay que esperarla, está delante de
nosotros, es una vida con Dios para todos los días
en Jesucristo. El Padre nos envía a Su Hijo para que
creyendo en Él tengamos acceso a Su presencia. El
Hijo nos lleva al seno del Padre para que por nosotros
mismos podamos estar en la presencia de Dios de la mano del
Espíritu. Se trata, en otra referencia del Nuevo
Testamento, (bajo cuyo Espíritu hemos de entender
toda la Biblia), de vivir en el Reino de Dios ahora.
Sí, aunque parece algo difícil de entender,
es precisamente de esto de lo que hablaba Juan el Bautista
cuando clamaba: …Arrepentíos, porque el Reino de
los cielos se ha acercado… Mateo 3:2, lo que el mismo
Jesucristo no tardaría mucho en confirmar predicando
del mismo modo: …Arrepentíos, porque el Reino de
los cielos se ha acercado… Mateo 4:17 de que Aquel que es
el Reino de Dios estaba en medio de ellos. Hoy
también lo está en Espíritu para que
tengamos una relación personal con
Él.

Si comprendemos que la mayor de todas las pruebas es el
amor, porque no nos es natural amar a hermanos desconocidos, y
mucho menos a enemigos con la esperanza de que se salven, es
entonces cuando comprenderemos la obra de Dios por
nosotros.

Dios ha pasado y está pasando la mayor de
todas las pruebas. Son tres personas en la Divinidad de Dios, el
único Dios experimentando la prueba en tres
personas.

  • En primer lugar el Espíritu
    está pasando diariamente la prueba de amarnos en
    nuestras debilidades, contra nuestra carne, contra nuestra
    mente y no deja de interceder con gemidos indecibles, Romanos
    8:26, protegernos, abogar por nosotros, y consolar nuestro
    corazón para que caminemos firmes como cristianos. Sin
    Él sería imposible vivir una vida cristiana y
    permanecer en el Camino de la fe. El Espíritu Santo
    cumple cada día la mayor de prueba de
    amarnos.

  • En segundo lugar, Jesucristo pasó la
    prueba a la que se comprometió antes de la
    fundación del mundo, estando en el trono de la gloria
    con el Padre. El Hijo le dijo al Padre que estaba dispuesto a
    morir por nosotros para que tuviésemos vida eterna en
    Su Reino. La prueba de amor a la que se comprometió el
    Hijo de Dios llegó y el Hijo se hizo hombre, se hizo
    carne y habitó entre nosotros. Nació con el
    propósito de morir por nosotros. Lo llevó hasta
    el fin, pasó las pruebas de Su ministerio, pasó
    el desierto tentado por el diablo. Pasó la prueba del
    rechazo de Su pueblo, y todas las pruebas de fe a las que el
    Padre le entregó. Finalmente la última de las
    pruebas, la que nos da la vida, Su amor en la Cruz hasta dar
    Su vida por nosotros. En la resurrección tenemos la
    esperanza y la prueba del mayor amor que existe, y el
    Señor oró al Padre antes de morir: …Ahora
    pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con
    aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese…
    Juan 17:5. Jesucristo cumplió y cumple la mayor prueba
    de amarnos.

  • Y en tercer lugar, el Padre pasó la
    mayor de las pruebas que una persona puede pasar, la de ver a
    Su Hijo, Su unigénito, siendo crucificado por amor a
    los enemigos, a los que Le aborrecieron y a los pecadores,
    todos nosotros, de todo tiempo y nación. …Porque de
    tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
    unigénito, para que todo aquel que en él cree,
    no se pierda, más tenga vida eterna… Juan 3:16. El
    sufrimiento del Padre nos fue narrado simbólicamente
    en Abraham cuando tuvo que obedecer a Dios y llevar a su
    hijo, a su único hijo de su amada Sara al monte para
    ofrecerlo en sacrificio. Dios le proveyó de
    víctima en su lugar, pero a Dios nadie le podía
    proveer de un sustituto por Su Hijo, aunque
    quisiéramos ofrecernos al Padre por Cristo. Dios nos
    amó y aceptó que Su Hijo se ofreciera por
    nosotros, y pasó la mayor de las pruebas hasta recibir
    el Espíritu de Cristo cuando murió en la Cruz:
    …Elí, Elí, ¿lama sabactani?… Mateo
    27:46 y …Padre, en tus manos encomiendo mi
    Espíritu… Lucas 23:46 Dios Padre cumplió la
    mayor prueba de amarnos.

Por este amor del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, con el que Dios nos ama, ¿cómo dudaremos de
que estará a nuestro lado por muy duras que sean las
necesarias pruebas?. Ahora es nuestro turno de vivir la prueba de
amarnos en Cristo para que nos encuentre como Su verdadero pueblo
antes de Su venida. No escatimemos esfuerzos para ganar de verdad
los corazones, porque éste es el mayor tesoro, que al
igual que el oro se purifica en el horno de fuego, símbolo
de la prueba de la fe que obtiene un corazón limpio:
…Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos
verán a Dios… Mateo 5:8

Textos
bíblicos relevantes sobre el propósito de la prueba
de nuestra fe

ÉXODO 32

…Dijo más Yahweh a Moisés: Yo he
visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz.
10Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y
los consuma; y de ti yo haré una nación grande.
11Entonces Moisés oró en presencia de Dios, y dijo:
Oh Yahweh, ¿porqué se encenderá tu furor
contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto
con gran poder y con mano fuerte?

DEUTERONOMIO 8

…Te acordarás de todo el camino por
donde te ha traído Yahweh, tu Dios, estos cuarenta
años en el desierto, para afligirte, para probarte, para
saber lo que había en tu corazón, si habías
de guardar o no sus mandamientos. 3Te afligió, te hizo
pasar hambre y te sustentó con maná, comida que ni
tú ni tus padres habían conocido, para hacerte
saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de
todo lo que sale de la boca de Yahweh vivirá el
hombre.

ROMANOS 5

…Justificados, pues, por la fe, tenemos paz
para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2por
quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en
la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la
gloria de Dios. 3Y no sólo esto, sino que también
nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y
la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque
el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos fue dado.

SANTIAGO 1

…Hermanos míos, tened por sumo gozo
cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la
prueba de vuestra fe produce paciencia. 4Mas tenga la paciencia
su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin
que os falte cosa alguna. 5Y si alguno de vosotros tiene falta de
sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6Pero pida
con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la
onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una
parte a otra. 7No piense, pues, quien tal haga, que
recibirá cosa alguna del Señor. 8El hombre de doble
ánimo es inconstante en todos sus
caminos.

1PEDRO 4

…Amados, no os sorprendáis del fuego de
prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña
os aconteciese, 13sino gozaos por cuanto sois participantes de
los padecimientos de Cristo, para que también en la
revelación de su gloria os gocéis con gran
alegría. 14Si sois vituperados por el nombre de Cristo,
sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios
reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él
es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15Así
que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón,
o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16pero si alguno
padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a
Dios por ello. 17Porque es tiempo de que el juicio comience por
la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros,
¿cuál será el fin de aquellos que no
obedecen al evangelio de Dios? 18Y: Si el justo con dificultad se
salva, ¿En dónde aparecerá el impío y
el pecador? 19De modo que los que padecen según la
voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan
el bien.
 

Conclusión

Puede que te encuentres en el final del año 40 de
tu travesía por el desierto, a las puertas de la tierra
prometida. Puede que te halles al final del séptimo
año de hambre en Egipto, consumiendo las provisiones
restantes, y no te quede nada, y no veas la solución, pero
la situación está a punto de cambiar. Puede que te
encuentres terminando la última noche del día 40 de
tu prueba de tentación en el desierto y estés a
punto de comenzar tu ministerio. O puede que estés
llegando a tierra tras el naufragio de tu barco, mientras estabas
sirviendo al Señor, y no sabes qué ha pasado.
Quizá eres ya viejo y el Señor te está
empezando a revelar como a Juan en Apocalipsis, escribe o sirve y
compártelo con tu iglesia.

No te rindas, se valiente, lucha con el
ángel del Señor como hizo Jacob hasta que te
bendiga, pero las pruebas espirituales son métodos divinos
para probar al creyente y hacerlo un discipulo.
Hemos
visto algunos de los ejemplos más claros, como pedir
grandes sacrificios en Génesis 22:1:
Aconteció después de estas cosas que probó
Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió:
Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único,
Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y
ofrécemelo allí en holocausto sobre uno de los
montes que yo te diré.

Al guiar a los hombres por un camino difícil como
en Deuteronomio 8:2: Y te acordarás de todo el camino por
donde te ha traído Yahweh tu Dios estos cuarenta
años en el desierto, para afligirte, para probarte, para
saber lo que había en tu corazón, si habías
de guardar o no sus mandamientos. (un viaje de 11 días en
40 años). Al dar oportunidad para elegir en 1Reyes 3:5: Y
se le apareció Yahweh a Salomón en Gabaón
una noche en sueños, y le dijo Dios: pide lo que quieras
que yo te dé. Al proponer tareas difíciles como en
Juan 6:5: Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que
había venido a él gran multitud, dijo a Felipe:
¿De dónde compraremos pan para que coman
éstos? Pero esto decía para probarle; porque
él sabía lo que había de hacer.

Al permitir que los hombres sufran cuando son fieles
como Pablo y Silas en Hechos 16:23: Después de haberles
azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al
carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este
mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y
les aseguró los pies en el cepo. O al permitir la
tentación como enseña Santiago 1:12:
Bienaventurado el varón que soporta la
tentación; porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los
que le aman.

Sin olvidar lo que nos hace profundizar en nuestra vida,
aumenta nuestra paciencia y confianza en Dios, las tardanzas
divinas que son una gran prueba del valor y la paciencia de los
hombres. …¿Hasta cuando, Yahweh? ¿Me
olvidarás para siempre? Salmo 13:1. …¿Hasta
cuándo esconderás tu rostro de mí? Salmo
40:17. …Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha
enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando en Dios. Salmo
69:3. …Desfallecieron mis ojos por tu palabra, diciendo:
¿Cuándo me consolarás? Salmo 119:82.
…Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó
dos días más en el lugar donde estaba. Juan 11:6.
…Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado
aquí, mi hermano no habría muerto. Juan 11:21.
…Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del
Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso
fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la
lluvia temprana y la tardía. Santiago 5:7. …El
Señor no retrasa su promesa según algunos la tienen
por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno se pierda, sino que todos procedan al
arrepentimiento. 2Pedro 3:9.

Podemos concluir entonces que todo logro en la vida
tiene dos características comunes, si observamos la
historia de los personajes Bíblicos, los históricos
y que veremos en nuestras propias vidas: la prueba y la
oposición que tuvieron para conseguir aquello que Dios
puso en sus corazones, en primer lugar. En segundo lugar, la
perseverancia y lucha ante la adversidad convencidos de lograrlo.
Nosotros debemos hacer de igual modo, si estamos convencidos, si
hemos orado y pedido señales a Dios, si hemos recibido
confirmación y creemos en nuestra misión de vida,
no podemos dejar de hacer aquello para lo que fuimos hechos antes
de ser formados en el vientre de nuestra madre, como le dijo Dios
a Jeremías.

La despedida del viaje por las pruebas Espirituales es
nuestra esperanza, el final de Apocalipsis: …20El que da
testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve.
Amén; sí, ven, Señor Jesús. 21La
gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros.
Amén.

 

 

Autor:

Carlos Padilla

Enviado por:

Jorge Edgardo Oportus
Romero

(Adaptación)

 

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