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1ra y 2da Guerra mundial, Nazismo (página 5)




Enviado por Fede Echeverría



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

El nazismo transforma, sin mucha
dificultad, ese culto a la fuerza del más fuerte que es el
ario en un antisemitismo puro y simple, utilizando la
preexistente leyenda de una conspiración judía para
hacerse con el control mundial para explicar la derrota alemana
en la Primera Guerra Mundial: el ejército de ese
país fue traicionado y "apuñalado en la espalda"
por los bolcheviques y judíos. Esa
"traición" se extiende al gobierno (social
demócrata) de la República de Weimar que permite
ahora que esos mismos judíos y otros financieros se
beneficien de la inflación, y otros problemas que
afectan a los alemanes. Aduciendo además que muchos de los
principales líderes comunistas son
también judíos asimilan ambos conceptos en una gran
conspiración judío-marxista

El nazismo se concreta como una
ideología totalitario de
tipo fascista en la medida en que se caracteriza por
dar una importancia central y absoluta al estado -a partir del
cual se debe organizar toda actividad nacional representado o
encarnado y bajo la dirección o liderazgo de un caudillo
supremo, en este caso Hitler, y por proponer un racismo
 nacionalismo  e  imperialismo  visceral que
debe llevar a conquistar los pueblos que se consideren
inferiores. A partir de 1926, Hitler centralizo incrementalmente
la capacidad de decisiones en el partido. Los dirigentes locales
y regionales, no eran electos, sino nombrados, de acuerdo
al Führerprinzip directamente por Hitler, y a él
respondían, demandando, a su vez, obediencia absoluta de
sus subordinados. El poder y autoridad emanaba del líder,
no de la base.

Nazismo y Hitler:

Se ha sugerido que Hitler "es uno de esos
pocos individuos de los cuales se puede decir con absoluta
certeza que: sin él, el curso de la historia habría
sido diferente o que sin él, las cosas habrían sido
muy diferentes.

Hay poca duda que Hitler poseía un
carisma y capacidad oratoria, pero también una
ambición excepcional. Alguien quien -con una falta de
escrúpulos absoluta- estaba dispuesto a sacrificar lo que
fuera considerara necesario en aras de sus objetivos. Pero
tampoco hay duda que tanto los objetivos como los medios eran
avalados por el Zeitgeist, y que Hitler
encapsuló -voluntaria o accidentalmente- lo peor de ese
espíritu de su época. Si bien es posiblemente
correcto que sin Hitler el nazismo no habría sido lo que
fue, no es menos cierto que sin ese zeitgeist Hitler no
habría sido lo que fue.

Hitler conoció ese zeitgeist cuando
vivió en Viena, entre 1908 y 1913, tratando de
ganarse la vida como pintor. La Viena que Hitler conoció
no solo era la ciudad culta y cosmopolita de la visión
general sino también la que ha sido descrita como un
cloaca de antisemitismo, racismo y políticas corruptas,
con un parlamento -que Hitler visitó numerosas veces-
paralizado por disensiones raciales y sectoriales intransigentes.
Es ahí -se ha aducido- que Hitler adquirió su
desprecio por la democracia, ahí donde vio por primera vez
el saludo "heil" -entre los seguidores del pangermanista y
antisemita radical Georg von Schönerer- y ahí adonde
aprendió acerca de la propuesta de la
eugenesia.

Después de la Gran Guerra Hitler
permaneció en el ejército donde fue asignado a una
unidad especial -el "Departamento de Educación y
Propaganda" – del Ejército de Baviera, bajo el comando del
capitán Karl Mayr. Una función importante de ese
departamento era dar a los soldados una razón aceptable
-desde el punto de vista del ejército- de su derrota en la
guerra. Esa razón se encontró fácilmente,
dado el "espíritu de la época" y el del
ejército, en "la traición de los judíos y
comunistas".

En julio de 1919, Hitler fue asignado a un
"Comando de Inteligencia" y ordenado espiar un pequeño
grupo -autodenominado "Partido de los Obreros Alemanes" (DAP por
sus siglas en alemán)- bajo sospecha de ser marxista o,
por lo menos, socialista. Hitler se impresionó con la
visión nacionalista y de solidaridad entre todos los
miembros de la sociedad -pero anticomunista y antisemita-
de Anton Drexler -fundador del grupo – quien a su vez,
fue impresionado por la oratoria de Hitler: cuando uno de los
miembros sugirió separar Baviera de Alemania y unificarla
con Austria, Hitler pronunció un discurso
oponiéndose y llamando en su lugar a "engrandecer a
Alemania". Consecuentemente Dressler le ofreció al
espía que se hiciera miembro de la organización, lo
que Hitler hizo el 12 de diciembre de
1919, convirtiéndose en el 55º individuo a
ingresar. Al mismo tiempo se integró al Comité
Ejecutivo del Partido, como séptimo integrante.
Años después Hitler proclamó haber sido el
séptimo en unirse al partido, afirmación que se ha
demostrado ser falsa.

Hitler llegó a ser el protegido
de Dietrich Eckart, otro de los fundadores y miembro de
la Sociedad Thule, quien -junto con el resto de esa
sociedad- creían en la llegada inminente de un
"Mesías alemán". Eckart -con ambiciones de
poeta- había escrito acerca del "El Sin nombre", "El que
todos sienten pero ninguno ha visto" y en Hitler creyó
encontrarlo, lo que se vio reforzado por su éxito como
orador, pero el resto de los directores "del partido" lo
encontraban prepotente y egoísta. Hitler reaccionó
-julio de 1921- ofreciendo dimitir o ser nombrado jefe del
partido (reemplazando a Drexler) con poderes ilimitados. El
asunto fue finalmente puesto a una reunión general. La
propuesta de Hitler fue aprobada por 543 votos a favor y uno en
contra. En la reunión siguiente (29 de julio de 1921) del
recientemente renombrado Partido Nacional Socialista de los
Trabajadores Alemanes, Hitler fue introducido -por primera vez-
como Führer.

Esa posición fue conveniente para
Hitler y su personalidad o estilo, librándolo de la
obligación de tener que seguir cualquier programa o
compromiso que no fuera conveniente en el momento, incluyendo las
propuestas por él mismo. Pero de nuevo, no vemos la
acción de un genio político, sino el resultado de,
por un lado, el de la ilusión de personajes tales como
Eckart y, por el otro, de la propuesta de sectores conservadores
y nacionalista -tales como la de Forsthoff – que fueron
utilizadas para producir una situación tal que le permiten
proclamar: "Yo soy el partido".

Así, los principales
ideólogos del partido cuando éste llega al poder
- Walter Darré, Dietrich Eckart, Hans
Frank, Rudolf Hess, Heinrich Himmler, Roberto
Ley, Julius Streicher, Alfre Rosenberg, muestran, entre
los elementos que los caracterizan, una fe ciega en un
líder, Hitler, quien es concebido como encarnando todas
las calidades y Voluntad de poder o vida de "la
nación" y -como tal, el único que puede determinar
que es y no correcto, aceptable o incluso ético. En las
palabras de un jerarca nazi: "Si el pueblo tiene confianza, y si
la verdadera dirección popular esta presente, el
Führer será capaz de hacer lo que desee con la
nación… la gente le obedecerá ciegamente y
ciegamente lo seguirán. El Führer siempre tiene la
razón. Cada uno y hasta el último ciudadano debe
decirlo Sí, Uds. que nos llamaban sin dios, hemos
encontrado nuestra fe en Adolf Hitler y a través
de él hemos encontrado a Dios una vez más. Esa es
la grandeza de nuestro día. Y esa es nuestra buena
fortuna" Una de las primeras medidas de Hitler como 'Führer'
de los nazis fue organizar un grupo selecto, las Grupos de
Asalto o SA -bajo control de uno de sus incondicionales, el
ex oficial de ejército Ernst Röhm - y
ordenarles "confrontar" socialistas en las calles. Esto
llevó a un incremento en la popularidad del partido nazi
entre sectores más extremos en
los bares y cantinas en los que los nazis
organizaban sus reuniones y de ahí, entre los
"nacionalistas extremos" de la población
general. Entre las figuras que se unieron a los nazis se
puede destacar a Heinrich Himmler, Hermann
Gorrino y Joseph Goebbels. Las SA crecieron
rápidamente, atrayendo miles de reclutas al punto que
-en 1922- se hizo posible y necesario crear una división
para "novatos" de 14 a 18 años – la Jugendbund o Hermandad
de los jóvenes- que eventualmente se transformó en
las Juventudes Hitlerianas.Tras encabezar un fallido intento
de golpe de Estado en 1923, contra
la República de Weimar, Hitler es condenado
a prisión y recluido en un castillo. Una condena de 5
años, de la que finalmente solo cumplió once meses,
le permitió escribir el libro
semiautobiográfico Mein Kampf '(Mi
lucha)' que pronto se convierte en el elemento que le faltaba al
colectivo, un libro casi sagrado. En él declara firmemente
su antisemitismo y su anticomunismo y deja
claro que los arios son una raza superior a todas las
demás. En febrero de 1926 Hitler -en un discurso frente
alrededor de sesenta de sus seguidores más selectos,
incluyendo los gauleiteres- repudió las posiciones
"socialistas" anteriores del partido, enfatizando que "el
verdadero enemigo son los judíos", y que tanto el
socialismo como la URSS -como creaciones judías-
debían ser destruidas y que la propiedad privada
debía ser respetada por los nazis. Esto
horrorizó a algunos de sus seguidores más cercanos
y llevó al comienzo de una ruptura con la facción
de Gregor Strasser, pero posibilitaba un acuerdo con
sectores derechistas en el gobierno. Uno de los resultados
inmediatos de ese vuelco a la derecha fue que en
1927 Wilhelm Keppler -un empresario– se unió al
partido nazi. Y a través de él algunos otros -tales
como Hjalmar Schacht (más tarde, ministro de
economía de los nazis), Fritz Thyssen y el
banquero Kurt von Schroeder- aceptaron financiar al
partido. Esto se vio facilitado por la llegada de
la crisis de 1929, lo que aumentó el caudal electoral
nazi, llegando éste a obtener el 37% del voto popular
(abril de 1932), con un aumento en la membresía de 27 000
en 1925 a más de 800 000 en 1931.

El ascenso al poder del nazismo:

El gobierno de la República de
Weimar fue un gobierno en crisis constante, con
frecuentes divisiones de alianzas faccionales formadas alrededor
de personalidades. Desgraciadamente ni la mayoría de los
políticos -con la excepción de los social
demócratas- ni los industrialistas, ni el ejército,
ni el pequeño sector de clases medias ni la aristocracia
ni muchos sectores populares tenían interés en la
democracia. En las palabras de una declaración del
Partido Conservador Alemán: "Odiamos con todo nuestro
corazón la presente forma del Estado Alemán porque
nos niega la esperanza de rescatar nuestra esclavizada patria, de
purificar del pueblo alemán la mentira de la guerra y de
ganar el necesario Lebensraum en el Este".Una de los principales
personalidades de la época -Franz von Papen- perdió
posición frente a la facción de Kurt von
Schleicher, quien, nuevamente fue incapaz de obtener apoyo
mayoritario. Von Papen concibió reemplazarlo con "una cara
nueva", la de Hitler, que sería -en la opinión de
Papen- fácil de manipular: el partido nazi comenzaba a
mostrar desgaste electoral, perdiendo -julio de 1932- 34
escaños, reduciendo a 196 "diputados" sobre un total de
608. Adicionalmente, el partido estaba quedando sin fondos.
Aparentemente el plan de von Papen era promover
una dictadura mediante de un golpe de estado que -en su
opinión sería inevitable siguiendo el caos que el
gobierno de Hitler produciría (dado que no solo una vez
más el gobierno sería incapaz de funcionar sino que
el uso de confrontación y violencia por "el incapaz"
Hitler produciría una demanda popular por la
restauración del orden).Como se ha observado "Estupideces
de ese tamaño son raras en cualquier país o
época".Von Papen arreglo una reunión con Hitler a
través de los buenos oficios del banquero von Schroeder,
lo que se concretó -el 4 de enero de 1933 en la casa de
este último, llegando a un acuerdo. Hitler fue
nombrado Canciller de Alemania el 30 de enero de 1933.
(la fecha es conocida como Machtergreifung). Sin embargo, la
coalición que "apoyaba" al nuevo canciller era
minoritaria, contando con solo 247 escaños. Con
posterioridad a su nombramiento Hitler pidió al anciano
presidente Paul von Hindenburg que disolviera
el Reichstag, lo que fue aceptado y se fijaron elecciones
para el 5 de marzo de 1933. El 27 de febrero
ocurrió el Incendio del Reichsta -posiblemente
bajo órdenes de Hitler. Al día siguiente Hitler
declaró el estado de emergencia y demando que
Hindenburg firmara el Decreto del Incendio del Reichstag,
aboliendo la mayoría de las disposiciones de derechos
fundamentales de la constitución de 1919 de
la República de Weimar. Siguiendo lo anterior las
elecciones de marzo dieron a los nazis y sus aliados el 44% del
voto. Todavía no una mayoría. La respuesta de
Hitler fue demandar que el Reichtag le concediera poderes plenos,
en la forma de la Ley habilitante de 1933 -situación
permitida por la Constitución de Weimar para
darle al Canciller el poder de pasar leyes a decretos, sin la
intervención del Reichstag en casos excepcionales- Los
cálculos de von Papen parecía estar
concretándose. Sin embargo, si bien Hitler estaba a favor
de una dictadura, no estaba dispuesto a implementarla a favor de
algún otro. El 23 de marzo de 1933 el parlamento se
reunió a discutir la cuestión. En una
atmósfera de creciente intimidación los
parlamentarios tuvieron que ingresar cruzando un anillo de SA que
gritaban" "Los poderes totales… o fuego y muerte". Solo los
social demócratas se opusieron (los comunistas
habían sido arrestados o asesinados en su
totalidad). Otto Wels -presidente de los
socialdemócratas- proclamo: Nosotros los
socialdemócratas nos comprometemos en esta hora
histórica a los principios de humanidad y justicia, de
libertad y socialismo. Ninguna acta habilitante lo habilita a Ud
a destruir ideas que son eternas e indestructible". Mirando
directamente a Hitler, agrego: "Uds. pueden quitarnos la libertad
y la vida, pero no pueden privarnos de nuestro honor. Estamos
indefensos, pero no desgraciados".- Hitler se enfureció y
respondió gritando:

"Uds. ya no son necesarios… la
estrella de Alemania se alzara y la de Uds. se hundirá. La
hora de su muerte ha sonado"

Esa fue la última sesión de
un Reichtag con oposición. Poco después, el partido
social demócrata fue prohibido y el resto (aparte de los
nazis) se disolvieron. Von Papen tuvo que contentarse con el
puesto de vicecanciller, desde el cual había esperado
poder manipular a Hitler, pero con resultados de tan poca
importancia que fue encontrado inocente en los Juicios de
Núremberg.

El proceso empezó a culminar
en la noche de los cuchillos largos (entre el 30 de
junio y el 2 de julio de 1934) cuando los últimos
elementos que osaban dudar de la infalibilidad de Hitler -aun
implícitamente- fueron eliminados políticamente o
asesinados, incluyendo Kurt von Schleicher -a quien Hitler
había reemplazado como canciller- y asociados de von Papen
-quien fue arrestado. También lo fueron asesinado antiguos
camaradas de Hitler, como Gregor Strasser; Gustav
Ritter von Kahr Ernst Röhm (este último
bajo sospecha de deslealtad y, en todo caso, ya no conveniente
para un Hitler en el poder).

Horas tras la muerte del
presidente Hindenburg ( 2 de agosto de 1934), Hitler
publicó una ley (fechada el 1ro de agosto) que establece:
`La posición de Presidente del Reich será combinada
con la del Canciller. La autoridad del presidente será por
lo tanto transferida al presente canciller y Führer, Adolf
Hitler. El seleccionara su diputado. Esta ley es efectiva a
partir de la muerte del Presidente von
Hindenburg". Comenzaba así el Tercer Reich, que
la propaganda afirmaba duraría mil años.

A continuación se anunció que
tendría lugar un plebiscito, para dar la oportunidad
al pueblo alemán de expresar su aprobación.
Éste tomó lugar el 19 de agosto del mismo
año, y Hitler obtuvo un 90% de aprobación -38
millones de votos-. Al día siguiente se introdujeron a
través del Reich juramentos obligatorios de lealtad
personal no al estado o Alemania sino a Hitler, especialmente en
las escuelas, fabricas, servicio público y
ejército. Así, la voluntad del Führer se
transformaba en la ley. La aplicación de este principio
resultó en formas totalitarias de control y
represión, ya que cualquier oposición a los
designios del Führer era, por definición,
antinacional.

El programa original del partido
nazi - que existía desde su creación
como Partido Obrero Alemán fue
mantenido en principio, pero en realidad la percepción era
que "Hitler es el partido", lo que creó una
situación más bien confusa en la
práctica (ver especialmente Economía
política de los nazis, más abajo). Ese programa
incluía: Abolición del Tratado de Versalles.
Unificación en un territorio y bajo un gobierno
común a todos los alemanes con tierras y territorios
(colonias) suficientes como para mantener a los ciudadanos (La
Gran Alemania). Solo los miembros de "la raza" pueden ser
ciudadanos. Expulsar de los territorios alemanes a todos lo no
alemanes que hayan llegado desde 1914 y mantención del
resto solo con permiso del gobierno y como huéspedes.
Obligación del Estado de proveer la oportunidad de buena
vida para todos los ciudadanos. Obligación de los
ciudadanos de trabajar física y espiritualmente.
Abolición de ingresos que no sean del trabajo.
Establecimiento y defensa de un "cristianismo
positivo", gobierno en beneficio del interés nacional
sobre el particular, imponer el orden, etc.

El régimen que se implantó
ejerció un fuerte control sobre cada aspecto de la
sociedad, mostrando especial interés en la
educación de la juventud alemana. Desde la infancia, se
enseña a los niños a ser duros y a sufrir la lucha
por ser el más fuerte, seleccionando poco a poco a unos
escogidos que irán conformando una nueva élite de
guerreros sagrados a modo de una nueva Esparta naciente y
victoriosa. La ciencia tampoco escapa a la influencia de partido
que la utiliza para justificar sus ideas o para buscar nuevas
armas para la guerra que se venía preparando.

.Economía
política de los nazis:

Esta es un área compleja. Los nazis
no tenían un programa económico propiamente tal, lo
que creó una confusión en la práctica
especialmente cuando llegaron al poder. Hitler resume la
posición así: "La característica
básica de nuestra teoría económica es que no
tenemos ninguna teoría en absoluto. Los nazis consideraban
que lo realmente importante es la "pujanza" o voluntad de las
naciones: si esas tienen espíritu, decisión y
dirección adecuada, tendrán éxito,
cualquiera sean las circunstancias, lo que posibilita o demanda
que "el líder" tenga la capacidad de tomar las medidas
adecuadas en cada situación. Para Hitler en particular,
propuestas basadas en la solidaridad son un complot
para destruir esa pujanza entre las razas superiores, por lo cual
rechazaba específicamente la concepción
socialista. A partir de eso, la propuesta nazi acerca de la
economía política era una mezcla imprecisa
de darwinismo social con el dirigismo, en la cual el
estado permite tanto la propiedad privada como la competencia -lo
que es positivo "porque promueve los más capaces a
posiciones superiores" - pero reserva al Estado el derecho a
establecer el interés nacional.

Cesare Santoro, un fascista que
visitó Alemania en la época, lo pone así:
"En la declaración programática, ya citada al
principio de nuestra obra, Adolf Hitler anunció que el
nuevo gobierno se proponía "velar por los intereses
económicos del pueblo alemán no por el camino
tortuoso de una gran economía burocrática
organizada por el Estado sino por el impulso más fuerte
dado a la iniciativa particular sobre la base del reconocimiento
de la propiedad privada". El reconocimiento del principio de que,
en contraste con lo que ocurre en la Rusia soviética, el
Estado tiene por misión dirigir la economía pero no
administrarla por sí mismo (función que corresponde
exclusivamente a la economía misma) no puede ser
más explícitamente expresado. También
así ha sido establecido solemnemente el principio de la
propiedad privada con lo que se estimula al patrono a ensanchar
más su empresa para alcanzar los mayores resultados
posibles. Estos dos principios determinan las normas directivas
para la reorganización nacionalsocialista de la
economía industrial; aquellas exigen una
administración autónoma cuya misión consiste
en asesorar y tutelar a las asociaciones industriales o a los
socios que forman parte de ella. Esta administración tiene
el deber de transmitir al gobierno los deseos de los patronos que
toman parte en la obra de reconstrucción
económica"

Hitler parece entender el papel del estado
como dirigiendo pero también apoyando la industria
nacional a través de proporcionar estabilidad
económica y diversos programas específicos, tales
como proporcionando "mano de obra barata", como es ilustrado en
la famosa película La lista de Schindler.

Sin embargo, lo anterior no produce una
propuesta específica acerca de cómo resolver los
problemas económicos de Alemania cuando Hitler
llegó al poder. Esto fue resuelto a través del
nombramiento de algunos "profesionales" en posiciones de
responsabilidad. Esto dio a Hitler la oportunidad de poder elegir
entre diferentes y competitivas propuestas, seleccionando la que
considerara más adecuada.

En 1935 todo lo anterior lo anterior se
combinó en la llamada "economía de guerra", lo que
-a nivel práctico- significó la introducción
de medidas "militarizadas" de reducción del desempleo -el
llamado Reichsarbeitsdienst (o RAD: Servicio de Trabajo del
Reich, introducido en julio de 1934). Esto a su vez justifico la
expansión del gasto militar bajo la excusa que eran
medidas de reducción de desempleo.

A partir de 1935-36, se desarrolló
un debate entre los encargados de la política
económica general. Schacht -junto con Carl Friedrich
Goerdeler, encargado de control de precios– encabezaron una
facción "pro mercado libre" que urgía a Hitler a
reducir el gasto militar, abandonar el proteccionismo
implícito en el proyecto de autarquía y reducir la
intervención estatal en la economía. Esa
facción fue opuesta por la encabezada por Hermann
Göring, quien proponía mantener esas posiciones.
Eventualmente la posición de Göring se impuso (lo que
llevó a la renuncia de Schacht). Göring tomó
su cargo y en adición a la mantención en general de
las políticas descritas, introdujo (julio de 1937) un
organismo (el Reichswerke) dedicado a la promoción y
construcción de fabricas y usinas, que eventualmente
llegó a ser uno de los complejos industriales más
grandes del mundo, empleando medio millón de trabajadores
y con un capital de 2400 millones de marcos.

Varios economistas -empezando
con Michal Kalecki- han descrito esas políticas
económicas como un keynesianismo militar. Si bien es
correcto que Alemania Nazi fue uno de los primeros países
que -con posterioridad al abandono del patrón oro
utilizó el déficit fiscal a fin de
promover crecimiento económico, conviene recordar no
solo que Keynes publicó su Teoría general de
la ocupación, el interés y el dinero solo en
1936 (después de la implementación de muchas de las
políticas delineadas más arriba) sino
también las palabras de Hitler mismo respecto a carecer de
una política económica. Así, parece
más correcto sugerir que las políticas
económicas nazis eran eclécticas, mostrando no solo
influencia "keynesiana" sino también las de otras
escuelas, por ejemplo, las propuestas económicas de los
fascistas italianos, que, a su vez, se basaban
teóricamente en las propuestas de
Pareto. Contrastese, por ejemplo, la descripción de
las políticas nazis ofrecida por Santoro con la siguiente
de las políticas de Mussolini -proveniente de Franz
Borkenau: "En los primeros años de su gobierno Mussolini
ejecutó literalmente las prescripciones políticas
de Pareto, destruyendo el liberalismo pero al mismo tiempo
reemplazando en general el manejo estatal de las empresas
privadas, disminuyendo los impuestos sobre la propiedad,
favoreciendo el desarrollo industrial, imponiendo un
educación (basada en la aceptación ciega de
dogmas…"

Lo anterior se ha explicado de la siguiente
manera: "La razón principal por esto fue la
percepción generalizada entre los nazis que la
economía no era muy importante, y que, en todo caso,
estaba subordinada a los intereses del Partido o de la
política del Partido. En relación a los individuos
y sus visiones, mientras que el régimen no fuera
abiertamente criticado, había un margen considerable para
la discusión de economía política y
teoría económica, no habiendo una línea de
partido en asuntos económicos. Segundo, en el campo de la
política (económica) práctica había
un profundo nivel de pragmatismo: si las "fuerzas del mercado"
podían lograr objetivos políticos, tanto
mejor."

Con posterioridad a la segunda guerra, las
políticas de la "economía de guerra" influyeron
tentativas de desarrollo de países del tercer mundo.
Schacht -encontrado inocente en los juicios de Núremberg-
creó un banco y se especializó en dar aviso
económico a dirigentes de esos
países, especialmente aquellos en los cuales el
ejército llegó a ser el instrumento de
"progreso"

Uso de la economía como
propaganda política

Para Hitler, su régimen había
restablecido la "primacía de la política", a la
cual debía someterse la economía del Tercer Reich.
Sin embargo, la legitimidad del régimen dependía de
su habilidad en proveer un nivel de vida aceptable a la
población en general.

Así las demandas (por menores
costos) de los industriales se enfrentaron con la necesidad de la
legitimación del régimen, dotando de cierto
bienestar a los trabajadores. Estos objetivos contrapuestos
llevan a la adopción de medidas de incremento de
productividad, provisión de productos populares (de bajo
costo) y algunas medidas de bienestar públicas. Ejemplos
de estas políticas se encuentran en las competencias
nacionales de destreza en el oficio, el lanzamiento el auto del
pueblo y el establecimiento de "centros de vacaciones
populares"

Esas medidas de "bienestar" han sido
denominadas por algunos como un "estado del bienestar nazi",
financiado a través del "botín de guerra". El
régimen nazi consideraba la propiedad del fisco y los
ciudadanos de los países conquistados como propiedad del
estado alemán, lo que permitió mantener – para los
"miembros de la raza superior"- bajos niveles de impuestos y
altos niveles de consumo incluso durante la guerra misma. Por
ejemplo, a pesar que al comienzo de la guerra Hitler
estableció un impuesto de guerra -50% de todos los
salarios– solo el 4% de los alemanes lo pagó. Para
mantener esa situación, el régimen recurrió
a la expoliación y al robo organizado desde el estado a
nivel industrial, primero de los comunistas, gitanos y
judíos alemanes, posteriormente de los países
ocupados. El 70% de los ingresos del estado alemán durante
la guerra vino de la expoliación, confiscaciones y robos
en los países ocupados, algunas de cuyas empresas llegaron
a tener que pagar un impuesto del 112% de sus ganancias para un
"fondo de lucha contra el bolchevismo".

Política de higiene
racial:

Los nazis instauran también el
control reproductivo de la sociedad alemana. Es imperiosa la
necesidad de crear nuevos arios y de sacar de la
circulación aquellos que
presenten defectos en nombre de
la higiene racial, promoviendo
la eugenesia y recurriendo a la eutanasia si
hacía falta. Así mismo, se buscó la
fecundación de todas las alemanas de buena sangre por
parte de la élite aria para que poco a poco la raza
perdida recupere su esplendor. El resultado de esto fue el
establecimiento de los campos Lebensborn en
los cuales mujeres de origen ario eran inseminadas con padres
seleccionados para la creación de niños racialmente
puros. El nazismo está imbuido de
una paranoia racial que le lleva a tejer todo un
entramado científico-místico. Por una parte,
pretende demostrar mediante la moderna ciencia de
la biología, la selección natural
de Darwin y las leyes de la herencia de
Gregorio Mendel, de
modo pseudocientífico la realidad de la raza
pura y, por otro lado, presenta la creencia mística de que
esta debe recuperar unos poderes que se le suponen perdidos por
los cruces con razas supuestamente degeneradas, como
serían los judíos o, en menor medida,
los eslavos. En los judíos se centra el mal de males
y hacia mediados de la Segunda Guerra
Mundial empezarán a ser exterminados en
los campos de concentración.

Imágenes

Monografias.com

Judíos forzados a limpiar la
calle- Austria – Marzo de 1938

Monografias.com

Copia del Carnet de Afiliación
al Partido de los Trabajadores de Hitler. El número real
de su membresía era el 550 (55, el 500 era agregado para
dar la impresión de un grupo más grande) pero con
posterioridad el número de Hitler fue reducido para dar la
impresión que Hitler fue uno de los fundadores del
"partido"

Monografias.com

Intento de demostración de la
separación de las razas humanas.

Símbolo nazi con el cual se
identificaban.

Adolf Hitler.

Bibliografía

  • Microsoft Encarta 2004

  • Historia Universal OCÉANO

  • Historia Universal LEXUS

  • Historia Universal 4, Juan Castillo
    Morales

  • Historia Contemporánea

  • Mentor Ciencias Sociales. OCEANO

  • Colección Altavista: La Segunda Guerra
    Mundial

  • Monografías.com

 

 

Autor:

Santiago Sesto,

Cristian Melo,

Federico
Echeverría,

Ivana Cheuqueta,

Florencia Zottele.

Curso: 3ro 1ra

Profesora: Pamela Martel

Entrega: 17 – 10 – 13

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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