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Sombras y luces en la región portuaria platense 1716-1777




Enviado por Daniel López



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Montevideo: "nuestra ciudad", "nuestro
    puerto"
  3. Colonia del Sacramento
  4. Nuevas
    miradas en la Región Portuaria
    Platense
  5. El
    complejo portuario platense y el papel de Colonia
    (1716-1777)
  6. ¿Por qué un complejo
    portuario?
  7. A modo
    de colofón
  8. Anexos
  9. Bibliografía

Introducción:

El contenido del pasado es la vida histórica
vivida. El saber histórico ha sido una constante
preocupación de la humanidad, mas el saber
histórico es de tal intensidad, de tal extensión y
de compromiso con la vida que constituye un enorme desafío
saber que preguntarle a ese pasado. Al decir de José Luis
Romero[1]este proceso se realiza como la
indagación psicoanalítica individual en el que la
primera pregunta ha sido la de la identidad, que implica buscar e
interpelar sobre ¿quiénes somos? Para responder a
esta pregunta se construyó el saber histórico. Esta
identidad se procesa en contraposición a los otros, se va
conformando el concepto de nosotros exagerando las semejanzas
hacia adentro, pero también las diferencias hacia
afuera.

En la busca de la identidad, una sociedad halla un gran
repertorio sobre la creación y sus orígenes y es en
este derrotero que la historiografía uruguaya de fines del
siglo XIX y principios del siglo XX justificó la presencia
de una nación preexistente, que se vincula con la idea de
patria, que se consolida en las últimas décadas del
siglo XIX. Es así como se visualiza al Uruguay como una
nación preexistente desde los tiempos de la "lejana
colonia".

Al momento de "construir" aquellos elementos que
concurrieran como identitario, se construye la idea de la lucha
de puertos entre Montevideo y Buenos Aires desde fines del siglo
XVIII, identificando a Montevideo como la región "total
del Uruguay" y como un conjunto económico, social y
cultural distinto.

Estamos al decir de Chiaramonte[2]ante el
problema del uso deshistorizado de la noción de
región, en el presupuesto que Montevideo es parte de un
todo que es el Uruguay, pero que al mismo tiempo desconoce el
papel que cumple otro puerto de esta región, que es
"ignorado" por la mayoría de esta historiografía,
como lo es el puerto de Colonia. El encuadre parte de un
análisis primariamente de historia económica, pero
teniendo presente que las relaciones económicos son
también relaciones sociales y al decir de
Mata[3]:

"la circulación implica no solo flujos
mercantiles sino además relaciones personales, redes
sociales. Abandonar el perfil economicista y cuantitativo del
análisis económico y prestar atención a
estas relaciones sociales, interacciones y redes ha posibilitado
también estudiar la construcción de poder, las
relaciones de género y muchos otros problemas de la
historia social y política…"

Es en esta línea en la cual se enmarca el
presente trabajo, en el cual en un primer momento se
planteará los argumentos de la construcción de "la
lucha de puertos" como un elemento importante de una supuesta
identidad homogénea, en segundo término el
papel de Colonia en el período 1716-1777 y
finalmente la mirada sobre el complejo portuario
platense,
con una mirada integradora, con un enfoque que
prioriza los vínculos socio-económicos y centrando
la mirada en el papel de Colonia del Sacramento en el complejo
portuario platense.

Montevideo:
"nuestra ciudad", "nuestro puerto"

La historiografía tradicional uruguaya o
también denominada como vieja Historia de fines del siglo
XIX y comienzos del siglo XIX, sigue los mismos parámetros
de la historiografía tradicional europea. Es decir la
dedicación casi exclusiva en la historia
política
, con un marcado acento en los aspectos
jurídicos, teniendo a los documentos escritos oficiales
como la fuente de la verdad. Los protagonistas de esta historia
se identifican con los padres de la nación que son los
héroes de la patria. Citando a Fradkin y
Guaraglia[4]ellos afirman que narrar la historia
de "la Nación" fue durante un largo tiempo el cometido
principal y podríamos decir fundacional de los
historiadores, construida como una representación del
despliegue de la nación a lo largo de los años,
ignorando la complejidad de los procesos
históricos.

En la necesidad de definir quiénes somos y por
ende quiénes son ellos, se va conformando un discurso de
identidad social y de identidad cultural es decir de una clara
homogeneidad, desconociendo los entramados de los grupos humanos.
En esta estrategia de contraposición de unos contra otros,
los que no son nosotros son constituidos como
enemigos.

Carlos Real de Azúa[5]al analizar
la tesis independentista clásica cita como portadores de
esta corriente a Ramírez, Zorrilla de San Martín,
Bauzá, Pablo Blanco Acevedo y posteriormente el gran
historiador y docente Juan Pivel Devoto (su accionar como docente
primero en la enseñanza media y posteriormente en la
formación de docentes durante más de un cuarto de
siglo multiplicó su labor más allá de su
producción historiográfica).

La producción de estos historiadores puede ser
identificada por los siguientes indicadores:

  • La utilización por excelencia de documentos
    oficiales, llevando a la búsqueda incesante para su
    posterior publicación, ejemplo más
    paradigmático sería el Archivo
    Artigas

  • Predilección por el estudio del
    período colonial y de la independencia

  • En este buceo por el período colonial en
    todos ellos se busca las raíces de un sentimiento
    nacional que advierte la independencia

  • Es en este sentido que los autores se alistan
    directamente a la tesis independentista en relación a
    los orígenes del Estado uruguayo

  • El proyecto planteado es localista y nacionalista,
    es por ello que ignoran "las historia fuera de frontera", en
    el que se observa una relativa indiferencia a los
    fenómenos o sucesos mundiales

  • La visión u orientación de los mismos
    es "cruelmente" montevideana, ignorando otros puntos de vista
    o miradas desde otros lugares

Este concepto se construye a partir del presupuesto
historiográfico de "una independencia antes de la
independencia"[6] en la cual eran factores claves
la disposición del territorio, las aspiraciones de sus
habitantes y la rivalidad con Buenos Aires.

En este sentido Real de Azúa señala
que:

"Para la historiografía independentista uruguaya
en los indicadores de esa pugna siempre jugó Buenos Aires
la parte del egoísmo, la dureza y la arrogante defensa de
la precedencia y el privilegio: a Montevideo portavoz de las
energías reprimidas por las mallas jurídicas, de
los fueros coartados de una existencia ascendente, le tocó
siempre, por ello, la parte del
bueno."[7]

Para Pablo Blanco Acevedo[8]el Uruguay
forma un mundo histórico aparte en el escenario del
continente, distinguiendo una serie elementos que concurren en la
formación de la nacionalidad uruguaya como los
son:

  • En primer lugar el elemento étnico primitivo
    que poblaban el territorio a la llegada de los
    españoles: "nación charrúa"

  • En segundo término la colonización
    española muy particular de este territorio

  • El tercer factor que distingue es la "ciudad" que es
    prototipo de esta colonización: Montevideo, sobre ella
    se edifica su rápido desenvolvimiento
    económico, la superioridad y hegemonía de su
    puerto y la posterior rivalidad con el puerto de la otra
    ribera: Buenos Aires. Que se transforma en una lucha
    económica, administrativa y
    política.

En su trabajo se procede a identificar a los enemigos,
veamos algún ejemplo ilustrativo de esta
argumentación:

"La fundación de la nueva ciudad tuvo por causa
señalar el dominio español en la margen
septentrional del Plata y contribuir, a la vez, el fomento de
Buenos Aires, puesto en jaque por los portugueses que amenazaban
hacerse dueños de la navegación en esta parte Sur
de América meridional. Conseguido el primer objetivo, era
menester obtener el segundo, es decir: reconcentrar el movimiento
comercial en el puerto de la gobernación, a fin de que los
peligros que entrañaba la proximidad de la Colonia no
aumentasen con el desarrollo de un nueva población del
río"[9]

Por un lado se resalta el valor de la fundación
de la ciudad de Montevideo, en la lucha o conflicto hispano
lusitano, tanto estratégico como desde un punto de vista
comercial, es decir ciudad puerto, como también
implícitamente la identificación de Colonia como
reducto o ciudad del otro es decir el enemigo.

Es en relación a esta ciudad puerto, sobre la que
se erige la aspiración de independencia del Uruguay y en
la que juega un papel trascendental la lucha de puertos. Sobre
esta supuesta rivalidad se configura uno de los soportes
teóricos de la nacionalidad uruguaya:

"En esa ciudad, así formada y construida
vivió y se desarrolló la sociedad colonial. En su
aislamiento geográfico, cerrado casi en absoluto las
comunicaciones con el mundo exterior, a excepción de las
noticias llegadas muy de tarde en tarde por los buques arribados
al puerto en tránsito al Perú o con destino a
Buenos Aires., la vida de los pobladores debió
reconcentrarse en su ciudad, en la tierra en que vivieran. Para
ellos, como en las sociedades antiguas, la ciudad debió
ser la Patria."[10]

El autor resalta por un lado, la simbiosis
ciudad-patria, aspecto ya explicitado con anterioridad, pero otro
aspecto muy interesante en nuestro análisis es la
conformación de "mundos cerrados" sin que
existan intercambios entre ellos, a pesar de sus
cercanías, no hay un análisis que vincule las
relaciones de los distintos sujetos de los tres puertos
platenses.

Al avanzar en su abordaje aparece claramente la
identidad Montevideo y de Buenos Aires con Uruguay y Argentina,
es decir la identificación del nosotros y de los otros,
como también el reduccionismo histórico de
identificar Montevideo con el Uruguay, cometiendo un anacronismo
histórico, con una visión muy simplista de la
historia

"Montevideo y Buenos Aires, el Uruguay y la Argentina,
quizá la historia de sus divergencias que
conducirían a su separación definitiva, no
reconozcan en el pasado, sino su aspiración firme y
reiterada de cada una de las ciudades ribereñas hacia el
predominio comercial en el Río de la
Plata,"[11]

La búsqueda de los orígenes de la
nacionalidad uruguaya se organiza en relación a que la
Banda Oriental era otra cosa que la orilla vecina y en ella el
rol protagónico lo juega Montevideo y sus habitantes que
luchan contra los porteños desde el lejano día de
su fundación. Los actores de la sociedad uruguaya o de su
pasado histórico fueron identificados como los "nuestros",
ejemplo paradigmático son los montevideanos, desde su
fundación en un lugar privilegiado, con un papel
trascendental para detener el avance portugués, luego en
su lucha con Buenos Aires, posteriormente su fidelidad a la
corona española y su enfrentamiento a los
porteños…son los actores por excelencia en el
discurso de estos historiadores, y aparentemente con un accionar
homogéneo.

La figura más representativa de esta corriente es
el Prof. Juan Pivel Devoto quien sostiene que el puerto de
Montevideo es el propulsor de la tendencia regionalista como
ciudad hegemónica de la región. Este concepto se
identificada como todo el territorio, como una unidad
político y económica.

Como vemos en esta región de la plata, no aparece
en el análisis de los historiadores clásicos el
papel que jugó otro de los puertos de la zona, como lo es
Colonia. Solamente aparece en relación a la
conformación de la "banda frontera", pero no en
relación o mejor dicho en interrelación con los dos
puertos en el siglo XVIII.

Veamos, entonces sumariamente cual ha sido su "papel"
tradicional

Colonia del
Sacramento

Antes de finalizar el siglo XVII los portugueses en su
afán de expansión tanto territorial como
económica se establecen en la margen oriental del
Río de la Plata fundando Colonia del Sacramento en 1680
como cabecera de puente en el mencionado río.

No es objetivo de este trabajo plantear lo avatares de
la misma durante los casi cien años que van de su
fundación hasta su toma final por parte de Cevallos,
jalonada casi por una centuria de vida pendular con
períodos de toma y reintegro por los actores involucrados
y estrechamente vinculado a la conformación de los
territorios hispanoamericanos . Si es importante tener presente
que la acuciada vida de Colonia del Sacramento ha sido tomada por
la mayoría de los historiadores que se interesaron en la
lucha de los imperios coloniales ibéricos. Es así
que aparece en toda la literatura que menciona el comercio
atlántico, las reformas borbónicas del siglo XVIII,
las luchas entre españoles y portugueses primero y
posteriormente en la formación de los países de
Uruguay, Argentina y Brasil. Se la menciona como un enclave
portugués en tierra española y por ende como
polo del contrabando, vía por la cual se
obtenían en forma ilegal los metales preciosos del Alto
Perú.

La historia de Colonia entre 1680-1777(ver anexo N°1
Plano de Colonia) se concentra en la lucha entre España y
Portugal y el contrabando practicado aparentemente sólo
por los habitantes de la banda de Buenos Aires, siendo un
elemento de disputa permanente entre las cortes castellanas y
portugueses. Es en este sentido que los distintos trabajos
relacionados con la Colonia analizan el cambio de dueño de
la ciudad, con una mirada esencialmente geopolítica: por
un lado España intenta salvar la integridad de su
territorio mientras que Portugal busca expandir sus fronteras y
su comercio.

En la historiografía de Brasil, Argentina o
Uruguay se encuentra que aquellos que se interesaron por la
historia de Colonia del Sacramento eran historiadores que en su
primera vocación había sido sujetos que abrazaron
las armas o la diplomacia. En el caso de las armas se puede citar
al brasileño J. da Costa Regio Monteiro y al argentino
Juan M. Monferini, en el ámbito diplomático el
Barón de Río Branco y el uruguayo Luis Enrique
Azarola Gil[12]todos en las décadas de los
treinta y cuarenta del siglo XX. Posteriormente en la
década de los cincuenta debo mencionar la importante obra
de Antonio Riverós Tula "Historia de la Colonia del
Sacramento 1680-1830
", publicada en Montevideo en 1959 que
se convirtió en un texto de indispensable consulta por la
solvencia de su trabajo.

La historiografía en este sentido supone la
conformación de "dos bandos" en el cual se
opondrían de un lado a los historiadores españoles,
uruguayos y argentinos y en la otra esquina a los portugueses y
brasileños.[13] En el devenir de los
análisis historiográficos sirvió para
construir el mito que el río, desde siempre
separó a uruguayos de argentinos
.

Es casi nulo el enfoque sobre los contactos con
Montevideo o del lugar de Colonia en el nacimiento de otras
ciudades o en la relación con la posterior
fundación de Montevideo[14]

Uno de los trabajos más importantes en la
historiografía uruguaya sobre los pueblos del interior, es
el llevado a cabo por Aníbal Barrios
Pintos[15]a principios de la década de los
setenta en el cual realiza una muy importante
investigación sobre los orígenes de los principales
pueblos del interior de la Banda Oriental. Más allá
del análisis de la Colonia como fortaleza lusitana y foco
del contrabando aparecen distintos indicadores que nos hablan de
de la dinámica de la ciudad:

"En 1742 Colonia tenía 1956 habitantes de los
cuales un millar eran civiles. Seguía siendo la más
importante población de la Banda septentrional del
Río de la Plata. Recuérdese que en 1751 Montevideo
no alcanzaba el millar de
habitantes."[16]

En el cual establece un juego de sus relaciones muy
distinto al relato tradicional:

"En ese año (hace referencia al año 1729)
se realizaron grandes fiestas en Colonia, a la que asistieron
autoridades e invitados de Buenos Aires. Un romance impreso en
Lisboa occidental en 1732, publicado en facsímil por el
profesor Juan Carlos Sábat Pebet, contiene la referencia
inicial a representaciones teatrales en nuestro territorio,
realizadas durante dichas celebraciones."
[17]

Éste último aspecto destacado por Barrios
Pintos es muy interesante porque nos muestran por lo menos la
interacción de algunos protagonistas, en este caso las
autoridades de las "ciudades puertos rivales". Ver Anexo
N° 2[18]y Anexo N° 3

Este planteo constituye uno de los primeros casos en que
el cuadro tradicional de negro y blanco se tiñe de
gris
y en el que queda en evidencia una nueva mirada a
la frontera constituyendo un espacio que se modula en forma
constante.

Al acercarse la conmemoración del tercer
centenario de la fundación de Colonia del Sacramento
(1980) el tema atrajo nuevamente la atención en la
edición de un volumen de fotos y
textos[19]En 1995 al ser inscrita la ciudad en la
lista del Patrimonio mundial de la UNESCO se renueva el
interés pero concentrado en el trabajo de
restauración, conservación y puesta en valor del
patrimonio sacramentino, que incluye una síntesis de la
historia de Colonia.[20] En el ámbito de la
investigación local es importante señalar los
trabajos del Profesor Omar Moreira sobre Colonia del Sacramento
en la modalidad de Crónicas que elige como objeto de
estudio documentos oficiales, historia más oscuras, en la
cual el autor encuentra las relaciones entre los acontecimientos
seleccionados y la estructura de larga duración de la
gesta sacramentina.[21] En el 2006 se editó
en Montevideo: "La manzana de la discordia" del
historiador español Diego Téllez Alarcia, docente
la Universidad de la Rioja, que contiene un minucioso
catálogo de cada uno de los acontecimientos ocurridos en
la región platense que bien quedan definidos en su
sub-título: "Historia de la Colonia del Sacramento
desde la fundación portuguesa hasta la conquista
definitiva por los españolas"
(1680-1777).

Nuevas miradas en
la Región Portuaria Platense:

Como hemos visto los historiadores suelen recurrir a
argumentos geográficos para justificar el surgimiento de
una ciudad (o muchas veces una civilización) en un espacio
y un tiempo determinado. También se presupone muy a menudo
que la emergencia de ésta corresponde con un ámbito
espacial idóneo o al menos favorable para su desarrollo,
con un clima y un suelo propicio para el asentamiento humano,
temática que está presente en nuestra Banda
Oriental.

Pero sin duda el elemento geográfico más
peculiar de este "espacio" es su mirada al río y en
espacial al Río de la Plata. Y ciertamente en el "mundo
platense" los elementos tierra y mar, fueron desde mi punto de
vista, elementos geográficos- históricos
complementarios. Siendo el río el medio idóneo de
comunicación, no sólo de los "orientales y
porteños" sino de las principales potencias
marítimas del momento, entiéndase portugueses,
británicos, franceses, holandeses y españoles
(siglo XVII y XVIII).

Desde poco más de treinta años a esta
parte se observa una renovación en los estudios
históricos de la región, que se ha denominado como
región platina, que abarca Buenos Aires,
la Banda Oriental y su articulación con Río
Grande.

En este nuevo enfoque el profesor Fernando Jumar destaca
los siguientes trabajos:

  • Zacarías Moutoukias, que en 1983 presentaba
    en París su tesis de doctorado que analizaba el
    comercio porteño en la segunda mitad del siglo XVII,
    este trabajo constituye una nueva mirada sobre la
    región y se transformó en el pie para trabajos
    posteriores.

  • Hernán Asdrúbal Silva, también
    en la década de los ochenta asimismo comenzó a
    analizar el comercio rioplatense durante el siglo
    XVIII[22], posteriormente aborda la presencia
    portuguesa en el Río de la
    Plata[23]

  • Posteriormente se destacan los trabajos de Isabel
    Paredes(1996) sobre el comercio y contrabando en la zona
    platense en el período de fines de la década
    del treinta a principios del
    sesenta[24]

  • Por último subraya el trabajo del profesor
    Fabricio Prado (2002) que se ha dedicado en profundidad al
    estudio de Colonia del Sacramento en un análisis que
    trata de vincular la historia de Colonia con la de Río
    Grande do Sul ya que para él la historia riograndense
    en el Siglo XVIII no se disocia de la región
    platina.

Esta breve síntesis de las distintas
investigaciones realizadas en torno a la región platina
muestran una renovación de las miradas, de lo
político a lo económico y social, en el
período del Antiguo Régimen y constituyen nuevos
puntos de vistas de la región y de la concepción de
respetar la unidad de la misma en ese tiempo
histórico.

Por ello la intencionalidad de la propuesta es proceder
a plantear los principales argumentos esbozados por esta nueva
mirada historiográfica en relación a la
temática planteada.

El complejo
portuario platense y el papel de Colonia
(1716-1777)[25]

El análisis parte teniendo en cuenta al
Río de la Plata como un espacio integrado y complejo por
lo que es anacrónico enunciar el concepto de frontera, que
para ese momento eran totalmente inexistente. En el caso de Jumar
parte de relativizar el concepto que se le otorgó a
Colonia desde la historia tradicional de "nido de
contrabandistas" y en su lugar la califica como una pieza clave
del Complejo Portuario en el Río de la
Plata.
[26]

El interés y la presencia de los portugueses en
el mercado rioplatense son anterior a la propia fundación
de la ciudad en 1680, se inicia con la fundación de Buenos
Aires en 1580, marcando desde esos momentos la presencia
portuguesa en el mercado rioplatense. Los procesos
históricos marcarán que la situación
estratégica de Buenos Aires será tanto
política como también desde la dimensión
económica.

Desde un punto de vista comercial Buenos Aires se
constituirá rápidamente en un recinto de escala,
acopio de distintos productos y de recambio entre los medios de
transporte terrestre y marítimo. El contrabando contribuye
a un desahogo económico importante para la región
dado los escasos suministros que se obtenían a
través de los navíos de registro.

La colonización de los portugueses en 1680 marca
la conjugación de dos modalidades de expansión
portuguesa como lo son la creación de factorías
comerciales
y al mismo tiempo de una colonia de
poblamiento
, teniendo una vida muy intensa tanto desde la
mirada política como también desde la perspectiva
económica (en la que se distinguen dos períodos:
1683-1705 y 1716-1777).

¿Por
qué un complejo portuario?

Para qué la dominación española
fuera exitosa en esta región, era imprescindible la
disposición de las dos orillas del Río de la Plata
y así poder participar en el comercio atlántico.
Con la fundación de Buenos Aires (1580) las autoridades
españolas permiten a los primeros habitantes el comercio
de cabotaje con el Brasil y para ello era necesario los metales
preciosos del alto Perú es por ello que se abre una ruta
terrestre con dirección a Potosí, centro
estratégico desde el punto de vista económico ya
que la plata era el nervio principal del reino. Es asi que se
configuran espacios económicos regionales articulados por
vínculos mercantiles, los cuales tomando las palabras de
María Victoria Márquez[27]se
"adelantaron" a la zonificación
político-administrativa. El espacio peruano se
define por tanto como uno de estos grandes conjuntos regionales
de la economía colonial cuyo eje vertebrador fuera la
economía minera. Hacia afuera, la minería
altoperuana era el elemento central que definía las
relaciones del Perú con las economías ultramarinas,
en tanto éstas condicionaban al sistema colonial a
través de la demanda exclusiva de plata.

Pero se necesitaba la posesión de la otra margen
para el amarre seguro de los navíos que navegaban el
atlántico. Es aquí en donde entra en escena
Colonia, en el sentido de la conformación del complejo
portuario. Colonia aseguraba a los portugueses la entrada de la
tan ansiada plata que en un comercio ya "globalizado" era un
metal que escaseaba en China y que tenía un precio muy
alto en Asia, ya que el coeficiente bimetálico existente
la favorecía en relación al oro; esto
permitía comprar con ella casi todos los artículos
suntuosos elaborados en Asia, a un precio muy barato y luego
venderlo en América y en Europa con un muy amplio margen
de ganancia. Tomando como referencia la postura del historiador
Fernand Braudel[28]esta región es parte de
una economía mundo como parte de un todo
económico que tiene como polo en el siglos XVII a Holanda
y más precisamente a Amsterdam, dado que al decir del
autor antes mencionado siempre se necesita de un polo, un centro
nodal que articule las relaciones y que siempre es una
ciudad.

En este período de transición entre fines
del siglo XVII y principios del XVIII los comerciantes
bonaerenses acumulan experiencias que con el devenir del tiempo
los transformará en los interlocutores por excelencia de
todos aquellos que quisieran comerciar en esta zona privilegiada.
Al decir de Jumar la historia del Río de la Plata es el
juego entre los intereses de los actores exteriores e interiores.
Cuando la corona prohíba el comercio con Brasil se
practicará el contrabando y posteriormente el comercio
directo con Europa especialmente con los comerciantes andaluces.
(Este proceso va desde fines del siglo XVI hasta la
fundación de la Nova Colonia do Sacramento)

Es por ello que al instalarse los portugueses en la otra
orilla del río, transformará a los comerciantes
porteños en los interlocutores experimentados de una
importante red de intercambios comerciales, que aseguraba los
cambios entre Buenos Aires y Potosí. Al plantear los
juegos de intereses, también es importante tener presente
que muchas veces los intercambios y sus oscilaciones están
marcadas por las coyunturas económicas y como estas
afectan a las economías
imperiales[29]

Tomando las palabras de Fernando Jumar el complejo
portuario platense estuvo conformado por:

"…las ciudades puerto (Buenos Aires, Colonia del
Sacramento y Montevideo), la Ensenada de Barragán(al sur
de Buenos Aires) y un número imposible de definir de
desembarcaderos clandestinos sobre la costa de Buenos Aires
(preferentemente al norte de la ciudad). Los múltiples
actores interesados intentaron alcanzar sus objetivos
respectivos, muchas veces opuestos unos a otros,
adaptándose a y sirviéndose de las imposiciones
geográficas, la intermitente presencia portuguesa en la
Banda Oriental, los marcos institucionales español y
portugués y las guerras. Forzosamente debieron encontrar
puntos de equilibrio para que el objetivo de base, la
exportación de metales preciosos por el Río de la
Plata; pudiera ser alcanzado."[30]

Ver anexo N° 4

Este complejo es parte de un proceso que dura
aproximadamente cien años desde la primera
fundación de Colonia hasta la expulsión de los
portugueses en 1777 y en el cual se pueden identificar, de
acuerdo al planteo de Jumar, las siguientes
etapas[31]

  • Primera etapa formativa que se extiende desde
    la fundación de Buenos Aires en 1580 y se extiende
    hasta 1716 (fecha del tercer establecimiento portugués
    en Colonia) que se caracteriza por un lado por el dominio de
    los comerciantes porteños del comercio interior con la
    conformación de una colectividad muy particular y por
    otro lado el papel de los comerciantes riograndenses que se
    conectan con el escenario europeo. En esta primera etapa se
    pueden desglosar cuatro fases.

  • 1580-1618: período de los duros inicios de la
    población porteña que recién se
    está instalando y que en ese medio tan
    inhóspito lucha por sobrevivir y que consigue de la
    corona el permiso para comerciar ( tener presente que ese el
    momento en que las dos coronas están unidas). Es
    menester señalar que dichos permisos son transitorios
    y limitados en el tiempo, seis años y para comerciar
    con Brasil y Guinea. Estos permisos se obtienen en 1602, 1608
    y 1614 gracias a los insistentes petitorios que se elevaron a
    las autoridades españolas.

Asdrúbal Silva conceptualiza este espacio como
región de frontera es situación desigualitaria en
relación al Perú:

"Era esa una región de frontera que se
extendía desde el Guairá a la desembocadura del
estuario y se consolidaba en el Tucumán como contrafuerte
del Alto Perú.. Al este se levantaba una barrera formal,
permeable y movible, que debía, al menos
teóricamente, contener el avance expansivo de Portugal.
Allí se encontraba también la boca de salida y
entrada natural para los vínculos atlánticos de la
Hispanoamérica austral, encarnada básicamente en el
puerto de Buenos Aires. Era una frontera pobre y empobrecida.
Pobre por sus condiciones naturales, cuyas potencialidades
aún estaban por desarrollarse. Empobrecida por las
limitaciones a las que sucesivamente estuvo sometida para
comerciar. ( subrayado es mio)

No obstante ello la actividad más destacada de la
ciudad fue el contrabando que funcionó como nexo entre el
Alto Perú minero y el comercio atlántico y el
principal rubro eran los esclavos negros que provenían del
Brasil o en su defecto desde África. Como vemos más
allá del la imposición de restricciones o
prohibiciones, los portugueses se las ingeniaban para estar
presentes en la región, generándose un movimiento
de mercaderías y gentes que, que se dirigían a las
rutas interiores y cuyo destino final era el camino de la plata
potosina.

  • 1622-1683: comienza con la apertura del comercio de
    Buenos Aires con Andalucía por medio de los
    navíos de registro, finalizando con la
    instalación duradera de los portugueses en la otra
    banda del río. Es el momento en que se oficializa la
    navegación al Río de la Plata por parte de los
    españoles, que se mantiene los contactos con los
    portugueses y en el cual la zona platina entra en el circuito
    de los navíos holandeses[32]La
    fundación de colonia generará más
    allá de los impedimentos un circuito de
    relación entre hispanos y portugueses
    transformándose en un epicentro de la
    contra-frontera[33]

  • 1683-1705: que abarca el primer dominio de los
    portugueses sobre Colonia y en el cual se dan los primeros
    síntomas del complejo portuario en el cual las
    corrientes de comercio entre Colonia y Buenos Aires son
    controladas por los gobernadores de las dos
    ciudades[34]

  • 1705- 1716 desde la Guerra de Sucesión en
    España hasta la instalación de la
    factoría de la South Sea Company y la
    devolución de Colonia a los portugueses, es el
    período en el cual se desmantela el complejo,
    situación que es aprovechada por los franceses que
    tienen una especie de monopolio de la zona.

2 .Segunda Etapa: es el período de
distinguido por Jumar como de pleno funcionamiento del complejo
que se extenderá hasta 1776-1778, durante este proceso de
más de cincuenta años habrá períodos
de alta como también de baja en los circuitos comerciales
que se vincula a la coyuntura internacional y del papel que se le
asigna desde Buenos Aires a los distintos actores de la
región , llámese portugueses (el período de
mayor interferencia con este actor es al momento de la conquista
de Colonia del Sacramento por Pedro Cevallos, gobernador de
buenos Aires en 1762) como también los habitantes de la
recién fundada Montevideo( muchas veces resistiendo a las
medidas adoptadas por Buenos Aires).

En todo este largo período quien marca los roles,
afirma Fumar, de cada uno de los protagonistas son "los poderosos
de Buenos Aires" regulando que:

"A los habitantes de Colonia del Sacramento les
corresponda la tarea de ser los intermediarios entre el
río y el Atlántico en todo lo relacionado con la
provisión de productos europeos y brasileños
destinados a ser comercializadas en fraude en loe territorios
españoles. Pero, sobre todo, deberán abstenerse de
explotar los bovinos de la Banda Oriental. Los cueros, junto con
los metales preciosos llegados desde el interior español,
serán los medios de pago que los habitantes de Buenos
Aires utilizarán para equilibrar sus cuentas con los
portugueses. Montevideo, por su parte, debe contentarse con ser
el puerto de amarraje de los navíos que circulan dentro
del circuito español y Buenos aires va a intentar limitar
tanto como le sea posible las actividades ganaderas de sus
habitantes. Buenos Aires se reserva la mejor parte: la
comercialización en los mercados interiores y la
explotación de los bovinos sobre las dos bandas del
rio."[35] (Subrayado es mío)

Aquí claramente se ven las ventajas que consigue
Buenos Aires producto de acumular la experiencia de tantos
años, de un saber especializado, como también por
ser la sede de las autoridades españolas, las cuales
tratan a su vez de tener el beneplácito de los integrantes
del cabildo porteño y en la que observamos cómo se
articulan las relaciones entre los distintos actores.

En esa línea es de destacar el trabajo de
Zacarías Moutoukias[36]tomado y
ampliado posteriormente por Jumar y Prado, que coincide en
establecer que este es el período en que la presencia
portuguesa incrementa notablemente los volúmenes de bienes
comercializados en el Río de la Plata.

Así, ubicada frente a Buenos Aires, en una zona
donde las autoridades españolas no podían -o no
querían-ejercer patrullajes permanentes y efectivos, la
Colonia se constituyó desde su fundación, en un
gran almacén destinado al comercio ilegal, en
complementación con el tradicional aliado
británico[37]La puerta portuguesa era
adecuada para la introducción de artículos propios
y ajenos. Tal el caso de productos de la tierra y esclavatura, a
lo que se sumaban las manufacturas británicas y otras que
en calidad de intermediarios, traficaban los ingleses desde las
más diversas partes del mundo; todo esto sin olvidar las
extracciones de efectos
rioplatenses.[38]

En este proceso de concatenación de elementos que
nos ayudan a mirar desde otra óptica esta temática
estaría vinculado al papel de los luso-brasileños
en Buenos Aires colonial, es decir la presencia y permanencia de
los mismos en el Río de la Plata[39]El
trabajo realizado por Emir Reitano[40]analiza el
proceso inmigratorio den Buenos Aires planteando las pautas
inmigratorias, características sociales ocupaciones y en
particular sus redes sociales, el parentesco y sus patrones de
inversión lo que nos permite comprender el entramado de
relaciones dentro de la ciudad bonaerense y el peso en los
circuitos comerciales de la región y el
atlántico:

"Resulta fundamental, para comprender los inicios de
Buenos Aires como ciudad, conocer el papel de la comunidad
portuguesa que se instaló en ella desde
prácticamente su segunda fundación. Hacia 1643 los
portugueses sumaban 108 cabezas de familia lo que totalizaba unos
370 individuos aproximadamente, cifra elevada si consideramos las
dimensiones reales de la pequeña aldea en esos
días, a la que Besio Moreno le había estimado una
población, para 1639, de 2070 almas . Esto confirma en
gran medida la postura sostenida por Lafuente Machaín
acerca de que el aporte portugués había sido
decisivo en la conformación étnica de las primeras
familias porteñas y el crecimiento de la ciudad se
debía, en gran medida, a la actividad comercial y
artesanal de estos portugueses…
En Buenos Aires muchos
inmigrantes se vincularon con familias de la elite
porteña y tuvieron éxito en las actividades
económicas
desarrolladas
."[41]

Población de Colonia

Tomando como referente los documentos oficiales la
población de la colonia evoluciona de la siguiente
forma:

AÑO

POBLACION

1722

1388

1742

1956

1760

2712

1783

290

El primer dato de población proviene del censo
efectuado bajo la administración de Pedro de Vasconcellos
en la cual vemos que la población civil alcanzaba casi mil
cuatrocientos almas a las que hay que agregar cuatrocientas
personas más entre militares y funcionarios. Casi al mismo
tiempo en que recién se inicia el proceso de
fundación de Montevideo, Colonia es ya una ciudad con
más de un millar de habitantes en pleno crecimiento y con
un proceso de expansión en los territorios circundantes
(ver AnexoN° 5), dejando muy atrás la
jurisdicción del "tiro del cañón
".
Jumar utiliza como suministro para su análisis la
información proporcionada por los diezmos de trigo y
maíz entre 1729 y 1733 lo que puede "revelar un aumento de
la superficie sembrada", a ello lo podemos complementar con la
explotación de cueros y la salazón de carnes como
derivados de la explotación bovina, como también la
producción de jabón, que se exportaban hacia
Brasil. Este argumento es ratificado por Isabel
Paredes,[42] que sostiene que en la década
de 1740 los portugueses se extendieron a la Isla Martín
García y a las de Las Hermanas, que junto a la de San
Gabriel conformaban una cadena de escalada que les
permitía desplazarse por el canal del norte del Río
de La Plata y en los fines de los cincuenta las chacras
portuguesas sobrepasaban los límites establecidos por los
tratados[43]

Esta salida más allá del tiro de
cañón afecta notoriamente los intereses de sus
vecinos bonaerenses que eran "dueños" de las tierras que
explotaban los habitantes colonienses, es por ello que en cada
proceso en el cual se recupera la ciudad (1735-1750- 1762) lleva
consigo también recuperar territorios
agrícolas-ganaderos que muchas veces se extendían
en un radio de casi 8 leguas. [44]

¿Y desde el punto de vista del
comercio?

El comercio de los portugueses en la región
platina permitió la conformación en este
período del complejo portuario brindando una puerta
siempre abierta para los intercambios y con distintos momentos
tanto comerciales como políticos[45]Colonia
será esencialmente una factoría comercial, no
sólo al servicio directo de los portugueses sino
también como depositarios de bienes británicos, a
través de las naves de la South Sea Company, que entre
1716 a 1739 manejó el asiento de esclavos en el Río
de la Plata. Por su parte en el período que va de 1739 a
1762 es un período de mayores intercambios comerciales,
incrementándose los volúmenes del
contrabando

En el caso de los españoles, Jumar destaca que
los intereses son tanto de la Corona, como de los comerciantes
porteños, pero también agrega como elemento muy
interesante en su planteo el papel que juega la población
rioplatense en su conjunto, desde los soldados de los puestos de
guardia, los pequeños comerciantes aspirantes a abrir una
pequeña pulpería o los pequeños productores
de cuero esta modalidad es denominada por Isabel Paredes como el
contrabando hormiga, que incluye a los pobladores que
realizan intercambios para el diario subsistir, alejados de los
circuitos de las élites . El autor concluye en este
sentido que en realidad eran muy pocos los que realmente
estaban interesados en que los portugueses fueran desalojados de
la otra banda,
porque también estaban aquellos que se
beneficiaban también de su denuncia y que obtenían
ganancias de las Cajas Reales o lograban ascensos y
reconocimiento social..

Por su parte la Corona portuguesa en ningún
momento deja de fomentar las relaciones comerciales de sus
súbditos en la región platina (que llega en
algún momento a la exoneración de derechos de
aduana).

Partes: 1, 2

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