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Los componentes ético-políticos en la ideología de la Revolución Cubana (Pte 1) (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

Como nuestro Apóstol expresara, con su peculiar y
excepcional clarividencia
política…"…trinchera de ideas valen
más que trinchera de piedras". (10)
y que Fidel Castro
enfatizara en fecha tan lejana como 1960 de
que…"…si los propósitos y los ideales que
estamos llevando adelante en nuestra patria, si la semilla que
estamos sembrando hoy la cuidamos celosamente, si las ideas que
estamos sembrando hoy las cuidamos celosamente, si los principios
que estamos estableciendo hoy los cuidamos celosamente, si la
moral revolucionaria que estamos implantando hoy la cuidamos
celosamente, dentro de 40 años, lejos de ser más
débiles, estos ideales serán más
fuertes.

Esta Revolución Cubana presenta muchas
características que no hemos presenciado en otras
revoluciones. La corrupción de los revolucionarios ha sido
frecuente en otras revoluciones, el debilitamiento de los ideales
ha sido frecuente en otras revoluciones. Y nosotros aspiramos a
que en nuestra Revolución la moral y los ideales sean cada
vez más puros, a que la conducta de nuestros hombres sea
cada vez más recta, a que el fervor de nuestro pueblo sea
cada vez mayor […] Los enemigos de la Revolución saben
que si actuamos bien, jamás tendrán oportunidad de
volver a apoderarse de la patria, y muchas cartas se han estado
jugando contra nuestra Revolución, muchas formas se han
estado usando contra nuestra Revolución para debilitarla o
desacreditarla". (11)

Para el doctor Miguel Limia David, reconocido
investigador cubano acerca de esta
temática…"…para plantear adecuadamente el
problema de la ideología de la Revolución Cubana es
imprescindible tener en cuenta como punto de partida que toda
ideología es una entidad de índole espiritual
sistemática, teórica, que toma cuerpo en las
relaciones entre los individuos a través de la
correspondiente actividad social. Constituye un complejo sistema
de puntos de vista e ideas donde se concientizan y valoran las
relaciones de las personas hacia la naturaleza y entre sí.
Por ello porta modelos relativos a la constitución de la
realidad social, del individuo y de la actividad hacia el mundo,
así como programas de actividad encaminados a consolidar o
modificar el mundo existente". (12

A su vez, para el investigador Darío Machado
Rodríguez, enfatizando en sus raices más que en su
conceptualización en sí, la ideología de la
revolución cubana… "…es martiana,
marxista y leninista, se inscribe en la tradición
socialista y comunista del pensamiento social. Pero no es menos
cierto que durante decenas de años en la práctica
política de la revolución cubana se asumía
que nuestra ideología era el marxismo-leninismo, lo cual
se identificaba con los contenidos considerados bajo esta
denominación por los institutos políticos e
ideológicos de la URSS y los países socialistas de
Europa del Este. No faltaba razón cuando se
establecía ese paralelismo porque como se afirma al
inicio, la ideología de la revolución cubana es
marxista y es leninista en tanto asume importantes principios y
valores fundamentales sintetizados por los fundadores del
marxismo y por Lenin. El asunto estribaba en que a la hora de
comprender el funcionamiento de la ideología en la
sociedad cubana no siempre se prestaba suficiente atención
al proceso de ideas vivo, realmente existente en la sociedad
cubana, algo advertido hace años por Fidel cuando
afirmó que la ideología es conciencia y actitud de
lucha". (13)

Al respecto se proclama en los documentos aprobados en
el I Congreso del PCC, como…"… con la
aparición del marxismo surge la primera y única
ideología consecuentemente revolucionaria y
científica en la historia de la sociedad".
(14)

Afirmación tan rotunda está lejos de ser
aceptada por otros muchos investigadores y especialistas. En la
divulgada Wikipedia.com , a la que tienen acceso por Internet
millones de personas, se valora a esta como
el…"… conjunto de ideas existentes sobre la
realidad, sistema general o sistemas existentes en la
práctica de la sociedad respecto a
lo económico, lo social,
lo científico-tecnológico,
lo político, lo cultural, lo moral, lo
religioso, etc. y que pretenden la conservación del
sistema (ideologías conservadoras), su
transformación (que puede ser radical y súbita,
revolucionaria, o paulatina ideologías reformistas),
o la restauración de un sistema previamente existente
(ideologías reaccionarias) […] Hablamos de
ideología cuando una idea o conjunto de ideas
determinadas interpretadoras de lo real son consideradas
como verdaderas y son ampliamente compartidas
conscientemente por un grupo social en una sociedad
determinada. Tales ideas se convierten en un rasgo fuertemente
identitario, de forma similar a la religión,
la nación, la clase social,
el sexo, partido político, club social,
etc. y se forman tanto en grupos pequeños y cerrados como
las sectas o grupos mayores y abiertos como partidarios
de un equipo de fútbol…". (15)

En este caso no se identifica a la ideología como
producto de su construcción por una clase social,
afín a sus propios intereses, particularmente
económicos, sin subestimar otros también esenciales
más bien insertado en el mundo espiritual del hombre. A su
vez contradictoriamente se le otorga carácter de
individualidad, que permite tantas ideologías como sujetos
de actividad.

Por el contrario Karl Marx y Federico Engels valoran en
su célebre obra "La Ideología Alemana.
Crítica de la novísima filosofía alemana en
las personas de sus representantes Feuerbach, Bruno Bauer y
Stirner y del socialismo alemán en las de sus diferentes
profetas" como…"…la producción de las
ideas y representaciones de la conciencia aparece al principio
entrelazada con la actividad material y el comercio material de
los hombres, como el lenguaje de la vida real. Las
representaciones, los pensamientos, el comercio espiritual de los
hombres se presentan todavía aquí como
emanación directa de su comportamiento material. Y lo
mismo ocurre con la producción espiritual tal y como se
manifiesta en el lenguaje de la política, de las leyes, de
la moral, de la religión, de la metafísica, etc
[…] La conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser
consciente, y el ser de los hombres es su proceso de vida real"
(16)

Lo que nos hace retornar a la afirmación de Marx
en su clásico Prologo a la Contribución a la
Crítica de la Economía Política" de que los
hombres lejos de vivir como piensan, piensan como viven, producto
de valorar su conciencia como reflejo de la realidad objetiva
donde desarrollan su actividad. En las innumerables definiciones,
conceptualizaciones y valoraciones sobre la esencia del
término ideología y de sus connotaciones en no
escasas ocasiones se excluye un aspecto fundamental. Su estrecha
relación con las divisiones sociales del trabajo, el
surgimiento de la propiedad privada nacida de la
apropiación por determinados individuos del excedente ya
posible de producción y consecuentemente de las clases
sociales y sus antagonismos, hacen necesario el propio
surgimiento del estado, como supuesto regulador de tales
conflictos pero en realidad instrumento al servicio de la clase
dominante, todo ello producto de un gradual y complejo proceso
enjundiosamente explicado por Federico Engels en su escrito "El
origen de la familia, la propiedad privada y el estado". Ya
valoró hace siglo y medio como…"… el
estado no ha existido eternamente. Ha habido sociedades que se
las arreglaron sin él, que no tuvieron la menor
noción del estado y su poder. Al llegar a cierta fase del
desarrollo económico, que estaba ligada necesariamente a
la división de la sociedad en clases, esta división
hizo del estado una necesidad […] la civilización es
pues el estadio de desarrollo en que la sociedad, la
división del trabajo, el cambio entre individuos que de
ellos se deriva y la producción mercantil que abarca a uno
y otro, alcanzan su pleno desarrollo y alcanzan su pleno
desarrollo y ocasionan una revolución en toda la sociedad
anterior. (17)

Solo entonces aparece la ideología, que tiene
como portadora a cada clase social, como reflejo en las mismas de
esas propias contradicciones objetivas, en forma de ideas
políticas, éticas, éticas, jurídicas,
religiosas, filosóficas, científicas y por
supuesto, económicas. No obstante en general se percibe la
ideología específicamente en su connotación
política, que acorde al objetivo de nuestro trabajo
 adquiere particular importancia si la adscribimos a lo
concerniente al pensamiento ético-político, lo que
no significa verla desvinculadas de sus mutuas interrelaciones
con las otras esferas, lo que no es posible.

En sus muchas acepciones se conceptualiza la
política como…."…actividad orientada en
forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para
alcanzar ciertos objetivos. También puede definirse como
una manera de ejercer el poder con la intención de
resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados
que se producen dentro de una sociedad. La utilización del
término ganó popularidad en el siglo V A.C.,
cuando Aristóteles desarrolló su obra
titulada justamente Política. El término proviene
de la palabra griega polis, cuyo significado hace
alusión a las ciudades griegas que formaba los estados
donde el gobierno era parcialmente democrático"
(18).

En ocasiones se la valora como rama de la moral, sin
abandonar el criterio de obviar su carácter clasista y
enfatizando en la concepción conocida de Rousseau acerca
del estado como contrato social y mediador imparcial. En esa
limitada visión…
"…la política es una rama de la moral
que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad
libre, compuesta por hombres libres, resuelve los problemas que
le plantea su convivencia colectiva, es un quehacer ordenado al
bien común. Algunos autores presentan al uso
legítimo de la fuerza, como la característica
principal de la política. Siguiendo con esta
definición la política es el ejercicio del poder
que busca un fin trascendente. Esta promueve la
participación ciudadana ya que posee la capacidad de
distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para
promover el bien común". (19)

Muchos autores célebres se han dedicado al
análisis del accionar políticoPara
Confucio, existe una estrecha relación entre el
buen desempeño como gobernante con la aptitud
ética, al considerar que solo un hombre virtuoso debe
tener autoridad. Para Platón todos los sistemas
políticos son corruptos por naturaleza por lo que el
gobierno debía recaer en una clase educada para esa
actividad, como eran en su criterio los
filósofos. Por otra parte,
Aristóteles asegura que la política es
intrínseca a la naturaleza del hombre, por lo que es
necesaria para vivir en plenitud moral. A su vez el controvertido
Nicolás Maquiavelo valora, como reflejo de su
época, que el fin justifica los medios, resumiendo una
postura consistente en acceder a posiciones de poder mediante la
utilización de subterfugios. Thomas Hobbes hace
alusión a un hipotético estado de la naturaleza en
que los hombres disfrutarían de una libertad absoluta, que
inevitablemente tendría como consecuencia confrontaciones
constantes, que harían necesario un contrato
social. John Locke por el contrario se opuso a que el
estado de naturaleza implicase una constante lucha mientras que
 Jean-Jacques Rousseau enriquece la idea de pacto
social desarrollada por Hobbes y Locke y que constituye el
núcleo central de su teoría social. John
Stuart Mill enaltece a la democracia como un gran avance en
el decursar histórico, y por último, Karl
Marx nos reveló que toda forma de gobierno y por ende
de estado, siempre expresa los intereses de una clase dominante.
(20)

No puede faltar la visión teologicista de la
misma. En este caso se ejemplifica como el 18 de noviembre de
1302, Bonifacio VIII emite la bula Unam sanctam en la
que exponía la doctrina de un sistema jerárquico
con supremacía pontificia afirmando, en la misma
línea que sus predecesores Gregorio VII e Inocencio III,
que…"…existen dos gobiernos, el espiritual y el
temporal, y ambos pertenecen a la Iglesia. El uno está en
la mano del Papa y el otro en la mano de los reyes; pero los
reyes no pueden hacer uso de él más que por la
Iglesia, según la orden y con el permiso del Papa. Si el
poder temporal se tuerce, debe ser enderezado por el poder
espiritual […] Así pues, declaramos, decimos, decidimos
y pronunciamos que es de absoluta necesidad para salvarse, que
toda criatura humana esté sometida al pontífice
romano". (21)

Ya desde una visión más realista, para
Cosme Cruz Miranda en su escrito "La política y su
concepción marxista-leninista…"…la
política es un fenómeno social donde intervienen la
acción de las clases sociales, los mecanismos de gobierno
y el estado en una relación social en que las acciones
interactúan en funcionamiento del poder político o
en la aspiración y lucha por obtenerlo…".
(22)

En el Manifiesto Comunista se expresa claramente, en esa
misma dirección, el papel desempeñado por las
clases y la lucha de clases desde que surge el estado como
institución nacida de la necesidad de los grupos
dominantes en cada etapa del desarrollo social o Formación
Económica Social como una necesidad vital por imponerse a
las clases restantes no solo en el plano de las ideas
políticas y éticas sino como instrumento de
dominación que defienda sus intereses en el plano
político, jurídico y económico.

Al respecto en este antológico documento
político se valora como…"…toda la
historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una
historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y
plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en
una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre,
empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces,
y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa
a la transformación revolucionaria de todo el
régimen social o al exterminio de ambas clases
beligerantes.

En los tiempos históricos nos encontramos a la
sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos,
dentro de cada uno de los cuales reina, a su vez, una nueva
jerarquía social de grados y posiciones […] Hasta hoy,
toda la historia de la sociedad ha sido una constante
sucesión de antagonismos de clases, que revisten diversas
modalidades, según las épocas. Mas, cualquiera que
sea la forma que en cada caso adopte, la explotación de
una parte de la sociedad por la otra es un hecho común a
todas las épocas del pasado.  Nada tiene, pues, de
extraño que la conciencia social de todas las
épocas se atenga, a despecho de toda la variedad y de
todas las divergencias, a ciertas formas comunes, formas de
conciencia hasta que el antagonismo de clases que las informa no
desaparezca radicalmente". (23)

La sociedad actual, ya decursando la segunda
década del siglo XXI, nos revela la reiterada
confrontación de ideas contrapuestas entre clases,
sectores y capas sociales, que se agudiza en esta época de
asimetrías económicas, tecnológicas y
socio-culturales. Las posibilidades crecientes de los medios de
comunicación masiva y de las nuevas tecnologías de
la información abren impensables perspectivas en nuevas
esferas de confrontación ideológica o con una
visión más optimista, la apertura a más
amplias posibilidades del logro de relaciones internacionales
basadas en la mutua comprensión y tolerancia a las
diferencias de ideas, cultura y cosmovisiones religiosas. En
ambas alternativas, la educación desempeñará
un relevante papel en la formación de las nuevas
generaciones, en un sistema de valores universales, que fomenten
la necesidad de una coexistencia de la humanidad, en el marco
siempre conflictivo de las disparidades ideológicas, sin
el empleo recurrente a la violencia, los conflictos
bélicos, el irrespeto al derecho internacional y a la
soberanía de las naciones.

Las raíces de
nuestra ideología: una propuesta de
periodización

Como paso previo, al tratamiento de las fuentes
constitutivas de las raíces de la Ideología de la
Revolución Cubana resulta imprescindible, al menos para su
más consecuente proyección metodológica,
partir de una periodización que sirva de hilo conductor a
la exposición del contenido propuesto por el autor e
igualmente de comprensión para el lector, dado que todo
estudio del pensamiento requiere de su debida
contextualización si reconocemos que las ideas de una
época son expresión de la realidad política,
histórica, económica e ideo-cultura de esa propia
época.

Por supuesto que ello no obliga que al argumentar las
fuentes ya reveladas de la ideología de la
Revolución Cubana, sea necesario recorrer cada una de las
etapas y sus respectivos períodos, ya sea que por los
límites espaciales de esas ideas, en nuestro decursar
histórico, no lo hagan posible, o que por la índole
y objetivo del trabajo, a criterio del autor, ello no sea
necesario.

Como toda periodización esta se construye a
partir del criterio personal de su autor, que generalmente puede
o no coincidir con el de otros estudiosos del tema, lo que en
definitiva siempre resulta beneficioso, pues las discrepancias
sirven de indicadores fiables, generalmente, para el hallazgo
más aproximado a la verdad.

3,1.- Etapa colonial (Siglos XVI, XVII, XVIII y XIX,
hasta 1ro de enero de 1899.

3, 1, 1.- I período Antecedentes necesarios en
la formación de nuestra identidad. Siglos XVI hasta
últimas décadas del siglo XVIII. Breve
caracterización:

Abarca la introducción y gradual
consolidación en la sociedad colonial de las
instituciones, legislaciones, filosofía y cultura feudales
o semi feudales entonces imperantes en la metrópoli,
notoriamente rezagada con respecto a la gran mayoría de
los países europeos, que ya avanzaban por el camino del
capitalismo promotor de la revolución industrial y de la
expansión del comercio. El oscurantismo teologicista e
inquisitorial, la intolerancia a toda idea portadora del progreso
y en consecuencia, la imposición de la escolástica,
como filosofía, método y concepción
pedagógica, convertía a la ciencia en vasalla de la
teología. Los niveles de educación de la inmensa
mayoría de la población eran deplorables.
Consecuencia del genocidio de la población
autóctona se inicia desde los siglos XVI, XVII hasta
mediados del XVIII la trata de esclavos africanos. Se va
conformando gradualmente la economía de plantación,
basada en el trabajo esclavo principalmente en las ramas
cafetalera, tabacalera y azucarera. La ganadería ocupa un
lugar importante en la economía colonial, así como
la producción naviera, particularmente en astilleros
ubicados en las cercanías al puerto de La Habana. Surgen
los primeros núcleos poblacionales de alguna importancia,
a partir de las primeras villas fundadas desde el siglo XVI,
particularmente: Baracoa (15 de agosto de 1511), Santiago de Cuba
(1515), Bayamo (5 de noviembre de 1513); Puerto Príncipe
(Camagüey), Trinidad (principios de 1514); Sancti
Spíritus (originalmente en junio de 1514 y en 1522
traslada a las márgenes del río Yayabo) y La Habana
(originalmente en 1515 en la costa sur y trasladada en 1519 a su
ubicación actual). Posteriormente se fundan otros
núcleos s poblacionales que adquieren importancia ya sea
por su ubicación geográfica junto a importantes
puertos y bahías o a la especificidad de su
economía, como Holguín, Matanzas, Cienfuegos, Pinar
del Río y otras tantas. Ya desde la primera mitad del
siglo XVIII se va consolidando la clase de los ricos hacendados
criollos, con una cultura adquirida en gran medida en centros
educacionales extranjeros, lo que permite que en su seno se vayan
forjando aquellas personalidades que van a representar el
reformismo ilustrado liberal de gran significación en el
próximo período, que se inicia en las
últimas décadas de la propia centuria.

3, 1, 2.- II período. Reformismo Liberal
Ilustrado. Desde últimas décadas del siglo XVIII,
hasta 10 de octubre de 1868, inicio de la guerra de
independencia). Breve caracterización:

La notable influencia de las ideas nacidas en
trascendentes hechos históricos como la Revolución
Industrial (II mitad del siglo XVIII hasta inicios del XIX,
particularmente en Inglaterra, que se extiende posteriormente a
otras naciones y continentes); la Independencia de las antiguas
13 colonias inglesas (1783); el pensamiento ilustrado
inglés y Francés Siglos XVII y XVIII); la
Revolución Burguesa Francesa (1789 a 1794); la
Revolución en Haití (1791-1804); los movimientos
independentistas en América Latina (primera mitad del
siglo XIX) así como los documentos programáticos
originados por estos significativos hechos históricos,
particularmente en cuanto a derechos humanos plasmados en sus
constituciones, lo que necesariamente influye de manera
significativa en las ideas de los pensadores más notables
de la creciente oligarquía nacional, que a partir de la
debacle de la industria azucarera y cafetalera de la vecina
nación, acrecientan considerablemente sus fortunas.
Parejamente el inicio de las guerras de independencia en el
continente, lideradas por personalidades de la talla de
Simón Bolívar, San Martín y OHiguins, de
lúcido pensamiento ético político. No menos
significativo en el nacimiento del reformismo liberal en Cuba lo
constituye la implementación del llamado Despotismo
Ilustrado, preconizado por la monarquía carlista e
instrumentada por sus destacados ministros, que favorece la
fundación en Cuba de la Sociedad Económica de
Amigos del País (1793), la aparición del primer
periódico propiamente literario, en Cuba, El Papel
Periódico de la Havana (5 de febrero de 1792) y el arribo
a Cuba de Don Luís de Las Casas, como Capitán
General (1790), favorecedor de la apertura de la colonia en los
aspectos económico y cultural a horizontes más
promisorios así como el nombramiento del progresista
obispo Juan José Díaz de Espada y Fernández
de Landa (1800-1832), quien estimuló el enfrentamiento al
escolasticismo, entonces imperante particularmente en la
educación. Este período más que ilustrar una
tendencia política en el seno de la colonia, impulsa y
consolida el fecundo, a la vez que complejo proceso de
formación de nuestra identidad cultural y, con el
protagonismo de personalidades, que a partir de diversas
concepciones ideológicas, desde el reformismo, el
anexionismo o el independentismo, pensaron por primera vez como
cubanos, con sus propios intereses y objetivos y que desde
diferentes ópticas y a partir de múltiples esferas
del saber, propiciaron el progreso de la entonces colonia. son
conocidas en Cuba, aunque sin estimular los afanes
independentistas de los ricos criollos, temerosos de las secuelas
para su fortuna de una revolución similar en Cuba. Ya en
este período, desde inicios del siglo XIX se producen
incipientes movimientos independentistas, prontamente aplastados
por las autoridades coloniales, generalmente vinculados a
aspiraciones abolicionistas y no apoyados por la poderosa clase
de los ricos hacendados criollos. El sacerdote patriota
Félix Varela y Morales, desde las páginas del
periódico El Habanero 1824-1826), desde su exilio en
Estados Unidos, es el primero que valora que el único
camino posible, en ese contexto, es la independencia
política de Cuba. Este período más que
meramente ilustrar una tendencia política en el seno de la
colonia, impulsa y consolida el fecundo, a la vez que complejo
proceso de formación de nuestra identidad cultural y
nacional, con el protagonismo de personalidades, que a partir de
diversas concepciones ideológicas, pensaron por primera
vez como cubanos, con sus propios intereses y objetivos y que
desde diferentes ópticas y a partir de múltiples
esferas del saber, propiciaron el progreso de la entonces
colonia.

3, 1, 3.- III período: Inicio de las
luchas por la independencia.
Desde el 10 de octubre de 1868
hasta febrero de 1878, en que se firma el Pacto del
Zanjón. Breve caracterización:

La miope política colonial y su
sistemático proceder de hacer oídos sordos a los
reclamos reformistas, su abusivo sistema de exacciones fiscales,
el establecimiento monopolizador del comercio, la torpe
intolerancia política y religiosa y su indiferencia ante
el atraso educacional de sus habitantes y la permanencia de
instituciones de marcado carácter semifeudal, inoperantes
en las condiciones de la época, condujeron al nacimiento
de las corrientes políticas del anexionismo primero (1845
hasta 1865) y del independentismo después. Con el
alzamiento liderado por Carlos Manuel de Céspedes y otros
hacendados criollos de la región oriental del país,
de fortunas más modestas que los de las provincias
occidentales y donde la cuantía de esclavos era
significativamente menos numerosa. En el transcurso de la guerra
nace la República en Armas; el Ejército Libertador,
forja de innumerables héroes populares; la
aprobación el 10 de abril de 1869 de un instrumento
jurídico de alto valor patriótico como la
Constitución de Guáimaro; la instauración de
la Cámara de Representantes conformadora del poder civil,
con grandes atribuciones; la prensa revolucionaria afín a
ese ideal liberacionista y particularmente, el protagonismo de un
cúmulo de personalidades de un pensamiento relevante en la
esfera de las ideas y los valores, que aún nos
trascienden. La corriente independentista, dentro del pensamiento
político en la época, era portadora como uno de sus
contenidos más loables, de sus aspiraciones a la
soberanía nacional, el abolicionismo de la inhumana
esclavitud a partir del reconocimiento como hombres libres a
todos los habitantes del país, sin distinción de
raza, sexo, creencias o condición económica; el
respeto a los derechos del hombre y la igualdad plena de la
mujer, entre otras. Diversos factores, como el regionalismo y la
división en el seno de las filas revolucionarias,
condujeron a la humillante firma del Pacto del Zanjón, el
10 de febrero de 1878, que no concedió ninguna de las dos
demandas fundamentales que condujeron a la guerra: la
independencia y la abolición de la esclavitud. Como
símbolo de la intransigencia revolucionaria ante
claudicaciones vergonzosas se produce la Protesta de
Baraguá, el 15 de marzo de 1878 (24), en la que
Antonio Maceo y un grupo reducido de oficiales, opuestos al cese
de las hostilidades, le expresan al general Martínez
Campos, los motivos patrióticos de su decisión de
continuar la lucha. Aunque truncos sus deseos por diversos
motivos, el gesto queda en nuestra historia como ejemplo
imperecedero de una irreprochable conducta
ético-política.

3, 1, 4. – IV período: La Tregua fecunda.
Desde el 15 de febrero de 1878 hasta el 24 de febrero de 1895.
Breve caracterización:

Este relativamente prolongado espacio de tiempo
entreguerras, sabiamente denominada como de tregua fecunda, tiene
sus particulares especificidades. Por una parte estimula a los
más pesimistas y conservadores a asumir las posiciones del
claudicante autonomismo y es a su vez testigo del batallar
incesante de José Martí por unificar voluntades,
entre los veteranos de la anterior guerra y las nuevas
generaciones, que piden su lugar en la trinchera de combate y que
el Apóstol denomina acertadamente como "pinos nuevos". Al
mismo tiempo despliega su laborar infatigable mediante
innúmeros escritos y discursos, entrevistas y
exhortaciones insufladas de optimismo y reclama, planifica,
organiza, recauda y salvaguarda los recursos necesarios para la
nueva contienda, donados particularmente por la
inmigración más modesta. En aras de la unidad
revolucionaria funda el periódico Patria el 14 de marzo de
1892 y unos meses más tarde, el Partido Revolucionario
Cubano el 10 de abril de ese propio año. Sus aportes a la
formación de nuestra ideología, se nutren, ya sea
en su diario bregar, primero desde el destierro en tierra
española, apenas un adolescente recién liberado de
presidio en las canteras de San Lázaro, posteriormente en
su arribo a México, donde se destaca por su
patriótica labor periodística; su peregrinar por
Centroamérica y Venezuela, donde alterna en su labor como
maestro y periodista y el inicio de su exilio neoyorquino, que
deja como invalorable legado sus crónicas a diarios
continentales, escritos y antológicos discursos,
así como la culminación, ya en la medianía
de la década de los noventa, los preparativos finales para
la nueva contienda hasta su caída en combate, en tierra
cubana el 19 de mayo de 1895. En este período se fundan
las primeras organizaciones y periódicos defensores de los
derechos de los trabajadores, muy vinculados entonces al
gremialismo, marcados inicialmente por el ideario
anarco-sindicalista, de gran pujanza entonces en la
península y traído a Cuba por líderes como
Saturnino Martínez y particularmente Roig de San
Martín. Éste último evolucionará de
posiciones políticas reformistas al independentismo. No es
de extrañar que el primero de mayo de 1890 se celebre por
primera vez en Cuba el Día Internacional de los
trabajadores y dos años más tarde, se
efectúe en La Habana, el primer congreso obrero del que se
tenga constancia en nuestra patria..

3, 1, 5.- V Período: la Guerra necesaria.
Desde el 24 de febrero de 1895 hasta el 1ro de enero de 1899.
Breve caracterización.

El inicio de la última gesta independentista en
la época colonial, el 24 de febrero de 1895,
propició la profundización en la conciencia
nacional, frente a las actitudes de autonomistas y los
sempiternos anexionistas. La muerte en combate de José
Martí, el 19 de mayo de 1895 y del Mayor General Antonio
Maceo, el 7 de diciembre de 1896, resultaron traumáticos
para los patriotas cubanos auque en cierta medida motivó a
la continuidad de la lucha, enfrentados a serios peligros y
amenazas. La primera de ellas el acecho del gobierno de los
Estados Unidos, en busca de la oportunidad propiciatoria para la
intervención y cumplimentar la secularmente anhelada
anexión, todo ello, disfrazado de una retórica
engañosa, supuestamente democrática y solidaria con
el pueblo de Cuba. En la contienda surgen nuevas figuras y otras
consolidan aún más su prestigio, como Máximo
Gómez y Calixto García, por solo mencionar las
más representativas. La campaña invasora del
General Antonio, casi al inicio de la contienda, dejó
asombrado al mundo, por la pericia militar desplegada, no
obstante la desigualdad numérica y logística entre
los dos ejércitos en conflicto. No obstante la llamada
Reconcentración del Capitán General Valeriano
Weyler, que costara la vida de decenas de miles de humildes
campesinos, víctimas del hambre y las epidemias, la
decisión de lucha de nuestro pueblo, al margen de
apóstatas, oportunistas y traidores, se mantuvo firme. El
ejército español, ya en los años finales de
esa década estaba irremediablemente derrotado, carente de
los recursos humanos, materiales y sobre todo morales, para
continuar la contienda. La guerra, extendida ya a todo el
país, permitía prever el fin próximo del
dominio español en Cuba. La promulgación de las
constituciones mambisas de Jimaguayú, el 16 de
septiembre de 1895 y de la Yaya, el 29 de
octubre de 1897 dieron continuidad a la
fundamentación jurídica de la República en
Armas. Ya cercana la victoria, que tanta sangre y sacrificio
costase al pueblo cubano una poderosa amenaza se cernía
sobre nuestro pueblo.

3, 1, 6.- VI período: Primera ocupación
norteamericana. Desde el 1ro de enero de 1899 hasta el 20 de mayo
de 1902. Breve caracterización:

Con taimada paciencia, casi desde su propia
fundación, ya iniciado el siglo XIX, representativas
figuras políticas norteamericanas expresan abiertamente
sus criterios favorables a la anexión de nuevos
territorios, incluida particularmente la entonces colonia
española de Cuba, privilegiada por su estratégica
ubicación geográfica y sus apetecidos recursos
naturales.

La teoría de la fruta madura
formulada por John Quincy Adams así como su
concepción del Destino Manifiesto, que se puede
interpretar como "América para los americanos"
junto a las numerosas gestiones de esa nación
ante el gobierno de Madrid para adquirir mediante
compra el territorio cubano, atestiguan este avieso
proceder. Con ese propósito fomentaron por todos los
medios posibles la corriente política del anexionismo en
la nación caribeña y que alcanzase gran auge entre
1845 y 1865, particularmente entre los ricos hacendados
azucareros cubanos, defensores a ultranza del esclavismo y de sus
intereses económicos de clase.

El 18 de abril de 1898, el Congreso de los Estados
Unidos aprobó la llamada "Resolución Conjunta
(Joint Resolution)" donde se expresaba, en farisaica
retórica, el derecho indeclinable del pueblo cubano de
alcanzar su plena independencia.

Utilizando como pretexto la explosión del
acorazado "Maine" en el puerto de La Habana, en misteriosas
circunstancias, unos meses antes, en febrero del propio
año, se inmiscuyen en la contienda librada por el
Ejército Libertador contra España, cuando esta
estaba prácticamente derrotada, y erigiéndose como
única nación victoriosa, firma el Tratado de
París el 10 de diciembre de 1898. Como supuesta "ayuda" al
pueblo cubano, interviene con sus tropas militares en la colonia
antillana el 1ro de enero de 1899, no abandonando el país
hasta el 20 de mayo de 1902, con la fundación de la
República mediatizada, una vez impuesta a la
Constitución de 1901 la ominosa Enmienda Platt (25)
con el pretexto de salvaguardar sus intereses en nuestra patria.
Patriotas integrantes de la Asamblea Constituyente como Juan
Gualberto Gómez, Manuel Sanguily y Salvador Cisneros
Betancourt se destacan por su rechazo a la misma, desenmascarando
sus verdaderos y espurios propósitos.

3, 2.- II etapa. La República mediatizada. 20
de mayo de 1902 hasta 1ro de enero de 1959.

3, 2, 1.- I período: Las primeras
décadas en la naciente República. Desde el 20 de
mayo de 1902 hasta el 20 de mayo de 1921, toma de posesión
del Presidente Alfredo Zayas. Breve
caracterización:

La fundación de la llamada República
mediatizada o seudo república, pero república al
fin, arrastraba como pesado lastre, entre otras limitaciones a su
real soberanía, la imposición de la humillante
Enmienda Platt, por las autoridades de ocupación y la
"elección" como presidente de Tomás Estrada Palma,
candidato preferido por los interventores, dócil a sus
dictados y que ignominiosamente, caso único en la historia
de Cuba y de cualquier nación que se respete, se vio
urgido a renunciar a su ciudadanía norteamericana para ser
constitucionalmente elegible. Al margen de la escasas
prerrogativas que como nación supuestamente soberana, esta
nos dejara, la economía del país, al influjo de los
vaivenes de las "vacas gordas" y "vacas flacas" queda supeditada
a los intereses de los poderosos inversionistas foráneos;
nuestra cultura de profundas raíces
ético-patrióticas, subsumida en otra muy distinta,
apologetizadora de dudosos valores; se entroniza la más
burda y éticamente reprobable politiquería,
favorecedora de gobiernos no representativos de los intereses
populares; el ejercicio del poder público en medio de
más desenfada corrupción administrativa incentiva
la profundización en la desigualdad social, entre los
polos representados por una élite económica y
socialmente dominante y una gran mayoría configurada por
trabajadores, campesinos, intelectuales, estudiantes y
demás sectores representativos.

José Miguel Gómez (1909-1913) y Mario
García Menocal (1913-1917 y 1917-1921), mandatarios que
suceden a Estrada Palma al frente de la nación,
procedentes del sector más conservador de la alta
oficialidad del Ejército Libertador, se revelan muy
distantes por su turbia ejecutoria, de las aspiraciones martianas
de lo que este concibe como paradigmático modelo de
República. La primacía de las ambiciones
personales, enrumbadas por la más burda
politiquería, entronizada por los partidos electoreros
Liberal y Conservador, provocará constantes conmociones
sociales y revueltas que tiene su deleznable desenlace, en 1906,
cuando Tomás Estrada Palma y su irónicamente
llamado Gabinete de Combate, conminan al Presidente Teddy
Roosvelt a ordenar una nueva intervención (1906-1909), que
en honor a la verdad, en ese momento el gobierno norteamericano
no desea, vistos ya cumplidos sus objetivos más inmediatos
con la aprobación de la Enmienda Platt y la
conversión de nuestra patria de colonia española en
neocolonia yanqui.. Este período marca en realidad un
tránsito de ideas, hábitos, tradiciones, costumbres
e incluso instituciones, conformadas en cuatro siglos de
coloniaje, intolerante, conservador y represivo, traspolado de
una metrópoli rezagada del resto de Europa, respecto a las
esferas socio-políticas y tecno-científicas, a un
nuevo status, al menos jurídicamente, de nación
soberana, que se deja sentir ostensiblemente. Ese reacomodo
propio del contexto epocal constituye un antecedente complejo,
pero acondicionador a futuras transformaciones, tanto de
índole tanto material como espiritual.

A su vez, tales contradictorios y peculiares rasgos,
favorecieron el surgimiento, en medio de la crisis, de destacadas
personalidades en las esferas de la política, la cultura y
otros campos de la producción tanto material como
espiritual que realizaron importantes aportes, desde diversas
posiciones ideológicas, al proceso de desarrollo y
consolidación de nuestra identidad, y que aún
perduran como valioso legado a nuestra ciencia y
cultura.

3,2,2.- II Período: Radicalización del
pensamiento revolucionario cubano. Del 20 de mayo de 1921 hasta
el 8 de mayo de 1935 (asesinato de Antonio Guiteras Holmes).
Breve caracterización:

En el decursar de las dos décadas iniciales de la
República se va configurando una nueva generación,
con sus personales criterios acerca de cómo darle
solución a las acuciantes problemáticas que
enfrenta el país, y fiel defensora de los intereses
populares..

Importantes acontecimientos históricos tienen
lugar en el período, como expresión de la creciente
rebeldía de la juventud a los vicios, insuficiencia, y
lacayismo de los gobiernos de turno, al capital foráneo y
al manejo de los asuntos públicos. Es de destacar la
continuidad de la lucha estudiantil por la reforma universitaria
y la conocida como Protesta de los 13 (26). Asimismo los
sectores obreros y campesinos van adquiriendo conciencia de clase
para sí, lo que tributa a la creación de
sindicatos, organizaciones sectoriales, asociaciones campesinas y
partidos políticos, que desarrollan una activa
oposición a la élite gobernante, salvaguarda de los
intereses de la oligarquía nacional, partidos
políticos tradicionales y los más notorios albaceas
de las instituciones financieras extranjeras, acreedoras de los
créditos otorgados con altos intereses a los gobiernos de
turno. En ese contexto se fundan la Federación Estudiantil
Universitaria (1922) (27) y el Partido Comunista de Cuba
(1925) (28) y se fortalecen las organizaciones
sindicales.

El período presidencial de Alfredo Zayas
(1921-1925) caracterizado por el desenfadado intervencionismo en
la política interna del país, del Enoch Crowder,
fiel cancerbero de los intereses de los bancos prestamistas, que
culmina en la instauración de la sangrienta dictadura de
Gerardo Machado (1925-1933) intensifican la lucha popular y la
notable cualificación de su ideario
revolucionario.

En la etapa final del régimen machadista y
particularmente tras su final derrocamiento por una huelga
general revolucionaria el 12 agosto de 1933, la actividad
mediadora injerencista del embajador norteamericano Summer
Welles, acrecienta en el pueblo sus convicciones
antiimperialistas.

El ascenso al poder de Fulgencio Batista, tras el
triunfo el 4 de septiembre de 1933 del movimiento de clases y
soldados, fraguado en el campamento militar de Columbia, contra
el gobierno provisional encabezado por el político
conservador Carlos Manuel de Céspedes y la antigua
oficialidad machadista, da lugar a una junta de gobierno,
integrada por tres personalidades de ideologías
contrapuestas: la revolucionaria representada por Antonio
Guiteras Holmes; la reformista encabezada por Ramón Grau
San Martín y la evidentemente reaccionaria, liderada por
el sargento-.taquígrafo, auto nombrado coronel, Fulgencio
Batista y Zaldívar, taimado y astuto.

La misma, llamada Gobierno de los Cien Díaz,
ejerce el poder por breve tiempo al ser derrocada Batista, en
enero de 1935, con el apoyo de la embajada norteamericana, quien
fragua asimismo el cobarde asesinato de Guiteras en el Morrillo,
provincia de Matanzas, el 8 de mayo del propio año, cuando
intenta viajar al extranjero para organizar la lucha armada
revolucionaria. Con este deleznable hecho prácticamente se
puede declarar finalizada en lo esencial, respecto al
cumplimiento de los objetivos inicialmente propuestos, la
denominada Revolución de 1933, no así en la
influencia que su ideario ejercerá en futuros
acontecimientos y en el protagonismo de personalidades surgidas
de su seno.

3,2,3.- III período: Componendas
políticas, corrupción administrativa y
represión popular. Desde el asesinato de Antonio Guiteras
hasta el golpe de estado de Batista el 10 de marzo de 1959 Breve
caracterización:

Fulgencio Batista, figura funesta en la historia de
Cuba, se constituye en una pieza clave para la élite de
poder en Estados Unidos, siempre preocupados de sus inversiones
en Cuba, y de sus fieles aliados de la oligarquía
nacional. Hombre sin escrúpulos, desempeña el papel
de demócrata cuando las condiciones del momento lo
aconsejan o de feroz represor cuando resulte necesario a sus
personales ambiciones de poder. Con sus turbias maniobras
politiqueras logra aprovecharse de la miopía
política de la dirigencia de los comunistas cubanos y su
organización política, , que se compromete con su
desgobierno, en alianza con los desprestigiados partidos
tradicionales, que integran una coalición política
que lo apoya tanto para las elecciones a la asamblea
constituyente (1939), como a su candidatura en las elecciones
presidenciales de 1940 e incluso en su gestión en su
primer gobierno (1940-1944). De 1944 a 1952 se suceden los
mandatos de los candidatos del Partido Revolucionario
(Auténtico), Ramón Grau San Martín y Carlos
Prío Socarrás, ejemplos antológicos de
corrupción, promotores del gangsterismo oficializado, la
más ramplante politiquería y la práctica de
un amoral ejercicio del poder. En ese complejo contexto se
consolida la trayectoria revolucionaria de Eduardo (Eddy)
Chibás Ribas, que desde las filas estudiantiles desarrolla
una activa oposición al machadato y posteriormente a
Fulgencio Batista. Vinculado desde su creación, al Partido
Revolucionario Cubano (Auténtico), liderado por
Ramón Grau San Martín, mantiene una activa
participación en la vida política nacional.
Desilusionado por la inmoralidad administrativa que impera
durante su mandato presidencial (1944-1948) crea el Partido del
Pueblo Cubano (Ortodoxo) (1947) al que conduce a niveles nunca
alcanzados de popularidad a partir de su poco usual trayectoria
de líder incorruptible y de crítica
sistemática al robo del erario público y a las
componendas que se fraguan en las esferas oficiales del
autenticismo y que se prolonga en el período presidencial
de Carlos Prío Socarrás (1948-1952). En las filas
de la Juventud Ortodoxa se irán formando los
jóvenes que años después formarían la
Generación del Centenario liderados por el joven abogado
Fidel Castro. Su suicidio en agosto de 1951 mientras pronunciaba
su alocución semanal por la emisora radial CMQ, conocida
posteriormente como "El último aldabonazo", conmociona al
país y propicia, contradictoriamente el retorno al poder,
mediante un execrable golpe de estado, el 10 de marzo de 1952, de
Fulgencio Batista.

3,2,4.- IV período: Entronización del
crimen y la tortura por el batistato. La insurrección
popular contra la dictadura como fragua de un fecundo ideario
revolucionario. Desde el golpe de estado del 10 de marzo de 1959
hasta su derrocamiento, tras el triunfo revolucionario del
primero de enero de 1959. Breve
caracterización.

Varios factores favorecieron la realización del
plan golpista que fraguaba Fulgencio Batista casi desde su arribo
a Cuba, tras su cómodo exilio en Daytona Beach, en Estados
Unidos, a costa del dinero robado al tesoro público
durante su tortuosa estancia en el poder de 1933 a 1944. El
primero de ellos resulta el descrédito de los gobiernos
auténticos (1944 a 1952) y el suicidio del líder
ortodoxo, Eduardo Chibás en agosto de 1951, sin lugar a
dudas, el candidato con más posibilidades de ganar las
elecciones fijadas para el mes de junio de 1952. El desgobierno
del batistato propició el resurgimiento de los
métodos más represivos contra el pueblo y la
oposición solo comparables, y que en ocasiones supera, los
utilizados por Gerardo Machado. La derogación de la
Constitución de 1940 y la realización de la farsa
electoral de 1954 le permite al régimen nuclear a su
alrededor a oportunistas y politiqueros de toda laya. La mayor
parte del período se caracteriza por la utilización
de la lucha armada como instrumento de enfrentamiento a la
dictadura. El frustrado asalto al Cuartel Moncada, en Santiago de
Cuba y el Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, el 26 de
julio de 1953; la criminal represión desatada tras estos
hechos y la intervención del líder revolucionario
Fidel Castro Ruz, en su auto defensa, en el juicio que se le
sigue junto a sus compañeros, en octubre del propio
año, conocido como La historia me absolverá; el
recrudecimiento de la lucha clandestina; la fundación en
1955 del Movimiento 26 de Julio y un año más tarde
del Directorio Revolucionario, liderado por el dirigente
estudiantil José Antonio Echeverría; la llamada
Conspiración de los Puros, protagonizada por
jóvenes oficiales del ejército en 1956; el asalto
al Cuartel Goicuría en Matanzas, por integrantes de la
Organización Auténtica (OA), liderada por Aureliano
Sánchez Arango, el 29 de abril de 1956; el desembarco de
los expedicionarios del Yate Granma, el 2 de diciembre de 1956 y
el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957, son de
grosso modo algunos de los hechos más significativos que
tienen lugar durante el primer lustro de la tiranía.
Aunque no pocos de ellos resultan intentos fallidos, no obstante
permitieron elevar el nivel de conciencia del pueblo que se
solidariza con la lucha armada como la única vía
factible de alcanzar el triunfo frente a una tiranía
apoyada abiertamente por el gobierno de los Estados Unidos. La
consolidación del Ejército Rebelde en la provincia
de Oriente y que a fines de 1958 extiende su esfera de
actividades a la provincia de Las Villas, logra propinar,
conjuntamente con las tropas del Directorio Revolucionario,
derrota tras derrota a los militares batistianos, lo que obliga
al tirano a huir de Cuba con sus secuaces más cercanos en
la madrugada del primero de enero de 1959.

Nacimiento de nuestra
identidad: el reformismo liberal ilustrado

Como expresáramos en nuestro trabajo "Pensamiento
fundacional cubano: utopías y realidades" (Ver
bibliografía):

"Ya iniciado el siglo XIX se percibe la
agudización en la confrontación de intereses entre
los ya identificables como criollos y peninsulares, dada la
oportunidad, aunque limitada, que le brinda a la intelectualidad
cubana, estrechamente vinculada a los intereses de los ricos
hacendados insulares, la imposición del Despotismo
Ilustrado aplicado por el monarca Carlos III y el apoyo del
gobierno progresista en Cuba de Don Luís de Las Casas
(1790-1796). Favorecido por esta coyuntura, muy vinculada a las
vaivenes políticos de la metrópoli, ve la luz
pública en nuestro país, el 24 de octubre de 1790,
el denominado "Papel Periódico de la Havana", considerada
la primera publicación propiamente literaria en la
entonces colonia y que proporciona valiosa tribuna a
representantes destacados de nuestro naciente pensamiento
ilustrado, que exigen reformas políticas,
económicas y educativas, muy distantes aún a los
posteriores afanes independentistas.

Diversos factores propician las peculiaridades de la
etapa, como el surgimiento de procesos políticos de gran
conmoción social. En el campo de las ideas, estrechamente
vinculado a estos hechos históricos, se destaca el
nacimiento de la Modernidad, emblematizada por personalidades
representativas de la Ilustración Inglesa y Francesa de
los siglos XVII y XVIII respectivamente; del discurso
democrático y cuestionador, contenido en los documentos
programáticos y legislaciones jurídicas, inherentes
a las mismas, así como el ideario emancipatorio de los
principales próceres de la independencia americana, con
especial relieve, por su atalayamiento visionario, del Libertador
Simón Bolívar. Es relevante la influencia en el
pensamiento cubano, de los postulados promovidos por pensadores
de la talla de René Descartes (1596-1650), John Locke
(1632-1704), David Hume (1711-1776), Jean Jacques Rousseau
(1712-1778), Denis Diderot (1713-1784) y Étienne Bonnot de
Condillac (1714-1780); del ideario renovador de la
Filosofía Clásica Alemana, en especial de sus
principales representantes Immanuel Kant (1724-1804) y Federico
Guillermo Hegel (1770-1831); las teorías económicas
de los ingleses Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo
(1772-1823) y las prédicas del socialismo utópico o
Socialismo Crítico de Claude Henri de Saint Simon
(1760-1825), Charles Fourier (1772-1837) y Roberto Owen
1771-1858), hasta arribar a mediados del siglo XIX, a la
presencia de los gigantes del pensamiento, Kart Marx y Federico
Engels. Estas corrientes ideológicas, que arriban a
nuestro país con relativo atraso, ejercen una mayor o
menor influencia, dadas las peculiaridades de nuestro desarrollo
socio-histórico y las condiciones extremas de
opresión, conservadurismo y retraso económico del
sistema colonial impuesto a Cuba.

No menos importante, dado su papel propiciador en la
construcción de nuestra identidad cultural y nacional, lo
constituye el impetuoso desarrollo de la industria azucarera y
cafetalera, a partir de la devastación de la
economía haitiana y el incremento consiguiente de la trata
y explotación del trabajo esclavo, que favorecen el
nacimiento de una peculiar burguesía criolla, integrada
por los ricos hacendados y hacedora de su propia intelectualidad,
siempre en busca de un espacio de decisión política
y protagonismo económico, aunque embridada por su
permanente temor a las consecuencias de una sublevación de
la población negra con la consiguiente pérdida de
sus riquezas y privilegios.

Resulta perentorio conocer, para su más plena
comprensión, como la conformación del pensamiento
progresista cubano se matiza por la convivencia de diversas
tendencias políticas, de inevitable basamento
económico y clasista y desigual protagonismo, expresada en
el reformismo, anexionismo, independentismo y autonomismo, los
que contaron siempre con partidarios de determinada
relevancia.

El mismo, no obstante, se gesta en su primera etapa,
a partir del reformismo liberal, cuestionador del escolasticismo,
irracional, teologicista y dogmático, que imperaba en la
colonia, desde su propia conquista y colonización. Era lo
que España nos podía ofrecer, dado su atraso, en
casi todos los órdenes, con respecto a naciones como
Inglaterra, Francia y Holanda, por solo citar las más
representativas. Mientras que los Torquemada campeaban por sus
fueros, en la península; en los otros lares,
florecían las reformas, tanto en la producción
material como espiritual.

El que pudiéramos catalogar como Pensamiento
Ilustrado Cubano, contó con personalidades de singular
relieve en todas las esferas del saber, aunque se destacan por la
universalidad de su pensamiento, que les confiere el
mérito de Padres Fundadores, a los sacerdotes José
Agustín Caballero (1762-1835), Félix Varela y
Morales (1788-1853) y al insigne maestro y humanista José
de la Luz y Caballero (1800-1862). Estos hicieron aportes
significativos a partir de sus personales concepciones
políticas, filosóficas, pedagógicas y
económicas, pero guiados por el amor consensuado a su
patria y una eticidad renovadora. Sus exigencias se centraban en
la racionalidad del pensamiento, opuesto al escolasticismo; la
inserción de los avances científicos en las formas
productivas y el proceso educativo; el cese de la
subordinación del conocimiento al burdo teologicismo; la
apertura a lo más avanzado del pensamiento universal, pero
condicionado en su aplicación, a nuestras peculiaridades;
una constante ocupación por el acceso de la
educación al mayor número de personas,
privilegiando en sus inicios a los hijos de familias criollas
adineradas y posteriormente a sectores más amplios y
secularmente marginados; propender al perfeccionamiento de los
métodos pedagógicos, creación de escuelas de
instrucción elemental y al destierro de las aulas
universitarias de planes de estudio ya obsoletos; el
acompañamiento a las reformas, del pensamiento
filosófico propio, que aunque, inspirado en lo mejor de la
Ilustración europea, no renunciaba a su electismo; no
oponer como enemigos irreconciliables, las creencias religiosas
individuales respecto a la adhesión al progreso
científico; la construcción de una cultura,
asentada en nuestras propias raíces e idiosincrasia; la
utilización de la prensa escrita como medio por excelencia
de divulgación de su ideario, y como factor esencial, una
eticidad forjada en valores irrenunciables, como la justicia, el
patriotismo, la solidaridad y el amor".
(29)

No es posible valorar en su justa medida esa importante
corriente de pensamiento sin concebirla en el contexto
político y económico que genera con sus naturales
matices y complejas contradicciones.

Como corrobora la experiencia histórica,
regularmente se produce, aún en disímiles contextos
epocales y contrastantes diversidades políticas,
económicas y culturales, como precedente a todo proceso de
transformaciones revolucionarias, un surgimiento renovador del
pensamiento progresista, portador de la teoría
consustancial a los cambios inevitables. Cuba no constituye una
excepción.

Nuestra patria, sometida a una metrópoli
colonial, de ostensible atraso socio-económico con
respecto a las naciones europeas occidentales, nos lega sus
instituciones, derecho, tradiciones, hábitos y costumbres,
en una palabra, su cultura, evidente barrera a los aires
renovadores que peculiarizan los siglos XVI, XVII y XVIII. El
escolasticismo transmutado a la colonia antillana, aherroja todo
pensamiento político liberal, filosófico,
científico y pedagógico. La pesquisa inquisitorial
de toda idea progresista se convierte en tarea esencial para la
institución eclesial, supuesta monopolizadora de la verdad
e incondicional del absolutismo monárquico, rebasadas ya
las veleidades del Despotismo Ilustrado, desterrado del imperio
ibérico por Fernando VII.

Como valora Carlos Rafael Rodríguez en su
discurso del 16 de septiembre de 1964…"…es en los
finales de ese siglo
(Se refiere al siglo XVIII. N. del A.)
cuando con la Revolución Francesa y sus repercusiones
en Haití, que dieron fin al emporio de riqueza azucarera y
cafetalera que los franceses habían logrado desarrollar en
aquel sitio distante y también oprimido, surge en las
cabezas de la naciente burguesía rural cubana la idea de
que en el azúcar está el asiento verdadero de la
riqueza….El burgués, sin ser todavía
propiamente cubano y considerándose atado umbilicalmente a
la metrópoli de la cual derivaba beneficios, encuentra en
la sublevación de los esclavos de Haití, la
oportunidad para heredar los mercados azucareros
mundiales…" (30)

Contradictoriamente, esa nueva oportunidad de bonanza
para los ricos hacendados criollos, siembra en ellos un acendrado
conservadurismo político, bajo el constante temor a la
sublevación de los esclavos, que como Espada de Damocles
pende amenazante sobre sus crecientes riquezas, lo que
retardará durante décadas su apoyo a cualquier
intento independentista. De esta forma la ambición
clasista y el anteponer la primacía de los intereses
individuales a los nacionales, retarda significativamente el
inicio del proceso de liberación nacional. Su propia
ambición de ganancias, mediante la desmedida trata y la
indignante explotación de la fuerza de trabajo esclava,
genera nuevas contradicciones en el pensamiento de la naciente
burguesía criolla. . Si consideramos la población
esclava en Cuba así como de negros y mulatos libertos,
desde las décadas finales del siglo XVIII y la primera
mitad del XIX, vemos como esta se incrementa notablemente.
Observemos el siguiente cuadro:

Monografias.com

Estas cifras denotan el creciente aumento del
número de esclavos y de libertos, componentes definitorios
de la población de color, que ya a partir de 1841 rebasa
el millón de habitantes y que en 1861, unos años
antes del inicio de la primera contienda independentista (1868)
supera en varios cientos de miles esa cifra.

Ello acarreará la relativa frecuencia de
sublevaciones de esclavos que en condiciones de cimarrones se
establecerán en los llamados palenques y que
constituirá una constante preocupación para las
autoridades coloniales, y la burguesía esclavista
cubana.

Existen otros datos de interés para interpretar
correctamente los criterios imperantes en el contexto nacional y
mundial, que se reflejará en los representantes de las
diversas clases sociales, acorde a sus propios intereses e
ideologías.

En la época que comprende de 1720 a 1850 se
origina una desigual participación en el comercio mundial
por países y regiones que refleja un asimétrico
comportamiento del desarrollo, en países significativos,
como se expresa a continuación
estadísticamente:

Monografias.com

Mientras resulta obvio el crecimiento de esa
participación en el comercio mundial en otras potencias
coloniales como Inglaterra y Francia, así como en la joven
república norteamericana, resulta obvio el declive del
mismo en España, no obstante la posesión de su
emporio americano, víctima de un secular saqueo. El oro,
la plata y demás valiosos recursos naturales
extraído de sus colonias americanas, solo permiten
incrementar el proceso de industrialización de sus
vecinos.

Mientras el cultivo del tabaco, con escasa
utilización del trabajo esclavo, se convierte en
renglón exportable desde mediados del siglo XVII, a su vez
los antiguos trapiches, particularmente en la región
occidental de la colonia antillana, dan paso a los ingenios con
la aplicación de nuevas tecnologías, como la
maquina de vapor, desde fines del siglo XVIII y las primeras
décadas del XIX

Si la población en Cuba en 1775 era de 149 170
habitantes esta para 1846 se sextuplica.

Mientras que en 1775 el 56,19% de la población
eran blancos y el 43,81% de color ya en 1846 los primeros
constituyen el 47,37% mientras que la población de color
la supera con el 52,63%. (32)

No es de extrañar que en la primera mitad del
siglo XIX se produzcan serias divergencias entre abolicionistas,
anexionistas, reformistas e independentistas, con una
participación creciente de negros y mulatos, esclavos y
libertos, en levantamientos contra las disposiciones de las
autoridades coloniales.

No es dable obviar que la temprana presencia de negros
esclavos en Cuba, desde el propio siglo XVI, debido al genocidio
realizado contra nuestros aborígenes, da inicio a una
práctica inhumana con amplias repercusiones en nuestro
decursar histórico. No escasas de ellas de índole
cultural y otras no menos importantes de carácter
económico, histórico y
sociológico.

El destacado historiador, versado en la temática,
José Luciano Franco, hace alusión en su obra
"Comercio clandestino de esclavos" como ya a fines del siglo
XVIII el jesuita habanero José Julián
Parreño, por atreverse a criticar la trata e incluso la
propia esclavitud como tal, es expulsado de Cuba e incluso
proscritos sus escritos filosóficos.

Otro dato interesante lo aporta Manuel Moreno Fraginals
en su antológica obra "El Ingenio. El complejo
económico social cubano del azúcar" donde afirma
que la primera expedición dedicada con éxito a la
trata, organizada por un criollo, culmina con el arribo al puerto
habanero el 18 de septiembre de 1798 de un barco fletado por
Luís Beltrán Donet, que transportaba 123 infelices
negros traídos de Senegal, que le mereció ser
felicitado por funcionarios de la Real Junta del
Consulado.

Francisco de Arango y Parreño en dictamen
ofrecido al Real Consulado, con fecha 17 de octubre de 1809,
expresa, ante la creciente preocupación de los ricos
hacendados esclavistas, por un lado de que sea suspendida la
trata, y por otro, del perenne temor a una sublevación
negra, similar a la de Haití
que…"…además de ser pública la
grandísima escasez que de este artículo poseen
todos nuestros fundos rurales, nacida de su grande aumento y de
las pequeñas entradas que ha habidos de negros bozales en
estos últimos años, yo pienso que no es a la
introducción de esclavos, sino a su mala
distribución y ninguna policía, de lo que debemos
temer: que los que se destinan al campo no se multiplican tanto,
ni deben causar espanto si se pone algún esmero en
fomentar y ordenar allí la población de
blancos…" (33)

Al indagar sobre las primeras sublevaciones contra las
autoridades coloniales en Cuba debemos necesariamente buscarlas
en los alzamientos de esclavos convertidos en cimarrones y que
lograron establecerse en palenques ubicados en lugares
inhóspitos y apartados algunos de los cuales lograron
enfrentarse con éxito a las tropas enviadas para su
sometimiento.

Como bien valora el historiador Ramiro Guerra…
"…se ha supuesto, generalmente, que la raza africana se
sometió prácticamente sin protesta al
régimen de esclavitud que se le impuso en Cuba, bien
porque el sistema se practicaba en la misma África, porque
el estado de ignorancia en que vivían los esclavos les
hacía desconocer cuanto ocurría en el mundo e
impedía que pensasen en mejorar su triste suerte, porque
el aislamiento y la vigilancia a que estaban sometidos los
privaba de toda posibilidad de coordinar una rebeldía de
conjunto, o porque la degradación política y moral
creada por la misma esclavitud, hecho que Saco daba por cierto,
no sin sentimiento de su parte en su "Examen Analítico",
los reducía a la condición de seres humanos casi
desprovistos de la conciencia de su propio miserable estado. Un
estudio atento de los hechos no permite aceptar esa vulgar
conclusión histórica, repetida frecuentemente sin
ulterior examen. Desde los primeros tiempos de la
colonización, cuando los esclavos introducidos aún
en vida de Diego Velázquez se fugaban a los montes y
peleaban hasta morir, según e! testimonio de los
contemporáneos, hasta el año 1762, en que avanzaban
con sus machetes de calabozo a tratar de clavar los
cañones ingleses durante el sitio de La Habana como pago
de la libertad, el negro, como criatura humana, aspiró a
ser libre, aun al precio de la muerte, siempre que pudo, en el
palenque o en cualquiera otra forma. Después de la
rendición de La Habana a los ingleses como antes de dicho
acontecimiento, en Cuba siempre hubo cimarrones, es decir, negros
libres en abierta lucha con sus dominadores; solo que la perpetua
guerra civil mantenida por los esclavos se juzgaba como un crimen
tal como la metrópoli calificó, en el transcurso de
los años, la insurrección de los cubanos blancos
contra el sistema colonial…" . (34)

Para el también historiador Pedro
Deschamps…"…rebelión y fuga fueron
objetivos permanentes en el diario quehacer de las dotaciones de
esclavos en Cuba. Apenas iniciada la colonización de la
isla, escasamente poblada y con un reducido número de
africanos esclavizados, las crónicas registran, en el
siglo XVI, la primera sublevación. En 1533, el poblado de
Jobabo, en la región oriental, se inscribe en la historia
de Cuba como el escenario de la protesta inicial de los siervos
contra sus titulados amos. Abren este largo capítulo los
negros wolof o yolofes, insumisos, rebeldes, levantiscos, al
decir de las autoridades, y cuya importación se
prohibió por incitar a los indios a
rebelarse.

Nuestros historiadores burgueses, con las excepciones
de rigor, ignoraron o callaron deliberadamente las rebeliones y
consecuentes fugas de los esclavos; en tanto, escribieron
"pasividad", su sometimiento "voluntario" al estado servil, su
acatamiento al "amo". De ahí que quedara encerrado en el
barracón del ingenio o del cafetal el grito del siervo
rebelde. Por otra parte, la anotación o la reseña
de una acción violenta a cabo por el esclavo era aceptar
de hecho el reconocimiento de su inconformidad con la sociedad
establecida, y ello constituía, de por sí,
confirmación de la lucha de clases en una de sus tantas
manifestaciones, como lo constituye, sin duda alguna, el choque
frontal de las ansias de libertad del esclavo contra las
aspiraciones de permanente dominio por parte del amo".
(35)

Muchos son los hechos presentes en nuestra
historiografía que corroboran tales asertos. Tomemos solo
algunos ejemplos:

— En 1677, se rebelan los 275 trabajadores de las
minas de cobre, en Santiago del Prado (El Cobre), Oriente;
armados con chuzos, garrotes y picas, refugiándose en las
montañas cercanas, estableciendo un palenque cuya historia
recoge el profesor José Luciano Franco en La
rebelión de los cobreros
.

— En 1798 se produce el alzamiento de las dotaciones
de esclavos en los ingenios de don Sebastián
Peñalver, en el Mariel, y en el Nueva Holanda, de don
Nicolás Calvo, en Güines, así como en el
ingenio de Ponce de León, corral de Santa Cruz, a diez
leguas al sudeste de La Habana; sublevación de esclavos
carabalíes en la jurisdicción de Puerto
Príncipe.

— En 1815 los cimarrones del palenque de Sigua
invadieron las haciendas, potreros y cafetales del partido de
Limones.

La región oriental, por sus
características topográficas, contó con
numerosos refugios de cimarrones, que constituyeron un reto al
sistema esclavista e, igualmente, sucedió en la llamada
Vueltabajo, que, a pesar de ser región más llana,
permitió el establecimiento de palenques, principalmente
en zonas cenagosas.

— En el año 1819 los cimarrones de un
palenque cerca de Santiago de Cuba se sublevaron bajo
el grito de Tierra y libertad. Su
líder Ventura Sánchez fue sorprendido por
un grupo de rancheadores en diciembre de 1819, por lo que
prefirió darse muerte antes que ser apresado.

Igualmente en la región occidental, son
frecuentes la fuga de esclavos convertidos en cimarrones y no
pocos de ellos en "apalencados".

— Según refiere Don Fernando Ortiz en su
antológica obra "Los negros esclavos" se producen en 1835
levantamientos de esclavos en Jaruco y Matanzas, como los
ocurridos en el ingenio Carolina y en el cafetal
Burato.

— El 12 de julio de dicho año los trabajadores
de la tenería del catalán D. José
Xifré, en crecido número, protagonizan una
revuelta, dirigidos por Hermenegildo Jáuregui, conocido
por Taita Hermenegildo

— El 25 de julio de 1838, 27 esclavos pertenecientes a
la dotación del cafetal La Ciarita, propiedad de D.
José Mazorra, escenificaron una violenta protesta contra
el trabajo impuesto por el mayoral. y el contramayoral. Los
sublevados estaban conformados por diversas etnias como:
gangás, minascriolloslucumíes,
congos y mandíngas.

—El 8 de abril de 1844, 33
trabajadores lucumíes, de la misma
tenería de Xifré, liderados por los esclavos
conocidos como Ramón y Nicasio protagonizaron una revuelta
con el propósito expreso de alcanzar su libertad. Por la
declaración de Salvador, esclavo de
nación ganga, Nicasio, Ramón y
Cristóbal ejercían gran influencia sobre los
demás porque hacían uso de la que llamaban
"brujería".

— En 1880, se cierra la etapa esclavista con la
Sublevación del ingenio "San Jacinto" en Cabañas,
Pinar del Río.

De acuerdo a la Ley con fecha 17 de mayo de 1867, en la
que se establecen normas para la represión y castigo del
tráfico de esclavos, llega a Cuba el último barco
que transporta negro esclavos.

En 1880 España decreta la llamada Ley del
Patronato, que mantiene la servidumbre bajo nuevas formas
igualmente explotadoras e inmorales. En definitiva la
metrópoli se ve obligada por las peculiares circunstancias
de la época por Orden Real de la Reina Regente
María Cristina a suprimir el denominado sistema del
patronato, lo que determina la abolición formal de la
esclavitud.

Nuestros Padres
Fundadores: las ideas que nos sustentan

En el complejo contexto en que les corresponde vivir,
donde coexisten tendencias ideológicas que reflejan las
contradicciones epocales, el ideario ético-político
de los justamente reconocidos por José Martí como
los Padres Fundadores, sirve de basamento al nacimiento de
nuestra identidad cultural y nacional, en ininterrumpido proceso
de formación, consolidación y
desarrollo.

Su pensamiento, aunque signado por diferentes matices,
desde el reformismo, el anexionismo hasta el independentismo, nos
revelan ya del nacimiento del sentir como criollos que transita
gradualmente a la asunción a la más plena
cubanía, con sus peculiares intereses y necesidades de
clase.

5,1.- José Agustín Caballero
(1762-1835)

Maestro de Varela y tío materno y preceptor de
Luz, José Agustín Caballero, promotor del
reformismo liberal en nuestra patria, de creencias religiosas
profundamente arraigadas en una acendrada eticidad, al margen de
sus vínculos con la clase privilegiada, trazó el
camino, con su conducta ejemplar, a una juventud
escudriñadora de su propio futuro, ejercitándola en
el deber de pensar con cabeza propia, liberada de tabúes
obsoletos, que obstaculizaran la búsqueda del conocimiento
científico y el cultivo de un acendrado
patriotismo.

En el siguiente escrito del sacerdote José
Agustín Caballero
uno de los fundadores del
pensamiento filosófico cubano y personalidad relevante del
Reformismo Ilustrado de fines del siglo XVIII, no obstante su
pertenencia a la ideología de los ricos hacendados, se
vislumbra su rechazo a la esclavitud, en ocasiones disfrazada en
lenguaje conciliador y contradictorio cuando expresa
como…"…no es mi ánimo hacer una
descripción patética y horrible de estos calabozos,
ni poner en sus coloridos sangrientos, para pintarlos más
crueles que mazmorras de mahometanos: ya se ve que siendo
prisioneros no pueden aspirar un olor santo, ni tener camas de
rosas; pero al mismo tiempo que proscribe su práctica, me
guardo de acreditar con mi pluma las imposturas que se han
elevado a la Corte representándonos más crueles que
con los cristianos, los enemigos antiguos del nombre de
Jesús….".

Al describir los mismos expresa
como…"…estas prisiones son muy malsanas; el aire
demasiado craso e impuro de tales encierros, las espurcicias que
exhalan los cuerpos negros, el gran calor, la vecindad a la casa
de calderas, los excrementos que dejan, todo esto produce efectos
perniciosos e influye mucho en su salud. Yo he visto sacar uno
sofocado del calabozo, vivir muy pocas horas y expirar sin
confesión. Cuando he visto a estos miserables que,
después del peso del día, haraposos, encadenados, y
tal vez hambrientos, bajan las escalerillas de la casa de
molienda para entrar en su prisión, no he podido menos que
volver el rostro para no mirarlos, horrorizado de que los
antiguos nos dejasen esta práctica. Práctica nociva
que a la madrugada les extrae de aquellos lúgubres
encierros, y exhalados en sudor, abiertos los poros, los saca al
campo, al aire húmedo, al frío y les produce
constipaciones, pulmonías, dolores pleuráticos que
acaban con ellos y nuestro dinero. Tan tristes efectos y el
clamor de estas infelices víctimas de la malicia humana
(que así los llamo porque creo es la esclavitud la mayor
maldad civil que han cometido los hombres cuando la
introdujeron)". (36)

Éste también se destacó por sus
críticas al escolasticismo como concepción
filosófica, que subordinaba el papel de las ciencias al
teologicismo más burdo y conservador.

Para Caballero… "…una ciencia que no
contiene más que frívolas cuestiones sin decidir
las que parecen importantes, sino únicamente con
probabilidades apoyadas sobre hipótesis, solo puede ser
útil a un pequeño número de ignorantes,
siendo como imposible que extienda sus límites, porque el
deseo de saber que nace con el hombre, naturalmente lo condujo
hacia la verdad y por lo mismo todo lo que carezca de ella no le
puede fijar la atención. Cerca de veinte siglos no fue
otra cosa la Física, que un ridículo laberinto de
sistemas apoyados unos sobre otros, y por lo común
opuestos entre sí. Cada filósofo se creía en
la obligación de formar uno nuevo, y con esa multiplicidad
de errores redundaba en descrédito de las opiniones
filosóficas. Se añadirá a estos que los
profesores de esta ciencia ponían particular cuidado en
producirse con expresiones enigmáticas que solo
ofrecía ideas confusas, inteligibles únicamente a
los que querían convencerse, no por razón, sino por
capricho. Los maestros se valían en sus explicaciones de
palabras, que carecían de sentido y una docilidad mal
entendida las admitía ciegamente, sin más
razón que porque se introducían".
(37)

La escolástica imperaba incluso en los planes de
estudio y metodología educativa en la enseñanza
universitaria. Para el filósofo, profesor e investigador
cubano Pablo Guadarrama…"…aunque la Real y
Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana fue la
décima en América en fundarse por el poder colonial
español en 1728 en el convento dominico de San Juan
de  Letrán,  ya con anterioridad existían
 varias expresiones de educación superior en el seno
de algunas de las órdenes religiosas establecidas en la
Isla. Uno de los primeros antecedentes de la necesidad  de
crear una universidad en La Habana data de la solicitud con ese
fin  del dominico Fray Diego Romero presentada en 
1670. Aunque no fue negada, tampoco fue propiciada de inmediato.
Una segunda solicitud infructuosa también fue
posteriormente procurada en 1688  por el teniente Luis de
Soto. Solo en 1717 el dominico Bernardino de Membrive
retomó  la gestión realizada en 1700 por 
el también dominico Diego de la Maza, que tuvo mayor
efecto. Una expresión de las obstáculos que
encontró dicha fundación en algunos sectores de la
Iglesia puede apreciarse en el hecho de que no obstante haber
otorgado el Papa Inocencio XIII en 1721 un Breve Pontificial,
 por la cual autorizaba al Convento de San Juan y
Letrán  a otorgar grados académicos, hubo que
esperar hasta el 5 de enero de 1728, para  solucionar 
los aplazamientos  presentados por el Obispo Fray
Jerónimo Valdés, para poder inaugurar la
Universidad oficialmente aunque hubo que esperar hasta el 23 de
septiembre de ese año  para  su
confirmación y  aprobación final".
(38)

Para los investigadores y profesores universitarios
doctores Enrique Sosa Rodríguez y Alejandrina Penabad
Félix en su enjundiosa obra Historia de la
educación en Cuba…"….como resultado de la
fundación en 1728 de la Real y Pontificia Universidad de
San Gerónimo de La Habana y del significado de esta,
transformada en 1842 en Universidad Literaria, para la historia
social, política y cultural de Cuba, la enseñanza
superior recibió siempre mayor atención de los
investigadores que los niveles primario y secundario de la
educación. […] No obstante, desde los inicios, su
existencia fue bastante conflictiva a causa del género de
estudios imperantes por sus Estatutos; nació en pleno
siglo XVIII el de las luces como universidad de hechura medieval
atrasada para la época, no sólo por su
proyección escolástica y dogmática sino por
hallarse completamente desvinculada de los requerimientos
socio-económicos de la colonia. En la Universidad de San
Gerónimo, como en los seminarios existentes en la isla,
los textos continuaron siendo las Sagradas Escrituras, los
escritos de los Padres de la Iglesia, Aristóteles o la
Summa de Santo Tomás. El griego Galeno (131-210)
predominaba en Medicina y en Derecho, los Códigos del
emperador Justiniano, cuyo gobierno había concluido desde
el año 561 d.n.e. En el siglo XVIII la Universidad
habanera no poseía cátedras de Matemática,
Física y Química y toda la enseñanza se
impartía en latín" (39)

Al respecto el propio José A. Caballero valora en
su discurso pronunciado en la Clase de Ciencia y Artes de la
Sociedad Patriótica de La Habana, el 6 de octubre de 1795
y publicado posteriormente en el Papel Periódico de la
Havana con el título "Sobre la reforma de los
estudios universitarios" que…"… el sistema
actual de la enseñanza pública en esta ciudad,
retarda y embaraza los progresos de las artes y ciencias, resiste
el establecimiento de otras nuevas, y por consiguiente en nada
favorece las tentativas y ensayos de nuestra clase. Esta no es
paradoja; es una vergüenza clara y luminosa como el sol en
la mitad del día. Más confieso
simultáneamente que los maestros carecen de
responsabilidad sobre este particular, porque ellos no tienen
otro arbitrio ni acción que ejecutar y obedecer. Me atrevo
a decir en honor a la justicia que le es debida, que si se les
permitiese regentear sus aulas libremente sin previa
obligación a la doctrina de la escuela, los jóvenes
saldrían mejor instruidos en la latinidad,
estudiarían la verdadera filosofía,
penetrarían el espíritu de la iglesia en sus
cánones y el de los legisladores en sus leyes;
aprenderían una sana y pacífica teología,
conocerían la configuración del cuerpo humano,
saber curar sus enfermedades con tino y circunspección y
los mismos maestros no lamentarían la triste necesidad de
condenar sus propios juicios y explicar contra lo mismo que
siente. ¿Qué recurso le queda a un maestro, por
iluminado que sea a quien se le manda enseñar la latinidad
por un escritor del siglo de hierro, jurar ciegamente las
palabras de Aristóteles y así en las otras
facultades? (40)

Partes: 1, 2, 3, 4
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