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Acidos grasos. Omega-3



  1. Introducción
  2. Ácidos grasos
    insaturados
  3. Ácidos grasos Omega-3 en la
    diabetes
  4. Ácidos grasos Omega 3 y lípidos
    plasmáticos
  5. Ácidos grasos Omega-3 en la
    hipertensión arterial
  6. Ácidos grasos Omega-3 en la
    hemostasia
  7. Otros
    efectos de los ácidos grasos
    Omega-3
  8. Resumen

Introducción

Las grasas constituyen uno de los
componentes más importantes del reino animal y vegetal.
Dentro del reino animal se les encuentra formando grandes
vacuolas en el citoplasma de las células adiposas
localizadas en el tejido subcutáneo y visceral, y en el
reino vegetal, en las semillas y flores de numerosas
plantas.

En el hombre sirven como fuentes de
energía y se distribuyen en 3 regiones del cuerpo; la
gluteofemoral, la subcutánea y la intraabdominal, esta
última caracteriza a la obesidad como factor de riesgo de
enfermedades cardiovasculares.

Las grasas están compuestas por
monoglicéridos, diglicéridos y triglicéridos
y estos a su vez están constituidos por una
molécula de glicerol a la que se unen 1, 2 o 3
ácidos grasos (AG). Los fosfolípidos y los
ésteres del colesterol también contienen
AG.

Los AG son un grupo de compuestos
orgánicos formados por una cadena hidrocarbonada y un
grupo carboxílico que son los que les confieren las
propiedades físico-químicas a las grasas. Los AG
presentes en los seres vivos poseen en su mayoría un
número par de átomos de carbono y se clasifican en:
saturados, cuando no tienen dobles enlaces e insaturados, cuando
tienen dobles enlaces, estos últimos pueden ser
monoinsaturados o poliinsaturados, según presenten uno o
varios dobles enlaces.

Un ácido graso es una
biomolécula orgánica de naturaleza lipídica
formada por una larga cadena hidrocarbonada lineal, de
número par de átomos de carbono, en cuyo extremo
hay un grupo carboxilo. Cada átomo de carbono se une al
siguiente y al precedente por medio de un enlace covalente
sencillo o doble. Al átomo de su extremo le quedan libres
tres enlaces que son ocupados por átomos de
hidrógeno (H3C-). Los demás átomos tienen
libres dos enlaces, que son ocupados igualmente por átomos
de hidrógeno (… -CH2-CH2-CH2- …).

En general (aunque a veces no), podemos
escribir un ácido graso genérico como R-COOH, en
donde R es la cadena hidrocarbonada que identifica al
ácido en particular. Los ácidos grasos forman parte
de los fosfolípidos y glucolípidos,
moléculas que constituyen la bicapa lipídica de
todas las membranas celulares. En los mamíferos, incluido
el ser humano, la mayoría de los ácidos grasos se
encuentran en forma de triglicéridos, moléculas
donde los extremos carboxílico (-COOH) de tres
ácidos grasos se esterifican con cada uno de los grupos
hidroxilos (-OH) del glicerol (glicerina, propanotriol); los
triglicéridos se almacenan en el tejido adiposo
(grasa).

Se llaman ácidos grasos esenciales a
algunos ácidos grasos, como el linoleico,
linolénico o el araquidónico que el organismo no
puede sintetizar, por lo que deben obtenerse por medio de la
dieta.

Tanto la dieta como la biosíntesis
suministran la mayoría de los ácidos grasos
requeridos por el organismo humano, y el exceso de
proteínas y glúcidos ingeridos se convierten con
facilidad en ácidos grasos que se almacenan en forma de
triglicéridos.

No obstante, muchos mamíferos, entre
ellos el hombre, son incapaces de sintetizar ciertos
ácidos grasos poliinsaturados con dobles enlaces cerca del
extremo metilo de la molécula En el ser humano es esencial
la ingestión de un precursor en la dieta para dos series
de ácidos grasos, la serie del ácido linoleico
(serie ?-6) y la del ácido linolénico (serie
?-3).

Ácidos
grasos insaturados

Los AG insaturados pueden ser clasificados
de varias maneras. La de mayor utilidad por su
significación patogénica en la aterosclerosis es
aquella que los agrupa por el número del carbono donde se
ubica el primer doble enlace, antecedido por la letra griega
omega (w). Así se identifican los AG omega-9 (w9) como el
oleico presente en grasas vegetales y animales, los omega-6 (w6),
cuyo principal representante es el linoleico presente en los
aceites vegetales, y los omega-3 (w3) cuyo AG principal es el
a-linolénico presente en los aceites marinos y en algunos
aceites vegetales.

Los AG insaturados pueden ser cis o trans,
en dependencia de la configuración espacial que adopten.
La forma cis se produce cuando los 2 carbonos del doble enlace se
sitúan espacialmente del mismo lado y los trans cuando los
carbonos están situados en dirección
opuesta.

Los AG trans se conforman como consecuencia
del calentamiento o la hidrogenación de los AG y ostentan
el mismo poder aterogénico que los AG saturados. Las
margarinas obtenidas por hidrogenación de aceites
vegetales o marinos pueden contener AG trans, condición
que debe aparecer en las etiquetas de los envases de estos
productos. Los AG cis no son aterogénicos.

El ácido a-linolénico
(ù3) no puede obtenerse de la dieta, pero de él
derivan los ácidos eicosapentaenoico (EPA) y
docosahexaenoico (DHA) que se encuentran en los pescados de aguas
profundas llamados pescados de carne azul. Las especies
más ricas en AG w-3 (EPA/DHA) por cada 100 g de pescado
crudo son: 9 sardina – 3,3 g; macarela -2,5; arenque- 1,7;
anchoa- 1,4; salmón- 1,4 y sable -1,4.

Los concentrados de aceites de pescado con
mayor contenido en EPA/DHA por cada 100g de aceite son: promega-
44,2 g; MaxEPA.29, 4; aceite de salmón .19, 9; aceite de
hígado de bacalao. 18,5 y aceite de arenque .11,
4.

El consumo de pescados de carne azul
disminuye la incidencia de cardiopatía isquémica.
Dyerberg fue el primero en reportar esta asociación tras
sus observaciones de los esquimales, quienes ingieren en promedio
7 g/d de EPA, mientras los daneses consumen menos de 0,1 g/d. La
prevalencia de cardiopatía isquémica en los
esquimales es la quinta parte de la de los daneses.

Desde entonces se ha recomendado
incrementar el uso de pescado en la dieta en sustitución
de las carnes rojas. Sin embargo, la multiplicidad de cambios
producidos por los AG w -3 en el metabolismo lipídico y
glucídico, en las funciones de las membranas celulares, en
los mecanismos trombogénicos y en la respuesta inmune e
inflamatoria 12 han hecho necesario revisar el balance
beneficio-perjuicio que estas sustancias pudieran provocar y
establecer recomendaciones dentro de las estrategias propuestas
para reducir la morbilidad y la mortalidad por enfermedades
cardiovasculares.

Ácidos
grasos Omega-3 en la diabetes

La relación entre diabetes mellitus
y aceites de pescado fue señalada por Sagild, Kromann y
otros, quienes observaron en los esquimales una menor incidencia
de cardiopatía isquémica y diabetes que en la
población danesa. Por otra parte, han suscitado gran
interés los efectos de los AG w-3 en los diabéticos
porque esta enfermedad se asocia, frecuentemente a dislipidemias
y a un mayor riesgo de aterosclerosis, con frecuencia se
prescriben los ácidos grasos w 3 en la diabetes y las
dislipidemias.

Se han reportado múltiples
investigaciones en diabéticos y no diabéticos, en
las cuales se ha evaluado el efecto que los AG w-3 producen sobre
la glucemia.

Aunque no todos los resultados concuerdan,
existe en la actualidad suficiente información para hacer
algunas consideraciones.

Glauber y otros reportan en 6 hombres de
edad media con diabetes tipo 2, efectos deletéreos sobre
el control glucémico después de 1 mes de la
administración suplementaria de 5,5g de AG ù -3 en
forma de aceite de pescado concentrado (MaxEpa). Resultados
similares han sido reportados por Friday y otros. En un estudio
comparativo con gliburide en diabéticos tipo 2, los 8g
diarios de AG ù -3 durante 4sem incrementaron
significativamente la glucemia en ayunas.

En un interesante meta-análisis de
26 estudios publicados entre los años 1984 y 1993,
Friedberg y otros, encuentran en diabéticos tipo 1
disminución significativa de la glucemia en ayunas,
mientras en diabéticos tipo 2, una ligera elevación
estadísticamente no significativa. Estos autores estiman
que en las revisiones del tema se tiende a exagerar los efectos
adversos de la administración de aceites de pescado sobre
el control glucémico. En este meta-análisis se
recogen ensayos muy variables en número de pacientes,
duración del tratamiento y dosis diaria de EPA/DHA. Estos
resultados han sido confirmados en 2 recientes ensayos
aleatorizados, a doble ciegas y controlado con grupo
placebo.

Eslandrit y otros reportan en 28 individuos
hipertrigliceridémicos no diabéticos sometidos a
bypass coronario, menor reducción de la glucemia en ayunas
en el grupo tratado con 3,4 g/d de AG w-3 durante 6 meses, que en
el grupo control. En otro ensayo efectuado en sujetos no
diabéticos con hiperlipidemia combinada, tratados con 3,4
g/d no se afectó la glucemia, la insulinemia ni la
proinsulinemia en ayunas en relación con los valores
basales.

El efecto de los AG w-3 en la
insulinorresistencia fue evaluado por Rivellese y otros, quienes
reportan no deterioro del control glucémico ni
mejoría de la resistencia a la insulina en
diabéticos tipo 2 que recibieron 2,7 g/d de EPA/DHA; Berry
concuerda con eso y añade que neutraliza la
hipertrigliceridemia, la hipertensión y la ganancia de
peso asociadas a este síndrome. Resultados similares
obtienen Fasching y otros con la administración diaria de
3,8/2,5 g de EPA/DHA.25 Dos estudios recientes corroboran estos
resultados: Los AG w -3 no modifican la sensibilidad de los
tejidos periféricos a la insulina, pero inhiben la
gluotrosisis y la secreción de insulina y aumentan la
producción hepática de glucosa.

También se ha señalado que
los aceites de pescado pueden aliviar los efectos negativos que
producen los productos finales de la glucosilación
avanzada sobre la relajación del endotelio, mediada por el
óxido nítrico.

La administración de concentrados de
aceites de pescado (EPA/DHA) como suplemento dietético en
los diabéticos dependerá de la dosis diaria del
mismo, se ha señalado que dosis elevadas (7,5 g/d) elevan
la glucosa en ayunas mientras dosis bajas (4g/d) no la modifican,
mientras hay quienes proponen su uso sólo en
diabéticos con hipertrigliceridemia.

La Asociación Americana de Diabetes
recomienda que el concentrado de aceite de pescado en la dieta de
los pacientes diabéticos con severa hipertrigliceridemia
debe hacerse con supervisión médica y
dietética y no debe establecerse como una
recomendación a diabéticos en general.

En resumen, el consumo de pescado fresco se
recomienda en la preparación de una dieta
antiaterogénica, tanto en diabéticos como en no
diabéticos y no deben extrapolarse sus beneficios a la
administración de concentrados de EPA/DHA, estos
estarán indicados preferiblemente en diabéticos
hipertrigliceridémicos, sin estar formalmente excluidos de
sus beneficios los diabéticos no
hipertrigliceridémicos, en dosis no mayores de 3 g diarios
y bajo control de la glucemia en ayunas.

Ácidos
grasos Omega 3 y
lípidos
plasmáticos

Desde los estudios de Kinsell, Keys, Ahrens
y otros se conoce la influencia que el tipo de grasa de la dieta
produce sobre el otrosesterol plasmático, no así
sobre las lipoproteínas. Sin embargo, el efecto de los AG
w -3 sobre los lípidos y lipoproteínas
plasmáticas adquirió relevancia a partir de los
trabajos de Dyerberg en los esquimales a quienes encontró
niveles de otrosesterol y triglicéridos del 20 y 60%,
respectivamente menores que en los daneses, y lo relacionó
con la marcada diferencia en el consumo dietético de
pescado.

Los AG w-3 disminuyen las
lipoproteínas de muy baja densidad (VLDLc) y los
triglicéridos del plasma, tanto en sujetos normales35 como
en los hipertrigliceridémicos y suprimen la lipemia
postprandial representada por los quilomicrones remanentes, tanto
para las dietas ricas en grasa como para las ricas en
carbohidratos, consideradas aterogénicas. Los efectos
sobre las lipoproteínas de baja densidad (LDLc) y las
lipoproteínas de alta densidad (HDLc) son variables. La
HDLc generalmente no cambia. Este efecto es dosis dependiente en
relación con los TG y con las VLDLc Se han reportado
incrementos de la HDL a expensas de la fracción
HDL2.

La reducción de la
hipertrigliceridemia será mayor, cuanto mayor sea el nivel
basal de triglicéridos, tanto cuando se administran dosis
bajas de AG w-3 durante largo tiempo como cuando se ofrece una
dosis única muy alta. Por otra parte se ha reportado
reducción de lipoproteína(a) [Lp(a)] en pacientes
sometidos a dieta rica en AG w-3 durante 6 meses.

El mecanismo por el cual los AG w-3 reducen
la hipertrigliceridemia es múltiple: la reducción
de la síntesis hepática de TG, incremento de su
aclaramiento plasmático y a través de los
receptores activadores de la proliferación de peroxisomas
(PPAR). La ligera elevación de las LDL con AG w-3 parece
estar relacionado con la más rápida convertibilidad
de las VLDLc a LDLc, lo que ha sido probado en cerdos
pequeños, pero no en seres humanos.

Aparentemente, los AG w-3 producen una
partícula de VLDL más pequeña que es
más susceptible de convertirse en LDLc No se conoce el
mecanismo por el cual ocurre la reducción o no
modificación de las HDLc y se sugiere que en parte depende
de la dosis, la reducción es mayor a dosis
mayores.

Ácidos
grasos Omega-3 en la hipertensión
arterial

Los efectos de los AG w-3 en pacientes
hipertensos han sido estudiados en varios ensayos clínicos
en los que se han observado reducciones de la presión
arterial, tanto la sistólica como la diastólica y
la presión arterial media, se han utilizado tanto
concentrados de EPA/DHA en dosis entre 3 y 4g diarios como con
raciones de pescado, en períodos que oscilaron entre 4 sem
y 1 año. Se han administrado dosis más altas
(6,6g/d) sin observarse efectos sobre el diámetro luminal
y el porcentaje de estenosis medido por angiografía
coronaria.

Aunque los AG w-3 reducen la presión
arterial moderada, en ocasiones sólo asociados a cambios
en el estilo de vida, se ha señalado que en algunos
individuos aumenta el riesgo de apoplejía por
hipertensión arterial por el consumo de aceites de pescado
concentrados, provocado por una respuesta vasopresora exagerada
mediada por catecolaminas.

En los meta-análisis de Apple,
Morris y otros, en los que se agruparon 17 y 31 ensayos,
respectivamente, estos autores concluyeron que el suplemento
dietético con AG w-3 tiene un efecto hipotensor en
pacientes hipertensos. Ellos encontraron que la reducción
de la tensión arterial puede ser en el orden de -3/-1,5
(TAS/TAD), en uno de ellos observaron un efecto dosis-respuesta
con reducciones de -1,3/-0,7 con dosis <3g/d, -2,9/-1,6 con
dosis de 3,3.7g/d y -8,1/-5,8 con dosis de 15g/d.

Se ha sugerido que el aceite de pescado
produce incremento de la compliance arterial y de la
respuesta de los barorreceptores, además de una mayor
producción de eicosanoides vasodilatadores y
antiagregantes.

Los AG w-3, contenidos en los concentrados
de aceites de pescado, pueden usarse en dosis menores de 3g
diarios como terapéutica coadyuvante a los fármacos
hipotensores para reducir los niveles de presión arterial
en personas hipertensas. Aunque el incremento dietético
del pescado de carne azul supera estos beneficios.

Ácidos
grasos Omega-3 en la hemostasia

Un estudio en La Habana(Cuba) que
involucró más de 15 000 participantes,
evaluó el efecto de los w-3 sobre varios factores
hemostáticos y encontró una relación inversa
entre el consumo y el fibrinógeno, factor VIII y factor de
Von Willebrand y asociación positiva con la
proteína C reactiva, sin embargo, en otro estudio de 120
pacientes con claudicación intermitente seguidos por 2
años no se encontró diferencia entre los grupos que
usaron w-3 y placebo con respecto a la viscosidad
plasmática, hematócrito, fibrinógeno,
dímero D y factor de Von Willebrand. El efecto mejor
demostrado de los w-3 en la hemostasia, modula la respuesta
vascular y plaquetaria ante daños bioquímicos o
físicos y disminuye la agregación de estas
últimas por varios mecanismos: modulación de la
síntesis de prostaglandina plaquetaria, inhibición
de la respuesta proliferativa vascular mediada por
macrófagos o citoquinas e incrementa la actividad del
factor relajante del endotelio, todo esto básicamente por
la sustitución de ácido araquidónico por EPA
y DHA en los fosfolípidos de membrana.

No hubo diferencias en la actividad del
inhibidor del activador del plasminógeno-1 (PAI-1) entre
individuos que consumieron w 3 y los que consumieron placebo, en
un estudio realizado con 224 hombres de edad media no fumadores y
saludables. En una revisión de 17 estudios que incluyeron
935 participantes, sólo en 2 de ellos se demostró
aumento de la actividad del PAI-1 atribuible al suplemento de w
3, por lo que no hay evidencias concluyentes de un efecto
desfavorable al respecto.

Por tanto, con el suplemento parece haber
una reducción de algunos factores hemostáticos y de
la actividad protrombótica del plasma; sin embargo, se ha
detectado un incremento de la actividad proinflamatoria expresada
por aumento de las moléculas de adhesión
e-selectina y la molécula de adhesión celular
vascular-1, resultado del incremento de la peroxidación
lipídica, así como también se ha comprobado
incremento de la IL6 y TNF-alfa, lo cual aumenta la actividad
proinflamatoria.59 No se han encontrado efectos diferentes de los
w -3 sobre el factor VII y la homocisteína entre grupos
con w -3 y placebo.

Otros efectos de
los ácidos grasos Omega-3

A los ácidos grasos w-3 se les han
atribuido efectos antiarrítmicos62 porque indicados a
cardiópatas se reduce el riesgo de paro cardíaco.
Por otra parte, su consumo disminuye el riesgo de cáncer
de mama y colon. Se ha observado un incremento de la actividad de
aminotransferasa sérica durante el suplemento de aceites
de pescado así como efecto antiinflamatorio de las
vías aéreas.Se relacionan con la aterosclerosis no
sólo por las modificaciones que producen sobre las
lipoproteínas del plasma, sino que lo hacen además
mediante otros factores que intervienen en los cambios
estructurales que ocurren en la pared arterial como en las
citoquinas, los leucotrienos, los factores activadores y los
relajantes, radicales libres y otros.

En conclusión, la ingestión
de pescados de carne azul constituye una recomendación
dietética tanto para la población general como para
quienes padecen de hipertensión arterial, diabetes
mellitus y dislipidemias.

El consumo de concentrados de aceites de
pescado que contienen hasta 3g diarios EPA/DHA, mejora la
hipertrigliceridemia de los diabéticos y la de los no
diabéticos y reduce la hipertensión arterial
sistólica y diastólica en hipertensos. El consumo
de altas concentraciones de EPA/DHA por un largo período
puede conducir a hipervitaminosis A o D, así como elevar
la glucemia en diabéticos, la presión arterial en
hipertensos susceptibles y las LDLc

Adicionalmente, los AG w -3 disminuyen la
agregación plaquetaria y reducen la síntesis de
mediadores químicos de la inflamación que
intervienen en la formación de la placa de ateroma. Por
tanto se recomienda primero, el consumo de pescados de carne azul
2 o 3 veces por semana en sustitución de alimentos que
contienen grasas saturadas y la administración de
concentrados de aceites de pescado pueden indicarse sólo a
dosis bajas.

Se exponen a continuación algunas de
las conclusiones sobre su uso dadas en la Biblioteca Cochrane,
para algunas áreas de la salud en las que se ha
investigado.

  • Diabetes mellitus tipo 2: La
    administración de suplementos AGPI omega-3 para
    diabetes tipo 2 disminuye los triglicéridos y el
    colesterol VLDL, pero puede aumentar el colesterol LDL
    (aunque los resultados no fueron significativos en subgrupos)
    y no posee ningún efecto estadísticamente
    significativo en los controles glucémicos o en la
    insulina en ayunas. Se necesitan ensayos que midan como
    variables principales de resultado eventos vasculares o
    muerte.

  • Enfermedad de Crohn : Los
    ácidos grasos omega 3 son seguros y pueden ser
    efectivos para el mantenimiento de la remisión en la
    EC cuando se administran en cápsulas con cubierta
    entérica. Sin embargo, no hay suficientes datos para
    recomendar el uso sistemático de los ácidos n-3
    para el mantenimiento de la remisión en la EC. El
    número pequeño de pacientes en los estudios
    incluidos justifica la realización de más
    estudios clínicos aleatorizados de mayor
    tamaño.

  • Colitis ulcerosa: No existen pruebas a
    favor del uso de ácidos grasos omega-3 para el
    mantenimiento de la remisión en la colitis ulcerosa.
    Se justifica la realización de estudios adicionales
    sobre las cápsulas de cubierta
    entérica.

  • Claudicación intermitente: Los
    ácidos grasos omega-3 parecen tener beneficios
    hematológicos limitados en las personas con
    claudicación intermitente, pero no hay pruebas de una
    mejora sistemática en las medidas de resultado
    clínicas, que constituyen las medidas de resultado
    primarias de esta revisión (calidad de vida, hallazgos
    angiográficos). La administración de
    suplementos también puede tener efectos adversos como
    el aumento en los niveles de colesterol total y LDL. Se
    necesita investigación adicional en este tema para
    evaluar los efectos a corto y a largo plazo sobre las medidas
    de resultado clínicamente más
    pertinentes.

  • Prevención y el tratamiento de
    las enfermedades cardiovasculares: No está claro si el
    consumo de ácidos grasos omega-3 en la dieta o como
    suplementos altera la mortalidad total, los eventos
    cardiovasculares combinados o los casos de cáncer en
    las personas con (o en alto riesgo de presentar) enfermedades
    cardiovasculares, o en la población general. No
    existen pruebas para recomendar que las personas dejen de
    consumir aquellas fuentes ricas en ácidos grasos
    omega-3, pero se necesitan ensayos adicionales de alta
    calidad para confirmar el efecto protector de los
    ácidos grasos omega-3 en la salud
    cardiovascular.

  • Fibrosis quística: Aunque las
    pruebas son insuficientes para establecer conclusiones firmes
    o recomendar el uso sistemático de los suplementos de
    ácidos grasos omega-3 en pacientes con fibrosis
    quística, esta revisión halló que dichos
    suplementos pueden proporcionar algunos beneficios con
    relativamente pocos efectos adversos. Esta revisión
    destacó la ausencia de datos para muchos de los
    resultados con probabilidad de ser significativos para las
    personas en tratamiento o que están tomando decisiones
    sobre el mismo acerca de la fibrosis quística. Se
    necesita un estudio controlado amplio, a largo plazo,
    multicéntrico y aleatorio para determinar si existe un
    efecto terapéutico significativo y para evaluar la
    influencia en la gravedad de la enfermedad, la dosis y la
    duración del tratamiento. Los investigadores futuros
    deben tener en cuenta la necesidad de enzimas
    pancreáticas adicionales.

  • Trastorno bipolar: Los resultados de un
    estudio mostraron efectos positivos de los ácidos
    omega 3 como tratamiento adyuvante para los síntomas
    de depresión, pero no para la manía en el
    trastorno bipolar. Estos hallazgos deben interpretarse con
    cautela debido a la escasez de datos disponibles. Se
    necesitan con urgencia ensayos controlados aleatorios bien
    diseñados y realizados de forma adecuada en esta
    área.

  • Prevención de la demencia :
    Existe un creciente cúmulo de pruebas a partir de
    estudios biológicos, observacionales y
    epidemiológicos que sugiere un efecto protector de los
    omega 3 contra la demencia. Sin embargo, hasta que se
    disponga de datos de ensayos aleatorios para el
    análisis, no existen pruebas de calidad para apoyar el
    uso dietético o suplementario de omega 3 para la
    prevención del deterioro cognitivo o la
    demencia.

  • Esquizofrenia: la administración
    de suplementos de omega-3 parece producir efectos
    beneficiosos pero aún no se han realizado suficientes
    investigaciones.

Resumen

Se hizo una revisión del efecto
beneficioso y perjudicial de los ácidos grasos omega-3 en
sujetos que padecen de diabetes mellitus, hipertensión
arterial y dislipidemias y sus efectos sobre la hemostasia y
otros órganos y sistemas. Se concluyó que la
ingestión de pescados de carne azul 2 o 3 veces por
semana, es una recomendación dietética para toda la
población y que el consumo de aceites de pescado en dosis
moderadas (hasta 3 g al día), es beneficioso para los
diabéticos, hipertensos e hipertrigliceridémicos
como tratamiento coadyuvante, que además disminuye la
agregación plaquetaria y reduce la síntesis de
mediadores químicos de la inflamación. Dosis
elevadas de aceites de pescado pueden resultar perjudiciales
sobre el control glucémico, la hipertensión
arterial en personas susceptibles y los niveles séricos de
lipoproteínas de baja densidad (LDL) y
lipoproteínas de alta densidad (HDL).

 

 

Autor:

Jorge Alberto Vilches
Sanchez

 

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