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La dicotomía entre el clientelismo y las políticas públicas



  1. El
    deber ser de las políticas públicas de cultura
    ciudadana
  2. Lineamientos de la política
    pública de cultura ciudadana
  3. Aproximación a un análisis del
    programa guardas cívicos
  4. Análisis de los guardas cívicos
    como actores protagonistas de una política de cultura
    ciudadana

"En sociedades más
desarrolladas, las redes clientelistas presentan relaciones
multilaterales más complejas. Los patronos son los
intermediarios que establecen la conexión entre el poder
central que distribuye los recursos y los grupos beneficiarios
que corresponden con apoyo
político[1]

La temática del clientelismo en política,
que carga con el peso que le otorga la antigüedad, ha
paseado en cantidad de escenarios a lo largo de la historia y
nunca dejará de ser un tema de clásico
interés para la ciencia política y la
administración pública[2]Es por esta
razón, que se enfilan las intensiones del presente ensayo
en observar este tema de larga data y que algunas veces parece de
perpetua existencia en relación con la variable de
políticas públicas, pues se quiere analizar desde
un caso práctico como penetra el fenómeno del
clientelismo la hechura e implementación de una
política pública y la repercusión que puede
tener este hecho en el desenvolvimiento de las relaciones que se
construyen entre Estado y sociedad.

La idea de las políticas públicas
presupone la existencia de una esfera o ámbito de la vida
que no es privada o puramente individual, sino colectiva. Lo
público, especialmente referido a la realidad social que
este ensayo pretende estudiar, comprende aquella dimensión
de la actividad humana que se cree que requiere la
regulación o intervención gubernamental o social, o
por lo menos la adopción de medidas comunes. Así
pues, el presente texto tiene como objetivo, aplicar los
postulados propuestos por el desarrollo conceptual del
clientelismo situándose sobre la base teórica de
las políticas públicas, haciendo especial
hincapié en los postulados de las políticas
públicas de cultura ciudadana, específicamente se
enfocará el análisis en el programa: "Guardas
Cívicos
".

El clientelismo que desde su noción más
básica se entiende como "relaciones informales de
poder entre grupos o individuos en posiciones de desigualdad,
basado en el intercambio de beneficios"[3]
se
conjuga de manera armoniosa con las políticas
públicas, entendiendo a estas como estrategias utilizadas
para resolver dificultades y problemas de corte social por parte
del gobierno, pues hay una relación directa entre los
actores poseedores del poder político y la toma de
decisiones y las acciones que impactarán negativa o
positivamente el vinculo directo con la
sociedad.[4] Es menester por lo tanto detenerse a
observar como esas acciones se perfilan de manera parcial para
beneficio del político o el burócrata y las
políticas públicas, pierden su esencia misma, lo
público a través de la inmersión de
clientelismo en ellas. "La discusión de la
relación existente entre política pública y
clientelismo es interesante, pues configura como se construye un
escenario para entender cómo se corrompen los sentidos de
lo público, ya que al observar la forma en la
acción del gobierno se concibe y materializa en el cuerpo
social, se pueden encontrar espacios proclives para la
acción clientelar generados desde las acciones
establecidas entre Estado y
sociedad"[5].

Desde la misma teoría de las políticas
públicas, la misión del que gobierna y de los
organismos burocráticos es traducir las demandas y
necesidades sociales en programas de amplio o determinado corte
social que sirvan como respuesta a todas aquellas austeridades
propias de los contextos económicos, sociales,
políticos y culturales de los Estados. Pero además
como valor agregado los Estados poseen el monopolio de la
justicia en el cual es necesaria la inmersión de este en
la resolución de conflictos de la sociedad, por lo tanto
estos vínculos que se generan desde las políticas
públicas hacen parecer necesaria la figura del mediador y
de mecanismos que conecten el juego de demandas y respuestas en
términos de Easton. Este aspecto no presentaría
alguna anomalía bajo el marco de las condicionantes que se
imponen para la comunicación de la relación Estado
y sociedad, pero lo que verdaderamente se evidencia es que la
intermediación está motivada por el hecho de que
la clase política persigue sus propios intereses, y
consiguen poder, dinero, influencia, prestigio, y eso no es un
resultado accidental, sino uno de los motores del sistema.

Motor del sistema que ya había sido evidenciado en las
apreciaciones de Leal Buitrago al considerar la importancia de
este fenómeno de utilización de los recursos
públicos en beneficio particular, como la cuota necesaria
para mantener la cara amable de las
democracias[6]

Es por esta razón que las políticas
públicas terminan convirtiéndose en mecanismos para
reproducir el clientelismo y recortar el sentido de lo
público, ejemplo de esto en Colombia se evidencian en
casos como el programa "familias en acción", en el cual se
lleva a todo su esplendor la definición de política
asistencial pues se subsidia a la población más
pobre del país dándole bajísimas dadivas y
se asegura así un amplio caudal electoral para el
sostenimiento de un partido en el poder. En este orden de ideas,
desarrollar "políticas públicas clientelares" en
este país se convierte en un acto reiterado y
común, pues la carencia de recursos de los contextos en
los cuales se desenvuelve el colombiano promedio permite que se
desarrollen programas en donde el político busca
satisfacer intereses particulares beneficiándose de
acciones que se suponen son de amplia cobertura social.
"Vital ubicar cómo se vuelve determinante para la
relación clientelar "la presencia permanente de la
tensión acceso – inacceso a los bienes y servicios
necesarios para la reproducción. Ese conjunto
heterogéneo de bienes y servicios materiales y
simbólicos, constituyen los satisfactores u objetos de la
necesidad que son producto de la objetivación social y
conforman la estructura de necesidades de estos sectores
subalternos. Respecto a esta estructura, en la resolución
de la reproducción cotidiana, los objetos satisfactores
que pretenden conseguir los clientes son una serie de bienes y
servicios que aumenten los ingresos familiares, ya sea en dineros
o en especies, que se ubican especialmente en el campo de las
políticas
asistenciales".
[7]

Ahora bien, con estos postulados claros se pretende
hacer una aproximación a la relación que se acaba
de nominar a través de la observación
específica del programa de cultura ciudadana de la
administración del ex – alcalde Jorge Iván
Ospina denominado "Guardas Cívicos", para llevar esta
pretensión a cabalidad se explorará inicialmente el
soporte conceptual de lo que deben ser las políticas de
cultura ciudadana, se conjugara posteriormente la teoría y
el estudio de caso, para concluir en un primer momento en
cómo se establece una relación armónica
entre clientelismo y política pública,
además de una segunda instancia en donde se argumenta el
fracaso que tuvo el programa como política pública
de cultura ciudadana.

EL DEBER SER DE
LAS POLÍTICAS PUBLICAS DE CULTURA
CIUDADANA:

Postulados, fines y
misión.

Las políticas públicas de cultura
ciudadana tienen como principal objetivo fortalecer la
convivencia
de los habitantes de un territorio. Esto quiere
decir ensanchar los vínculos de solidaridad y respeto por
unas determinadas normas no siempre formal – Legales que permiten
generar relaciones sociales en donde impere el bienestar de todas
las partes que interactúan y como segundo punto se
incremente la gobernabilidad y se solidifique el vínculo
entre Estado y sociedad[8]"la cultura
ciudadana, es aquel conjunto "de costumbres, acciones y reglas
mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia,
facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del
patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y
deberes ciudadanos". La carencia de cultura ciudadana puede
incidir sobre el futuro de la ciudad y conlleva, invariablemente,
a un déficit de gobernabilidad
"[9].
Ahora bien, políticas de este tipo han ganado protagonismo
en ciudades de gran extensión, en las cuales se concentran
pluralidad de culturas debido a la migración y/o a su
desarrollo industrial, y en nuestro contexto es menester incluir
el conflicto armado por el que aún atravesamos. Por lo
tanto diseñar políticas de corte cultural en
términos específicos de la ciudadanía
contribuyen a crear elementos identitarios en los cuales la
convivencia desde la diversidad se convierten en un pilar que
permiten un mejor vivir. "Cali es una ciudad receptora. En
ella convergen en su quehacer cotidiano, un 60% de nacidos en
Cali con un 40% de migrantes que también ahora conforman
la comunidad. Uno de los retos más grandes derivados de
esta situación, es el de lograr reunir, en espacios de
convivencia y solidaridad, las múltiples identidades que
constituyen hoy el espectro
ciudadano"[10].

Programas de este tipo implementados en ciudades como
Cali, fortalecen una cultura ciudadana, que contribuye a la
organización social en donde impere la ley en las diversas
interacciones. En este orden de ideas, el fomento del respeto a
la ley y a los diversos cánones culturales se convierten
en las principales misiones de los actores a los que se les
encarga este deber en la implementación de la
política pública, pues está demostrado que
factores que afectan la convivencia se generan por incumplimiento
a la norma, ejemplo de esto es la accidentalidad vial. Pero para
programas de este corte tengan éxito es necesario una
combinación de fuerzas entre administración
pública municipal y sociedad civil, pues más que
represión para mantener el orden es necesaria una voluntad
de cambio y un impulso de construir en un contexto en donde el
individuo se piense con lo demás.

Es por estas razones que actores como los guardas
cívicos poseen funciones, en teoría, de gran
importancia para la convivencia ciudadana, pues terminan siendo
ese vinculo entre el Estado y la sociedad que desarrolla el
fortalecimiento de los vínculos sociales y si se quiere
son determinantes para cambiar el paradigma cultural y el modo de
relacionarse de los individuos. "los guardas cívicos
tan polémicos podrían tener funciones
pedagógicas, siendo el actor principal de campañas
educativas en sectores como intersecciones viales, paraderos de
transporte público y cebras, utilizando la vergüenza
pública y la reprensión pacífica como armas
para lograr que los conductores aprendan a detenerse antes de los
cruces peatonales (cebras), que los peatones aprendan a cruzar
sólo por los sitios demarcados, entre otras cosas, de modo
que, a través de la observación y
asimilación de estas acciones sean los mismos ciudadanos
quienes se conviertan en jueces de los
infractor
[11]

LINEAMIENTOS DE
LA POLÍTICA PÚBLICA DE CULTURA
CIUDADANA:

Conceptualización de la
noción de cultura ciudadana desde la óptima
gubernamental

La formulación del lineamiento general para
generar acciones en torno a la cultura ciudadana en Santiago de
Cali a partir del año 2008, parte de la premisa
fundamental de que el papel de la cultura ciudadana en la
dinámica social es transversal. Como noción, la
Alcaldía de Santiago de Cali, encabezada por el entonces
Alcalde Jorge Iván Ospina, concibió la cultura
ciudadana "desde una perspectiva pluralista que permite
comprender las diferentes manifestaciones culturales que se dan
en el interior de la ciudad, con miras a implementar un programa
que penetre las realidades sociales y marque un camino para la
proyección futura de la
ciudad"[12].

Desde esta premisa, se consideraba, que pensar en
cultura ciudadana implicaba repensar la ciudad desde varias
perspectivas y con sus diversos actores de manera que se lograse
acercar a la realidad cultural propia del caleño, a partir
del fortalecimiento de la identidad de los habitantes de Santiago
de Cali y la promoción de la interacción de los
ciudadanos con la ciudad, en síntesis una cultura
ciudadana que concibiera el civismo como base
fundamental.

La cultura ciudadana fue considerada un eje transversal
en la gestión del gobierno de Ospina, partiendo del Plan
De Desarrollo Municipal 2008-2011: "Para vivir la vida
dignamente
". Desde esta óptica, se delegó la
responsabilidad de trabajo sobre el tema, al coordinador del plan
de cultura ciudadana de la alcaldía; quien debía
desarrollar acciones articuladas con las demás
dependencias municipales, para generar la transformación
de las prácticas cívicas en escenarios donde se
presentan cotidianamente como la movilidad, el espacio
público, el medio ambiente, la convivencia y la seguridad.
Todo ese lineamiento estaría enmarcado, precisamente, en
el Macroproyecto: Cali es mi Casa, en el cual la
Alcaldía supone la necesidad de la ciudadanía
caleña del acercamiento a lo público: "Hoy, con
gran énfasis, la ciudadanía exige la
cercanía de lo público: el espacio común, la
cultura ciudadana, el abastecimiento de los servicios
básicos y la protección de la naturaleza. Nuestra
pequeña casa se extiende hasta los límites de la
ciudad en donde aspiramos vivir como si fuera nuestro
hogar[13]

En últimas el gobierno Ospina plantea en el Plan
de Desarrollo Municipal, la cultura ciudadana y la identidad en
la caleñidad como criterio de gobierno, con el fin de
encaminar sus subsiguientes acciones a la puesta en marcha o
implementación de la política pública en
beneficio la construcción de una visión compartida
de ciudad, lo cual según el gobierno municipal, implicaba
que la ciudadanía caleña tuviera una mayor
cercanía a lo público.

APROXIMACIÓN A UN ANÁLISIS DEL
PROGRAMA GUARDAS CIVICOS:

De la poesía propia de los
Planes de Desarrollo al recrudecimiento de las prácticas
clientelares

Ahora bien, tras la breve descripción de los
lineamientos de la política pública de cultura
ciudadana propuesta por la administración del entonces
alcalde Jorge Iván Ospina, en este punto del texto, es
prudente introducir la aproximación al análisis del
programa "Guardas Cívicos", con el fin de
demostrar la presencia de los postulados del clientelismo, y de
alguna manera explorar sus alcances y consecuencias.

En tal sentido, la articulación de lo
teórico con lo práctico requiere situar los
principales postulados y reflexiones que autores como Clapham,
Chubb, Eisenstadt y Roginer han elaborado. En primer lugar, "en
las sociedades en las que el clientelismo es predominante, las
conexiones autónomas entre el centro y la periferia son
muy limitadas o inexistentes"[14].De un lado, el
centro, en este caso especifico representado por la
alcaldía Municipal de Santiago de Cali, es incapaz de
penetrar la periferia de manera independiente y requiere de
intercambios para llegar a ella. De otro lado, los grupos
sociales, tienen, además, pocos mecanismos a través
de los cuales puedan controlar el acceso a los recursos del
centro y poca capacidad por si mismos de influir en la
creación de políticas o la distribución de
recursos que se realiza en el centro. En el caso especifico de
estudio, la periferia representada en general por la
ciudadanía caleña ha estado a lo largo de la
historia relegada del diseño e implementación de
políticas, y en general de lo que concierne al campo de la
toma de decisiones. En un segundo momento, se centrara la
observación en un segundo pilar, referido al desarrollo
del clientelismo en sociedades donde los recursos básicos
son escasos, tal es el caso especifico de la ciudad de Cali,
donde más de un millón ochocientos mil
caleños de los estratos 1, 2, y 3, quienes conforman el 85
por ciento de la ciudad, tienen altos niveles de pobreza. Y
finalmente, un tercer postulado, que indica como condicionante
para que el clientelismo prospere la ausencia de "una
ética de distribución de recursos
públicos[15]La poca o nula rendición
de cuentas de la gestión pública es una
expresión de la ausencia o debilidad de dicha
ética.

La inexistencia de las conexiones autónomas entre
el centro y la periferia referidas específicamente al caso
estudiado, podría teóricamente evaluarse en
consonancia con el principio de ciudadanía activa que
propone Norbert Lechner, la formación de estructuras y
procesos políticos interactivos —comunicativos y de
formación ciudadana- contribuirían al
establecimiento de la democracia participativa. "Interrogarse
acerca de la participación ciudadana en asuntos de
interés público equivale a preguntarse acerca de la
forma en que se ejerce la ciudadanía y se pone en marcha
la estructura de derechos y deberes de las personas frente al
Estado. También la globalización, la
modernización y el modelo económico imperante
ofrecen nuevos conceptos de ciudadanía asignándole
responsabilidad al menos en parte de los resultados de la
política social, lo que otorga centralidad a los procesos
de participación ciudadana en las políticas
públicas[16]

En la medida en que busca mejorar la comprensión
del papel de los ciudadanos en la formulación y el
desarrollo de la política pública, se plantea la
idea de fortalecer los mecanismos de inclusión social y
política en el contexto de la gestión
pública local, lo que favorecería el desarrollo de
formas organizativas que permitan el surgimiento de un modelo de
participación político y social que traduzca de
forma integral las expectativas de los nuevos sujetos
sociales[17]Y es precisamente, todo lo contrario,
lo que a nivel nacional se da, y lo que de alguna manera permea
la relación local de centro-periferia; plantearse
preguntas como las que Peralta propone en su reflexión,
¿Cuál ha sido el contexto socio-político en
el que se ha ejercido la ciudadanía en Colombia?,
¿Cuáles han sido los mecanismos de
participación ciudadana que se han utilizado para
intervenir en los asuntos de interés público?,
¿Qué rasgos han asumido las relaciones entre
socialización política y los procesos de
construcción de cultura política en Colombia?
permitirían evaluar, y en ultimas, caracterizar la
sociedad caleña y su diferentes componentes como una
sociedad con inexistentes, o por lo menos fracasadas, conexiones
autónomas entre centro-periferia, lo cual
fácilmente le abre paso a prácticas clientelares
que buscan, de una u otra manera, crear intercambios para llegar
a la periferia.

Como lo señala Chubb la esencia del clientelismo
"radica menos en la distribución de la abundancia, que en
la hábil manipulación de la escasez". Los lazos
entre patronos y clientes no dependen del flujo continuo de
beneficios, "sino más bien, de mantener las expectativas
de recompensa en un cierto número de personas, con la
mínima compensación en beneficios concretos. Los
patronos deben querer o requerir lo suficiente de los servicios
que proveen sus clientes, para que el intercambio de sus recursos
por esos servicios se justifique"[18]. Como se
apuntaba en párrafos anteriores, el contexto social
caleño responde a una sociedad, que en su mayoría,
no tiene sus necesidades básicas resueltas, en ese sentido
existe un fuerte elemento de desigualdad y de diferencias de
poder entre los actores, cuyo elemento crucial es la
monopolización, por parte de los patronos, de ciertas
posiciones que son de vital importancia para los clientes -acceso
a medios de producción, a centros de poder en la sociedad,
etc.-. Pues es precisamente este esquema al que responde, la
implementación del programa "Guardas Cívicos". Tras
un año de su implementación, en el 2009, todas las
criticas se volcaban sobre la concepción y el modus
operandi del programa, al respecto uno de los concejales del
período 2008-2011, le sostuvo al periódico el
País[19]que los vio repartiendo propaganda
política de Mauricio Ospina, hermano del ex alcalde electo
al senado, en la pasada campaña electoral. Y otros se
atreven a afirmar que les fijaron cuotas de votos para los
candidatos que les señalaban sus padrinos. Incluso, se
pronunció el entonces veedor ciudadano Pablo Borrero,
quién aseguro que "ese cuerpo de guardas fue creado a
expensas de un proyecto que presentó el Alcalde al
Concejo, "producto de cuotas burocráticas de los
concejales[20]

Y es que implementar un programa que le costó al
municipio cerca de $20.000 millones, y la reducción en un
23% del presupuesto designado para la Policía Nacional y
la Secretaria de Transito y Transporte, no tiene, según la
opinión pública y algunos académicos,
más soporte o pilar que estar construido sobre la base de
intereses políticos del entonces Concejo de Cali y la
Administración Municipal en cabeza de Jorge Iván
Ospina, quien le apostó todas las cartas e incluso todo el
presupuesto a este programa. El mismo funcionario encargado
Carlos Alberto Rojas, le señaló a la prensa que "en
principio, hay que reconocerlo, sí hubo personas que no
hicieron el total de la preparación y eso pudo ser una
pequeña debilidad, pero eso no fue una tendencia
generalizada de la gente del programa". No obstante, en
declaraciones posteriores uno de los beneficiarios del programa
indicó que "La vinculación se hace por lo que
llaman los puestos políticos. Allá cada concejal
tiene sus apoderados. Yo llegué por una persona del
despacho, el problema es que ahora me quedé por fuera
porque no tuve más el apoyo
político[21]

Con lo anterior queda claro, que los elementos del
clientelismo crean varias contradicciones, los cuales constituyen
rasgos característicos de las relaciones patrono-cliente.
"Hay una combinación de desigualdad y asimetría de
poder entre los actores, con solidaridad mutua expresada en
términos de obligaciones e identidad. Hay una
combinación potencial de coerción y de
explotación con relaciones voluntarias y obligaciones
mutuas. Hay, además, una combinación de
énfasis en la solidaridad o la reciprocidad de los
vínculos con aspectos ilegales o semi-ilegales de estas
relaciones[22]

Finalmente, hay un aspecto último que recrudece
aún más el panorama y es, como se
señaló al inicio de este acápite, la
ausencia de "una ética de distribución de recursos
públicos", es decir el compromiso y la organización
por parte de la Alcaldía de Santiago de Cali (2008-2011)
de realizar rendición de cuentas pública, en donde
se le indicase a la ciudadanía el destino del los
dineros/recursos públicos, recaudados mediante impuestos.
Según un informe que le pasó el gobierno municipal
(2011-2014) al Concejo de Cali, los Guardas Cívicos
significaron para la ciudad el 54% del presupuesto de la
Secretaria General, más o menos alrededor de $44.770
millones, monto, que como indicamos en párrafos
anteriores, fue destinado al pago de cuotas burocráticas
del Concejo y la alcaldía Municipal.

Lo más preocupante es el desconocimiento que por
más de cuatro años hubo del destino de los dineros
públicos. En palabras de algunos Concejales, la
Secretaría General de la Alcaldía de Cali se
convirtió en "una tienda de barrio en la que se
incluyó de todo", y es queel informe de
empalme presentado por la nueva administración,
reveló que entre el 2008 y 2011 las inversiones que se
hicieron a través de esta secretaría alcanzaron los
$83.000 millones. Su presupuesto de inversión en el 2008
era de sólo $3.654 millones[23]La poca o
nula rendición de cuentas de la gestión
pública es una expresión de la ausencia o debilidad
de dicha ética y un caldo de cultivo para la
aparición de prácticas clientelares, como se
caracterizó a lo largo de este ensayo.

ANÁLISIS
DE LOS GUARDAS CÍVICOS COMO ACTORES PROTAGONISTAS DE UNA
POLÍTICA DE CULTURA CIUDADANA

Lo que se puede conjeturar del programa de "Guardas
cívicos" además de sus fuertes tendencias
clientelares, es la ineficacia que tuvo como política de
cultura ciudadana. Pues la principal falencia que se rescata
desde la observación, es la poca vocación de
servicio y el desconocimiento de los roles que cada guarda
tenía que desarrollar con la comunidad caleña. En
repetidas ocasiones se les veía ejerciendo funciones fuera
de contexto, o peor aún no se hacía nada. "La
labor que desempeñan los guardas cívicos en la
ciudad no deja de generar controversia. Algunos, como estos, son
vistos hablando por celular o parados en los andenes sin
función aparente, lo cual hace dudar a la
ciudadanía de la eficacia de su
gestión"[24].
Este postulado de la
cita fue reiterativo durante la administración Ospina en
la ciudad, los guardas cívicos terminaron
convirtiéndose en "figuras decorativas" para los
ciudadanos caleños, los cuales le eran mucho más
útiles a concejales y a funcionarios de despacho de la
administración o el alcalde. El país hace una
descripción del accionar cotidiano de los guardas
cívicos de la siguiente manera:

"En la Avenida de los Cerros con 50, frente al
centro de salud de Siloé, un guarda cívico con pito
en la boca controla el paso de vehículos y peatones, pese
a que el semáforo funciona perfectamente. En la
estación del MÍO, en San Fernando, dos guardas
más recostados sobre las barandas de acceso conversan con
los auxiliares de Policía, de espaldas a los pasajeros que
entran y salen de la estación En contraste, bajo el puente
de la Autopista Sur con Calle 23, cuatro guardas cívicos
trastean baldes de agua y tierra y se han remangado el
pantalón y la camisa para hacer el mantenimiento de la
zona verde que hay en ese sitio. El jueves 24 de junio. En la
bahía del CAM, un guarda levanta una paleta de "pare" o
"siga" junto a la barda del acceso al sótano (trata de
evitar que autos y taxis se estacionen en esa entrada) y dos
más andan por el lugar. El guarda del semáforo
peatonal frente a Siloé sigue controlando el paso de
carros y peatones (sin más ayudas pedagógicas que
el pito). En San Fernando, un guarda está atento a
orientar la gente que ingresa al MÍO y otro habla por
celular tras el pórtico de la estación. Y en la
Autopista con 23 ya no hay guardas cívicos; se fueron para
el ecoparque de Pance a impartir instrucción ambiental a
un grupo de escolares…

Como ellos hay 1.180 guardas cívicos en toda
la ciudad, que supuestamente trabajan por la cultura ciudadana de
los caleños, por mejorar la movilidad, estimular el
respeto por el espacio público, promover la salud
pública y la defensa del medio
ambiente[25]

Es lamentable que los vicios clientelares propios del
carácter que tuvo este programa haya detenido el
desarrollo de los fines establecidos del mismo, como
política pública. Pues la principal misión
que es fortalecer la convivencia ciudadana se ve limitada por la
carencia de ahínco de los guardas y por la escasa
organización y estructura de estos. Deberes como fomentar
la pedagogía, el respeto a la ley, y generar una cultura
de solidaridad con los caleños, no fueron ejercitados por
los protagonistas de este ensayo, por el contrario se les
observaba dando mal ejemplo e ignorando por completo sus
obligaciones. Con esto claro, además de encontrar una
relación armónica entre clientelismo y
política pública, se evidencia como esta
relación puede se afectar el desarrollo de los programas
impactando negativamente a la sociedad.

Es por estas razones que la presencia del clientelismo
en las políticas públicas afecta de manera
contundente a la sociedad civil, pues esta relación
dicotómica en el caso especifico de Cali
despilfarró el 54% del presupuesto sin conseguir
ningún resultado aparente, salvo el juego clientelar en
donde se ve beneficiada una porción de la sociedad que
ocupa el rol de patrón protagonizado por los concejales y
clientes que son los beneficiados con el cargo de guarda
cívico, como resultado del pago de favores y de una cadena
de individuos que satisfacen sus intereses personales a
través de recursos públicos.

 

 

Autor:

Javier Alexander Molina (1044652)

Laura Catalina Blandón
(1034108)

Universidad del Valle

Instituto de Educación y
Pedagogía

Estudios Políticos y Resolución de
Conflictos

[1] En AGUDELO, Jesús Duarte;
RESTREPO, María Cristina Clientelismo:
conceptualización y su aplicación al caso
colombiano en Educación pública y clientelismo en
Colombia. Editorial Universidad de Antioquia, 2003.

[2] El término de clientelismo tiene
su origen en la antropología para analizar relaciones
interpersonales entre campesinos, posteriormente fue adaptado
por otras disciplinas cuando se involucro en relaciones
políticas, cambiaron los actores pero su esencia fue la
misma.

[3] DUARTE, Jesús. Clientelismo:
Conceptualización y su aplicación al caso
colombiano. En Educación pública y clientelismo
en Colombia. Universidad de Antioquia.

[4] as políticas públicas
tienen que ver con el poder social, pues corresponden a
soluciones específicas de cómo manejar los
asuntos públicos. El idioma inglés recoge con
claridad esta distinción entre politics y policies.
“Las políticas públicas son un factor
común de la política y de las decisiones del
gobierno y de la oposición. Así, la
política puede ser analizada como la búsqueda de
establecer políticas públicas sobre determinados
temas, o de influir en ellas. A su vez, parte fundamental del
quehacer del gobierno se refiere al diseño,
gestión y evaluación de las políticas
públicas. El objetivo de los políticos -tanto
conservadores como radicales, idealistas o motivados por el
interés propio- consiste en llegar a establecer
políticas públicas de su preferencia, o bloquear
aquellas que les resultan inconvenientes. En cualquiera alianza
de gobierno, confunden su papel quienes se restringen a las
tesis y no buscan su concreción en
políticas” Véase en: LAHERA P. Eugenio. La
política y las políticas públicas.
Publicación de las naciones unidas. Santiago de chile.
2004. pp7.
http://cgpp.app.jalisco.gob.mx/images/politicaspublicas.pdf

[5] SANTOS RUBIANO, Diego Andrés.
Clientelismo y política pública: La movilidad de
lo público a lo privado. Tesis de grado para optar al
título de magister en administración
pública. Escuela Superior de Administración
Pública (ESAP). Bogotá. 2009. Pp. 21.

[6] Ibíd. Pp. 22.

[7] Ibíd.

[8] La gobernabilidad se puede entender como
la cualidad propia de una comunidad política
según la cual sus instituciones de gobierno
actúan eficazmente dentro de su espacio de un modo
considerado legítimo por la ciudadanía,
permitiendo así el libre ejercicio de la voluntad
política del poder ejecutivo mediante la obediencia
cívica del pueblo; la gobernabilidad se refiere a la
habilidad para gobernar y esta habilidad se logra con
políticas públicas que enlacen vínculos
entre Estado y sociedad y de este corte deben ser los programas
de cultura ciudadana.

[9] RENGIFO, María Angélica.
Cultura ciudadana en Cali. Una política pública
de renovación de ciudad. Boletín Polis.
Universidad Icesi. Pp. 1-3.

[10] Ibíd.

[11] Ibíd.

[12] ALCALDIA DE SANTIAGO DE CALI,
“Propuesta para la formulación de la
Política Pública de Cultura Ciudadana para
Santiago de Cali”, 2010.

[13] ALCALDÍA DE SANTIAGO DE CALI,
“Plan de Desarrollo 2008-2011”. Pp 93.

[14] AGUDELO, Jesús Duarte; RESTREPO,
María Cristina Clientelismo: conceptualización y
su aplicación al caso colombiano en Educación
pública y clientelismo en Colombia. Editorial
Universidad de Antioquia, 2003.

[15] Se entiende como “un sistema
mediante el cual los recursos se asignan e intercambian no
mediante criterios privados y personalistas sino siguiendo
criterios universalistas aceptados”); o, que si existe,
no esté efectivamente implementada.

[16] PERALTA, Beatriz, “La forma en que
se ejerce la ciudadanía en la democracia
colombiana”, rev. eleuthera. Vol. 4, enero – diciembre
2010, págs. 253-290

[17] Ibíd.

[18] AGUDELO, Jesús Duarte; RESTREPO,
María Cristina Clientelismo: conceptualización y
su aplicación al caso colombiano en Educación
pública y clientelismo en Colombia. Editorial
Universidad de Antioquia, 2003.

[19] Dudas sobre los guardas cívicos
no se detienen. El País. Cali. 06-26-2010. Disponible en
internet:
http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/dudas-sobre-guardas-civicos-se-detienen

[20] Ibíd.

[21] Así es el ajedrez político
de los guardas cívicos. El País. Cali.
04-03-2011. Disponible en internet:
http://www.elpais.com.co/elpais/cali/ajedrez-politico-guardas-civicos

[22] AGUDELO, Jesús Duarte; RESTREPO,
María Cristina Clientelismo: conceptualización y
su aplicación al caso colombiano en Educación
pública y clientelismo en Colombia. Editorial
Universidad de Antioquia, 2003.

[23] Polémica por las inversiones
hechas durante 4 años por ex alcalde Ospina. El
País. Cali. 02-08-2012. Disponible en internet:
http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/polemica-por-inversiones-hechas-por-ex-alcalde-ospina.

[24] Dudas sobre los guardas cívicos
no se detienen. El país. Cali. 06-26-2010. Disponible en
internet:
http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/dudas-sobre-guardas-civicos-se-detienen

[25] Ibíd.

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