Los vómitos del embarazo: ¿condición o condicionados? Una reflexión Darvinista
Los vómitos del embarazo: ¿condición
o condicionados? Una reflexión Darvinista –
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Los vómitos del embarazo:
¿condición o condicionados? Una reflexión
Darvinista
No todos los seres humanos contemplan la vida de la
misma manera. Por ejemplo, en las sociedades, y en los
países que se consideran civilizados y prósperos,
el embarazo; la causa primordial de nuestra existencia, a veces
se torna en una pesadilla o adquiere las características
inusitadas de una enfermedad. De hecho el término
"embarazo", significa un estorbo y no el estado más
deseable (cuando es que se desea) y la culminación de las
funciones especiales que son el atributo único de la
hembra de la especie humana.
En nuestra sociedad, el salir encinta, a veces ocurre
como la actuación prescrita de un guión
preestablecido. Es como si la Naturaleza dificultara esta
función, tan normal, con riesgos mayores de los que ya ha
introducido para complicar más aun la reproducción
del ser humano.
Primero comienzan las náuseas y los
vómitos matutinos. Estos fenómenos se
acompañan de otros malestares vagos que involucran
generalmente todos los sentidos y que incapacitan a la mujer en
estado.
Seguido por este malestar tan indeseable son las
actividades protectivas de otros miembros de la familia cuyos
consejos son más mito doméstico que realidades
establecidas: se evitan ciertas cosas o actividades, mientras que
otras se procuran.
La mujer, frecuentemente, a partir del primer trimestre
descubre que, como ya perdió su figura, que no tiene que
preocuparse por sus apariencias, ni por lo que come
dejándose engordar sin pensar en las consecuencias. De
estas actitudes surgen las aseveraciones que se oyen muy a menudo
de que "yo era delgadísima hasta mi primer embarazo…
entonces fue que gané las cincuenta libras que llevo de
sobrepeso…"
Bueno… pero ocupémonos, simplemente, con
las náuseas comunes del embarazo, las cuales, en algunos
casos extremos son tan devastadoras que debido a su alto
porcentaje de mortalidad reportada (50%) se conocen con el nombre
ominoso de Hiperémesis Gravídica.
El malestar matutino de las embarazadas se desconoce en
un sinnúmero de culturas en las cuales las mujeres
laboran, como si nada les ocurriese hasta el fin de su
gestación. Estas mujeres acarrean cargas
pesadísimas sin quejárseles a nadie y, limitan sus
visitas al médico, ya que ellos no existen. Cuando van a
tener su bebé, generalmente lo hacen en la
compañía de otras mujeres de la tribu, bajo el
cuidado experto de una comadrona. No se reportan anemias, ni
necesidad para los suplementos vitamínicos y
férricos, ya que no habiéndose diagnosticado la
reducción (muy a menudo normal en el embarazo) de la
hemoglobina, nadie se preocupa.
El parto se efectúa de un modo lógico y
fisiológico: la mujer se agacha y, asistida por las
fuerzas gravitacionales tiene a su hijo sin muchas dificultades
normalmente. El uso cosmético de las cesáreas para
evitar el dolor, para incrementar los honorarios del
tocólogo o para satisfacer el deseo de tener el
niño a la voluntad de todos no se puede programar. Como
dije, las comadronas son mujeres; mientras que la mayoría
de los gineco-obstetras son hombres.
Veamos, porque el vómito del embarazo es una
condición innatural, por nosotros
manufacturada.
En la Naturaleza, el clima y las condiciones
ambientales, acopladas con la provisión adecuada de
comida, permiten la reproducción de las diferentes
especies que pueblan nuestro planeta. De ello sigue, que si un
embarazo ocurre a una mujer de nuestra especie, que la
Naturaleza, evitaría, en lugar de permitir, el
desperdicio energético que representa el acto de vomitar y
la pérdida subsiguiente de la comida ingerida. Tan
simple.
El entrenamiento en la Teoría de la
Evolución, propuesta por Darwin y Wallace, toma en
consideración el análisis de todo hallazgo que como
epifenómeno se encuentra presente en toda función
natural. El embarazo, la más importante de
todas.
Analicemos aquí: ¿Por qué persiste
el himen? ¿Por qué la tensión premenstrual?
¿Por qué el cordón umbilical carece de
nervios de dolor? ¿Por qué existe la
depresión… qué ventajas nos esta
última confiere y cómo ayuda a nuestra especie?
¿Qué funciones tienen los sueños y
qué funciones tienen las pesadillas? ¿Por
qué existen mujeres que quieren ser tan flacas que mueren?
¿Porqué hay otras personas que mueren de la gordura
y sin lograr el anhelo de ser flacas? ¿Por qué
muchas gentes sucumben a la guadaña de la muerte a una
edad temprana, mientras que otras viven vidas centenarias? Estas
preguntas son algunas de las que pretendemos investigar en el
transcurso de nuestra experiencia.
Para poner a prueba la teoría de que los
vómitos del embarazo eran condicionados por las culturas
donde aparecían, hicimos un experimento informal y
pequeño. Hace unos cuarenta años, que durante
nuestro entrenamiento, fuésemos testigos de un experimento
el cual se llevó a cabo entre los miembros jóvenes
de los médicos y las enfermeras de una escuela de medicina
en los EE.UU. A todas las parejas jóvenes quienes
esperaban tener hijos dentro de los doce meses siguientes, se les
instruyó con el conocimiento experimental de que las
náuseas y los vómitos del embarazo no eran
fenómenos que tenían razón de ser. Que si
pensaban en que así era, que a lo mejor los podían
evitar. Eso fue todo.
Durante el año que transcurriese,
doce mujeres informaron a los "investigadores" que salieron
encinta, pero ninguna reportó molestia alguna. De
hecho, la mayoría describió el alivio de que "ese
asunto tan malo pudo haberse evitado".
En este "estudio" sencillo participaron 15 parejas de
voluntarios.
La Naturaleza no falla.
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Autor:
Dr. Félix E.F. Larocca