Monografias.com > Historia
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Despertar de la conciencia nacional cubana (1902-1925)




Enviado por Ramón Guerra Díaz



  1. Resumen
  2. Desarrollo

Resumen

En medio de la frustración nacional por el
resultado de la guerra de independencia de Cuba y la
intervención norteamericana en esa guerra, el ideario
nacional se va recomponiendo alrededor de las ideas
antiimperialistas de José Martí el más
preclaro de los pensadores cubanos, dando lugar a la
radicalización de la nueva generación que inicia su
protagonismo en la década del 20 del siglo XX, por gusto
conocida como la "Década Crítica" en
Cuba.

Desarrollo

Desde la inauguración de la república
despuntan en el ambiente político cubano dos posiciones
orientadas por las ideas predominantes a fines del siglo XIX. El
pensamiento reformista sigue vivo de forma solapada o abierta en
la posición de la oligarquía criolla, transformada
ahora en defensora de la república neocolonial, controlada
por los Estados Unidos, convencidos de la incapacidad de los
cubanos para gobernarse y de que solo ellos con el apoyo de los
Estados Unidos podían garantizar sus intereses. A esta
posición se sumó la burguesía comercial
española establecida en el país y que había
mantenido posiciones integristas hasta el último momento
de la ocupación española.

Frente a este bloque antinacional se levantan las ideas
independentistas, fuertemente arraigadas en los hombres y mujeres
que habían combatido y en el pueblo humilde que los apoyo
durante estos cruentos años. Por las fuerza de este
sentimiento se frustra la anexión y se crea la
"república posible" en aquellas circunstancias, marcada
por la Enmienda Platt y el entreguismo de los más ricos,
que deja en la sociedad cubana un estado de frustración
que marcará todo el período.

Entre las figuras del pensamiento cubano del momento
están Manuel Sanguily y Enrique José Varona,
quienes marcan la pauta en la defensa de la nación cubana.
Sanguily desde el senado de la República y con su
prestigio como intelectual de Cuba, defiende el derecho ciudadano
y de la nacionalidad en peligro frente a las presiones de los
intereses de los Estados Unidos y sus servidores en
Cuba.

Desde su curia senatorial Sanguily expone su punto de
vista como defensor del libre cambio ante las presiones y trabas
del Tratado de Reciprocidad Comercial entre Cuba y los Estados
Unidos, su argumento fundamental estaba, en que dicho tratado
exigía a Cuba más de lo que recibía, al
tiempo que impedía a la Isla un comercio libre con el
resto del mundo.

Frente a él, defendiendo el Tratado, estaba el
bloque oligárquico antinacional encabezado por el senador
Antonio S. de Bustamante, quien arguyó que el Tratado daba
a Cuba mercado seguro, permitiéndole recuperarse
económicamente y afianzar su independencia.

Sanguily se proyecta como el líder de
nacionalismo liberal burgués en nombre de cual presenta un
proyecto de Ley en aquella primera legislatura cubana, que
impedía la venta de tierras a extranjeros, porque
"(…) sin duda ninguna, el predominio social primero y
seguidamente el predominio y la dirección en la esfera
política, en todas partes, corresponden a los
dueños y señores de la
tierra"[1].
Con su proyecto no solo
pretendió poner fin a la apropiación del suelo,
sino impedir el dominio de los extranjeros sobre la
población que en ellas vivía. El proyecto ni
siquiera fue discutido por el senado.

Fue un convencido antimperialista, sabedor como era de
que el principal problema cubano era la independencia de los
Estados Unido, "(…)el problema de la reciprocidad,
como el problema nacional, el problema fundamental de la vida
económica y de la vida independiente de los cubanos,
está íntimamente relacionado con el problema de los
trusts americanos. Primero poco a poco, y ya con rapidez
alarmante nos invaden esas asociaciones, como pulpos inmensos que
se empeñan en recoger en sus tentáculos para ahogar
nuestra personalidad
(…)"[2]

Manuel Sanguily luchó contra la Enmienda Platt y
contra el complejo de frustración que cundió en las
masas y en lo mejor de la intelectualidad, propugnando siempre
una política comprometida con las tradiciones
históricas y de beneficio al país, sin ganancias
personales, alejando de la actitud que se generalizó entre
los políticos contemporáneos.

Enrique José Varona fue el intransigente maestro
de los cubanos, demócrata y libre pensador, que no
transigió con el despotismo, mostrándose siempre
como un pilar de la nacionalidad cubana, era la gran figura del
pensamiento filosófico cubano del período, maestro
en lo cívico y en lo cultural, reformador docente y hombre
profundamente democrático y liberal.

Es un pensador en constante renovación,
positivista crítico que madura en sus concepciones
filosóficas en la medida que entra en contacto con las
nuevas ideas, evolucionando hacia posiciones materialistas. Por
estos años llega a destacar la importancia del factor
económico en el desarrollo social y critica al marxismo
partiendo de las tesis tergiversadas de la concepciones
materialistas de la historia que él conoce: "La
teoría marxista que hace depender toda la evolución
social del factor económico no es sino una
exageración de un hecho cierto. Las necesidades
económicas y las actividades que estas ponen en juego no
constituyen el único motor de los fenómenos que
presenta una sociedad humana; pero si están en la base de
los más aparentes y decisivos"[3]
En
base a ello analiza los problemas de la nación cubana y
plantea que él veía en la estructura
económica del país las causas de sus
inestabilidad[4]Estos criterios lo alejaban del
positivismo y lo acercaban a las posiciones
materialistas.

En cuanto al tema de las luchas de clase no las
entendió como motor impulsor del progreso social,
ateniéndose a la tesis positivista del progreso social a
partir de la educación y los sentimientos humanos, aunque
reconoce las clases y la existencia de luchas de clases pero como
"combates naturales", tomando como Ley Social Fundamental la
"evolución incesante" o "adaptación continuada a
las circunstancias", como los organismos vivos.

En el período final de su vida Varona hace una
negación dialéctica de muchos de sus criterios
anteriores, aunque no rompe del todo con el positivismo,
condicionado por los avances de la sociedad se produce en
él un gran acercamiento al materialismo.

Fue un nacionalista consecuente, defensor de la
identidad nacional, enemigo de la corrupción republicana y
partidario de la constitucionalidad. Su civismo incomodó a
los politiqueros, así como a los intereses entreguistas y
extranjeros frente a los cuales mostró su
antiimperialismo, por lo que este significaba para la
independencia nacional.

El fenómeno imperialista es analizado por
él desde fechas tempranas, ("El imperialismo a la luz de
la sociología", 1905) ensayo donde desarrolla una serie de
estudios sobre la esencia de las relaciones de dependencia
neocolonial de Cuba con respecto a los Estados Unidos. Su
análisis del imperialismo parte de la definición
del fenómeno, de país expansivo y dominante sobre
otro. Resalta las raíces latinoamericanas de Cuba y
advierte del peligro de la dependencia de la economía de
Estados Unidos, recomendando la diversificación comercial
y las relaciones con todo el mundo.

Soñó con una República burguesa
orientada por el liberalismo económico y político,
preocupado por el bienestar del pueblo. Un estado honesto y
eficiente. Comprendió el peligro del monocultivo y la
dependencia de un mercado único, aboga por la
diversificación que le permitiera al país la
autosuficiencia agrícola e industrial.

Enrique José Varona es el más importante
pensador del período, el cubano que de manera más
acabada aborda problemas filosóficos y sociales. Hizo
análisis y crítica a concepciones y corrientes
filosóficas, como el neokantismo y el neohegelianismo;
ante problemas fundamentales de la filosofía tomó
posiciones materialistas, realizó importantes estudios
sobre ética y estética; hizo fuertes
críticas a la religión y fue un profundo pensador
social. Por todas estas razones Varona constituye uno de los
más altos exponentes de la filosofía burguesa en
Latinoamérica, progresista y muy significativo para la
cultura cubana.

En 1905 las fuerzas nacionalistas se agruparon en torno
al Partido Liberal que contaba con el apoyo de Máximo
Gómez, Bartolomé Masó y Juan Gualberto
Gómez y tenía como líder a José
Miguel Gómez. El Partido Liberal bajo consignas populistas
y demagógicas agrupó a la burguesía
nacionalista y las clases medias, junto a las masas de
trabajadores y la discriminada población negra,
esperanzados de que con la llegada al poder de los Liberales
mejorara su crítica situación económica y
social. Los dirigentes del partido coquetearon con las ideas
martianas y con un programa de débil nacionalismo ganaron
las elecciones de 1909, solo para demostrar que no eran capaces
de enfrentar al bloque oligárquico y a los Estados Unidos
y que su objetivo era solo el poder y el presupuesto
público que esquilmaron bárbaramente. El Partido
Liberal se agota como opción política,
desgajándose de él las fuerzas populares, primero
los negros que se nuclearon en el Partido de los Independentistas
de Color y luego los trabajadores que entendieron que aquellas
luchas políticas no le darían ningún
beneficio. Ellos formaron la base del bloque anti
oligárquico del período.

El Partido de los Independentistas de Color liderados
por Estenoz e Ivonet parten del justo reclamo de este sector de
la población cubana porque se satisficieran sus demandas
de igualdad y justicia social, reclamos que hubieran promovido un
fuerte movimiento nacional de lucha social, de no haber estado
limitado a la raza negra, lo que constituyó su punto
débil y pretexto de la reacción oligárquica
para desacreditarlos y reprimirlos de forma
sangrienta.

Con el inicio de la Primera Guerra Mundial se produce
una demanda muy alta de productos alimenticios y otros insumos,
entre ellos el azúcar que mediante una gran
especulación alcanzó altísimos precios en
poco tiempo, este repunte de los precios del azúcar
repercutió en la economía monoproductora de Cuba y
provocó un auge de las inversiones y un alza en la
producción de este producto. Las grandes ganancias de todo
lo que tenía que ver con la producción azucarera
trajo un período de bonanza económica conocido como
"danza de los millones " o período de las "vacas gordas "
que tuvo su drástico fin al término de la guerra 11
de noviembre de 1918, y la brusca caída de los precios del
azúcar lo que originó la crisis de 1920-1921, cuyos
efectos inmediatos fueron la quiebra bancaria y la ruina de los
propietarios nacionales en beneficio de los financistas de
Estados Unidos, pero que se hizo sentir con más fuerza en
los sectores humildes de la sociedad cubana que perdieron el
sustento de sus familias en un duro período
económico conocido como "de las vacas flacas".

El desarrollo de la crisis coincide con la llegada al
poder del presidente Alfredo Zayas, y con el protagonismo de
nuevas fuerza políticas y sociales conformadas
principalmente por los jóvenes, desinhibidos del
derrotismo y la frustración de las fuerzas que
habían hecho la guerra independentistas o aquellos que de
una forma u otra habían estado por la independencia real y
renovaban su compromiso junto a las fuerzas nuevas en este
proceso conocido en nuestra historia como el "despertar de la
conciencia nacional" frente a las poderosas fuerzas de la
oligarquía nacional entreguista y los monopolios
extranjeros, principalmente norteamericanos.

En diciembre de 1922, a la luz de las reformas
universitarias que están produciéndose en
América Latina y como parte de los nuevos tiempos que vive
el país, el joven estudiante de derecho Julio Antonio
Mella funda la Federación Estudiantil Universitaria (FEU)
y pasa a destacarse como líder de esa generación al
encabezar en enero de 1923 la huelga estudiantil que ocupa la
Universidad de la Habana y obliga al gobierno de Zayas a crear la
Asamblea Universitaria, integrada por 30 profesores, 30 graduados
y 30 estudiantes, facultada para elegir al Rector, modificar los
estatutos y los planes de estudios del alto centro docente al
tiempo que reconoce la personalidad jurídica de la
FEU.

Julio Antonio Mella McFarland (1903-1929) matricula a
los 19 años en la Universidad de La Habana como alumno de
Derecho y Filosofía y Letras, sobresaliendo por sus dotes
de líder y en las prácticas estudiantiles. En 1922
participa en una manifestación contra la Enmienda Platt,
destacándose por sus posiciones martianas y
antiimperialistas, así como una rápida
identificación con el movimiento obrero.

Monografias.com

Es el líder de los estudiantes universitarios y
creador de su organización la FEU, del Congreso Nacional
de Estudiantes y de las luchas por la Reforma Universitaria.
Mella fundó, además, el Ateneo José
Martí -dedicado a estudiar la obra del Maestro- y la
Universidad Popular José Martí -para trabajadores-,
las revistas "Alma Mater" y "Juventud", así como el Grupo
Renovación de estudios marxistas. Durante 1924 crea la
Federación Anticlerical de Cuba y el periódico "El
Libertador" y en julio de 1925, la sección cubana de la
Liga Antiimperialista de las Américas y el Instituto
Politécnico Ariel.

La "Protesta de los Trece"[5], encabezada
por Rubén Martínez Villena, tuvo por móvil
el rechazo a la corrupción gubernamental, algo que era
consuetudinario a todos los gobiernos de la República
después de la segunda intervención. La escena
política republicana sólo había contado
hasta el momento con caudillos y políticos corruptos, un
pequeño grupo de patriotas en oposición
crítica y un incipiente movimiento obrero, así como
diversas formas de protesta desde huelgas, sublevaciones, hasta
el bandidismo. Este viril acto de rechazo a la corrupción
estatal la encabezan un grupo de intelectuales jóvenes que
luego formarían la base del "grupo minorista" que
encabezó estos enfrentamientos contra la corrupción
y por la dignificación de la sociedad y sus instituciones,
con un amplio temario y con influencia en amplios sectores de la
sociedad cubana. Esto contribuyó al desarrollo de una
tendencia independentista de inspiración martiana y
más tarde antimperialista.

Dos hechos trascendentes ocurren en 1925: del 2 al 7 de
agosto nace la Confederación Nacional Obrera de Cuba y el
día 16 del mismo año, el Partido Comunista fundado
por Mella y el socialista Carlos Baliño, entre otros, que
pronto es ilegalizado, procesados sus líderes y
perseguidos sus integrantes.

Del 2 al 6 de agosto de 1925 se reúne en la
ciudad de Camagüey el congreso obrero que acordó la
fundación de la Confederación Nacional Obrera de
Cuba (CNOC), la cual agrupó en forma unitaria a los
representantes más honestos de las organizaciones
sindicales de diferentes ideologías del país.
Asistieron 160 delegados de 128 organizaciones. Su convocatoria
fue impulsada en mayor medida por la Federación Obrera de
La Habana, encabezada por Alfredo López, que había
constituido en 1921 un primer paso de unidad al agrupar a unas 29
organizaciones.

Alfredo López (1894-1926) era un obrero
tipográfico nacido en Sagua la Grande y que
desarrolló una activa vida en las organizaciones
sindicales de la época, se inició en la
Asociación de Tipógrafos y fue un factor importante
en la creación en la Federación Obrera de La Habana
(1921) y luego en la creación de la CNOC. Su
identificación ideológica con el anarcosindicalismo
no le impide simpatizar con las ideas socialistas y
antiimperialistas que se gestaban en Cuba en esos momentos. Desde
1923 conoce y colabora con Julio Antonio Mella.

Los trabajadores enfrentan el reto de la fuerte
emigración extranjera, fundamentalmente española y
antillana que desnacionaliza este importante grupo social,
alejándolo de los problemas políticos y sociales
del país y centrando sus demandas en las conquistas
económicas, parciales y sectoriales; liderados en este
empeño por los sectores anarquistas de influencia europea.
Esta situación particular del movimiento obrero cubano
influyó en el afianzamiento entre ellos de apoliticismo y
economicismo, propios de las corrientes anarquistas, por lo que
las ideologías de izquierda tuvieron muy poca influencia
entre los trabajadores cubanos.

Las ideas marxistas llegan con Carlos Baliño
(1848-1926), obrero tabaquero y revolucionario que toma contacto
con estas ideas en los Estados Unidos a fines del siglo XIX.
Baliño militó en el Partido Revolucionario Cubano
en el "Club Enrique Roig" de Tampa conformado por obreros
tabaqueros que al decir de Martí, "(…)pensaron
naturalmente con las ideas rebeldes e iracundas, por causas de
actualidad, de los que trabajan y padecen y aspiran como ellos;
entre los que, por serles familiar la lengua, leyeron de la
justicia nueva lo traducido y confuso que anda de ella en
español, sin calma ni hábito ni guía para
buscar las fuentes rusas y alemanas a la traducción
infeliz ni ver en qué se acomodan las ideas generales a la
realidad criolla, y en qué es ésta diferente, e
idea por sí, y requiere ira menor y métodos
diversos(…);"[6]

Al final de un artículo dedicado a este Club en
el periódico "Patria"[7] José
Martí hace referencia a Baliño: "En el club
"Enrique Roig", Segade preside, Baliño razona, Izaguirre
entusiasma, todos, como decía Baliño en noche
memorable, "ponen tan alta la bandera de Cuba, que, por mucha ira
que revuelva a sus pies la pasión del hombre, jamás
llegue a la bandera el fango
humano"[8]

Baliño dedica su vida a la propaganda marxista y
la organización del movimiento obrero, al término
de la guerra regresa a Cuba, en 1903 publica el folleto,
"Verdades socialistas", el primer impreso marxista en Cuba en el
que Baliño incurre en algunas inexactitudes
teóricas, por el poco conocimiento de las fuentes directas
del marxismo, pero en general se ajusta a ella. El alcance del
marxismo es muy limitado en este período, principalmente
entre grupos de obreros de La Habana y sus alrededores, que
tenían muy poco o ningún contacto con las fuentes
del marxismo, escasamente traducidas en la
época.

Las ideas socialdemócratas también
comienzan a ser difundidas en el país teniendo a Diego
Vicente Tejera como su precursor. Tejera propugna un socialismo
humanitario, más intuitivo que científico, que no
encontró terreno propicio en un país con escaso e
inmaduro movimiento obrero

Entre los sectores cultos de la sociedad cubana
predominó la frustración en este período
ante la situación creada en la República
neocolonial: una economía en manos extranjera y una
oligarquía entreguita, con un sector político
interesados en esquilmar el erario público en beneficio
propio. En medio de este ambiente surgen las voces
críticas entre los intelectuales, muchos de ellos
publicando denuncias y proponiendo soluciones en ensayos que se
publicaron en revistas especializadas de la época,
"Revista Bimestre" (1910) dirigida por Fernando Ortiz y
más tarde "Cuba Contemporánea" (1913-1927), en
torno a la cual se nuclearon intelectuales preocupados por los
problemas de Cuba. En ella publicaron los más destacados
intelectuales de esta generación y de las anteriores,
entre ellos, Max Henríquez Ureña, Enrique Gay
Carbó, José Antonio Ramos, Regino Eladio Boti,
José María Chacón y Calvo, José Sixto
Solá, Luis Rodríguez Embil y Enrique José
Varona. El afán de este grupo no terminó en
acción política concreta dado su pesimismo
frustrante, pero su acción fue válida para
descorrer el velo sobre la realidad y conocer el
problema.

El escritor mulato de Santiago de Cuba, José
Manuel Poveda se revela no solo como poeta sino como un
observador crítico de su época, reflejándola
desde su condición social de marginado e inadaptado en un
sistema que lo enajena y frustra:

"Después de todo sería inútil:
no podría prescindir de mi mismo. Y por ahora, no hay
realmente acción posible. Estamos aherrojados por dobles
cadenas. Nos somos independientes. No somos sino una
factoría colonial, obligada a trabajar, y a dar su cosecha
y su fruto compelida por el látigo. Estamos desorganizados
y envilecidos como una mala mesnada; no podemos defendernos. Un
soplo de dispersión a barrido las conciencias, y todo
cuanto había de dignidad, pureza y valentía en las
conciencias; un soplo de desilusión ha disgregado todas
las energías creadoras del alma nacional. Somos la sombra
de un pueblo, el sueño de una democracia, el ansia de una
libertad. No existimos."[9]

Su rebeldía trató de encontrar una
vía de acción a través del Grupo Nacional de
Acción de Arte, grupo intelectual que aspiraba a preservar
los más altos valores de la cultura nacional, como premisa
para formar una patria nueva aupada sobre el pensamiento
revolucionario de Antonio Maceo que había critica a los
autonomista el tipo de sociedad que precisamente se
enseñoreaba en la República de los primeros
veinticinco años, una sociedad exclusivista, que no daba
participación a los humildes, ni permitía que la
independencia fuera total.[10]

La claridad del pensamiento de Poveda queda en sus
escritos[11]como continuador de esta línea
de pensamiento de frustración y rebeldía ante la
realidad que vive, por eso se expresa en términos duros y
amargos, aunque sin encontrar solución:

"La intervención extraña, frustrando
el sacrificio frustró la patria. "Entre nosotros" hay
distancia y, "sobre nosotros" influencias. Se frustró el
sacrificio y solo han triunfado los autonomistas. La Paz de San
Juan[12]equivale a la Paz del
Zanjón[13]Con la diferencia de que en
Baraguá no ha protestado nadie esta
vez"[14]

Este es el revelador testimonio de un hombre
"(…) que expresa, (…) el estado de
incertidumbre y malestar en el que se debatía la
conciencia nacional de 1912 a 1923, más allá de las
pasiones partiditas de la
época"[15]

 

 

Autor:

Ramón Guerra
Díaz

 

[1] Historia de la Nación Cubana. Tomo
VIII, pág. 276-277

[2] Ídem

[3] “Algunas consideraciones sobre el
análisis sociológico en la Obra de Enrique
José Varona”, Pablo Guadarrama en “Letras.
Cultura en Cuba”. Tomo VI, pp. 54-55. La Habana, 1989

[4] Ídem

[5] El 18 de marzo de 1923 un grupo de trece
jóvenes intelectuales cubanos realizan una protesta
pública por la fraudulenta compra del Convento de Santa
Clara por el gobierno de Alfredo Zayas en poco más del
doble de su costo en una operación clara de desfalco al
fisco de Cuba, por primera vez un hecho de esta envergadura era
repudiado por ilegal por un grupo desconocido de jóvenes
en nombre de la dignidad de la sociedad cubana. Al día
siguiente estos jóvenes firmaron un manifiesto que
dieron a conocer en la prensa en el que aparecía los
protagonistas: Rubén Martínez Villena,
José Antonio Fernández de Castro, Calixto
Masó, Félix Lizaso, Alberto Lamar Schweyer,
Francisco Ichaso, Luis Gómez Wangüemert, Juan
Marinello Vidaurreta, José Z. Tallet, José Manuel
Acosta, Primitivo Cordero Leyva, Jorge Mañach y J.L.
García Pedrosa.

[6] Obras Completas de José
Martí. Tomo II, pág. 198. La Habana, 1975

[7] 14 de enero de 1893

[8] Ídem a nota 12: 199

[9] José Manuel Poveda citado por
Jorge Ibarra en “Un análisis psicosocial del
cubano. 1898-1925”, p. 32. La Habana, 1985

[10] Jorge Ibarra en “Un
análisis psicosocial del cubano. 1898-1925”, pp.
33-34. La Habana, 1985

[11] Jorge Ibarra señala en la obra
citada la paciente labor de rescate del investigador Alberto
Rocasolano al recopilar para la memoria cubana la obra
periodística del José Manuel Poveda en el volumen
“Orbita de José Manuel Poveda”. La Habana,
1975

[12] Se refiere a la capitulación de
España frente a los estados Unidos, 1898

[13] Tratado que terminó la primera
guerra por la independencia de Cuba, tras diez años de
guerra, 1878.

[14] José Manuel Poveda citado por
Jorge Ibarra en “Un análisis psicosocial del
cubano. 1898-1925”, p. 34. La Habana, 1985

[15] Jorge Ibarra en “Un
análisis psicosocial del cubano. 1898-1925”, p.
37. La Habana, 1985

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter